Las criadas del sistema capitalista
28/06/2019
Teresa Domínguez
Primero se congelan los óvulos,
luego los embriones. Y más tarde, cuando se decide la maternidad o paternidad,
se contrata, paga e implanta a una tercera (madre de alquiler) el embrión (propio
o comprado) para que lo “incube”. La factura ha de terminar de pagarse con
antelación, el contrato especifica todos los detalles a los que está sometida,
en especial la madre de alquiler. Que durante todo el periodo dejará de ser una
mujer libre, dejará de poder tomar decisiones respecto a su propio cuerpo,
salud y vida.
Selección por catálogo de donantes de óvulos.
Precio de óvulos y embriones por
lotes
Catálogo de madres de alquiler
Solo después de que la madre
subrogada se ponga de parto, hablamos de un año aproximadamente desde la
selección de “paridoras” y/o donantes de óvulo, por catálogo, preparación y
posterior implantación, los clientes irán al hospital a que se haga efectiva la
entrega, de “su” criatura, o “sus” si son más de una. Se harán el vídeo y fotos
correspondientes en la mesa de quirófano junto a la madre de alquiler, con un
bebé recién arrancado (literal y por cesárea la mayor de las veces) de las
entrañas de su madre, en un puro éxtasis de felicidad mientras, la madre sufre
las consecuencias físicas, emocionales y psicológicas de un embarazo, parto y
post-parto, a veces múltiple y la pérdida de un hijo o hija.
La maternidad subrogada no es
nueva, los primeros arreglos legales del alquiler de vientres comenzaron en
Estados Unidos en la década de los 80, en aquel momento, incluso después, eran
poco comunes los casos y estigmatizados. Según el Centro para el Control de
Enfermedades en EEUU, en 2015, los vientres de alquiler representaban solo el
3% de los bebés concebidos en Norte América a través de fecundación in vitro
(FIV).
Ahora hay una “aparentemente repentina
explosión de demanda”. Y el sector del software no se queda atrás. Según datos
de ciertas empresas tecnológicas, en Sillicon Valley han aumentado un 500% (año
tras año) la congelación de óvulos. Y la solicitud para maternidad subrogada
ahora representan el 20% de todas las consultas que recibe las empresas para las que trabajan.
Las empresas tecnológicas han
comenzado a subsidiar los servicios de vientres de alquiler, como hacían con la
congelación de óvulos. Facebook y Google ofrecen generosos incentivos por
contratar la maternidad subrogada, por ejemplo, reembolsa a los empleados hasta
20,000$ de gastos, del total de la factura, que puede alcanzar más de los
200.000$, para las “compensaciones” a madres de alquiler, facturas de
hospitales y otros gastos. Algunas empresas incluso ofrecen ventajosas líneas
de crédito.
En un esfuerzo por “atraer y
retener talento”, Young Smith ha pedido a los 98,000 empleados de Apple que
averigüen qué tipo de beneficios les interesan más. Todos estos esfuerzos son parte
de una tendencia creciente a ofrecer opciones favorables para los empleados en
las compañías de Silicon Valley, por un lado para reclutar nuevo personal
femenino, y por otro para fidelizarlo, y para ello crea incentivos tanto para
la congelación de óvulos como para el contrato de “servicios” de vientres de
alquiler. Lo que no limitaría las carreras de dichas empleadas, y por ende de
otros interesados. Porque, según fuentes de estas tecnológicas, existe una
escasez de mujeres senior en Silicon Valley, por lo que los beneficios
ofrecidos por Apple y Facebook podrían verse como un intento de “rectificar el
desequilibrio”. Eso sí, lo que no se comenta es que con ello se genera una
suerte de subclase de mujeres paridoras, que generalmente pertenecen a estratos
sociales inferiores.
Apple dijo en su informe de
diversidad este año que su fuerza laboral era 70% masculina, mientras que
Facebook informó que su fuerza laboral era 69% masculina. Las empresas más
jóvenes, como Uber, Lyft y Pinterest, también ofrecen incentivos para esta
práctica bajo la premisa de que ayudan a la “lealtad” de los empleados en el
competitivo mercado laboral de Silicon Valley.
