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sábado, 25 de enero de 2020

Kajsa Ekis Ekman: “Los sindicatos de trabajadoras sexuales defienden los intereses del lobby proxeneta”


Kajsa Ekis Ekman: “Los sindicatos de trabajadoras sexuales defienden los intereses del lobby proxeneta”
Amelia Tiganus

Geoviolencia Sexual – 5 de septiembre de 2018

Llegar a la verdad requiere una implicación de nuestras emociones, no es solo una cuestión racional. Y cuando decimos a veces que “la verdad duele” es porque nos toca en lo profundo de nuestro ser. Puede que tenga que ver con lo que somos, con nuestro pasado, con lo que hacemos, con las marcas que nos han dejado los traumas, el desamor, la violencia sexual, el desamparo social. Tiene que ver con nuestra identidad de puta impuesta por el patriarcado.

¿Por qué es tan áspero y a veces hasta desagradable el debate entre nosotras sobre abolir o legalizar la prostitución? Creo que lo que nos duele es acariciar la herida profunda de la opresión. Seamos abolicionistas o pro-prostitución, las putas somos mujeres oprimidas. Y nuestra opresión aunque estemos enfrentadas en el discurso, es la misma. Nos hermana. Nos une.

Volviendo a la cuestión de la verdad: lo importante es profundizar en el debate y buscar todos los argumentos que estén a nuestro alcance para fundamentar nuestra posición abolicionista.

Es el camino que hemos emprendido en Feminicidio.net. Y en ese camino investigamos, consultamos, dialogamos y le pedimos opinión a voces expertas y estudiosas de la prostitución desde una perspectiva feminista. En esta ocasión le damos protagonismo a Kajsa Ekis Ekman (Estocolmo, 1980), periodista, escritora y activista incansable por la abolición de la prostitución. Un referente para el movimiento feminista global.
 
Kajsa Ekis Ekman


A raíz de la constitución en Catalunya de OTRAS, el sindicato de trabajadoras sexuales, contacté con Kajsa, a la que entrevisté por Skype.

En tu libro El ser y la mercancía: Prostitución, vientres de alquiler y disociación haces referencia a los sindicatos de trabajadoras sexuales. ¿Nos podrías contar cuales fueron las principales conclusiones de tu investigación sobre estos sindicatos?

En el debate sobre la prostitución se oía hablar mucho de los sindicatos de “trabajadoras sexuales” como un argumento a la hora de defender el “trabajo sexual”. Decían que no todo está bien en la industria pero que hay sindicatos que defienden los derechos y que apoyando a los sindicatos podríamos llegar a tener un mundo mejor. Por ello me dediqué durante dos años a viajar por toda Europa y a hacer una investigación acerca de quiénes son y qué hacen estos sindicatos. Tras ese periodo encontré cuatro tipos de grupos. Ninguno era un sindicato. Un sindicato es una organización fundada y financiada por sus miembros con la meta de defender sus intereses contra los empleadores. Pero la mayoría de estos supuestos sindicatos son lobistas -grupos que se organizan para conseguir la legalización de la prostitución-.

El primer tipo es el holandés, Rode Draad (Hilo Rojo), una organización que fue fundada y pagada por el gobierno holandés. Es muy interesante porque te puedes topar con ellos en cualquier seminario, en cualquier foro de prostitución, con representantes de un “sindicato” pero siempre son sociólogos o empleados del gobierno los que asisten en nombre del mismo. Preguntando sobre qué cambios han logrado desde el año de su fundación -1986-, me contestaron que han logrado dos cosas: por un lado que las personas prostituidas puedan abrir cuentas bancarias y por otro, que el Barrio Rojo de Ámsterdam no cierre durante la noche. Esto es muy curioso porque normalmente los sindicatos luchan para reducir la jornada laboral, no para aumentarla. Hoy en día Rode Draad ha cambiado de cara y se llama Proud pero está la misma gente detrás y ni siquiera ha cambiado de dirección postal.

El segundo tipo es el de los pequeños grupos lobistas integrados por personas que están en la prostitución, como es el caso de STRASS en Francia. Es cierto que las personas que conforman esta organización ejercen la prostitución pero predominan los hombres. Cuando yo los entrevisté el grupo estaba integrado por tres personas y dos de ellas eran hombres. La estrategia que tienen es que parezca que son miles y miles. Aquí hay que entender una cosa: a la mínima que conozcas el mundo de la prostitución sabes que nunca vas a tener un grupo de miles y miles de prostitutas visibles, ni siquiera de supervivientes. El mundo de la prostitución te devora, te provoca problemas y traumas; muy poca gente tiene la energía para organizarse políticamente. Siempre habrá una o dos liderando un grupo durante un par de años con mucha pasión y luego la mayoría se va a dedicar a otras cosas y a seguir con sus vidas fuera de ese ámbito. STRASS tiene poder de convocatoria y si hay alguna manifestación acude un montón de personas, la mayoría liberales o del movimiento queer. Por supuesto que tienen todo el derecho a manifestarse pero la realidad es que no luchan contra los proxenetas, ni los dueños de los burdeles ni nada de lo que haría un sindicato. Luchan contra las feministas y las supervivientes para tener el modelo holandés o neozelandés.

