1
El consentimiento para la prostitución
Consuelo Barea,
és metgessa psicoterapèuta, experta en violència de gènere
¿LA PROSTITUCIÓN ES VIOLENCIA
DE GÉNERO?
¿EL CONSENTIMIENTO A LA
VIOLENCIA SUPRIME LA VIOLENCIA?
¿ES UN AUTÉNTICO
CONSENTIMIENTO EL DE LAS PERSONAS PROSTITUIDAS?
¿LA PROSTITUCIÓN ES VIOLENCIA DE GÉNERO?
La violencia es inherente al mundo de la prostitución
Si analizamos las violencias
reales propias del mundo de la prostitución y de la forma en que ésta se
ejerce, nos encontramos en primer lugar con las diversas formas de presión que
se aplican a todas las personas prostituidas víctimas de la explotación sexual
o de la trata de seres humanos.
Estas incluyen violencia
física y psicológica, y son especialmente intensas por no tratarse de una
actividad banal sino de la explotación del propio cuerpo. Es por ello que la
trata y el proxenetismo se castigan severamente como formas inaceptables de
atentar contra la integridad física y psíquica de la persona.
La violencia masculina allana el terreno para la
introducción en la prostitución1
La máxima autoridad mundial en
prostitución es la psicóloga e investigadora Melissa Farley2. En el
estudio realizado a 130 mujeres prostituidas de San Francisco, se concluye: 57% habían sido abusadas sexualmente de niñas, con una media de 3
abusadores. La mayoría de ellas afirmaron
que el abuso que sufrieron en su infancia influyó
en su entrada en la prostitución.
La violencia masculina mantiene a las mujeres en la
prostitución
Diversas violencias se
vinculan a la actividad de la prostitución. Provienen de los proxenetas, los
clientes, o incluso de
terceros o de fuerzas del orden. Según Farley: “como adultas en prostitución,
82% han sido maltratadas físicamente, 55% de ellas
por puteros; 83% han sido amenazadas con
un arma; y 68% han sido violadas mientras ejercían
como prostitutas, 45% más de 5 veces, y 46%
de las violadas lo han sido por puteros”.
Para considerar una acción o actividad como violencia,
ésta tiene que generar graves secuelas y ser considerada como violencia por las
personas que la ejecutan.
Vemos que según Farley la
prostitución produce graves secuelas:
“68% de las mujeres prostituidas encuestadas
cumplían los criterios diagnósticos de Estrés Post
Traumático. Esta cifra puede compararse con la de
mujeres maltratadas de 43% (Houskamp & Foy, 1991) a 84% (Kemp et al. 1991),
y con la de ex‐combatientes de Vietnam 50.6 (Weathers et al., 1993),
o de la Guerra del Golfo 34.8 (Weathers et al., 1993).” Muchas supervivientes señalan que, para poder sobrellevar la degradación
psicológica que provoca la prostitución, desarrollaron una
reacción de disociación – un
sistema de desvinculación de parte de uno mismo, de “abandonar el
cuerpo” o “irse mentalmente a
otro lugar”. Este mecanismo es similar en violaciones, maltrato
doméstico y tortura.
1 “El Síndrome
de Estocolmo en Mujeres Prostituidas” Consuelo Barea, http://www.apramp.org/documento.asp?id=68
2 Farley, Melissa and Howard Barkan.
"Prostitution, Violence Against Women, And Post‐Traumatic Stress
Disorder."
Online. Netscape. 5 March. 1999. www.prostitutionresearch.com/ProsViolPosttrauStress.html
2
¿LA PROSTITUCIÓN ES CONSIDERADA COMO UNA FORMA DE
VIOLENCIA POR LAS PERSONAS QUE LA EJERCEN?
A pesar de que todo lo dicho y
otros muchos argumentos que aquí no han aparecido, hacen difícil considerar la
prostitución como una actividad elegida de forma totalmente libre e informada,
hay personas que dicen ejercerla libremente.
Se deben considerar primero
las razones por las que estas personas dicen entrar en la prostitución. Jean‐Michel
Carré, en su libro TRABAJADORAS DEL SEXO Y ORGULLOSAS DE SERLO, recoge muchos
testimonios que pueden servir de ejemplo:
• Algunas de
las personas encuestados mencionan el deseo de no vivir una vida "ordenada
y
predecible": "Yo no iba a volver al trabajo, mostrarme gentil con
un patrón por un pequeño salario al final del mes, la casa, el perro, la
caravana y la parejita (niño y niña)".
