Entrevistamos a Rosa
Cobo: “Decir ‘no’ a la prostitución es decir no al sistema de poder patriarcal,
pero también al capitalismo”
09/12/2019
Por Daniel Seixo
En Nueva Revolución entrevistamos a Rosa Cobo, profesora de
Sociología del Género, directora del centro de estudios Feministas de la
Universidad de A Coruña y autora del libro “La prostitución en el corazón del
capitalismo”.
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¿Se puede hablar de
voluntariedad en la prostitución?
La voluntariedad o consentimiento de las personas que se
encuentran en una situación de vulnerabilidad y falta de recursos está viciada.
No hay consentimiento ni libertad cuando no hay oportunidades ni derechos.
Cuando la vulnerabilidad y la pobreza son el punto de partida, la libertad se
disuelve y se convierte en la ley del más fuerte.
¿Está la prostitución
estrechamente ligada al sistema capitalista?
La prostitución es una industria internacional ilícita,
interconectada, con numerosos brazos en la economía ilícita. Para muchos países
es una estrategia de desarrollo. Es algo parecido a una multinacional, con
altos niveles de funcionalidad y de racionalidad en términos de beneficios. Las
economías ilícitas, y la prostitución es la segunda o tercera a escala global
en términos de beneficios, son fundamentales en los procesos de acumulación
capitalista. No obstante, la prostitución se encuentra en la intersección de
tres sistemas de poder: el patriarcal, el capitalista neoliberal, pero también
el colonial.
¿Se puede considerar
la prostitución un trabajo?
No. Los cuerpos de las mujeres no son mercancías. El cuerpo
es la última frontera de soberanía que tenemos los individuos. ¿Se puede
considerar trabajo una penetración anal o una mamada? Es una estrategia de
supervivencia para mujeres y niñas que tienen escasas oportunidades para
sobrevivir.
¿Por qué ser
abolicionista?
El abolicionismo es una posición teórica y ético-política
que sostiene que la prostitución es un privilegio masculino que niega el deseo
de las mujeres. El abolicionismo sostiene que las mujeres deben ser para sí
mismas y no para uso sexual de los varones, a no ser que esté mediado por el
deseo de las mujeres. Decir ‘no’ a la prostitución es decir no al sistema de
poder patriarcal, pero también al capitalismo. Este último desea que haya cuerpos en el mercado y
el primero busca que los cuerpos que están en el mercado sean de mujeres.
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Rosa Cobo |
¿Estamos inmersos en
una época en la que la mercantilización del propio cuerpo está más presente que
nunca?
Sí. En la prostitución, en la pornografía o en los vientres
de alquiler. La explotación sexual se ha intensificado de tal forma que se ha
convertido en una de las marcas de la explotación patriarcal, capitalista y
racial/cultural en el siglo XXI.
¿Cómo influye la
clase social en el negocio de la prostitución?
Influye tanto que no hay mujeres ricas en la prostitución.
La prostitución se alimenta de mujeres vulnerables y con escasos recursos.
¿Cuál es la salud
actualmente de la prostitución en nuestro país?
El negocio de la explotación sexual crece porque no hay
leyes que lo detengan. Los proxenetas han encontrado en la sociedad española un
paraíso. Lo único que necesitan y por lo que están luchando es por su
regulación para así obtener seguridad jurídica y mayor legitimación social. La
prostitución seguirá creciendo porque en las cárceles no hay proxenetas. Es el
auténtico efecto llamada.
¿Cuál es el perfil
del putero?
Acuden a la prostitución hombres jóvenes y mayores, con
mayor cualificación profesional y sin ninguna, con más o menos renta
socio-económica, de izquierdas y de derechas, católicos, agnósticos y ateos…
Acuden a la prostitución aquellos varones que creen que el abuso sexual es un
derecho natural. Sin embargo, se observa como tendencia el crecimiento de
varones cada vez más jóvenes que acuden asiduamente a la prostitución.
¿Son los jóvenes los
clientes más autoritarios y agresivos de los prostíbulos?
Las prácticas sexuales agresivas están creciendo tanto en la
prostitución como en el porno.
¿Tiene esto que ver
con una estrecha vinculación con el porno y su educación sexual?
La pornografía mainstream está contribuyendo a la formación
de un imaginario sexual estrechamente vinculado al imaginario pornográfico.
La prostitución se encuentra en la intersección de tres
sistemas de poder: el patriarcal, el capitalista neoliberal, pero también el
colonial la prostitución se encuentra en la intersección de tres sistemas de
poder: el patriarcal, el capitalista neoliberal, pero también el colonial
¿Es el porno otro
tipo de prostitución?
