Mitos sobre la prostitución
por Alberto B Ilieff
Haremos una breve recorrida por
los mitos más comunes acerca de la prostitución y de las personas que realizan
esta actividad.
Estos mitos son repetidos a lo
largo del tiempo sin el menos análisis crítico ni confrontación con la
realidad.
Su finalidad es el control
social, dar pseudorespuestas a preguntas o inquietudes que la gente puede
hacerse y de esa manera cerrar el cuestionamiento, obturar el pensamiento. Es
así como logran sostener esta actividad como algo “normal” cuando es una clara
violación a los derechos humanos.
También permiten que pueda
existir a ojos vista, y que puedan desarrollarse innúmeros delitos en su torno
o por su causa como pueden ser el proxenetismo, la trata de personas, el abuso
sexual comercial infantil (“prostitución infantil”), tráfico de drogas,
corrupción, sin que desde los gobiernos se actúe punitivamente, cuando no
favorezcan la decididamente.
Estos mitos permiten y autorizan que
los hombres, quienes son principalmente los prostituidores o mal llamados “clientes”,
puedan seguir concurriendo a buscar de
este modo su satisfacción sin cuestionamiento alguno, como algo “normal” y
esperado en el varón.
Habitación de prostíbulo. Foto Jorge Alberto |
.- Es el oficio más viejo del mundo.
No hay datos científicos que
demuestren que esto fue así. Es un mito que busca legitimar de alguna manera lo
que no puede ser aceptado por su propio valer.
Al contrario de lo que dice, no
en todas las épocas y culturas existió la prostitución, y allí dónde hay
evidencias que la hubo, no siempre tuvo las características que muestra en
nuestra época.
Los datos indican que en
sociedades de las llamadas “primitivas” las mujeres aparecen ejerciendo
actividades vitales a la par de los hombres y que hacen al mantenimiento de la
comunidad (recolectoras, alfareras, artesanas, curadoras, etc), no hay
indicadores de que la prostitución haya existido o tenido características
importantes.
Aún si fuera así como narra el
mito la actividad más vieja del mundo, eso no justifica su existencia. Según la
Biblia el primer homicidio en la existencia de la humanidad fue el de Caín que
mató a su hermano Abel, y no por eso vamos a decir que se debe reglamentar el
asesinato.
Por otro lado la prostitución no
puede ser considerada un “oficio”, el hecho que reporte dinero o especies a
quien la ejerce no es suficiente para que se la considere como tal o como un
trabajo. No existe la mediación necesaria, es el mismo cuerpo el que es la
mercadería a transar.
Quienes ejercen esta actividad no
lo hacen como resultado de una decisión vocacional, de niñas no soñaban, no
jugaban a ser prostitutas.
La venta del cuerpo y el
sometimiento a los abusos correspondientes podemos considerarla como una
“opción” impuesta por la cultura y en especial por el patriarcado. La
prostitución es una estrategia de sobrevivencia dictada por la falta de
alternativas, no un oficio ni profesión.
.- La prostitución es un trabajo.
El hecho que una actividad
produzca dinero no significa que necesariamente deba ser considerada
socialmente como un trabajo.
Difícilmente un acto de violencia
como es el uso de un cuerpo para la satisfacción de quien paga, pueda ser
considerada una actividad laboral.
El trabajador vende su capacidad,
su fuerza laboral, sus conocimientos, pero no presta su cuerpo para el uso de
otro, hay una mediación.
Algunas personas en prostitución
prefieren ser llamadas “trabajadoras sexuales” para no tener que enfrentarse a
sí mismas con denominación común y de ese modo creen que se corren del estigma
y discriminación social.
También existe una importante
presión por parte de ongs, sindicatos, organismos internacionales que
condicionan el financiamiento o la ayuda asistencial a que se autodenominen
“trabajadoras”.
Detrás de todo esto se halla en
proxenetismo y los tratantes que van penetrando la sociedad para que la
prostitución y por ende sus actividades, sean consideradas trabajos y de ese
modo terminen siendo favorecidos, pasando de criminales a industriales.
Algunos gobiernos erróneamente
piensan que al reglamentar la prostitución podrán cobrar impuestos y de ese
modo incrementar la tasa del producto bruto interno y disminuir la
desocupación. Digo erróneamente porque la práctica ha demostrado que es más lo
que se evade, el lavado de dinero y el aumento de los gastos por el incremento
de los delitos anexos a la prostitución que el ingreso por el pago de
impuestos.
El Salón I. Otto Dix |
.- Ganan mucho dinero y sin esfuerzo.
Esta visión de por sí implica un
daño a la dignidad humana. El entorno de la humanidad, el mundo, deben ser
acordes a esta condición, la obtención de dinero no puede ni debe invertir o
quitar del lugar de dignidad que le corresponde a cualquier persona humana. El
dinero no legitima ni vuelve socialmente útil ni conveniente a una actividad.
