Nota
Este artículo lo terminé en el 2.008, no ha
pasado demasiado tiempo y la situación no se ha modificado en lo sustancial.
Casi no han aparecido nuevas cifras, y las que
se han publicado no tienen fuentes confiables, por lo que las que figuran en
este trabajo pueden ser tomadas como actuales.
Lo que ha cambiado es la magnitud del negocio,
Naciones Unidas y otros organismos internacionales alertan acerca de que la
prostitución y por ende, la trata de
personas, aumentan notablemente en el mundo.
La profundísima crisis económica así como el
avance de las ideas del capitalismo neoliberal que se hacen evidentes en la
aplicación en gran parte del mundo de sus recetas, que aunque han demostrado
sobradamente ser fallidas, continúan siendo aplicadas a rajatabla, el aumento
de la violencia y paralelamente la falta de protección y valoración de la vida
humana, son algunos de los elementos que confluyen para que se produzca este
aumento.
Los gobiernos más allá de proyectos y
comunicados, siguen mostrándose incapaces o cómplices con relación a esta
temática.
Tampoco se hacen campañas para disuadir a los
hombres de pagar por satisfacerse sexualmente en un cuerpo ajeno.
Por otro lado el proxenetismo se organiza a
nivel empresarial y penetra en los gobiernos y organismos internacionales, en
la mayoría de los casos bajo la fachada de asistencia en la lucha contra el HIV
o mediante agrupaciones de mujeres en situación de prostitución que pretenden
defender sus supuestos “derechos” a ser consideradas “trabajadoras”, recibiendo
muchísimo dinero para hacer lobby.
Todo esto unido al panorama mundial, hace que
el avance en la aplicación y alcance de los Derechos Humanos se vean comprometidos de manera importante.
Alberto B Ilieff
Mayo 2013
La trata de personas es consustancial al capitalismo *
Por Alberto B. Ilieff
* Con regtro prop
intelectual
Introducción
Este desarrollo parte de
algunas preguntas que han surgido de la consideración de diversos documentos
oficiales internacionales, y de una muy abundante información producida por
organismos gubernamentales o por organizaciones no gubernamentales que incluso
aparecen publicados en los medios de
comunicación masiva.
También parte de recordar que
al año de dictada la Declaración de los Derechos Humanos, recopilando documentos
anteriores, Naciones Unidas saca el Convenio contra la Trata de Personas y la
Explotación de la Prostitución Ajena (1949) – ratificado por Argentina., lo
cual nos está diciendo que ya desde comienzos del siglo pasado el tema era
conocido y de tal importancia que ameritó la intervención de la ONU y fue
objeto de uno de sus primeros planteos de derechos humanos.
Tomar nota de todo este
material de acceso público me provocó, entre otras, las siguientes preguntas
¿cómo es que con tanta
información los países no han comenzado a hacer lo necesario para llegar a una
real abolición?
¿cómo es que de ser la trata de
personas el tercer negocio ilegal internacional ha pasado al segundo lugar ?
Y relacionadas a estas
preguntas comenzó a surgir la hipótesis de que quizá los estados no están
ciegos a este delito sino que, por el contrario, lo conocen perfectamente, lo
manejan y/o facilitan porque les resulta funcional.
De esta hipótesis se
desprendieron estas otras cuestiones:
¿qué sucede con las enormes ganancias
obtenidas por los tratantes y explotadores?
¿cuál es la relación existente
entre el sistema de trata de personas y la explotación consecuente con el
capitalismo?
Estas líneas no pretenden
contestar, ni siquiera hacer un análisis más o menos acabado, a lo sumo buscan
dejar sentada una base desde donde pensar la trata de personas y por ende, la
explotación, como un elemento constitutivo de nuestro actual sistema social.
I
CIFRAS GENERALES
El
poner aquí estos datos tiene como única finalidad hacer nota, en primer
lugar, la magnitud de la trata de
personas y, en segundo lugar, resaltar que estas cantidades hacen palpable que
los gobiernos, las oficinas de información de los estados, las policías del mundo, no podían dejar de
conocer estos hechos.
Una
vez más señalo que todos estos datos han sido publicados en medios de difusión
masiva.
Debido
a su naturaleza clandestina y a la falta de consenso en la definición y
comprensión de este fenómeno, resulta sumamente difícil establecer con
precisión cifras o estadísticas, dándose el caso que algunas de ellas difieren
notablemente según la entidad que las haya calculado o la metodología usada. No
obstante, la ONU estima que anualmente son tratados 4 millones de adultos y 2
millones de niñas y niños.
De
los 32 mil millones de dólares que origina, el 85 % corresponde a la explotación sexual.
Actualmente
se considera que la trata de personas
constituye el segundo negocio ilegal del mundo, siendo primero el tráfico de
armas y pasando a tercer lugar el tráfico de drogas. Perspectivas de Naciones
Unidas llegan a decir que posiblemente para el 2010 la trata de personas pueda
estar a la cabeza de los delitos más redituables del mundo.
Según
la Organización Internacional del Trabajo ( OIT ) , 12.3 millones de personas
están siendo actualmente esclavizadas.
Las
víctimas provienen de los países subdesarrollados, ya sea porque son captados
en los mismos, o durante su migración hacia el primer mundo, o una vez en este.
La
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que
mundialmente cada año aproximadamente un
millón de hombres, mujeres, niños y niñas son engañados, vendidos, coaccionados
o sometidos a condiciones semejantes a la esclavitud bajo distintas formas y en
diversos sectores: construcción, maquila, agricultura, servicio doméstico,
prostitución, pornografía, turismo sexual, matrimonios serviles, niños
soldados, tráfico de órganos, venta de niños, entre otros, siendo las mujeres,
las niñas y los niños el sector más vulnerable.
De
acuerdo con el Informe Anual sobre Trata de Personas del Departamento de Estado
de Estados Unidos, anualmente entre 600 mil y 800 mil personas cruzan las
fronteras internacionales como víctimas de trata; de esta cifra el 80 por
ciento son mujeres y niñas y el 50 por ciento son personas menores de edad.
Para
la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el total estimado de personas
sometidas a trabajos forzados como consecuencia de la trata es de 2.450.000. De estas cerca
del 56 % son mujeres y niñas y el
44 % restante son hombres y niños.
En
2003, 400 mil personas fueron compradas
en países de Europa Oriental para ser explotadas en la sexualidad paga, la agricultura o el procesamiento de
alimentos.
En
el caso de trata con fines sexuales la abrumadora mayoría del 98 % son mujeres y niñas.
En
España se contabilizan 1.337 esclavos sexuales y 681 casos denunciados de esclavos laborales. En este
sentido, los inmigrantes son los primeros damnificados.
La
desintegración de la antigua Unión Soviética seguida de una grave inestabilidad social que fue más notoria en sus aspectos
políticos y económicos, ha dado origen
a un importante aumento de trata de mujeres provenientes de Europa
Central y Oriental. La OIM estima que anualmente alrededor de 500 mil mujeres son sometidas mediante trata en los
mercados de prostitución locales europeos. Igualmente entre 2.500 y 3 mil
mujeres de estas regiones son explotadas en Israel.
Algunos
países de la ex Yugoslavia se han convertido en destinos de la trata de persona
así como centros de operaciones y
tránsito de mujeres y niñas de Europa central y oriental. Kosovo es uno de los
ejemplos más alarmantes: actualmente, de acuerdo con estimaciones de la OIM,
cerca de 300 mil mujeres víctimas de trata en la Unión Europea, son de ese
origen o han transitado por los Balcanes.
Se
ha confirmado el aumento en el número de
mujeres sudafricanas víctimas de prostitución en distintos países del Este de
Asia, así como mujeres provenientes de China, Tailandia o Rusia explotadas en
Sudáfrica.
La
trata de niñas y niños africanos también ha cobrado dimensiones importantes.
UNICEF estima que 32 % del total de las personas menores de edad explotadas en
el mundo son africanas. Tanto dentro del continente como fuera de él, alrededor
de 16 millones de niñas y niños son sometidos a trabajos forzados, venta,
mendicidad, prostitución y pornografía; también son vendidos o forzados a ser
soldados o esclavos de grupos militares. En este último aspecto se estima que
cerca de 300 mil personas menores de edad están vinculadas con grupos armados,
de los cuales el 40 % son niñas.
Cerca
de un tercio del total del flujo de la trata lo ocupan los países asiáticos.
Hong Kong, es primeramente una zona de
tránsito hacia China u otros puntos de la región y también es un importante
centro receptor, pues se estima que cada año aproximadamente 20 mil mujeres y
niñas son tratadas con fines de explotación sexual.
Cifras
similares existen en los que han sido reconocidos como los cuatro centros
principales de la explotación sexual de la región: Japón, Corea del Sur, Taiwán
y Malasia. Tan sólo en este último país se calcula que hay entre 43 mil y 142
mil víctimas de trata. Destaca igualmente esta región por la trata de mujeres
vietnamitas de entre 15 y 45 años para matrimonios serviles en China.
