5 Razones para preocuparse por la Política sobre Prostitución de
Amnistía Internacional
6/6/2016
Apuesta que podría incrementar la
trata de personas con fines de explotación sexual y reducir la calidad de vida
de las personas en situación de prostitución.
Por Darren Geist
Traducción: Liliana M. Forero
Montoya
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http://www.rollingstone.com/politics/news/6-reasons-to-be-wary-of-amnestys-prostitution-policy-20160601#ixzz4Achr1kfM
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El 26 de mayo, Amnistía
Internacional lanzó su política de promoción de la despenalización de la
prostitución adulta. En su informe, Amnistía enmarca la prostitución como
"trabajo sexual", proxenetas como "legítimos empresarios del
sexo" y a los prostituyentes como "clientes". Este abordaje de
la prostitución es irresponsable y ha contado con la oposición de más de 600
organizaciones y lideresas defensoras de los derechos de las mujeres, derechos
humanos y que combaten la trata de personas. En este artículo encuentra 5
razones por las cuales la política de Amnistía Internacional debería
preocuparle:
1. Incrementará la trata de personas con fines de explotación sexual
Bajo el enfoque de Amnistía la
prostitución no será legal (o legalizada y entonces regulada). En su lugar será
despenalizada, con una limitada regulación o supervisión por parte del Estado.
La prostitución ha sido despenalizada o legalizada en varios países, y los
resultados han sido claros: la trata sexual y las actividades criminales se han
incrementado o, en el mejor de los casos, permanecen constantes. Inclusive Ámsterdam ha tenido que imponer mayores
restricciones en su “industria de la prostitución” para lidiar con el creciente
crimen organizado. Dinamarca, donde la prostitución fue despenalizada en 1999,
tiene cuatro veces más Trata de personas que su vecina Suecia, aunque Suecia
tiene una población 40 veces mayor.
Burdel. fuente diariocronica.com.ar |
Estas conclusiones están
respaldadas por tres recientes estudios de bases de datos globales. Los tres
estudios — a World Development paper, University of Gothenburg study and NYU
School of Law report — han encontrado que despenalizar la prostitución
incrementa drásticamente la demanda de prostitución, al reducir el costo y el
estigma asociado a la compra de sexo. Por ejemplo en Dinamarca, la demanda de
prostitución aumentó en un 40% en un período de 7 años después de que se cambió
la ley para despenalizar la prostitución. Sin embargo, la cantidad de
“prostitutas voluntarias” no equipara el rápido crecimiento de los
“consumidores”. En consecuencia, los proxenetas recurren a la trata de personas
para mantener a sus “clientes abastecidos con sexo sin restricciones”.
2. Reducirá la calidad de vida para las personas en situación de
prostitución, y obstaculizará los esfuerzos por brindarles protección y mejorar
su atención en salud.
Amnistía argumenta que
despenalizar la prostitución reducirá el estigma de la “industria”, mejorando
así el acceso a la asistencia sanitaria y permitiendo que las prostitutas firmen
contratos de trabajo y formen sindicatos de “trabajadoras”. Pero las
afirmaciones de Amnistía no son compatibles con el peso de la evidencia.
La despenalización de la
prostitución tiene típicamente el efecto que en economía y estándares laborales
se llama “race-to-the-bottom”, donde las personas en situación de prostitución
son presionadas a ofrecer más por menos. En Alemania, por ejemplo, a menudo las
prostitutas deben permanecer 18 horas al día en los cuartos donde “trabajan”—
difícilmente un “ambiente laboral sano”. De igual forma, deben ofrecer un rango
más amplio de “servicios arriesgados”, incluyendo sexo sin condón, sexo anal,
grupal, BDSM y realizar las fantasías de
tortura o violación de sus “clientes”.
En Nueva Zelanda las mujeres en
los burdeles han reportado que "los hombres ahora demandan más que nunca
por menos que nunca. Debido a que el comercio está socialmente aceptado, no
existe ningún incentivo para que el gobierno brinde estrategias de escape y
atención para las mujeres que desean salir de esto. Estas mujeres están
atrapadas." Intentos para conformar sindicatos de “trabajadoras” han
fallado en Holanda y de acuerdo con un estudio del gobierno Alemán, muy pocas
“trabajadoras sexuales” tienen contratos
de trabajo. Todo esto resulta en el incremento de la explotación y el
abuso de las personas en situación de prostitución.
Amnistía también argumenta que la
despenalización mejorará el acceso de las “trabajadoras sexuales” a la atención
en salud. Sin embargo, estudios de los gobiernos de Alemania (Germany) y Nueva
Zelanda (New Zealand) revelan que ese mejoramiento no se presenta, de hecho,
debido al incremento en la trata de personas y el empeoramiento de las
condiciones de “trabajo”, la salud de las personas en situación de prostitución
está en un mayor riesgo.
3. Ignora aspectos complicados sobre el consentimiento en la
prostitución, la mayoría de personas en situación de prostitución son víctimas
de explotación sexual.
