sábado, 8 de agosto de 2020

Pagar por torturar: la prostitución y las falacias de “libertad” que vende el capitalismo

 

Pagar por torturar: la prostitución y las falacias de “libertad” que vende el capitalismo

Cecilia Zamudio

21/02/2019

 

La explotación desgarradora del cuerpo y de la siquis que constituye la prostitución, busca ser presentada por el poderoso lobby proxeneta (que tiene capital en empresas varias) como un “empoderamiento” y un “ejercicio de libertad”. Además de destruir a las personas prostituidas, la banalización de la prostitución vulnera al conjunto de los seres humanos, al hacer que el ejercicio del abuso de poder y de la crueldad sean banalizados; nos vulnera a todas las mujeres porque establece que las mujeres “pueden ser consumibles”, “allanables”, “saqueables”. Entre las promociones más lesivas de la violencia contra las mujeres, encontramos al porno y la prostitución, que es la cosificación absoluta del ser humano. Los medios de alienación masiva multiplican cinismo y retuercen palabras como “libertad", para normalizar las explotaciones más aberrantes; cuando está claro que es la Dictadura del Capital la que dicta las pseudo “libertades” y “elecciones” de las mayorías empobrecidas: es por ello que la mayoría de mujeres prostituidas procede de zonas y países empobrecidos por el saqueo capitalista. El capitalismo es un sistema que produce barbarie, puesto que es un sistema que se sustenta en la explotación de las y los trabajadores y en el saqueo de la naturaleza. Para el gran capital, imponer que se conceptualice que todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, sean “consumibles” y explotables hasta la médula, es adecuar las mentalidades a una acumulación capitalista cada vez más brutal y  monopólica. La alienación es promovida al punto de limar toda empatía, creando sádicos  a granel. La investigación “El Putero”, de Huschke Mau, sobreviviente de la prostitución, evidencia que de lo que se trata es de tortura y abuso de poder: «En los foros de puteros en internet hay hombres que se alegran al torturar con electricidad, en un sótano, a jovencitas que no hablan una palabra de alemán: “¡Esta empieza a temblar no más verme!”. La reacción de los colegas puteros del foro: “¡Mis respetos!”. Los hombres que piden mujeres obligadas a prostituirse se alegran de que aún no las han “montado”: “Esta cierra las piernas con fuerza, ¡qué encanto! Aquí hay emociones de verdad, ésta todavía no es una máquina. Le di por el culo hasta que no pudo más.” (...) “Los primeros seis meses sólo se puede pedir como esclava, hasta que se haya acostumbrado”, “Ahora mismo le estoy enseñando a hacer garganta profunda y créeme, va a aprender”, “Ella no sabía que en su anuncio pone que hace anal y todo sin condón, jajaja, por supuesto que se lo hice, era lo que me ofrecieron”» [1].

 

La mayoría de mujeres prostituidas en la Unión Europea (el 90%), son mujeres migrantes procedentes de los países más empobrecidos por saqueo capitalista; a muchas mujeres no les queda otra “elección" que dejar a sus hijos morir de física hambre, o prostituirse. El capitalismo hace negocio redondo: saquea los recursos y luego saquea los cuerpos de las mujeres empujadas a migrar por causa de la depredación que perpetran las multinacionales. Hay una correlación directa entre empobrecimiento y prostitución; además, numerosos estudios han revelado que gran parte de las mujeres prostituidas sufrieron maltrato en la infancia [2] y  padecen Trastorno de Estrés Post Traumático: “sufrieron violencia o fueron desatendidas en la niñez(...) sufren de depresión, trastornos de ansiedad y adicción en índices muy altos. La mayoría han sido violadas (...). La mayoría dice que dejaría la prostitución de inmediato si pudiera hacerlo”[3]. Esa es la terrible realidad que buscan tapar con el barniz del discurso sobre la supuesta “elección libre”. La prostitución es la continuidad y profundización desgarradora del trauma, en una sociedad culpable de no rescatar a tiempo a la niñez maltratada, y culpable de luego intentar banalizar la continuidad de la tortura, estableciéndola como “simple intercambio comercial” en la aberración de la prostitución. Son las mujeres más empobrecidas y golpeadas de la clase explotada las que se ven empujadas a esa “libertad” capitalista que muele el alma y el cuerpo.  Que la clase explotadora, los proxenetas y la derecha hagan apología de esa  falacia de la supuesta “libertad de elección” es coherente con sus putrefactos intereses; pero que gente que se pretenda “de izquierda” intente presentar una brutal explotación como algo casi bucólico, demuestra una carencia de empatía y de profundidad lacerantes.

 

El poderoso lobby proxeneta se encarga de promocionar sus intereses económicos a través de los medios y a través de la cooptación de algunas cabezas visibles, que no representan a la inmensa mayoría de la población prostituida, sino a “una minoría, propietarias de burdeles y cabilderas”[ibidem]. Una minoría que una sobreviviente de prostitución interpela: “Describís una realidad que no existe. Negáis a las víctimas e incluso les sugerís que se alegren, ya que todo es tan estupendo. Silenciáis a la Mayoría de las prostituidas. La mayoría que sigue bebiendo, tomando drogas o reviviendo su abuso. ¡No liberáis a nadie con vuestra charlatanería neoliberal!” [4]. La investigación “Las voces expropiadas y el lobby proxeneta” denuncia: “La tarea del regulacionismo es la de utilizar a una fracción de la clase obrera (a algunas prostituidas), para blanquear a la fracción burguesa que maneja el 'rubro'. La prostitución es un negocio de proporciones siderales. Esa es la razón por la cual la burguesía internacional proxeneta y sus instituciones están apoyando con millones de dólares anuales la legalización de la prostitución; el capitalismo quiere blanquear y sostener esos negocios. A través de la Open Society Foundation, Soros ha aportado 11 billones de dólares en los últimos 30 años para la despenalización de la prostitución(...) Otro millonario que pone fondos en organizaciones pro legalización, es Bill Gates(...)” [5].

 

La propaganda del lobby proxeneta hace malabarismos con la realidad para incrementar el mercado de la tortura: intenta esconder la realidad de violaciones y pretensiones pútridas durante horas, bajo el mito de la “pretty woman”, que no es, para nada, representativa de toda la extensión de una realidad siniestra. Los defensores de la legalización de la prostitución intentan esconder, tras la fábula del “empoderamiento”, el dolor de las prácticas cada vez más extremas que piden los “señores puteros”, que pagan por “fiestas de violación”; intentan esconder la explotación en cadena de proxenetas, puteros, rentistas y expendedores de drogas; esconder la drogodependencia y descorporalización que se instala para disociarse del horror [6]; esconder la realidad de las mujeres empobrecidas, empujadas a migrar y arrinconadas por la brutalidad del sistema, urgidas a conseguir el sustento para sus hijos empeñando su salud física y emocional, a la merced de sádicos misóginos que pagan por ejercer poder.

 

En Alemania, país donde la prostitución fue banalizada y regulada en 2002, esta explotación se ha incrementado. El proxenetismo puede ejercer la explotación infrahumana que es la prostitución, de manera legal: “La compra de sexo es un delito punible cuando puede considerarse al proxeneta como 'explotador'; por ejemplo, si se queda con más de la mitad de las ganancias de una prostituta, algo que prácticamente nunca es posible demostrar. Los policías y fiscales alemanes están atados, ya que resulta muy difícil probar estos elementos” [7]. Robarle hasta el 50% del dinero conseguido aguantando el allanamiento  de su cuerpo a una mujer prostituida se considera “legal” y solamente a partir del 51% deviene “ilegal”; pero no hay forma alguna de probar el franqueo del aberrante porcentaje. Una ley que favorece al lobby proxeneta, que ha causado un incremento de la explotación y la barbarie, con el establecimiento del horror de la “tarifa plana”, la promoción intensiva de la prostitución en publicidades y por operadores  turísticos, el crecimiento exponencial de burdeles. Además de lo anterior, en los hechos, la trata de personas goza ahora de mayor rango de acción, ya que esta se parapeta en burdeles legales y se anida en la imposibilidad probatoria. “¿Y si la ley en Alemania estuviera beneficiando, de hecho, a los tratantes de personas? ¿La ley ha fomentado la prostitución y en consecuencia la trata de personas? Axel Dreher, de la Universidad de Heidelberg, ha intentado responder a estas preguntas con datos provenientes de 150 países. Consiguió identificar una tendencia: “ahí donde la prostitución está regulada, hay más trata de personas que en ningún otro lugar” [ibidem].

