Esta es una historia de trata de
personas, pero no nos confundamos, es fundamentalmente una historia de
prostitución, simple y a secas. La trata de personas es la forma penal en la
que bajo determinadas condiciones se produce la captación y explotación sexual.
Constituye el 95% de las personas en prostitución, el resto, el 5% son captadas de manera “suave”, sin una
violencia explícita, pero siempre abusando de una situación previa de
vulnerabilidad, por eso también podrían ser considerados casos de trata de
personas que no encajan en el tipo penal.
Una vez más se comprueba que el
delito de trata de personas es un medio por el cual son sometidas las mujeres
necesarias para el funcionamiento de los burdeles o la prostitución callejera,
de ahí que no puedan ser separadas la trata de la prostitución, son dos caras
de la misma y única moneda. También demuestra que la mayoría de las mujeres y
niñas, no importa cual fuere su condición, no imaginan ni quieren a la
prostitución como una posible salida de sus estrecheces. La llamada
“voluntaria” es minoritaria, estadísticamente irrelevante y cuando se la
explora, encontramos los mismos elementos que en el resto de los casos.
El prostituidor-putero-“cliente”
que va a un prostíbulo o las acecha en la vía pública, podrá saber esto, pero
no le interesa, al contrario, esa situación agrega más condimento al acto
basado fundamentalmente en el sometimiento.
Debemos resaltar el papel que
juega en la vida de muchas de estas personas la organización Amadh (Mujeres Argentinas por los
Derechos Humanos) en el apoyo y ayuda –con los muy escasos medios que cuentan-
a las mujeres y niñas que se esfuerzan por salir de la prostitución.
Alberto B Ilieff
/ 05/12/2016
Testimonio
de una mujer que vivió el infierno
Bety fue víctima de una red de trata. Llegó
a ser violada por hasta 50 hombres en un día. Pasó por Trelew y habló para
ayudar.
Detalles crudos. Bety relató a Jornada el
infierno que vivió. Trabaja ahora para ayudar a otras mujeres.
Bety tiene 45 años. A los 16 fue
secuestrada en San Miguel, provincia de Buenos Aires. Vivió cautiva muchos años
de su vida. Fue víctima de torturas y violaciones. Tenía que soportar que unos
50 hombres por día pasaran por su cuerpo. Sus dos hijos fueron fruto de un
abuso en plena adolescencia. “No sirvo como persona, como mujer. Como pareja no
sirvo. No siento nada. Ellos mismos me quemaban la vagina cuando quería
escapar”. Todo lo vivido lo transforma en experiencia. Es ahora promotora en la
Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos.
Con motivo de un Congreso que se realizó en
la zona, estuvo en Trelew y aceptó la entrevista con Jornada. “Fui víctima de
trata. Empecé en la organización para entender que como mujer tengo derechos.
Soy promotora. Hice cursos. Estoy en contacto con mujeres en situación de
prostitución. Realizo trámites en las escuelas para sus hijos, saco turnos en
el hospital y lo que necesiten”, describió.
A Bety la secuestraron. “A los 16 años fui
víctima de trata. Me encerraron en un lugar. Mis hijos desaparecieron. Y ya
tenía 2, por una violación. Me encerraron. Vivía a torturas, violaciones. Tenía
que soportar unos 60 hombres por día. Te obligaban a hacer lo que decían. No
veía ni la ropa, quienes eran, ni cuanta plata hacían. Te mandan también a la
calle, en las esquinas. No te podés escapar porque te controlan. Todo pasó de
los 16 a los 30 años”, reveló.
Aseguró la mujer que no tuvo en esa
situación ningún tipo de ayuda. “Todo lo que hice, fue por mi cuenta. Cuando
fui a la denuncia me la tomaron pero me llevaron de nuevo con el proxeneta. Me
escapé, me recuperaron mis hijos pero volví a una esquina porque no tenía ayuda
económica”.
La pesadilla continuó durante varios años.
En 2009 se decidió a acercarse a la Organización AMADH. “Pedí ayuda.