• Algunas
estudiantes dicen que se prostituyen ocasionalmente porque no tienen dinero, y
también "para emanciparse de las normas
y valores familiares", quedando esta actividad muy limitada a algunas citas al
mes.
• Algunos
jóvenes homosexuales o transexuales ven la prostitución como un medio para
realizar su vida sexual.
• Otras
personas insisten en que la prostitución les permite alcanzar un nivel de vida
que nunca podría alcanzar de otra manera. También hay jóvenes que realizan el
acto sexual a cambio de una pequeña suma de dinero o de un objeto de moda,
aunque no se encuentren en dificultades financieras.
Pero la situación más
frecuente en el libro de Jean‐Michel Carré, es la de personas que han
"elegido" la
prostitución y se han introducido en ella por falta de dinero. Esta motivación
aparece en más de la mitad de los casos. "Creo que siempre son problemas económicos los que
hacen que la chica salga a la calle", dice una de
ellas.
A veces lo que se percibe en
un momento dado como libertad puede, con el tiempo, verse como el resultado de
diversas coacciones, e incluso como violencia. Muchas personas prostituidas que
en su momento habían reivindicado su actividad, perciben después la extrema
violencia que sufrían.
Así lo afirman un grupo de
diputados de la Asamblea Nacional Francesa, en el informe La exigencia de la responsabilidad. Terminar con el
mito del oficio más viejo del mundo, resultado de seis meses de trabajo, 200 entrevistas con personas relacionadas con
la prostitución (policías, jueces, mujeres prostituidas, asociaciones) y varias visitas a distintos
países. La experiencia de la delegación que
visitó España parece que fue
muy instructiva.
Una delegación visitó un bar de lujo en Madrid, que
tenía actividad de "puticlub", es decir
prostitución. Encontró a las "azafatas"
sonrientes, llenas de confianza en sí mismas, y
hablando un Inglés sencillo que no disimulaba del
todo las lenguas originales de las
mujeres, rumano, búlgaro y portugués brasileño.
Esto hacía dudar de su libre elección para
realizar esta actividad. La delegación lo tuvo
claro al día siguiente cuando habló en la
Asociación APRAM con chicas ex‐prostituidas que habían sido víctimas de la trata y la
explotación sexual. Las chicas, sin maquillaje,
parecían diez años más jóvenes que las de la
noche anterior. Las lágrimas reemplazaron a las
sonrisas y el relato conmovedor de la
explotación, al discurso de una prostitución
deseada y reivindicada. Así que no hay que
dejarse engañar por las apariencias. Ninguna persona
prostituida dice que es infeliz o
está coaccionada, excepto
cuando cesa su actividad.
3
La violencia que sufren no es
percibida como tal en la actividad de la prostitución, el cuerpo se acostumbra.
Aumenta su tolerancia al dolor y a la violencia. Es sólo después cuando la
persona se
hace consciente de las
agresiones sufridas.
“Muchas mujeres prostituidas
se dan cuenta de que no pueden escapar de la prostitución cuando ya es tarde. Enfermas
de mente y de cuerpo, en la miseria económica y social, adictas a drogas, y
amenazadas por su “empresario” intentan escapar y no pueden. Hasta entonces han
estado repitiendo a todo el mundo que la prostitución es un trabajo tan digno
como otro cualquiera y que si quieren lo dejan. Hasta entonces pueden haberse
involucrado en campañas pro‐legalización de la prostitución y pueden haber
salido en los medios reivindicando su estado de “prostituta feliz”.”3
El discurso defendido de cara
al exterior por las personas prostituidas, no siempre refleja la realidad de su
situación. Con el tiempo y en un ámbito de confianza se expresan de otra
manera, tal como reflejan los testimonios del informe francés:
• "Muchos me preguntaban por qué lo hacía. Yo les contestaba
que era un estilo de vida y ellos así se quedaban tranquilos.” Contestar así
le daba buena conciencia a todos los que se beneficiaban del sistema de la prostitución y les
evitaba cuestionarse sobre las afirmaciones que ellos presentaban como pruebas: "Ella también disfruta, tiene mucho placer”.
• "¡Si los clientes supieran hasta qué punto los odio
o desprecio por comprarnos, aunque les
llame querido y les halague!”
• ¿Y qué decir de Baina, que a diario durante siete
años, decía a la policía, a los clientes y a
las asociaciones, que era totalmente libre para
prostituirse, aunque que se encontraba
bajo la vigilancia constante de un tercero?