 

                            Prostituta. Julio César Rodriguez Jaimes


El caso de Cora es similar a la situación que padecen miles de mujeres y niñas prostituidas: «Tras ser violada un día entero en Nuremberg, ya sabía lo que tenía que hacer. Recibía a los hombres en su habitación, hasta 18 horas cada día. Cuenta que los oficiales de la policía también frecuentaban el burdel, en calidad de “clientes”. Cora dice que “no se daban cuenta de nada, o no les importaba”. El burdel recibió a muchos “clientes” en Noche Buena de 2012. Su proxeneta le exigió trabajar un turno de 24 horas y la apuñaló en la cara cuando se negó»[ibidem]. En el “mayor mercado de prostitución en la UE”, se establecieron mega-burdeles anunciando “todo incluido”: «Cuando el Pussy Club abrió (Stuttgart), la gerencia lo publicitó de la siguiente manera: “Sexo con todas las mujeres por el tiempo que quieras y como quieras. Anal. Oral sin preservativo. Tríos. Orgías. Sexo tumultuario”. El precio: €70 el día y €100 por la noche. Según la policía, alrededor de 1.700 prostituidores aprovecharon la oferta durante aquel primer fin de semana. Llegaron autobuses de muy lejos (...) Después, por chats, los prostituidores se quejaron del supuestamente mal servicio, pues las mujeres ya no estaban en forma para ser usadas después de unas cuantas horas» [ibidem]. Muchas mujeres prostituidas se desmayaron “de cansancio, dolor, heridas e infecciones, que se extendían por sus piernas desde sus genitales”[8]. Con la legislación del 2002 “el negocio se ha vuelto más rudo(...) Las condiciones laborales de las prostitutas han empeorado, se ofrece un número significativamente mayor de servicios en condiciones de mayor riesgo y a cambio de menos dinero”[9]. La investigación “El modelo alemán está creando un infierno en la tierra”, expresa: “Estamos ante la industrialización de la prostitución: El beneficio es de 14.6 billones de euros con 3500 burdeles registrados (muchos no están registrados). Hay crecimiento de la demanda: Hace 15 años se estimaba que había 400.000 mujeres en la prostitución. El número se ha incrementado en al menos un 30%. Se estima que cada día 1.2 millones de hombres compran sexo en Alemania. El 18% de los alemanes son consumidores regulares de prostitución y el 80% han estado alguna vez en un burdel. Las prácticas son cada vez más peligrosas, dándose un incremento de la violencia contra las mujeres”[10]. «Desde la reforma, no sólo los anuncios se han desinhibido, los compradores de sexo se han vuelto más brutales. Hoy en día si dices “No, yo no hago eso”, muy a menudo te responden “Venga, no seas tan difícil, que es tu  trabajo”. Preguntan si pueden hacer pis en tu cara, si pueden hacerlo sin protección, queriendo sexo anal»[11], relata una mujer prostituida.

 

El informe del ginecólogo Wolfgang Heide, que trabaja con mujeres prostituidas, expresa: “las condiciones de salud de estas mujeres es catastrófica: Con 30 años muchas han envejecido de manera prematura, todas tienen dolores abdominales permanentes, gastritis e infecciones frecuentes (…) y todo tipo de enfermedades de transmisión sexual. El trauma psicológico lo alivian con alcohol y fármacos. Hay un incremento en la demanda de mujeres embarazadas para ejercer la prostitución. Estas mujeres tienen que dar servicio a entre 15 y 40 hombres diariamente de manera continuada hasta dar a luz. Muy frecuentemente acaban abandonando al bebé, volviendo al trabajo tan pronto como les es posible, lo que en ocasiones es 3 días después de dar a luz. Estas prácticas son irresponsables para la salud de la madre y del bebé, pudiendo provocar daños irreparables”[12]. En Alemania los proxenetas ofrecen tortura a modo de fiesta; la barbarie se publicita así: “El miércoles estamos organizando una fiesta ‘gang-bang’ (sexo de varios hombres con una mujer) con Tina, de 19 años, embarazada de 6 meses… cuesta 35€”[13].

 

El Ministerio de la Familia alemán reconoce en un informe que: «ni las condiciones laborales ni la posibilidad de salir de la “profesión” han mejorado. La operadora de un burdel afirmó que valoraba la ley de la prostitución porque reducía la probabilidad de redadas. De hecho, afirmó que la ley era más ventajosa para quienes operan burdeles que para las prostitutas»[14]. La promoción del truculento lucro es tal, que: «el canal de televisión RTL II tiene un programa donde un equipo de “embellecedores de burdeles” recorre el país y visita “burdeles en problemas” para asesorar e impulsar el “negocio”» [ibidem].

 

La prostitución debería ser abolida, no regulada ni legalizada, porque la tortura no debería ser legal; pero su erradicación se ve impedida dentro del capitalismo, porque es un sistema que se basa en la explotación y en el saqueo, que genera empobrecimiento medular y que por lo tanto genera una “cantera constante de seres humanos esclavizables”. Dentro de las legislaciones burguesas, la ley sueca es más coherente con los derechos de las mujeres: “La ley sueca se basa en la igualdad entre hombres y mujeres. Su argumento es que la prostitución constituye una forma de explotación. El hecho de que los hombres puedan comprar a las mujeres para acostarse con ellas perpetúa una percepción de la mujer que socava la igualdad de derechos y daña a todas las mujeres”[ibidem]. Suecia penaliza a los compradores, a los proxenetas y a los tratantes de personas, no a las mujeres prostituidas: “busca disuadir la demanda de sexo a cambio de dinero y restar rentabilidad a los tratantes y explotadores (...) la pena máxima para quienes compran sexo es de 12 meses en prisión”[ibidem]. La ley sueca relativa a la prostitución se basa en principios éticos; pero lamentablemente los miles de suecos que viajan anualmente a Tailandia, República Dominicana, Colombia (u otros países en los que el saqueo capitalista desgarra humanidad) para torturar mujeres, niñas y niños, siguen haciéndolo. El aberrante turismo sexual crece de la mano de un sistema que por un lado empobrece, y por otro promueve la barbarie, la tortura y la misoginia a través de todo su Aparato Cultural. La medida de modificación legal en el sentido abolicionista, debería ir acompañada de varias medidas estructurales y globales, que en el capitalismo no se van a tomar porque contravienen los intereses capitalistas, y la lógica misma del sistema.