Por otro lado, el dinero no puede
compensar el importante deterioro de la salud física y mental. Las personas en
situación de prostitución sufren daños irreparables comparables con los de una
persona que fue torturada o que combatió en una guerra.
La gran mayoría de las personas en
situación de prostitución es muy pobre. Los proxenetas y tratantes son los que
se enriquecen.
La trata y el tráfico de mujeres
para las redes de prostitución es uno de los negocios más redituables, junto
con el tráfico de drogas y de armas.
.-Lo hacen porque les gusta, disfrutan y ganan dinero.
Es un grave desconocimiento de la
sexualidad humana, especialmente la de las mujeres, sostener que a una persona
le puede gustar ser penetrada o usada de diferentes modos, incluso con golpes o
heridas, por diez o más hombres desconocidos todos los días.
Las personas en prostitución
sufren importante estrés por las situaciones que viven y el temor de lo que les
puede pasar.
Según datos estadísticos,
alrededor del 99% de quienes están en esta actividad, si pudieran las dejarían.
La mayoría llega a la
prostitución siendo todavía niñas, entre los 12 y 14 años, cuando su
posibilidad de discernir y de defenderse ante el mundo no esta construida. Sus historias
están cruzadas por la violencia, vulneración de derechos, pobreza, engaños
violaciones, exclusión y falta de educación y capacitación laboral.
No olvidemos que dentro de las
personas en prostitución la mayoría son las víctimas de trata.
En la prostitución no hay placer,
no hay gusto, no es una elección apenas es una opción de sobrevivencia cuando
no hay otra posibilidad.
.-Lo eligieron de manera libre y voluntaria, nadie las obliga.
Alrededor del 98% de las personas
en prostitución son o fueron víctimas de
trata de personas, lo que elimina toda posibilidad de elección personal y
voluntaria.
Casi en su totalidad fueron
captadas en la adolescencia, cuando estaban en formación y su futuro y
personalidad fueron quebrados a esa temprana edad.
Las pocas que accedieron por
“voluntad propia” también lo hicieron en esa época, presionadas por la historia
social y familiar y sin poder acceder a otras opciones.
La exclusión social, las guerras,
el tráfico de personas, la migración, el hambre, el aislamiento, empujan a las
personas a la situación de prostitución donde aquellos que tienen mayor poder
se aprovechan y valen de quienes están en esta situación de vulneración.
Las crisis económicas muestran
que la prostitución y especialmente la de las mujeres son una variable, una
válvula de escape.
Aquellos países con un mayor
grado de igualdad y mejor estándar económico muestran que las personas en
prostitución de ese país son las menos por lo que las “plazas” deben ser
ocupadas con aquellas traídas mediante la trata de personas. O sea que cuando
la sociedad brinda posibilidades acordes a la dignidad humana, las personas no
se someten a la prostitución.
.- La prostitución VIP es libre, ganan mucho dinero y viajan
Esto parte también de una visión
prejuiciada por una cultura basada en el uso del cuerpo como máquina para
obtener dinero, siendo el beneficio económico la última justificación.
Las personas que se hallan en
situación de prostitución VIP también están al servicio de quien tiene el poder
del dinero, las VIP no son ellas sino sus “clientes”, sus prostituidores, ellas
también son usadas para la satisfacción de quien paga, sus cuerpos también son
simples objetos de consumo.
Probablemente estas hayan tenido
más opciones de vida que las que parten desde la marginalidad, pero no han
tenido herramientas mentales para poder sustraerse de la idea de ser
cuerpo-objeto. Existe toda una cultura, y en estos casos la presión familiar se
ve muy claramente, que las condiciona y resta posibilidades de elección.
Una vez más el dinero aparece
como justificativo y compensación por el daño sufrido.
Dos prostitutas |
.- Lo hacen para darle de comer a sus hijos.
Este argumento socialmente
construido busca disimular detrás del amor materno la violencia a la que están
sometidas las personas, especialmente las mujeres.
Nunca el amor a los hijos debiera
ser una causa de prostitución, solamente en sociedades desiguales,
patriarcales, donde los padres no cumplen con sus deberes y abandonan a sus
hijos al exclusivo cuidado de las mujeres, y donde los gobiernos no asisten a
las más débiles, se pueden dar situaciones de este tipo.
En todo caso esta situación jamás
puede ser una justificación, al contrario, es indicadora de una sociedad y de
un gobierno que abandona y excluye a quienes menos recursos tienen.
.- Son mujeres de vida alegre, vida liviana.
