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sábado, 8 de febrero de 2025

Sueños y vasijas

 

«Sueños y vasijas»

Por Feminismo -30/01/20250

 

Foto de Ecuador Etxea

Por Las Criadas

 


Hace unos días, June Fernández (activista querer) presentó la edición de su libro en castellano “Sueños y Vasijas” en Radio Euskadi https://t.co/sxiQSMwulO

 

La autora se pregunta “¿habrá alguna fórmula que permita defender los  derechos de las mujeres y de los niños, respetar la autonomía corporal y que no implique criminalizar a las familias? “ la respuesta es muy sencilla: NO.

 

Nada es más opuesto al avance de una sociedad que tratar a bebés como mercancía y sus vulnerables madres como subhumanas sin derechos para que algunas y algunos cumplan sus deseos. Nunca es ÉTICA ni puede ser “praxis correcta”. Como bien dice @Omnia_Somnia , Berta O. Garcia, presidenta de CIAMs en España (federación internacional de 50 organizaciones feministas y de DDHH fundada en 2018) “se trata claramente de sacrificar a mujeres fértiles para dar satisfacción a meros deseos ajenos, mediante  la propaganda de romantizar los #VientresDeAlquiler con el doble disfraz de la lucha contra la infertilidad y el descenso de la natalidad global (nuevo modelo de familia según el consejero de @eajpnv Erkoreka). Este invento es capitalista y patriarcal. Nos enfrentamos a una industria económicamente potente  y con previsiones de más crecimiento que tiene recursos para comprar voluntades a nivel político y académico”.

 

La inmensa mayoría de las mujeres que son madres subrogadas necesitan dinero ( colonialismo extractivista) y también se da el caso de que algunas lo hagan por coacción emocional en el entorno familiar. En todos los países donde la #gestaciónsubrogada es legal se cometen abusos y violencia contra las mujeres, porque es algo intrínseco a esta práctica: ilegal, prohibida y contraria al orden público que no interesa más que a un puñado de explotadores.

 

LEGISLACIÓN

 

Dice la autora en la entrevista, que esta práctica se encuentra en un limbo legal. Además de afirmar «no estoy por la prohibición de la gestación por sustitución, porque prohibir lleva a la criminalización de las familias”. Parece que quiera obviar o invisibilizar que si los vientres de alquiler están prohibidos en España y en otros países, es porque violan derechos fundamentales de la infancia y las mujeres, tales como la venta de niños y la trata de mujeres. La realidad de que las mujeres tengan que cruzar fronteras en el proceso de vientre de alquiler, es la desigualdad económica y el neoliberalismo. Los países en los que se ha regulado se han detenido a redes de traficantes de mujeres con fines de explotación reproductiva.

 

No existe tal limbo, existe una #Instrucción 10 prevaricadora que permite comprar bebés en el extranjero y registrarlos en consulados españoles, validando sentencias judiciales extranjeras basados en contratos de #gestaciónsubrogada que en España son NULOS de pleno derecho, porque vulnera la Constitución y varias leyes de rango superior.

 

Algunos ejemplos:

 

1. Reconoce sentencias judiciales extranjeras en base a un contrato que en España es nulo, aún cuando la STS 5879/2024 deniega el reconocimiento de facto de dichas sentencias por ser contrarias al orden público: “No cabe el reconocimiento y ejecución solicitada porque subyace un fraude de ley que no puede quedar amparado por nuestro ordenamiento jurídico, ya que los demandantes iniciaron de forma consciente y querida un proceso para obtener un niño menor, mediante la suscripción de un contrato de #gestación subrogada que está prohibido en nuestro ordenamiento jurídico “

 

2. Considera técnica de reproducción asistida una práctica excluida como tal en la Ley 14/2006 de Técnicas de Reproducción Humana Asistida, dónde se contempla, además, la nulidad de estos contratos.

 

3.El Tribunal Supremo considera la #gestaciónsubrogada una forma de compraventa de menores y los contratos contrarios a nuestro ordenamiento jurídico en sentencias de 2014, 2022 y 2024.

 

4. Su publicidad está prohibida por ley orgánica 1/2023, considerando también a ésta como una forma grave de  violencia sobre  la mujer.

