Dosier: El bebé nacido de un “vientre de alquiler”
Por Ana Trejo Pulido, Stop
Vientres de Alquiler.
¿Dónde estabas, Madre, cuando los
Padres decidieron que otros seres humanos que no eran ellos mismos se podían
trasladar, exponer, vender, alquilar, prestar y hasta matar?
Victoria Sau
Desde el punto de vista de las
criaturas, la pregunta esencial que se plantea es:
«¿Por qué existo?»
Y la respuesta que arroja la
maternidad comercializada es:
«Yo existo porque alguien pagó
por mí»
La maternidad subrogada plantea
cuestiones éticas particulares en relación a las criaturas concebidas como un
producto comercial que será comprado y vendido.
A los ojos del derecho internacional la subrogación no es más que venta
de bebés
El artículo 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño
afirma que todos los niños y todas las niñas tienen derecho a su madre y su
padre. La maternidad subrogada, sea pagada o altruista, viola este derecho
fundamental.
El artículo 2 del Protocolo facultativo de la Convención
sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de niños en la pornografía establece que «por venta
de niños se entiende todo acto o transacción en virtud del cual un niño es
transferido por una persona o grupo de personas a otra a cambio de remuneración
o de cualquier otra retribución».
Además, el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas,
especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones
Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional define claramente la
trata, en la que podemos perfectamente enmarcar esta práctica:
Esto significa que la
subrogación, a ojos del derecho internacional y de los derechos humanos,
facilita la venta de niñas y niños, ya que estos literalmente vienen al mundo
para cumplir los términos de un contrato comercial.
Y cuando alguien paga cuantiosas
sumas de dinero, se llega a asumir que no solo se tiene derecho a recibir el
bebé, sino que además este ha de tener unas características concretas y ofrecer
ciertas garantías de calidad. No sólo se compran bebés, sino que tienen que ser
bebés sanos, inteligentes y bellos.
Las criaturas están en constante riesgo de ser abandonadas
Por este motivo, los bebés están
en constante riesgo de abandono. Cuando nacen con síndrome de Down,
malformaciones o enfermedades congénitas, los compradores suelen abandonar a
estas criaturas. También suelen ser descartadas por sus compradores antes de
nacer mediante la imposición a las madres de abortos selectivos.
A los menores se les niega el derecho a la tutela institucional
Mientras que a las donantes de
óvulos y a las madres se las selecciona cuidadosamente y se las somete a mil
pruebas para garantizar la calidad del futuro bebé, esta cuidada selección no
se practica con los compradores. Todos los «controles de calidad» se aplican
sobre el «producto» y el «proceso de producción».
Esto implica negar a esos bebés
la tutela institucional de la que gozarían si se tratara de una adopción
nacional o internacional, que contempla medidas garantistas, como pruebas de
idoneidad o exámenes psicológicos a padres/madres intencionales y análisis del
contexto familiar.
El derecho a conocer su identidad y origen se ve vulnerado
Otra cuestión importante se
refiere a la identidad y el origen de las criaturas. Existe una fuerte
evidencia de que los niños y las niñas están profundamente interesados en
conocer su historia, en conocer su parentesco.
Sin embargo, en la mayoría de los
casos puede que la criatura no conozca nunca a su madre. Muchos países, como
Ucrania (donde la pareja que encarga el bebé se nombra inmediatamente en el
certificado de nacimiento del bebé), no contemplan que los niños y las niñas
puedan conocer su parentesco biológico real al llegar a la edad adulta.
La división del papel de la madre
entre las diferentes mujeres (donante de óvulos, compradora y madre gestante),
el papel del padre (donante de esperma y comprador) y la ocultación de estos
hechos, violan el derecho de la criatura a conocer su origen e identidad
garantizados en el Artículo 7 y 8 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Violación del derecho a la salud primal.
El periodo primal (primario o
primero) incluye la vida fetal y el tiempo transcurrido desde el nacimiento y
el año siguiente al nacimiento. La salud primal se construye durante todo ese
periodo de estrecha dependencia de la madre, primero en el útero, luego durante
el parto y después durante la lactancia. Todos los acontecimientos que tengan
lugar en este periodo de dependencia de la madre influyen sobre ese estado de
salud de base que llamamos salud primal.
La gestación subrogada compromete
seriamente la salud de las mujeres y los bebés a través de las condiciones de
concepción, gestación, parto y postparto impuestas en los contratos.
Antes de abordar los riesgos de
esta práctica para la salud, es necesario señalar qué implica la gestación, qué
supone el embarazo en la vida de una mujer y en la del futuro bebé. Es evidente
que muchas de las personas que aceptan como legítima esta práctica no entienden
lo que significa gestar y parir ni el impacto que este periodo tiene en las
criaturas y en sus madres.
