Prostitución…el mundo al revés
Psicóloga por la Universitat de València. Feminista. Agenda del Feminismo: Abolición del género
Con frecuencia hemos visto películas en las que aparecen sufragistas o
feministas que son ridiculizadas por defender los derechos de las mujeres en
general, y la abolición de la prostitución en particular.
Igualmente vemos a diario cómo se afirma que las feministas son
retrógradas, moralistas y reaccionarias por reclamar la abolición de la más
antigua explotación humana, la prostitución. Mientras que los puteros y quienes
les defienden, se presentan como gente de vanguardia, moderna y transgresora.
En cuanto a cuál de ambas posiciones es retrógrada y cuál transgresora,
me pregunto desde cuándo es más moderno defender la prostitución -la más
antigua institución patriarcal- que defender su abolición. O desde cuándo es
más más transgresor reforzar el sistema patriarcal que cuestionarlo.
La acusación de moralista o retrógrado formulada al Feminismo no es
solo injusta. Es que es mentira. Porque fue el Feminismo el que reclamó la
libertad sexual de las mujeres con la feroz oposición de los hombres; que
incluso hoy, aún mantienen una doble moral sexual. Porque, sin dejar de
aprovechar en su beneficio la libertad sexual de las mujeres, luego no tienen
empacho en apartar a las «demasiado accesibles». Eso sí que es ser moralista o
retrógrado.
Lo que no se puede, como hacen, es confundir la libertad sexual con la
prostitución, en la que una mujer, forzada por su pobreza y vulnerabilidad, es
el «objeto» de un auténtico acto de onanismo masculino en el que la excitación
sexual se debe a haber erotizado el poder sobre una mujer que no está en
condiciones de negarse.
Es especialmente asombroso que se juzgue como «reaccionario o rancio»
defender el derecho de las mujeres a una vida digna y libre de violencia,
mientras se pretende considerar de lo más moderno seguir oprimiendo a las
mujeres por medio de una brutal violencia sexual. Salvo, claro está, que esa
gente tan «vanguardista» considere, en el más puro estilo patriarcal, que las
mujeres somos inferiores y que, de entre nosotras, hay quienes ni siquiera son
sujetos de ese básico derecho humano.
Por otra parte, y dejando de lado el intento de demonizar el Feminismo
por reclamar la abolición de la prostitución con esos argumentos falaces que
acabamos de exponer, seguro que, hablando de las mujeres prostituidas, han oído
decir que la prostitución es fruto de su libre elección y que las «empodera»
mucho.
De nuevo se acude a una clamorosa falsedad. Porque la única persona
libre ahí es el putero: es él quien fija cuándo, cómo y qué quiere… sin que, en
la inmensa mayoría de los casos, la mujer pueda poner condición alguna. Es el
putero el que tiene un poder al que, en cambio, la mujer prostituida se ve
obligada a renunciar. Por eso, ese tipo que dice cínicamente que la
prostitución empodera a la mujer prostituida, es el primero que, además de
negarle a ella cualquier poder y de cosificarla despiadadamente, la considera
basura social, y se mea en su cara (a veces, literalmente).
Parece claro que, en materia de prostitución, la estrategia que se
sigue es invertir los términos: llamar antiguo a lo que es más nuevo,
retrógrado a lo que es transgresor, libertad sexual a lo que es prisión y
empoderante a aquello que despoja de todo el poder.
En fin, estoy convencida de que, en prostitución, la única basura
anticuada, retrógrada y reaccionaria es la gente que la defiende.
Especialmente, y dejando aparte a los proxenetas, que son delincuentes
«oficiales», los puteros. Esos puteros a quienes, debiendo también ser
considerados delincuentes, toda una Secretaria de Estado de (des)Igualdad llama
clientes y les ofrece garantías de no ser -ni siquiera- multados, aunque violen
a una mujer que no les desea, a la que le provocan náuseas y que se tiene que
drogar para soportarlo, demostrando -en su máxima expresión- lo despreciable y
patriarcal de la figura del consentimiento, esa novedosa manera de decir ¿susto
o muerte?
Lo más grave es que Unidas Podemos no es el único partido que defiende
a los «pobres puteros». Hay demasiados partidos políticos defensores de la
prostitución, por acción o por omisión a derecha e izquierda del espectro
político. Y por eso es necesario que se sepa que cualquier partido que no sitúe
la abolición de la prostitución como una prioridad de su agenda, es cooperador
necesario del mantenimiento de esta brutal institución patriarcal y pueden
aplicarse, en lógica consecuencia, los calificativos de anticuados, retrógrados
y reaccionarios. Que no nos cuenten milongas.
#AboliciónProstitución
https://tribunafeminista.org/2023/05/prostitucionel-mundo-al-reves/
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