Medio
Oriente, Líbano, Arabia Saudita, Bahrein, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos
son reconocidos como puntos de tránsito y destino para la trata de mujeres
provenientes de Asia, África y las ex republicas soviéticas. Debe subrayarse la
trata de niños de Bangladesh, India y Pakistán que se comercian como jinetes en
las carreras de camellos de Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Los
niños y bebés tratados suman cerca de 90 millones, con fines de explotación sexual
(prostitución, pornografía o matrimonios forzosos), adopción ilegal, tráfico de
drogas, utilización para pedir limosna,
para cometer delitos menores, para realizar trabajos forzosos en condición de
esclavitud y para la extirpación de órganos.
Según
datos de UNICEF más de 12 millones de niños en el mundo entero son prostituidos
por estas mafias. Por cada menor
explotado sexualmente, se puede obtener 13.000 dólares mensuales o alrededor de
130.000 por año.
América Latina
En
América Latina se calcula que entre 700 mil y 2 millones de personas son
víctimas de trata por año, la que es motivada por demanda interna e internacional.
Los
centros mas activos de captación están localizados principalmente en Brasil,
Surinam, Colombia, Chile, Uruguay, Perú, República Dominicana y las Antillas, y
más recientemente en México, Argentina, Ecuador y Perú.
Las
regiones de América Central y el Caribe experimentan un creciente tráfico y
trata de mujeres, niñas y niños para explotación sexual.
Desde
estos países son llevadas hacia los centros de distribución ubicados en países
ricos como Estados Unidos y del hemisferio norte, principalmente Europa
(España, Grecia, Alemania, Bélgica y Holanda), medio oriente (Israel) y Asia (Japón).
Se
estima que anualmente, cerca de 100 mil mujeres y adolescentes provenientes de
estos países son conducidas con engaños y falsas promesas de empleo a Estados
Unidos, España, Holanda, Alemania, Bélgica, Israel, Japón y otros países
asiáticos.
Según
cifras de la Dirección General de la Guardia Civil española alrededor del 70 %
de las víctimas de trata en ese país son
mujeres provenientes de América Latina.
En
Japón, cada año por lo menos 1.700
mujeres de Latinoamérica y el Caribe son tratadas como esclavas sexuales;
incluso, otros estudios mencionan que alrededor de 3.000 mujeres mexicanas
ejercen la prostitución en ese país luego de ser reclutadas por redes de
tratantes.
Otra
modalidad que se ha venido evidenciando en la región es la adopción de mujeres
y niñas. En 1991, cerca de 1.000 peruanas fueron llevadas a Holanda mediante
mecanismos de adopción simulada. La víctima entra legalmente al país, pero su
“padre” la somete a condiciones de trabajo abusivas o a explotación sexual.
Estas
mafias se aprovechan de la vulnerabilidad femenina y la pésima situación
económica que viven estas mujeres en sus respectivos países. Entre los países
más afectados de Latinoamérica se encuentran Colombia y la República
Dominicana: entre 50 mil dominicanas y 70 mil colombianas son explotadas
por las redes de Estados Unidos, Europa,
Asia y Japón.
Chile se presentó en 2006 y 2007 como país de
destino para un 40% de mujeres argentinas, 37% mujeres uruguayas, 25% de
peruanas, 24% de colombianas, 18% venezolanas, 15% de chinas y un 12% de
dominicanas, brasileñas y ecuatorianas.
.
Argentina
es parte de un circuito internacional del crimen organizado. Se traen
mujeres paraguayas, y son llevadas
argentinas a Chile, Bolivia, Colombia, España
Hay rutas internas en la trata de mujeres y niñas destinadas a la
prostitución. Salta, Jujuy, Chaco, Catamarca y sobre todo Misiones, son los
principales proveedores de menores para la prostitución. Son las provincias
donde se captan y reclutan con más facilidad niños y jóvenes, a los que se
lleva a diferentes puntos del país.
Las
rutas más conocidas son: de Misiones a Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y al
sur del país; de Tucumán a La Rioja, de Chaco y Santa Fe a Córdoba, de todo el noroeste a Chubut.
España
España
identifica a más de 18.000 mujeres extranjeras víctimas de trata por año, lo
que se supone es sólo la punta de una cifra negra mucho mayor.
Se
contabilizan 1.337 esclavos sexuales y 681 casos denunciados de esclavos laborales. En este
sentido, los inmigrantes son los primeros damnificados.
Brasil,
Colombia, República Dominicana y
Paraguay son los países de donde
han salido la mayoría de las mujeres víctimas de estas mafias. Un 60% de las
mujeres que llegan a España por la trata son latinoamericanas.
Sus
historias personales se repiten. Son mujeres pobres, que en sus países
subsisten sin recursos económicos y sin oportunidades laborales, y, por lo
general, suelen tener hijos y familiares a su cargo.
La
mayoría, un 72%, fueron captadas en sus países de origen por personas cercanas,
incluso de su entorno familiar o de su círculo de amigos.
Algunas
saben que vienen a España a ejercer la prostitución, pero la mayoría, un 65,7%,
pensaban que trabajarían en el servicio doméstico o en la hostelería.
Según
las estimaciones de la Federación de Mujeres Progresistas, en un club-burdel,
que suelen tener una media de 20 mujeres en prostitución, el dueño puede
obtener unos ingresos medios de 1.900 euros al día, suponiendo que las mujeres
realicen 5,5 pases por día y que el club se quede con el 40% de sus ingresos.
Si
nos referimos muy brevemente a la esclavitud
laboral las cifras son también
contundentes.
Entre
100 mil y 130 mil personas son victimas de la trata internacional solo en la
Republica Argentina, de ellos la mayoría son bolivianos, cuyo destino laboral
son las quintas de producción de hortalizas, los cortaderos de ladrillos, los
talleres ilegales de costura y las obras en construcción
El la provincia de Buenos Aires, descubrieron en
un establecimiento avícola, de producción de huevos, a decenas de bolivianos
reducidos a esclavitud, los niños desde los cuatro años tenían que trabajar
desde las seis de la mañana y cumplir su cuota de recolección de huevos para
dejarlos ir a la escuela, a los varones les imponían pesadas tareas que solo
podían cumplirse con el concurso de sus esposas e hijas, quienes no cobraban
nada; los obligaban a cocinar con los pollos que se morían de enfermedades o
aplastados y no podían salir del establecimiento por que habían electrificado
la alambrada perimetral. Las jornadas de trabajo superaban las catorce horas
por día, trabajo en negro sin ninguna cobertura para la salud ni de la
previsión social. Los patrones y capataces hacían de médicos y les suministraban aspirinas para
cualquier enfermedad. Trato despótico y poca paga. Hacinados en cuartuchos
miserables y sin muebles sufrían los rigores del clima.
Se
estima que en la Ciudad de Buenos Aires existen al menos unos 5.000 talleres
clandestinos, en los que trabajan entre 25 mil y 30 mil costureros en situación de esclavitud.
Una cifra imprecisa supuesta en miles es
la referida a quienes son explotados en
las quintas de verduras.
Estos
trabajadores se hallan en situación de extrema vulnerabilidad, explotación de
inmigrantes indocumentados, jornadas de trabajo extensas, bajos o nulos
salarios, hacinamiento, ausencia de condiciones mínimas de seguridad e higiene,
niños y niñas encerrados, lo que puede incluir personas tratadas.
En
los últimos años fueron denunciadas Adidas, Puma, Lacoste, Nike, Soho, entre
otras 85 marcas
“…la
esclavitud contemporánea de los bolivianos en la argentina se basa en la
necesidad, en la desesperada necesidad de subsistir, en no desandar ese camino
recorrido lleno de fe y esperanza, es un camino sin retorno que tiene nuestra
gente, que no pueden ni quieren volver, porque aún en las peores condiciones de
trabajo que tengan que soportar en la Argentina, están mejor que lo que estaban
en Bolivia. “
Córdoba,
Argentina, 17 de abril de 2008. Pte. del Centro de Residentes Bolivianos de
Córdoba
En
Tucumán el 10 % de los trabajadores en el campo son menores de edad, más de 4
mil niños. En las plantaciones
tabacaleras y de la frutilla trabajan
unos más de mil chicos, son actividades con el nivel más alto de explotación
infantil, por tratarse de obreros extranjeros -bolivianos- y de otras
provincias.
La
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dado a conocer que familias indígenas guaraníes
en el Chaco boliviano se hallan en una situación de servidumbre análoga
a la esclavitud. En esta condición están personas de todas las edades,
incluyendo niños y ancianos. Son
sometidos bajo amenaza de castigos corporales,
se les paga en especie o con unas monedas, los hacendados les venden los
productos básicos, lo que hace que se endeuden pudiendo llegar a convertirse en
vitalicio e incluso ser heredado.
La
esclavitud laboral es la continuidad de la explotación laboral, se hala
inscripta en el mismo régimen.
Como
ejemplo:
En
febrero del 2008 se lanzó la campaña internacional Juega Limpio la que denuncia
la explotación laboral de la que son víctimas las trabajadora/es de las
principales marcas deportivas en el mundo, como Nike, Adidas, Asics, New
Balance y Puma.
En
estas empresas que “…gastan millones en el patrocinio olímpico y deportivo,
siguen trabajando un número excesivo de horas y reciben salarios miserables”
Ejemplo
de ello es que en 2007 las y los trabajadores que hacían gorras para Nike
cobraran 66 centavos de dólar por hora en República Dominicana y 25 centavos en
Bangladesh, mientras que en ese mismo año esta marca deportiva informó que
obtuvo ingresos de casi mil 500 millones de dólares.
