La definición que da Lydia Cacho de la trata de
personas es la que ha fijado Naciones Unidas pero que en la práctica se ha
visto que entorpece más que favorece la investigación policial y la tarea
judicial dado que los medios nombrados (“uso de la fuerza u otras formas
de coacción: al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una
situación de vulnerabilidad o la concesión o recepción de pagos o beneficios
para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra
con fines de explotación”) se tornan casi imposibles de ser probados dada la
distancia, muchas veces provincias o países lejanos entre sí, y la falta de
elementos. Además hace que toda víctima tenga que probar que lo fue. En la
Argentina en un primer momento se adoptó esta definición, pero dadas las
dificultades que traía, en el 2.012 se modificada, quedando del siguiente modo:
“Artículo 2º:
Se entiende por trata de personas el ofrecimiento, la captación, el traslado,
la
recepción o acogida de personas con fines
de explotación…”
Si bien la nota habla de trata de personas, el
término fácilmente puede ser intercambiable por prostitución dado que la una
lleva necesariamente a la otra y le da sentido pues la trata de personas para
fines sexuales no tendría razón de ser si no existiera la prostitución.
Claramente resulta de la misma la continuidad
entre el abuso sexual infantil, la prostitución y la trata de personas. También
que estos atentados contra los Derechos Humanos no podrían existir sin la
participación y/o complicidad de los Estados.
Alberto B Ilieff
Entrevista a Lydia Cacho
Newsweek en español entrevistó a
Lydia Cacho, quien ha destacado por sus investigaciones, mismas que pusieron al
descubierto una red internacional de trata de personas, prostitución y
pornografía, a continuación mostramos el texto integro
miércoles, 14 de noviembre de
2012
Por: Web I Criterio
Comprometida con su país y
sabedora de su fama, Lydia Cacho es sin duda una de las muchas voces de
esperanza que iluminan la penumbra de la desdicha.
A lo largo de su trayectoria como
periodista y activista, Lydia Cacho ha generado un impacto social que ha puesto
al descubierto a políticos y empresarios envueltos en prácticas ilegales, como
lo es la trata de personas, la prostitución y la pornografía infantil. Su
trabajo ha sido reconocido por su defensa de los derechos humanos,
especialmente de la mujer. Ha recibido múltiples reconocimientos, entre los que
destacan el Premio Estatal de Periodismo de Quintana Roo; el Premio Nacional
Don Sergio Méndez Arceo a la Defensa de los Derechos Humanos y el Human Rights
Watch, así como el Premio Mundial Valentía en el Periodismo y el Reconocimiento
Mundial UNESCO Guillermo Cano de Libertad de Prensa.
Autora de prestigiadas obras como
Los demonios del Edén, El poder que protege a la pornografía infantil y
Esclavas del poder, Cacho sigue trabajando activamente para combatir la trata
de personas en México. Su dedicación y compromiso es ahora una labor de por
vida, ya no es solo una causa pasajera que defender en el país.
“Soy una mujer común, periodista
de profesión, activista y feminista por convicción, bailadora de salsa,
marinera, buena amante y cocinera. Me encanta el tequila”. Con estas palabras
se define Lydia Cacho al comienzo de una entrevista con Newsweek en Español. Es
una mujer que conoce el miedo pero que la mayor parte de su tiempo se siente
fuerte y segura, orgullosa de su trabajo y consciente de sus derechos y de cómo
ejercerlos.
Lydia, en sí ¿qué es la trata de personas y en qué momento se puede
considerar el uso adecuado del término, en qué consiste exactamente este mal?
“La trata es la captación,
transporte, traslado, acogida o recepción de personas recurriendo a la amenaza
o al uso de la fuerza u otras formas de coacción: al rapto, al fraude, al
engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o la concesión o
recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona
que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación. Esta es la definición
jurídica que el protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de
personas, especialmente mujeres y niños, complementa la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. Por sus
características es considerada una forma de esclavitud”.
¿Qué sector de la población es más susceptible a la trata, los niños o
de igual forma personas en general?
“Lo son todos los seres humanos;
sin embargo las leyes de mercado y las reglas económicas, así como las leyes
migratorias, facilitan que ciertos grupos se vuelvan más vulnerables y
susceptibles a ser victimizados.
