Esta historia es
calificada como trata de personas, delito transnacional, violatorio de los
Derechos Humanos. Estos relatos y otros nos muestran como la pornografía es una
forma de violencia que emerge de estos delitos o directamente se trata de
prostitución. Las “estrellas” que aparentemente ganan muchísimo dinero son
simples formas de marketing.
Trata de
personas, prostitución, y en este caso pornografía, son una continuidad. Los
nombres crean la ilusión de ser cosas diferentes, pero no es así. Son todas
formas de violencia en las que fundamentalmente niñas, niños y mujeres son
sometidos y dañados.
Alberto B Ilieff
Porno a la fuerza, el lado oscuro de la industria del
entretenimiento en Japón
Cada año,
decenas de jóvenes son convencidas por "cazatalentos" para filmar
escenas sexuales, con la promesa de entrar al mundo del espectáculo.
Viernes, 26 de
mayo de 2017
Las jóvenes
llegan a la industria de la pornografía a base de presión y engaños por parte
de "cazatalentos".
TOKIO (EFE) -
Tenía 23 años y
soñaba con ser una estrella musical cuando un hombre la abordó en una
concurrida zona de Tokio y le ofreció trabajar como modelo. Ella cayó en la
trampa, una red de engaños y coacciones que arrastra en Japón a miles de
jóvenes a participar en filmes X cada año.
Aroma Kurumin,
cuyas escenas sexuales grabadas en 2013 aún circulan por internet pese a sus
esfuerzos por erradicarlas, es una de las muchas víctimas embaucadas por
productoras niponas de películas AV (pornográficas), un fenómeno que comienza a
salir a la luz en Japón y ante el cual el gobierno ha decidido al fin actuar.
"Pensé que
era la oportunidad para cumplir mi sueño", relata la joven, cuya pesadilla
comenzó con una entrevista y una sesión de fotos desnuda -le prometieron que
solo tendría que posar así una vez- para una conocida revista amarillista.
La "agencia
de modelos" la citó para otra sesión fotográfica y un rodaje en Saipán, en
las Islas Marianas del Norte, donde se encontró rodeada de hombres que la
presionaron hasta que accedió a rodar escenas sexuales por las que más tarde
cobraría un salario ínfimo.
"Todo
sucedió demasiado rápido. Si me oponía a algo, me decían que era la mejor vía
para iniciar una carrera musical, e insistían hasta que cedía", señala
Kurumin, educada en un país donde la mujer nunca debe llevar la contraria, y
menos una joven.
Aroma Kurumin es
el seudónimo que emplea ahora esta veinteañera como youtuber y activista para
concienciar a otras chicas y evitar que muerdan el anzuelo de la poderosísima
industria nipona del entretenimiento.
Estos
conglomerados mediáticos acaparan cadenas de televisión, discográficas,
editoriales, agencias de "talentos" o productoras AV, y son una
máquina de engullir aspirantes a estrellas que resultan presas fáciles en manos
de profesionales del engaño.
"El
problema existe desde hace años aunque ahora se empieza a hablar de él",
dice Aiki Segawa, portavoz de la ONG de apoyo a víctimas del tráfico sexual
Lighthouse, quien añade que el fenómeno "sigue siendo tabú en Japón".
Esta
organización basada en Tokio ha recibido más de 40 solicitudes de ayuda de
chicas obligadas a rodar porno en lo que va de año, y ha visto crecer el número
de peticiones desde una sola en 2012 hasta un centenar en 2016.
El perfil
habitual de la víctima es una joven de entre 18 y 25 años -aunque también hay
5% de varones- y aspirante a una carrera en la moda, la música o el cine.
Además de
"cazatalentos" que abordan a las chicas en la calle, los métodos de
captación incluyen anuncios en revistas, online e incluso en camiones
publicitarios, que prometen jugosos sueldos para trabajos como modelo o azafata
a tiempo parcial.
Las interesadas
acuden a entrevistas donde se les persuade de firmar contratos poco claros, y
luego se les chantajea de diversas formas para participar en los rodajes.
También ha habido casos de amenazas físicas y agresiones, e incluso violaciones
grabadas y distribuidas como películas, señala la portavoz de Lighthouse.
Un informe
reciente de otra ONG, Human Rights Now, recoge el caso de una joven que se
suicidó al no poder soportar que los videos X en los que aparecía no dejaran de
distribuirse.
Las víctimas se
sienten "demasiado avergonzadas o asustadas para pedir ayuda o para hablar
de su experiencia", subraya Segawa, quien añade que las afectadas "se
culpan a sí mismas y se creen únicas responsables de su situación".
27% de las
jóvenes contratadas por "agencias de talentos" han sido requeridas
para grabar escenas sexuales, y 8% accedió, según una encuesta entre unas 2,500
aspirantes a estrellas llevada a cabo a comienzos de año por el gobierno, que
ha puesto en marcha una campaña de concientización.
Las ONG reclaman
normativas laborales más estrictas para prevenir los abusos, un mayor control
sobre las "agencias de talentos" o que los filmes X se rueden bajo
supervisión para garantizar que todos los actores participan de pleno
consentimiento.
Segawa, no
obstante, admite la "dificultad" de controlar al monstruo de la
industria nipona del porno, la mayor del mundo con una facturación anual 4,400
millones de dólares y con una proyección creciente en China y otros mercados.
Fuente:
http://expansion.mx/tendencias/2017/05/26/porno-a-la-fuerza-el-lado-oscuro-de-la-industria-del-entretenimiento-en-japon