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lunes, 30 de diciembre de 2024

“El regulacionismo de la prostitución debería considerarse captación velada”

 

 

Carol L, a la derecha, y en el centro, Sarah Berlori, en las jornadas de EHFAK. A su lado, la presentadora de la mesa, Itziar Blanco. FOTO: IXA LOPEZ - LANBROA



EGUNEKO GAIACAROL L | SUPERVIVIENTE

 

“El regulacionismo de la prostitución debería considerarse captación velada”

 

MERTXE ARRATIBEL27 MARTXOA, 20230

 

Para las abolicionistas de la prostitución y las supervivientes, el regulacionismo no puede tener cabida ni dentro del feminismo ni en la sociedad. Carol L., quien fue engañada por un proxeneta cuando era menor de edad, considera que los discursos que legitiman la prostitución deberían “tipificarse como captación velada” y a las feministas que defienden esa postura les lanza el siguiente desafío: ¿Tienen los tíos el derecho de cosificar el cuerpo de una chica? ¿Tiene derecho a comprar el consentimiento de mujeres precarizadas?”

 

Esta activista participó en la jornada ‘Política sexual de la pornografía y la prostitución,’ organizada por la coordinadora abolicionista vasca EHFAK. Le acompañaron en el cartel otra activista, superviviente y miembro activa de la coordinadora, Sarah Berlori, y la teórica Mónica Alario Gavilán.

 

Tanto Berlori como Carol, nacidas en el Estado español, ofrecieron discursos políticos en los que compartieron muchos aspectos, también biográficos, de su paso por la prostitución. Ambas fueron captadas siendo jóvenes con la promesa de que ganarían mucho dinero, vivieron la violencia extrema que caracteriza a ese mundo, tuvieron problemas para abandonarlo, no consiguieron ninguno de sus objetivos y las instituciones les fallaron cuando demandaron ayuda.

 

Carol empezó a ser prostituida con 17 años. Estaba tutelada y había huido. La camelaron con “el discurso que se utiliza ahora en todos los ámbitos académicos, en la universidad, y también en Bachiller y en la ESO”, advierte. Esto es, que “ser puta es una postura política” y que una puede “rentabilizar el capital erotico, la ‘follabilidad”.

 

El coño como ‘varita mágica’

“Me dijeron que los hombres son como niños y que el coño es como la varita mágica de Harry Potter. Luego vi que no era mi coño, sino los billetes la varita mágica”, admite.

 

Pero el dinero no era para ella. “Viví la indigencia dentro de la prostitución. No tenía casa. Dentro de los clubs de puteros, no de putas, hay un montón de indigentes, mujeres sin casa”. Sin nada.

 

También comprendió que la prostitución “no tiene nada que ver ni con sexo, ni con el erotismo. El sexo es algo beneficioso, sano, placentero, y de mutuo acuerdo. Todo lo que viví allí eran parafilias y otros procesos”.

 

El hombre que la introdujo en la prostitución le prometió que no tendría que hacer nada que no quisiera. Sin embargo, comprobó en seguida que el consentimiento se compra, no así el deseo. “El tema del consentimiento es una trampa, algo que se nos ha vuelto en contra”. Opina que lo mismo ha sucedido con los conceptos de género y empoderamiento.

 

“Los puteros no sólo son puteros; la mayoría son pedófilos”

 

Cuando se relacionó con los primeros puteros les dijo que tenía 18 años ‘recién cumplidos’. “Sabían perfectamente que era menor. El hombre que me llevó lo primero que hizo fue retirarme el DNI y decir que era mayor”.

 

Los demandantes de la prostitución buscan chicas cada vez más jóvenes, según alertan distintas voces. Carol L. afirma que, de hecho, “los puteros no sólo son puteros; la mayoría son pedófilos”.