De
igual forma, señala que en la fábrica china de Joyful Long, que abastece a
Adidas, Nike, Umbro y Fila, las horas extraordinarias pueden llegar a alcanzar
las 232 mensuales, mientras que los salarios medios representan casi la mitad
del mínimo legal.
Es
muy ilustrativa la noticia que fue
publicada el día 15 de mayo pasado el diario Página 12 muestra la íntima conexión
existente entre estratos gubernamentales, capitales, explotación, y la
facilitación a estos. El periódico informó que el Juez federal Norberto Oyarbide, en una causa por talleres
clandestinos, sobreseyó a tres directivos de Soho, acusados de contratar
talleres de costura donde se empleaban inmigrantes indocumentados, en
condiciones de máxima precarización laboral.
El
juez argumentó que ese sistema de explotación sería herencia de “pautas
culturales de pueblos originarios del Altiplano boliviano, de donde proviene la
mayoría” de los talleristas y costureros, y que se trata de “un grupo humano
que convive como un ayllu o comunidad familiar extensa originaria de aquella
región, que funciona como una especie de cooperativa”. Este argumento ya había
sido utilizado la Sala II de la Cámara Federal porteña. Los camaristas Martín
Irurzun y Horacio Cattani, hicieron alusión a la supuesta tradición cultural de
los pueblos originarios y al ayllu, una organización comunitaria del pueblo
aymara.
El
cónsul general de Bolivia declaró “Basar
una sentencia en ese argumento es patético”, y opinó que el juez “debió haberse
informado sobre la naturaleza de las costumbres ancestrales, que nada tienen
que ver con los tristes sistemas de esclavitud” que rigen en estos talleres
clandestinos.
De
acuerdo con las definiciones académicas, el ayllu era una forma de comunidad
familiar ampliada que trabajaba en forma colectiva en un territorio de
propiedad común, todos obtenían el mismo
beneficio y a lo sumo tributaban una parte de su producción al Estado incaico.
No existían prácticas discriminatorias ni la posibilidad de acumulación
individual, todo lo contrario a los sistemas
de explotación en los talleres
clandestinos de Buenos Aires.
El
cónsul explicó que el ayllu es un sistema
de organización comunitaria de los pueblos aimaras, “basado en la solidaridad”.
“Esto no tiene nada que ver con un sistema donde un grupo trabaja para un
patrón que lo somete, doce horas por día, a destajo, un triste sistema de
esclavitud”,
Si
el ayllu es la organización social, la comunidad familiar, el trabajo en esa
comunidad se denomina ayni. “Es el trabajo colectivo en beneficio de algunos de
los integrantes: si una pareja se ‘casa’, el grupo la ayuda con su primera
plantación de alimentos; si una familia perdió el techo de su casa, la
comunidad ayuda a reconstruirla”. “El ayni no reconoce la esclavitud o la
servidumbre; no existe la figura del caporal (capataz), todos son propietarios”
“Quien
sostiene un argumento de este tipo –concluyó– lo hace por desconocimiento o por
interés.”
II
Algo de Historia
Este
breve recorrido histórico tiene como finalidad ampliar la mirada acerca de la
trata de personas mostrando como esta ya era muy conocida en nuestro país desde
el siglo 19 y como las condiciones socioeconómicas han favorecido su constante desarrollo.
La
trata de personas y sus modos de explotación privilegiados: sexual y laboral,
no son naturales, sino que responden a
estas condiciones,
Desde
1860 sucesivas olas inmigratorias
arriban a la Argentina, concentrándose preferentemente en medios urbanos como
Buenos Aires y Rosario. A fines del siglo XIX gran cantidad de jóvenes europeas es traída bajo la promesa de
matrimonio o trabajo. A su llegada eran secuestradas y desaparecidas
obligándolas a ejercer la prostitución.
Procedían de Francia, Austria, Polonia, Inglaterra. Aunque algunas conocieran
su destino ignoraban las condiciones de
esclavitud a las que se las sometería.
La
historiadora Aurora Alonso de Rocha (2.003) narra que
“....las
chicas viajan contentas durante 24 días.
Cada una tiene un amante-empresario que la administra y declara amarla y
cuidarla, si bien suelen compartirse entre varias. En el puerto pasan con sus pasaportes......o mediante sobornos......”
La
trata de personas era ya un mecanismo tan aceitado y establecido que, por
ejemplo en la ciudad de Buenos Aires, en
la medida en que la cantidad de mujeres sometidas a prostitución aumentaba,
llegó a constituirse una real estratificación entre estas : putas finas y de
las otras:
“....(La Boca) es el escalón más bajo de la
prostitución en la ciudad: las polacas cuestan dos pesos mientras las francesas
del centro valen cinco” (Alonso de Rocha, 2003)
Esta
situación era conocida por la población, era sabido que desde Barracas al Sur,
llegando al “bajo” –25 de mayo, Reconquista, Paseo Colón- se ubicaban las casas
de citas. También cada estación de ferrocarril tenía su propio “ambiente”, así
como algunas calles: Lavalle, Corrientes, Chiclana.
En
aquel entonces ya existía el negocio encubridor, como ahora pueden ser las
whiskerías o saunas:
“Las
academias (de tango) eran sitios aledaños a las casas de tolerancia,
gestionadas por hombres que entraban al negocio de esa manera, ya que la ley
exigía que la Casa fuera regida por una
mujer. En otros casos, se instalaban como negocios independientes que servían
para el entretenimiento o de tapadera para un “clandestino” (piezas para
citas)” (A. de Rocha)
Estas
mujeres tratadas eran integradas en un ámbito social difuso y ambiguo, cuasi
legal:
“Primero,
que integraban un sistema legal
destinado a protegerlas para usufructuarlas. Segundo, que la moral y las costumbres segregaban a sus
pupilas pero las consideraban un mal necesario, muy necesario, para la salud y
la paz social” (2003)
El
poder legal no sólo perpetuaba la
prostitución, sino que se alimentaba de ella, siendo un negocio rentable y
seguro, basado en la explotación de
mujeres convertidas en objetos susceptibles de descarte, “....los
municipios tenían como principal ingreso
la tasa de “tolerancia”....” (Alonso de Rocha, 2003)
A
fines de la década de los años 20 comienzan las investigaciones contra la ZWI MIGDAL.
Esta Mutual que pasa por ser una sociedad benéfica era en realidad una empresa
de rufianes que poseían unos 2 mil prostíbulos, explotaba a 30 mil mujeres y
recaudaba 108 millones de pesos al año extendiéndose sus
actividades a todo el país. Alberto Barceló caudillo conservador
bonaerense e Intendente de Avellaneda proveía la cobertura notarial para el
giro comercial de la firma. Los proxenetas digitaban elecciones, aportaban
grandes sumas para la protección de sus intereses, a cargo de su amiga y socia
la policía porteña y dominaban redituables actividades comerciales ajenas a la
prostitución.
Alonso
de Rocha (2.003) agrega:
“La
Zwig Migdal era, realmente, una organización criminal: bajo la apariencia de
una sociedad judía de socorros mutuos manejaba dos mil prostíbulos como una
mafia bien aceitada....”
Esta
misma autora en otro párrafo habla de la
Varsovia, era
“....una
organización de polacos....modelo de otras que
envían agentes a recoger mujeres ignorantes o abandonadas para
embarcarlas....a Buenos Aires.”
Los
polacos se hacían pasar por comerciantes y buscaban a familias pobres con
muchas hijas, y tal como sucede en la actualidad, les ofrecían un contrato de
trabajo por el cual lograban traer a las mujeres.
El
periodista francés Albert Londres publicó
“Le chemin de Buenos Aires (La traite des blanches)”, una investigación
por él realizada acerca de la “trata de blancas” entre Francia y Argentina. Allí narra como las mujeres son “contratadas”
para luego traerlas apiñadas en los barcos. Ya en Buenos Aires estas eran
seleccionadas y repartidas entre los
propietarios de los clubes nocturnos.
Al
final del libro Londres concluye: “El rufián no crea. No hace más que explotar
lo que encuentra. Si no encontrara esa mercadería , no la vendería.
Únicamente sabe quién la fabrica. Conoce la fábrica de donde sale la materia prima, la
gran fábrica: La Miseria” (Iglesias, 2003)
Recién
en 1.927 por la denuncia de Raquel Liberman
contra la Zwig Migdal, comienzan a ventilarse los aspectos mafiosos de
la prostitución.
La investigación que fue dirigida por el comisario Alsogaray con la intervención del juez Rodríguez Ocampo, se puede considerar fallida pues pese a la diligencia de los trabajos, el 27 de Enero de 1931 la Cámara revoca el auto del Juez y dispone la libertad de los
rufianes. Esto seguramente es debido a que los defensores de los integrantes de la
Migdal son hombres ligados al gobierno
encaramado al poder con el golpe militar del 6 de Septiembre de 1930. La
persecución de los proxenetas sólo fue un operativo político para calmar las
reclamaciones internas e internacionales.
Saltemos ahora desde aquellos años
de fines del siglo 19 a finales del 20.