“Por ejemplo, la esclavitud
laboral en el campo y la construcción explota mayoritariamente a hombres y
niños, aunque también a mujeres. En la esclavitud sexual vemos un 80 por ciento
de mujeres y niñas y un 20 por ciento de niños y jóvenes varones, difícilmente
encontramos hombres adultos. En la trata para mendicidad un 60 por ciento son
menores de 18 años, un 30 por ciento mujeres indígenas y el 10 por ciento
restante, ancianos, en su mayoría indígenas también.
“En la esclavitud doméstica y de
la industria textil un 90 por ciento son mujeres y niñas y un 10 por ciento,
jovencitos varones”.
¿Qué factores influyen en la vida de un sujeto para que opte por
ejercer este delito?
“La desigualdad de género, el
machismo y sexismo son factores culturales que hacen creer a los hombres que
las mujeres son objetos para ser sometidos, comprados y vendidos. Las mujeres
que participan en estas redes también reproducen esos valores. La ausencia de
políticas de igualdad y el doble discurso que avala la explotación sexual como
irremediable es fundamental porque eso ha permitido los vacíos legales en todo
el mundo. Como si ser esclavo fuera una elección y no la única opción
existente”.
Si lo queremos ver por el lado psicológico o del simple deseo, ¿en qué
piensa el sujeto que está practicando la trata?
“El factor fundamental es
económico, la gran mayoría de tratantes piensan en explotar a personas que no
pueden defenderse o que por su pobreza asumen que el tratante es su única
opción para subsistir. La trata es muy buen negocio, para pequeños y grandes
explotadores lamentablemente”.
¿Cuáles son los lugares más recurrentes en donde se reclutan personas?
“En todo el mundo, ciudades y
pueblos. Depende de qué tipo de trata también. Para la mendicidad se roban y
compran niños y niñas en las zonas rurales, generalmente hay un enganchador
local, un intermediario y un tratante en la ciudad que es quien los explota
para vender dulces o limpiar parabrisas en las esquinas.
“Siempre han existido los
esclavistas de ‘marías’, mujeres indígenas que son manejadas por un tratante
que las distribuye por la ciudad para mendigar a cambio de un techo de cartón y
una comida al día. Las jovencitas para la industria sexual son secuestradas y
compradas, lo mismo en pueblos que en sitios como Tijuana, Acapulco, Sinaloa,
Chiapas, Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y Puebla. Pero igual las traen de todo
Centro y Sudamérica”.
¿Qué actividades están relacionadas o ligadas con la trata de personas?
“Hay que pensar en la explotación
de la prostitución u otras formas de explotación sexual como la servidumbre
doméstica y matrimonio servil (esposas por catálogo), la extracción de órganos,
los trabajos o servicios forzados. También hay que comprender que los tratantes
pueden ser grupos delictivos organizados de tres o más personas que existen
durante cierto tiempo y que actúan concertadamente con el propósito de cometer
uno o más delitos graves o delitos tipificados con miras a obtener, directa o
indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de carácter material.
“A veces los tratantes están en
las estructuras familiares, personas cercanas a la víctima (padres, madres,
tíos, hermanos, abuelos), o son personas con autoridad sobre otra u otras como
lo son los jefes, patrones, funcionarios públicos, líderes religiosos, líderes
comunitarios y sindicales, empresarios, dueños, gerentes y operadores de
negocios de la industria del sexo (moteles y hoteles, bares de table dance,
salas de masaje, bares, cantinas y loncherías) que ocultan y avalan la
prostitución”.
¿La trata de personas brinca al tráfico de órganos?
“Sí, absolutamente. Yo investigué
para mi libro Esclavas del poder casos como el de Israel, documenté evidencia
donde en hospitales se hacen los trasplantes clandestinos de órganos. O el de
México, donde un grupo de chinos cuyo pago para traerlos ilegalmente vía España
era dejarse quitar un riñón. Los ricos pagan por órganos sin importarles su
origen criminal. Es una industria fortalecida por personas con mucho dinero.
Medran con la pobreza también”.
¿Cuáles son los alcances caóticos que podría provocar la trata, hasta
qué punto puede llegar el maniático que se dedica a esto?
“Si hablamos de la trata para la
industria sexual, los cientos de miles de casos documentados demuestran que se
ha incrementado el número de hombres que buscan chicas y chicos menores de edad
porque son más sumisas y obedientes. Esto ha generado una sobredemanda de
menores de edad, que a su vez fortalece a los que se las roban y a una
industria que normaliza la pornografía adolescente e infantil para, a su vez
también, normalizar la cultura de la violencia sexual y la esclavitud.