En los últimos años el
consentimiento sexual ha sido un tema álgido de debate — pero Amnistía
ampliamente ha ignorado estas complejidades. Determinar qué se considera
“prostitución voluntaria” es un tema bastante controversial. Sabemos que las
personas en situación de prostitución provienen predominantemente de comunidades
vulnerables. Sabemos que la “entrada a la prostitución” es a menudo precedida
por un prolongado y sistemático trauma o vulneración, donde el abuso o la
violación fueron las primeras experiencias sexuales de muchas de las mujeres en
prostitución, y que la mayoría de ellas fueron víctimas de abuso y explotación
sexual en su infancia y adolescencia. Sabemos que los explotadores sexuales
seducen a sus víctimas, que sostienen relaciones “románticas” con ellas, antes
de aprovechar ese apego para explotarlas
sexual y comercialmente. También sabemos que las mujeres “entran en la
prostitución” a edades muy cortas. Si bien establecer las cifras exactas es
imposible, varios estudios controversiales han puesto la edad media de entrada
de entre 12 y 14; otros han encontrado que la mayoría entró antes de los 18, y
un estudio internacional encontró que el 47 % entró antes de los 18. Bajo la
ley de protección a víctimas de trata de Estados Unidos (Under the U.S.
Trafficking Victims Protection Act), cualquier persona menor de 18 años en
prostitución es considerada una víctima de trata sexual. Sin embargo, el
enfoque de Amnistía invisibiliza la historia de explotación sexual o la edad de
entrada al “trabajo sexual”, considerando que la prostitución es “consensual” a
partir del día en que la víctima cumple 18 años.
Amnistía se basa en un informe
problemático realizado por una comisión global de PNUD (UNDP report), este
informe es tan radical que inclusive el “vender sexo” por una adicción a las
drogas no genera ninguna alarma: "El trabajo sexual no es siempre un acto
desesperado o irracional, es una elección realista vender sexo para mantener a
la familia, pagar la educación o una adicción a las drogas”. Aunque no todos los casos son trata sexual,
es irresponsable considerar legitimar y despenalizar un tema tan plagado de
explotación y abuso. Inclusive la “prostitución consensual” debe ser vista
desde el contexto de la historia de explotación sexual de las personas en
situación de prostitución y teniendo en cuenta que se trata de una industria
predadora de las inseguridades y vulnerabilidades de principalmente niñas y
adolescentes.
4. Alimenta la Cultura de la Violación.
El apoyo de Amnistía al comercio
sexual alimenta la Cultura de la violación (rape culture) trivializando el
sexo, debilitando la equidad de género (gender equality) y tratando el sexo
como cosa (treating sex as something) que se puede comprar y vender (bought and
sold). Sin embargo el sexo es — y
debería ser — tratado diferente de otras actividades. Es un acto exclusivamente
personal y privado. La violación es categóricamente peor que otras formas de
violencia, precisamente porque es una vulneración más íntima. Los derechos
humanos han promovido leyes contra la violencia sexual partiendo del principio
de que la actividad sexual merece una protección especial.
Despenalizar la prostitución
lleva a unos extraños (y moralmente problemáticos) problemas legales. Si
“cliente” y “trabajadora sexual” llegan
a un acuerdo sobre los “servicios” y el “cliente” va más allá de lo acordado,
se trataría como un incumplimiento de contrato, robo o violación? (theft of services or rape?). Si la policía está investigando el incidente,
ellos deberían en primera instancia atender el caso como una disputa
contractual o un asalto sexual? Estos problemas son creados por el enfoque de
Amnistía, en el cual el sexo es tratado como cualquier producto o “mercancía”.
5. Promueve una forma de libertarismo económico, típico anatema de derechos humanos.
En discusiones con Amnistía,
ellos frecuentemente critican las restricciones a la prostitución como
paternalistas, en tanto regulan la conducta privada de mujeres principalmente.
Sin embargo, es la propuesta de Amnistía la que cambia la sexualidad del ámbito
de lo privado a lo público. Una cosa es interferir en el ámbito privado, de las
acciones individuales de la persona, y otra distinta que el gobierno regule la
venta pública de productos y servicios.
El gobierno prohíbe un amplio
rango de actividades económicas, y grupos como Amnistía usualmente abogan por
regulaciones más robustas debido a sus preocupaciones por las violaciones a
derechos laborales, condiciones de trabajo y abuso de trabajadores. Pero en
este caso, la propuesta de Amnistía es despenalizar una industria conocida por
ser altamente peligrosa, plagada de corrupción y violencia, frecuentemente, si
no por definición explotadora sexual y con un alto riesgo de trata sexual. En
su lugar, Amnistía debería adoptar el modelo Sueco o Nórdico (Swedish or
Nordic), el cual ha tenido un gran éxito en reducir la trata y explotación
sexual en la prostitución (sex trafficking and prostitution), al tiempo que
amplía los servicios para las víctimas de explotación sexual .
La propuesta de Amnistía
pervierte los principios de derechos humanos y derechos de la mujer. Sacrifica
las preocupaciones y bienestar de la gran mayoría de personas en situación de
prostitución, atrapadas en una brutal industria explotadora. Como resultado,
Amnistía ha manifestado una posición que será de gran ayuda para proxenetas,
tratantes y explotadores sexuales, y hará un gran daño a los derechos humanos
de los hombres, mujeres y niñxs atrapados en la “industria del sexo”.
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