 


Waiting. Nuria Fortuny







1. La primera medida concierne a la población de las mujeres empobrecidas, mujeres potencialmente en riesgo de verse abocadas a la     explotación -prostitución: estas mujeres deberían tener salidas laborales reales, que les permitan un sustento para ellas y sus familias. Más del 90% de las mujeres prostituidas en las metrópolis capitalistas, son migrantes: atenazadas entre el empobrecimiento que las empuja al éxodo y leyes de inmigración lesivas que las suplen maniatadas a violadores y explotadores de todo tipo: “Estas jóvenes llegan y son sometidas a los deseos perversos (...)Están completamente anuladas por su situación. Muchas de ellas piden drogas psicotrópicas inmediatamente después de su primera experiencia, dicen que de no tomarlas no podrían sobrevivir. Algunas mujeres, tras sólo un par de días siendo prostituidas aseguran que es como si hubieran muerto; ya no son capaces de reír. Otras lo aguantan durante años para poder mantener a sus hijos. Están muy traumatizadas; desarrollan depresión, pesadillas y problemas físicos; lo somatizan todo, enferman y sufren” [15]. Son las mujeres más empobrecidas de la clase explotada, provenientes de regiones y países que padecen el saqueo capitalista más descarnado, las que son mayormente abocadas a las prostitución; por lo tanto el drama de la prostitución solamente podrá ser abolido aboliendo las causas del empobrecimiento; solamente podrá ser abolido aboliendo un sistema, el capitalista, en el que un puñado capitaliza sobre la sangre, sudor y lágrimas de la mayorías, y sobre la depredación del planeta.

 

2. La segunda medida concierne a la población de mujeres en riesgo de ser abocadas a la prostitución por causa del maltrato que han padecido en la infancia. Una vez más, topamos con los límites que impone el mismo sistema: la existencia de maltrato infantil, de abandono, de familias desestructuradas, de violación intrafamiliar, responde a un sistema que genera barbarie y desestructuración social, al que muy poco le importa la infancia maltratada, con hambre, violada y explotada. Responde a condiciones de vida alienantes y bestializantes. Responde a una educación que el mismo sistema dirige hacia la sumisión y la opresión, hacia el abuso de poder y la violencia, hacia la misoginia y la tortura, porque es con esa educación que se perpetúa, mediante la alienación y la normalización de su mecanismo fundamental: la explotación. La  existencia de la infancia maltratada responde también a una carencia de atención social, a una carencia de atención médica y psicológica universal, gratuita, preventiva y que vaya al encuentro de quienes la puedan necesitar, cosa que en el capitalismo no existe, porque en los hechos la asistencia sanitaria es convertida en otra manera de capitalizar, en vez de ser realmente un derecho universal.

 

3. La tercera medida concierne a la “demanda”, es decir a los puteros, educados en la alienación y la misoginia: el mismo sistema produce puteros. Haría falta implementar una educación, unos productos culturales, destinados a fomentar respeto, empatía, igualdad, dignidad, pensamiento crítico, creatividad, ternura, solidaridad; es decir diametralmente opuestos a los que hoy imperan en el capitalismo; y esto contraviene la estrategia misma de perpetuación del sistema. El sistema se perpetúa golpeando la capacidad de empatía y de pensamiento crítico; su Aparato Cultural (medios, industria cinematográfica, productos musicales, videojuegos, contenidos educativos destinados a la sumisión, instituciones religiosas, etc.) promueve incesantemente el machismo, el racismo, el individualismo, el hedonismo, el consumismo, la cosificación, la banalización de la tortura... El capitalismo se sostiene gracias a la violencia represiva y a la alienación, sus medios difunden paradigmas de discriminación, de sumisión y explotación, porque le son funcionales. Propone martirizar a otro ser humano como exutorio de las frustraciones que el mismo sistema genera (los “gangparty” son ejemplo de estas prácticas de tortura colectivas, en las que los torturadores se aúpan y las mujeres son destrozadas). Este sistema fabrica monstruos puteros que pagan por un abuso de poder, por “consumir” un ser humano, por cosificar a las mujeres, niñas o niños.

 

El drama de la prostitución, cuando se aborda bajo las luces más crudas, arroja la profundidad de unas raíces sistémicas, y la necesidad, para el abolicionismo, de abrazar también la lucha por una sociedad sin clases, además del trabajo contra la misoginia imperante. La lucha por una sociedad sin clase explotadora que posea los medios de producción, y sin clase explotada que se vea arrinconada a padecer explotación. La lucha por una sociedad sin clase explotadora que imponga su hegemonía cultural alienante.  El abolicionismo se ve impelido a trabajar en varios planos a la vez: dentro del marco limitante de la legislación burguesa; por otro lado intentando aportar a la creación de una cultura emancipadora (a sabiendas de que cualquier paso en ese sentido, se verá ahogado en medio de los millones de productos culturales misóginos destinados a la alienación que sin cesar promueve el capitalismo); y trabajar enfocando la raíz sistémica del problema, entroncándose así con la lucha contra toda explotación. Un abolicionismo integral solamente es posible cuestionando al capitalismo y sus relaciones de producción: porque son esas relaciones las que generan la dramática “cantera de esclavizables”, esa “cantera” de seres humanos que es explotada por empresarios proxenetas. “La prostitución es un fenómeno mundial sostenido por fracciones enteras del imperialismo y de la gran burguesía internacional. El abolicionismo local tiene que ponerse a la altura de este desafío que tiene alcance mundial(…) No se puede desconocer el problema de clase que subyace a todo el fenómeno. Solo por ese camino, se puede restituir la voz expropiada de las compañeras en situación de prostitución”[16].

La prostitución no es “el trabajo más antiguo del mundo”; es una de las explotaciones más antiguas y aberrantes, multiplicada durante siglos de sistemas de clases sustentados en la explotación, la alienación y la violencia. En este  sistema seguirá creciendo el empobrecimiento de las mayorías por causa del saqueo capitalista que perpetra la clase explotadora: y por lo tanto crecerá la vulnerabilidad social y las peores formas de explotación, como la prostitución o los llamados “vientres de alquiler". Hay que cambiar el sistema para poder acabar con tanto sufrimiento. El capitalismo produce barbarie; y hay quien tiene el cinismo de pretender banalizar la barbarie, en vez de cuestionar al sistema.

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Blog de la autora: www.cecilia-zamudio.blogspot.com

 

NOTAS:

 

[1] El Putero: Porqué los hombres puteros buscan mujeres prostituidas y qué piensan de ellas https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/el-putero

 

[2] El Trauma cono requisito previo y consecuencia de la prostitución: “La mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución han aprendido, a través del abuso sexual o el abandono en la infancia, a desconectar”. https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/el-trauma-como-requisito-previo-y-como-consecuencia-de-la-prostitucion

 

[3] Investigación Der Spiegel, citando a Rahel Gugel https://tribunafeminista.elplural.com/2017/05/der-spiegel-el-fracaso-de-la-legalizacion-de-la-prostitucion/

 

[4] Carta de la sobreviviente de la prostitución Huschke Mau: “Cuando decís "todos deben poder hacer lo que quieran", en realidad pensáis sólo en que lo puteros y los proxenetas que están detrás de vosotras puedan hacer lo que quieran. Y no las prostituidas”. https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/carta-abierta-de-huschke-mau-estoy-hasta-las-narices-de-vosotras

 

[5] Las voces expropiadas, AMMAR y el lobby proxeneta: "La prostitución es un fenómeno atravesado por la división social(...) Es necesario que el abolicionismo adquiera conciencia de clase.” http://razonyrevolucion.org/las-voces-expropiadas-ammar-y-el-lobby-proxeneta/

 

[6] Judith Trinquart, Las consecuencias psicológicas y físicas de la prostitución. Descorporalización para disociarse del horror. https://france.attac.org/archives/spip.php?article1232

 

“Un estudio realizado en 5 países (Estados Unidos, Zambia, Turquía, Sudáfrica y Tailandia) a personas prostituidas mostró la presencia de trastornos psiquiátricos (que incluye la disociación mental) en el 67%  de las personas prostituidas: esto es lo que llamamos el TEPT (trastorno de estrés postraumático)”.