“Las redes sociales han cambiado
el panorama, cientos de miles de hombres que quieren sexo con menores los
contactan vía Facebook, Twitter y las otras redes, no se usan filtros para
detener la pornografía infantil. De hecho se hizo una petición en España para
que Facebook asumiera responsabilidad sobre la pornografía infantil, se
lograron juntar 1 millón 30 000 firmas para pedir el bloqueo de porno de niños y
niñas pero nada, no respondieron.
“Los clientes que pagan por sexo
con personas en condiciones de esclavitud son parte fundamental del problema y
pocas veces son señalados por la sociedad. En internet hay miles de fotografías
de hombres violando a bebés de un año o niñas de 6 o 7 años y presumiéndolo,
además, con material que es considerado por la ley como pornografía infantil.
“Son crueles, despiadados, y no
les importa nada sino su placer”.
Mencionas Facebook y Twitter ¿qué papel juega el uso temprano de las
redes sociales, chats o foros para conocer e interactuar con gente de otros
estados o países?
“Son una maravilla utilizadas
adecuadamente; el problema no es el vehículo, sino quién lo maneja y quién lo
controla. No me asustan las nuevas plataformas para comunicarse, creo que
tienen un lado muy positivo, lo que me parece insostenible es que a las grandes
corporaciones como Facebook no les importe que la pornografía infantil circule
mientras sus acciones en Wall Street estén seguras por el número de usuarios
que tienen. Otra vez el dinero antes que la protección de la infancia.
“Las chicas y chicos aprenden las
reglas para usar las redes sociales, pero las corporaciones no ponen reglas y
filtros claros para prevenir la pornografía infantil, son los dueños de la
tecnología y no están interesados —aunque digan lo contrario— en mejorar sus
plataformas. Es más fácil que cierren un perfil por spam que por una foto de un
bebé violado —tengo evidencias de sobra.
“En un hogar de clase media alta
está bien poner filtros pero, ¿en los cibercafés de los pueblos o zonas
pauperizadas? Los chicos hacen sus tareas en cibercafés y pagan 10 pesos por
una hora, ¿quién supervisa lo que pasa allí? Nadie. La respuesta está en el
mejoramiento de la tecnología, no en la censura politizada”.
La prostitución como bien dices, es una actividad de las muchas que van
ligadas y las cuales se han vuelto un negocio donde lamentablemente los niños
son explotados con fines meramente económicos ¿Dónde están los padres?
“Según estudios de Save the
Children, ECPAT, que provienen del inglés y significa ‘Eliminemos la
prostitución infantil, la pornografía infantil y la trata de niños con fines
sexuales’, y mis propias investigaciones, en aproximadamente el 30 por ciento
de los casos las madres o padres venden o explotan a sus propios hijos. El otro
70 por ciento son llevados por enganchadores de la comunidad que les prometen a
los padres que su hijo o hija tendrá un buen trabajo como doméstica, costurera,
afanadora, mozo o albañil, pero en realidad se los llevan a vender a
prostíbulos en todo el país.
“Yo he visto a cientos de
familias desesperadas buscando a sus hijas ante autoridades incompetentes, es
una tragedia de grandes proporciones porque la corrupción e impunidad impiden
que las familias encuentren a sus hijas e hijos. Las más pobres son las que
menos oportunidades tienen de recuperarlos”.
¿El problema creciente de la trata es síntoma de una estructura
familiar disfuncional o producto de una sociedad rapaz?
“Es todo junto. Todas las
familias son disfuncionales de una u otra forma, pero la desigualdad y falta de
guarderías del Estado fuerzan a las mujeres a salir a trabajar y dejar a sus
hijas en manos de terceros. La falta de políticas de protección a la infancia,
la desigualdad al interior de las parejas y la responsabilidad de la crianza
puesta solo sobre la madre deja en desventaja a las hijas e hijos. La ausencia
de educación sexual adecuada hace que millones de chicas que usan redes
sociales entren en el mundo del sexting sin entender el riesgo que corren”.
¿Una buena educación sexual tiene mucho que ver con todo este tema?
Absolutamente, por eso escribí
Con mi hij@ no, porque miles de padres me hicieron esa pregunta en mis
conferencias. Mientras más tabúes tiene una sociedad sobre la sexualidad, más
cabida hay para ocultar la violencia y los abusos sexuales. Mira cómo se han
evidenciado a miles de sacerdotes y pastores de todo el mundo, desde Irlanda
hasta Estados Unidos y México, mismos que promueven la castidad pero violan niñitos
que están a su cargo.