Esto no significa que todas
las personas que afirman haber elegido la prostitución libremente tengan un
doble discurso. Pero parece que la cantidad real de personas que están
libremente en la prostitución es muy limitado.
• Una ex
prostituta anciana que no había sido coaccionada para entrar en el mundo de la
prostitución, declaró en el informe antes citado: "no creo que se pueda salir indemne o llevar una vida normal y tener relaciones
saludables con alguien, cuando la persona se prostituye. " Le costó
mucho dinero y muchos años de terapia estar algo mejor, aún así tenía secuelas
importantes.
• Claire
Quidet, portavoz del Mouvement du Nid, dijo que
tras su larga experiencia con personas prostituidas pensaba que la prostitución siempre es una violencia, aunque a veces se diga lo contrario.
• "La entrada en la prostitución nunca es libre", así lo explica la socióloga Lilian
Mathieu.
• Patrick
Hauvuy, director de una institución de acogida y acompañamiento en Niza, dijo
que de las 2000 a 2500 mujeres prostituidas que fueron preguntadas, casi
ninguno afirmó haber "optado
alegremente por esta actividad".
Es necesario investigar todas
las formas de entrada y asentamiento en la prostitución, y las presiones y
circunstancias que llevan a ella. De esa manera se visibilizará que muchas de
las personas prostituidas aparentemente en libertad, estaban sometidas a
miseria, coacciones, amenazas, promesas falsas, etc. Se probará así que las
personas que eligen la prostitución con pleno conocimiento de causa de lo que implica, son una mera posibilidad conceptual, o una singularidad sociológica muy poco frecuente.
En algunos debates públicos se tiende a contraponer como dos posturas opuestas pero igualmente
respetables, la concepción de la prostitución como libre y como forzada. Sin embargo y aunque no haya cifras oficiales los expertos dicen que las cifras que hay detrás no tienen nada que ver, siendo
abrumadoramente mayoritaria la prostitución forzada.
3 “El Síndrome
de Estocolmo en Mujeres Prostituidas” Consuelo Barea.
4
Por tanto, parece correcto
afirmar que en general la prostitución es considerada como una forma de
violencia
por las personas que la ejercen, y cumple así las condiciones para
ser considerada violencia. De hecho la primera normativa internacional en este
sentido fue el CONVENIO
DE NUEVA YORK,
PARA LA REPRESIÓN DEL TRÁFICO DE PERSONAS Y DE LA EXPLOTACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN
AJENA, del 2 de diciembre de 1949.
Este Tratado considera que LA
PROSTITUCIÓN ES EXPLOTACIÓN SEXUAL, AUNQUE HAYA CONSENTIMIENTO DE LA VÍCTIMA.
El factor género es
indiscutible, siendo la práctica mayoría de las personas que ejercen la prostitución,
MUJERES, y prácticamente la totalidad de los clientes‐prostituidores HOMBRES.
La violencia contra las personas prostituidas va dirigida claramente a las
mujeres por el hecho d serlo. Farley en el trabajo antes mencionado explica
como: “Las mujeres y los transexuales
habían experimentado más violencia
que los hombres prostituidos con aspecto de hombre.” Podemos por tanto decir que la
prostitución es VIOLENCIA DE GÉNERO.
¿EL CONSENTIMIENTO A LA VIOLENCIA SUPRIME LA VIOLENCIA?
La situación de la mujer prostituida
se parece mucho a la de una mujer maltratada víctima de violencia de género.
Igual que ella generalmente no denuncia, aguanta por miedo, por falta de alternativas
laborales reales, por falta de recursos sociales y económicos…
Un motivo añadido para
continuar junto al maltratador o al chulo, es la secuela que genera la misma
violencia llamada Estrés Post Traumático COMPLEJO. La psiquiatra Herman 4 con esta aportación
ha puesto las bases para la consideración diagnóstica oficial en psiquiatría,
de las secuelas del trauma interpersonal prolongado y repetido que incapacita a
las víctimas para salir de la violencia, al crearse un vínculo traumático con
el maltratador o el chulo, que confunden con amor.
A causa del sometimiento a un
control totalitario personal del que no se puede escapar durante un tiempo
prolongado, se produce una adaptación al control y al maltrato. Algunas de sus características
son por ejemplo:
• Ansiedad,
conducta sumisa
• Se olvidan
los acontecimientos traumáticos más graves, o se minimizan
4 Judith Lewis
Herman, es psiquiatra, profesora en la Harvard Medical School y Directora de
Formación del programa para VOV (Víctimas de la Violencia) del Hospital de
Cambridge. Es una conocida escritora, autora de dos libros clásicos
en el estudio del trauma:
Incesto Padre‐Hija , 1981, y Trauma y Recuperación, 1992. Es pionera en el
estudio y
tratamiento del Trastorno de
Estrés Post Traumático, en especial en personas que han sufrido traumas
prolongados y
repetidos como los niños
abusados y las mujeres maltratadas.
