10 Razones para No legalizar la Prostitución
Janice G.Raymond
Coalición Internacional Contra el Tráfico de Mujeres (CICTM/CATW)
(25, marzo, 2003)
Introducción
Los
argumentos que se exponen a continuación van dirigidos a todas las formas de
prostitución avaladas o respaldadas por el estado, incluyendo, pero no
limitándose a, la legalización de los prostíbulos y del proxenetismo, la
despenalización de la industria del sexo, la regularización de la prostitución
a través de leyes que establezcan controles de salud obligatorios para las
mujeres que están en la prostitución, o cualquier sistema que reconozca que la
prostitución es un trabajo o la defienda
considerándola una elección laboral.
Teniendo
en cuenta que algunos países están considerando legalizar y despenalizar la
industria del sexo, creemos importante
que consideres las razones por las cuales la legitimación de la prostitución
como un trabajo no supone un empoderamiento de las mujeres que están en la
prostitución, sino que supone un fortalecimiento de la industria del sexo.
1.
La
legalización/despenalización de la prostitución es un regalo para los
proxenetas, los traficantes y la industria del sexo.
2.
La
legalización/despenalización de la prostitución y de la industria del sexo
promueve el tráfico sexual
3.
La
legalización/despenalización de la prostitución no supone un control de la
industria del sexo. La expande.
4.
La
legalización/despenalización de la prostitución aumenta la prostitución
clandestina, ilegal y la prostitución de la calle.
5.
La
legalización de la prostitución y la despenalización de la industria del sexo
promueve la prostitución infantil.
6.
La
legalización/despenalización de la prostitución no protege a las mujeres que
están en la prostitución.
7.
La
legalización/despenalización de la prostitución aumenta la demanda de la
prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un
entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.
8.
La
legalización/despenalización de la prostitución no promueve una mejora de la salud de las mujeres.
9.
La
legalización/despenalización de la prostitución no aumenta las posibilidades de
elección de las mujeres.
10. Las mujeres que están dentro de la
prostitución no quieren que se legalice o despenalice la industria del sexo.
Los
argumentos :
1.
La legalización/despenalización de la prostitución es un regalo para los
proxenetas, los traficantes y la industria del sexo.
¿Qué supone la legalización de la prostitución
o la despenalización de la industria del sexo? En Holanda, la legalización
supone la autorización de todos los aspectos de la industria del sexo: Las
mujeres mismas, los llamados “clientes” y los proxenetas, quienes bajo el
régimen de la legalización se han convertido en hombres de negocios del sector
servicios y en legítimos empresarios sexuales.
La legalización/despenalización de la
prostitución también convierte a los prostíbulos, clubes, salones de masaje y a
los otros lugares donde se ejerce la prostitución en locales legítimos donde se
permite que el comercio del sexo prospere de forma legal y con pocas restricciones.
Hay personas que creen que defendiendo la
legalización o la despenalización de la prostitución están dignificando y
profesionalizando a la mujer que está en la prostitución. Pero el dignificar la
prostitución como un trabajo no supone el dignificar a la mujer, ya que
simplemente dignifica la industria del sexo. La gente a menudo no se da cuenta
de que la despenalización supone la despenalización de toda la industria del sexo,
no solo la de las mujeres.
La CATW aprueba la despenalización de las
mujeres que están en la prostitución. Ninguna mujer debería de ser penalizada
por su propia explotación. Pero los estados nunca deberían despenalizar a los
proxenetas, a los clientes, a los prostíbulos u otros establecimientos
sexuales.
2.
La legalización/despenalización de la prostitución y de la industria del sexo
promueve el tráfico sexual
La industria de la prostitución legalizada y
despenalizada es una de las causas clave del tráfico de mujeres con fines de
explotación sexual. Uno de los argumentos para la legalización de la
prostitución en Holanda era que la legalización iba a ayudar a terminar con la
explotación de las desesperadas mujeres inmigrantes que eran traficadas para entrar
en la prostitución. El informe realizado por el grupo gubernamental “Budapest”*
muestra que el 80% de las mujeres de los prostíbulos en los países Bajos son
traficadas desde otros países (Grupo Budapest, 1999: 11). En 1994 La
Organización Mundial sobre la Inmigración (International Organization of
Migration, IOM) declaró que solo en los países Bajos, el 70% las mujeres
traficadas provenían del centro y del este de Europa (OIM, 1995: 4).