Aquí expondremos un resumen. Para
profundizar en el tema, os recomendamos las siguientes lecturas:
- Entrevista a Miriam Al Adib: “Si profundizamos un poco en cómo la naturaleza va sincronizando a la madre y al bebé durante el embarazo preparándolos para el vínculo, entenderemos por qué la mujer que gesta realmente es la madre del bebé.”
- Las secuelas psicológicas para el bebé en la gestación subrogada
La madre no es un contenedor
aséptico dentro del cual se desarrolla el feto como si estuviera en una
cápsula. La madre es el primer hábitat de la criatura. Entre la madre y la
criatura se va gestando el vínculo materno-fetal, cuyo centro neuronal está en
el cerebro, y se produce tanto a nivel celular como en el apego afectivo. La
madre y su bebé desarrollan un nexo, una comunicación y un intercambio que tienen
una fuerte base biológica desde las primeras semanas de la gestación.
Las investigaciones confirman que
esa comunicación se da incluso antes de que el embrión se implante en el
endometrio y que las gestantes son capaces de variar la genética de la criatura
incluso cuando el óvulo es de otra mujer, como sucede en los casos de
ovodonación.
La psiquiatra perinatal e
investigadora Ibone Olza describe el vínculo materno-fetal como una relación
cálida e íntima que se establece entre el bebé y su madre y cumple la función
biológica de promover la protección, la supervivencia y, en última instancia,
la replicación.
Consecuencias para la salud de las criaturas
Todos los riesgos para la salud
del bebé, tanto a corto como a largo plazo, derivan directamente de los
contratos de subrogación y de las condiciones materiales, psicológicas,
emocionales y tecnológicas impuestas de manera unidireccional a la madre gestante
en el proceso de gestar y parir una criatura por encargo para entregarla a
terceros.
Los riesgos para la salud que
hemos mencionado para la madre en este artículo, afectan igualmente a las
criaturas:
Los frecuentes embarazos
múltiples que se dan en estos procesos por cuestiones de rentabilidad pueden
derivar en nacimientos prematuros o pretérmino, con pesos de nacimiento
inferiores al promedio. Esto implica mayor riesgo de prematuridad, parálisis
cerebral, dificultades de aprendizaje, desarrollo lento del lenguaje,
dificultades de conducta, enfermedad pulmonar crónica y retrasos en el
desarrollo.
La inducción al parto y el
nacimiento por cesárea —para comodidad de las clínicas y para que los clientes
puedan vivir el parto en directo— entrañan riesgos bien documentados. De hecho,
la OMS recomienda que la inducción al parto o los partos por cesárea no se
planifiquen antes de la semana 39, a menos que se indique médicamente. Los
riesgos de las cesáreas para los bebés pueden incluir problemas respiratorios y
reducir la bajada de sangre de la placenta al bebé al nacer; y a largo plazo,
riesgos relacionados con diabetes infantil, asma, sensibilidades alimenticias y
alergias.
La salud física y mental de la
madre gestacional también tiene un efecto en el desarrollo de la criatura.
Entre las mujeres de países del sur de Asia, por ejemplo, la anemia es común.
Los efectos a largo plazo en el bebé de algunas condiciones físicas de la
madre, como la nutrición deficiente, son bien conocidos. Pero es que, además,
las madres viven estos embarazos disociadas, psicológicamente adiestradas para
negar los vínculos afectivos que se van desarrollando con el bebé,
especialmente en los últimos meses del embarazo. Y como podemos imaginar, estas
no son las mejores condiciones para las criaturas.
Lo que la ciencia está mostrando
en los últimos años es que lo que la criatura vive en el embarazo, en el parto
y en el primer año de vida deja una huella que durará de por vida y que en
muchos aspectos influirá en su salud física y emocional.
El bebé y su cuerpo recuerdan la
vida intrauterina. El bebé y su cuerpo recuerdan esa vida intrauterina en su
madre, por mucho que haya sido de alquiler.
Y lo mismo podemos decir del
nacimiento: cada vez es mayor la evidencia que demuestra cómo la experiencia
del parto nos queda profundamente grabada en la psique y en el cuerpo.
Durante el proceso de parto se
libera gran cantidad de oxitocina, la hormona de la vinculación afectiva o
emocional.
La oxitocina facilita los
procesos fisiológicos clave en el desarrollo del bebé; durante el embarazo, se
encarga de fijar firmemente el vínculo entre madre y criatura, promueve los
patrones de unión entre la madre y el recién nacido, crea el deseo de contacto
adicional, de estar piel con piel con nuestra criatura, de iniciar la lactancia
y de enamorarnos a través de las miradas mutuas entre el bebé y la mamá.