 

5. El art. 221 del código penal establece en su apartado primero: los que, mediando compensación económica, entreguen a otra persona un hijo, descendiente o cualquier menor aunque no concurra relación de filiación o parentesco (agencias),eludiendo los procedimientos legales de la guarda, acogimiento o adopción, con la finalidad de establecer una relación análoga a la de filiación, serán castigados con las penas de prisión de 1 a 5 años y de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de la patria potestad, tutela, curatela o guarda por tiempo de 4 a 10 años”. Y en su apartado segundo “con la misma pena serán castigados la persona que lo reciba y el intermediario, AUNQUE LA ENTREGA DEL MENOR SE HUBIESE EFECTUADO EN PAÍS EXTRANJERO”.

 

6. Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía:

 

Artículo 2: a) Por venta de niños se entiende todo acto o transacción en virtud del cual un niño es transferido por una persona o grupo de personas a otra a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución

 

7. Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional: por trata de personas se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.

 

Quizás a la autora, ya que imparte cursos , le gustaría incluir en ellos esta Guía realizada por @StopSubrogacion para las aulas:

 

https://culturayciencia.org/stop-violencia-sexual/wp-content/uploads/2025/01/Guia-didactica-para-el-abordaje-de-la-violencia-reproductiva-en-el-aula-ver-01_compressed.pdf

 

POSICIONAMIENTO

 

“Demasiado feminista para aplaudir dentro, demasiado posmoderna para gritar fuera” dice la autora respecto a su asistencia al I Congreso De Mujeres y Gestación por Sustitución ( Bilbao Julio 2023) . Sin sorpresas, decidió entrar. No se puede estar en misa y repicando.

 

June no está por la prohibición de esta práctica violenta «porque es una realidad» y es legal en las grandes potencias mundiales (EEUU, Israel, Rusia…), alineándose claramente con los que están a favor y la llevan a cabo «porque los niños ya están aquí». Lo que llevaría a sostener el esclavismo en Mauritania porque es una tradición, a la OTAN porque las bases ya están aquí, la trata de mujeres con fines de explotación sexual en Alemania porque allí la prostitución es legal, o el trabajo infantil porque también es una realidad. (Cita de Berta O. Garcia)

 

Fuente:

https://elcomun.es/2025/01/30/suenos-y-vasijas/

 

lunes, 31 de mayo de 2021

Los principios de la bioética y los vientres de alquiler

Los principios de la bioética y los vientres de alquiler

22/11/2020

AUTORA  Vanesa Rodriguez Vilas

 

Cuando hablamos de vientres de alquiler es habitual escuchar que son una técnica de reproducción asistida o un tratamiento para la infertilidad. Las feministas tenemos claro y hemos argumentado que no lo es, pero me gustaría añadir por qué para las ciencias de la salud tampoco. Básicamente, porque existen unos principios éticos que hacen que los vientres de alquiler no puedan ser considerados un tratamiento. Uy, ¿unos principios de qué? A continuación, intentaré hacer un brevísimo resumen del origen de la bioética y de estos principios (estáis a tiempo de hacer unas palomitas para acompañarme).

 

La bioética nace en el siglo XX para dar respuesta a los conflictos que surgían entre el avance de la biotecnología y los principios morales. Supone un debate entre la medicina, la filosofía y la ética para responder si todo lo técnicamente posible es éticamente aceptable. Aunque la bioética no es exclusiva de la medicina, en occidente nace y se desarrolla en el ámbito de las ciencias de la salud, muy ligada al ámbito de la medicina, la enfermería, la farmacia, la biología…

 

En 1974 se crea la Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica del Comportamiento para identificar cuáles eran los principios éticos que deberían cumplirse en la investigación con seres humanos. En 1978, los comisionados publican el «Informe Belmont», en el que distinguen tres principios éticos: respeto por las personas, beneficencia y justicia. En 1979, Tom L. Beauchamp y James F. Childress publican su famoso libro Principios de ética biomédica, donde reformulan estos principios para ser aplicados a la ética asistencial.

 

En la actualidad, la bioética está presente en instituciones de salud mediante los comités de ética asistencial (sí, probablemente en ese hospital al que vas a hacerte una revisión anual hay uno) y los comités de ética de la investigación. El comité de ética asistencial es un órgano consultivo e interdisciplinar al servicio de los profesionales y usuarios de los centros sanitarios para la prevención o resolución de los conflictos éticos que pudieran generarse en el proceso de atención sanitaria. El comité ético de la investigación, tal como indica el Instituto de Salud Carlos III, “tiene como misión garantizar el respeto a la dignidad, integridad e identidad del ser humano en lo que se refiere a la investigación con humanos, con muestras biológicas o con datos de origen humano, así como promover un comportamiento ético en la investigación.”