El gobierno de Holanda se presenta a sí mismo
como el defensor de los programas y políticas que luchan contra el tráfico,
mientras que al mismo tiempo y de una manera cínica, ha eliminado todos los
impedimentos legales dirigidos al proxenetismo y a los prostíbulos. En el año
2000 el Ministerio de Justicia Holandés abogó por una cuota legal para
“trabajadoras sexuales” extranjeras, ya que el mercado de la prostitución
holandés demandaba variedad de “cuerpos” (Dutting, 2001:16). También en el año
2000 el gobierno Holandés solicitó y obtuvo una sentencia de la Corte Europea en la que se reconocía que la prostitución era
una actividad económica. Esta sentencia permite que las mujeres de la UE y de
los países que formaban parte de la Ex Unión Soviética obtengan un permiso de trabajo como
“trabajadoras sexuales” en la industria del sexo de Holanda, si prueban que se
dedican al auto empleo. Las ONGs de los países Bajos han declarado que los
traficantes están sacando provecho de esta ley y la están utilizando para
introducir a mujeres en la industria de la prostitución Holandesa, enmascarando el hecho de que estas mujeres
han sido traficadas y enseñándoles cómo probar que se son “inmigrantes
trabajadoras del sexo” auto empleadas.
Durante un año, desde que se levantó la
prohibición de los prostíbulos en Holanda, las ONGs han informado que ha habido un aumento de las víctimas del
tráfico o que, en el mejor de los casos, el número de víctimas procedentes de
otros países no ha variado (Bureau NRM, 2002: 75). 43 municipios de Holanda
quieren poner en marcha una política que prohiba los prostíbulos, pero el
Ministerio de Justicia ha dicho que la prohibición de la prostitución dentro de
un municipio podría entrar en conflicto con el “derecho a la libre elección de
trabajo” que garantiza la Constitución federal
o el Grondwet (Bureau NRM: 2002).
En enero de 2002 se estableció la prostitución
en Alemania como un trabajo legitimo, después de que durante 5 años estuviera
legalizada en las llamadas zonas “eros” o zonas de tolerancia. Ahora en
Alemania es legal la promoción de la prostitución, el proxenetismo y los
prostíbulos. En 1993, después de que se hubiera dado el primer paso para la
legalización, se reconoció (incluso por parte de los/as defensores/as
pro-prostitución) que el 75% de las mujeres que en Alemania estaban dentro de
la industria del sexo eran extranjeras que procedían de Uruguay, Argentina,
Paraguay, y otros países de Sudamérica (Altink, 1993: 43). Después de la caída
del Muro de Berlín, los dueños de los prostíbulos informaron que 9 de cada 10
mujeres que estaban dentro de la industria del sexo en Alemania procedían de
los países del Este de Europa y de otros países que pertenecieron a la antigua
Unión Soviética.
El elevado número de mujeres extranjeras que
están dentro de la industria del sexo en Alemania – algunas ONGs estiman que se
eleva a un 85% - pone en duda el hecho de que tal porcentaje de mujeres haya
podido entrar a Alemania sin algún tipo de ayuda. Al igual que en Holanda, las
ONGs alemanas señalan que la mayoría de las mujeres extranjeras han sido
traficadas. Hay que tener en cuenta que es casi es imposible para las mujeres
pobres hacer frente al proceso migratorio, a los costos del viaje, a la
tramitación de los documentos y también
es muy difícil que puedan establecerse dentro del “negocio” sin ninguna ayuda
externa.
El Informe Estatal sobre las Prácticas de los Derechos
Humanos (Country Report on Human Rights Practices) de 1999 del Departamento de
Estado de EEUU - que fue emitido por el Departamento para la Democracia (Bureau
of Democracy) -, reconoció el vínculo entre la legalización y el tráfico en
Australia. En el informe sobre Australia se puso de manifiesto que en el Estado
de Victoria, en el cual se había legalizado la prostitución en la década de
1980, “El tráfico de mujeres procedentes del Este Asiático y dirigido al
mercado del sexo es un problema que va en aumento”, en Australia... las leyes
negligentes – incluyendo la legalización
de la prostitución en algunas zonas del país – hacen que sea difícil el trabajo
de hacer cumplir la ley contra el tráfico”.