 

Educación sexual

Esta es la razón por la que esta activista y superviviente centra ahora sus esfuerzos en la educación de la infancia y la juventud. Lo hace en la Comunidad Valenciana, fundamentalmente, y se muestra crítica con la información y las propuestas que se les ofrecen como educación sexual.

 

En lugar de trabajar en el “consentimiento sexual” ve más conveniente centrarse en el “sexo deseado” entre dos personas. “¿Qué tiene que ver el consentimiento con despertar, descubrimiento, autoexploración física y placer?” Además, subraya que conviene tener muy en cuenta que “el imaginario sexual no es el mismo para los hombres que para las mujeres”.

 

El constructo social-sexual de las mujeres se basa en “consentir siempre, en dejarse hacer”

 

El constructo social-sexual de las mujeres se basa en “consentir siempre, en dejarse hacer. No conozco todavía una mujer heterosexual que no haya tenido una relación sexual sin deseo, sostiene. “A nosotras se nos ha negado el placer. No tenemos algo que se ponga duro. El agujero no se cierra y ahí cabe todo. Desde ahí y desde la idea difundida por el porno de que la mujer es promiscua lo hemos construido todo”.

 

Ese punto de partida erróneo es también, a su juicio, la base de la educación sexual . “Qué necesidad tiene una niña de 14 años de saber que es el ‘fisting’, es decir, que te metan el puño en el culo, cuando no se habla de poner límites. Se vende la idea de puta como identidad política y el puño en el culo como práctica sexual normalizada. Eso es lo que aparece en la guía de educación sexual de la Comunidad Valenciana. Que me expliquen cuál es el punto educativo y qué beneficios les va a ofrecer esto a las chicas en su sexualidad”, exige.

 

Sarah Berlori había expuesto previamente puntos de vista similares sobre los procedimientos de captación de chicas jóvenes para la prostitución y alertó también de que el proxenetismo ha penetrado en las universidades.  “Existe el peligro de que vayan a contarles a las jóvenes lo guay que es ser prostituidas, pero sólo van a por las chicas. Siempre somos nosotras las putificables y ellos futuros puteros”, denunció.

 

Ley orgánica abolicionista

Se les convence de las ventajas de ser ‘scorts’, señoritas de compañía que tiene la posibilidad de elegir, que se prostituyen porque quieren y porque quieren costearse lujos con la prostitución. Nada de esto es cierto, según Berlori, que califica esa propaganda de “superhumillante. Nos deshumanizan dentro y fuera de la prostitución, como si fuéramos basura, cuyo único fin en la vida es tener un bolso de marca. Es un discurso tolerado por la izquierda y la derecha y es asqueroso”, lamentó.

 

Berlori expuso las dificultades que existen para abandonar la prostitución y reivindicó la aprobación de la Ley Orgánica de Abolición del Sistema Prostitucional (LOASP) elaborada por la Plataforma de Organizaciones por la Abolición de la Prostitución (PAP) y que está “guardada en un cajón”. Se trata de una ley integral que cubre las necesidades de las mujeres en prostitución, la formación y la concienciación, entre otros aspectos.

 

De hecho, las supervivientes aclararon que las políticas abolicionistas requieren ir más allá de regulaciones que únicamente castiguen a los consumidores de cuerpos de mujeres. Necesitan financiación y recursos para atender las necesidades de las mujeres prostituidas. Medios que vayan más allá también del asistencialismo que practican algunas asociaciones.

 

Fuente:

http://andra.eus/el-regulacionismo-de-la-prostitucion-deberia-considerarse-captacion-velada/?fbclid=IwAR29noy68VYpdAgAC1-QK_Z0c2MnWJEITtqj77cUPHeH_fAKcCavcMjO_Ug

jueves, 26 de marzo de 2020

Regulacionismo en Uruguay. ¿Por qué no funciona?


Regulacionismo en Uruguay. ¿Por qué no funciona?