 

Vaya, ¿hay una ética asistencial? Curioso que con la cantidad de profesionales de la salud que trabajan en este negocio, nadie haya mencionado estos principios, ¿verdad? Si todavía te quedan palomitas y has llegado hasta aquí me gustaría que continuaras leyendo un poco más.

 

Vamos a hipotetizar y a considerar que los vientres de alquiler son un tratamiento médico para la infertilidad, tal como defienden los surropapis y el lobby proxeneta reproductivo. A continuación hablaré del principio de la no maleficencia, de autonomía y de justicia desde el punto de vista de la mujer gestante. Creo que sería incluso más interesante ahondar en estos principios desde el punto de vista de las criaturas, pero lo dejaré para otras pensadoras.

 

El principio de no maleficencia cuya formulación clásica era primum non nocere, ha sido traducida como «en primer lugar, no hacer daño». Según este principio de la bioética, un profesional sanitario nunca debe causar más daño del que ya tenga el paciente; lo primero antes de mejorar una situación, es no generar un daño mayor. Algo muy simple que en la práctica médica diaria se traduce en sopesar riesgos vs beneficios y que conlleva que una actuación no deberá realizarse si los riesgos no superan los beneficios. Ejemplo: si la pastilla del colesterol va a causarte más daño que beneficio, recetártela y recomendártela sería una mala praxis médica. En el caso de los vientres de alquiler, estamos sometiendo a una mujer sana a un tratamiento que no necesita para su propia salud (¿Qué riesgos vs beneficios hemos sopesado aquí?). Dividimos los beneficios de ser “padre/madre” y los riesgos del embarazo y parto en dos personas. Si a mí me duele la cabeza, el tratamiento me lo debo tomar yo, ya que soy la que tiene el problema. Lo mismo si no puedo llevar un embarazo a término. Imaginaos que yo tenga una hernia lumbar y la solución médica sea que se opere a una mujer sana de la India, ¿qué locura verdad?, pues es lo que se está haciendo con los vientres de alquiler. Asumimos que no tener hijos o hijas es una enfermedad, y la cura es poner en peligro la salud de una mujer y quitarle su criatura. ¿En serio? ¿Qué profesional de la medicina pone en peligro la salud de una mujer sana por los deseos de otras personas? Me imagino dos supuestos: el que se ha perdido las clases de bioética en la facultad o el que se está sacando una buena suma de dinero a costa de enfermar a mujeres sanas, y me decanto más por el segundo.

 

El principio de la autonomía es el derecho de los sujetos a decidir sobre su salud. La concreción más evidente de este principio es el consentimiento informado, ya sea verbal o escrito, necesario antes de cualquier intervención. En el caso de los vientres de alquiler, a las mujeres no se les da un consentimiento informado, se les da un contrato. Una de las características de la autonomía es que tiene que ser actualizada en la medida de lo posible. Por ejemplo, cualquier persona que haya hecho un preoperatorio y firmado un consentimiento puede negarse a la cirugía en la puerta de un quirófano sin ser sancionada por ello (ya que han firmado un consentimiento no un contrato, ojo). En el caso de los vientres de alquiler a las mujeres se les obliga a firmar un contrato que las priva de toda libertad y autonomía sobre su cuerpo. No hay opción a negarse ni a decidir sobre su propia salud, estas mujeres han firmado un contrato y su incumplimiento conlleva posibles represalias judiciales y sanciones económicas. Van a ser los compradores los que decidirán dónde vive, qué vacunas se pone, qué pruebas se hace, qué come, si se puede teñir el pelo, si puede tener relaciones sexuales, qué fármacos tomará y cómo, cuándo y dónde será el parto. La supuesta libertad se invoca para la firma del contrato, pero acto seguido queda anulada.

 


Para que exista autonomía, la persona tiene que conocer los riesgos vs beneficios de una práctica; en el caso de los vientres de alquiler, a las mujeres se les informa de los riesgos de un embarazo “normal”. En ningún momento se les informa de los riesgos que supone para su salud la hormonación extra a la que serán sometidas durante todo el proceso de embarazo y parto, como tampoco se les informa de los riesgos psicológicos derivados de vivir un embarazo disociado ni del acto “voluntario” de entrega de a su bebé a los que han pagado para su existencia.