3.
La legalización/despenalización de la prostitución no supone un control de la
industria del sexo. La expande.
En contra de lo que afirmaban las
reivindicaciones que señalaban que la legalización y la despenalización de la
prostitución iban a regular la expansión de la industria del sexo e iban a
suponer un control de dicha industria, la industria del sexo representa ahora
un 5% de la economía de Holanda (Daley, 2001:4). Durante la ultima década,
después de que el proxenetismo y los prostíbulos se despenalizaran en Holanda en el año 2000, la industria del
sexo se ha expandido un 25 % (Daley, 2001:4).
A cualquier hora del día, mujeres de todas las edades y razas son
expuestas - y puestas en venta para el
consumo masculino - en los conocidos escaparates de los prostíbulos y clubes de
Holanda. La mayoría de las mujeres provienen de otros países (Daley, 2001:4), y
probablemente han sido traficadas.
Actualmente existen en Holanda asociaciones,
oficialmente reconocidas, de empresarios
del sexo y de clientes de la prostitución que son consultadas por, y colaboran con, el gobierno con el fin de
fomentar sus intereses y promover la prostitución. Entre estas asociaciones
están: “Asociación de Empresarios de los Negocios de Relajación” y
“Hombre/Mujer y la Fundación de la Prostitución”. Esta última está compuesta
por un grupo de hombres que con regularidad utilizan los “servicios” de la
industria del sexo, y uno de sus objetivos específicos es “conseguir que la
prostitución y su uso sean más aceptados y abiertamente discutidos”, y
“proteger los intereses de los clientes” (NRM Bureau, 2002:115-16).
Frente al hecho de que hay muy pocas mujeres
que quieran “trabajar” en el sector legal de la industria del sexo, el
Reportero Nacional de Holanda en temas de tráfico afirmó que una solución para
el futuro podría ser “ofrecer [al mercado] prostitutas procedentes de países
que no pertenezcan a la UE/AEE, y que voluntariamente elijan trabajar en la
prostitución...” Se les concedería “un acceso controlado y legal al mercado Holandés”
(NRM Bureau, 2002). Como la prostitución se ha convertido en “trabajo” y los
proxenetas en “empresarios”, esta posible “solución” convierte al tráfico en “una inmigración
voluntaria para trabajar en la industria del sexo”. Holanda está mirando al futuro,
destinando a las mujeres inmigrantes pobres al mercado internacional del sexo
con el fin de remediar las insuficiencias del libre mercado de los “servicios
sexuales”. A través de este proceso, se refuerza la normalización de la
prostitución como una “opción para las pobres”.
La legalización de la prostitución en el
estado de Victoria, Australia, ha supuesto una expansión de la industria del
sexo. En 1989 había 40 prostíbulos legales en Victoria, y en 1999 la cifra
se había elevado a 94, junto con 84 que
ofrecían servicio de acompañante. Otras formas de explotación sexual tales como
el strip-tease, los centros de esclavitud y disciplina, los sex shops, los
teléfonos eróticos y la pornografía son más rentables ahora (Sullivan and
Jeffrys: 2001).
La prostitución se ha convertido en un
suplemento legítimo del turismo y del auge de los casinos en Victoria.
Actualmente, se pueden utilizar las fichas y los bonos de la ruleta de la
fortuna de los casinos patrocinados por el gobierno en los prostíbulos (Sullivan
and Jeffreys: 2001). La mercantilización de la mujer se ha intensificado de una
manera considerable y cada vez es más visible.
Barrio Rojo de Amsterdam |
Los prostíbulos en Suiza se han duplicado
después de la legalización parcial de la prostitución. La mayoría de estos
prostíbulos están libres de impuestos y muchos son ilegales. En 1999, el
periódico Blick de Zurich, afirmaba
que Suiza era el país de Europa con
mayor densidad de prostíbulos y que los ciudadanos/as se sentían
invadidos por los locales dedicados a la prostitución, al mismo tiempo que
experimentaban un constante crecimiento de las zonas destinadas a la
prostitución (Daley, 2001:A1).