“Está comprobado que las chicas y
chicos con una buena educación sexual, que se apropian de su cuerpo y entienden
el placer como algo que se construye con gozo y respeto, comienzan su vida
sexual mucho más tarde que quienes no recibieron educación y la experimentan en
un contexto de ignorancia y falta de autoestima. En México chicas y chicos
comienzan su vida sexual a los 13 años en promedio, negar eso es un absurdo. La
pregunta es ¿qué información queremos que tengan a esa edad, la que les da el
hombre de 30 que les contacta en Twitter o la que les dan los padres
informados?”.
El gobierno e incluso asociaciones u ONGS ¿están haciendo algo para
evitar este mal?
“El gobierno casi nada, porque
mientras no ponga su dinero donde pone sus leyes punitivas no
habrá grandes avances. Una buena
ley tiene apartados de prevención que incluyen recursos para la educación de
ministerios públicos, jueces y médicos legistas, los cuales invierten en el
rescate de las víctimas y en la reparación del daño. El Estado mexicano no ha
entendido que son las asociaciones civiles las que hacen el mejor trabajo,
ellas rescatan víctimas y que bajo una buena regulación, con modelos de
atención adecuados y rendición de cuentas, deben ser socias del Estado en lugar
de ser tratadas como enemigas”.
¿Cuáles son los países más afectados actualmente?
“Todos, absolutamente todos.
Estados Unidos tiene un problema gravísimo de trata interna; Virginia donde se
encuentra la capital del país, es uno de los que mayor explotación laboral y
sexual tiene. Los Emiratos Árabes son terribles en explotación de menores de 18
años; Israel encabeza la lista de tráfico de órganos; Rusia en el lavado de
dinero y la explotación sexual de jóvenes de Europa del Este que traen a
Latinoamérica y, en particular, a EEUU y México. Las mafias rusas dominan el
lavado de dinero y cobros de porno y venta de esposas por internet. Los
cárteles colombianos y mexicanos no se quedan atrás en la industria del sexo
comercial, los casinos menos, ellos explotan y lavan dinero”.
¿Qué hay de las NU y la Unicef, cómo operan para combatir la trata?
“La Unicef se ha mantenido al
margen de la trata, lo cual es una vergüenza porque debería de incluirla
transversalmente en sus trabajos de pobreza, desigualdad y educación. Las NU no
tiene capacidad operativa, simplemente investiga, elabora documentos y asesora,
pero también hace mucha política, eso significa que no puede decir toda la
verdad de lo que hacen los países por mantener las ‘buenas relaciones’ con ellos.
Entonces, a veces las NU hace el papel de ‘reforzador del doble discurso’ de
los gobiernos corruptos, como lo son el mexicano o el norteamericano”.
De acuerdo a tus investigaciones, ¿cuál es el panorama que vive México
actualmente?
“México ocupa el tercer lugar en
trata de personas en América Latina y el Caribe. Y está entre los cinco países
que más circulan y producen pornografía infantil, por desgracia se encuentra
entre unos de los países del mundo que menos colabora con la Interpol en casos
de redes de pornografía.
“Las chicas y mujeres mexicanas
víctimas de trata y tráfico internacional son llevadas a España, Japón,
Alemania, Holanda, Estados Unidos y Canadá. Según la CATWLAC (Coalición Contra
el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y El Caribe), los estados donde
existe mayor vinculación de desaparición de mujeres y niñas con la trata y
luego el posterior femicidio son Baja California Norte, Puebla, Chihuahua,
Oaxaca, Coahuila, Quintana Roo, Chiapas, San Luis Potosí, Durango, Tamaulipas,
Estado de México, Tabasco, Guerrero, Tlaxcala, Hidalgo, Veracruz, Jalisco,
Zacatecas y Nuevo León.
“Y los estados donde hay mayor
incidencia de desapariciones de mujeres y niñas son: Baja California Sur, Nuevo
León, Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Puebla, Coahuila, Quintana Roo, Distrito
Federal, San Luis Potosí, Durango, Sinaloa, Estado de México, Tabasco,
Guanajuato, Tamaulipas, Guerrero, Tlaxcala, Hidalgo, Veracruz, Jalisco,
Zacatecas y Morelos”.
¿Hay organismos que regulen de manera efectiva la prevención de la
trata?
“En realidad no. Hablando de
México hay una fiscalía especializada en la Procuraduría General de la
República, pero con resultados muy pobres, a pesar del número de denuncias. En
la mayoría de estados de la República, a pesar de tener leyes contra la trata,
los ministerios públicos siguen tipificándolo como ‘proxenetismo’, es decir,
una falta administrativa relacionada con el manejo de prostitución (como acto
voluntario de la víctima).