Hay un tercer tipo de grupo fundado directamente por proxenetas como el de Alejandra Gil, de NSWP en México, que fue condenada a 20 años de cárcel por trata; o el de Douglas Fox en Inglaterra, cuyo fundador es representante del Sindicato Internacional de Trabajadores Sexuales (IUSW), conocido proxeneta y dueño de varias agencias de escorts. Por un lado se lucra con la explotación sexual de las mujeres y por otro dirige el sindicato exigiendo que las leyes contra la trata no afecten los derechos de las “trabajadoras sexuales”.

El cuarto tipo son los sindicatos que ya existen como Confederación de Comisiones Obreras (CCOO) en España, que intentan crear una sección de afiliación para personas en prostitución. Casi nadie se ha afiliado a estos sindicatos y tampoco sus propuestas han generado cambios en la industria.

Conclusión: después de investigar a estos sindicatos no he descubierto ninguno que realmente funcione como tal.

¿Cuál es la estrategia de los proxenetas para camuflarse detrás de los sindicatos?

Hay proxenetas y proxenetas. Aquí estamos hablando de grandes proxenetas y no de unos que explotan a dos o tres mujeres en una esquina. Estamos hablando de proxenetas de nivel internacional, como por ejemplo en Australia, que cotizan en la bolsa y tienen varios clubs. En Holanda todos los dueños de puticlubs han formado una organización. En los años noventa se produjo un cambio importante y la prostitución sufrió una transformación. El proxeneta ya no era un tío medio delincuente, criminal, que estaba en la calle y ganaba dinero explotando a las mujeres y vendiendo drogas. Los clubes de striptease y los productores de pornografía se unieron al negocio de la prostitución: los grandes capitalistas entraron en juego y lo convirtieron en un mercado, entendieron que los cuerpos de las mujeres pueden generar muchísimo dinero y de allí el interés en expandir y viralizar esta actividad. Es justamente lo que pasó en Alemania y en Holanda. Es obvio que los proxenetas estaban detrás de la legislación. Ellos pueden tener -como en Hamburgo- una calle entera con puticlubs donde hay striptease y prostitución, y que eso sea legal. Es normal que estén detrás de los cambios que facilitan su actividad y aumentan sus ganancias. En Suecia, por ejemplo, es imposible que un capitalista pueda sacar dinero de la prostitución porque tendría que ir colocando números de teléfono en algún baño público disimulándolo como “masaje” y correría el riesgo de que viniese la policía en lugar del cliente.






¿Por qué crees que dos grandes capitalistas y filántropos occidentales como George Soros y Bill Gates hacen importantes donaciones en América Latina y Europa a ONG y asociaciones que están a favor de la legalización de la prostitución?

Es una pregunta interesante y para responderla quizás habría que meterse en sus mentes. Por ejemplo, Bill Gates entró masivamente en lo que es la industria de las ONG contra el VIH/SIDA. Lo primero que hizo fue entrar en la India e ir centro tras centro. Las organizaciones locales con las que él trabajaba, luchaban contra el sida distribuyendo condones a personas en situación de prostitución. No sé si él era consciente de eso. Haciendo esas grandes donaciones también dio un empujón al lobby proxeneta que usó ese dinero para difundir que la única manera de reducir el sida era legalizando la prostitución. Lo cierto es que el mensaje que se debería dar es justamente el contrario: la mejor manera de reducir el sida es con una política de abolición de la prostitución

Aquí en Catalunya en marzo de este año Open Society, la fundación de Soros, abrió una sede. Con su política de donaciones fortalece al proxenetismo global. Y acto seguido se inaugura un sindicato de “trabajadoras sexuales”. ¿Podría existir alguna alianza entre los proxenetas y los grandes capitalistas?

No creo que en el caso de Soros o Gates, a nivel personal persigan eso. No creo que quieran ganar más dinero con la prostitución porque hay industrias mucho más interesantes para ellos. En todo caso no solo son ellos los que financian el lobby proxeneta sino que es la Unión Europea, hasta el gobierno sueco lo hace. Mientras la sociedad sueca se ha puesto en contra de la prostitución y es el primer país que ha hecho una ley abolicionista muy eficaz, Suecia está dando mucho dinero a organizaciones de países del “tercer mundo” que presionan para legalizar la prostitución. Habría que investigar el mundo de todas las ONG porque normalmente se piensa que una ONG es algo bueno y no siempre es así ya que allí también hay intereses que van mucho más allá de los humanitarios. Tenemos a Amnistía Internacional como ejemplo.

Quizás son proxenetas los intereses de algunos Estados que pretenden o afirman querer alcanzar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y saben muy bien que eso representa invertir mucho dinero y esfuerzo para que sus ciudadanas tengan acceso a todos los derechos. Sobre todo en esos países empobrecidos, mal llamados del “tercer mundo”, es más rentable desde una perspectiva neoliberal invertir dinero en fomentar la desigualdad y convertir a las mujeres en mercancía. Como superviviente de prostitución y trata veo que existen ONG que simplemente se dedican a reproducir el sistema prostitucional. Se retroalimentan del sistema y hay muchísima gente que vive de este gran negocio que es la explotación sexual, más allá de los proxenetas. Creo que es lo que pasa con las ONG que no se declaran ni implementan prácticas y políticas abolicionistas.

Esto es muy interesante porque si lo ves de forma objetiva la verdad es que los países occidentales dan ese tipo de ayuda a los países pobres bajo la condición de que mantengan el mercado prostitucional para sus propios clientes. Como en Tailandia. Eso mismo pasa con las adopciones. Hay muchas ayudas a orfanatos bajo la condición de que salgan niños que puedan ser adoptados en Occidente. Damos dinero para biberones y lo que haga falta pero solo si dejan que los niños salgan para que sean adoptados en Europa y en Estados Unidos. Es lo mismo. Los cuerpos de las mujeres, las niñas y los niños de los países pobres tienen que ser accesibles para los consumidores del mundo occidental.