 Simone Dice  
19 April, 2019 


Muchas veces se nos acusa de demonizar el regulacionismo, tantas otras explicamos por qué lo hacemos y es allí donde radica el problema. El regulacionismo es en absoluto ajeno a nosotras, un acto inocente o un demonio de orden mayor. La realidad es aún peor, millones de personas defienden la prostitución como un mero trabajo, guardándose lo innegable: todas y cada una de las mujeres (y niñas, niños, trans) que se encuentran sometidas en el sistema prostituyente son sistemáticamente violadas, violentadas en múltiples formas, desde consumo forzoso de drogas hasta violencia física o psicológica e incluso cuando no (la minoría de los casos) estas mujeres no se salvan de los abusos sexuales.

El regulacionismo habla de prostitución separado de trata y como libre elección porque acepta que nuestro consentimiento es tan poco valioso, que puede ser comprado, ignorando la realidad de que las mujeres en situación de prostitución tienen un presente y futuro común y un pasado que tiende a asemejarse. La no problematización de la regularización es ignorar que todos y cada uno de los Estados regulacionistas lucran de esto y es por eso que lo defienden. Es ignorar que cada uno de los partidos que queremos defender, al menos en nuestro país (Uruguay), están compuestos por hombres vinculados a redes de trata, consumo de prostitución y pedofilia. Creer que están de nuestro lado o aceptar que mujeres sean violentadas sexualmente es inadmisible y no debería estar bajo el nombre de feminismo.

Pese a ser partidaria que oponernos a una idea y centrar nuestra atención en esta es en cierto punto subordinarnos a ella, también considero que es necesario cuando obstaculiza la lucha y es una forma de no recaer en lo que rechazamos. Este artículo se componerá por dos ejes: 1) El regulacionismo en Uruguay, hechos y realidades. 2) Por qué es inaceptable más allá de su ineficacia.

El regulacionismo en Uruguay, hechos y realidades.

La ley de regulación de la prostitución es aprobada en nuestro país a mediados del año 2002 bajo el gobierno de Jorge Batlle, mientras el país se encontraba en crisis. Los lazos entre proxenetismo y gobierno son complejos de explicar mas Jeffreys lo hace exitosamente en La Industria de la Vagina, por lo que meramente me reduciré a marcar que las redes de trata mantienen vínculos con el gobierno, más bien con cada uno de los gobiernos que acaban siendo en cierto punto uno, al rededor del mundo. Las redes pagan un porcentaje de su ganancia a políticos, entonces, ¿cómo pretender enunciar mujeres en situación de prostitución y redes de trata como asuntos separados?. ¿Acaso es coincidencia que hoy en día partidos políticos y el pit-cnt se embanderen y promuevan el trabajo sexual en una prominente crisis que además coincide con la llegada de UPM? ¿Será cierto que a estos grupos de poder que manejan intereses particulares genuinamente le interesan las mujeres?

En Uruguay, con una ley que existe hace casi 17 años, tan solo 87 mujeres de las 12.300 registradas en el Ministerio del Interior aportan al BPS, es decir, el 99,3 % de mujeres registradas (que no son todas las que se encuentran en situación de prostitución) no están en caja. Por otro lado el proxenetismo es penalizado mientras que se permite la existencia de una “Asociación de Empresas del Sexo”, compuesta por 11 prostíbulos.
 
Fotógrafo Salvador Batalla
Los ingresos en nuestro país son dispares en este ámbito y es por esto que esta industria triunfa, sabe adaptarse a distintas realidades y necesidades, mientras promete ser una puerta de salida a muchas cosas. A aquellas mujeres en extrema pobreza ganancias de 7.000 UYU mensuales es muchas veces el único ingreso al que pueden acceder mientras que mujeres de clase alta, muchas veces recibidas, son seducidas por las ganancias que pueden llegar a obtener (200.000 UYU). No debemos ignorar que la mayoría de estas mujeres sufrieron en su infancia abusos sexuales, violencia doméstica, o incluso fueron inducidas a la prostitución siendo menores de edad, según el estudio desarrollado por Pablo Guerra un 31% apróx empiezan siendo menores de edad, según datos manejados por la Red Abolicionista del Uruguay, un 42% empieza siendo menor de 12 años.

