Las secuelas psicológicas para el bebé en la gestación subrogada
Ibone Olza
02 DE JULIO DE 2020 · 12:11
Desde el punto de vista del
recién nacido es una agresión injustificable éticamente. Es previsible que
sufra secuelas psíquicas y dificultades con los vínculos afectivos.
La gestación subrogada parece
estar de moda. Es una nueva alternativa a la maternidad/paternidad que supone
que el bebé es gestado por una mujer que no lo va a criar y que, a cambio,
recibe un ingreso económico.
Más allá de los sentimientos de
los padres y de la ética del "negocio", no podemos pasar por alto
todo lo que implica para el recién nacido, los riesgos y los graves efectos
psicológicos.
MATERNIDAD SUBROGADA: CÓMO AFECTA
A LOS BEBÉS
Tabula rasa. La idea de que los
recién nacidos son como una tabla de cera en la que todo está por escribir es
muy antigua, ya lo pensó Aristóteles. De hecho, durante siglos los científicos
de la época, es decir, los filósofos, debatían al respecto de si al nacer el
ser humano posee algún tipo de conocimiento o no.
El tema se zanjó definitivamente
en el siglo XX con el desarrollo de la tecnología que permitió comprender el
desarrollo embriológico y ver las reacciones de los bebés a diferentes
estímulos desde momentos muy tempranos del embarazo.
Ahora sabemos que hay respuesta a
la sensación dolorosa desde la semana 25 del embarazo, respuesta visual y
preferencia por caras humanas desde la semana 26 y capacidad auditiva similar,
y respuesta olfativa clara desde la semana 29.
¿CÓMO INFLUYE EN EL BEBÉ LO QUE
SIENTE SU MADRE EN EL EMBARAZO?
Los bebés en el útero perciben su
ambiente y les afecta, enormemente, todo lo que vive y siente la madre.
Los estudios además han
confirmado lo que se llama “teoría de programación fetal”, es decir, que
durante algunos momentos del embarazo hay sistemas biológicos del bebé que
quedan “programados” para dar una respuesta de por vida a un tipo de ambiente
externo.
La construcción de la psique
comienza en el embarazo, con el vínculo prenatal, y el neurodesarrollo del bebé
está muy condicionado por el estado emocional de la madre, más aún si consume
alcohol, tabaco u otros tóxicos.
Todos estos estudios e
investigaciones confirman efectivamente que lo que se vive en el útero deja una
huella que durará de por vida y que en muchos aspectos condicionará la salud
física y emocional. Es decir, que el bebé y su cuerpo recuerdan la vida
intrauterina.
¿Y QUÉ PASA SI LO SEPARAN DE SU
MADRE?
Lo mismo podemos decir del
nacimiento: cada vez es mayor la evidencia que demuestra como ese viaje que
supone salir del vientre materno queda profundamente grabado en la psique y en
el cuerpo.
Toda una serie de mecanismos
neurohormonales hacen que nada más nacer los bebés esperen encontrarse con su
madre, reconocerla, olerla, mirarla a los ojos, e idealmente, iniciar la
lactancia.
Condiciona en muchos aspectos su
desarrollo cerebral lo que vive en el embarazo, en el parto y en los primeros
días. Deja una huella muy importante en su vida psíquica. Por todo ello, cuando
hablamos de gestación subrogada, es imprescindible ponernos en la piel del bebé
y hacernos las siguientes preguntas:
¿Cómo le afecta al bebé lo que
viva y sienta la gestante?
¿Cómo le afectará ser separado de
su madre nada más nacer y despedirse de ella definitivamente?
El bebé gestado por subrogación,
al igual que todos los de nuestra especie, espera encontrarse al nacer con la
mujer que le ha gestado y que para él es su única madre. Espera ser amado y
criado por ella.
LA HERIDA PRIMAL: EL TRAUMA DE LA
SEPARACIÓN
Ser separado de la madre nada más
nacer y probablemente no volverla a ver suponen un trauma y una pérdida
enormes: equivalentes a que su madre muera en el parto.
“Lo peor que le puede pasar a un
recién nacido es que le separen de su madre”
Esta frase del neonatólogo Nils
Bergman, investigador referente a nivel mundial, sintetiza muy bien toda la
evidencia científica actual que demuestra lo doloroso que es para los bebés ser
separados de su madre nada más nacer.
Las consecuencias son más dañinas
y las secuelas más graves, obviamente, cuanto más prolongada es la separación.
Precisamente por toda esa evidencia, sólo situaciones de cierta gravedad médica
justifican esa separación inmediata.
Es lo que llamamos la herida
primal. Muchos de los niños que han sido adoptados sufrieron esas separaciones
tempranas y traumáticas de la madre lo que a veces favorece trastornos del
vínculo o alteraciones muy graves de la conducta en la infancia o adolescencia
que pueden ser muy difíciles de tratar: suelen ser precisos años de terapias.
ADOPCIÓN VS SUBROGACIÓN
Hay una mayoría de niños
adoptados que crecen saludablemente y sin secuelas del abandono inicial, pero
también hay una minoría que sí tiene dificultades muy severas y graves
trastornos de conducta, independientemente de cuánto les quieran y cuiden sus
familias adoptivas.
Pero la adopción y la subrogación
son dos situaciones muy diferentes. El abandono o rechazo que precede al
proceso de adopción, es decir, que una madre (¡y un padre!) abandonen o no se
hagan cargo de su bebé, es algo que, al hijo-a “le pasa”. Por el contrario, que
alguien decida gestar un bebé en el vientre de una madre de la que le separarán
nada más nacer es algo que “le hacen”.
En el primer caso, adopción, la
familia adoptiva repara ese daño aceptando y queriendo al bebé.
En el segundo, subrogación, es la
propia familia la que decide hacer pasar al bebé por ese embarazo y parto con
separación posterior negando el daño que todo eso puede causar, poniendo por
encima su presunto derecho a ser padres.
Al bebé le afectará enormemente
cómo viva psicológicamente la gestante el embarazo. Es difícil imaginar lo que
pueda vivir un bebé gestado por una mujer que lo hace por su situación de
pobreza.
Incluso en los casos de gestación
“altruista” como Canadá hay gestantes que expresan “disfruté mucho del
embarazo, pero nunca sentí una conexión maternal”. ¿Quién puede pensar que eso
no afecta al desarrollo del bebé?
MUCHO MÁS QUE PERDER UNA MADRE
La gestación subrogada supone
infringir una herida psíquica enorme a un recién nacido: separarle de la madre
que lo gestó, y mantener la separación.
Además, se programa el parto o se
realiza una cesárea en la mayoría de los casos, para favorecer que estén
presentes los padres que han “contratado” la subrogación.
El bebé no se va a beneficiar de
un parto espontáneo, no va a tener piel con piel con la madre, no va ser a
amamantado…Supone toda una suma de pérdidas con muchos riesgos y posibles
efectos adversos en la salud a muy largo plazo.
La memoria corporal no se podrá
borrar, las sensaciones del embarazo y la ausencia de esa madre que le gestó
perdurará de por vida
Desde el punto de vista del
recién nacido la subrogación no solo es una agresión injustificable éticamente,
además, es arriesgado y previsible que algunos de estos bebés puedan sufrir
secuelas psíquicas y dificultades para los vínculos afectivos el resto de sus
vidas.
https://www.cuerpomente.com/psicologia/hijos/secuelas-psicologicas-bebe-gestacion-subrogada_1145
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