Sería interesante preguntarnos
verdaderamente en qué consiste la alegría en esa vida de estar paradas en una
esquina, en la ruta, en un burdel, casi sin ropas, esperando a que cualquiera
pague la tarifa para penetrarla o hacer con su cuerpo lo que al prostituidor
(“cliente”) le satisface.
Podemos también preguntarnos cuál
es la alegría en los riesgos a la salud y hasta la propia vida que corren.
Este mito en realidad busca poner
una venda sobre los ojos para que no vean el dolor, el sufrimiento, para que no
sepan que el promedio de vida de una persona en prostitución es alrededor de
los 35 años (travestis, transexuales) a 45 años. Quienes sobreviven terminan
casi mendigando o entregándose por menos que una comida.
Si su vida fuera tan alegre,
fácil, placentera, sana y plena, ¿por qué tienen que recurrir a las drogas para
poder sobrellevarla?
.- La prostitución evita violaciones.
Esto esconde el prejuicio de que los hombres
necesitan de manera imperiosa su satisfacción sexual, que si no pueden
“descargar” su sexualidad recurrirán a las violaciones. La sexualidad masculina
es vista como necesaria, imperiosa, irrefrenable, poderosa. Todo esto también
es un mito.
El violador obtiene su
satisfacción en el total sometimiento de su víctima, en el daño que produce, en
la humillación y vejación, en el uso del poder hasta el dominio que puede
llegar hasta la muerte, por eso el sexo
prostitutario no lo atrae, si bien contiene estos elementos, los tiene en menor
medida, y con el pago se disimulan. Este tipo de ejercicio de la violencia no
es lo que busca el violador porque ahí la persona ya esta entregada, ya esta
lista para ser usada. El violador no
paga, el placer esta en tomar, arrancar, forzar, y no deja nada a cambio, es
simple y pura violencia sin disimulos.
El sexo con personas en
prostitución y las violaciones son resultado de una raíz común, del
menosprecio, la desvaloración de la mujer llegando a la abierta misoginia, es
lo opuesto a la sexualidad abierta, libre, satisfactoria y consensuada en un
marco de respeto mutuo.
En realidad este mito nos habla
de una idea completamente devaluada del hombre y la masculinidad. Es convertir
al hombre en un animal incapaz de controlar sus pulsiones a tal punto que puede
llegar a violar y matar para satisfacerlas.
No hay ninguna prueba científica
que demuestre este extremo. La
abstinencia sexual no necesariamente produce daño o enfermedad y siempre queda
el recurso de la masturbación, sin hablar que estamos en una época en que
acceder al sexo libre no ofrece mayores dificultades.
.- Les gustan los hombres y el
sexo en demasía.
Difícilmente se puede creer que
el deseo o interés sexual que una persona tenga la puede llevar a tener
relaciones sexuales sin elección, de manera indiscriminada, con varios hombres
diferentes y con cualquiera que pague la tarifa. Para las personas en
prostitución el “cliente” no es una
fuente de placer. No aceptan su presencia por deseo sexual sino por interés
económico, el cliente es un negocio.
Nunca hay que olvidar que no
existe prostitución sin proxeneta lo que reafirma que el interés primero es el
monetario.
Además la mayoría de las personas
en prostitución son víctimas de trata de personas, lo que tira abajo cualquier
argumento basado en el deseo o el gusto personal.
.- Son expertas en las artes amatorias.
El sexo prostibulario es
sumamente pobre, el primer interés es que su prostituidor (“cliente”) eyacule
lo antes posible y se vaya.
Las personas en prostitución no
hacen nada que sea muy diferente de lo que pueden hacer las que no se hallan en
esa situación, la diferencia es que aquí el límite lo impone la paga.
.-Es una actividad que se puede dejar cuando se quiera.
El mito dice que se puede
ingresar a la actividad, obtener el dinero que se requiere y luego dejarla para
seguir la vida normalmente.
Ya que alguien decida por sí
misma ingresar a esta actividad nos tendría que alertar pues aceptar someterse
al abuso sexual, aunque fuere por dinero, no es lo común.
Creer en esa posibilidad es creer
en la ficción, la realidad muestra que
quien ingresa a la prostitución sufre un daño muchas veces irreparable a su
autoestima además de otros daños psicológicos que luego actúan como
impedimentos para dejarla. Por otro lado los proxenetas no aceptan perder una
de sus fuentes de ingreso.
Ni que hablar de la mayoría de
las personas en prostitución que son las que provienen de la trata de personas
quienes no tienen ninguna posibilidad de decisión sobre su propia vida, mucho
menos de dejar esa actividad.
.- Es libertinaje.
La prostitución es lo contrario a una conducta
sexual libre, aunque esta fuere con muchas personas, pues lo que se busca no es el placer, sino que la motivación esta dada por el
beneficio económico.