 

[7] Der Spiegel, El Fracaso de la legalización de la prostitución https://tribunafeminista.elplural.com/2017/05/der-spiegel-el-fracaso-de-la-legalizacion-de-la-prostitucion/

 

[8] Der Spiegel: Bordell Deutschland. 27.05.2013 . http://www.spiegel.de/international/germany/human-trafficking-persists-despite-legality-of-prostitution-in-germany-a-902533-2.html

 

[9] https://tribunafeminista.elplural.com/2017/05/der-spiegel-el-fracaso-de-la-legalizacion-de-la-prostitucion/

 

[10]“El modelo alemán está creando un infierno en la tierra” https://somoslamitad.wordpress.com/2016/11/14/el-modelo-aleman-esta-creando-el-infierno-en-la-tierra/

 

[11] Radio Interview mit Ellen Templin am 08.03.2010: http://www.wueste-welle.de/redaktion/view/id/114/tab/weblog/article/34860/Interview_mit_einer_Domina.html

 

[12] Dr. Wolfgang Heide: Stellungnahme zur öffentlichen Anhörung, Regulierung des Prostitutionsgewerbes“ Juni 2016 http://www.trauma-and-prostitution.eu/2016/06/05/stellungnahme-von-wolfgang-heide-facharzt-fuer-gynaekologie-und-geburtshilfe/

 

[13] “fiestas gang-bang”: varios hombres penetran a una sola mujer a la vez. https://somoslamitad.wordpress.com/2016/11/14/el-modelo-aleman-esta-creando-el-infierno-en-la-tierra/

 

[14] “El Fracaso de la legalización de la prostitución”, Der Spiegel.

 

[15] “El modelo alemán está creando un infierno en la tierra”

 

[16] http://razonyrevolucion.org/las-voces-expropiadas-ammar-y-el-lobby-proxeneta/

 

Fuente:

https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/02/21/pagar-por-torturar-la-prostitucion-y-las-falacias-de-libertad-que-vende-el-capitalismo







viernes, 7 de agosto de 2020

La otra tortura

La otra tortura

Más allá de toda fantasía sobre la prostitución, la investigación de una psicóloga sobre casos concretos indica que “estas personas, cuyos cuerpos son invadidos permanentemente, a través de los años sufren consecuencias de tal gravedad que sólo son comparables a las de quienes han sufrido tortura física y psicológica”.

Por Magdalena Gonzalez *

 

Cuando era estudiante visité, en el hospicio de mujeres de Lomas de Zamora, el pabellón de mujeres que habían estado en situación de prostitución. Me llamó la atención que fueran tantas. Cuando le pregunté al director, me contestó: “Son muchas por las cosas que les hicieron y que les hicieron hacer”.

Ya como psicóloga, a partir de relatos de pacientes, hombres y mujeres, en el consultorio y en el hospital, pude conocer, entre otras inequidades de género en nuestra cultura, la apropiación masculina del cuerpo de la mujer.

Es sabido que una ideología instalada valora como masculinas ciertas actitudes de coraje, decisión, iniciativa y poder sobre el otro/a. Por este motivo, los sentimientos de temor, incertidumbre, humillación que puedan tener los varones son reprimidos o inhibidos o, si llegan a hacérseles conscientes, les producen vergüenza. Estas vicisitudes se traducen frecuentemente en violencia, y una forma habitual de descarga es la relación sexual como actuación de mandatos inconscientes o creencias conscientes. La violencia padecida por el varón, cuando se la inflige otra persona o él está en circunstancias de impotencia, deriva hacia el sexo violento. Esta necesidad sexual masculina a la que se le atribuye el carácter de apremiante, inaplazable, es, en el imaginario social, uno de los motivos que justifica el prostituir a las mujeres.

Por parte de la mujer, en no pocos casos existe una falta de apropiación de su cuerpo y de su sexualidad. Esto impide un buen proceso de autonomía, dando lugar a un yo frágil e indefenso, con el permanente temor a la pérdida del afecto del otro y a la pérdida de la relación.

De la Asamblea Raquel Liberman tomé el concepto de “mujer en situación de prostitución” –que ubica esta actividad como algo de lo que se puede salir– y el criterio de llamar “prostituyente” al cliente, ya que de su solicitud depende la situación. El cumplimiento de los deseos del prostituyente produce, en algunas mujeres, el orgullo de ser “una verdadera puta”. En las mujeres más que en los hombres es frecuente la actitud de anticiparse a la realización del deseo del otro, y en algunos casos llega a producirse una desapropiación del propio deseo: su deseo consiste en la realización absoluta del deseo del otro. Por su parte, el prostituyente, el cliente, valora narcisísticamente esta anticipación, esta particular servidumbre sexual, y la refuerza. El prostituyente disocia a la persona y la ve como si fuera un objeto, la des-humaniza y disocia sus propios sentimientos de su sexualidad. En la mayoría de los casos de prostituyentes, uno de los móviles es el abuso de poder, la voluntad de someter.

Del mismo modo, el cafishio –llamado en el ambiente “marido”– lleva al extremo el poder sobre la mujer, entre amenazas y ofrecimiento de protección, en una relación de dominación a veces absoluta: “No sos nada”, le dice. Ella misma está negada como persona –“A quién le importo”, “Una puta no es nada”– y sólo le resta el ser utilizable por el dinero que proporciona. Pero a la vez se le hace sentir que ella no tiene valor. Incluso hay mujeres que jamás tocaron dinero, no pasa por ellas.


También es paradojal la situación que se da cuando los propios padres de la mujer, para ser mantenidos, retienen como rehén a un hijo de ella con la excusa de estar “cuidándole el chico”. Estas y otras situaciones paradojales van socavando en estas mujeres la posibilidad de pensamiento necesaria para desarrollar sus propias vidas de modo autónomo.

Ya el hecho de tener obligadamente múltiples relaciones sexuales durante cada jornada constituye vejación. Esto queda claro cuando algunas prefieren realizar la práctica en la calle, donde por lo menos pueden elegir a los clientes. Por otra parte, cada cliente solicita o exige la realización en acto de sus fantasías en el cuerpo de la mujer o exige que ella presencie actos sumamente perturbadores. En uno u otro caso habrá sufrimiento corporal y psicológico y deterioro de la relación con el mundo externo. Teniendo en cuenta que el Yo es ante todo corporal, el daño al cuerpo es un daño a la totalidad de la persona y será necesario el cese de la práctica o la asistencia, para que pueda producirse una reflexión. Sin estas condiciones es imposible la elaboración de semejantes hechos traumáticos y también es difícil que puedan elaborarse las fantasías depositadas en sus cuerpos por ellas mismas y por los otros de la sociedad.

Pude observar que, independientemente de las diferencias individuales, estas mujeres, además de padecer una disociación entre su racionalidad y su afectividad, tienen una enorme dificultad para dirigir sus impulsos, y una tendencia a veces extrema a refugiarse en la fantasía. En muchas aparece una tensión intrapsíquica que llega a impedir casi totalmente su capacidad de reflexión. Padecen enorme temor a las relaciones interpersonales, sobre todo donde se juegue la afectividad. Paradójicamente tienen marcada dependencia afectiva, y también un gran rechazo a su propia sexualidad: no ponen en juego su sexualidad en la práctica, o sea, no incluyen su cuerpo erótico sino el cuerpo físico –éste, incluso, disociado de su mente– y por lo tanto no hay deseo sexual, en la mayoría de los casos ni siquiera con el hombre al que quieren.

Sufren repetidas angustias por baja tolerancia a la frustración y sentimientos de culpa que, en algunos casos, se relacionan con que, habiendo sido abusadas cuando niñas, se hicieron cargo de esa culpa que no les correspondía. Y se sienten culpables por realizar una actividad que, aunque es tan inducida por la sociedad, está tan censurada por ella.

Aparecen también tendencias a negar la realidad, por la falta de recursos para poder operar sobre ella. Por el mismo motivo aparecen tendencias agresivas que reprimen y que, a veces, son actuadas contra sí mismas produciendo síntomas orgánicos.