Económicamente estaba mal. Quería estudiar. Hasta hoy no lo puedo hacer. Tengo
45 años. Hacemos videos y revistas de prevención de trata”, sostuvo.
Transmite a través de sus palabras la
advertencia las mujeres respecto a que los proxenetas no tienen preferencias
por nada. “Ellos agarran lo que venía. No tienen un perfil de mujeres. Todas
corren peligro. Había paraguayas, tucumanas, correntinas. De todos lados”,
aseveró.
Bety al dar su testimonio tiene por
objetivo ayudar a quienes están pasando por el mismo infierno que vivió ella.
Brinda información a quien lo necesite. “Queremos salvar más mujeres. No
queremos a la prostitución como trabajo. No la consideramos como tal. No
estamos de acuerdo. Son muchas torturas. No sirvo como mujer. Como pareja no
sirvo. No siento nada. Son muchos años. Es daño psicológico también. Ellos
mismos me quemaban la vagina cuando querías escapar. Te lesionaban. Las
piernas”.
Ella es víctima de trata pero en medio de
tanto dolor, agradece poder contarlo. “Me estropearon la vida a mí y a muchas
mujeres. Muchas están muertas. No sé ni donde estuve solo así, me cambiaban en
distintos lugares. Me llevaban con los ojos tapados. Llegaba como bolsa de
papas y pasaban 50 o 60 tipos por día. No comía. Solo prendían la luz y te
levantaban cuando llegaban clientes”.
Reiteró el giro que tuvo en su vida ser
parte ahora de AMADH. “Antes yo prefería estar en una esquina en lugar de ir a
la organización. Pero un día quise informarme. La prostitución era un trabajo
para mí. Ahora entiendo que no lo es. Hay que repudiarlo”.
Violencia
de género
Estela es colombiana y acompañó a Bety en
la entrevista. Ella es víctima de violencia de género. Es también promotora de
AMADH y destaca que “es un sitio donde se trata de rescatar a la mujer que está
en situación de prostitución y secuestro. Esta organización sirve para quienes
sufrimos violencia. Nos ayudan a entender que todas tenemos los derechos pero
no los conocemos. Los tenemos que saber cuando estamos siendo violentadas”.
Advirtió la mujer que cuando la violencia
invade la vida “uno está ciego. Hablo por mi experiencia. Cuando se llega a la
organización se abre una puerta diferente. Allí se aprende. He visto que se
logró sacar personas de esa situación. Han salido, lo han logrado. Es un gran
paso. La mujer se vuelve mucho más fuerte. Aprende de la vida desde otro lado”,
sostuvo.
Prevención de la mujer
Miriam Vázquez es referente de Mujeres de
Pie en Trelew. Participa activamente en todas las actividades que se impulsan
para ayudar a mujeres que estén inmersas en el círculo de la violencia, se
asesora respecto a las situaciones de trata y repudia la prostitución. “No es
un trabajo”, resalta. Destacó la sentencia obtenida en el caso Alika en Usuahia
en la que se logró condenar a un proxeneta. “Le decimos no a la reglamentación
de la prostitución. Es el hecho de violencia y tortura más violento que sufre
una mujer”.
Vazquez advirtió que desde AMADH se trabaja
“en la prevención e la mujer. El trabajo es muy importante. Se recorre las
noches rescatando a las mujeres en situación de prostitución”.
Se refirió a los casos de trata que están
siendo investigados en Trelew. “Dijeron que esto se pone de moda. Que es como
todo. No es así. Quien dijo esto, es falso. Es visibilizar. El sol no se puede
tapar con la mano. Los involucrados tienen que saltar. Son grandes redes. Está
muy bueno que se allane. Que la justicia haga su trabajo. Que el responsable
pague. Si hay una mujer presa seguro ha sido victima, explotada y ultrajada.
Detrás de todo esto, hay hombres machistas que viven del cuerpo de las mujeres.
Que caiga quien tenga que caer. Queremos proxenetas presos”.
Fuente
http://www.diariojornada.com.ar/176122/sociedad/me_secuestraron_me_ultrajaron_y_me_sometian_unos_50_hombres_por_dia/
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