 

El principio de justicia supone la equidad en la distribución de cargas y beneficios. Por lo tanto, ¿a que no sería ético investigar un fármaco con personas de África para luego comercializarlo en Europa? De la misma forma que no sería ético probar un fármaco en niños huérfanos que no van a beneficiarse de los resultados. Las ciencias de la salud necesitan trabajar continuamente con estos principios para que no se repitan errores del pasado. En el caso de los vientres de alquiler, las cargas las sufren mujeres desfavorecidas en situaciones de necesidad y siempre en desigualdad con los contratantes.

 

El lobby del alquiler de vientres y mercado de bebés junto con toda la industria tecnorreproductiva está presionando a la OMS (Organización Mundial de la Salud) para que considere que cualquier motivo que nos impida reproducirnos sea considerado una enfermedad. Como ejemplo, tenemos al señoro David Adamson, experto en fertilidad y miembro de la OMS, que dice: “La definición de infertilidad está ahora escrita de modo que incluye los derechos de todos los individuos para tener una familia, incluyendo a hombres solteros, mujeres solteras, hombre gay y mujer gay. Traza una línea para dejar claro que un individuo tiene el derecho de reproducirse tenga o no un compañero sexual. Es un cambio enorme”.

 

Veamos los pasos: primero, consideramos una enfermedad el no poder tener hijos/as (ya sea por soltería, pareja del mismo sexo, etc), segundo, decimos que tenemos derecho a reproducirnos y, tercero, consideramos los vientres de alquiler una técnica de reproducción asistida. De esta forma podemos deshumanizar el embarazo y el parto diciendo que son una técnica, convirtiéndolo además en la cura para una supuesta enfermedad que se han inventado e intentarán que la OMS reconozca como tal. Ya veis que con dinero y poder hasta la explotación reproductiva y el tráfico de criaturas se puede edulcorar en pleno siglo XXI. Pero que no se olviden de las mujeres, de la fuerza que tenemos, de que no nos creemos el cuento, y de que vamos a luchar por nosotras, por nuestras hermanas y por las criaturas convertidas en moneda de cambio. Y no, señoros, nuestra lucha no es altruista, porque a cambio queremos un mundo sin explotación reproductiva ni tráfico de criaturas.

Fuente

https://tribunafeminista.elplural.com/2020/11/los-principios-de-la-bioetica-y-los-vientres-de-alquiler




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Las secuelas psicológicas para el bebé en la gestación subrogada

Las secuelas psicológicas para el bebé en la gestación subrogada

Ibone Olza

02 DE JULIO DE 2020 · 12:11

 

Desde el punto de vista del recién nacido es una agresión injustificable éticamente. Es previsible que sufra secuelas psíquicas y dificultades con los vínculos afectivos.

 

La gestación subrogada parece estar de moda. Es una nueva alternativa a la maternidad/paternidad que supone que el bebé es gestado por una mujer que no lo va a criar y que, a cambio, recibe un ingreso económico.

 

Más allá de los sentimientos de los padres y de la ética del "negocio", no podemos pasar por alto todo lo que implica para el recién nacido, los riesgos y los graves efectos psicológicos.

 

MATERNIDAD SUBROGADA: CÓMO AFECTA A LOS BEBÉS

Tabula rasa. La idea de que los recién nacidos son como una tabla de cera en la que todo está por escribir es muy antigua, ya lo pensó Aristóteles. De hecho, durante siglos los científicos de la época, es decir, los filósofos, debatían al respecto de si al nacer el ser humano posee algún tipo de conocimiento o no.

 

El tema se zanjó definitivamente en el siglo XX con el desarrollo de la tecnología que permitió comprender el desarrollo embriológico y ver las reacciones de los bebés a diferentes estímulos desde momentos muy tempranos del embarazo.

 

Ahora sabemos que hay respuesta a la sensación dolorosa desde la semana 25 del embarazo, respuesta visual y preferencia por caras humanas desde la semana 26 y capacidad auditiva similar, y respuesta olfativa clara desde la semana 29.

 

¿CÓMO INFLUYE EN EL BEBÉ LO QUE SIENTE SU MADRE EN EL EMBARAZO?

