Prostitución por continentes:
América
14 marzo, 2019
“En algunas calles de México D.F.
50 pesos son suficientes para comprar doce latas de cerveza, tres tortas y el
cuerpo de una niña de 16 años”. Esta afirmación hecha por la web
Criminalistica.mx nos da a entender una realidad tan brutal como sobrecogedora,
y es que hablar de prostitución en América es hablar también de prostitución
infantil.
Los datos, a groso modo, que dan
en la web son realmente terribles. Según señala UNICEF-MÉXICO, “hay una
intervención directa de redes de carácter internacional que promueven el hecho
de que los niños puedan entrar a estas actividades, tanto de pornografía como
de prostitución siendo menores de 18 años”. Se estima que en México, alrededor
de 30 mil menores de edad, son víctimas de la prostitución y el abuso sexual
infantil.
“Un informe remitido a la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, cita varios países
latinoamericanos, entre otros Colombia, donde el número de niños de la calle
que se prostituyen en Bogotá se habría quintuplicado en seis años”. Sobre
América del Sur y Central, el informe constata la llegada a Chile de cientos de
niñas, lo cual constituye “un fenómeno nuevo“.
En varios clubes nocturnos de la capital mexicana, se obligaba a niños a
prácticas zoofílicas. En Perú aumenta un fenómeno conocido como “fleteo”:
adolescentes y niñas se prostituyen a
domicilio para ayudar a sus familias o para comprar droga. En el norte del
continente, Estados Unidos cuenta, según el informe, “con redes muy estructuradas
de venta de cintas de carácter pedófilo”
nos informa Criminanistica.mx.
México, prostitución en la frontera
Rita María Hernández, directora
de la Comisión Unidos contra la Trata afirma que “en México la prostitución no
está reglamentada ni prohibida; en realidad está tolerada”, y el 96% de las
mujeres que lo practican ha experimentado situaciones traumáticas y de
violación. Cada año se producen más de seiscientos viajes turísticos
internacionales que tienen como destino este país, de los cuales alrededor del
20% confiesan viajar en busca de sexo y en el 3% de los casos para consumir
sexo con menores. Esto arroja la terrible cifra de 3 millones de personas que
anualmente viajan por el mundo buscando sexo pedófilo. Se calcula que en la
capital hay al menos 70.000 personas ejerciendo la prostitución; 70% son
mujeres, 25% travestis, transexuales y transgénero, el 5% restante hombres, y
alrededor de 18.000 del total son menores. Solo en la capital.
Y es que en México se dan dos
circunstancias muy peculiares que tal vez no se den en otros países del
continente americano y es que confluyen las corrientes de inmigración que
parten desde países de América del Sur tratando de cumplir el sueño americano,
con la movilidad propia del turismo sexual, algo que ha provocado que existan
auténticos corredores de prostitución bien dedicada a una cosa u otra, según
destino.
En Ciudad Hidalgo, situada a 125
km de la frontera sur se desconoce por completo el número total de prostitutas
que ejercen. La mayoría de ellas llegan desde países del sur y tratan de
localizar a alguien que las pueda ayudar a llegar a la frontera del norte.
Mujeres que han pagado a “coyotes” para realizar guiadas ese viaje, se
encuentran de repente en habitaciones de hoteles insalubres, abandonadas y
engañadas por quienes se han llevado su único dinero con la promesa de
acercarlas a la frontera de Estados Unidos (5.000$ cuesta ese acercamiento) y
sin más recurso para sobrevivir que venderse de cualquier manera en la calle.
Los altos niveles de delincuencia, las mafias dedicadas al narcotráfico, las de
trata o las de tráfico de personas, convierten las calles de esta ciudad, sin
luz y sin presencia policial, en un infierno.
Hay estados en que existen más de
12.000 bares y cantinas donde trabajan cerca de 30.000 mujeres
centroamericanas, de las cuales un 80% son de Honduras.
Este último año, con la llegada
de las caravanas de inmigrantes han pedido asilo en México 26.566 personas, de
las cuales el 48% son mujeres. Los
abusos, la violencia y el hambre de la que huyeron en sus países es lo único
que encuentran. Hay mujeres que tienen tan asumido el hecho de que van a ser
violadas por el camino o al legar a las fronteras que toman anticonceptivos
solo por prevenir embarazos aunque no tengan pareja y viajen solas con sus
hijos. Las mafias y las bandas organizadas aprovechan la precaria situación de
estas mujeres para perpetuar la violencia de la que ellas han huído.
