Kajsa Ekis Ekman: “Los sindicatos de trabajadoras sexuales
defienden los intereses del lobby proxeneta”
Amelia Tiganus
Geoviolencia Sexual – 5 de septiembre de 2018
Llegar a la verdad requiere una implicación de nuestras
emociones, no es solo una cuestión racional. Y cuando decimos a veces que “la
verdad duele” es porque nos toca en lo profundo de nuestro ser. Puede que tenga
que ver con lo que somos, con nuestro pasado, con lo que hacemos, con las
marcas que nos han dejado los traumas, el desamor, la violencia sexual, el
desamparo social. Tiene que ver con nuestra identidad de puta impuesta por el
patriarcado.
¿Por qué es tan áspero y a veces hasta desagradable el
debate entre nosotras sobre abolir o legalizar la prostitución? Creo que lo que
nos duele es acariciar la herida profunda de la opresión. Seamos abolicionistas
o pro-prostitución, las putas somos mujeres oprimidas. Y nuestra opresión
aunque estemos enfrentadas en el discurso, es la misma. Nos hermana. Nos une.
Volviendo a la cuestión de la verdad: lo importante es
profundizar en el debate y buscar todos los argumentos que estén a nuestro
alcance para fundamentar nuestra posición abolicionista.
Es el camino que hemos emprendido en Feminicidio.net. Y en
ese camino investigamos, consultamos, dialogamos y le pedimos opinión a voces
expertas y estudiosas de la prostitución desde una perspectiva feminista. En
esta ocasión le damos protagonismo a Kajsa
Ekis Ekman (Estocolmo, 1980), periodista, escritora y activista incansable
por la abolición de la prostitución. Un referente para el movimiento feminista
global.
A raíz de la constitución en Catalunya de OTRAS, el
sindicato de trabajadoras sexuales, contacté con Kajsa, a la que entrevisté por
Skype.
En tu libro El ser y la mercancía: Prostitución, vientres de
alquiler y disociación haces referencia a los sindicatos de trabajadoras
sexuales. ¿Nos podrías contar cuales fueron las principales conclusiones de tu
investigación sobre estos sindicatos?
En el debate sobre la prostitución se oía hablar mucho de
los sindicatos de “trabajadoras sexuales” como un argumento a la hora de
defender el “trabajo sexual”. Decían que no todo está bien en la industria pero
que hay sindicatos que defienden los derechos y que apoyando a los sindicatos
podríamos llegar a tener un mundo mejor. Por ello me dediqué durante dos años a
viajar por toda Europa y a hacer una investigación acerca de quiénes son y qué
hacen estos sindicatos. Tras ese periodo encontré cuatro tipos de grupos.
Ninguno era un sindicato. Un sindicato es una organización fundada y financiada
por sus miembros con la meta de defender sus intereses contra los empleadores.
Pero la mayoría de estos supuestos sindicatos son lobistas -grupos que se
organizan para conseguir la legalización de la prostitución-.
El primer tipo es el holandés, Rode Draad (Hilo Rojo), una
organización que fue fundada y pagada por el gobierno holandés. Es muy
interesante porque te puedes topar con ellos en cualquier seminario, en
cualquier foro de prostitución, con representantes de un “sindicato” pero
siempre son sociólogos o empleados del gobierno los que asisten en nombre del
mismo. Preguntando sobre qué cambios han logrado desde el año de su fundación
-1986-, me contestaron que han logrado dos cosas: por un lado que las personas
prostituidas puedan abrir cuentas bancarias y por otro, que el Barrio Rojo de
Ámsterdam no cierre durante la noche. Esto es muy curioso porque normalmente
los sindicatos luchan para reducir la jornada laboral, no para aumentarla. Hoy
en día Rode Draad ha cambiado de cara y se llama Proud pero está la misma gente
detrás y ni siquiera ha cambiado de dirección postal.
El segundo tipo es el de los pequeños grupos lobistas
integrados por personas que están en la prostitución, como es el caso de STRASS
en Francia. Es cierto que las personas que conforman esta organización ejercen
la prostitución pero predominan los hombres. Cuando yo los entrevisté el grupo
estaba integrado por tres personas y dos de ellas eran hombres. La estrategia
que tienen es que parezca que son miles y miles. Aquí hay que entender una
cosa: a la mínima que conozcas el mundo de la prostitución sabes que nunca vas
a tener un grupo de miles y miles de prostitutas visibles, ni siquiera de
supervivientes. El mundo de la prostitución te devora, te provoca problemas y
traumas; muy poca gente tiene la energía para organizarse políticamente.