5
• Indefensión o
parálisis de iniciativa, permanente tristeza, culpa, desesperanza
• Profunda
soledad, creencia de que ninguna otra persona puede comprenderla
• Preocupación
por que el maltratador sufra algún daño
• Idealización
del maltratador, gratitud paradójica hacia él
• Sensación de
mantener con él una relación especial (amor). Aceptación de su sistema de
creencias o racionalizaciones
• Desconfianza
persistente de otras personas, aislamiento
• Fallos
repetidos de autoprotección. Revictimización. Búsqueda repetida de un
rescatador
• Somatizaciones
Podemos observar que la
mayoría de estos criterios se corresponden con la expresión coloquial
“Síndrome de Estocolmo”.
Herman explica como el
diagnóstico de Estrés Post Traumático (simple, no complejo), es insuficiente
para describir el estado de las mujeres prostituidas: “La diagnosis de Estrés
Post Traumático requiere un estresor externo, implicando claramente que los
síntomas psicológicos resultan de condiciones materiales que oprimen a la
mujer. Sin embargo este diagnóstico por sí solo, no articula completamente la
extensión del daño psicológico causado por la prostitución. Con el tiempo, la
constante violencia de la prostitución, la humillación constante, la indignidad
que representa y la misoginia social, provocan cambios en la personalidad”.5 Explica así
la necesidad del concepto diagnóstico Estrés Post Traumático COMPLEJO.
Otros investigadores también
concluyen que las secuelas de la prostitución pueden ser muy graves
y duraderas:
• “La violencia de los proxenetas no está encaminada
únicamente al castigo y control de las
mujeres prostituidas sino a convertirlas en algo
sin valor e invisible”. 6
• “El odio y desprecio dirigido a las personas
prostituidas acaba internalizándose. El odio a sí
mismas y la falta de respeto propio resultantes,
son extremadamente duraderos”.7
La violencia genera por tanto
una indefensión aprendida que incapacita a la víctima para escapar.
El mismo sistema perverso de
la prostitución transforma a la víctima en una esclava sumisa.
Que la mujer prostituida no
deje al chulo o no lo denuncie, no significa que no haya violencia, ni le
exime de responsabilidad: “Que algunas mujeres elijan prostituirse y estar con
chulos como amantes o maridos, no es más defensa del proxenetismo, que el que
algunas mujeres maltratadas
por su marido que elijen seguir con él, lo sea del
maltrato doméstico.” Kathleen
Barry, Coalition
Against Trafficking in Women, 1995.
¿Qué no denuncien significa que dan su consentimiento
para ser maltratadas? ¿Se deben
despenalizar estas violencias porque las víctimas no
se van y parecen dar su consentimiento?
5 Judith Herman,
“Trauma y Recuperación”.
6 Dworkin, 1997; Patterson, 1982
7 Farley, Melissa and Howard Barkan.
"Prostitution, Violence Against Women, And Post‐Traumatic Stress
Disorder."
Online. Netscape. 5 March. 1999. www.prostitutionresearch.com/ProsViolPosttrauStress.html
6
Matilde Aragó i Gassiot,
Magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, en su ponencia
“OPCIÓN ABOLICIONISTAS: UNA
SOCIEDAD SIN PROSTITUCIÓN ES POSIBLE”, dentro de una
Jornada del Colegio de
Abogados de Barcelona. Diciembre 2009 , explica cómo no es posible renunciar a
los derechos fundamentales, ni dar el consentimiento para la esclavitud:
“Finalmente, cuando se apela a la "libre
elección", también debemos decir que muchas personas han elegido venir a
Europa aunque trabajen como esclavos y no por ello legalizamos su situación.
Un ejemplo reciente ha sido el cierre de talleres
de chinos ilegales que tenían encerrados a sus
"esclavos‐trabajadores". Una
respuesta que autorizara este tipo de trabajo, en base a la voluntariedad de
los afectados, sería perversa para los derechos humanos de toda la sociedad.