Los bebés en el útero perciben su ambiente y les afecta, enormemente, todo lo que vive y siente la madre.

 

Los estudios además han confirmado lo que se llama “teoría de programación fetal”, es decir, que durante algunos momentos del embarazo hay sistemas biológicos del bebé que quedan “programados” para dar una respuesta de por vida a un tipo de ambiente externo.

 

La construcción de la psique comienza en el embarazo, con el vínculo prenatal, y el neurodesarrollo del bebé está muy condicionado por el estado emocional de la madre, más aún si consume alcohol, tabaco u otros tóxicos.

 

Todos estos estudios e investigaciones confirman efectivamente que lo que se vive en el útero deja una huella que durará de por vida y que en muchos aspectos condicionará la salud física y emocional. Es decir, que el bebé y su cuerpo recuerdan la vida intrauterina.

 


¿Y QUÉ PASA SI LO SEPARAN DE SU MADRE?

Lo mismo podemos decir del nacimiento: cada vez es mayor la evidencia que demuestra como ese viaje que supone salir del vientre materno queda profundamente grabado en la psique y en el cuerpo.

 

Toda una serie de mecanismos neurohormonales hacen que nada más nacer los bebés esperen encontrarse con su madre, reconocerla, olerla, mirarla a los ojos, e idealmente, iniciar la lactancia.

 

Condiciona en muchos aspectos su desarrollo cerebral lo que vive en el embarazo, en el parto y en los primeros días. Deja una huella muy importante en su vida psíquica. Por todo ello, cuando hablamos de gestación subrogada, es imprescindible ponernos en la piel del bebé y hacernos las siguientes preguntas:

 

¿Cómo le afecta al bebé lo que viva y sienta la gestante?

¿Cómo le afectará ser separado de su madre nada más nacer y despedirse de ella definitivamente?

El bebé gestado por subrogación, al igual que todos los de nuestra especie, espera encontrarse al nacer con la mujer que le ha gestado y que para él es su única madre. Espera ser amado y criado por ella.

 

LA HERIDA PRIMAL: EL TRAUMA DE LA SEPARACIÓN

Ser separado de la madre nada más nacer y probablemente no volverla a ver suponen un trauma y una pérdida enormes: equivalentes a que su madre muera en el parto.

 

“Lo peor que le puede pasar a un recién nacido es que le separen de su madre”

 

Esta frase del neonatólogo Nils Bergman, investigador referente a nivel mundial, sintetiza muy bien toda la evidencia científica actual que demuestra lo doloroso que es para los bebés ser separados de su madre nada más nacer.

 

Las consecuencias son más dañinas y las secuelas más graves, obviamente, cuanto más prolongada es la separación. Precisamente por toda esa evidencia, sólo situaciones de cierta gravedad médica justifican esa separación inmediata.

 

Es lo que llamamos la herida primal. Muchos de los niños que han sido adoptados sufrieron esas separaciones tempranas y traumáticas de la madre lo que a veces favorece trastornos del vínculo o alteraciones muy graves de la conducta en la infancia o adolescencia que pueden ser muy difíciles de tratar: suelen ser precisos años de terapias.

 

ADOPCIÓN VS SUBROGACIÓN

Hay una mayoría de niños adoptados que crecen saludablemente y sin secuelas del abandono inicial, pero también hay una minoría que sí tiene dificultades muy severas y graves trastornos de conducta, independientemente de cuánto les quieran y cuiden sus familias adoptivas.

 

Pero la adopción y la subrogación son dos situaciones muy diferentes. El abandono o rechazo que precede al proceso de adopción, es decir, que una madre (¡y un padre!) abandonen o no se hagan cargo de su bebé, es algo que, al hijo-a “le pasa”. Por el contrario, que alguien decida gestar un bebé en el vientre de una madre de la que le separarán nada más nacer es algo que “le hacen”.

 

En el primer caso, adopción, la familia adoptiva repara ese daño aceptando y queriendo al bebé.

 

En el segundo, subrogación, es la propia familia la que decide hacer pasar al bebé por ese embarazo y parto con separación posterior negando el daño que todo eso puede causar, poniendo por encima su presunto derecho a ser padres.

 

Al bebé le afectará enormemente cómo viva psicológicamente la gestante el embarazo. Es difícil imaginar lo que pueda vivir un bebé gestado por una mujer que lo hace por su situación de pobreza.