Siempre habrá una o dos liderando un grupo durante un par de años con mucha pasión
y luego la mayoría se va a dedicar a otras cosas y a seguir con sus vidas fuera
de ese ámbito. STRASS tiene poder de convocatoria y si hay alguna manifestación
acude un montón de personas, la mayoría liberales o del movimiento queer. Por
supuesto que tienen todo el derecho a manifestarse pero la realidad es que no
luchan contra los proxenetas, ni los dueños de los burdeles ni nada de lo que
haría un sindicato. Luchan contra las feministas y las supervivientes para
tener el modelo holandés o neozelandés.
Hay un tercer tipo de grupo fundado directamente por
proxenetas como el de Alejandra Gil, de NSWP en México, que fue condenada a 20
años de cárcel por trata; o el de Douglas Fox en Inglaterra, cuyo fundador es
representante del Sindicato Internacional de Trabajadores Sexuales (IUSW),
conocido proxeneta y dueño de varias agencias de escorts. Por un lado se lucra
con la explotación sexual de las mujeres y por otro dirige el sindicato
exigiendo que las leyes contra la trata no afecten los derechos de las “trabajadoras
sexuales”.
El cuarto tipo son los sindicatos que ya existen como
Confederación de Comisiones Obreras (CCOO) en España, que intentan crear una
sección de afiliación para personas en prostitución. Casi nadie se ha afiliado
a estos sindicatos y tampoco sus propuestas han generado cambios en la
industria.
Conclusión: después de investigar a estos sindicatos no he
descubierto ninguno que realmente funcione como tal.
¿Cuál es la estrategia de los proxenetas para camuflarse
detrás de los sindicatos?
Hay proxenetas y proxenetas. Aquí estamos hablando de
grandes proxenetas y no de unos que explotan a dos o tres mujeres en una
esquina. Estamos hablando de proxenetas de nivel internacional, como por
ejemplo en Australia, que cotizan en la bolsa y tienen varios clubs. En Holanda
todos los dueños de puticlubs han formado una organización. En los años noventa
se produjo un cambio importante y la prostitución sufrió una transformación. El
proxeneta ya no era un tío medio delincuente, criminal, que estaba en la calle
y ganaba dinero explotando a las mujeres y vendiendo drogas. Los clubes de
striptease y los productores de pornografía se unieron al negocio de la
prostitución: los grandes capitalistas entraron en juego y lo convirtieron en
un mercado, entendieron que los cuerpos de las mujeres pueden generar muchísimo
dinero y de allí el interés en expandir y viralizar esta actividad. Es
justamente lo que pasó en Alemania y en Holanda. Es obvio que los proxenetas
estaban detrás de la legislación. Ellos pueden tener -como en Hamburgo- una
calle entera con puticlubs donde hay striptease y prostitución, y que eso sea
legal. Es normal que estén detrás de los cambios que facilitan su actividad y
aumentan sus ganancias. En Suecia, por ejemplo, es imposible que un capitalista
pueda sacar dinero de la prostitución porque tendría que ir colocando números
de teléfono en algún baño público disimulándolo como “masaje” y correría el
riesgo de que viniese la policía en lugar del cliente.
¿Por qué crees que dos grandes capitalistas y filántropos
occidentales como George Soros y Bill Gates hacen importantes donaciones en
América Latina y Europa a ONG y asociaciones que están a favor de la
legalización de la prostitución?
Es una pregunta interesante y para responderla quizás habría
que meterse en sus mentes. Por ejemplo, Bill Gates entró masivamente en lo que
es la industria de las ONG contra el VIH/SIDA. Lo primero que hizo fue entrar
en la India e ir centro tras centro. Las organizaciones locales con las que él
trabajaba, luchaban contra el sida distribuyendo condones a personas en
situación de prostitución. No sé si él era consciente de eso. Haciendo esas
grandes donaciones también dio un empujón al lobby proxeneta que usó ese dinero
para difundir que la única manera de reducir el sida era legalizando la
prostitución. Lo cierto es que el mensaje que se debería dar es justamente el
contrario: la mejor manera de reducir el sida es con una política de abolición
de la prostitución
Aquí en Catalunya en marzo de este año Open Society, la
fundación de Soros, abrió una sede. Con su política de donaciones fortalece al
proxenetismo global. Y acto seguido se inaugura un sindicato de “trabajadoras
sexuales”. ¿Podría existir alguna alianza entre los proxenetas y los grandes
capitalistas?