En la mayoría de los casos se observa que sienten temor a la desestructuración y fragmentación; sufren ansiedad referida a la sexualidad masculina; tienen tendencia a la fabulación y vivencia de hostilidad con inclinación al aislamiento como mecanismo de defensa. Se genera una depositación de sus deseos de realización en sus hijos, como intento de reparar a través de ellos sus propias historias. Esto puede presentarse bajo la forma ambivalente amor-odio.

En lo corporal sufren frecuentes jaquecas, hemorragias menstruales y, por el contacto, dolores crónicos de todo el cuerpo –sobre todo mamas y genitales–, desgarros múltiples de vagina y recto, VIH y sida. También he recibido permanentes comentarios sobre suicidios de compañeras.

Al estar dificultada la mediación del pensamiento, se generan conductas compulsivas que no les permiten elegir adecuadamente. Por lo tanto, tienen obstaculizada la elaboración de duelos y, más aún, la salida de la prostitución. La sintomatología sigue agudizándose por la acumulación de situaciones graves sin elaboración.

 

Tan espantoso

En algunos casos, no se trata para el hombre de tener una aproximación sexual sino de poder relatarle cosas que los desbordan, pero esto no se basa en la confianza sino que es una circunstancia más del ejercicio de control y dominio sobre ella, ya que la coloca en la obligación de tolerar todo tipo de relatos, a veces muy angustiantes y perturbadores, por haber cobrado su hora. El varón daña a estas mujeres al descargar sobre ellas sus sentimientos displacenteros valiéndose del anonimato.

Por otra parte, estas mujeres muestran una falsa fortaleza yoica, con actitudes de desparpajo que ocultan su extrema indefensión. Necesitan rea-lizar un simulacro ante los prostituyentes y su disociación se incrementa aún más, ya que para resultar atractivas fingen ser fuertes. He comprobado de distintas maneras que estas personas, cuyos cuerpos son invadidos permanentemente con esas prácticas, a través de los años sufren consecuencias de tal gravedad que sólo son comparables a las de personas que han sufrido tortura física y psicológica.

Para realizar una elaboración mínima, sería necesario que pudieran reflexionar y hacer un relato sobre las actividades a las que están sometidas, pero esto generalmente se ve impedido porque no les es posible tolerar la angustia. Un ejemplo es este comentario que hizo Adriana: “Una vez, un grupo que estábamos reunidas a la madrugada porque no había clientes, quisimos imaginar con cuántos hombres se había acostado cada una. Fuimos imaginando micros llenos de hombres, para poder tener una idea, pero nos sentimos muy mal y algunas se descompusieron. Fue tan espantoso que nunca más tocamos el tema”.

El retiro de esa actividad siempre es difícil, aunque siempre deseado. Para poder retirarse, deberían liberarse de los proxenetas, cuestión que a muchas se les plantea como inimaginable porque viven en un sistema de cautiverio que coadyuva a que se produzca un deterioro a veces total de su relación con el mundo externo. Tras retirarse, en algunos casos las mujeres sufrieron durante años graves depresiones y fobias. En otros casos, después de breves períodos de interrupción, volvían compulsivamente a la práctica ya que, sin ningún tipo de asistencia, la intensidad de la angustia por el proceso de elaboración se les volvía insostenible.

 

* Extractado de un trabajo que será publicado en Topía revista. Psicoanálisis, sociedad y cultura.

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-52127-2005-06-09.html?fbclid=IwAR1SxvL9GJ2D2UCgeqQFMxtEIk4tFdv5qcLzoWqCRYX6CKfPxeL9br7h_x0






"Conocimos los inicios de AMMAR, hoy estamos con el abolicionismo"

"Conocimos los inicios de AMMAR, hoy estamos con el abolicionismo"

 Publicado: 27 JUNIO 2020


 

Cristina Ércoli, activista por los derechos humanos de las mujeres, sostuvo que la prostitución no puede ser regulada como un trabajo y que el Estado debe garantizar políticas públicas para que las personas puedan elegir un empleo sin violencia.

 

La integrante de Mujeres por la Solidaridad fue consultada en Periodismo Turno Mañana acerca de su posicionamiento político respecto a considerar la prostitución como un trabajo o como una violación a los derechos humanos de las mujeres, trans y travestis empobrecidas. Sobre esto, la histórica militante feminista y una de las voces principales por el esclarecimiento del femicidio y desaparición de Andrea López, sostuvo que su mirada no fue siempre igual, pero que hoy su posicionamiento es abolicionista.

 

"Para Mujeres por la Solidaridad es una dicotomia que no hay que tomar friamente. Es un tema complejo y dificil de explicar, personalmente tengo una experiencia política desde hace más de 20 años atrás. Conocí, conocimos los inicios de AMMAR", afirmó.

 

 Y agregó: "en ese momento, más de veinte años atrás, conocimos a Elena Reinaga en CTA (Presidenta RED TRASEX), yo era miembro de esta Central también. El Gremio se había ido formando a raíz de las persecuciones policiales que sufrían, de la necesidad de terminar con enfermedades venéreas, sobre todo con el tema de HIV y por toda la falta de derechos. En ese momento, nosotras las veíamos como trabajadoras sexuales, ellas incluso habían creado un colegio para las mujeres en prostitución, habían desarrollado un trabajo para protegerse entre ellas mismas y era muy importante todo eso. Sin embargo, al tiempo, compañeras que eran trabajadoras sexuales y que habían fundado el gremio se fueron separando para trabajar en una línea que tuviese que ver con los Derechos Humanos desde el abolicionismo. Algunas de ellas son conocidas, Graciela Collantes y Sonia Sánchez, y empezaron a convertirse en lo que ellas mismas denominaron: sobreviventes de la prostitucion. Ahí nosotras empezamos a pensar de otro modo y la verdad que no, la prostitución no puede ser considerada un trabajo. Nadie puede decir ojalá que mis hijas y mis hijos tengan un trabajo de prostitución."

 

"En ese entonces, empezó a tallar mucho dinero del proxenetismos internacional y empezaron a llegar remesas de dinero con el tema del VIH. Se instaló el trabajo sexual. Inclusive, y no me arrepiento de haberlo hecho, acá empezamos a recorrer los barrios y a invitar a las mujeres en prostitución a sindicalizarse, porque claro que necesitaban protección y había que trabajar para derogar los edictos, pero en ese periodo también ocurre la desaparición de Andrea (Lopez). Pudimos mamar, sentir, internalizar de qué se trataba la prostitución a través de los relatos de las mujeres prostituidas y de Julia Ferreira".

 

"Todas, o la enorme mayoría, tienen un proxeneta detrás, nosotras lo comprobamos. Nosotras creemos que hay una disputa que entra desde el movimiento feminista, pero alentada por otras causas, por otros factores, por la cosificación de los cuerpos, por el mercado de la pornografía y de mezclar el placer y el deseo con esto."

 

"Mi posición hoy es claramente que de ninguna maneras las personas prostituídas están ejerciendo un trabajo. Creo que no hay que intelectualizar este tema, hay que hablarlo a calzón quitado. Si hubiera empleo digno, educación, políticas públicas, nadie va a elegir eso y quien lo elija, nadie le va a decir que no lo haga. Nosotras no somos prohibicionistas", cerró.

 

Foto de La.Dag


Fuente

http://www.radiokermes.com/noticias/3060-conocimos-los-inicios-de-ammar-hoy-estamos-con-el-abolicionismo?fbclid=IwAR1pAJci6xrgI_cXIYB5-yCV8-uu6QR7cYk021ywyWdmwAGW2M_BZmyLBTA#.Xve_Sd6vc0U.facebook

Nota: las negritas y la imagen son copia del original.