Estos subsidios o ayudas también
vienen favorecidos por supuestas organizaciones sin ánimo de lucro, que tienen
detrás el aval de la industria y lobbys, clínicas, intermediarios, bufetes de
abogados eminentes y grandes farmacéuticas: EMD Serono”, negocio farmacéutico
de Merck KGaA, la farmacéutica clínica de Mandell, la farmacéutica Integrity
RX, etc. (Si te lo puedes permitir económicamente, que nada te impida tener un
hijo), donde se explica el entramado de las grandes ferias internacionales para
hombres gays en exclusiva. De hecho, este programa de asistencia, anualmente
facilita más de un millón de dólares en apoyo financiero a sus clientes, a
través de más de 50 proveedores, en dos formas según la necesidad: Servicios
gratuitos y con descuentos donados por proveedores líderes en reproducción
asistida: 75% de descuento en el precio de ciertos medicamentos para las
mujeres sometidas a tratamiento de hiperestimulación ovárica y otros para su
uso no solo en las donantes de óvulos, sino para la medicación que necesitan
las madres gestantes para que les quede bien implantado el embrión comprado por
catálogo. Y subvenciones en efectivo y línea de crédito, a “futuros padres” que
se financian principalmente a través de las conferencias y donaciones de amigos
del sistema.
Las parejas de hombres
homosexuales fueron los primeros en dar el paso para “romper el estigma” de los
vientres de alquiler. Según empresas del ramo, los gays suponen en EEUU un
tercio de la demanda, 10% hombres solos, y son 60% parejas heterosexuales. Los
vientres de alquiler crecen también por una legislación cada vez más permisiva,
aunque se siguen produciendo fuertes reacciones, por eso la mayoría lo lleva
casi en secreto. De hecho, algunas mujeres simulan incluso su propio embarazo.
Los vientres de alquiler son una
práctica extremadamente costosa, y la gente de la comunidad tecnológica puede
permitírselo sin tener que faltar al trabajo, ni poner en juego su carrera o su
salud.
Pero volviendo a Silicon Valley,
Suich califica al “Área de la Bahía” como una incubadora para el futuro de la
fertilidad en EEUU. Los vientres de alquiler son una práctica extremadamente
costosa, y la gente de la comunidad tecnológica puede permitírselo sin tener
que faltar al trabajo, ni poner en juego su carrera o su salud. La publicidad
nos bombardea con la generosidad de las madres paridoras, convenciendo de la
bondad de unas mujeres que en su mayoría no tiene otra salida. Jennifer Lahl,
Presidenta de CBC Network, afirma que estas mujeres son principalmente de clase
media-baja, y en su mayoría, mujeres de militares que buscan ingresos extras ya
sea, por necesidad, para invertir o para pagar las carreras de sus hijos.
Numerosos estudios han demostrado que “las mujeres de militares constituyen un
porcentaje desproporcionado de la población de gestantes en los Estados
Unidos”. Estas mujeres, consideradas como “sustitutas ideales”, han sido el
objetivo del marketing de la industria de los vientres de alquiler. (Estudio
del profesor Ziff: ‘The Mommy Deployment”: Military Spouses and Surrogacy in
the United States”. Socological Forum, Vol. 32 No. 2)”. Mujeres que son parte
de un mundo altamente masculino, de las que usan su mentalidad militar para
guiarlas a través del sacrificio de la subrogación.
El sacrificio, la llamada al
deber.
Además se procura centrar la
práctica como solución a los casos de infertilidad, nada más lejos de la
realidad. Hoy por hoy, los vientres de alquiler se han convertido completamente
en una “commodity”, una mercancía más, un lujo al que acceden los que pueden
pagar, tengan o no, problemas de fertilidad, un lujo que permite acceder a la
paternidad/maternidad sin poner en peligro el trabajo, ni el cuerpo, ni la
salud propia. Que permite mantener “la agenda”. Porque son gente con vidas
“ocupadas”, organizadas, con buen poder adquisitivo, que lo encargan y
planifican casi todo.