No creo que en el caso de Soros o Gates, a nivel personal
persigan eso. No creo que quieran ganar más dinero con la prostitución porque
hay industrias mucho más interesantes para ellos. En todo caso no solo son
ellos los que financian el lobby proxeneta sino que es la Unión Europea, hasta
el gobierno sueco lo hace. Mientras la sociedad sueca se ha puesto en contra de
la prostitución y es el primer país que ha hecho una ley abolicionista muy
eficaz, Suecia está dando mucho dinero a organizaciones de países del “tercer
mundo” que presionan para legalizar la prostitución. Habría que investigar el
mundo de todas las ONG porque normalmente se piensa que una ONG es algo bueno y
no siempre es así ya que allí también hay intereses que van mucho más allá de
los humanitarios. Tenemos a Amnistía Internacional como ejemplo.
Quizás son proxenetas los intereses de algunos Estados que
pretenden o afirman querer alcanzar la igualdad de oportunidades entre hombres
y mujeres y saben muy bien que eso representa invertir mucho dinero y esfuerzo
para que sus ciudadanas tengan acceso a todos los derechos. Sobre todo en esos
países empobrecidos, mal llamados del “tercer mundo”, es más rentable desde una
perspectiva neoliberal invertir dinero en fomentar la desigualdad y convertir a
las mujeres en mercancía. Como superviviente de prostitución y trata veo que
existen ONG que simplemente se dedican a reproducir el sistema prostitucional.
Se retroalimentan del sistema y hay muchísima gente que vive de este gran
negocio que es la explotación sexual, más allá de los proxenetas. Creo que es
lo que pasa con las ONG que no se declaran ni implementan prácticas y políticas
abolicionistas.
Esto es muy interesante porque si lo ves de forma objetiva
la verdad es que los países occidentales dan ese tipo de ayuda a los países
pobres bajo la condición de que mantengan el mercado prostitucional para sus
propios clientes. Como en Tailandia. Eso mismo pasa con las adopciones. Hay
muchas ayudas a orfanatos bajo la condición de que salgan niños que puedan ser
adoptados en Occidente. Damos dinero para biberones y lo que haga falta pero
solo si dejan que los niños salgan para que sean adoptados en Europa y en
Estados Unidos. Es lo mismo. Los cuerpos de las mujeres, las niñas y los niños
de los países pobres tienen que ser accesibles para los consumidores del mundo
occidental.
Aquí en el Estado español, organizaciones de prostitutas de
Catalunya nos acusan a las organizaciones abolicionistas de estar en contra de
ellas pero nosotras no vamos contra ellas sino contra los proxenetas y puteros.
Sin embargo, nos preguntamos y te preguntamos: ¿Crees que el sindicato de
trabajadoras sexuales de Catalunya forma parte de una estrategia del lobby
proxeneta para que se legalice la prostitución en el Estado español?
Lo primero, todos podemos estar en contra o a favor de lo
que sea porque tenemos el derecho a la libre expresión. Obviamente las personas
que han sobrevivido a la prostitución tienen el derecho a contar sus historias
y a ser escuchadas. Lo que ocurre ahora es que se ha roto el silencio que
gobernaba durante siglos. Un hombre podía hacerle cualquier cosa a una mujer en
prostitución y sabía que la verdad nunca iba a salir a la luz. Los hombres de
mucho poder, los ricos, los empresarios, los casados, los padres de familia,
los buenos, incluso algunos hombres que luchaban por los derechos de las
mujeres… sabían que a una mujer en prostitución la podían violar, la podían
golpear, la podían hasta matar y nadie iba a saber nunca nada porque ella se
quedaba callada. La prostitución era una especie de tumba, lo que entraba ahí
no salía. A partir de la aparición del movimiento de las supervivientes, los
hombres ya no pueden contar con este silencio. Esta situación les da miedo y es
obvio que hay muchos que quieren silenciar estas voces. Tantos hombres que
saben que se acostaron con alguien que tenía 16 años y estaba en la calle
borracha o drogada y en ese momento ella era una nadie pero 20 años después
sale su libro, su biografía y ahí cuenta y a lo mejor hasta pone nombres y ahí
está el casado, con hijos en una gran universidad y ahora sale la verdad. Se
trata de la institución de la prostitución y eso está en peligro ahora mismo.