Desde Europa creo que no somos
capaces de imaginarnos siquiera el auténtico infierno de estas mujeres que,
pese a todo lo que han soportado, aún tienen esperanza y luchan, con todas sus
fuerzas por un futuro mejor para sus hijos.
La precaria situación económica
tanto de las mexicanas como de las inmigrantes, lleva a muchas de ellas a tener
tan solo dos opciones para sobrevivir; la prostitución o el narcotráfico, y si
se deciden por la primera es tan sólo porque ante la permisividad y tolerancia
del gobierno, tienen menos riesgo de ser detenidas y encarceladas.
Otras fronteras
La existencia de un tipo de
prostitución fronteriza se da también en otros países, como por ejemplo
Venezuela, en donde las mujeres cruzan a Colombia para ejercer en un país donde
pueden ganar en una hora el salario equivalente a un mes de trabajo en su país.
Algunas de ellas pueden quedarse en ciudades más o menos cercanas, como
Medellín en donde hay auténticas batallas por zonas de trabajo y por tarifas
aplicadas a los clientes que distan unos cinco dólares más o menos según la
mujer sea colombiana o venezolana. La cifra que se maneja es de alrededor de
4.500 mujeres venezolanas ejerciendo la prostitución en Colombia. Otras muchas,
sin embargo, han preferido emigrar a Ecuador donde sus servicios son pagados en
dólares estadounidenses.
En Panamá la prostitución no se
considera ilegal, no existe ninguna norma que lo dicte, pero en ese vacío legal
existente se penaliza solo a los proxenetas y la trata, hecho que, al igual que
en otros países ocurre, hace que prolifere la expansión de bares y hoteles
donde desarrollar esta actividad de forma encubierta.
En Perú esté penalizado el
proxenetismo al que se le suele añadir el delito contra la libertad.
En Guatemala los casos
investigados por trata de personas han aumentado en los últimos años un
escalofriante 625%. La mayoría de mujeres que caen en el engaño de ser llevadas
a Estados Unidos se encuentran posteriormente abandonadas en hoteles y el zonas
rurales, donde salir del mercado de la trata en el que han entrado sin querer
es casi imposible. El país se lanza como uno de los lugares de turismo sexual
hasta el punto de que han tenido que endurecer los controles de fronteras con
México, El Salvador y Honduras, así como extremar el cuidado en puertos y
aeropuertos.
Se considera que en Honduras hay
48.500 víctimas directas del turismo sexual que recaudan 12,3 millones de
dólares, lo que supone un 2,7% de PIB con lo cual está siendo incentivado por
organizaciones completamente legales.
Esta situación en Guatemala y
Honduras se agrava todavía más cuando la mujer es indígena ya que las leyes en
defensa de la mujer indígena solo pueden actuar cuando el caso se da en
menores. Con las personas adultas hay un vacío legal además del rechazo de toda
la comunidad a la que pertenecen ya que la prostitución está considerada una
traición a sus valores.
En Chile la prostitución como tal
no está tipificada como delito pero si está penado el “abuso de poder o de
confianza que promueva la prostitución”.
En Brasil la prostitución no es
ilegal aunque sí lo es y está penado trabajar en burdeles, explotar a menores,
alquilar lugares para ejercerla y el proxenetismo. Se calcula que hay unas
75.000 mujeres brasileñas ejerciendo la prostitución en el mundo como
emigrantes en otros países, pero la cifra realmente alarmante es la de que
existen dos millones de niños y niñas de entre 10 a 15 años obligados a
prostituirse.
En Costa Rica la prostitución es
legal y solo les piden, como requisito, ser mayores de 18 años y tener libreta
sanitaria.
Nevada es el único estado de USA
que permite la prostitución, y la mayoría de los burdeles se concentran en Las
Vegas. En el resto la prostitución es ilegal y perseguida no solo a quienes
ofrecen sus servicios sino también a quienes los compran, de hecho, hay
partidas presupuestarias para investigar y procesar a los clientes. En Nueva
York la oferta y la demanda están penadas con hasta tres años de cárcel aunque
también se da la modalidad “delivery” consistente en llevar a las chicas
directamente a la casa particular del putero y pagar con tarjeta bancaria. Una forma efectiva de burlar la ley y donde
cobra hasta el chófer que las traslada. No sería extraño que algún día veamos
(horrorizadas) en este sentido aplicaciones para el móvil.