Recordemos que en la década de los 90 el entonces
Jefe de la Policía Federal, Baltasar García, públicamente dijo conocer la
llegada de 1500 mujeres dominicanas para ejercer la prostitución
aprovechando la ventaja cambiaría, y la permisividad de nuestras normas.
Una investigación publicada por el matutino
Página 12 nos informa acerca de una ciudadana dominicana presuntamente en
contacto con su embajada, Máxima Pérez Matos, encargada de reclutar en
República Dominicana y explotar aquí en la prostitución a varias connacionales.
Marta Dillon en la edición web del diario Página
12 del 25-9-03 dice:
“Amparada por la globalización que borró fronteras
y empobreció aún más a los países vulnerables, este negocio deja entre cinco y
siete billones de dólares por año, cobijado por el silencio –el miedo– de las
víctimas y la complicidad de funcionarios de Estado a los que también compra el
dinero. “
En el mismo
artículo Dillon expresa: “, según
las cifras que se manejan en Naciones Unidas..... se calcula que 400 millones
de personas –especialmente mujeres, niños y niñas– son traficadas y sometidas a
la servidumbre. En la década del ’90....... más de cinco mil mujeres
dominicanas fueron traídas a Buenos Aires con promesas falsas de trabajos
redituables. “
Hasta aquí este superficial paneo histórico.
Si la trata de personas era ampliamente
desarrollada y públicamente conocida desde fines del siglo 19.
Si varios documentos internacionales la sitúan
como una violación a los derechos humanos.
Si documentos internacionales penales la
colocan dentro de su esfera.
¿Por qué causas no hubo una intervención
persecutoria decidida de los Estados?
¿Por qué en realidad se permitió y facilitó
su desarrollo?
III
Capitalismo
Desde la psicología
institucional vemos a las sociedades como constituidas por distintas
instituciones, lengua, religión,
sexualidad, trabajo, economía, entre otras. Todas ellas se van conformando mutuamente de manera no estática. Este
ensamble particular es el que da una fisonomía determinada y única a cada
sociedad, es lo que permite poder diferenciarlas, poder decir que la sociedad
argentina es diferente a la mexicana, a la finlandesa o sudafricana. Y, en la
medida en que el mundo social es fuente
de nuestra subjetividad, todo acercamiento a lo humano debe también considerar
estas variables.
Para comprender parte del
acontecer social, como es la situación
de trata de personas, resulta necesario referirse a las instituciones y en este
caso, tomaré el capitalismo, el actual sistema económico occidental. Como esta
exposición no tiene por finalidad la
economía en sí misma sino en su relación
a la trata, tocaré únicamente los puntos que me parecen salientes y no haré una
clara diferenciación entre capitalismo y su actual cara, el neoliberalismo.
Por lo dicho, también vale
puntualizar que si bien la esclavitud existe desde antiguo, lo mismo que el
comercio, que la prostitución, lo único
de cada sociedad y de cada momento histórico, nos impide ver en ello una
continuidad y homogeneidad y nos lleva a considerar las características específicas que en nuestra época adquieren, por eso genuinamente se puede
llamar a la trata de personas la Esclavitud del siglo XXI.
Contextualizando
El desarrollo del capitalismo es un fenómeno
europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido
en la segunda mitad del siglo XIX. En particular desde Inglaterra se fue
extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en
el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual
se estableció paralelamente un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo.
El término kapitalism fue acuñado a
mediados del siglo XIX por el economista alemán Karl Marx, también se lo suele
denominar sistema de libre empresa o economía de mercado.
También es posible utilizar el término economía
mixta cuando se quiere describir el sistema capitalista con intervención
del sector público.
Se puede considerar como
su fundador al filósofo escocés Adam Smith. En su obra “ Investigación
sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” (1776),
postuló que es posible buscar la ganancia personal de manera que
con ella se lograse el objetivo individual al mismo tiempo que la mejora de la
sociedad. Para este autor los intereses sociales radican en lograr el
máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer.
Según Smith la combinación del
interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado
lleva a los productores, "gracias a una mano invisible", a alcanzar
un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la
sociedad
En términos generales, la definición de
capitalismo comprende a quienes crean o adquieren capital y permanecen
como sus propietarios durante el proceso de producción. O sea que se trata
de un régimen económico en el cual la titularidad de los medios de
producción es privada.
Desde un comienzo el capitalismo ha abarcado las
áreas políticas, culturales y sociales buscando convertirse en un rector de la
totalidad de la vida social, en su actual faz neoliberal, tiende a constituirse
en pensamiento hegemónico.
La virtud cardinal en la vida económica es
la acumulación de capital, el interés y la renta predominan
económicamente como trabajo acumulado por encima del trabajo a destajo como
elementos de producción y creación de riqueza. De esto resulta un claro
predominio del capital sobre el trabajo y del beneficio o ganancia como
prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital. El
dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un
papel fundamental.
“El sistema económico en el cual las relaciones
sociales de producción y el origen de la cadena de mando -incluyendo la
empresaria por delegación- se establece desde la titularidad privada y
exclusiva de los accionistas de una empresa en función de la participación en
su creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad y el
usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital
volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con
independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante un
trabajo colectivo y conjunto, material e inmaterial, por cada uno de los
actores de la misma empresa. “ (Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Capitalismo )
La etapa capitalista actual es la neoliberal,
por lo cual es un punto imprescindible al tratar este tema.
Liberalismo clásico tiene como basamentos
fundamentales, primero: el principio de la libertad personal definida como la
no interferencia en las creencias y en la búsqueda de objetivos privados;
segundo: estricta libertad económica, tercero: gobierno limitado a asegurar las
funciones básicas de la organización de la sociedad, en especial, la libertad,
la seguridad y la justicia.
El neoliberalismo va más delante de estos supuestos al declarar que la
intervención gubernamental no funciona porque que el mercado, libre de
interferencias, es capaz de autorregularse. Sostiene que el intercambio en un
mercado libre cubrirá las demandas de los individuos mucho mejor que lo podría
hacer el estado, el cual ha demostrado en la práctica su ineficacia.
De esta manera el capitalismo neoliberal se
constituye en un sistema altamente centralizado y jerárquico tanto por la
existencia de una clase dominante como por la estructura misma de la economía
que impide la regulación por parte de la mayoría concentrando en
unas pocas personas las decisiones económicas más importantes.
Características
A-
Los medios de producción son de propiedad privada. Al postular que
la propiedad privada carece de límites, su consecuencia es que
necesariamente la riqueza se concentra en una pequeña minoría
privilegiada.
La propiedad de los medios de producción
determina el grado de influencia social, lo cual a su vez
establece una relación jerárquica entre el
capitalista/empresario/patrón y el obrero/asalariado. Esto crea una
sociedad de clases estratificadas en relación con la posición en el mercado de
consumo.
B-
La libertad es establecida como un valor abstracto absoluto. En lo
económico se refiere a la libertad de los mercados de capitales para decidir;
para comprar, vender o competir sin trabas burocráticas ni fronteras; para
adquirir los máximos beneficios e invertirlos donde plazca. Considera que los
propietarios de la tierra y el capital, los trabajadores y los consumidores son
libres y buscan maximizar su bienestar sacando el mayor partido posible de sus
recursos.
C-
El mercado libre es la institución en la que se producen las
transacciones y la conversión en mercancía de todos los factores de
producción: tierra, o naturaleza, trabajo, seres humanos, en beneficio
del capital. La actividad económica se organiza y coordina por la interacción
entre compradores y vendedores o productores en los mercados. El libre
intercambio no limitado es considerado un factor necesario para el desarrollo
ininterrumpido del comercio, de los flujos financieros y por lo tanto de la
sociedad. Como parte de este mercado sin restricciones existe la
libertad de empresa la que estipula que estas deben ser
libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía
o servicio que será ofrecido en el mercado; son libres de escoger el negocio
que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste.
Teóricamente supone que los trabajadores y los consumidores tienen igual grado
de libertad, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que
esté dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que
desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y
se encuentre dentro de los límites de su ingreso.
D-
La idea de competencia se refiere a la existencia de un gran número de
empresas o personas que ofrecen y venden un producto, en un mercado
determinado, a otro gran número de personas o empresas dispuestas a
consumir los productos ofrecidos según sus preferencias y necesidades. Supone
que entre los oferentes se establece una “sana competencia” para conquistar a
los consumidores y para esto supone apelarán a bajar los precios, mejorar la
calidad, brindar mejores servicios, convirtiéndose en movilizadora de la mejor
aplicación de los recursos y del desarrollo social.
Los productores empujados por la competencia se
verán obligados a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la
demanda de los consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios.
La competencia y la competitividad actúan como estimulantes y dinamizadoras de
las empresas llevándolas a una permanente modernización, a la creación de
nuevos productos para cubrir una demanda creciente, todo lo cual
implica un sostenido progreso social.
Obviamente, según el ideario liberal, cada uno
de los actores del mercado busca libremente su propio interés.
E-
El mercado se auto regula por medio de las leyes de la oferta y
la demanda, las que orientan los precios, la producción, la
asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.
F-
Acción estatal restringida, el control del sector privado por parte del
sector público debe ser mínimo; si existe competencia, la actividad económica
se controlará a sí misma. La actividad del gobierno sólo es necesaria para la
seguridad interna y externa, para el mantenimiento del orden, para hacer
respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos, y
eventualmente la implantación de políticas indispensables para el
funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía
perturba su funcionamiento.