Además, ayuda a la madre a recuperarse después del parto.
Pero lo más importante —para el
caso que nos ocupa de los vientres de alquiler— es que los estudios muestran
que un nivel alto o bajo de oxitocina va a controlar permanentemente la
organización de la parte del cerebro del bebé que se encarga de manejar el
estrés, lo cual promueve que a la larga las criaturas desarrollen
características de apego seguro o inseguro.
El bebé producto de la gestación
subrogada, al igual que todos los bebés, lo que espera al nacer es encontrarse
con la mujer que le ha gestado y parido y que es para él su única madre. La
criatura no sabe de contratos ni de deseos de adultos, pero sí sabe de su
propio deseo de cuerpo materno, de piel y leche materna. Sin embargo, se
encuentra con que es inmediatamente separado del cuerpo de su madre y entregado
a unas personas extrañas. Todo el vínculo y reconocimiento materno-infantil es
intencionadamente interrumpido, degradando aún más a la mujer y a la criatura.
El estrés de la criatura es
máximo cuando se produce esta separación. La separación de la madre nada más
nacer supone un trauma y una gran pérdida. Para el bebé representa lo mismo que
si su madre hubiera muerto durante el parto.
Nils Bergman, médico neonatólogo
y especialista en neurociencia perinatal, afirma que «lo peor que le puede
pasar a un recién nacido es que lo separen de su madre». La separación
madre-bebé después del parto crea un estrés tóxico que provoca cambios
hormonales, metabólicos y cognitivos que afectan a la salud de las criaturas.
Muchos de los niños y las niñas
que han sido adoptados sufrieron esa separación temprana y traumática de la
madre, lo que a veces provoca trastornos del vínculo o alteraciones muy graves
de la conducta en la infancia y/o la adolescencia que pueden ser muy difíciles
de tratar y precisan años de terapia.
Los bebés son concebidos,
gestados y paridos bajo unas circunstancias y mediante unos procedimientos que
tendrán consecuencias sobre su salud. Y al ser separados de su madre para
satisfacer los deseos de paternidad/maternidad genética de terceros, son
heridos en su dignidad y convertidos en un producto comercial.
Así pues, en relación al bebé, la explotación reproductiva implica:
La violación intencionada de su
derecho a la salud primal.
La violación de su derecho a
conocer su identidad y sus orígenes.
La denegación del derecho a la
tutela institucional.
La violación de su derecho humano
a no ser vendido, traficado, ni convertido en un producto comercial con control
de calidad.
Fuentes:
Vientres de alquiler: violación
del derecho a la salud materna y primal:
http://www.tribunafeminista.org/2017/07/vientres-de-alquiler-violacion-del-derecho-a-la-salud-materna-y-primal/
La Salud Primal:
http://www.craneosacral.org/INFANCIA/la_salud_primal.htm
Agencia SINC: “Las embarazadas
varían la genética de su futuro hijo incluso si el óvulo es donado”:
http://www.agenciasinc.es/Noticias/Las-embarazadas-varian-la-genetica-de-su-futuro-hijo-incluso-si-el-ovulo-es-donado
El parto es nuestro: “El papel de
la oxitocina y otras hormonas.”
https://www.elpartoesnuestro.es/informacion/parto/el-papel-de-la-oxitocina-y-otras-hormonas
El parto es nuestro. “Embarazo”:
https://www.elpartoesnuestro.es/informacion/embarazo
Ibone Olza: “Gestación subrogada:
los efectos psicológicos en la madre”:
http://www.mentesana.es/psicologia/maternidad-subrogada-secuelas-psicologicas-bebe_1145
Ibone Olza: “Las secuelas psicológicas
para el bebé en la gestación subrogada”:
http://www.mentesana.es/psicologia/maternidad-subrogada-secuelas-psicologicas-bebe_1145
María José Hernández Ortiz: “De
lo que no se habla: riesgos para la salud de las madres de alquiler”:
http://www.diariodemallorca.es/opinion/2017/05/25/habla-riesgos-salud-madres-alquiler/1217912.html
Naciones Unidas. “Convención
sobre los Derechos del niño:
http://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf
Naciones Unidas. Derechos
Humanos. Oficina del Alto Comisionado: “Protocolo facultativo de la Convención
sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de niños en la pornografía”:
http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/OPSCCRC.aspx
Surrogacy 360: “Gestational
Mothers”: https://surrogacy360.org/relationship/gestational-mothers/
Surrogacy360:“Children”: https://surrogacy360.org/relationship/children/
https://stopvientresdealquiler.wordpress.com/el-bebe-nacido-de-vientre-de-alquiler/
Nota: las imágenes y negritas están en el original.
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