Aquí en el Estado español, organizaciones de prostitutas de Catalunya nos acusan a las organizaciones abolicionistas de estar en contra de ellas pero nosotras no vamos contra ellas sino contra los proxenetas y puteros. Sin embargo, nos preguntamos y te preguntamos: ¿Crees que el sindicato de trabajadoras sexuales de Catalunya forma parte de una estrategia del lobby proxeneta para que se legalice la prostitución en el Estado español?

Lo primero, todos podemos estar en contra o a favor de lo que sea porque tenemos el derecho a la libre expresión. Obviamente las personas que han sobrevivido a la prostitución tienen el derecho a contar sus historias y a ser escuchadas. Lo que ocurre ahora es que se ha roto el silencio que gobernaba durante siglos. Un hombre podía hacerle cualquier cosa a una mujer en prostitución y sabía que la verdad nunca iba a salir a la luz. Los hombres de mucho poder, los ricos, los empresarios, los casados, los padres de familia, los buenos, incluso algunos hombres que luchaban por los derechos de las mujeres… sabían que a una mujer en prostitución la podían violar, la podían golpear, la podían hasta matar y nadie iba a saber nunca nada porque ella se quedaba callada. La prostitución era una especie de tumba, lo que entraba ahí no salía. A partir de la aparición del movimiento de las supervivientes, los hombres ya no pueden contar con este silencio. Esta situación les da miedo y es obvio que hay muchos que quieren silenciar estas voces. Tantos hombres que saben que se acostaron con alguien que tenía 16 años y estaba en la calle borracha o drogada y en ese momento ella era una nadie pero 20 años después sale su libro, su biografía y ahí cuenta y a lo mejor hasta pone nombres y ahí está el casado, con hijos en una gran universidad y ahora sale la verdad. Se trata de la institución de la prostitución y eso está en peligro ahora mismo. El cliente está bajo la luz y eso es muy importante. Creo que es nuestro trabajo más importante, poner el foco en el comprador, en lo que ustedes llaman “el putero”. La ley penalizando la demanda es una parte, porque allí recibe una multa, tiene que dar explicaciones a la policía pero también las historias de las supervivientes los ponen en el centro de la cuestión. Cada vez que hay un debate entre mujeres abolicionistas y mujeres pro-prostitución, ahí se esconde el cliente otra vez detrás de una falda. Nuestro trabajo es sacarlo a la luz y mostrarlo ante el mundo.







¿Cómo consideras que debe actuar el movimiento abolicionista ante estas maniobras organizadas del proxenetismo global?

Ya sabemos que ha fracasado el modelo alemán y holandés, y hasta las autoridades en estos dos países han admitido que es un fracaso total. Por eso las y los pro-prostitución han cambiado de palabra, de la legalización han pasado a la descriminalización, que es básicamente lo mismo: garantizar a los hombres el derecho de comprar mujeres. Pero como Nueva Zelanda está demasiado lejos y allí no podemos ir todas a investigar, dicen que allí es el paraíso de la prostitución sin todos los problemas que hemos visto en Europa. Pero hasta las mujeres prostituidas ahí que creían en la descriminalización han cambiado de opinión, como Sabrinna Valisce.

Es muy importante también estudiar la implementación de la ley abolicionista como hicieron en Francia. Justamente contactaban con diputados en particular que pudieran estar a favor y trabajaron intensamente con esos diputados. Formaron redes muy amplias con personas que a lo mejor pensaban en otras cuestiones de manera diferente pero se unieron por esa causa tanto políticas y políticos de derecha como de izquierda, lo importante es que trabajaron juntos para sacar adelante la ley. Trabajemos con este criterio. Hay que formar grupos muy amplios de trabajo e insistir, insistir, insistir.

Y sobre todo no tener miedo. Lo importante es mantenernos firmes porque las personas pro-prostitución saben que tenemos razón. Comprendí eso cuando llegué a la conclusión de que si desaparece la prostitución nada malo va a pasar. La felicidad no desaparecerá del mundo, ni el sexo ni la libertad desaparecerán del mundo… Solo un montón de violencia, un montón de tristeza, desigualdad, mentiras, decepción y miedo. Me di cuenta de que realmente ellos estaban luchando por algo absurdo.

A nosotras en Feminicidio.net nos parece sospechoso que al mismo tiempo que crece y avanza el discurso “pro-derechos” y de legalización de la prostitución, el Estado español no implementa políticas de prevención del consumo, ni corta de raíz el proxenetismo. ¿Qué papel juegan la sociedad civil organizada y la ciudadanía común ante el riesgo de la legalización de los vientres de alquiler y la prostitución?