El liberalismo clásico considera que el mercado es el motor del progreso
humano, este debe ser custodiado y garantizado por el Estado para que la mano
invisible lo conlleve en interés de todos.
El neoliberalismo da un paso más adelante al considerar que las
leyes deben plegarse al mercado y ser establecidas en función de este. Esto
llega al punto de impedir que un país determinado tome medidas legales que
impidan en libre desempeño de los capitales y negocios, aún los
multinacionales, aunque ello incluso dañe al propio país.
En la práctica la mentada no intervención estatal es muy
relativa porque el capitalismo no podría existir
con la ausencia del Estado dado que la centralización de riqueza en una
jerarquía de clases es favorecida y mantenida por la intervención estatal
que protege a la clase dirigente, usando un monopolio sobre el dinero,
garantizando patentes y subsidios a las grandes empresas, imponiendo impuestos
discriminatorios, e interviniendo militarmente para acceder a los mercados
internacionales o sostener y garantizar los internos. En la práctica la
economía se ve fuertemente subsidiada y los mercados igualmente intervenidos.
G-
El centro es el individuo, el es el principio y final de todo el
proceso. No se considera al ser humano en cuanto a su personalidad, sus
capacidades, su posibilidad de desarrollo personal, centro del quehacer
económico, sino que es convertido en una mercadería más o como consumidor,
pasando a primer plano las ganancias y la acumulación. Como
consecuencia de esto, para el capitalismo en su cara neoliberal, no
existen los intereses colectivos, al contrario, el individuo debe
centrarse en sus propios intereses dejando de lado toda preocupación por lo
social. Por esto mismo tampoco existen los intereses ecológicos.
En 1949 las Naciones Unidas dicta el
Convenio Contra la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena.
Este es un documento neto de derechos humanos que coloca a la trata como una
violación a los mismos.
Fue necesario llegar al año 2000 para que se
dictara otro documento, esta vez de carácter penal, la Convención de Naciones
Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, y su Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y
niños, también conocido como Protocolo de Palermo.
Ardua fue la lucha por obtener una definición
del tema coherente con los derechos humanos, cuando por otra parte, muy fuertes
intereses económicos y de países presionaban por una definición que incluyera
las bases del capitalismo neoliberal, o sea el principio de libertad y del
extremo individualismo.
Habiendo salido gananciosa esta segunda postura,
en el artículo 3 de la definición son incluidas una serie de condiciones
necesarias para tipificar como delito a la trata, estas son: amenaza, uso de
fuerza u otras formas de coacción, rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de
una situación de vulnerabilidad, concesión o recepción de pagos o beneficios.
Si no se logran probar ninguno de estos extremos no aparece configurado el
delito. De este modo se introduce dos tipos de trata, la criminal en la que se
logra probar las condiciones aludidas, y la consentida o libre.
Prestemos atención que en el caso de los niños
estos extremos no son requeridos pues no se hallan bajo el régimen de libertad
plena.
Más allá de ser una aberración con relación a
los derechos humanos, pues se sienta el precedente de que estos pueden ser
renunciados y que en último caso dependen de la propia libertad de elección,
era necesaria la inclusión de esta cláusula para garantizar que no se
obstaculizara la trata al volver casi imposibles de probar las condiciones de
violencia, etc.
Retomemos las características que enunciamos
para el neoliberalismo esta vez con relación a nuestro tema:
Los medios de producción son de propiedad
privada: Como la finalidad de la trata es la explotación de las
personas (laboral, sexual) a efectos de obtener ganancia, la persona misma es
convertida en propiedad privada. A tal punto que es tomada, podríamos decir
cosechada, comercializada: comprada, vendida, alquilada, y por fin, puesta a
“trabajar”, a redituar económicamente a su propietario. Por este motivo es
llamada la Esclavitud del Siglo XXI.
Recordemos lo que dice la Convención sobre la
Esclavitud en su art. 1ro:
“1. La esclavitud es el estado o condición de un
individuo sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de propiedad o
algunos de ellos.
2. La trata de esclavos comprende todo acto de
captura, adquisición o cesión de un individuo para venderle o cambiarle; todo
acto de cesión por venta o cambio de un esclavo, adquirido para venderle
o cambiarle, y en general todo acto de comercio o trasporte de esclavos”
La libertad: Ya hablé de
este al referirme a la definición de trata en el Protocolo, la que es retomada
por la actual legislación Argentina. Basta que una persona mayor de 18 años
diga que está en situación de explotación “por propia voluntad” para que el
Estado no intervenga. Es el argumento usado por el juez federal Oyarbide para
sobreseer a gerentes de Soho quienes fueran procesados por explotación laboral,
amparándolos por una supuesta matriz cultural boliviana….
Este principio también es el más claro límite a
la acción estatal y en última instancia es el argumento que restringe los temas
sociales al plano individual.
Ideológicamente la libertad entendida de este
modo actúa como un elemento de ruptura de la trama social al no haber apelación
a lo colectivo, y convertir en secundarios hechos tales como la subordinación
de género, la pobreza, falta de posibilidades, etc.
El mercado libre: En primer lugar debemos
tener claro que la trata se da en el marco de un mercado real de compra venta
de seres humanos y que esta actividad no es casual, por el contrario, es
abierta y sostenida, a tal punto que ha logrado superar en ganancias ilegales
al tráfico de drogas, ubicándose en el segundo lugar de negocios criminales.
Entorno a esto, a la inclusión dentro de un
mercado legal, se alinean actualmente las fuerzas que buscan imponer la idea de
una ”industria sexual” que formaría parte de la “industria del entretenimiento”
, las que obviamente se regirían por las leyes de este mercado libre de
intromisión estatal.
Este mercado es tan amplio y conocido que en la
publicación “Mujeres entre la globalización y la guerra santa” de Le
Monde diplomatique de junio de 2003, la periodista François Loncle, escribe: “
…Continúa en el Arizona Market de Breko, el mayor centro de contrabando de
Bosnia Herzegovina, o bien en Novis Sad, en Servia. En estos lugares se ha
desarrollado un verdadero “mercado de esclavas”. Traficantes rumanos
ofrecen en subasta a ucranianas, moldavas, rumanas, búlgaras, rusas que son
exhibidas desnudas y compradas en unos 1.000 marcos….”
La competencia: este principio
también rige no sólo en los ámbitos de explotación, viéndose con mayor claridad
en los prostitucional al requerir menores pues estas atraen más público, o por
la rotación de mujeres cada corto tiempo para ocasionar novedad que incentive
la demanda. La competencia también vale entre empresas, pues la trata permite
bajar enormemente los costos laborales y de ese modo maximizar la ganancia y la
posibilidad de ofrecer en el mercado productos a menor precio. A nivel
macroeconómico permite la creación de un mercado globalizado en el que
determinados países se dedican a la producción a muy bajo costo y otros al
consumo, siendo aún beneficiados estos por la posibilidad de adquirir productos
a menor precio, lo que implica que su dinero rinda más. Esta división
entre países productores y consumidores es la que hace que las mujeres, niños y
niñas de los países empobrecidos sigan la misma ruta que las materias primas
que también esos países producen.
La oferta y la demanda: obviamente,
más allá que la propia definición de trata permita creer que existe la
posibilidad de que las personas se ofrezcan libremente a ser explotadas, con
oferta y demanda nos referimos al motor mismo.
El mercado, el flujo de capitales y mercaderías,
tiene como finalidad el consumo. Es la demanda misma la que al requerir los
productos mantiene en marcha esta maquinaria.
La rotación de chicas en la prostitución, la
variación anual de los modelos, la creación de necesidades mediante la
publicidad, apuntan directamente al mercado consumidor.
A esto obedece la actual lucha simbólica por
incluir a la prostitución dentro de la “industria del entretenimiento”, la
erotización económica extrema de los vínculos sobre todo en los medios
televisivos donde aparece equiparada la ganancia económica con determinadas
formas corporales que son exhibidas y con una conducta llamada de “gato” que si
no es dicha directamente, es expresada mediante el clásico maullido
sobreimpreso, lo que establece una continuidad entre erotismo cuerpo y ganancia
económica. Una de las consecuencias sintomáticas es la aparición de niñas
jóvenes que mantienen sexo oral a cambio del pago de una copa o entrada a un
boliche, lo que aparece puesto como un “juego”.
Todo esto apunta a la incentivación de la
demanda dentro de un mercado considerado natural.
Acción estatal restringida: Para
el neoliberalismo la no intervención estatal es fundamental, salvo cuando es
necesaria para garantizar el orden y el libre juego del capitalismo. En el caso
de la trata, si bien no puede hablarse de una intervención formal estatal, esta
no debe ser descartada, sino, por el contrario, sólo incluyéndola se puede
explicar el enorme crecimiento de esta actividad ilegal, y la facilidad con que
millones de personas son trasladadas y sometidas a explotación.
Difícilmente esto podría haberse logrado sin una facilitación indirecta estatal.
Una vez más sirve como ejemplo el Protocolo de Palermo y la legislación
argentina en esta materia.