4.
La legalización/despenalización de la prostitución aumenta la prostitución
clandestina, ilegal y la prostitución de la calle.
La legalización supuestamente iba a sacar a las mujeres
prostituídas de la calle. Muchas mujeres no quieren registrarse ni someterse a
revisiones médicas, tal y como lo requiere la ley en ciertos países en los que
se ha legalizado la prostitución. Por lo
tanto, la legalización a menudo las conduce a la prostitución de la calle. Además, muchas mujeres eligen la prostitución
de calle porque quieren evitar ser controladas y explotadas por los nuevos “hombres de negocios” de la industria del
sexo.
En Holanda, las mujeres que están en la
prostitución señalan que la legalización y despenalización de la industria del sexo no acaba con el
estigma sino que, al contrario, hace a las mujeres más vulnerables frente al abuso ya que al tener que
registrarse pierden el anonimato. Así que la mayoría de las mujeres que están
en la prostitución, a pesar de todo eligen proceder de manera ilegal y
clandestina. Los/as miembros del parlamento que en un principio apoyaron la
legalización de los prostíbulos basándose en el supuesto de que esto iba
liberar a las mujeres, están viendo ahora cómo la legalización refuerza la
opresión de las mujeres (Daley, 2001:A1).
Los argumentos que defendían que la
legalización iba a terminar con los elementos criminales de la industria del
sexo han fracasado. El aumento de la prostitución en Australia desde la
legalización se ha dado en el sector ilegal. Desde la llegada de la
legalización en Victoria los prostíbulos se han triplicado y se han expandido,
y la mayoría de ellos no tiene licencia aunque se anuncien y operen con total
impunidad (Sullivan and Jeffreys: 2001). En “New South Wales”, los prostíbulos
fueron descriminalizados en 1995. En 1999, el número de prostíbulos en Sydney
había aumentado de manera exponencial a 400-500. La mayoría no tiene licencia.
Para terminar con la endémica corrupción policial, el control de la
prostitución ilegal pasó de estar en manos de los policías a estar en manos de
los ayuntamientos locales. Pero los ayuntamientos no tiene ni el dinero ni el
personal para poner investigadores en los prostíbulos y acabar con y procesar a los empresarios ilegales.
5.
La legalización de la prostitución y la despenalización de la industria del
sexo promueve la prostitución infantil.
Otro de los argumentos que defendía la
legalización de la prostitución en Holanda era que iba a ayudar a acabar con la
prostitución infantil. La realidad en cambio ha mostrado lo contrario, ya que
la prostitución infantil en Holanda ha aumentado dramáticamente durante la década
de 1990. La Asociación de Ámsterdam
“ChildRight” estima que la cifra ha aumentado de 4000 niños/as en 1996 a 15.000
en el 2001. Esta asociación estima que al menos 5000 de los/as niños/as que
están en la prostitución provienen de otros países, un número importante de los
cuales son niñas nigerianas (Tiggelove: 2001).
La prostitución infantil ha aumentado
dramáticamente en Victoria en comparación con los otros Estados de Australia
donde la prostitución no ha sido legalizada. De todos los Estados y territorios
de Australia, el mayor número de informes en torno a la prostitución infantil
proviene de Victoria. El estudio dirigido por ECPAT ( End Child Prostitución and Trafficking - Acabar con el tráfico y la
prostitución infantil) en 1998, y
realizado para la “Australian National Inquiry on Child Prostitución“
(Centro de Investigación Nacional de Australia sobre la Prostitución Infantil),
mostró que existía un aumento del comercio organizado de prostitución infantil.
6.
La legalización/despenalización de la prostitución no protege a las mujeres que
están en la prostitución.
La Coalición Internacional contra el Tráfico
de Mujeres (CATW) ha realizado dos estudios importantes sobre el tráfico sexual
y la prostitución, entrevistando a casi 200 víctimas de la explotación del
comercio sexual. En este estudio, las mujeres que estaban en la prostitución
indicaban que tanto si se encontraban en establecimientos de prostitución
legales o ilegales, éstos hacían muy poco para protegerles a ellas. “En caso de
proteger a alguien, protegen a los clientes”.