Yo creo que el movimiento feminista en España tiene un gran éxito. La huelga de mujeres, el debate sobre el feminicidio, los grupos contra vientres de alquiler… También vi que el año pasado El País eliminó la sección de anuncios de prostitución y eso es un paso adelante. Lo malo creo es que la izquierda en España no ha tomado una posición firme contra la mercantilización de las mujeres. Y eso me parece bastante preocupante porque vale que no sean feministas porque eso es lo típico pero que estén de acuerdo con la prostitución y los vientres de alquiler resulta incomprensible. La izquierda va en contra de la cosificación del ser humano y la explotación. Estar en contra de la venta de terrenos públicos o del agua del grifo y no estar en contra de la venta de mujeres no es coherente. El marxismo ve como consecuencia del capitalismo la reificación de nosotros mismos y la solución es quitar cosas del mercado, no de poner más cosas en el mercado… Es como si yo ahora pongo que vamos a comprar amigos y tú vas a ser mi amiga porque yo te pago y tú me vas a seguir en Instagram y hacer lo que te digo porque te pago. Podríamos proponer esto y no creo que la izquierda esté a favor de ello. Dirían que eso es comercializar la vida. ¿Y por qué con el sexo sí?

En tu libro cuando explicas que el cuerpo no es algo que nos pertenece como si fuera una propiedad ajena a nosotros mismos sino que somos cuerpo y en él existe una implicación del “Yo” entero respecto a la sexualidad. A mí me sorprende también el discurso de la izquierda que apoya la afirmación de la industria proxeneta de que lo que se vende en la prostitución es un servicio. Para mí sin duda alguna en la prostitución no se vende ningún servicio sino la misma existencia, el mismo “Yo” y toda tu humanidad, tus emociones, tu ser…

¡Claro! Porque es eso mismo lo que quiere el putero. Yo lo explico en el libro. Si fuera un servicio no le gustaría porque lo que quiere realmente es el ser, el “Yo”, el cuerpo y todo ello en una persona. Que esté allí y que diga: “Me gustas. Estoy disfrutando.” A algún pervertido puede que le guste estar con un ser inerte pero sino paga por el ser entero.

Cuando hablo del “putero majo”, que es el putero narcisista que busca que le digas lo bueno y maravilloso que es en todo, que busca sentirse superior y realmente necesita creer que él ayuda a las prostitutas dándoles dinero y tratándolas con supuesto cariño que se transforma en violencia a la mínima señal de no hacerle el juego. Hay mucha gente que no comprende cuando afirmo que ese tipo de putero es insoportable porque te obliga a estar allí en cuerpo, mente y alma y no te permite disociarte y escapar mentalmente el rato que estás con él. Los “puteros majos” quieren comprar aquello que ni las putas vendemos: las caricias, el cariño, la ternura, los abrazos sinceros, los besos de amor… Ellos lo quieren todo por un miserable billete. Y no les importa obligar a alguien a fingir cariño. Es mucho más difícil fingir cariño que fingir placer sexual. Una manera de torturar no solo el cuerpo y la mente, sino también el alma.

Claro, ellos lo que quieren es sentirse bien ellos. Porque no se quieren sentir como un miserable putero que compra mujeres tratadas. Lo que ellos quieren es que tú le hagas sentir bien no solo físicamente sino también mental y espiritualmente. Satisfacer esa demanda requiere mucho más esfuerzo por parte de la mujer prostituida.

¿Eres optimista o pesimista con relación al futuro? ¿No crees que estamos viviendo un rearme del patriarcado? ¿Consideras que el regulacionismo está ganando la batalla frente al abolicionismo?

Creo justamente lo contrario. En el año 1999 Suecia introdujo la ley contra la compra de sexo. Éramos los únicos y cuando fuimos al Parlamento Europeo y presentamos la ley ellos dijeron: “¿Realmente van a abolir la profesión más antigua del mundo?”. Y se pusieron a reír a carcajadas. Ahora ya no se ríen. Ahora nos han seguido Noruega, Islandia, Irlanda, Francia, Canadá también. Estamos ganado terreno y también el Parlamento Europeo demostró a través del Estudio Honeyball que el modelo nórdico es el más eficaz en combatir la trata. Y a nivel mundial se está hablando del putero, de la demanda. El sector regulacionista ha tenido su avance también a través de Amnistía Internacional por ejemplo. Pero nosotras estamos ganando terreno a largo plazo. ¿Quién hablaba del cliente como problema hace 100 años? ¿Quién lo hablaba hace 50 o 30 años? Y ahora mismo en Europa cualquier hombre que paga por tener sexo sabe que está haciendo algo malo. Aunque parezca que tu voz se hunde en el mar de voces del otro lado, una vez un hombre haya escuchado tu historia o la historia en primera persona de cualquier otra superviviente se le va a quedar y la próxima vez que lo haga le va a resonar esa voz, ese rostro. ¡Es tan importante eso!

Sí, realmente creo que es cierto porque varios puteros me han escrito para decirme que después de verme y escucharme se habían dado cuenta de que ellos eran lo que yo llamé “el putero majo” y de que eran unos miserables machistas y que nunca antes lo habían pensado así pero que ahora ya lo sabían y que nada volvería a ser igual que antes.

Sí, y también es muy importante que tu mensaje llegue a muchas mujeres que cada mañana se levantan y piensan “yo soy una mujer fuerte, yo no lloro, yo puedo soportar lo insoportable porque tengo dinero y no soy tan débil como las otras”. Pero cuando te escuchan, algo se abre en ellas que ya no se puede volver a cerrar.