La prostitución es ilegal en
Nicaragua y se calcula que hay unas 14.000 mujeres de diferentes orígenes
ejerciéndola. La mayoría de ellas lo hacen de forma oculta bien por no
reconocerse como prostitutas, bien porque sus familias no saben que lo son o
bien, por el contrario, también se da el
caso de las que reivindican su derecho a serlo. Muchas se agrupan en la
Asociación de Mujeres Trabajadoras Sexuales Girasoles que cuenta con unas 2.300
socias.
Nicaragua ha sido el primer país
en capacitar a las trabajadoras sexuales como facilitadoras judiciales a fin de
que estas puedan resolver sus conflictos laborales.
Cuba o el paradigma de la no existencia
En Cuba no es posible saber
exactamente cuántos hombres, mujeres y niñas o niños se prostituyen. Ni
siquiera se puede dar una cifra porque en Cuba la prostitución tiene unas
dimensiones particulares que lo convierten en un caso aparte, distinto al resto
de países latinos y que hacen prácticamente imposible el sondeo.
En teoría la prostitución está
penada por ley pero el gobierno niega por completo su existencia marginal
escudándose en la libertad que ofrece la comunidad cubana frente al liberalismo
de terceros países y, sin embargo, Cuba es uno de los referentes
internacionales del llamado turismo sexual. De hecho, Cuba siempre ha tenido
proyectos igualitarios en materia de educación y hay muchas mujeres que tras
graduarse en una carrera de ingeniería o medicina terminan ejerciendo la
prostitución por falta de otros recursos laborales. Castro llegó a bromear
diciendo que “las nuestras son las putas más cultas del mundo”.
“En los tiempos de la revolución
las mujeres buscaban el sexo por poder, al caer el muro de Berlín lo buscaron
por dinero. Tras años de bloqueo y caos económico ahora lo buscan como un medio
lícito de ganarse la vida”. Hasta tal punto es algo normal en la isla que para
muchas personas es una profesión a la que pretenden aspirar y que ha dejado de
ser un estigma social. No es raro encontrarse con niños y niñas que aspiran a
casarse con un extranjero, algo que creen que pueden lograr desde la
prostitución y que, en caso de no alcanzar completamente, siempre les va a
suponer un peldaño de ascenso en la escala social.
Padres y madres pueden presumir
de que sus hijos e hijas, independientemente de su edad, estén saliendo con
extranjeros. En un país donde se sobrevive con menos de un dólar al día, estar
con un extranjero que se considera un síntoma de solvencia económica. Lo grave
de la situación y que la hace tan diferente es que de la prostitución parece
depender la buena marcha de toda la economía de la isla. De no ser por las prostitutas
y de los recorridos turísticos, habría cientos de pequeños bares, tiendas y
pequeños hoteles de los que dependen familias enteras y que no podrían
sobrevivir sin el impacto económico que supone el turismo sexual. El gobierno,
consciente de este hecho y haciendo primar el torticero significado de libertad
y libre elección, se planeta legalizarla equiparándola a cualquier otro
trabajo.
Hablar de la prostitución en el
continente americano es sin duda hablar de una larga historia de explotación en
la que se juntan características diferenciales a las de otros lugares. El
colonialismo, las distintas etnias, las comunidades indígenas, las guerras
internas que siempre la han azotado y el
narcotráfico, hace que no se pueda hablar del tema sin clasificarlo por países
y sin que se pueda olvidar ni por un momento su propia idiosincrasia. Hablar de
prostitución en América latina es hablar siempre de una terrible e histórica
injusticia en la que como siempre las mujeres han corrido con la peor parte.
Las corrientes feministas
actuales, muchas de las cuales están a favor de la legalización, tienen aquí
una explicación más compleja, puesto que históricamente han vivido de forma
subjetiva fenómenos de explotación que no hemos vivido, por ejemplo, en Europa. Si partimos de la premisa de que la
prostitución anula cualquier subjetividad y deja a la mujer convertida en un
objeto de consumo a manos de los hombres, los abusos cometidos casi de manera
industrial, hace que muchas mujeres vean en la legalización de la prostitución
una forma de empoderamiento y de independencia económica. Otras lo pueden ver
como un mal menor ya que el horizonte de una vida mejor es demasiado lejano
como para ser alcanzable. La estructura socioeconómica, con una evidente
disparidad en la distribución de la riqueza, los núcleos rurales tan alejados
de las grandes ciudades y las pocas opciones laborales condenan a muchas
personas al empobrecimiento y la vulnerabilidad. La mayoría de la población
tiene unos niveles de pobreza por debajo de lo mínimamente aceptable según dice
UNICEF, lo que implica la repetición de estos roles de pobreza y marginalidad.