Un estudio de la CATW realizado en 5 países,
en los cuales se entrevistó a 146 víctimas de tráfico internacional y de la
prostitución local, muestra que el 80% de las mujeres entrevistadas sufrieron
violencia física por parte de los proxenetas. También muestra que todas ellas
sufrían similares y múltiples consecuencias de salud derivadas de la violencia
y de la explotación sexual (Raymond et al: 2002).
La violencia que sufrían las mujeres era una
parte intrínseca de la prostitución y de la explotación sexual. Los proxenetas
utilizaban la violencia por diferentes motivos y con diferentes propósitos. La violencia era
utilizada para iniciar a algunas mujeres en la prostitución y para derrumbarlas
y vencerlas con el objetivo de que realizaran los actos sexuales. Después de la
iniciación, en cualquier momento, la violencia era utilizada con el fin de
gratificar a los proxenetas, como una forma de castigo, para amenazarlas e
intimidarlas, para ejercer la dominación de los proxenetas, para exigir
conformidad, para castigar a las mujeres por presuntas “infracciones”, para
humillar a las mujeres y para aislarlas y recluirlas.
Las mujeres que señalaron que los
establecimientos sexuales les ofrecían alguna protección, matizaron añadiendo
que ningún “protector” estaba nunca en
la habitación con ellas, donde cualquier cosa podía ocurrir. Una mujer que
estaba en la prostitución que funciona a través de llamadas telefónicas declaró
que: “El conductor es como un
guardaespaldas. Se supone que
tienes que llamarle una vez entras para confirmar que todo va bien. Pero no se
quedan junto a la puerta mientras tú estas allí, así que puede ocurrir cualquier cosa”.
Los estudios realizados por CATW hallaron que incluso cuando se utilizaban
cámaras de vigilancia en los establecimientos, el objetivo era proteger el
establecimiento. La protección de las mujeres de los abusos era secundaria o no
importaba.
7. La legalización/despenalización de la
prostitución aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a
comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisible y de mayor
aceptabilidad.
Con
la llegada de la legalización en los países que han despenalizado la industria
del sexo, muchos hombres que no se hubieran arriesgado a comprar una mujer para
tener sexo, ahora ven la prostitución como algo aceptable. Cuando las barreras
legales desaparecen, también desaparecen las sociales y éticas respecto al
hecho de tratar a las mujeres como productos. La legalización de la
prostitución supone enviar el mensaje a las nuevas generaciones de hombres de
que las mujeres son productos sexuales, y de que la prostitución es una forma
de diversión sin riesgo.
Como
los hombres tienen un exceso de oferta de “servicios sexuales”, las mujeres
tienen que competir en la oferta de servicios dedicándose al sexo anal, sexo
sin condón, relaciones de esclavitud y dominación y otras tendencias demandadas
por los clientes. Cuando se legaliza la prostitución, todos los controles están
prohibidos. Por ejemplo, las capacidades reproductivas de las mujeres se
convierten en productos actos para la venta. Todo un grupo nuevo de clientes
encuentra excitante el embarazo y demanda leche de pecho en sus encuentros
sexuales con mujeres embarazadas. Existen prostíbulos que ofertan servicios a
hombres discapacitados y los/as cuidadores/as contratados por el Estado, que en
su mayoría son mujeres, están obligadas ha llevar a estos hombres a los
prostíbulos si ellos lo desean (Sullivan and Jeffreys: 2001).
Las
autopistas de Victoria están llenas de anuncios que ofertan a mujeres como
objetos sexuales y enseñan a las nuevas generaciones de hombres a tratar a las
mujeres como subordinadas. Se anima a los hombres de negocios a que tengan sus
reuniones de empresa en los clubes donde hay mujeres que sirven las mesas
desnudas durante la hora de comer y del té o café.
El
dueño de un prostíbulo de Melbourne declaró que la mayoría de los clientes eran
“hombres profesionales bien educados, que acuden durante el día y después van a
sus casas a reunirse con sus familias”. Las mujeres que desean relaciones más
igualitarias con los hombres se encuentran con que a menudo sus compañeros
visitan los prostíbulos y los clubes sexuales.