El individuo: Aquí nos
encontramos con el individuo particular, no hay un universal ni general, cada
uno es el principio y fin de la historia, paralelamente al no haber
intereses colectivos nada me obliga a pensar en un/una otredad. Según
esta definición el otro/a son considerados ya no como el prójimo,
aquel/lla con cuyo encuentro me recreo, sino como el que con sus derechos
limita los míos, en un marco de confrontación y competencia por los bienes.
Una vez más aquí aparece la libertad, como
principio únicamente limitado por los derechos de otro individuo, y como la
capacidad de aún renunciar a la propia dignidad con un acto de consentimiento.
Como este individuo y su libertad son valores
absolutos, es fácil deslizarse a un egoísmo neto que no toma en cuenta las
necesidades de otro que no sea el individuo mismo.
Tengamos presente que la contracara del
individualismo es el anonimato, las grandes corporaciones, las sociedades, las
divisas no tienen propietario, son flujos que derivan casi siguiendo una lógica
propia, y en esta deriva las personas son consumidas a su paso y puestas a su
servicio.
El capital: todos las
anteriores prácticas son orientadas a una única finalidad, la acumulación de
capital. La constitución de un mercado, el juego de fijación de precios, la
creación de necesidades, están en función del movimiento de capitales, de un
flujo que no debe detenerse, que siempre debe estar produciendo más capitales.
Debemos entender que en esta etapa de desarrollo
el capital se ha vuelto una abstracción una fuerza centrípeta que todo lo atrae
y lo convierte en mercadería.
La historia ha terminado, salvo la libertad, los
valores han caído y con ellos los derechos humanos, aunque también liberales, o
por el hecho de ser liberales, se han vuelto relativos. En este juego las
personas son constituidas ya sea como consumidores, como productores atados a
una línea sin comienzo, o como mercadería misma.
La trata de personas es la concreción más clara
y extrema de todo esto: la persona es arrancada de su humanidad sociohistórica
y es puesta en el mercado, comprada, vendida, alquilada. Su cuerpo ya no es su
condición de humanidad, de estar en la tierra, sino una serie de curvas,
redondeces y orificios con precio –variable según el cliente y/o el barrio-
dispuestos para quien tenga capacidad económica; o es convertido en pieza
desechable ligada a una máquina o un sembradío, cuando no en un recipiente
contenedor de órganos que pueden ser vendidos.
Al mismo tiempo la trata para trabajo
esclavo sirve como forma de contención de las demandas salariales del
trabajador no especializado. Los requerimientos de mano de obra pueden
ser cubiertos no mediante ofertas salariales o mejores condiciones
laborales, sino simplemente con trabajadores esclavizados, a la par que esto
baja costos y aumenta el margen de ganancia.
En la actualidad también el traslado de personas
sigue la misma ruta que las materias primas, de los países o zonas empobrecidas
a los enriquecidos. Claramente se ve la globalización en acción, mujeres latinoamericanas
pueden ser halladas en Europa o Asia; africanas en Europa, asiáticas también en
ese continente o en América del norte.
La trata cumple muy efectivamente su función
favorecedora del ingreso de determinados países que ven incrementado el flujo
de divisas mediante el turismo sexual. Turistas estos con poder económico
que llegan a buscar lo que no obtienen en sus países, ya sea por lo exótico o
por la edad.
En todos estos simples ejemplos vemos que se
mantiene una lógica, que es la de obtención de un producto económico.
Si tenemos en cuenta que las cifras estimadas, y
seguramente conservadoras, dicen que anualmente esta actividad produce 32 mil
millones de dólares, se calcula que cada persona sometida a prostitución puede
generar más de mil dólares mensuales, es interesante preguntarnos qué sucede
con todo este dinero. Cuál es su destino.
Gran parte de este dinero es volcado en sobornos
y dádivas, en una corrupción que podríamos llamar estructural porque cabe en la
cuenta presupuestaria que hacen los estados para asignar recursos. Esta
corrupción no implica menor ganancia ilegal, por el contrario, garantiza el
juego y la continuidad de la trata y la explotación.
La parte del dinero que no es afectado a la
actividad del tratante mismo, es blanqueado a través de negocios legales o
derivado para el mantenimiento de otros ilegales.
En último término, todos estos caminos
terminan en que el dinero es volcado nuevamente al mercado, esta vez
legal, produciendo nuevos negocios.
Como ejemplo transcribo a continuación una
noticia publicada hace poco tiempo. Llamo especialmente la atención a la frase
final, casi graciosa:
“Red de blanqueo de dinero de la prostitución
El País - Madrid - 28/03/2008
La policía ha desarticulado una organización dedicada
al blanqueo de dinero procedente de la explotación sexual de más de 300
extranjeras, que eran obligadas a prostituirse en diversos clubes de Badajoz,
según el Ministerio del Interior. El grupo investigado había obtenido en el
último año unas ganancias superiores a un millón de euros.
La operación ha sido realizada por la Brigada de
Investigación de Delitos Monetarios y la Unidad Central Contra las Redes de
Inmigración y Falsedades Documentales, con la Jefatura Superior de Policía de
Extremadura.
Diez personas han quedado detenidas como
presuntas responsables de la banda. Entre ellas, Pedro Manuel M., su hermana y
un contable colombiano, que han sido encarcelados. El dinero lo ingresaban en
cuentas bancarias y luego lo reintegraban a través de cheques y pagarés,
desconociéndose su destino final. “
Es una cantidad lo suficientemente importante
como para ayudar no sólo a la economía de determinados países, sino que provee,
sobre todo la explotación prostitucional, un muy rápido e importante
ingreso de ganancias.
En definitiva, la trata de personas y la
explotación que le es inherente, antes que, por su ilegalidad pueda ser
entendida como una actividad antisocial y atentatoria al orden económico
imperante, debe ser comprendida como totalmente integrada al mismo, como una
parte importante del capitalismo neoliberal al que adhiere en su totalidad. No
solamente pertenece al mismo por filosofía, política y economía, sino que es un
pilar importante para su mantenimiento y actual desarrollo. La prueba es que la
trata de personas crece aceleradamente, y se ha constituido en el segundo
negocio ilegal del mundo.
Es por este motivo que siendo desde hace más de
un siglo una actividad conocida los estados han tomado el cuidado suficiente de
no interferir en su funcionamiento.
FINALIZANDO
En este trabajo como en el
anterior (“La trata de personas es muy buen negocio” *) propuse un acercamiento
a este tema ya no desde el punto de vista de los derechos humanos sino buscando
exponer su base económica.
En este caso, apunté a
mostrar una visión, la capitalista, y cómo la trata encaja
perfectamente en ésta; es más, la explotación sexual, tanto como la laboral u
otras, revierten en el sistema económico y son fuente de su sostenimiento
material y simbólico. El neoliberalismo no es sólo un sistema económico
sino un modo de considerar valorativamente al mundo y de relacionarse con éste,
incluyendo a la humanidad.
Creer que la trata es
únicamente un delito, o una violación a los derechos humanos, o un despiadado
acto de violencia —que sin duda todo eso es— circunscribe el tema y lo
encapsula separándolo del resto de los factores sociales. Se tiende entonces a
creer que es únicamente producto de un grupo de delincuentes, que cuentan con
la complicidad de otros, o que es debida a la opresión de género, o motivada
por la pobreza, la falta de posibilidades –que sin duda también todo eso es.
Todos esos argumentos no dejan
ver la real situación. La trata de personas no es sólo fruto de unos desalmados
delincuentes, es la manifestación de un sistema de relaciones que comprende las
vidas, los cuerpos, el trabajo, la sexualidad, la posesión, el dominio, la
explotación, la ganancia económica, etc. Un sistema que da forma a los deseos,
las fantasías y los actos y que no se despliega a espaldas de la sociedad, sino
que conforma todas las relaciones, que determina aquello que es natural,
necesario y bueno, como el éxito, la ganancia, el privilegio.
Si consideramos a la
trata como relato se verá mucho más claro que es un discurso en el que la
sociedad se describe a sí misma.
Como tal, tampoco puede ser
separado de la economía. No es un tumor perturbador y dañino, algo ajeno al
transcurrir social, sino que es parte necesaria de él en la medida en que
sostiene los valores impuestos y en que condice en un todo con el proceder
neoliberal.
A tal punto es parte integral,
que el dinero obtenido por medio de la violencia no queda recluido en cuevas de
mafiosos, tampoco circula por canales desconocidos, es el dinero que es
convertido en negocios legales, que construye shoppings, que financia campañas
electorales, etc.
Si la trata de personas fuera
considerada un hecho tan malévolo y pernicioso que mereciera su persecución
penal a través del mundo, serían inentendibles las reiteradas propuestas que
buscan blanquear a alguno de los modos de explotación que le son ínsitos. Por
ejemplo, en 1998 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó el
informe “The Sex Sector” en el que recomienda la inclusión de la llamada
“industria sexual” dentro de las actividades reconocidas de los países, con la
finalidad de aumentar la base impositiva, lo cual, decía, significaría grandes
contribuciones a las economías regionales y nacionales.
Por distintos motivos, pero
con igual finalidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso que para
combatir la epidemia del SIDA, la prostitución fuera regulada aduciendo que de
esa manera sería más fácil implementar planes de control sanitario
En la antigüedad (y en épocas
más cercanas también) la esclavitud correspondía al orden social y era
funcional a éste. Lo mismo podemos decir de la esclavitud en la época
actual.