El porno es un fenómeno social muy vinculado a la
prostitución, pero también es una realidad simbólica y material distinta a la
prostitución. En la pornografía, al contrario que en el cine, las prácticas
sexuales no son simuladas, son reales. Por otra parte, la pornografía
mainstream es gratuita debido a que es un canal de contactos de prostitución.
Sin embargo, el porno es sobre todo una propuesta de los sectores más duros del
patriarcado sobre lo que debe ser una mujer en el siglo XXI. La propuesta de la
pornografía es la definición de lo femenino como la sexualización extrema.
¿Existe un
consentimiento real entre el cliente y la prostituta?
Es un consentimiento viciado y resultado de la
vulnerabilidad y pobreza de las mujeres prostituidas. ¿Hay consentimiento
cuando una de las partes tiene poder y recursos y la otra parte apenas tiene ni
una cosa ni la otra?
¿Qué postura
mantienen los diferentes partidos políticos del arco parlamentario español
acerca de la prostitución?
Desde el abolicionismo estamos esperando que los partidos
que formarán el próximo gobierno hagan leyes abolicionistas como la sueca o la
francesa.
¿Existe convivencia
del estado con la industria de la prostitución?
El estado promueve la tolerancia hacia la prostitución.
Nuestras carreteras, llenas de burdeles, auténticos campos de concentración,
son la prueba de que el estado convive bien con la prostitución. Si no fuese
así, los ilegalizaría.
¿Como es la realidad
de los prostíbulos en España?
Las supervivientes de prostitución, Sonia Sánchez y Amelia
Tiganus, los definen como campos de concentración. Espacios sórdidos en los que
los puteros ejecutan actos de poder y violencia sobre las mujeres que
sobreviven en esos lugares. Escuchar a Alika Kinan nos da una idea de la
brutalidad criminal de los burdeles.
¿Existe prostitución
de menores en el estado español?
Sí, se han detectado casos y probablemente hay muchos más en
situación de clandestinidad. Ahora bien, es completamente ilegal.
¿Qué medidas
aplicaría a para frenar la prostitución en la vía pública?
El problema no es la prostitución en la vía pública, sino la
prostitución en sí misma. El problema reside en la vulneración de los derechos
de las mujeres que están en prostitución.
Locales de “striptease”, macroburdeles, fiestas eróticas con
sexo en vivo, casas de masaje, revistas pornográficas, turismo sexual, anuncios para conseguir sexo en Internet,
¿supone la prostitución tan solo el elemento más cruel de toda una industria de
explotación de la mujer?
De las mujeres en prostitución se obtiene plusvalía
económica y sexual. Es una de las grandes metáforas de los sistemas
patriarcales y neoliberales del siglo XXI.
¿Resulta sencillo
acceder a las verdaderas caras tras el control de los prostíbulos?
Para saber lo que hay en los prostíbulos se puede leer un
magnífico y breve artículo de Amelia Tiganus: La revuelta de las putas. Ella
habla en sus charlas del asco, del sudor, de la violencia, del sistema de
multas si no hacen lo que deben hacer: bajar a la hora prevista, contestar mal
a un putero, etc. Es un sistema criminal y una nueva esclavitud vehiculada y
articulada por el capitalismo criminal.
¿Qué efectos
psicológicos y físicos tiene la prostitución en las mujeres?
Los daños son infinitos. Psicológicos y físicos. Depresión,
ansiedad, estrés… Infecciones vaginales y bucales, dolores abdominales,
enfermedades de transmisión sexual, etc.
¿Resulta posible “humanizar” la prostitución?
Hay realidades materiales que no se pueden humanizar: la
prostitución, el trabajo infantil, los vientres de alquiler, las maquilas… La
única alternativa es acabar con estas realidades tan opresivas para quienes no
tienen oportunidades.
¿Quiénes están detrás
de las campañas a favor de legalizar la prostitución?
El lobby de la explotación sexual es muy complejo. En primer
lugar, lo forman los que se benefician directamente de las mujeres que están en
prostitución, es decir, los proxenetas. En segundo lugar, los que se benefician
indirectamente (mercado inmobiliario, agencias de viajes, empresas de bebidas
alcohólicas, taxistas, hoteles, etc.) y que están en las proximidades de la
industria. En tercer lugar, los demandantes de prostitución, los puteros, que
sienten que el acceso sexual al cuerpo de mujeres por precio es un derecho que
no quieren perder. En cuarto lugar, los grupos culturales que entienden la
prostitución como un acto de libertad en lugar de como un acto de explotación
económica y sexual. Hay grupos académicos e intelectuales que creen que la
defensa de la libertad sexual es defender la prostitución y no diferencian
entre un putero, un proxeneta y una mujer prostituida. La metáfora de la torre
de marfil es muy ilustrativa para quienes no han pisado un burdel o un piso de
prostitución en su vida. Probablemente si lo viesen, cambiarían de idea.