 

sábado, 9 de mayo de 2020

Posicionamientos importantes sobre la prostitución



Opiniones / Por emujeres
Autoría: v.a

Marcela Lagarde y de los Ríos.  Doctora en Antropología y etnóloga mexicana,  ha sido diputada y presidenta de la Comisión Especial de Seguimiento a los Femicidios en la Cámara de Diputados de México.
Para mis socias de la vida, pág. 80, Edit. horas y HORAS

“Por definición las mujeres que ejercen la prostitución no son autónomas. Por definición son cuerpo objeto para el placer de otros. Su cuerpo subjetivo, su persona está cosificada y no hay un “yo” en el centro.  En esa situación no existe la posibilidad de construir una persona que se autodefine, que se auto limita, que se protege y se desarrolla a sí misma. Aun cuando pueden ser independientes económicamente y hasta mantener hijos, maridos, amantes.

La autonomía es un concepto dinámico del desarrollo personal, de enriquecimiento de la propia persona.  En las mujeres que ejercen prostitución no la hay. Como tampoco hay autonomía en las mamás de diez hijos, pues qué autonomía puede haber ahí. Pueden ser mujeres que hacen muchas cosas, que van y vienen, pero están cosificadas como seres que encuentran su sentido práctico y filosófico en los otros.

En ambos casos, en las mujeres que trabajan en la prostitución y en este tipo de mamás, son ambas profundamente enajenadas.

Para ser autónomas, todas las mujeres, prostitutas, madres, castas, puras, monjas  y célibes, necesitamos redefinir nuestras vida en torno a nosotras mismas y dejar de ser objeto.  La autonomía es muy puntual y pasa por que las mujeres dejemos de ser cosificadas para los otros., Mientras lo seamos,  podemos tener riqueza o pobreza,  pero ninguna somos ni sujetos ni autónomas.”

Victoria Sau Sánchez, Licenciada den Historia Contemporánea, Doctora en Psicología, ha sido profesora de la Sección de Psicología de la facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de Barcelona, investigadora y escritora feminista.
Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, 12 de  julio de 2006.
“Mi opinión desde hace mucho tiempo sobre la prostitución es que es la última esclavitud del mundo occidental, atenta al sentido mismo de democracia.
Es una institución masculino-patriarcal según la cual un número  indeterminado de mujeres  no llega a ser distribuido a hombres concretos por el colectivo de varones a fin de que  queden a merced no de uno solo sino de todos aquellos que deseen tener acceso a ellas…

En los cuadernos de quejas previos a la revolución francesa, las mujeres ya pedían la abolición de la prostitución.

Yo sería partidaria de prohibir a los varones comprar sexo esclavo. El modelo sueco me parece, de momento, dentro de Europa, el más interesante hasta conseguir la abolición absoluta…

Pienso que el voto de las mujeres que ahora ya tenemos todas las europeas, tiene que contribuir a la abolición de la prostitución…”



Somalí Mam, Premio Príncipe de Asturias, Presidenta de la Asociación MAM-AFESIP ESPAÑA. ACCIÓN PARA LAS MUJERES EN SITUACIÓN PRECARIA. Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

Otro resultado  horrible de la normalización de la prostitución es el aumento de la violencia; presenciamos casos donde las jóvenes han sido objeto de prácticas muy violentas por los clientes en la pornografía, y vemos cómo se generalizan conductas como la violación en grupo. En Asia también hay lo que se llama la violación colectiva. La violación colectiva  se produce mucho en Asia y está aumentando mucho. Es un grupo de chicos que piden una prostituta y cuando la prostituta llega, han sido violadas por cuarenta o cincuenta personas… hace tres años, y este año han cambiado el concepto de violencia, han comprado dos mujeres, dos chicas, dos víctimas que han sido violadas y después matan a una y dejan a la otra para que vuelva y hable con otras mujeres.
Y las drogas también, y el sida. Las drogas en este momento, y hablo de Claude Pen, la prostitución en Camboya, el 80 % son adictas a las drogas. Y me gustaría  preguntarles si hay algún trabajo  en el que hay un perfil normal donde estas circunstancias puedan ser admisibles. Si se considera la prostitución como profesión sin analizar los índices de violencia y las consecuencias sobre el cuerpo y la salud física de las mujeres, estamos actuando con hipocresía, incluso de forma absolutamente estúpida”.

Gemma Lienas. Escritora. Comparecencia en el Congreso de los Diputados, 4-6-2006.
Al argumento de: -es preciso legalizar esta actividad para que  las prostitutas puedan realizarla en mejores condiciones-
Si esta es la razón, legalicemos, entonces, la ablación del clítoris para las niñas subsaharianas o asiáticas.

Al argumento de: -Es un trabajo como otro cualquiera-

Algunos datos Entre el 63% y un 80% de las prostitutas han sido víctimas de violaciones. Las prostitutas corren un riesgo 40 veces mayor de ser asesinadas que el resto de la población femenina. Mías del 68% de prostitutas sufren estrés postraumático  ¿Se puede considerar un trabajo una actividad que comporta tanto riesgo para la integridad de las mujeres?

La prostitución es un negocio mundial casi de la misma magnitud que el del tráfico de armas y del tráfico de drogas. Y en España se supone que la cifra de negocio se sitúa sobre los 18.000 millones de euros.

Teniendo en cuenta estos datos no es de extrañar que los llamados empresarios del sexo estén luchando duramente por conseguir la legalización de su negocio.

Alguna frontera habrá que ponerle al mercado, o terminaremos fagocitados por él. Por ejemplo, en Estados Unidos se están planteando ya regular la compra-venta de órganos humanos para atajar –justifican- un mercado negro cada vez más floreciente. Si regulan ese mercado en lugar de perseguirlo, la injusticia del sistema se acentuará porque los ricos comprarán órganos, mientras que los pobres no tendrán otra opción que venderlos y, además, no podrán acceder a los transplantes, que quedarán fuera de sus posibilidades económicas…”

UGT. La prostitución una cuestión de género. Secretaría para la Igualdad. Diciembre 2005.

“La prostitución, para UGT, es una manifestación de violencia  de género, y como tal debería tratarse  e integrarse en nuestro ordenamiento jurídico, en las políticas, en nuestra educación y en nuestra cultura social.

El origen  de la prostitución se encuentra en el antiguo esclavismo y en la trata de mujeres.
Según Peter Szil, psicoterapeuta especializado en educación sexual y con larga experiencia en la materia, pone de relieve en sus trabajos que, a parte de los perfiles individuales de los hombres que compran sexo, hay una visión compartida por el resto de la población masculina que hace posible la práctica de la prostitución.

Dicha visión, según este experto, está basada en la certeza de que su sexo les otorga derecho a disponer de su entorno, del espacio y del tiempo de otros y, en primer lugar, de otras. Este derecho se extiende también al cuerpo  y a la sexualidad de las mujeres. Tratándose de un derecho, es legítimo conseguirlo y preservarlo, aunque sea con violencia.

Los estudios de este psicoterapeuta ponen de manifiesto que la pornografía y la prostitución enseñan y reafirman el rol masculino.”



Rosa María Hermoso Martínez (Jefa del Servicio del Área de Igualdad del Ayuntamiento de Sevilla) Centro Municipal de Atención a Mujeres Prostituidas “Leonor Dávalos” Comparecencia ante en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

“El ejercicio de la prostitución en sí mismo es un atentado contra los derechos humanos.

No hacemos una distinción entre prostitución libre y forzada. Para nosotras la prostitución es un fenómeno en sí, en diferentes condiciones, pero es un fenómeno único y exclusivo.

Andrea Dworkin dice que el incesto es el campo del cargador para la prostitución, según la experiencia que ellas han tenido con mujeres en prostitución. Este dato, que nosotras también hemos ido observando a lo largo de nuestro trabajo, lo hemos tenido nosotras mismas silenciado, el hecho en sí que también es silenciado por las víctimas, nosotras también lo teníamos silenciado porque no nos atrevíamos, desde nuestra humildad de atención en nuestro Centro, a darlos. Pero posteriormente, con la constatación clara y con la investigación con datos, sobre todo, de Melissa Farley hemos podido comprobar que es cierto.”