“Los niños no son bienes o
servicios que el Estado puede garantizar o proporcionar. Son seres humanos con
derechos.” Maud de Boer-Buquicchio.
“No hay derecho a tener un hijo
en virtud del Derecho Internacional”, dijo Maud de Boer-Buquicchio, Relatora
Especial sobre la venta y la explotación sexual de niños, incluida la
prostitución infantil, la utilización de niños en la pornografía y demás
material que muestre abusos sexuales de niños, quien presentó, en marzo de
2018, un informe al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra. Afirmando que: “Los
niños no son bienes o servicios que el Estado puede garantizar o proporcionar.
Son seres humanos con derechos.” Indicando que la maternidad subrogada, es una
industria en crecimiento impulsada por la demanda internacional, especialmente
de estados ricos que involucran a madres de alquiler en estados en desarrollo.
Y confirmando que la subrogación, tal y como se practica actualmente en algunos
países, Estados Unidos incluido, generalmente equivale a la venta de niños.
Cientos de asociaciones del mundo
hemos firmado el Manifiesto desde CIAMS “International Coalition for the
Abolitionof Surrogate Motherhood“, para la abolición universal de la gestación
por sustitución. Estamos de acuerdo en que “El interés superior del niño debe
estar en el centro de cualquier decisión tomada con respecto a la paternidad y
las decisiones de responsabilidad parental”, como afirma la relatora, pero
pensamos que para evitar la paradoja de las vulneraciones de derechos de los
bebés, hay que focalizar el problema inicial, la explotación reproductiva de
las madres.
No basta con mencionar la palabra
“altruismo”, los casos verdaderamente altruistas son marginales, el profesor
Miklos Lukacs de la Universidad de San Martín de Porres, Perú,(ciencia y tecnología / Filosofía
Política / Epistemología / Ética Aplicada), lo califica de hipocresía terminológica,
(vídeo) ya que la mayor parte de los ingresos siguen quedando en manos de los
intermediarios, y jamás podrían satisfacer la demanda generada. La idea de que
eliminando el pago a las madres se reduce la explotación, es tan estúpida como
los argumentos de algunos medios e intermediarios, no sorprende entonces,
añade, como países como La India, Camboya, Nigeria, México, etc… todos ellos
con legislaciones más laxas, y altos niveles de pobreza, hayan absorbido esta
demanda.
Además, países como Reino Unido,
Canadá, y estados norteamericanos tradicionalmente “altruistas”, como Nueva
York, ya debaten o legislan, nuevos proyectos de ley que permitirían una
versión abiertamente comercial de la maternidad subrogada por la falta de
mujeres voluntarias y las complicaciones legales de otros países.
Desde colectivos nacionales e
internacionales, vamos más allá, y sí consideramos que debe regularse, pero
para su completa prohibición, incluyendo el mercadeo transfronterizo. De hecho
ya se está trabajando en el desarrollo, de un convenio Internacional para la
abolición de los vientres de alquiler inspirado en el trabajo realizado para la
abolición de la esclavitud, en el marco de la Organización de las Naciones
Unidas.
Teresa Domínguez
“No seré una mujer libre mientras
siga habiendo mujeres sometidas”
17 de diciembre de 2015: El
Parlamento Europeo aprobó por Resolución el informe anual sobre Derechos
Humanos y Democracia en el mundo 2014 y las políticas de la Unión Europea sobre
esta materia. En el capítulo dedicado a los derechos de las mujeres y las
niñas, el punto 115 expresa:
“El Parlamento Europeo “condena
la práctica de la subrogación, que socava la dignidad humana de la mujer dado
que su cuerpo y sus funciones reproductivas son usadas como un “commodity”;
considera que la práctica de la subrogación gestacional que involucra la
explotación reproductiva y el uso del cuerpo humano para ganancias financieras
o de otro orden, en particular en el caso de las mujeres vulnerables en los
países en desarrollo, debe ser prohibida y tratada como un asunto de urgencia
en los instrumentos internacionales de derechos humanos.”
Título inspirado en la columna
del columnista del NYTimes Ross Douthat. Statistics
Fuente
Nota: las imágenes y negritas están en el original
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