Es necesario que la mujer se
empodere, que se logren relaciones equitativas, que los niños y niñas sean
protegidos, que los derechos de los trabajadores sean defendidos, pero no
creamos que por sí mismas estas conquistas harán desaparecer la trata.
El patriarcado explica la
violencia y sometimiento de la mujer, pero no la esclavización para la
explotación. El sometedor cuida del sometido porque si éste desaparece se acaba
el juego perverso. Es necesario que el sometido viva y pueda continuar para
poder seguir gozando con su aplastamiento. En cambio, en la trata de niñas y
niños, de adolescentes, de mujeres, el final no tarda en llegar y no interesa,
porque acá el juego no es el sometimiento sino que éste es el medio para la
obtención de ganancia. Y es en este punto donde se puede ver claramente el
funcionamiento capitalista neoliberal. Es el punto que permite que los
explotadores sexuales reivindiquen su hacer y pidan su reglamentación.
No olvidemos que, aunque
minoritariamente, también hay un porcentaje de personas que no están sometidas
a explotación sexual, sino a otros tipos de explotación.
Por lo tanto, quienes crean
que solamente eliminando la violencia de género que implica el patriarcado se
superará la trata de personas, se equivocan. Es necesario actuar al mismo
tiempo sobre todos los aspectos, aunque en apariencia separados en la realidad
son confluyentes, de esta problemática.
Mientras
Que el fin justifique los
medios
Que el éxito se mida
económicamente
Que “negocios son negocios”
justifique toda acción
Que la persona no sea
considerada en su dignidad sino convertida en productora,
consumidora, objeto.
Que la persona este en función
de la renta y e capital.
Que el mundo sea convertido en
un mercado.
Mientras que todo esto siga determinando los
valores y conductas, la trata seguirá estando.
Bs As, junio de 2008
APENDICE
Ya terminado de escribir este artículo encontré
dos notas las que por su brevedad y claridad resumen todo lo expuesto.
La primera de ellas funda el sistema
prostitucional actual con el neoliberalismo capitalista. De su lectura no caben
dudas acerca de esta mutua apoyatura, de ahí que el autor de la nota concluya
que el desenlace lógico de tal casamiento tiene que ser la reglamentación
de la prostitución.
De su simple repaso se desprende que desterrado
todo concepto de violencia de género o de derechos humanos, la
implicancia esta dada por la idea de mercado, de libre contratación.
No es necesario que el autor argumente, el uso
que hace de determinados conceptos neoliberales con relación al
proxenetismo, ubican este tema dentro de la que pretende ser considerada
“industria del entretenimiento”.
Si bien no habla de la trata de personas, esta
se halla implícita dado que más del 90% de las personas víctimas tienen como
destino la explotación sexual.
La segunda nota no requiere comentarios.
El cuadro que en ella Galeano nos narra, la globalización mostrada sin
eufemismos, unidas a las previsiones que hace Naciones Unidas al decir
que posiblemente la trata de personas en los próximos años se constituirá en el
primer negocio ilegal del mundo, nos obligan a un nuevo compromiso.
Si esta situación de hambre y muerte cambia no
será mágicamente o por la tan mentada declinación del sistema, para eso todos y
todas debemos hacer algo.
I
22/05/2008 - Juan Morillo Bentué
Las diez consecuencias de
ilegalizar la prostitución
Si de algo nos advirtió el gran Frédéric Bastiat
fue de la necesidad de tener en cuenta las consecuencias no previstas de las
acciones humanas y en particular de las políticas. La experiencia de la ilegalización
de la prostitución es instructiva porque muestra claramente los resultados
desastrosos de tratar de suprimir una actividad pacífica y voluntaria mediante
una ley coactiva (e ilegítima).
1) Abandono institucional: las deja sin derechos
ni protección
Éste es el punto más importante. En el anterior
artículo comentamos que la prostitución no dejaba de ser una profesión como
cualquier otra en la que dos personas efectúan una transacción voluntaria.
Ahora habría que añadir que sin instituciones adecuadas una verdadera economía
de mercado no es posible (Coase). Lo cual significa que sin el apoyo del Estado
de Derecho, la prostitución no puede ejercerse sin inseguridad jurídica y
social.
La ilegalización hace que dejen de ser sujetos
éticos. No están regulados ni sus derechos ni sus obligaciones. Las prostitutas
están desprotegidas y se les puede maltratar. Se les puede secuestrar, pegar,
violar, robar y forzar a prostituirse. Están en una situación discriminada y
sin derechos. Se ha demostrado que las prohibiciones no acaban con el problema
sino que lo único que hacen es empeorar las condiciones de trabajo de las
mujeres que seguirán ejerciendo. Trabajan en malas condiciones de seguridad,
limpieza, higiene y tranquilidad.
Sabemos que no vivimos en un mundo ideal y que
siempre se seguirán produciendo injusticias y abusos aunque se legalice la
profesión. Sobre todo conociendo la nula eficacia e ineptitud de quién tiene
que protegernos (véase Papá Estado). Pero lo que se debe buscar es lo
siguiente: garantizar los derechos a aquellas mujeres que deciden trabajar en
la prostitución y limitar los abusos que hoy ejercen sobre ellas en los
burdeles.
Una vez legalizada la prostitución, las que
quieran continuar en la clandestinidad (para no pagar impuestos) lo harán
voluntariamente y bajo su responsabilidad. Deberán asumir los riesgos.
2) La ley no funciona, no consigue lo que se
propone (reducir la prostitución)
Es bien conocido que la prostitución es tan
antigua como la humanidad. Y todo parece indicar que la humanidad no está para
muchos cambios, porque la prostitución sigue siendo demandada enormemente pese
a su ilegalización. Atendiendo a la gran cantidad de dinero que mueve, podemos
asegurar que el mercado más antiguo de la historia no parece que vaya a
desaparecer. Y sin embargo, pese a no violar los derechos de nadie, está
ilegalizada.
¿Cómo puede el Estado decidir si se tiene que
reducir una determinar profesión? ¿En base a qué? ¿En base a que a los
políticos les parece una actividad denigrante? ¿Intrínsecamente perversa?
¿Deshumanizante? Quizá debieran entonces reflexionar un poco sobre su propia
profesión.
El objetivo que hay que proponerse no es reducir
la prostitución, sino reducir las víctimas del tráfico de blancas y personas. Y
eso se consigue legalizando la profesión para establecer claramente la
distinción entre prostitución voluntaria (decisión propia) y prostitución
coactiva (esclavitud), y persiguiendo fuertemente la segunda.
3) Convierten a gente honesta y pacífica en
criminales
La ilegalización produce la estigmatización
social y persecución de una trabajadora honesta y pacífica. Muchas veces los
bancos son reticentes a concederles préstamos y las aseguradoras prefieren
evitarlas. Sufren el menosprecio y la discriminación que todos conocemos.
4) Crea "mercados" en donde la
competencia es violenta y no pacífica como en los legales
No están basados en el contrato y la
cooperación. Aumenta la violencia y la inseguridad ciudadana.
5) El precio del servicio es mucho mayor en un
mercado negro que en un mercado legal competitivo
Todo producto en un mercado negro tiene un
precio más alto porque la falta de oferta y falta de competencia provocan la
escasez de los servicios que la gente considera indispensables. Llega al
mercado una menor cantidad que la demandada. Existe más demanda que oferta y
los clientes están dispuestos a pagar un precio más alto por el servicio que se
les prohíbe. Además hay que pagar al intermediario clandestino.
6) Los servicios en los mercados ilegales son de
una calidad menor que en los mercados legales competitivos
La falta de competencia y de legalidad hace que
no haya ni el control ni las exigencias que se darían en un mercado legal.
7) Provoca una delincuencia asociada
Los enormes beneficios del mercado negro
incentivan que los criminales violentos entren. Provoca una delincuencia
asociada, a menudo muy violenta. Existe un submundo ilegal en el que se da
inmigración ilegal, extorsión, tráfico de drogas, falsificación de documentos y
delitos económicos que aumentan la delincuencia y la violencia. La legalización
ayudaría a luchar contra el resto de actividades.
8) Hace que el sistema de justicia sea más
corrupto
La legalización acabaría con un foco importante
de corrupción que aumenta en todos los niveles del Estado debido a la gran
cantidad de policías, jueces y demás autoridades que han sido comprados,
sobornados o extorsionados por las mafias, creando un gran ambiente de
desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.
9) El Estado convierte actividades pacíficas en
criminales
Este punto es importante. Hay que derogar el
artículo 188 del Código Penal, que prohíbe el proxenetismo, es decir, el
dedicarse a la prostitución como empresario. Prohíbe que se establezcan
relaciones laborales entre prostitutas y empresarios. Impide al empresario
establecer tratos comerciales entre la prostituta y otra persona, aun con el
consentimiento de las mismas. Hay que derogarlo porque hay que reconocer a la
prostitución como profesión. Debe tener los mismos derechos laborales que las
demás profesiones.
La prostitución se tendría que poder ejercer de
forma autónoma o en contrato con algún empresario. Tienen que tener la posibilidad
de establecer sus propios negocios.