Se estima que unas 1.400 mujeres se encuentran en situación de prostitución sin estar registradas y que en Montevideo hay más de 500 locales no habilitados donde mujeres son prostituidas.

En cuanto a la ley 8.080, sobre el Delito del Proxenetismo (aprobada en 1927), se establece que:
*art. 1° y 2° con modificaciones hechas en la ley 16.707, 1995.
ARTICULO 1º.- Toda persona de uno u otro sexo, que explote la prostitución de otra contribuyendo a ello en cualquier forma con ánimo de lucro, aunque haya mediado el consentimiento de la víctima, será castigada con dos a ocho años de penitenciaría. En caso de reincidencia las agravantes se aplicarán sobre el máximo de pena legal. El que, con ánimo de lucro, indujere o determinare a otro al ejercicio de la prostitución, en el país o en el extranjero, será castigado con tres a doce meses de prisión.

ARTICULO 2º.- La pena mínima será de cuatro años de penitenciaría si la víctima fuere menor de dieciocho años o el delincuente fuere funcionario policial o el hecho se produjere mediante engaño, violencia, amenaza de un mal grave, abuso de autoridad u otro medio de intimidación o coacción, como también si el actor fuera ascendiente, marido, hermano, tutor o encargado de la guarda de la víctima o hiciera vida marital con ella.

ARTÍCULO 3º.- Cuando la Policía tuviese conocimiento de la prostitución de menores que estén bajo la guarda de otra persona, deberá dar conocimiento del hecho a ésta, por escrito en que se le haga saber que está obligada a impedir la continuación de aquél o a comunicarlo al Fiscal de Menores para que adopte las medidas del caso. La omisión en el cumplimiento de esta obligación, por el guardador, será penada con dos a cuatro años de penitenciaría.

ARTÍCULO 16°- No es aplicable a estos delitos el artículo 18 del Código Penal.

La ley en realidad se compone por 21 artículos pero decidí incluir los que personalmente considero de mayor relevancia en cuanto definen el proxenetismo para el Estado uruguayo y fijan su penalización. En lo personal y más allá de la clara negligencia que hay al ejecutar esta ley aprobada originalmente en 1927 (debido a las vínculos entre gobierno y proxenetismo), esta ley en sí deja mucho que desear. Para comenzar, la pena máxima siendo de 8 años (asegurada completamente en casos de reincidencia). Muchas de nosotras conoceremos casos de niñas sometidas a la prostitución; supongamos que hay una niña de 7 años cuyo primo la prostituye, una vecina denuncia, se logra comprobar el caso, con buenos abogados se gana el juicio y se consigue la pena máxima. ¿A los 15 años la pequeña debe reencontrarse con su proxeneta? ¿Es posible una rehabilitación? ¿Es posible una rehabilitación en cárceles uruguayas en 8 años, cuando manejan un 60% de reincidencia?

Segundo caso, una jóven mayor de edad es inducida a la prostitución por su novio. “Es empoderante dale”; “Nos vendría bien la plata, dale”; “Muchas mujeres lo hacen, dale”. Ella le pasa un porcentaje de esa ganancia a su novio, él se encuentra involucrado hasta cierto punto pero no es la definición de fiolo. Según el art.1 y gracias a su modificación este varón podría ser condenado. ¿Cuál es su pena? ¿3 meses hacen justicia por la realidad a la que fue sometida, hacen justicia por el estrés post-traumático? ¿Existe la justicia? Sin indagar claramente en lo violenta que la relación sería de por sí.

