Carol L, a la derecha, y en el centro, Sarah Berlori, en las jornadas de EHFAK. A su lado, la presentadora de la mesa, Itziar Blanco. FOTO: IXA LOPEZ - LANBROA
EGUNEKO GAIACAROL L | SUPERVIVIENTE
“El regulacionismo de
la prostitución debería considerarse captación velada”
MERTXE ARRATIBEL27 MARTXOA, 20230
Para las
abolicionistas de la prostitución y las supervivientes, el regulacionismo no
puede tener cabida ni dentro del feminismo ni en la sociedad. Carol L., quien
fue engañada por un proxeneta cuando era menor de edad, considera que los
discursos que legitiman la prostitución deberían “tipificarse como captación
velada” y a las feministas que defienden esa postura les lanza el siguiente
desafío: ¿Tienen los tíos el derecho de cosificar el cuerpo de una chica?
¿Tiene derecho a comprar el consentimiento de mujeres precarizadas?”
Esta activista participó en la jornada ‘Política sexual de la
pornografía y la prostitución,’ organizada por la coordinadora abolicionista
vasca EHFAK. Le acompañaron en el cartel otra activista, superviviente y
miembro activa de la coordinadora, Sarah Berlori, y la teórica Mónica Alario
Gavilán.
Tanto Berlori como Carol, nacidas en el Estado español,
ofrecieron discursos políticos en los que compartieron muchos aspectos, también
biográficos, de su paso por la prostitución. Ambas fueron captadas siendo
jóvenes con la promesa de que ganarían mucho dinero, vivieron la violencia
extrema que caracteriza a ese mundo, tuvieron problemas para abandonarlo, no
consiguieron ninguno de sus objetivos y las instituciones les fallaron cuando
demandaron ayuda.
Carol empezó a ser prostituida con 17 años. Estaba tutelada
y había huido. La camelaron con “el
discurso que se utiliza ahora en todos los ámbitos académicos, en la
universidad, y también en Bachiller y en la ESO”, advierte. Esto es, que “ser
puta es una postura política” y que una puede “rentabilizar el capital erotico,
la ‘follabilidad”.
El coño como ‘varita
mágica’
“Me dijeron que los
hombres son como niños y que el coño es como la varita mágica de Harry Potter.
Luego vi que no era mi coño, sino los billetes la varita mágica”, admite.
Pero el dinero no era para ella. “Viví la indigencia dentro de la prostitución. No tenía casa. Dentro
de los clubs de puteros, no de putas, hay un montón de indigentes, mujeres sin
casa”. Sin nada.
También comprendió
que la prostitución “no tiene nada que ver ni con sexo, ni con el erotismo.
El sexo es algo beneficioso, sano, placentero, y de mutuo acuerdo. Todo lo que
viví allí eran parafilias y otros procesos”.
El hombre que la introdujo en la prostitución le prometió
que no tendría que hacer nada que no quisiera. Sin embargo, comprobó en seguida
que el consentimiento se compra, no así el deseo. “El tema del consentimiento es una trampa, algo que se nos ha vuelto en
contra”. Opina que lo mismo ha sucedido con los conceptos de género y
empoderamiento.
“Los puteros no sólo
son puteros; la mayoría son pedófilos”
Cuando se relacionó
con los primeros puteros les dijo que tenía 18 años ‘recién cumplidos’. “Sabían
perfectamente que era menor. El hombre que me llevó lo primero que hizo fue
retirarme el DNI y decir que era mayor”.
Los demandantes de la prostitución buscan chicas cada vez
más jóvenes, según alertan distintas voces. Carol L. afirma que, de hecho, “los puteros no sólo son puteros; la
mayoría son pedófilos”.
Educación sexual
Esta es la razón por la que esta activista y superviviente
centra ahora sus esfuerzos en la educación de la infancia y la juventud. Lo
hace en la Comunidad Valenciana, fundamentalmente, y se muestra crítica con la
información y las propuestas que se les ofrecen como educación sexual.
En lugar de trabajar
en el “consentimiento sexual” ve más conveniente centrarse en el “sexo deseado”
entre dos personas. “¿Qué tiene que ver el consentimiento con despertar,
descubrimiento, autoexploración física y placer?” Además, subraya que conviene
tener muy en cuenta que “el imaginario
sexual no es el mismo para los hombres que para las mujeres”.
El constructo
social-sexual de las mujeres se basa en “consentir siempre, en dejarse hacer”
El constructo social-sexual de las mujeres se basa en
“consentir siempre, en dejarse hacer. No conozco todavía una mujer heterosexual
que no haya tenido una relación sexual sin deseo, sostiene. “A nosotras se nos ha negado el placer. No tenemos algo que se ponga
duro. El agujero no se cierra y ahí cabe todo. Desde ahí y desde la idea
difundida por el porno de que la mujer es promiscua lo hemos construido todo”.
Ese punto de partida erróneo es también, a su juicio, la
base de la educación sexual . “Qué
necesidad tiene una niña de 14 años de saber que es el ‘fisting’, es decir, que
te metan el puño en el culo, cuando no se habla de poner límites. Se vende la
idea de puta como identidad política y el puño en el culo como práctica sexual
normalizada. Eso es lo que aparece en la guía de educación sexual de la
Comunidad Valenciana. Que me expliquen cuál es el punto educativo y qué
beneficios les va a ofrecer esto a las chicas en su sexualidad”, exige.
Sarah Berlori había expuesto previamente puntos de vista
similares sobre los procedimientos de captación de chicas jóvenes para la
prostitución y alertó también de que el proxenetismo ha penetrado en las
universidades. “Existe el peligro de que vayan a contarles a
las jóvenes lo guay que es ser prostituidas, pero sólo van a por las chicas.
Siempre somos nosotras las putificables y ellos futuros puteros”, denunció.
Ley orgánica
abolicionista
Se les convence de las ventajas de ser ‘scorts’, señoritas
de compañía que tiene la posibilidad de elegir, que se prostituyen porque
quieren y porque quieren costearse lujos con la prostitución. Nada de esto es
cierto, según Berlori, que califica esa propaganda de “superhumillante. Nos deshumanizan dentro y fuera de la
prostitución, como si fuéramos basura, cuyo único fin en la vida es tener un
bolso de marca. Es un discurso tolerado por la izquierda y la derecha y es asqueroso”,
lamentó.
Berlori expuso las dificultades que existen para abandonar
la prostitución y reivindicó la
aprobación de la Ley Orgánica de Abolición del Sistema Prostitucional (LOASP)
elaborada por la Plataforma de Organizaciones por la Abolición de la
Prostitución (PAP) y que está “guardada en un cajón”. Se trata de una ley
integral que cubre las necesidades de las mujeres en prostitución, la formación
y la concienciación, entre otros aspectos.
De hecho, las supervivientes aclararon que las políticas abolicionistas requieren ir
más allá de regulaciones que únicamente castiguen a los consumidores de cuerpos
de mujeres. Necesitan financiación y recursos para atender las necesidades de
las mujeres prostituidas. Medios que vayan más allá también del asistencialismo
que practican algunas asociaciones.
Fuente:
http://andra.eus/el-regulacionismo-de-la-prostitucion-deberia-considerarse-captacion-velada/?fbclid=IwAR29noy68VYpdAgAC1-QK_Z0c2MnWJEITtqj77cUPHeH_fAKcCavcMjO_Ug