Rosa Cobo Bedia, Doctora en Ciencias Políticas y Sociología, profesora de Sociología de la Universidad de la Coruña. Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

“Uno de los grandes mitos que está alimentando el reglamentarismo es la idea de la libertad sexual. La libertad sexual es uno de los conceptos que se oponen de una manera más radical a la prostitución. La prostitución es una forma onerosa y una forma extraordinariamente dura de ganarse la vida.  Y fíjense ustedes que allá donde aumentan los niveles de bienestar de una sociedad y donde disminuye la desigualdad, de una manera inmediata las personas de esa sociedad, las mujeres de esa sociedad dejan de ser ese grandísimo contingente, que cuando había más pobreza eran de la prostitución. De hecho, como ustedes sabrán, más del 90 por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución en España son inmigrantes, de modo que es imprescindible para poder entender el fenómeno social de la prostitución entender que hay una relación de necesidad entre prostitución y desigualdad, entre prostitución y pobreza. Y ese es el único motivo por el cual la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución son mujeres inmigrantes…..  El contrato tiene que tener límites, y las sociedades en las que vivimos ponen límites al contrato, pese a que el liberalismo haga una exaltación de que el contrato no tiene que tener límites. Existe el límite en la propia esclavitud, existe límite, por ejemplo, al trabajo infantil, existen límites a contratar que tú puedas vender tus propios órganos; la libertad de contrato ha de ser limitada.

La libertad sexual está vinculada al deseo y al placer, y en las mujeres prostituidas no hay libertad sexual ni placer, sólo hay una forma de ganarse la vida, y esto es ya suficiente para que las feministas mostremos toda nuestra solidaridad con estas mujeres…

El neoliberalismo tiene un deseo ilimitado, que es el de que todo lo que existe forme parte del mercado, que todo se pueda vender y todo se pueda comprar, incluidos los cuerpos de las mujeres.”



Vivas Larrui, Presidenta de la Comisión de Igualdad de Jueces para la Democracia, magistrada de la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

“Cabría preguntarse cómo vamos a armonizar que en una cadena de producción de una empresa con convenio colectivo en la que se regulan las buenas prácticas y en la que hay prevención de riesgo decir –abro comillas de una sentencia-: “me gustas más cuando no llevas las bragas debajo de la bata” –cierro comillas-. Es una humillación y se sanciona a quien lo haga, al trabajador, acosador y a la propia empresa si no ataja esa conducta.

El Instituto de la Mujer y el Consejo Audiovisual tienen apartados para denunciar los anuncios sexistas que den una visión de subordinación de la mujer y al mismo tiempo las páginas de los diarios de más tirada contengan bajo el epígrafe “contactos“ la mayor escenificación de la subordinación, la desigualdad y el insulto anunciando la venta de sexo con frases como las siguientes que extraigo del apartado de contactos 56, apartado relax, del mismo periódico que leí anteriormente ese dato del 20 de junio, en el que se dice, por ejemplo, nuevo local, preciosas esclavas; amas severas, sumisas, complacientes; bueno, bonito, barato; nuevas señoritas, noche y día, experiencia de 25 años nos avala; furcia obscena sin espera; sumisa vocacional; joven atractiva y erótica para amos exigentes; 25 euros, preciosas barbies rusas y brasileñas; minifalda y sandalias, 18 años, francés sin, aniñada y desnuda.

¿Es que vamos a tener trabajadoras a las que se pueda humillar, maltratar, acosar, porque forma parte de un contrato? ¿ Les vamos a aplicar una ley diferente? ¿Señalaremos cuántos coitos pueden hacer en una jornada de ocho horas? ¿Felaciones? ¿Si han de dejarse atar o insultar? ¿Regularemos el periodo de descanso cuando estén menstruando? ¿No es eso estigmatizar? ¿Diremos cuáles son los tiempos mínimos de permanencia en cada prostíbulo? ¿Aceptaremos que el cuerpo es una “cosa” y que no sirven las mujeres de cierta edad o de cierta complexión? ¿Dónde queda la dignidad y el respeto a la imagen de esas mujeres y de todas las mujeres  y de todos los hombres? ¿Dónde ponemos el valor de las personas, de la igualdad? ¿Cómo cumplimos el mandato constitucional de remover los obstáculos que impidan lograrla?

Elaborar un estatus de trabajo no suprime la estigmatización y suprimir la estigmatización de las mujeres prostituidas no pasa por dar normalidad al hecho de vender sexo por dinero.

La prostitución, en conclusión, es una discriminación y es atentatoria a la igualdad entre los hombres y las mujeres.”

Hace pocos años nadie hubiera apostado por que la violencia intrafamiliar se examinara más allá de los tribunales penales. Hoy, no lo consideramos privado; hoy entendemos que una agresión no es tolerable, incluso se la mujer quiere dejarse pegar o no lo denuncia.  No es tolerable para nosotros vender ovocitos o riñones, podemos donarlos, pero no sería tolerable regular el trabajo infantil solo porque hay muchos niños trabajando o admitir, parafraseando a Gemma Lienas que las empresas de pasarela pueden contratar a anoréxicas de la talla 34 porque hay que salvaguardar el derecho de las anoréxicas. Se puede y se debe respetar el derecho individual, pero que una o varias personas se prostituyan, vendan sus órganos o de dejen morir en la extrema delgadez no implica que el Estado sea neutral y a su demanda lo regule.”

Fuente:







viernes, 8 de mayo de 2020

Los foros de puteros se frotan las manos con la extrema situación por el coronavirus de las mujeres prostituidas



A sabiendas de que se han cerrado prostíbulos, los prostituidores buscan en Internet información para conocer dónde seguir explotando mujeres o recomendarse a las esclavas sexuales a las que, por la situación de desesperación que viven, regatean y obligan a aceptar precios más ajustados, así como a prácticas más violentas.

MADRID
NURIA CORONADO SOPEÑA

"Aquí solo van a quedar las africanas más desesperadas y que no le temen ni al ébola. Pasarán muchos años hasta que nos volvamos a follar a una lumi"; "Yo lo que no sé es cómo permiten el cierre de puticlubs. ¿Pero, señores, acaso no es un establecimiento donde se busca y encuentra la medicina para el alma y el cuerpo? ¡Animo muchachos, dentro de muy poco volveremos a nuestra rutina de diversiones!".

Estos son solo dos de los miles de mensajes que se pueden encontrar en los foros de puteros durante la covid. Comentarios más que ofensivos y degradantes y que el Colectivo Hiparquía -la organización abolicionista radicada en Elche que ofrece apoyo emocional y comida a las mujeres prostituidas-, ha querido estudiar para mostrar los niveles de misoginia de quienes los dicen.
Según María Arenas, representante de dicho colectivo, todos tienen en común una cosa: "Los prostituidores saben que se han estado aprovechando -y siguen pensando hacerlo- de mujeres en situación de vulnerabilidad a las que, en circunstancias normales y con las necesidades básicas cubiertas, no podrían prostituir". Un modus operandi que es reflejo de que a los puteros "no les gustan las relaciones sexuales, sino la esclavitud sexual".

Y es que, a golpe de clic, quienes alimentan al sistema patriarcal se están frotando las manos con la situación de vulnerabilidad de las mujeres prostituidas. "Están convencidos que la industria prostitucional se va a ver fortalecida [por la crisis y gracias al porno]. Por un lado, van a tener más variedad de mujeres entre las que escoger (más españolas, y en general, más mujeres que caerán en el sistema prostitucional al perder sus trabajos y no encontrar opciones de subsistencia). Por otro lado, saben que, a mayor vulnerabilidad entre las mujeres actualmente en situación de prostitución (sobre todo si no tienen las necesidades básicas cubiertas), menos billetes van a necesitar para prostituirlas cuando todo haya acabado", subraya Arenas.