Por otro lado, pese a ser necesaria la regulación de la actuación policial en estos casos parece casi una ironía la penitencia propuesta en el artículo 3° ya que las fuerzas policiales se encuentran casi o tal vez tan involucradas en el delito de proxenetismo como políticos. ¿A qué mecanismos debemos apostar si la institución que debería tomar nuestras denuncias comparte mesa con quienes denunciamos, si es que no son los mismos a los que denunciamos?

Finalmente, para hacer mención del art.16, se establece que el art 18 del Código Penal no aplica a la hora de juzgar este delito porque el proxenetismo no se lleva a cabo de manera accidental, inconsciente o por desconocimineto.

Brevemente paso a hacer mención de la realidad de las personas trans y la prostitución. Tan solo un 10% de las personas trans son varones trans y afortunadamente, según el útlimo censo, ninguno de ellos se encontraba en situación de prostitución. Por el contrario, la realidad de las mujeres trans es la siguiente: el 70% se encontró o encuentra en el sistema prostituyente. Su corta esperanza de vida en gran parte se debe a esto.

Hay una realidad firme y común para las mujeres en situación de prostitución, sean abolicionistas o regulacionistas, digan que son trabajadoras sexuales o explotadas sexualmente, todas sienten que nadie las protege.

No haré mención en este momento de la cruda realidad que atraviesan las mujeres en situación de trata, ya que se prolongaría este texto, sin embargo recomiendo la búsqueda de testimonios escritos u orales, principalmente entrevistas o documentales en Youtube,



Por qué es inaceptable más allá de su ineficacia

Ya explicamos brevemente por qué el regulacionismo no funciona, específicamente en Uruguay, mas puede ser aplicado a casi cualquier país del mundo, sin embargo, ¿y qué del modelo holandés?, ¿No puede existir una lucha cuyo fin sea una regulación real? Para esto debemos considerar lo que se propone en esencia: regular la prostitución bajo la idea que la compra de un servicio sexual no es la compra del cuerpo y que las mujeres pueden y deben ser empoderadas al practicar el trabajo sexual. De todos modos, muchas mujeres defensoras de esta idea fueron metidas en este oscuro sistema desde su infancia y es la única realidad que conocen.

En un estudio realizado en 2008 a más de 800 mujeres de 9 países distintos, en situación de prostitución (burdeles y calle) por un equipo de investigadoras (Melissa Farley, research gate), el 89% quería dejar la prostitución; el 63% había sufrido abusos sexuales en la infancia; el 68% padecía de estrés post-traumático equiparable a veteranos de guerra; el 75% era o había sido sintecho, el 71% habían sido agredidas ejerciendo prostitución, el 63% reconocían haber sido violadas ejerciendo prostitución. El 78% de las mujeres que se acercaron al Consejo para Alternativas de Prostitución informaron haber sido violadas por proxenetas un promedio de 16 veces anuales y por puteros 33 veces anuales (1991). Ayme Román subió esta semana 4 videos sobre el tema a Youtube que considero recomendables.

La sexualidad de las mujeres sometidas a prostitución no se vuelve libre por la regulación ni el sexo es en esencia empoderante. Foucault habla del cuerpo como territorio de control y disciplinamiento y distingue entre cuerpo máquina (aquel dócil, disciplinado, atravesado por las construcciones culturales o una mera construcción cultural) del cuerpo especie (los impulsos naturales del cuerpo, más reales o “innatos”). Plantea que en el acto sexual es donde ambos cuerpos colisionan, se involucran y por esto es tan importante y lo ha sido a lo largo de la historia ejercer mecanismos de control en cuanto a la sexualidad y el relacionamiento sexual. Es la forma más pura de control.

Si apuntamos a la liberación de la mujer debe ser inadmisible el control o subordinación de ella en todo ámbito, incluyendo, y por sobre todo, el sexual. Los abusos sexuales nos enajenan de nosotras mismas, nos marcan y se quedan con nosotras de muchas maneras. Una vez hemos admitido los abusos sexuales como intolerables, ¿militaremos por la normalización de las violaciones sistemáticas por una transacción de dinero?