Señoritas de Avignon. Pablo Picasso. 1907 |
.- La reglamentación de la prostitución protege a las personas en
prostitución.
La experiencia de los países que
han reglamentado la prostitución demuestra que esto es un mito, que las
personas en prostitución continúan tan desprotegidas o más que antes. Digo más
porque al ser ahora una actividad reglamentada y considerada “trabajo” ya no
pueden acceder a las ayudas asistenciales.
En esos países el mayor
porcentaje de personas en prostitución continúan en situación ilegal pues de
ese modo evitan pagar impuestos, someterse a revisaciones médicas, y sobre todo
quedar fichadas como “prostitutas” o si se prefiere “trabajadoras sexuales”.
Por otro lado los proxenetas fomentan este sector en negro para obtener
ganancias libres.
Las personas en situación de
prostitución son contratadas en los burdeles, que continúan en manos de los
proxenetas pues son ellos los que tienen el capital, y las condiciones de estos
contratos están fijadas por ellos mismos.
El 98% de las personas en
prostitución que provienen de la trata de personas, obviamente, quedan fuera de
este supuesto arreglo.
Paralelamente se ha visto un
incremento de la persecución policial hacia aquellas que no se hallan
reglamentadas o bajo la protección de un proxeneta, o sea que en este sentido,
la situación no varía.
A quienes sí se mejora y mucho es
a los proxenetas y tratantes porque de criminales pasan a ser “industriales”
“comerciantes” y además a través de los prostíbulos pueden lavar su dinero y
también el de otros.
.- Legislar sobre la prostitución (regularla, reglamentarla) es una medida progresista, propia de países desarrollados.
Raramente pueda llamarse
progresista una política que concuerda punto por punto con la más tradicional y
conservadora acerca de la mujer en general, de la división entre las privadas,
buenas, madres y esposas, mujeres de su casa y las otras, las públicas, malas,
de cualquiera.
No puede ser progresista una
política que en lugar de promover los derechos de quienes están en situación de
vulnerabilidad, que en lugar de asistir a quienes realmente lo necesitan,
pretenden ayudarlas cambiando el nombre pero dejándolas en igual situación de
desamparo.
Suecia, que no se puede decir que
sea un país atrasado en cuanto a derechos, ha promovido una ley que es
ejemplar, la penalización del prostituidor, “cliente”; Holanda, considerado
ícono en la reglamentación de la prostitución, esta dando marcha atrás con esta
política, Francia se ha declarado plenamente abolicionista.
Estos países en la práctica
vieron que la reglamentación acarrea más consecuencias indeseables a nivel
social que beneficios (aumento de la prostitución infantil, de la trata de
personas, del tráfico de drogas entre otros).
.- La solución es prohibirla
Las sociedades que practicaron el
prohibicionismo han demostrado que es
totalmente ineficaz porque no modifica las condiciones que sostienen a la
prostitución. No educa en el sentido de una sexualidad libre y placentera
exenta de violencia.
Al mismo tiempo la situación de
las personas en prostitución empeora pues son ellas las que son multadas o
terminan encarceladas y no los proxenetas o tratantes.
.- Si no existiera oferta no habría demanda o la mujer es la instigadora.
Esta inscripto en la cultura
patriarcal que el hombre debe adueñarse de la sexualidad de la mujer sin
tomarla en cuenta.
Es el varón el que necesita
reafirmar su poderío o volcar la violencia contenida hacia los más débiles en
quienes están en situación de desprotección usando sus genitales como arma de
agresión.
La trata de personas existe para
nutrir a los burdeles de mujeres y niñas, los burdeles requieren mujeres y
niñas para entregar a los prostituidores “clientes”.
.- Legislar sobre la prostitución (regularla, reglamentarla) es un acto de
realismo porque seguirá existiendo a pesar de todo.
Este mito cierra todo debate y acción posibles al dar por acreditado que
siempre existirá la prostitución y por lo tanto es inútil todo lo que se haga
en contra.
Es la contracara del primero de
los mitos que tratamos, el que dice que siempre existió o que es el oficio más
viejo del mundo. En ambos casos se niegan los factores sociales que promueven
esta actividad y la posibilidad de modificación.
Bajar los brazos ante una
práctica abusiva es decretar el cese de la cultura, de los valores y los
derechos. De seguir esta práctica de aceptación “realista” también tendríamos
que dejar de bregar a favor de la vida y la no violencia.
Aún cuando la prostitución, en
este momento, no pueda ser totalmente extirpable, eso no significa que la
sociedad no deba establecer políticas públicas encaminadas a disminuir y acotar
prácticas que violan los derechos más fundamentales como son la dignidad, la
propia integridad y el derecho al desarrollo personal integral.
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