 

Incluso en los casos de gestación “altruista” como Canadá hay gestantes que expresan “disfruté mucho del embarazo, pero nunca sentí una conexión maternal”. ¿Quién puede pensar que eso no afecta al desarrollo del bebé?

 

MUCHO MÁS QUE PERDER UNA MADRE

La gestación subrogada supone infringir una herida psíquica enorme a un recién nacido: separarle de la madre que lo gestó, y mantener la separación.

 

Además, se programa el parto o se realiza una cesárea en la mayoría de los casos, para favorecer que estén presentes los padres que han “contratado” la subrogación.

 

El bebé no se va a beneficiar de un parto espontáneo, no va a tener piel con piel con la madre, no va ser a amamantado…Supone toda una suma de pérdidas con muchos riesgos y posibles efectos adversos en la salud a muy largo plazo.

 

La memoria corporal no se podrá borrar, las sensaciones del embarazo y la ausencia de esa madre que le gestó perdurará de por vida

 

Desde el punto de vista del recién nacido la subrogación no solo es una agresión injustificable éticamente, además, es arriesgado y previsible que algunos de estos bebés puedan sufrir secuelas psíquicas y dificultades para los vínculos afectivos el resto de sus vidas.

 Fuente

https://www.cuerpomente.com/psicologia/hijos/secuelas-psicologicas-bebe-gestacion-subrogada_1145





sábado, 1 de febrero de 2020

Gestación subrogada: la legalización del modelo liberal de la trata de seres humanos


Gestación subrogada: la legalización del modelo liberal de la trata de seres humanos
Los vientres de alquiler son un ejemplo más de la mercantilización del cuerpo de la mujer, al mismo nivel que la prostitución o la trata de blancas
Por José Antonio Gómez -  08/03/2019

El concepto de la gestación subrogada es  antitético con los principios fundamentales de  la izquierda,
del feminismo, de la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres y del respeto a los derechos humanos. El cuerpo de un ser humano no puede monetizarse porque nos encontramos ante un caso flagrante de trata de personas o una tipología encubierta de esclavitud.

No se trata de criminalizar a quienes acuden a este método de concepción, sino el propio concepto. Pagar por utilizar el cuerpo de una mujer es un nuevo tipo de prostitución. Tan aberrante es ésta como aquélla. El cuerpo de la mujer no tiene precio, sea para lo que sea, sea para conseguir favores sexuales, sea para concebir a un hijo.



Desde sectores favorables a la legalización se intenta confundir a la sociedad con argumentos adulterados y fuera de la realidad. Por ejemplo, se habla del derecho a ser padres. No, no existe tal derecho. Se tiene derecho a la vida, se tiene derecho a la salud, pero tener progenie no es un derecho, es un deseo personal. Mercantilizar el cuerpo de la mujer por satisfacer un deseo es algo bastardo y, sobre todo, se trata de un nuevo tipo de violencia que se quiere vender envuelto con el caramelo de la bondad.

Por otro lado, algunos de los que defienden la maternidad subrogada afirman que lo hacen por «respeto a la libertad de la mujer», cosa que es imposible porque alquilar el cuerpo femenino no es, precisamente, un modo de respetar esa libertad, más bien se trata de atacarla. Con ese mismo argumento estaríamos defendiendo la prostitución o la trata de mujeres.

El propio concepto de gestación subrogada es un modo de limitar la libertad a decidir sobre su propio embarazo. Hay un contrato que está obligada a cumplir, independientemente de las secuelas que le pueda producir. Si se defiende el derecho de la mujer a decidir sobre un embarazo no se la puede obligar a cumplir con un contrato que limita dicha libertad.

La gestación subrogada supone un control sexual de la mujer, al mismo nivel que los matrimonios concertados o la compra por dote. Eso no es libertad, más bien es esclavizar durante 9 meses por cumplir un contrato que está obligada a respetar. Ese mismo control sexual se aplica en las sociedades occidentales en los países en los que está prohibido el aborto o el uso de anticonceptivos, además de que el propio concepto se asemeja al de la prostitución.

Los defensores de los vientres de alquiler afirman que se trata de una técnica de reproducción, cosa que es falsa ya que el cuerpo de la mujer no se puede catalogar como un tubo de ensayo en un laboratorio. Hablamos de seres humanos a los que se confiere la categoría de producto por el mero hecho de que haya personas que tengan el deseo de tener progenie.