Es por esto que no creo en el regulacionismo en absoluto y menos cuando este es defendido bajo la idea de libre elección. Ninguna mujer es libre bajo este sistema y todas nos encontramos atravesadas por conductas que priorizan a los varones sobre nosotras. En el momento del acto sexual y más cuando en este se encuentra involucrado capital el placer estará centrado en el varón y las mujeres quedaremos vulneradas en muchos sentidos. El abolicionismo no es el pedido de una ley que penalice el consumo de la prostitución y de amparo a las mujeres que se encuentran en esta situación. Por la complejidad del sistema es una lucha constante por la liberación de la esclavitud sexual a la que son sometidas millones de mujeres.

Fuente





miércoles, 16 de noviembre de 2016

Almas sensibles pidiendo caridad para con las prostitutas


Almas sensibles pidiendo caridad para con las prostitutas
Pilar Aguilar




Analista de ficción audiovisual y crítica de cine. Licenciada en Ciencias Cinematográficas y Audiovisuales por la Universidad Denis Diderot de París

Uno de los “argumentarios” más utilizados por las tramas puteras pro-legalización es este: “Vale, sí, quizá la prostitución no debería existir, pero existe. Y mientras exista, no podemos ser indiferentes a las condiciones de vida de las prostitutas. Si se legalizara, esas mujeres estarían protegidas, tendrían derecho a la seguridad social, a la jubilación…”.

Ante tal alegato, mucha gente de buena voluntad “pica” porque se dice: “Es verdad, encima de puta, apaleada. Es horroroso. Hemos de hacer algo para mejorar la vida de esas pobres mujeres”.

Pero, antes de dejarnos llevar por los buenos sentimientos, hay que pensar si realmente son de verdad los buenos o si, por el contrario, solo se utilizan para tomarnos el pelo manipulando nuestra empatía.
Si el afán de los “empresarios” es mejorar la vida de las mujeres prostituidas, podemos preguntarnos:

1. ¿Por qué no las declaran ya como camareras, limpiadoras, masajistas, fontaneras, electricistas o lo que consideren oportuno? Así ellas tendrían nómina, seguridad social, cotización para la jubilación… Entonces ¿por qué no las dan de alta? ¿son los proxenetas tan melindrosos que no pueden consentir ni la más mínima mentirijilla en sus negocios?

2. ¿Y las que se “autoemplean”? (que, dicho sea de paso, son una ínfima minoría, ínfima, ínfima aunque los medios siempre las ponen a ellas en “escaparate” a fin de que la prostitución no parezca nutrirse de miles de mujeres prostituidas y traficadas, sino de unas estupendas y dinámicas emprendedoras que sufren por no poder declararse como autónomas y pagar impuestos a fin de contribuir así al bien común). Y vuelvo a preguntar ¿por qué no se declaran como traductoras, peluqueras o modistas, por ejemplo? ¿Por qué ha de ser “Como puta o nada”? ¿Su desmedida honestidad les impide mentir en lo más mínimo y por eso se niegan a darse de alta en autónomos como profesoras de idiomas, guionistas o quirománticas?… Por cierto, ¿existe oficialmente esta última ocupación y otras similares? Supongo que sí puesto que no he oído nunca un clamor “caritativo” pidiendo que se reconozca la profesión de echador de cartas y/o adivino a fin de que quienes practican tales artes tengan los derechos y deberes ad hoc.