Tienen la opción de aceptar que sus parejas masculinas están comprando
mujeres a través transacciones sexuales comerciales, pueden negarse a reconocer
lo que sus parejas están haciendo o pueden romper con la relación (Sullivan and
Jeffreys: 2001).
El
proyecto de ley del Gobierno Sueco 1997/98:55 sobre la Violencia Contra las
Mujeres, prohíbe y penaliza la compra de “servicios sexuales”. Es un enfoque innovador que se centra en la demanda de la prostitución.
Suecia cree que “prohibiendo la compra de los servicios sexuales, la
prostitución y sus efectos perjudiciales pueden contrarrestarse de una manera
más efectiva que la que ha existido hasta ahora”. Y lo que es más importante,
esta ley claramente afirma que “la prostitución es un fenómeno social no
deseable” y que es “un obstáculo para el actual desarrollo hacia una igualdad
entre hombres y mujeres;”**
8. La legalización/despenalización de la
prostitución no promueve una mejora de
la salud de las mujeres.
Un sistema basado en la legalización de la
prostitución en el que se obligue a las mujeres, y no a los clientes, a
chequeos y certificados de salud es descaradamente discriminatorio para las
mujeres. Los chequeos de salud que son
“solo para mujeres” no tienen ningún
sentido a nivel de salud pública porque el controlar a las mujeres
prostituídas no les protege a ellas del SIDA
o de las ETS, ya que los hombres pueden transmitir, y en un principio
son los que transmiten, las enfermedades a las mujeres.
Se argumenta que los prostíbulos legalizados u
otros establecimientos de prostitución “controlados” “protegen” a las mujeres a
través de políticas dirigidas a imponer la obligación de usar condón. En un
estudio de la CATW que se realizó en EEUU, las mujeres entrevistadas que
estaban en la prostitución declararon lo siguiente: el 47% afirmó que los
hombres esperan tener sexo sin condón; el 73 % declaró que ofrecen pagar más
para tener sexo sin condón; el 45% de las mujeres dijo que sufrirían abusos si
insistieran en que los hombres usaran condón. Algunas mujeres dijeron que
ciertos establecimientos puede que tengan normas que establezcan que los hombres
tienen que usar condón, pero que en la realidad, los hombres siguen intentando
tener sexo sin condón. Una mujer afirmó. “la ‘regla’ dice que hay que utilizar
condón en la sauna, pero es negociable entre las partes. La mayoría de los
hombres piden felaciones sin condón (Raymond and Hughes: 2001).
En la realidad, la imposición de las políticas
en torno a la utilización del condón se deja en manos de las mujeres que están
en la prostitución, y la oferta de dinero extra es una presión insistente. Una
mujer afirmó: “Sería una mentirosa si dijera ‘Oh, siempre uso condón’. El
condón desaparece cuando hay dinero extra en juego. Estaba mirando al dinero
extra.” Muchos factores juegan en contra del uso del condón: la necesidad de
las mujeres de ganar dinero; la disminución del atractivo de las mujeres
mayores para los hombres; hacer frente a la competencia de los lugares donde no
exigen condón; la presión de los proxenetas para que las mujeres tengan sexo
sin condón y ganen más dinero; la necesidad de tener dinero por ser adictas a
alguna droga o para pagar al proxeneta; y la falta de control que en general
tienen las mujeres que están en la prostitución sobre sus propios cuerpos.
Las denominadas “políticas de seguridad” en
los prostíbulos no protegieron a las mujeres de los abusos. Incluso cuando los
prostíbulos supuestamente controlaban a los “consumidores” y utilizaban
“gorilas”, las mujeres afirmaron que fueron lesionadas por los compradores y
que, algunas veces, por los dueños de los prostíbulos y por sus amigos. Incluso
cuando alguien intervenía para controlar el abuso de los compradores, las
mujeres vivían en un clima de terror. Aunque el 60% de las mujeres dijo que
algunas veces se había impedido que los compradores abusaran de ellas, la mitad de estas mujeres contestaron que en
algún momento habían sentido que podrían haber sido asesinadas por alguno de
sus “clientes” (Raymond et al: 2002).
9. La legalización/despenalización de la
prostitución no aumenta las posibilidades de elección de las mujeres.
La mayoría de las mujeres no entraron en la
prostitución a través de una decisión racional. No se sentaron un día y
decidieron que querían ser prostitutas. Mejor dicho, es preferible llamar a esas “elecciones” “estrategias de supervivencia”. Más que consentir, una mujer prostituta
accede a la única opción que está a su alcance. Su conformidad deriva del hecho
de tener que adaptarse a las condiciones de desigualdad que son establecidas
por el consumidor que le paga a ella para que haga lo que él quiera.
La mayoría de las mujeres que fueron
entrevistadas por los estudios realizador por la CATW, señalaron que la
elección de entrar en la industria del sexo solo se puede discutir dentro de un
contexto donde no existen otras posibilidades. La mayoría enfatizaron que las mujeres que están en la prostitución
tenían muy pocas alternativas. Muchas hablaron de la prostitución como la
última opción, o como una manera
involuntaria de finalizar un “camino”. En un estudio, el 67% de los/as miembros
de la policía que la CATW entrevistó expresaron la opinión de que las mujeres
no entraron voluntariamente a la
prostitución. El 72% de los/as trabajadores/as sociales que la CATW entrevistó
no creían que las mujeres voluntariamente eligieran entrar en la industria del
sexo (Raymond and Hughes: 2001).
La distinción entre prostitución forzada y
voluntaria es precisamente lo que la industria del sexo está promoviendo porque
si se puede utilizar esta distinción para legalizar la prostitución, el
proxenetismo y los prostíbulos, la industria del sexo conseguirá más
estabilidad y seguridad legal. Las mujeres que presenten cargos contra los
proxenetas o contra cualquier persona, tendrán que presentar la carga de la
prueba y demostrar que fueron “forzadas”. ¿Cómo van a poder demostrar la
coerción las mujeres marginadas? Si las mujeres tienen que demostrar que se
utilizó la fuerza para reclutarlas o que
la utilización de la fuerza forma parte de las condiciones de trabajo, muy
pocas mujeres que están en la prostitución tendrán recursos legales y muy pocos
culpables serán procesados.
Muchas mujeres que están en la prostitución
tienen que mentir constantemente sobre sus vidas, sus cuerpos y sus respuestas
sexuales. Mentir es una parte de la definición de su trabajo cuando un cliente
pregunta: “¿Te ha gustado?”. Algunas supervivientes de la prostitución han
señalado que después de haber dejado la prostitución les costó mucho tiempo
darse cuenta de que la prostitución no fue el resultado de una libre elección,
porque el negar su propia capacidad de elección era negarse a sí mismas.
No hay duda de que un número pequeño de
mujeres dice que ellas eligen ser
prostitutas, sobre todo si se encuentran en contextos públicos organizados por
la industria del sexo. De la misma manera, algunas personas eligen tomar drogas
peligrosas como la heroína. Sin embargo, incluso cuando las personas eligen
tomar drogas peligrosas, reconocemos que el consumo de dicha droga es
perjudicial para ellos, y la mayoría de las personas no piden la legalización
de la heroína. En esta situación, el perjuicio o daño lo sufre la propia
persona, no el consentimiento de la persona.
Incluso un informe de 1998 de la organización
ILO (Organización Internacional del Trabajo de las UN) que sugería que la
industria del sexo fuera tratada como un sector económico legítimo, encontró
que “... la prostitución es una de las formas de trabajo más alienada; la
investigación [realizada en 4 países] demostró que las mujeres trabajaban
’sufriendo’ ‘sintiéndose forzadas’, o estaban ‘llenas de remordimientos’ y
tenían una identidad negativa sobre sí mismas. Un número significativo de ellas
afirmó que si pudieran dejarían el trabajo sexual (LIM, 1998: 213).”
Cuando una mujer continúa en una relación
abusiva con una pareja que le maltrata, o incluso cuando ella le defiende a él,
no decimos que esa mujer está ahí de
manera voluntaria. Reconocemos la complejidad de su conformidad. Al igual que
las mujeres maltratadas, las mujeres en la prostitución a menudo niegan los
abusos si no se les ofrecen verdaderas alternativas.
10.
Las mujeres que están dentro de la prostitución no quieren que se legalice o
despenalice la industria del sexo.
En un estudio realizado por la Coalición
Contra el Tráfico de Mujeres y financiado por la Fundación Ford, la mayoría de
las 146 mujeres entrevistadas afirmaron de forma rotunda que la prostitución no
debería de ser legalizada ni considerada un trabajo legitimo. Estas mujeres
opinaban que la legalización supondría
aumentar los riesgos y los daños que actualmente ya sufren las mujeres por parte
de los proxenetas (Raymond et al, 2002). “Me niego. No es una profesión. Es
humillante y es una forma de violencia masculina”. Ninguna de las mujeres
entrevistada quería que sus hijos, familia o amigos tuvieran que ganar dinero a
través de la industria del sexo. Una afirmó que “La prostitución me despoja de
mi vida, salud, de todo”.
Conclusiones:
Los legisladores se suben al tren de la
legalización porque creen que es lo único que funciona. Sin embargo, un Comisario de Scotland Yard ha
afirmado que “Tienes que tener cuidado cuando legalizas algo solo porque crees
que lo que estás haciendo no tiene
éxito”.
Se oye hablar muy poco del rol que tiene la
industria del sexo en la creación de un mercado global del sexo sobre los
cuerpos de las mujeres y niños/as. En cambio, oímos hablar mucho sobre el hecho
de conseguir que la prostitución se convierta en un trabajo con mejores
condiciones para las mujeres a través de la regularización y/o
legalización, a través de los sindicados
denominados “trabajadoras del sexo” y a través de campañas que proporcionan
condones a las mujeres que están en la prostitución pero que no les ofrecen
ninguna alternativa. Oímos hablar mucho sobre cómo mantener a las mujeres en la prostitución pero muy poco sobre como
ayudarlas a salir de ella.
Los gobiernos que legalicen la prostitución
tendrán muchos intereses económicos en la industria del sexo. Consecuentemente,
aumentará la dependencia de los gobiernos sobre la industria del sexo. Si se
contabilizan las mujeres que están en la prostitución como trabajadoras, los
proxenetas como empresarios, y los compradores como clientes de los servicios
sexuales – legitimando y considerando a toda la industria del sexo un sector
económico – los gobiernos abdicarán de la responsabilidad de conseguir trabajos
adecuados y lícitos para las mujeres.
En vez de sancionar la prostitución, los
Estados podrían centrarse en la demanda y penalizar a los hombres que compran
mujeres para tener sexo, y podrían apoyar el desarrollo de alternativas para
las mujeres que están en la industria del sexo. En vez de beneficiarse de los
impuestos recaudados de la industria del sexo, los gobiernos podrían embargar
los bienes de la industria del sexo e invertirlos en el futuro de las mujeres
que están en la prostitución proporcionando recursos económicos y alternativas
reales.
Notas:
* Budapest Group. (1999, June). The Relationship Between Organized Crime and
Trafficking in Aliens. Austria: International Centre for Migration Policy
Development. El proceso de Budapest comenzó
en 1991. 10 organizaciones y casi 40 gobiernos han participado en el proceso.
Se han celebrado alrededor de 50 reuniones de diferentes niveles, incluyendo la
Conferencia Ministerial de Praga.
** El “Rapporteur” Nacional sobre el Tráfico
de la Policía Nacional de Suecia ha afirmado que en 6 meses, después de que la
Ley Sueca se hubiera aprobado, ha disminuido el número de mujeres traficadas en
Suecia. También ha señalado que según compañeros policías de la Unión Europea,
los traficantes están eligiendo otros países de destino donde no existan leyes
similares a la Ley Sueca. Por lo tanto, la Ley sirve para disuadir a los
traficantes. Cita tomada de: Karl Vicktor Olsson, “Sexkopslagen minkar handeln med
kvinnor,” Metro, January 27, 2001: 2.
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Contact Person:
Dr. Janice G. Raymond
Co-Executive Director,
Coalition Against Trafficking in Women (CATW)
Professor Emerita, University
of Massachusetts, Amherst
P.O. Box 9338
N. Amherst, MA 01059
jraymond@wost.umass.edu
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