“Muchos jueces se resisten porque
ellos mismos son clientes de prostíbulos y carecen de una perspectiva ética.
Poco a poco van cambiando las cosas, la mejor ciberpolicía que he visto es la
del Distrito Federal, pero aun con pocos casos sentenciados. Todo México
necesita ciberpolicías locales y no para perseguir a las y los chicos que hacen
sexting, sino a los tratantes y los pedófilos adultos”.
¿Cuál sería la medida eficaz que debe llevar a cabo la sociedad para
destruir estas redes de complicidad?
“Si todos los días madres y
padres estuviésemos conscientes de los indicios de abuso infantil que hay y no
solo opináramos sino ayudáramos a las organizaciones que sacan a niñas y niños
de ese contexto de abuso, muy pronto la industria se quedaría sin esclavos.
Tenemos que ver a cada niña y niño ajeno como propio, en la medida en que
creamos un entorno libre de violencia para nuestros hijos lo hacemos para el
resto de la infancia. Por ejemplo, donar a las organizaciones que de verdad
rescatan víctimas en tu estado.
“Toda la sociedad debería exigir
a legisladores y procuradores rendición de cuentas sobre la implementación de
recursos, utilizarlos eficientemente para entrenar a ciberpolicías, ministerios
públicos y jueces, así tú verías cómo avanzamos. Hace cinco años no teníamos
una sola ley contra la trata o la pornografía infantil, ahora casi todo el país
la tiene y está la federal, es decir, vamos avanzando”.
En la contraparte, ¿cuál es la tarea que le toca al gobierno para que
estas redes no se extiendan por todo el mundo?
“Leyes migratorias que protejan a
las y los migrantes y trabajadores temporales; combate real a la pobreza;
servicio de guardería; leyes de responsabilidad social, de corporaciones y de
servicios cibernéticos; inversión pública formal en acuerdos de colaboración
con organizaciones que rescatan a víctimas; implementación del sistema de
juicios orales en todo el país; traducción de programas contra la trata en los
diversos idiomas indígenas en México; educación, prevención y persecución del
delito y sus fuentes de financiamiento.
“De hecho hablando de gobierno,
la Secretaría de Gobernación y el Instituto Nacional de Migración tienen
abierto el caso de Raúl Martins, un argentino que prostituye jovencitas en
Cancún y quien, a pesar de la orden de expulsión, sigue operando. El gobierno
es omiso y cómplice todavía”.
Cuéntanos un poco acerca del encuentro inesperado que te llevó a formar
lo que hoy es una tarea en beneficio de aquellas mujeres que, en su mayoría, no
tienen voz o simplemente se callan…
“Llevaba años escribiendo sobre
violencia contra las mujeres y niñas, era asesora del Fondo de Desarrollo de
las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) y había fundado un refugio para
víctimas de violencia doméstica; en el refugio la segunda víctima que recibimos
era una mujer con tres niñitas cuyo padre trabajaba como taxista, él las
explotaba sexualmente con sus compañeros y turistas a cambio de dinero. Luego
en 2003 conocí a una chica que escapó de la red del empresario Jean Succar
Kuri, investigué cómo funcionaba el entramado de la red y publiqué en 2005 Los
demonios del edén”.
Después de lo ocurrido con Kamel Nacif, Jean Succar Curi, Mario Marín y
los demás personajes ¿qué compromiso adquirió Lydia Cacho con la sociedad
mexicana?
“Siempre supe el riesgo que
corría al publicar mis libros, pero nunca imaginé que el gobernador de Puebla
prestaría el aparato judicial para sosegarme a mí y a las víctimas. Lo que me
hizo famosa no fue el arresto ilegal y la tortura, eso generó el escándalo
inicial, sino la manera en que junto con los medios y redes ciudadanas reaccionamos
ante todo ello.
“Sí, exhibimos a todos los
poderosos, pero nunca olvidamos mencionar la importancia de las víctimas y la
necesidad de castigar al líder de la banda. Hasta hoy es el único detenido que
cumple una sentencia de 113 años en el penal de La Palma”.
Tus asociaciones ¿qué rol desempeñan en México?
“Yo creo que el Centro Integral
de Atención a la Mujer, el CIAM Cancún, se ha convertido, en 10 años, en un
referente en términos de cómo sí es posible en México desarrollar un modelo de
atención a víctimas que a la vez las proteja, las empodere y que de verdad
persiga a los victimarios, no solo los denuncie”.