Con la globalización y los avances
tecnológicos, las fronteras parecen haberse borrado y las metas personales son
más altas y más difíciles de lograr por lo que para muchas familias, para
muchas mujeres, la alternativa de salir de la pobreza, de su país, vivir lejos
de las zonas en guerra o empobrecidas por ellas, lejos del narcotráfico y de
sus secuaces, lejos de una explotación casi segura en manos de mafias, de
maras, de proxenetas, guerrilleros incluso de ONG´s, vivir en otro lugar aunque
sea prostituyéndose es una alternativa muy válida.
De poco sirve la teoría ante un
estado de violencia estructural tan intensa y férrea. De poco nos van a valer
las teorías feministas si no hay detrás un estado que de verdad quiera resolver
estos problemas y trate de aplicar una política de alternativas dignas para
toda la población. De nada nos sirve a las feministas europeas, blancas y
libres hablar a estas mujeres de subjetividad, de libertad, de alternativas
laborales si luego los gobiernos y las leyes no hacen prácticamente nada por
ofrecerles una vida mejor.
Tras tantos datos y cifras
descorazonadoras la sensación de impotencia me abruma. Tratar de dictar
“normas” pertrechada tras un simple portátil y desde la cómoda Europa me parece
casi un insulto al dolor de todas estas mujeres, y sin embargo, como feministas
tenemos que hacerlo, tenemos que seguir haciendo feminismo para la vida, un
feminismo completo en el que incluyamos la lucha de las mujeres de cualquier
condición en cualquier rincón del planeta como una lucha propia y común.
Las feministas conocemos que el
90% de las mujeres en esta situación están deseando salir de la misma y que no
cuentan con apoyos de ningún tipo, que más del 70% son agredidas físicamente,
que más del 60% son violadas por sus proxenetas, que el 87% de las mujeres
prostituidas han padecido violencias físicas antes de los 16 años, que casi el
80% de las mujeres en prostitución comenzaron a ser prostituidas siendo menores
de edad, que el 68% de las mujeres presentan Trastorno de Estrés Postraumático
y eso es por lo que tenemos que seguir luchando y levantando la voz a pesar de
las otras muchas voces que, aprovechando la coyuntura especial de las mujeres
latinas en sus países de origen, tratan de vendernos la prostitución como la
única salida posible para ellas.
La prostitución no puede ser una
aspiración o un proyecto de vida porque entonces estamos condenando a miles de
vidas a la esclavitud.
Por Nina Peña (@ninapenyap)
Fuentes y artículos consultados.
http://paginabierta.mx/prostitucion-cadena-de-explotacion-y-discriminacion/
http://generoconclase.blogspot.com/2010/06/la-prostitucion-en-latinoamerica.html
http://cued.mx/blog/la-prostitucion-en-mexico-un-fenomeno-evidente-que-nadie-quiere-ver/
https://docplayer.es/6503600-Estudio-exploratorio-sobre-trata-de-personas-con-fines-de-explotacion-sexual-en-argentina-chile-y-uruguay.html
http://generoconclase.blogspot.com/search/label/contra%20la%20prostitución
https://www.criminalistica.mx/areas-forenses/criminologia/1249-introduccion-al-problema-social
https://es.panampost.com/priscila-guinovart/2017/03/16/las-prostitutas-del-socialismo-en-america-latina-por-ellas-no-marcha-nadie/
https://www.panamaamerica.com.pa/nacion/prostitucion-la-actividad-que-crece-en-la-ilegalidad-868620
https://www.monografias.com/trabajos16/explotacion-menores/explotacion-menores.shtml
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2008-03-18/la-prostitucion-trabajo-o-esclavitud_522626/
https://www.periodistadigital.com/america/sociedad/2018/12/20/la-megaestafa-de-uruguay-prostitucion-extorsion-cocaina-autos-de-lujo-hoteles-y-mucho-dinero.shtml
https://www.infobae.com/america/venezuela/2017/07/27/the-economist-mas-venezolanas-desesperadas-recurren-a-la-prostitucion-en-colombia/
https://www.youtube.com/watch?v=RqFmLoASDOk
http://latratadepersonasenmexico.blogspot.com/2014/04/aspecto-historico-y-perspectiva-actual.html