Putero, el rol del macho por antonomasia
Una opinión que refrenda Zúa Méndez, la actriz, activista abolicionista y cofundadora de Towanda Rebels. "El que los puteros se salten el confinamiento para esto es sinónimo de no respetar los límites, y, en general, de no respetar a las personas. Son profundamente narcisistas, solo hay que leerles para darse cuenta de que más allá del yoísmo no hay nada. Dentro de este rol de macho, no respetar las normas y realizar prácticas de riesgo es lo más usual. Se jactan de ello y se animan los unos a los otros".
A este rol de macho alfa, la actriz y también cofundadora de Towanda Rebels Teresa Lozano añade cómo estos foros les sirven a los puteros para saber quiénes son los más cracks. "Para comprender la prostitución tenemos que tener claro que la masculinidad es un carnet que te lo dan tus pares, los otros hombres. Para conseguir ese carnet de macho debes demostrar una y otra vez que eres un hombre de verdad, y, para ellos, tener sexo con muchas mujeres, cuantas más mejor, da puntos. Su masculinidad la construyen colocándose por encima de las mujeres, a través de la dominación. Por eso la prostitución no va de sexo, como nos quieren hacer ver, sino de poder. De seguir perpetuando la jerarquía y el orden patriarcal. La única diferencia entre una violación y la prostitución es un sucio billete". 
La clasificación misógina
Los mensajes de los foros que el Colectivo Hiparquía ha rastreado muestran a cinco tipos de prostituyentes. Los primeros son los simpáticos. "Se ríen entre sí comentando que lo están pasando putas e imaginándose a las mujeres que conocen sin poder subsistir, y recurriendo a pedir ayudas sociales". En segundo lugar, están los colonialistas, que lamentan que mientras dure la crisis sanitaria sólo van a poder comprar a "africanas desesperadas" porque tendrán que verse obligados a esperar a que la industria les haga disponible "mejores mujeres", añade María Arenas.
Los más paranoicos argumentan que el coronavirus y el confinamiento "son una trama del feminismo y el gobierno, al que consideran feminista", para impedirles seguir prostituyendo a las mujeres. Uno de los mensajes de un putero así lo refleja: "De todas formas no quiero pensar que esto del bicho se ha montado con el objetivo de impedir que puedas irte de putas por causa de una trama de intereses ocultos. Pues claro que se ha montado por eso joder, o es que no se nota. ¡Qué casualidad, justo después del 8M!".
En este ranking también están "los que se sienten negados del derecho a prostituir que creen que tienen y merecen por culpa de la crisis sanitaria y del confinamiento, y proyectan esa misma culpa -y su frustración- sobre la mujer en situación de prostitución, afirmando que debe perseguirlas la policía por ser la fuente de contagio; es decir, el estigma del coronavirus para ellas", añade Arenas.



Algunos de los mensajes que se pueden leer en los foros de los puteros recopilados por Hiparquía.

Por último, destacan los puteros "solidarios", que son los que aconsejan a sus compañeros "aprovechar el momento de necesidad y presentarse en el domicilio de las mujeres llevando comida para prostituirlas y a la vez poder justificar a la policía que vienen de comprar. También abren camino a sus compañeros prostituidores ofreciéndose para aconsejarles cómo saltarse el confinamiento para prostituir tras intentarlo ellos mismos", recalca la portavoz del Colectivo Hiparquía.
Según Zúa Méndez, esta categorización en realidad viene a resumirse en una sola: la de quien no tiene sexo en igualdad. "Sabemos por los múltiples estudios que se han llevado a cabo a partir de cientos de foros y de entrevistas con ellos, y especialmente por el testimonio de las supervivientes del sistema prostitucional, que nos encontramos puteros de todas las clases sociales, de todas las etnias, de todas las edades; lo único que tienen en común es el hecho de que son hombres (el 99% de los que pagan por sexo). Es un reflejo de los hombres que existen en nuestra sociedad. Nos sorprenderíamos si supiéramos cuántos de los hombres que nos rodean han acudido o acuden al puticlub, al piso de prostitución o a la rotonda. Es imposible que esos hombres nos vean como iguales, cuando creen que pueden acceder al cuerpo de las mujeres cuando quieran porque su dinero se lo permite".
Ni traumatizados ni enfermos
Así las cosas, para Teresa Lozano "el hombre no nace putero, al putero lo hacemos". La explicación la da mencionando a la filósofa feminista Ana de Miguel, según la cual los puteros crecen con una doble verdad: "Por una parte, se les ha dicho que sus compañeras tenían los mismos derechos que ellos, mientras que por otra las mal llamadas industrias del sexo, sobre todo la pornografía, les han enseñado que las mujeres somos objetos y que pueden hacer lo que quieran con nosotras, o al menos con algunas. Claro que están enfermos, pero su enfermedad se llama machismo y se cura con educación porque no existe el gen putero".
Por ello, Méndez añade que estos foros, haya covid o no, son el lugar perfecto para comprobar para qué sirve la prostitución. "Creo que es imposible leer un foro de puteros y seguir manteniendo la postura de que la prostitución es un trabajo como cualquier otro y que los puteros no son violadores, sino respetables clientes. Es imposible seguir diciendo que son personas que se preocupan por las mujeres prostituidas y que actuarían en cuanto vieran algún síntoma de que esa mujer es víctima de trata. Lo que nos dicen estos foros es que saben que las mujeres no están ahí por gusto, sino por necesidad, y se aprovechan. No tienen problemas en estigmatizarlas, en sacar toda su misoginia, su clasismo y su racismo cuando hablan de ellas. Cuentan cómo a peores condiciones de vida de esas mujeres, mejor para ellos para extorsionarlas y obligarles a hacer prácticas de mayor riesgo y de violencia por menos dinero", añade.
Acabar con esta situación de violencia de género extremo solo pasa, según coinciden todas las expertas consultadas, por una cosa: abolir la prostitución. "Mientras haya una mujer prostituida todas somos susceptibles de serlo", dice Lozano. "Hasta que no consigamos la abolición de la prostitución todas las mujeres somos putificables. Me llaman la atención los comentarios en los que se jactan de que la crisis económica derivada de la covid-19 va a permitirles acceder al cuerpo de mujeres a los que, en circunstancias normales, no accederían. Con esto lo que queda claro es que los puteros saben perfectamente que las mujeres en prostitución lo están por necesidad económica y que eso les da exactamente igual o, peor aún, les gusta. Ven esta crisis (o cualquier otra) como una oportunidad para tener sexo con las inalcanzables o para conseguir un menú más variado. Saben perfectamente que las crisis nos afectan más a las mujeres - ya de por sí empobrecidas respecto a ellos - y esperan, cual buitres, una nueva hornada", agrega. 
Por eso también coinciden en destacar que el discurso del trabajo sexual es un discurso de puteros. "Ellos tienen claro que, de regularse la prostitución, lo van a tener todavía más fácil para acceder a nuestros cuerpos. Esto también pone de manifiesto que no exageramos cuando decimos que si legalizamos la prostitución nos podrían ofrecer un puesto como trabajadora sexual en el INEM e incluso nos podrían privar de la prestación por desempleo en el caso de no aceptarlo. Ellos están deseando que la sociedad les legitime y nos toca al conjunto de la sociedad decidir si las mujeres estamos en venta y si el Estado debe convertirse - legalmente- en un Estado proxeneta. Con una crisis sin precedentes sobre nuestras cabezas, es urgente tomar medidas que nos protejan frente a estos depredadores deseosos de convertirse en clientes", finaliza Zúa Méndez.
Fuente: