Regulacionismo o abolicionismo;
el debate sobre la prostitución divide a parte del feminismo. Una mendocina, al
frente de uno de los lados de esa grieta.
"Te acostás con 15 tipos por
día y dicen que es un trabajo"
Martes 17 MAR 2020 3 días atrás
porRolando López (*)
El movimiento feminista, muy compacto en los
más de sus conceptos, tiene su propia grieta que cada tanto se perfora un poco
más. El video y la letra de la canción "Puta", de la cantante Jimena
Barón, trajo la polémica de nuevo a la palestra.
Por un lado están las
abolicionistas y por otro las legalistas, en referencia al debate acerca de la
prostitución. A grandes rasgos, las primeras están a favor de abolir la
práctica y las segundas la consideran como un trabajo con derechos como cualquier
otro.
Del lado de las abolicionistas,
una de las caras más visibles en Argentina es Teresita Sifón (64), más conocida
como "Mimí" y oriunda del departamento de Las Heras, Mendoza. Es ex
prostituta y milita en la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos
Humanos (Amadh) en Buenos Aires donde dicta cursos en el Centro Educativo de la
Asociación, con la finalidad de hacerles conocer sus derechos a las mujeres en
situación de prostitución y que a su vez tratan de salir.
Teresita Sifón, "Mimí".
"Mimí" recuerda desde
Buenos Aires y ya retirada, que le tocó ejercer la prostitución en Mendoza en
la época más dura del siglo pasado: la dictadura militar. "Mi ingreso a la
calle es el modelo que más se repite: vengo de un barrio humilde de Las Heras,
de una familia sin recursos, con pocos estudios. A los 17 años conocí a un
hombre del que se podría decir que me enamoré. Él me dijo que si lo hacía
(ejercer la prostitución) en un año podía tener una casa y un auto, algo que
obviamente no pasó. Después te vas quedando allí y pasan los años y no podés
salir".
La mujer trae a colación que las
dos chicas que aparecieron muertas en la zona de Canota, en 1975, resultaron
"chicas que hacían la calle conmigo en las esquinas. Esas muertes se las
adjudican al comando moralista Pío XII que en Mendoza era muy fuerte por
aquellos años".
Al igual que sucede ahora,
"Mimí" ejercía la prostitución en algunas zonas de la Cuarta Sección
"y también en algunos bares del Centro". Y registra un dato que no
puede estar en estadísticas -que en tema de prostitución prácticamente no
existen- pero que se lo dicta la experiencia: "En Mendoza, a diferencia de
Capital Federal, donde también hice la calle, los clientes que consumían
prostitución eran como más ricos; ¿será por la fama que tiene la provincia
conservadora?, no lo sé".
En una de las aulas donde Mimí
dicta sus cursos hay un pizarrón cruzado por una frase a tiza que funciona a
modo de bienvenida: "La prostitución no es un trabajo, es violencia",
leitmotiv de la Asociación.
"Empoderamos a las mujeres
en situación de prostitución. Les explicamos cuáles son sus derechos. Algo que,
por ejemplo, cuando nosotros empezamos, no lo sabíamos. Como la mayoría que
está en esta condición, provenimos de la pobreza".
"Mimí" junto a integrantes
de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (Amadh)
Dilema
Amadh se encuentra en la vereda
de enfrente de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas) a la hora de
definir si cobrar por favores sexuales constituye o no un trabajo. En ese
aspecto, la gente de AMMAR se enfoca en el concepto de las libertades
individuales: alguien puede hacer lo que quiera con su cuerpo siempre que no
moleste a un tercero.
La mendocina recuerda que empezó
a militar en AMMAR-CTA en 1995. "Nos organizamos con la CTA para hacerle
frente básicamente a la violencia policial de la que somos víctima, pero cuando
AMMAR insistía en que lo nuestro era un trabajo, nos abrimos; eso fue en el
2000. Te acostás con 15 tipos por día y dicen que es un trabajo",
reflexiona.