El cliente está bajo la luz y eso es muy importante. Creo que es nuestro
trabajo más importante, poner el foco en el comprador, en lo que ustedes llaman
“el putero”. La ley penalizando la demanda es una parte, porque allí recibe una
multa, tiene que dar explicaciones a la policía pero también las historias de
las supervivientes los ponen en el centro de la cuestión. Cada vez que hay un
debate entre mujeres abolicionistas y mujeres pro-prostitución, ahí se esconde
el cliente otra vez detrás de una falda. Nuestro trabajo es sacarlo a la luz y
mostrarlo ante el mundo.
¿Cómo consideras que debe actuar el movimiento abolicionista
ante estas maniobras organizadas del proxenetismo global?
Ya sabemos que ha fracasado el modelo alemán y holandés, y
hasta las autoridades en estos dos países han admitido que es un fracaso total.
Por eso las y los pro-prostitución han cambiado de palabra, de la legalización
han pasado a la descriminalización, que es básicamente lo mismo: garantizar a
los hombres el derecho de comprar mujeres. Pero como Nueva Zelanda está
demasiado lejos y allí no podemos ir todas a investigar, dicen que allí es el
paraíso de la prostitución sin todos los problemas que hemos visto en Europa.
Pero hasta las mujeres prostituidas ahí que creían en la descriminalización han
cambiado de opinión, como Sabrinna Valisce.
Es muy importante también estudiar la implementación de la
ley abolicionista como hicieron en Francia. Justamente contactaban con
diputados en particular que pudieran estar a favor y trabajaron intensamente
con esos diputados. Formaron redes muy amplias con personas que a lo mejor
pensaban en otras cuestiones de manera diferente pero se unieron por esa causa
tanto políticas y políticos de derecha como de izquierda, lo importante es que
trabajaron juntos para sacar adelante la ley. Trabajemos con este criterio. Hay
que formar grupos muy amplios de trabajo e insistir, insistir, insistir.
Y sobre todo no tener miedo. Lo importante es mantenernos
firmes porque las personas pro-prostitución saben que tenemos razón. Comprendí
eso cuando llegué a la conclusión de que si desaparece la prostitución nada
malo va a pasar. La felicidad no desaparecerá del mundo, ni el sexo ni la
libertad desaparecerán del mundo… Solo un montón de violencia, un montón de
tristeza, desigualdad, mentiras, decepción y miedo. Me di cuenta de que
realmente ellos estaban luchando por algo absurdo.
A nosotras en Feminicidio.net nos parece sospechoso que al
mismo tiempo que crece y avanza el discurso “pro-derechos” y de legalización de
la prostitución, el Estado español no implementa políticas de prevención del
consumo, ni corta de raíz el proxenetismo. ¿Qué papel juegan la sociedad civil
organizada y la ciudadanía común ante el riesgo de la legalización de los
vientres de alquiler y la prostitución?
Yo creo que el movimiento feminista en España tiene un gran
éxito. La huelga de mujeres, el debate sobre el feminicidio, los grupos contra
vientres de alquiler… También vi que el año pasado El País eliminó la sección
de anuncios de prostitución y eso es un paso adelante. Lo malo creo es que la
izquierda en España no ha tomado una posición firme contra la mercantilización
de las mujeres. Y eso me parece bastante preocupante porque vale que no sean
feministas porque eso es lo típico pero que estén de acuerdo con la
prostitución y los vientres de alquiler resulta incomprensible. La izquierda va
en contra de la cosificación del ser humano y la explotación. Estar en contra
de la venta de terrenos públicos o del agua del grifo y no estar en contra de
la venta de mujeres no es coherente. El marxismo ve como consecuencia del
capitalismo la reificación de nosotros mismos y la solución es quitar cosas del
mercado, no de poner más cosas en el mercado… Es como si yo ahora pongo que
vamos a comprar amigos y tú vas a ser mi amiga porque yo te pago y tú me vas a
seguir en Instagram y hacer lo que te digo porque te pago. Podríamos proponer
esto y no creo que la izquierda esté a favor de ello. Dirían que eso es
comercializar la vida. ¿Y por qué con el sexo sí?
En tu libro cuando explicas que el cuerpo no es algo que nos
pertenece como si fuera una propiedad ajena a nosotros mismos sino que somos
cuerpo y en él existe una implicación del “Yo” entero respecto a la sexualidad.