Aquellos que defienden la existencia y la legalización de la gestación subrogada siempre ponen por delante el altruismo de las mujeres que se ofrecen para concebir a un hijo que será de otros. Ya es una contradicción en sí misma puesto que recibir una compensación económica elimina ese concepto. Por otro lado, también argumentan que esas mujeres se presentan voluntarias, que nadie las fuerza. Eso se da en pocos casos. Mercantilizar el cuerpo de la mujer lleva a que unas pocas excepciones de voluntariedad se transformen en redes de tráfico de úteros similares a las de órganos, las de drogas o las de personas.

Rivera y Ciudadanos: defensores de la mercantilización femenina

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha declaró que «Hay algunos que quieren ser padres, no abuelos, y no pueden esperar más de 10 años para adoptar». Unas palabras por las que defendía la regularización legal de la maternidad subrogada en España.  Ciudadanos es un partido de ideología liberal, es decir, que defiende el libre mercado, lo que implica que cualquier cosa es susceptible de convertirse en negocio. Incluso la vida humana.

El proyecto sobre vientres de alquiler del partido de Rivera permitirá la solicitud para ser padres los ciudadanos españoles o extranjeros residentes en España. Las mujeres gestantes tendrán que ser mayores de 25 años y no recibirán ningún tipo de remuneración.

Hay que ser claros en este asunto, no hay que quedarse en medias palabras o interpretaciones sesgadas. O se está a favor del respeto a los derechos de la mujer y a los derechos humanos o se está a favor de la mercantilización del cuerpo de las mujeres y de la compra de seres humanos. Albert Rivera y muchos otros están a favor de regular una actividad similar a la esclavitud que fue abolida en España en el año 1870, porque, por mucho que se quiera asegurar que las mujeres gestantes no recibirán remuneración alguna, el hecho de utilizar el cuerpo de una mujer para concebir un hijo destinado a otra pareja es, además de cruel, un modo de esclavitud.

Las propuestas de Rivera y de los dirigentes de su partido en referencia a esta problemática son un manifiesto de quienes defienden que se pueda contratar a una mujer para quedarse embarazada y tener un hijo que luego no será suyo porque ya ha habido alguien que ha redactado un contrato que se lo impide. No se puede ser más cruel: pagar por separar a una madre de su hijo. Los argumentos de los defensores de la maternidad subrogada dicen que es el único medio por el que las parejas o matrimonios españoles pueden acceder a la progenie porque los canales de adopción están prácticamente vedados debido a la ruptura de acuerdos internacionales o a las trabas que ponen ciertos países a, por ejemplo, permitir la adopción para las parejas gays.



Hay un concepto fundamental que inhabilita este argumento. Ser padres no es un derecho recogido por ninguna convención internacional ni por ninguna Constitución democrática. La paternidad/maternidad es una elección, un deseo. Es cierto que las elecciones personales pueden convertirse en derechos, tal y como ocurre con el derecho de la mujer a elegir sobre su maternidad. Pero esta elección se circunscribe al ámbito de la persona, no incluye a terceros ni, por supuesto, lleva consigo un acuerdo comercial.

Los defensores de los vientres de alquiler como Rivera enseguida ponen encima de la mesa un nombre: California. La realidad, sin embargo, demuestra que la gestación subrogada está creando redes de tráfico de vientres que no son tan idílicas. Hay países donde se han abierto centros, granjas, donde las mujeres son recluidas para quedarse embarazadas, una vez, y otra, y otra, y otra… mujeres que no tienen la libertad de elegir si quieren o no quieren ser madres, mujeres que son tratadas como verdaderas esclavas. La India es el mejor ejemplo de ello. De las mujeres que están recluidas ahí, mueren un 2% durante el embarazo o en el parto. Si esto ocurre, los padres que han comprado el cuerpo de un ser humano tienen derecho a elegir otro vientre. Una especie de indemnización. En estas granjas nos encontramos con que muchas de esas mujeres están casadas y que sus maridos dejan de trabajar porque tienen el negocio en el útero de su esposa. Esto es lo que defienden Rivera y todos aquellos que son favorables a la gestación subrogada.

Fuente
https://diario16.com/gestacion-subrogada-la-legalizacion-del-modelo-liberal-de-la-trata-de-seres-humanos/