La división también es semántica:
en AMMAR se llaman ?trabajadoras sexuales' y en Amadh directamente que son
personas en ?situación de prostitución', "a las que hay ayudar a salir de
eso. Estamos contra la reglamentación porque está comprobado que facilita el
delito de trata entre otros problemas. Proponemos que desde el Estado se promueva
el acceso a la educación y al trabajo genuino que viven las personas en
condición de prostitución si así lo quieren deciden".
La organización promueve el
abolicionismo y busca ayudar a las mujeres a salir de la situación de
prostitución.
En AMMAR, liderado por Georgina
Orellano, por otra parte, aseguran que legalizar la prostitución formalizaría
más de 60 mil puestos de trabajo en el país.
Pero Mimí asegura que "en la
asamblea del año 2000 cuando rompimos con AMMAR el 90 por ciento de las mujeres
dijeron que no era un trabajo, sino que fue algo que hicimos porque estábamos
en situación de vulnerabilidad. La mayoría somos mujeres pobres y analfabetas
que comenzamos con esto a los 17 años".
En lo referente al marco legal,
la Asociación se basa en el Pacto de San José de Costa Rica, "al que
Argentina adhiere, que en su artículo 22 indica que toda persona en situación
de prostitución debe ser ayudada y asistida por el Estado".
"Hay mucho mito -va
terminando Mimí- en cuanto a las putas. Que es el trabajo más antiguo, que las
que ejercen de manera VIP son millonarias y universitarias, de clientes que se
enamoran y la ?salvan', y un montón de mentiras más. Así como ningún pibe nace
chorro, nadie nace para prostituirse. Hay un avasallamiento contra personas que
no pueden hacer frente a la situación. En Mendoza estamos trabajando para poner
una especie de filial de la Asociación".
En medio de ese racimo de
poetización histórica de la prostitución aparece la imagen de la lágrima espesa
cargada de rímel que se desliza por la mejilla, en la cara de una persona que
ha vendido su cuerpo toda la noche. Y que está cansada.
Apoyos Varios
Prostitución en el Código de
Convivencia Mendoza
Desde 2015 cuando se comenzaron a
aplicar sanciones del Código de Convivencia en Ciudad de Mendoza, se multaron a
87 consumidores de prostitución. En el 2016 la cifra fue de 2.328 y en 2017,
disminuyó a 1.447 infracciones. Jueves y viernes hay mayor incidencia.
Artículo 40. Las conductas
tipificadas como infracción persiguen preservar de la exhibición de prácticas
sexuales y del ofrecimiento o demanda de servicios sexuales en la vía pública
con la finalidad de mantener la pacífica convivencia del espacio público de la
Ciudad de Mendoza.
Artículo 41. Se prohíben el
ofrecimiento, solicitud, negociación y aceptación directa o indirectamente de
servicios sexuales retribuidos en el espacio público de la Ciudad de Mendoza,
en todo su radio municipal y de forma especial cuando excluyan o limiten la
compatibilidad de los diferentes usos de dicho espacio público.
Artículo 42: Los que son
encontrados in fraganti negociando con una prostituta, tienen que pagar una
multa de 2.000 unidades tributarias. La multa llega al domicilio
A las que quieren dejar
Artículo 43
1. El Municipio de Mendoza, a
través de los servicios sociales, presta información y ayuda a todas aquellas
personas que ejerzan el trabajo sexual en la Ciudad y en especial a aquellas
que quieran abandonar su ejercicio.
2. Los servicios municipales, con
el auxilio de los agentes de la autoridad, si es el caso, informarán a las
personas que ofrecen servicios sexuales retribuidos, en espacios públicos de
las dependencias municipales y de los centros de atención institucional o de
carácter privado (asociaciones, ONG, etc.) a los que podrán acudir para recibir
el apoyo que sea necesario para abandonar esas prácticas.
Fuente
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