SUBCONTRATANDO EL
EMBARAZO: UNA VISITA A LAS CLÍNICAS DE SUBROGACIÓN EN LA INDIA
febrero 02, 2018
Julie Bindel, una
firme opositora a la gestación subrogada, viajó a la India para saber más sobre
esta práctica, que mueve alrededor de 690 millones de libras (casi 800 millones
de euros) al año en el subcontinente.
Madres gestantes descansan en una clínica en Anand
He escuchado
muchas historias sobre mujeres a las que sus maridos, o sus chulos, obligan a
alquilar sus vientres, y le pregunto a Mehta si es consciente de esto.
"Sin el consentimiento de los maridos (de las madres gestantes) no
llevamos a cabo la gestación. Nunca les damos todo el dinero antes del parto.
Se lo cobramos a los padres de intención, pero no se lo damos a la madre gestante
hasta que esta no nos da el bebé. Le ofrecemos alojamiento y la cuidamos hasta
que dé a luz, sin problema."
Mehta dijo que
intentan hacer que la gestante no establezca vínculos con el bebé, y para ello
le dan medicamentos para evitar la lactancia. "No producirá leche y
tampoco le enseñaremos al bebé."
Algunas mujeres
venden su leche, se la extraen con un sacaleches en la propia clínica y se la
entregan a los padres de intención. Otras aceptan directamente que les paguen
por dar de mamar al bebé, a pesar de los lazos emocionales que se puedan
establecer.
La Sociedad de
Reproducción Asistida de la India está planeando proponer al gobierno un cambio
en la ley. "Se mueven millones de dólares en los sistemas de fecundación
in vitro," dice Rana.
En otra clínica de Ahmenabad conocí a la
doctora Amin en un edificio en ruinas escondido entre un garaje y una tienda de
suministros eléctricos. La oficina está muy desordenada y no tiene ventanas.
Las paredes están cubiertas de fotografías de bebés y postales de
agradecimiento escritas por padres de intención. Amin me enseña varias
fotografías de posibles gestantes, mientras me explica las tarifas de donación
de óvulos: "las donantes blancas cobran entre 2.500 y 3.000 libras (entre
3.000 y 3.500 euros) y las donantes indias unas 1.000 libras (menos de 1.200
euros)."
Las gestantes
están en sus casas durante el embarazo, y son monitorizadas todos los días.
"No permito que las gestantes vivan en la clínica," dice Amin.
"El marido es el mejor guardián, a mi entender. Tratamos de implicarlo en
el programa, y sabe cómo cuidar a su mujer. Si sale de casa y se siente sola es
posible que quede con amigas, y es difícil que yo pueda controlar eso. Incluso
si las alojara en un albergue no sabría lo que pasa allí."
Le pregunto si
alguna vez las mujeres sufren violencia doméstica durante el embarazo.
"Rara vez, pero sí lo he visto. El año pasado oí cómo el marido estaba
pegando a una de las gestantes. Vino llorando a la clínica, así que le dimos
cobijo. Una vez que el bebé nació, la mandamos de vuelta a casa".
Según Amin, las
gestantes que ella contrata son de clase media o alta. "Hace poco hemos
contratado a tres chicas Brahmin (una casta alta), todas educadas. Tenemos un
25% de chicas de esa clase. Alrededor del 85% de las gestantes viven
bien." Sospecho que esto es mentira. Un estudio llevado a cabo por el
grupo Stop Surrogacy Now muetra que, aparte de algunos casos raros, normalmente
las mujeres pobres de castas más bajas son las que se convierten en madres de
alquiler.
Hablamos sobre el
reciente cambio en la ley, y Amin me cuenta que hay una clínica en Hyderabad
que produjo* 5 bebés para una pareja gay, de 5 madres distintas. Las parejas
del mismo sexo no tienen acceso al programa de gestación subrogada de la India
desde 2013, pero, como me dijo una vez una enfermera: "sigue pasando en
Delhi y en muchos sitios, porque no es una industria que esté regulada."
Cuando salgo de
la clínica, Amin me enseña una fotografía en la pared que muestra a una mujer
blanca, con un bebé de piel muy oscura. "Quiso que la donante de óvulos
fuera india." Le pregunté por qué, si es que su pareja es india, por
ejemplo. "No, quería tener un bebé con el pelo negro," dice Amin.
Me cobra las
1.500 rupias por la consulta y me acompaña a la puerta.
*En el texto se utiliza el verbo "to produce",
literalmente "producir" (N. de la T.)
Traductora: Marina Liñán
Escrito por Julie Bindel, publicado en The Guardian el 1 de
abril de 2016
Fuente
https://feminismointranslation.blogspot.com.ar/2018/02/subcontratando-el-embarazo-una-visita.html?spref=fb
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