10) Provoca un aumento de poder y gasto estatal
Supone un gran recorte de libertades (impuestos,
intervenciones, vigilancia) porque una enorme cantidad de recursos van
destinados a prohibir y perseguir actividades pacíficas consensuadas en vez de
perseguir a los verdaderos criminales y delincuentes.
Hay gente que defiende la legalización sólo por
los elevados impuestos que recaudaría el Estado. A mí me parece que ésta sería
precisamente una gran razón para no legalizarla. Además está demostrado que
incentiva el que muchas prostitutas que ejercen por decisión propia lo hagan en
la clandestinidad para no pagar impuestos.
Opinión de los lectores
Israelem
Chapó por el artículo, que sea moralmente
reprobable no significa que se ilegalice, ya que lo único que hace es empeorar
la situación.
agolmar
John Stuart Mill se opuso a los censos de
prostitutas que propugnaban los moralistas aunque el negocio no le gustaba,
pero pensaba que el daño sería mucho menor sin controlar que prohibido por el
Estado.
Juan Morillo Bentué
Israelem y aglomar,
Efectivamente, una vez más se demuestra que,
allí donde los gobiernos deciden intervenir para imponer sus juicios de valor
arbitrarios y marcar nuestros fines, empeoran la situación. En este caso
intervienen no legalizándola, aunque tampoco se prohíbe. Está despenalizada, es
decir, se considera que es una actividad no delictiva.
Gracias por los comentarios. Saludos!
http://www.juandemariana.org/comentario/2179/diez/consecuencias/ilegalizar/prostitucion/
II
Los derechos de los
trabajadores
¿Un tema para arqueólogos?
Eduardo Galeano
Más de noventa millones de clientes acuden, cada
semana, a las tiendas Wal-Mart. Sus más de novecientos mil empleados tienen
prohibida la afiliación a cualquier sindicato. Cuando a alguno se le ocurre la
idea, pasa a ser un desempleado más. La exitosa empresa niega sin disimulo uno
de los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas: la libertad de asociación.
El fundador de Wal-Mart, Sam Walton, recibió en 1992 la Medalla de la Libertad,
una de las más altas condecoraciones de los Estados Unidos.
Uno de cada cuatro adultos norteamericanos, y
nueve de cada diez niños, engullen en Mc Donald's la comida plástica que los
engorda. Los trabajadores de Mc Donald's son tan desechables como la comida que
sirven: los pica la misma máquina. Tampoco ellos tienen el derecho de
sindicalizarse.
En Malasia, donde los sindicatos obreros todavía
existen y actúan, las empresas Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett
Packard lograron evitar esa molestia. El gobierno de Malasia declaró union
free, libre de sindicatos, el sector electrónico.
Tampoco tenían ninguna posibilidad de agremiarse
las ciento noventa obreras que murieron quemadas en Tailandia, en 1993, en el
galpón trancado por fuera donde fabricaban los muñecos de Sesame Street, Bart
Simpson y los Muppets.
Bush y Gore coincidieron, durante la campaña
electoral del año pasado, en la necesidad de seguir imponiendo en el mundo el
modelo norteamericano de relaciones laborales. "Nuestro estilo de
trabajo", como ambos lo llamaron, es el que está marcando el paso de la
globalización que avanza con botas de siete leguas y entra hasta en los más
remotos rincones del planeta.
La tecnología, que ha abolido las distancias,
permite ahora que un obrero de Nike en Indonesia tenga que trabajar cien mil
años para ganar lo que gana, en un año, un ejecutivo de Nike en Estados Unidos,
y que un obrero de la Ibm en Filipinas fabrique computadoras que él no puede
comprar.
Es la continuación de la época colonial, en una
escala jamás conocida. Los pobres del mundo siguen cumpliendo su función
tradicional: proporcionan brazos baratos y productos baratos, aunque ahora
produzcan muñecos, zapatos deportivos, computadoras o instrumentos de alta
tecnología además de producir, como antes, caucho, arroz, café, azúcar y otras
cosas malditas por el mercado mundial.
Desde 1919 se han firmado 183 convenios
internacionales que regulan las relaciones de trabajo en el mundo. Según la
Organización Internacional del Trabajo, de esos 183 acuerdos Francia ratificó
115, Noruega 106, Alemania 76 y Estados Unidos... 14. El país que encabeza el
proceso de globalización sólo obedece sus propias órdenes. Así garantiza
suficiente impunidad a sus grandes corporaciones, lanzadas a la cacería de mano
de obra barata y a la conquista de territorios que las industrias sucias pueden
contaminar a su antojo. Paradójicamente, este país que no reconoce más ley que
la ley del trabajo fuera de la ley es el que ahora dice que no habrá más
remedio que incluir "cláusulas sociales" y de "protección
ambiental" en los acuerdos de libre comercio. ¿Qué sería de la realidad
sin la publicidad que la enmascara?
Esas cláusulas son meros impuestos que el vicio
paga a la virtud con cargo al rubro relaciones públicas, pero la sola mención
de los derechos obreros pone los pelos de punta a los más fervorosos abogados
del salario de hambre, el horario de goma y el despido libre. Desde que Ernesto
Zedillo dejó la presidencia de México pasó a integrar los directorios de la
Union Pacific Corporation y del consorcio Procter & Gamble, que opera en
140 países. Además, encabeza una comisión de las Naciones Unidas y difunde sus
pensamientos en la revista Forbes: en idioma tecnocratés, se indigna contra
"la imposición de estándares laborales homogéneos en los nuevos acuerdos
comerciales". Traducido, eso significa: arrojemos de una buena vez al
tacho de la basura toda la legislación internacional que todavía protege a los
trabajadores. El presidente jubilado cobra por predicar la esclavitud. Pero el
principal director ejecutivo de General Electric lo dice más claro: "Para
competir, hay que exprimir los limones". Los hechos son los hechos.
Ante las denuncias y las protestas, las empresas
se lavan las manos: yo no fui. En la industria posmoderna, el trabajo ya no
está concentrado. Así es en todas partes, y no sólo en la actividad privada.
Los contratistas fabrican las tres cuartas partes de los autos de Toyota. De
cada cinco obreros de Volkswagen en Brasil, sólo uno es empleado de la empresa.
De los 81 obreros de Petrobrás muertos en accidentes de trabajo en los últimos
tres años, 66 estaban al servicio de contratistas que no cumplen las normas de
seguridad. A través de trescientas empresas contratistas, China produce la
mitad de todas las muñecas Barbie para las niñas del mundo. En China sí hay
sindicatos, pero obedecen a un Estado que en nombre del socialismo se ocupa de
la disciplina de la mano de obra: "Nosotros combatimos la agitación obrera
y la inestabilidad social, para asegurar un clima favorable a los
inversores", explicó recientemente Bo Xilai, secretario general del
Partido Comunista en uno de los mayores puertos del país.
El poder económico está más monopolizado que
nunca, pero los países y las personas compiten en lo que pueden: a ver quién
ofrece más a cambio de menos, a ver quién trabaja el doble a cambio de la
mitad. A la vera del camino están quedando los restos de las conquistas
arrancadas por dos siglos de luchas obreras en el mundo.
Las plantas maquiladoras de México,
Centroamérica y el Caribe, que por algo se llaman sweat shops, talleres del
sudor, crecen a un ritmo mucho más acelerado que la industria en su conjunto.
Ocho de cada diez nuevos empleos en la Argentina están "en negro",
sin ninguna protección legal. Nueve de cada diez nuevos empleos en toda América
Latina corresponden al "sector informal", un eufemismo para decir que
los trabajadores están librados a la buena de Dios. La estabilidad laboral y
los demás derechos de los trabajadores, ¿serán de aquí a poco un tema para
arqueólogos? ¿No más que recuerdos de una especie extinguida?
En el mundo al revés, la libertad oprime: la libertad
del dinero exige trabajadores presos de la cárcel del miedo, que es la más
cárcel de todas las cárceles. El dios del mercado amenaza y castiga; y bien lo
sabe cualquier trabajador, en cualquier lugar. El miedo al desempleo, que sirve
a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la
productividad, es, hoy por hoy, la fuente de angustia más universal. ¿Quién
está a salvo del pánico de ser arrojado a las largas colas de los que buscan
trabajo? ¿Quién no teme convertirse en un "obstáculo interno", para
decirlo con las palabras del presidente de la Coca-Cola, que hace un año y
medio explicó el despido de miles de trabajadores diciendo que "hemos
eliminado los obstáculos internos"?
Y en tren de preguntas, la última: ante la globalización
del dinero, que divide al mundo en domadores y domados, ¿se podrá
internacionalizar la lucha por la dignidad del trabajo? Menudo desafío.
Eduardo Galeano
Fuente:
http://www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/un.tema.para.arqueologos.htm
El presente trabajo puede ser reproducido total o parcialmente siempre y
cuando sea citado el autor y la fuente.
La mayoría de las IMAGENES han sido
tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por
favor enviar un correo a
alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas
gracias por la comprensión.
En este blog las imágenes son afiches,
pinturas, dibujos, no se publican fotografías de las personas en prostitución
para no revictimizarlas.
Se puede disponer de las notas publicadas
siempre y cuando se cite al autor/a y la fuente.
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