Hay que rechazar, pues, la perspectiva de "normalización" de la
prostitución de mujeres como si se tratara de una actividad más, que no
repercute en una regresión individual y colectiva de los derechos de las
mujeres, cuando no es otra cosa que fruto de la violencia de género y la marginación
social.”
“De acuerdo con el derecho laboral vigente, aunque
no diga nada explícito al respecto el Estatuto
de los Trabajadores, no se podría admitir un
contrato de trabajo de prostituta.Y el consentimiento
de la persona en este sentido sería nulo, ya que
así lo dispone la Ley porque no tiene validez legal la renuncia de los derechos
de seguridad social y mínimos de derechos laborales, que incluyen la
defensa contra el acoso sexual o por razón de sexo
(artículo 3‐5 ET y 3 LGSS, Loidi y H 3 / 2007, de 22 de marzo,
artículo 7).”
Vemos por tanto que el consentimiento a la violencia
no suprime la violencia.
Reconocer que la prostitución
es una violencia no acabará con la prostitución al igual que la visualización
de la violencia en la pareja no ha acabado con ella, pero nombrarla como
violencia impedirá que los prostituidores se escuden detrás del consentimiento
de la persona prostituida, al igual que actualmente no se permite que los
maltratadores se escuden en que su mujer no los deja ni los denuncia.
¿ES UN AUTÉNTICO CONSENTIMIENTO EL DE LAS PERSONAS PROSTITUIDAS?
El principio filosófico de
libre disposición del propio cuerpo, por si solo no puede justificar la prostitución.
Para que un contrato sea válido el consentimiento ha de ser libre e informado.
La
persona ha de tener capacidad
de consentir, y el consentimiento no ha de tener vicios. Son vicios del
consentimiento: la violencia, el dolo o el error. Además la elección debe
hacerse en presencia de alternativas reales y posibles, y debe poder ser
cambiada en cualquier momento.
No tendría validez un contrato
hecho por una persona que carece de capacidad para consentir.
Según las normas del Derecho
contractual, carecen de capacidad para consentir los menores y los adultos
incapacitados. Por eso la ley prohíbe la prostitución de menores y de personas
con una especial vulnerabilidad.
7
La prostitución parece iniciarse en la minoría de
edad en aquellos países en los que se ha
investigado este aspecto.
En el informe antes citado de
la Asamblea Nacional Francesa, La exigencia de la responsabilidad.
Terminar con el mito del oficio más viejo del
mundo, se explica cómo en casi todas las asociaciones
francesas contra la
prostitución infantil, se piensa que la gran mayoría de personas prostituidas han
comenzado esta actividad cuando eran menores, a menudo por primera vez en forma
ocasional. Aunque actualmente no hay datos incontestables sobre la edad
promedio de entrada en la prostitución los profesionales y asociaciones
involucrados en este campo, constatan un número relativamente alto de menores.
La asociación Hors La Rue dijo estar en contacto con sesenta
niñas prostituidas en París, e indicó que llegan cada año una cuarentena de
niños a la Gare du Nord para practicar la prostitución. La asociación la Amicale du Nid realizó un estudio de 106 jóvenes que
se encontraban en París entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2009. Al parecer,
la mayoría de ellos ha entrado en la prostitución antes de los 18.
La ministra de interior del
Reino Unido Fiona MacTaggart, dijo al periódico “The Observer” en Enero del
2006: “no creo que los hombres que
usan prostitutas se vean a sí mismos como a abusadores de menores, pero lo son”. “Podrían
cambiar las cosas si cambiáramos el punto de vista de la prostitución de “profesión más antigua” a la
forma más común de abuso a menores.” En declaraciones a la BBC la ministra dijo “la mayor parte de prostitutas empiezan de 13 a 14
años.” El
Ministerio de Interior estima
que en Gran Bretaña trabajan como prostitutas unas 80.000 mujeres, la mitad de
las cuales son menores de 25 años.
No sería por tanto una
prostitución libre la de todas estas personas que se iniciaron en ella como menores
de edad.
LOS VICIOS DEL CONSENTIMIENTO
No hay un consentimiento
válido si se ha dado por error, si fue arrancado por violencia, o si fue sorprendido
por dolo (fraude). "
Consentimiento "arrancado por la violencia"
En el derecho civil, la
violencia es una causa de nulidad del consentimiento. Esta violencia puede adoptar
diversas formas (física, psicológica o económica) y se ejerce contra la persona
o su familia.
La violencia física es a
menudo utilizada por las redes de la trata y la prostitución para coaccionar a sus
víctimas a ejercer ésta. Este consentimiento no tiene ningún valor jurídico, la
prostitución no puede considerarse voluntaria. Este caso constituye la parte
fundamental y creciente de la prostitución en Francia.