Fuente
https://geoviolenciasexual.com/kajsa-ekis-ekman-lobby-proxeneta/






domingo, 12 de octubre de 2014

Prostitución, incompatible con una vida digna

http://www.revsexologiaysociedad.sld.cu/index.php/sexologiaysociedad/article/view/463/509

Prostitución, incompatible con una vida digna

Revista Sexología y Sociedad. 2014; 20(1)
ISSN 1682-0045
Versión electrónica
Prostitution and a dignified life are mutually exclusive
Lic. Kajsa Ekis Ekman
Periodista, activista y escritora; ha trabajado durante siete años en la lucha contra la prostitución en Suecia, al igual que a nivel internacional.
ekis@europe.com

RESUMEN
¿Por qué la prostitución es incompatible con la igualdad de género y la dignidad humana? La más eficaz y justa manera de combatirla es enfocarse en el cliente: el comprador de sexo, según el modelo sueco que ahora ha sido adoptado en Noruega, Islandia y Francia.
Palabras claves: prostitución, género, trauma, Suecia, legislación

ABSTRACT
Why is prostitution incompatible with gender equality and human dignity? The most efficient and fair way of fighting it is focusing on the client—the sex buyer—, according to the Swedish model which is now adopted in Norway, Island and France.
Key words: prostitution, gender, trauma, Sweden, legislation


 


La prostitución puede tener muchas formas. Puede ser muy directa, como la prostitución rutinaria de la calle: veinte pesos, pieza de hotel alquilada por hora, dinero entregado, penetración, próximo cliente. Puede ser muy sutil: una relación supuestamente amorosa, en la que el dinero se esconde tras regalos, viajes, perfumes, tragos, comida,... Puede existir en formas muy brutales, como el tráfico humano, que es la esclavitud moderna. Puede parecer voluntaria, como anuncios de escorts de lujo, que son en verdad «estudiantes» que se prostituyen en su tiempo libre.

Sin embargo, la prostitución se distingue de todas las otras relaciones. Es una forma muy particular de relación humana: la comercializada.

En la prostitución hay dos personas. Una que quiere tener sexo, que siente atracción, deseo y exaltación. Otra que no. La otra persona no siente ni deseo, ni amor, ni atracción. Ahí es donde entra la transacción económica.
Para que haya una transacción, tienen que estar presentes estos dos criterios: una persona que quiere y otra que no. El deseo mutuo no requiere transacción. La transacción entra cuando hay una desigualdad de deseo. Solo cuando una de las dos personas no quiere tener relaciones sexuales, surge el pago como una compensación por el deseo que falta. Si no fuera por el dinero, ella no estaría ahí. Es la base de la prostitución: la ausencia de deseo mutuo.
Se oye mucho hablar hoy día que prostituirse es una decisión propia, resultado de libre albedrío. Sin embargo, lo que busca la persona prostituida no es el sexo. Es el dinero. El sexo en sí, es sexo no deseado. Por tanto, la prostitución es el enemigo de la sexualidad libre, la igualdad de género y el deseo mutuo.

Estadísticas sobre la prostitución

En Suecia, durante los últimos treinta años se han realizado muchas investigaciones acerca de la prostitución. Los estudios científicos dieron un giro en 1977 con la investigación estatal que se publicó en 1981 con el nombre de Prostitution. Beskrivning. Analys. Förslag till åtgärder (Prostitución. Descripción. Análisis. Sugerencias para medidas) (1). Anteriormente se veía la prostitución como delincuencia y se aplicaban teorías de delincuencia social, considerando a la prostituta como un ser marginalizado. El clima político cambió a mediados de la década de los setenta y los investigadores empezaron a estudiar la prostitución como parte de la sociedad. Al descubrir que los clientes no eran seres marginalizados, pues muchas veces eran hombres de la clase alta (políticos, empresarios, abogados,…), ya no se podía considerar la prostitución como un fenómeno al margen, sino integral en la sociedad: un fenómeno que afecta a toda una sociedad.
 




Algunas características acerca de la prostitución a nivel nacional y global:
El que compra es, en casi todos los casos, un hombre. La mayoría tiene trabajo fijo, una vida estable y proviene de la clase media o media alta (2). Lo más común es que tenga entre 30 y 50 años; la mayoría son casados con hijos (3). Algunos compran sexo por primera vez cuando su mujer está embarazada. El investigador sueco Jari Kuosmanen, especializado en el tema de la prostitución, divide a los que compran sexo en tres categorías: el que compra porque está obsesionado con el sexo; el hombre casado que dice que compra porque ya no tiene sexo dentro de su matrimonio; y los hombres que no saben cómo relacionarse con mujeres y que de hecho buscan una relación amorosa (2). La que vende es, en la mayoría de los casos, una mujer o una niña (4). Se estima que entre 2 y10 % son hombres o travestis. Hay estudios que demuestran un crecimiento de varones jóvenes que venden sexo (5). Es común ser muy joven cuando se entra en la prostitución: la edad más frecuente es 14 años, según estudios suecos y norteamericanos (6). En partes de Asia, la edad de entrada en la prostitución es aún menor (7). Esto demuestra que la prostitución es un fenómeno de género y tiene que analizarse en el contexto de la histórica opresión de la mujer. Las que entran en la prostitución tienen muchas cosas en común. La pobreza es un factor; la historia de abuso, otro. Según las investigadoras Mimi H. Silbert y Ayala M. Pines, 70 % de las prostitutas entrevistadas han sido víctimas de abuso sexual en la infancia y dicen que fue un factor importante en su camino hacia la prostitución (8). Buscan una manera de salir de su hogar, bien sea por abuso, por pobreza o por haber sido abandonadas o maltratadas por la familia. El estudio más amplio que se ha hecho hasta hoy de las personas en la prostitución a nivel internacional, fue realizado en 2003 por un grupo de psicólogos de varios países, dirigido por la psicóloga norteamericana Melissa Farley. Entrevistaron a 800 personas prostituidas de 9 países y encontraron que 71 % habían sido víctimas de abuso físico dentro de la prostitución; 63 % habían sido violadas dentro de la prostitución; 89 % querían dejar de prostituirse (9).
Estos hechos demuestran que la prostitución significa una desigualdad enorme en cuanto a:
género (ella mujer, él hombre); edad (ella menor, él mayor); situación económica (ella más pobre, él más rico); psicológica (ella inestable, él estable); origen (el de un país más rico que ella).