Jean Succar Kuri, Kamel Nacif y Mario Marín, el Góber, ¿otro capítulo
de impunidad?
“Todavía no cerramos el caso, ya
entramos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y estamos por ir a la
Corte Internacional, entonces veremos. Su expediente sigue abierto, aunque la
Procuraduría General de la República haya intentado cerrarlo. No se ha dicho la
última palabra sobre esa red internacional que compraba y vendía niñas”.
El miedo se ha vuelto el alimento de la víctima, ¿se está yendo más
allá del sometimiento y el maltrato, o cómo funciona la represión?
“Eso lo documenté mucho en mis
libros Con mi hij@ no: manual para prevenir el abuso infantil y en Esclavas del
poder. Existe una psicología, los adultos usan la pornografía para ‘educar’ a
sus víctimas y normalizar la violencia sexual y el sometimiento. Usan el dinero
y los obsequios como intercambio de supuestos ‘afectos’ relacionados con el
erotismo temprano de las víctimas.
“La pobreza juega un factor
vital, porque miles de jovencitas se sienten orgullosas de poder ayudar en casa
llevando dinero, cuando no tienen protección, educación u opciones. Su cuerpo
se vuelve un objeto de intercambio para la subsistencia. Hay quienes validan
esa codificación del cuerpo de niñas y niños diciendo que, al menos, no se
mueren de hambre, eso es atroz”.
¿Lydia Cacho tiene miedo?
“A veces lo he sentido, pero la
mayor parte del tiempo me siento fuerte y segura, orgullosa de mi trabajo y
consciente de mis derechos y de cómo los ejerzo. Soy feliz, aunque ahora
enfrento problemas de salud”.
¿Cómo vives y cuáles son las actividades que realizas en un día
cualquiera fuera del trabajo?
“Vivo en el sur de Quintana Roo,
tengo tres perras, construí mi gallinero y tengo producción de huevo para
consumo familiar. Tengo mi hortaliza que yo misma sembré y donde cultivo
verduras y frutas. Hago yoga por las mañanas, escribo todos los días, pinto
cuadros los fines de semana, escribo poesía solo para mí. Me encanta cocinar y
organizar comidas en casa. Salgo a nadar al mar cada semana y me encanta
bucear. No puedo vivir sin escuchar música y sin estar en contacto con toda mi
familia”.
¿Sigues trabajando activamente para combatir la trata en México?
“Sí, estos son compromisos de por
vida, no causas pasajeras. Si mi fama sirve de algo que sea para ayudar a otras
personas”.
¿Qué proyectos tienes en mente, preparas un nuevo libro, cuál es la
novedad que traerá Lydia Cacho?
“Si, ahora estoy escribiendo dos
libros a la vez, uno periodístico y una novela, los temas son secretos. Estoy
emocionada con ambos proyectos, ambos muy diferentes, pero es un buen reto.
También estoy planeando un proyecto de autogestión alimentaria en las
comunidades mayas y una película sobre mi libro”.
¿Qué esperas para México, realmente merecemos lo que nos está pasando?
“No, nadie merece lo que nos está
sucediendo en México. No creo en esa visión de mártires guadalupanos de que nos
merecemos el maltrato. Necesitamos medios libres y responsables que no se
coludan con el poder; merecemos un país que respete la dignidad y la vida
humana y creo que lo estamos construyendo, aunque a veces los gobernantes y los
criminales demuestren lo contrario.
“Creo que deberíamos de convertir
a la cultura de paz en una industria del bien, del renacimiento de la
autogestión y de la autonomía para seguir impulsando nuevos paradigmas”.
Hoy la esperanza decae
constantemente, ¿qué mensaje le das a México y a todos aquellos países que
padecen de la trata de personas y sus consecuencias?
“Unos cuantos políticos corruptos
no pueden contra una nación. La única manera de combatir el miedo es siendo
compasivos con las personas. La única manera de erradicar la violencia es ejerciendo
la paz en nuestras vidas cotidianas. No puedes pedir algo que eres incapaz de
dar.
“Somos un país maravilloso con
recursos suficientes para que toda la gente tenga una vida digna, y hay que
demostrar que eso se puede lograr solo con el ejemplo, sumando una persona a la
vez. Para todo ello estar bien informado es clave. Porque quien entiende sin
duda puede transformar”.
Fuente
http://www.criteriohidalgo.com/notas.asp?id=129816