3. ¿No somos partidari@s de la sanidad universal? Entonces ¿por qué exigimos que las mujeres deban prostituirse para acceder a la atención médica? Y ¿por qué no pedimos lo mismo para los varones emigrantes sin papeles? ¿es que ellos no nos dan penita? ¿o es que pedir que un negro ponga su culo a disposición de un honrado padre de familia o de una panda de jóvenes indígenas nos da repelús, pero si el culo es de una negra, entonces nos parece bien? No me digáis que estamos ante la ley de la oferta y la demanda pues eso se puede cambiar en un plis-plas con una campaña de propaganda adecuada, tipo: “Tú no es maricón, qué va, que va. Al contrario: al darle por culo a esos mierdas de África, Europa del Este, Asia, Oriente Medio que nos invaden y vienen con la pretensión de quitarnos nuestro trabajo, nuestras casas, nuestras ayudas sociales, nuestro dinero… te reafirmas como macho dominante que marca territorio e impone ley”. “Demuestra tu amor patrio, demuestra tu virilidad fallándote a un árabe”. “Oferta irresistible: mientras una negra desnuda baila y se contonea ante tus ojos, tú le metes la polla a un negrazo de metro noventa, negrazo que si te diera una torta, te enviaba a la otra esquina, pero ahí reside parte del morbo: en teoría el negrata será más fuerte, pero, en la práctica, lo dominarás absolutamente”.

4. Otro alegato de los pro-legalización es que las prostitutas tendrían acceso a la jubilación. Este argumentazo me da mucha, pero mucha, mucha risa y no porque las pensiones se están convirtiendo en una meta muy utópica tanto para ingenieras aeronáuticas como reponedoras de supermercado, sino porque ¿alguien que vaya a un puticlub o se pasee por lugares donde haya prostitutas piensa que esas mujeres tienen más de veintitantos años?
Sí, alguna debe haber porque la perversión de follarse a una vieja existe. Nada que ver numéricamente hablando con la de follar jovencitas e incluso menores y hasta niñas, pero admitamos que un putero entre diez mil tiene esa “fantasía”… Pues eso, una mujer prostituida entre diez mil ejercerá más allá de los treinta ¿Y cuántas alcanzarán 65 en el “oficio” y podrán acreditar los 38 años y 6 meses de cotización que por ahora son necesarios?
 

Y así, podríamos seguir argumentando.

Argumentar, por ejemplo, que si lo que buscan las mafias es el bien de las prostitutas, entonces y en consecuencia, deberían también exigir garantías sanitarias a los puteros ¿no? Estos, antes de follar a una mujer, tendrían que mostrar un certificado médico completo y actualizado (cada mes, por ejemplo). Y, además del condón, serían obligatorios los guantes profilácticos y las mascarillas (para ellos, claro) ya que una gripe, una bronquitis, una hepatitis B pueden contagiarse no solo mediante penetración genital sino con esputos, respiración, contactos corporales, manoseos, etc.
Y, por supuesto, los inspectores de trabajo deberían irrumpir periódicamente y sin previo aviso en los burdeles para comprobar que todos los clientes están usando la parafernalia completa (preservativo, mascarillas, guantes) y que las condiciones de limpieza y salubridad son adecuadas… ¿no?

Y frente a estos controles no cabría apelar al derecho “a la intimidad” pues el eslabón básico y primero de ese derecho, el cuerpo de la mujer, está siendo alegremente violado por el putero.
¿Qué? ¿os hace gracia? Pues no debería hacérosla: si se pide la legalización por el bien de las prostitutas hay que ser coherente y arrostrar las consecuencias.
¿O acaso este argumento “caritativo” solo sirve para manipular las fibras sensibles de quienes nunca se han parado a pensar fríamente lo que de verdad supone ser prostituida?


http://tribunafeminista.org/2016/11/almas-sensibles-pidiendo-caridad-para-con-las-prostitutas/





lunes, 14 de noviembre de 2016

Regulación del negocio sexual




REGULACIÓN DEL NEGOCIO SEXUAL

Prostitutas con síndrome de guerra
Las mujeres que se prostituyen pueden sufrir patologías similares a las de un soldado que ha entrado en combate
MARICEL CHAVARRÍA - 04/02/2006 - Barcelona