El crecimiento de la industria del sexo

Durante los últimos treinta años se ha visto crecer la prostitución mundialmente, volviéndose una verdadera industria del sexo. Desde 1998, cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomendó, a través de su oficina asiática, la legalización de la industria del sexo para que los países pudieran sacar impuestos, varios países eligieron este camino (Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, partes de Australia,…). Solo en Alemania, la industria del sexo generaba seis billones de euros cada año en la década de los noventa (10). Corporaciones multinacionales han entrado en la industria del sexo, y en Australia está hasta representado en la bolsa. Y la mafia entrega la mercancía, las mujeres. La ONU y la OIT estiman que entre dos y cuatro millones de seres humanos han caído víctimas del tráfico humano (4).

La legalización se efectuó en varios países con argumentos profeministas: iba a facilitar el estatus legal de las prostitutas y ayudarlas a obtener un seguro social, pagar impuestos y salir de la estigmatización. Sin embargo, no ha producido los resultados deseados. Alemania hizo un estudio en 2007 y llegó a la conclusión de que la legalización no había protegido a las mujeres de la violencia ni mejorado su situación y no había logrado disminuir los crímenes relacionados con la prostitución (11). Menos de 1 % de las prostitutas tenían un empleo fijo y 60 % no querían tenerlo en la industria del sexo, pues querían salir de la prostitución y buscar otro trabajo, si fuera posible (12).

Mitos y discursos acerca de la prostitución

La prostitución siempre se ha rodeado de mitos. Toda sociedad marcada por la prostitución crea su propia justificación para no tener que enfrentarla. Estos mitos pueden hacer de la prostitución algo banal, como en los chistes; algo eterno, como en la frase «la profesión más vieja del mundo»; algo divertido, como «la puta feliz»;  algo romántico, como en la literatura o el cine; algo inevitable, como en la idea de que «si se prohíbe, solo desaparece de la luz pero sigue igual».

Todos estos mitos rodean la prostitución de una burbuja que nos impide ver la tragedia que consiste en que un ser humano compra a otro. Un ser humano reduce a otro ser humano a un objeto, una mercancía: «Te compro. Existes para satisfacerme a mí.»

En los últimos cien años ha habido un cambio de narrativa, o más bien una modernización. Como cualquier industria que quiere vender sus productos tiene que adaptar su publicidad a la época, lo mismo hace la industria del sexo.
Hace un siglo en Europa la prostitución era común y legal. Se llamaba en aquel entonces reglamentación. La justificación era que la prostitución era un fenómeno natural, necesario y biológico. La teoría elaborada por el higienista francés Parent-Duchâtelet a finales del siglo ix y el criminólogo italiano Cesare Lombroso a principio del siglo xx, era que el hombre necesitaba la prostitución. Si el hombre no tenía acceso a las prostitutas, no se iba a poder controlar, terminaría violando a damas decentes y derrumbando la civilización y el matrimonio. Parent-Duchâtelet la llamaba «el modelo del desagüe», con el significado de que al igual que una casa necesita un sistema de desagüe para mantenerse limpia, la prostitución era el desagüe de la civilización (13). Las mujeres prostitutas canalizarían todos los deseos sucios del hombre. En cuanto a la mujer prostituida, se decía que ella era biológicamente inferior, de otra raza, más débil, menos inteligente que otras mujeres, que no servía para nada más. Pero, «mientras más cae, más ayuda a la sociedad», decía Lombroso (14).

Este mito tiene semejanzas con las teorías que se utilizaban para legitimar la esclavitud y la colonización: a una raza inferior no se tiene que aportar los mismos derechos.

Era evidente, al principio del siglo xx, que este modelo había fracasado. El tráfico humano aumentaba cada año. En estaciones de trenes de las ciudades grandes de Europa, había proxenetas esperando a las jóvenes del campo que venían a la ciudad para buscar trabajo.

Al comienzo del mismo siglo, los países europeos se vieron obligados a investigar cuáles eran las causas de este tráfico. La Liga de Naciones, la predecesora a la ONU, hizo un estudio que concluyó que la prostitución legal causó el tráfico. A partir de ese instante, país tras país abandonó la reglamentación. Holanda fue el primer país de hacerlo en 1910 (15). Después de entonces la prostitución se fue desvaneciendo.

A partir de la década de los ochenta, empezó a crecer otra vez en Europa. Hoy se ha convertido en una industria global que genera mucha ganancia y que está vinculada no solo con la pornografía, sino con la mafia y los traficantes de drogas y armas. Países subdesarrollados ven sus jovencitas agredidas por la industria del sexo y turistas del sexo del mundo occidental.

En el caso de Tailandia, la gran industria del sexo ha afectado hasta el concepto de tailandesa, que en el Occidente se ha convertido en un sinónimo de «mujer prostituida». Lo mismo está pasando con las mujeres rusas, quienes se conocen en el Medio Oriente como «las Natashas».