La coacción es una forma de
violencia psicológica, que puede ir acompañada o no de violencia física. Muchas
personas prostituidas no la identifican como violencia pero lo es. Este es el
caso del vudú sufrido por las prostitutas de Nigeria. No se debe olvidar la
presión insistente y efectiva que ejercen frecuentemente personas cercanas a
las mujeres. El caso más frecuente es el del novio o marido que alienta a su
pareja para que ejerza la prostitución, o el de los padres que presionan a sus
hijos. Pueden ser personas queridas que de forma insidiosa sugieren
repetidamente a la mujer que la prostitución puede ser el camino a una vida
mejor, o el fin de una situación económica muy precaria. En ninguno de estos
casos se podría considerar la prostitución como una elección libre, el consentimiento está viciado por una u otra forma de violencia.
8
Consentimiento "sorprendido por el fraude"
El segundo defecto de
consentimiento es el dolo (fraude). Se entiende por dolo el engaño organizado
por un tercero para inducir el consentimiento.
En el informe francés se dice:
“Es común que las personas que
llegan a Francia no sean conscientes que se ha previsto su prostitución. En
muchos casos se les pueden haber dado falsas esperanzas sobre un empleo.” Lo mismo
ocurre en todos los países receptores de personas traficadas.
Consentimiento "dado por error"
El último caso de vicio de
consentimiento es el error. No se puede consentir a algo que se desconoce o que
se conoce poco. Sin embargo, hay muchos testimonios de personas que, sea cual sea
su razón para entrar en la prostitución, se dan cuenta que esta actividad no se
corresponde con lo que esperaban. Así, a pesar de que esta entrada es el resultado
de una "elección", todo hace pensar que si ellas hubieran sido
plenamente conscientes de las circunstancias en que se llevaría a cabo la
actividad, no hubieran hecho esta "elección" .
"Si algunas mujeres son engañadas por el hecho de que van a ejercer
la prostitución en París, otras, sin embargo, saben muy bien que se
prostituirán, pero están siendo engañadas sobre las
condiciones en que se desarrollará esta actividad
(la aceptación automática de todos los hombres, la calle, la noche, el
invierno, el número de horas de trabajo, el no poder enviar dinero a la
familia,
etc.), o la cantidad de dinero a que asciende la
deuda con los proxenetas (una gran cantidad de mujeres jóvenes explican que
están dispuestos a pagar una suma de dinero sin darse cuenta de la
importancia de su importe)", así lo
explica Mme.Vanessa Simoni, en el caso de las prostitutas nigerianas que
trabajan en París, y Lilian M. Mathieu para las prostitutas inmigrantes en
general, en el informe francés.
Las nuevas formas de
prostitución como la prostitución de estudiantes y la prostitución a través de
Internet, no son una excepción
a esta profunda ignorancia e idealización del mundo de la prostitución.
Para que el consentimiento sea
libre no basta con que la persona tenga capacidad para consentir, y que no haya
vicios del consentimiento, además:
• La elección debe hacerse en presencia de alternativas
reales
• La elección debe poder ser cambiada en cualquier
momento.
LA EXISTENCIA DE ALTERNATIVAS REALES
Sin alternativas reales, no
hay posibilidad de elección libre. Cuando no se puede escapar de la miseria y
la marginalidad la entrada en la prostitución es muchas veces la única salida
posible.
Prostituirse se transforma en
una “estrategia de supervivencia", las alternativas disponibles son muy
limitadas o inexistentes. Esto le ocurre a muchos menores y jóvenes vagabundos.
Algunas personas viven en tales condiciones de precariedad que se ven obligadas
a vender su cuerpo por muy pocos euros para dar de comer a sus hijos, o por una
comida. Muchos drogadictos para sufragarse la droga acaban ejerciendo la
prostitución.
9
La socióloga Lilian Mathieu
compara la prostitución a la mendicidad en el informe francés antes citado:
"Se puede establecer un
paralelismo entre la prostitución y la mendicidad. Esta última es una actividad de último recurso, que también
requiere habilidades específicas (como promover la compasión de los paseantes...), dentro de una
lógica competitiva expuesta a la explotación. Si
aceptamos esta comparación, llegamos a la conclusión
de que, así como la mendicidad no puede ser reconocida como una profesión como
otra cualquiera, la prostitución tampoco".
