Legalizar la prostitución corrompe la igualdad: Ana de
Miguel
por Redacción - 28 octubre, 2016
Ciudad de México, 28 octubre 2016.- Cimacnoticias, Si el
Estado normaliza la “prostitución” como un “trabajo” significaría derribar los
límites que las feministas han construido para acceder al cuerpo de las
mujeres, así lo afirmó la investigadora y profesora de la Universidad Rey Juan
Carlos, en España, Ana de Miguel Álvarez.
Al impartir la conferencia sobre “Neoliberalismo sexual” en
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la investigadora de
Filosofía moral y Política, advirtió que reconocer la “prostitución” como
“trabajo sexual” sería una forma de difundir la idea de que las mujeres son
cuerpos que están para el placer de los hombres que pueden pagar por ellos.
La autora del libro “Neoliberalismo sexual. El mito de la
libre elección” expuso que la idea de legalizar y reconocer el “trabajo sexual”
surge en el contexto del neoliberalismo, ideología que afirma que todo se puede
comprar y vender, que el mercado no tiene por qué tener límites y que la única
condición es el consentimiento de las personas libres e individuales.
Así –dijo la académica– uno de los argumentos de quienes
están a favor de reconocer, normalizar y legalizar la oferta de “servicios sexuales”
como un “empleo”, es que se trata de una actividad de libre consentimiento
entre quien ofrece “el servicio” y quien paga por él; por eso, esta postura
sostiene que quienes se oponen “son puritanos”, afirmó.
Para la profesora la definición de “prostitución” como “el
intercambio de dinero por servicios sexuales” es una falacia porque si se
analiza desde las teorías feminista y de género, en realidad se definiría como
“una institución por la que la sociedad ofrece a los hombres, mujeres de libre
acceso a sus cuerpos por un precio variable”.
Para De Miguel Álvarez, analizar el tema de la
“prostitución” desde la teoría feminista implica que no puede verse como un
fenómeno alejado de la sociedad porque es un tema donde se juzga quiénes somos
y qué podemos hacer para ganarnos la vida.
El feminismo, dijo, analiza estructuras de poder, no
preferencias de individuos, por eso cuando esta teoría estudió el derecho a
votar no se enfocó en quiénes querían ejercer el sufragio y quiénes decidieron
no hacerlo, sino en las estructuras de poder y las razones de por qué hay
poblaciones que decidían “sacar brillo a sus cadenas”.
Al hablar sobre la idea de la “libre elección”, la académica
señaló que esta idea no se puede ver de manera aislada porque de ser así
quienes tienen poder podrían aplastar a los otros. Por ejemplo, si una persona
decide pagar tres euros por un trabajo sin ningún derecho y otra decide
aceptarlo, esto generaría una explotación laboral sin que el Estado intervenga,
dijo.
Abundó que desde la teoría de género “la prostitución” se
considera una institución como muchas otras –la Universidad, la sanidad
pública, las bibliotecas– porque responde a una necesidad humana, incluso para
grandes pensadores la “prostitución” es un “mal menor” porque remedia un mal
peor: que un hombre no pueda acceder al cuerpo de una mujer cuando quiera.
Por tanto, para la especialista que actualmente dirige un
proyecto de investigación sobre “los debates teóricos en torno a la
prostitución de las mujeres”, detalló que decir “trabajo sexual” tampoco es
transgresor ni nuevo, porque ha existido siempre y en todas las sociedades,
pero no como un trabajo de “libre elección” sino como una decisión de los
hombres de pagar por usar los cuerpos de las mujeres.
Con este argumento dijo que estos encuentros sexuales no son
decisión de las mujeres que actúan en un acto de libertad porque –mencionó–
aunque todas dijeran “me quiero prostituir” al final la decisión será de los
hombres con dinero. La prostitución comienza con hombres con dinero que tienen
voluntad de pagar, en ese momento ellos convierte una mujer en “prostituta”,
dijo.
En sus reflexiones la académica aseguró que bajo la
apariencia de que las personas son libres para venderse, muchas mujeres que no
quieran ejercer esta actividad van a perder el derecho de decir no, porque en
la sociedad se va a difundir la idea de que la “prostitución” es tan normal,
que quienes no lo hagan serán puritanas.
Es decir, lo que estaremos normalizando, dijo, es que las
chicas de las clases sociales con más bajos recursos económicos no tengan de
“dónde agarrarse” para decir “no me quiero prostituir”.
De Miguel Álvarez concluyó al afirmar que en tiempos de la
igualdad de género, cuando los Estados tienen leyes y políticas a favor de la
igualad, cualquier joven podrá salir de la escuela, ver la “prostitución” y
darse cuenta que la igualdad es que pueda pagar dinero para acceder al cuerpo
de una chica.
“¿Esto no corrompe la igualdad?” se preguntó.
Por: Anayeli García Martínez
https://rotativo.com.mx/noticias/nacionales/571568-legalizar-la-prostitucion-corrompe-la-igualdad-ana-miguel/
No hay comentarios:
Publicar un comentario