A mí me sorprende también el discurso de la izquierda que apoya la afirmación
de la industria proxeneta de que lo que se vende en la prostitución es un
servicio. Para mí sin duda alguna en la prostitución no se vende ningún
servicio sino la misma existencia, el mismo “Yo” y toda tu humanidad, tus
emociones, tu ser…
¡Claro! Porque es eso mismo lo que quiere el putero. Yo lo
explico en el libro. Si fuera un servicio no le gustaría porque lo que quiere
realmente es el ser, el “Yo”, el cuerpo y todo ello en una persona. Que esté
allí y que diga: “Me gustas. Estoy disfrutando.” A algún pervertido puede que
le guste estar con un ser inerte pero sino paga por el ser entero.
Cuando hablo del “putero majo”, que es el putero narcisista
que busca que le digas lo bueno y maravilloso que es en todo, que busca
sentirse superior y realmente necesita creer que él ayuda a las prostitutas
dándoles dinero y tratándolas con supuesto cariño que se transforma en
violencia a la mínima señal de no hacerle el juego. Hay mucha gente que no
comprende cuando afirmo que ese tipo de putero es insoportable porque te obliga
a estar allí en cuerpo, mente y alma y no te permite disociarte y escapar
mentalmente el rato que estás con él. Los “puteros majos” quieren comprar
aquello que ni las putas vendemos: las caricias, el cariño, la ternura, los
abrazos sinceros, los besos de amor… Ellos lo quieren todo por un miserable
billete. Y no les importa obligar a alguien a fingir cariño. Es mucho más
difícil fingir cariño que fingir placer sexual. Una manera de torturar no solo
el cuerpo y la mente, sino también el alma.
Claro, ellos lo que quieren es sentirse bien ellos. Porque
no se quieren sentir como un miserable putero que compra mujeres tratadas. Lo
que ellos quieren es que tú le hagas sentir bien no solo físicamente sino
también mental y espiritualmente. Satisfacer esa demanda requiere mucho más
esfuerzo por parte de la mujer prostituida.
¿Eres optimista o pesimista con relación al futuro? ¿No
crees que estamos viviendo un rearme del patriarcado? ¿Consideras que el
regulacionismo está ganando la batalla frente al abolicionismo?
Creo justamente lo contrario. En el año 1999 Suecia
introdujo la ley contra la compra de sexo. Éramos los únicos y cuando fuimos al
Parlamento Europeo y presentamos la ley ellos dijeron: “¿Realmente van a abolir
la profesión más antigua del mundo?”. Y se pusieron a reír a carcajadas. Ahora
ya no se ríen. Ahora nos han seguido Noruega, Islandia, Irlanda, Francia,
Canadá también. Estamos ganado terreno y también el Parlamento Europeo demostró
a través del Estudio Honeyball que el modelo nórdico es el más eficaz en
combatir la trata. Y a nivel mundial se está hablando del putero, de la
demanda. El sector regulacionista ha tenido su avance también a través de
Amnistía Internacional por ejemplo. Pero nosotras estamos ganando terreno a
largo plazo. ¿Quién hablaba del cliente como problema hace 100 años? ¿Quién lo
hablaba hace 50 o 30 años? Y ahora mismo en Europa cualquier hombre que paga
por tener sexo sabe que está haciendo algo malo. Aunque parezca que tu voz se
hunde en el mar de voces del otro lado, una vez un hombre haya escuchado tu
historia o la historia en primera persona de cualquier otra superviviente se le
va a quedar y la próxima vez que lo haga le va a resonar esa voz, ese rostro.
¡Es tan importante eso!
Sí, realmente creo que es cierto porque varios puteros me
han escrito para decirme que después de verme y escucharme se habían dado
cuenta de que ellos eran lo que yo llamé “el putero majo” y de que eran unos
miserables machistas y que nunca antes lo habían pensado así pero que ahora ya
lo sabían y que nada volvería a ser igual que antes.
Sí, y también es muy importante que tu mensaje llegue a
muchas mujeres que cada mañana se levantan y piensan “yo soy una mujer fuerte,
yo no lloro, yo puedo soportar lo insoportable porque tengo dinero y no soy tan
débil como las otras”. Pero cuando te escuchan, algo se abre en ellas que ya no
se puede volver a cerrar.
Fuente
https://geoviolenciasexual.com/kajsa-ekis-ekman-lobby-proxeneta/
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