Sin embargo, la justificación es diferente. Los tiempos han cambiado. Ya no se oye hablar de la inferioridad biológica de la prostituta ni de deseos naturales por parte del hombre.
Ahora tenemos la narrativa de la trabajadora del sexo. «Ella no es una víctima. ¡Es fuerte! Es una chica moderna, capaz, sabe lo que hace, vende lo que tiene.» Este mito ha sido fortalecido por la política de Holanda, cuyo gobierno, al prepararse para la relegalización de la industria del sexo que se efectuó en 1999, creó varias organizaciones con el fin de transmitir este mensaje: la prostitución es como un trabajo cualquiera. La industria del sexo representa alrededor de 5 % del producto nacional (16). Su industria del sexo es visible en ciudades como Ámsterdam, donde las mujeres se venden en escaparates. La mayoría de las prostitutas en Holanda no son holandesas, sino extranjeras. Según un estudio, 80 % de las prostitutas son de otros países de Europa del Este, África, Asia y América Latina (17).
 



El discurso de «trabajo sexual» combina los conceptos modernos y, especialmente, los discursos del movimiento feminista y la lucha de clases. Según este discurso, hablar de prostitución suena feo, viejo, trágico, y se sustituye por «trabajo sexual». Este término combina dos conceptos que han sido esenciales para la lucha de las mujeres: derecho al trabajo y a la sexualidad libre. En una forma de manipulación muy cínica, se asocia estos dos términos modernos a la prostitución.

Lo que tiene este mito de particular es que pretende elevar la figura de la prostituta a un nivel igual. Ya no se dice que es débil: es una chica como todas, es fuerte, sabe lo que hace. Vende, es empresaria, pero es muy importante para este mito establecer que no se vende a sí misma. Vende, pero no se vende. Es la empresaria, no la mercancía.

Pero entonces, ¿cuál es la mercancía? Lo que se ha transformado en objeto en este discurso, es el cuerpo. Según este mito, ella vende su cuerpo, como si ella y el cuerpo fueran dos cosas distintas. Como si el cuerpo hiciera el trabajo mientras ella está detrás contando los billetes. Como si la boca, el órgano sexual, sus brazos, su vientre y su pecho no fueran partes de ella.

También se dice «ella vende sexo», como si el sexo fuera un objeto ajeno: «Mira, te dejo aquí tres kilos de sexo, te mando la factura.» En realidad, el sexo sigue siendo un acto en el que la persona tiene que estar físicamente presente.

Testimonios de mujeres prostituidas de varias partes del mundo tienen algo en común: las mujeres en prostitución hablan de estrategias de autodefensa.

S., una mujer sueca que estuvo en la prostitución durante dos años, dice:
Lo que sentí, durante el acto, fui que subí a mi persona a la cabeza. Desde entonces, entro en otra realidad. Así no sentía que tenía un cuerpo. No tenía ninguna sensación. Me apagué totalmente. Podían hacer cualquier cosa con mi cuerpo sin que lo sintiera [18].

E., una mujer francesa, dice:
Siempre hago una distinción. En la cama, siempre hay una sábana que separa el cliente de lo que es mío. Nunca dejo que se acueste en mis sábanas. Mis sábanas son mías; ahí duermo, siento mis olores. Esto puede parecer raro ya que hay contacto entre su piel y la mía. Alguien podría pensar que mi piel me es más cercana que la sábana, pero no.  El cuerpo no es el mismo cuerpo: el cuerpo que le doy al cliente es otro, no es mío [19].

Sin comunicarse entre sí, mujeres en la prostitución adoptan estrategias de defensa para no tener que sentir lo que es sexo no deseado. Un estudio noruego identificó seis estrategias de autodefensa: apagarse (pensar en otra cosa o tomar drogas/alcohol); establecer fronteras físicas (no dejar que el cliente la toque en alguna parte, como la boca o los brazos); limitar el tiempo; esconder su propio ser (usar otro nombre, otro tipo de ropa, no hablar de su vida personal); engañar al cliente; evitar clientes que te pueden gustar demasiado (20).
Jorge Barudy, psiquiatra chileno, ha dicho: «La prostitución es para una sociedad lo que el incesto es para la familia.»

La legislación sueca

Hay un tercer camino que no es legalizar ni ignorar la prostitución: concentrarse en la demanda. Durante los últimos quince años, el debate internacional acerca de la prostitución ha empezado a concentrarse cada vez más en la demanda. Proviene de la percepción de que la prostitución no se trata de quién vende, sino de quién compra. Es una respuesta diferente a la cuestión: ¿quién es la prostitución? En vez de contestar, como siempre se había hecho: la prostituta; este enfoque contesta: el cliente. El cliente es el origen de la prostitución; su deseo de comprar hace de una mujer una prostituta. El cliente realmente tiene libre albedrío. Y más importante: el cliente es el que realmente puede parar la prostitución.

El enfoque en la demanda tiene varias formas, según el país y la región. En Inglaterra y partes de los Estados Unidos se han establecido john schools, centros de reeducación del cliente. El programa puede incluir información sobre las consecuencias de la prostitución, una ponencia de una persona exprostituida, riesgos de VIH y discusión sobre igualdad entre hombre y mujer (21).