Podemos observar como
en los últimos años la polémica entre colectivos pro-regularización y
abolicionistas ha llegado a puntos de máxima tensión. Uno de los episodios más
recientes lo encontramos en la suspensión por parte de la facultad de
Sociología de la UDC de unas jornadas sobre «trabajo sexual», ¿se mostró usted
favorable a esa suspensión? ¿qué motivos la llevaron a tomar esa postura?
Esas jornadas promovían entre el alumnado el trabajo sexual.
Bajo mi punto de vista la consideración de la prostitución como un trabajo es
una clara vulneración de los derechos humanos de las mujeres prostituidas. El
lobby de la explotación sexual necesita a las universidades: en primer lugar,
porque si las universidades se pronuncian mayoritariamente a favor de la
prostitución como un trabajo, eso se convierte en un argumento de autoridad y
en una fuente de legitimidad social; en segundo lugar, porque quieren
promocionar la idea de que la prostitución es una solución para resolver
cualquier problema económico que pueda tener una estudiante. Promueven la idea
de que la prostitución ocasional es una alternativa para la falta de recursos.
El lobby contempla a las estudiantes como una población que potencialmente
puede cubrir las necesidades de mujeres para su industria; en tercer lugar,
porque si los estudiantes varones no reciben el mensaje de que la prostitución
está bien, no se ampliaría la población de puteros. La estrategia del lobby de
promover la prostitución en la universidad y en secundaria ya se ha puesto en
marcha en diversos países, como Argentina o México. Toda industria necesita
ampliar el mercado en términos de producción y consumo. Se necesitan mercancías
y consumidores. Se necesitan mujeres de diversos estilos para la industria. La
universidad puede proporcionar un tipo de mujeres que no están en los burdeles.
Cuando la vulnerabilidad y la pobreza son el punto de
partida, la libertad se disuelve y se convierte en la ley del más fuerte
¿Por qué el
movimiento feminista está tan dividido en la cuestión de la prostitución?
No está tan dividido en la realidad. Hay mucho interés por
parte del lobby de la explotación sexual por sobredimensionar el debate porque
si una parte del feminismo está a favor de la prostitución eso es un balón de oxígeno
para quienes defienden esa institución. El movimiento feminista está conformado
por una red de asociaciones y organizaciones de mujeres que en la mayoría de
los casos tienen una perspectiva abolicionista sobre la prostitución aunque no
hayan hecho del abolicionismo el objetivo político preferente.
Habitualmente los
colectivos pro-prostitución o regulacionistas argumentan que el discurso
aboliconista estigmatiza a las prostitutas, ¿comparte esa opinión?
Querer acabar con una institución que es una fuente
inagotable de explotación económica y sexual no estigmatiza; lo que estigmatiza
es garantizar los instrumentos jurídicos y políticos para que la prostitución
siga reproduciéndose históricamente. Eso es lo que hacen las posiciones
regulacionistas de la prostitución.
¿Consideran que el
gobierno debería actuar contra los intentos por articular sindicatos de
trabajadoras sexuales?
Ya lo ha hecho la Audiencia Nacional, que ha reconocido que
los sindicatos son estrategias para legalizar la prostitución por la puerta de
atrás.
¿Ofrece el estado
recursos reales a las mujeres que quieren abandonar la prostitución?
No, en absoluto. Se necesitan políticas públicas: derechos
de ciudadanía, es decir, permisos de residencia; solución habitacional;
formación profesional; apoyo psicológico integral; salario mínimo garantizado;
apoyo a los hijos e hijas de las mujeres que han estado en prostitución…
¿Realmente resulta
posible abolir la prostitución en España?
Es posible hacer políticas abolicionistas que disuadan a los
proxenetas, que les empuje a ver que sus negocios peligran y no son tan
rentables como lo eran cuando la prostitución era tolerada. También es posible
que nuestros chicos se socialicen en la idea de que no tienen el derecho a
acceder por dinero al cuerpo de mujeres vulnerables y pobres. Al mismo tiempo,
se debilita la idea de que si un grupo de mujeres está en prostitución, todas
somos potencialmente prostituibles. Las políticas abolicionistas no hacen
desaparecen la prostitución, pero la desaparecen y erosionan el imaginario de
la masculinidad hegemónica.
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