Prostituirse es comparable, a efectos psicológicos, a entrar en combate contra tropas enemigas. Las personas que ejercen la prostitución sufren un índice de estrés postraumático igual o superior al que registran los soldados que han estado en la guerra. "El solo hecho de dejar que un desconocido penetre en tu cuerpo causa un estrés importante; si a eso se añade la experiencia de haber sido maltratada o insultada en este contexto, las posibilidades de reproducir muchas de esas sensaciones de pánico y sobresalto cada vez que la prostituta se encuentra con un nuevo cliente son muy elevadas", indica Consuelo Barea, médico y psicoterapeuta, especialista en el maltrato psicológico de la mujer.

El periódico danés Urban recogía recientemente una opinión similar de la psicóloga Birgitte Lieberkind. Según esta especialista en mujeres que tratan de salir de la prostitución, el mero hecho de no saber si el cliente será violento ya supone gran estrés. Estudios internacionales demuestran que dos tercios de las prostitutas de calle sufren PTSD (siglas en inglés del desorden por estrés postraumático) y la mayoría, problemas derivados de esa explotación: sólo se libran de una enfermedad de transmisión sexual un 15%, y prevalece el carcinoma de cuello uterino.

"Hay una gran hipocresía al abordar el tema sanitario en la regulación de la prostitución - dice Barea-: cuando un sanitario detecta una enfermedad de transmisión sexual hay que avisar a los posibles contagiados, pero, ¿se hará con los clientes de las prostitutas? Dicen que se las tratará de las secuelas psicológicas, pero será difícil solventar su pánico en cada acto de su oficio, pues conlleva una violencia sexista brutal; es increíble lo que tragan esas mujeres".

El estrés postraumático puede aparecer tras experiencias de guerra, torturas, desastres, accidentes, ataques terroristas o la pérdida de un ser querido. Cuando una prostituta ha sufrido una o dos situaciones de maltrato puede sufrir el trastorno: tener flashbacks, revivir la pesadilla. Otros síntomas incluyen la dificultad de concentración y la irritabilidad. Además, las prostitutas comparten el síndrome de Estocolmo con las mujeres maltratadas, los niños abusados, los soldados en manos de tropas enemigas y quienes han estado en campos de concentración.

"Para que se dé el síndrome deben producirse las cuatro a: una amenaza, alguna amabilidad, el aislamiento y el aprendizaje de que no hay escape del terror", explica Barea, autora de Manual para mujeres maltratadas que quieren dejar de serlo."La mayoría de las prostitutas se inician con métodos violentos por parte de su chulo y muchas han sido víctimas de abusos en su infancia, casi siempre por parte de un familiar", dice Barea.



El consumidor de prostitución no sólo busca sexo, también dominio, abuso de poder... incluso las escasas prostitutas vocacionales acaban en una casa de reposo si siguen unos cuantos años en la profesión, asegura Barea:
"Sacarlas de la calle no es la solución, a juzgar por experiencias de países con sistema reglamentarista: sigue habiendo igual o mayor maltrato y se fomenta el tráfico. En Alemania se espera que lleven 40.000 mujeres para cubrir las necesidades sexuales durante el Mundial de fútbol; no puede extrañarnos que los hombres de nuestra sociedad consideren a la mujer un bien de consumo. En ese país una mujer perdió el paro por no aceptar un trabajo de camarera que implicaba prostituirse". En Alemania se la considera una actividad laboral y toda menor de 55 años que lleve más de un año en paro está obligada a aceptar cualquier trabajo...

"La prostitución no es una profesión ni un oficio, es la última esclavitud que queda en Occidente", afirma la psicóloga y ex profesora de Psicología Diferencial Victòria Sau. "Su principal problema es la dependencia: el cliente paga, es amo de la situación; la prostituta ni siquiera es capaz de pensarse, su autoestima es inexistente. Y es maltratada por partida doble, pues cuando aparece asesinada no lo llamamos violencia sexista".