Esta expresión de la
"elección forzosa", repetido por muchos personas prostituidas,
refleja el hecho de aunque no haya habido un tercero forzando a la
prostitución, ésta no es el resultado de una elección libre. Podrían caer en
esa categoría todas las personas prostituidas por necesidad económica. Se puede
pensar por ejemplo en la emigrante sin papeles que ha de pagar la deuda a los
que le pagaron el viaje, o en la madre de familia en cuyo hogar no entra ningún
sueldo porque todos están en paro, o en la estudiante que sin estar en una
situación de miseria material, tiene como única fuente de ingresos la
prostitución ocasional para continuar su carrera… Estas personas tienen un
número muy limitado de oportunidades para salir adelante. Las alternativas
serían por ejemplo trabajar como sirvienta interna aguantando unas condiciones
laborales extremas, o en un taller de confección por lo general bajo duras
condiciones de explotación, en ambos casos no ganarían probablemente lo que en
la prostitución. Si se trata de una persona inmigrante sin domicilio, ni
conocimiento del idioma la única actividad posible puede acabar siendo la prostitución.
Estas personas se inician así en ella pensando que sólo lo van a hacer un
tiempo, como un sacrificio para convertirse en ciudadanas normales.
Dice la Magistrada Matilde
Aragó i Gassiot 8:
“Estadísticamente está comprobado que la gran
mayoría de las mujeres en situación de prostitución provienen de las
situaciones más graves de pobreza y marginación social, y muchas
veces también de malos tratos físicos o psíquicos.
En Europa, como en España, la gran mayoría son extranjeras y han llegado con la
ayuda de redes ‐ mafias ‐ de tráfico de personas, ya
que no tenían recursos propios. Es difícil saber hasta qué punto están del todo
engañadas, presentían o accedían a su destino. Pero el consentimiento prestado
en esta situación no tiene ninguna validez. La praxis de los propietarios de
prostíbulos de hacer ir a las mujeres a renunciar a sus derechos ante notario no
tiene ningún efecto jurídico, ya que los derechos a los que se les hace
renunciar, son mayoritariamente derechos humanos (derecho a la sexualidad libre
y al uso del propio cuerpo),
laborales, o de seguridad social, que según las
leyes vigentes son indisponibles y la renuncia es nula de pleno derecho.
En este contexto es difícil hablar de
voluntariedad, sin que se pueda negar la evidencia de que hay
muy pocas mujeres que sí que han podido escoger
este medio de vida. También hay mujeres que
eligen casarse por dinero, ser mendigas o lo que
sea (...), son opciones de ganarse la vida que hay que respetar, pero no por
ello se puede pretender que todas las mujeres en situación de
prostitución provienen de la libre elección de
profesión, o que plantearse la prostitución como
"estrategia de supervivencia" para salir
de la pobreza, justifica el consentimiento. Las víctimas de
las redes no tienen ninguna estrategia, sino un
motivo inmediato que es sobrevivir y los estados
democráticos deberían garantizar que la lucha por
la subsistencia no tuviera que pasar por la
aceptación de la esclavitud, la violencia o la
autoinmolación. No se puede ignorar que en el
mercado de la prostitución quienes tienen la
estrategia son el proxeneta y el traficante, y no la
mujer que entra en el circuito, y depende absolutamente del sometimiento a las reglas y condiciones de quienes tienen el poder. Ahora bien, sin alternativas sociales, estas mujeres, a las
que hay que respetar y ayudar con recursos efectivos, no pueden combatir por sí solas ni
enfrentarse con quién las explota. y no pueden hacer otra cosa que aceptar la situación a la que se
las confina a falta de otros recursos. Pero esta situación, de hecho, no se puede considerar como
consentida, ya que un presupuesto del consentimiento válido es que haya una mínima libertad de
elección.”
8 “OPCIÓN
ABOLICIONISTAS: UNA SOCIEDAD SIN PROSTITUCIÓN ES POSIBLE”, Jornada Colegio de
Abogados de
Barcelona. Diciembre 2009
10
LA REVERSIBILIDAD DE LAS ELECCIONES
Para que la prostitución sea
una opción libre es necesario que sea reversible en cualquier momento, que la
persona prostituida pueda poner fin a su actividad si así lo decide.
En la práctica el entramado de
la prostitución se encarga de impedir que las personas prostituidas puedan
escapar de ella. Éstas acceden a prostituirse muchas veces con la creencia de
que será una actividad transitoria u ocasional, pero hay diversos factores que
les impiden dejarla. En primer
lugar factores adictivos:
• Al dinero
ganado rápidamente que habitúa a un alto nivel de vida. Esto hace que se pierda
interés por los estudios.