En 1999 Suecia fue el primer país del mundo en adoptar una ley contra la compra del sexo. Esta ley fue el resultado de una lucha de treinta años del movimiento feminista. Se basa en la idea de que la prostitución es incompatible con la igualdad de género. Castiga al cliente, quien paga una multa o puede ir a la cárcel, mientras a la prostituta no se castiga.
Catorce años después, esta ley ha sido muy eficaz para reducir la demanda. Ha reducido el número de hombres que pagan por sexo de 1/8 a 1/13, según la investigación estatal. En Alemania, el número de hombres que compran sexo es de alrededor de 1/4 (22).
Mientras una minoría de los suecos estaba de acuerdo con la ley anteriormente, hoy 80 % de la población está de acuerdo. La ley ha logrado cambiar las normas de la sociedad: comprar sexo no es un derecho.

No es solo el efecto de la ley en sí: también se ha hecho un trabajo enorme para informar al público y educar a la policía. Se han establecido tres centros de acogida y ayuda para las personas prostituidas. Centros de acogida existen en Estocolmo, Gotemburgo y Malmö; ofrecen servicios gratuitos de terapia, comadrona, ginecóloga y apoyo social. Nadie obliga a las personas prostituidas a acudir al centro. No se trata de reeducar, sino de ofrecer el servicio que la mujer necesita. Dejar la prostitución tiene que ser decisión propia.

Desde 1999, Noruega e Islanda han adoptado leyes parecidas, y se debate hoy en Francia y en Alemania.

Conclusiones

La prostitución se basa en la desigualdad de deseo: una persona que quiere, otra persona que no quiere. Detrás hay pobreza, desigualdad de género y generalmente una historia de abuso o abandono. La industria del sexo ha crecido en los últimos treinta años; se ha comercializado y ha tenido que acudir a la esclavitud para satisfacer la demanda. La legalización no ha logrado poner fin a la esclavitud ni proteger a las mujeres de violencia. La justificación contemporánea de la prostitución se basa en el concepto «trabajo sexual». El cuerpo se ha transformado en mercancía.

Para poder sobrevivir en la prostitución, la prostituta desarrolla muchas veces estrategias de autodefensa. Estas estrategias conducen a la alienación del ser humano. Concentrarse en la demanda es la manera más eficaz de reducir la prostitución. La prostitución no es compatible con una vida digna y una sexualidad libre y mutua.


 



Referencias

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Kuosmanen J. Male clients of prostitution in Sweden. Universidad de Gotenburgo; 1999.
Människohandel för sexuella ändamål och prostitution. Länsstyrelsen Västra Götalands län; 2011.


A Global Alliance Against Forced Labour. Global Report under the Follow-Up to the ILO Declaration on Fundamental Principles and Rights at Work. ILO; 2005:10, 14-15.
Sexuell exploatering av barn i Sverige. SOU 2004 Jun 22;71.
Mårtens T, Frankel M. Vad har mitt liv med Lilja att göra? Atlas 2004.
Weisberg DK. Children of the Night: A Study of Adolescent Prostitution. Lexington Mass., Toronto; 1985.
Silbert MH, Pines AM. Early sexual exploitation as an influence in prostitution. Social Work 1983.
Farley M et al. Prostitution and trafficking in nine countries: An update on violence and posttraumatic stress disorder. En Prostitution, Trafficking and Posttraumatic Stress. Haworth Press; 2003:33-4.
Ackermann L, Filter C. Die Frau nach Katalog. Herder Verlag; 1994.
Report by the Federal Government on the Impact of the Act Regulating the Legal Situation of Prostitutes. Federal Ministry for Family Affairs, Senior Citizens, Women and Youth. BMFSFJ 2007:19.
Ibíd:17.
Parent-Duchâtelet A. La prostitution à Paris au xixe siècle. Seuil; 1981.
Lombroso C, Ferrere G. Criminal Women, the Prostitute and the Normal Woman. 2004.
Jeffreys S. The Idea of Prostitution. Spinifex Press; 1997.
Poulin R. La légalisation de la prostitution et ses effets sur la traite des femmes et des enfants. Sisyphe; 2011.
Louis M-V. Le corps humain mis sur le marché. Le Monde Diplomatique 1997 Mar.
Nagata M, Lundbom S. Att leva med prostitutionserfarenhet – kvalitativa intervjuer med fyra kvinnor. Stockholms Universitet; 2007.
It kind of kills you but it’s over fast. En Jaget C. Prostitutes—Our Life. Falling Wall Press; 1980.
Hoigård C, Finstad L. Backstreets. Prostitution, Money and Love. Pennsylvania State Press; 1992:64.
Ver por ejemplo http://www.demandforum.net/john-school/
Ver http://www.kvinnojouren.se/fakta/mans-vald-mot-kvinnor/prostitution-och-sexkop

Bibliografía para consultar

Cacho L. Esclavas del poder. Editorial Debate; 2010.
Mam S. El silencio de la inocencia. Editorial Destino; 2006.
Moran R. Paid For: My Journey Through Prostitution. Spinifex Press; 2013.
Rapport mondial sur l’exploitation sexuelle—La prostitution au cœur du crime organisé. Fondation Scelles; 2012.
Raymond J. Not a Choice, Not a Job: Exposing the Myths about Prostitution and the Global Sex Trade. Spinifex Press; 2013.

FECHA DE RECEPCIÓN DE ORIGINAL: 15 de noviembre de 2013
FECHA DE APROBACIÓN PARA SU PUBLICACIÓN: 24 de febrero de 2014
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