• A las drogas,
y el alcohol, que se consumen muchas veces al principio a instancias de los proxenetas,
y acaban siendo necesarios para soportar el ejercicio de esta actividad.
• Al sucedáneo
de familia constituido por otras personas prostituidas y el chulo, que proporciona
una forma de identidad social y una especie de refugio para personas sin vínculos
sociales. A sabiendas de que es una familia
tóxica.
En segundo lugar hay factores
disuasorios para escapar de la prostitución derivados de las secuelas de esta
actividad que hacen débil y vulnerable a la persona prostituida:
• Secuelas
físicas: enfermedades venéreas, lesiones, somatizaciones…
• Secuelas
psicológicas: depresión, estrés post traumático… Es particularmente grave por
la indefensión que genera el estrés post traumático complejo (adaptación al maltrato crónico, con dependencia emocional
del chulo que se confunde con amor, negación de la violencia e interiorización
de la sumisión).
En tercer lugar existen
factores sociales como:
• El estigma
social de la prostitución. La persona tiene que irse muy lejos para no ser reconocida.
• La falta de
recursos para personas prostituidas que quieren dejar esta actividad. No hay programas
públicos suficientes para procurarles una etapa de transición con soportes terapéuticos,
laborales, de vivienda, etc.
En cuarto lugar:
• El deterioro
propio de la edad, la persona no sabe hacer otra cosa y se ve mayor para empezar
a aprender un oficio.
En quinto lugar y en muchos
casos:
• Las amenazas
de violencia de proxenetas y mafias, hacia las personas prostituidas o sus seres
queridos.
• La exigencia
de proxenetas y mafias para que se pague la pretendida deuda contraída con ellos
por la persona prostituida.
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Estos factores y otros
posibles, hacen que sea muy difícil en la práctica salir del engranaje de la prostitución,
incluso en el caso de que la entrada en ella hubiera sido una elección libre e informada.
Vemos pues que para una elección sea libre de verdad no basta con que la
persona esté capacitada para consentir, y tenga otras alternativas reales, sino
que es necesario que el contrato sea reversible si la persona así lo desea.
Dice Melissa Farley:
“En un estudio realizado sobre 854 personas
prostituidas en nueve países, a la pregunta de “¿Cuál es tu principal
necesidad?”, la respuesta número uno – dada por un sorprendente 89 % de las
encuestadas – fue salir de la prostitución. 95% de
100 mujeres prostituidas en Vancouver dijo que
querían dejar la prostitución” 9.
9 Farley & Lynne, 2001
BIBLIOGRAFÍA:
• Farley, Melissa and Howard Barkan. "PROSTITUTION, VIOLENCE AGAINST
WOMEN, AND
POST‐TRAUMATIC STRESS DISORDER." Online. Netscape. 5 March. 1999.
www.prostitutionresearch.com/ProsViolPosttrauStress.html
• Judith Lewis
Herman, “Trauma y Recuperación”, 1992.
• Informe La exigencia de la responsabilidad. Terminar con el
mito del oficio más viejo del mundo (RAPPORT D’INFORMATION DÉPOSÉ EN APPLICATION DE L’ARTICLE
145 DU
RÈGLEMENT PAR LA COMMISSION
DES LOIS CONSTITUTIONNELLES, DE LA LÉGISLATION ET
DE L’ADMINISTRATION GÉNÉRALE
DE LA RÉPUBLIQUE, EN CONCLUSION DES TRAVAUX
D’UNE MISSION D’INFORMATION
SUR LA PROSTITUTION EN FRANCE, ET PRÉSENTÉ PAR M.
GUY GEOFFROY, DÉPUTÉ.
Enregistré à la Présidence de l’Assemblée nationale le 13 avril
2011.) http://www.assemblee‐nationale.fr/13/rap‐info/i3334.asp
• Aragó i
Gassiot, Matilde, “OPCIÓ ABOLICIONISTA: UNA SOCIETAT SIN PROSTITUCIÓ ES POSSIBLE”
http://lafrontissa.files.wordpress.com/2011/03/opcic3b3‐abolicionista‐una‐societatsense‐
prostitucic3b3‐c3a9s‐possible.pdf
• Barea,
Consuelo, “EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO EN MUJERES PROSTITUIDAS” APRAM
http://www.apramp.org/upload/doc68_SE‐prostituci%C3%B3n.pdf
Fuente:
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tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por
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