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lunes, 31 de mayo de 2021

LOS RIESGOS PARA LA SALUD DE LA MADRE EN LA EXPLOTACIÓN REPRODUCTIVA

LOS RIESGOS PARA LA SALUD DE LA MADRE EN LA EXPLOTACIÓN REPRODUCTIVA

28 mayo, 2021

Ana Trejo Pulido

Por Ana Trejo Pulido, creadora de Stop Vientres de Alquiler

 

En la imagen la famosa Dra Nayana Patel (derecha), asistida por el Dr Harsha Vhadarka, están realizando una transferencia embrionaria a una mujer de la India, de la que no sabemos su nombre.

 

Este post incluye parte del capítulo 7 y el capítulo 8 del libro “En el nombre del padre: Explotación de mujeres con fines reproductivos y venta de bebés recién nacidos. Diez puntos básicos para conocer toda la verdad sobre el alquiler de vientres”. Autora: Ana Trejo Pulido.

 

Puedes descargarlo gratuitamente y leerlo completo  aquí.

 

Si te gusta comparte y ayuda a difundir la verdad sobre la #ExplotaciónREproductiva #StopVientresdeAlquiler

 

Los contratos de subrogación representan un ataque brutal a la soberanía sexual y reproductiva de las mujeres, a la soberanía sobre el propio deseo materno, así como una vulneración de derechos humanos fundamentales: derecho de filiación, derecho a la salud materna y reproductiva, derecho a la autodeterminación sobre el propio cuerpo, derecho al libre desarrollo de la personalidad, derecho a la intimidad, a la confidencialidad médica, derecho a la dignidad, a la integridad física y moral; y derecho a no ser vendida, traficada, ni explotada sexualmente. En este post abordo los riesgos de esta práctica desde el punto de vista de la salud mental, física y social de las mujeres que se ven abocadas a actuar como madres de alquiler.

 

La maternidad disociada en la explotación reproductiva

Los embarazos subrogados, por su propia naturaleza de embarazo altamente medicalizado, tecnificado, controlado y enajenado, es un proceso muy agresivo para la salud física y emocional de la mujer y entraña riesgos para el bebé recién nacido. Todos los riesgos para la salud física y mental de las madres de alquiler y sus criaturas se derivan de las condiciones de concepción, gestación y parto impuestas en los contratos de subrogación.

 

La Dra. Miriam Al Adib, ginecóloga y obstetra, señala que en el caso de la subrogación, como en cualquier otro embarazo, no se puede obviar la evidencia científica existente sobre la importancia de garantizar el vínculo madre-criatura para promover una buena salud física y mental de ambos: “respetar al máximo la fisiología del embarazo y el nacimiento, en un entorno que no sea hostil, evitar el estrés psicosocial de la gestante, que el tándem madre-bebé puedan tener las mejores condiciones para apegarse e influirse mutuamente” es crucial para garantizar la salud de la mujer y su bebé[1]. Ninguno de estos principios se cumple en el caso de la explotación reproductiva.

 

En la subrogación, todo el vínculo y reconocimiento materno-infantil, todo el proceso neuro-hormonal que conlleva la gestación y cuya función es generar el enamoramiento entre la madre y el bebé es truncado violentamente, es intencional y planificadamente interrumpido desde el inicio del embarazo cuando se pide a la madre que se desvincule emocionalmente del bebé que está gestando para otros; y culmina cuando el recién nacido, literalmente, es extraído del vientre de su madre y entregado a los compradores, a menudo momentos después del nacimiento; degradando aún más a la mujer y a la criatura.

 

Ekis Ekman afirma que todas las madres de alquiler, independientemente de si perciben la subrogación como una experiencia positiva o negativa, utilizan técnicas de desconexión de sus emociones para establecer una distancia mental con respecto a la experiencia que están viviendo. Es decir, viven sus embarazos disociadas, repitiéndose constantemente que la criatura que están gestando y sienten crecer en su interior pertenece a otra persona, tratando de negar el vínculo que de manera natural se va desarrollando a lo largo del embarazo[2].

 

Algunas agencias informan en sus sitios webs que: “aunque la gestante tiene claro que el bebé que gesta durante 9 meses no es su hijo (y así lo declara en el contrato de gestación subrogada), existe el conocido vínculo materno-fetal, pues el bebé se alimenta y crece gracias a las aportaciones de la mujer que lo gesta. Por esta razón, es inevitable que exista un pequeño sentimiento de pena o impotencia al entregar al bebé”. Afirman que “el coste emocional es grande y no todas las mujeres están capacitadas para ser gestantes en un proceso de subrogación de útero”[3]. Argumentan que esta sería una de las razones por las que las candidatas a ser madres sustitutas tienen que pasar por numerosas pruebas médicas y psicológicas, con el objetivo de evitar posibles consecuencias a nivel emocional. En realidad, los exámenes psicológicos están orientados a determinar si se podrá contar con la docilidad de la madre de alquiler a la hora de entregar al niño.[4]

 

En el contexto indio, la revisión de la literatura realizada por Patel y su equipo informa que los médicos que atendían a las madres de alquiler esperan que estas mujeres fueran tímidas, sacrificadas y complacientes y con control racional absoluto sobre sus emociones en todo momento. Encontraron que el personal médico trivializaba los problemas psicológicos y emocionales que enfrentan estas mujeres ya que consideraban que el dinero que reciben es una motivación suficiente para garantizar que los sentimientos hacia el bebé no se desarrollen. La crueldad del equipo médico también se destacó en algunas de las declaraciones de las mujeres que afirmaban que las enfermeras solían reprender a las mujeres si lloraban durante o después de la entrega del bebé[5].

 


Dadas las circunstancias en que tienen lugar estos embarazos, no resulta difícil anticipar que las madres desarrollarán emociones complejas por el bebé que gestan durante nueve meses. Kajsa Ekis Ekman explica que muchas madres sustitutas, tras entregar al recién nacido, describen una mezcla de aflicción, nostalgia, vacío y culpa, lo que lleva a un 30 por ciento de estas mujeres a someterse de nuevo a todo el proceso con el objetivo de redimir su culpa tratando de hacer feliz a otra nueva familia.[6]

 

Responsables del Ministerio de Justicia en Kiev llevan años viendo situaciones dramáticas, su director, Stanislav Kutsenko, cuenta que en los últimos dos años, unas 50 mujeres han solicitado quedarse con el bebé después de dar a luz[7]. Un informe del departamento de salud británico estima que del 4 al 5 por ciento de las madres sustitutas cambia de parecer y se niegan a entregar al niño[8].

 

A fin de evitar estas situaciones, algunas clínicas de subrogación proporcionan a las mujeres terapia psicológica y grupos de apoyo con el objetivo de que la mujer suprima o bloquee toda clase de vínculo hacia su futuro hijo o hija[9], ignorando el impacto que esta desconexión emocional del embarazo podría tener tanto en la salud de la madre, como del bebé. Por otro lado, el hecho de que la madre logre desvincularse emocionalmente y poner distancia con respecto a futuro bebé que está gestando en su interior, no va a impedir que el futuro bebé a medida que va creciendo se vincule y apegue a su madre[10].

 

En Ucrania, tal y como pasaba en la India[11], las madres sustitutas no suelen tener contacto con los compradores. La empresa Biotexcom, que controla dos tercios del negocio ucraniano[12], mantiene a las madres separadas de las parejas. Incluso en el diseño de las instalaciones médicas se refleja esta política, manteniendo aisladas a las mujeres de los compradores en todo momento. Por ejemplo, en la sala de ecografías, las madres son separadas de las parejas compradoras mediante mamparas que permiten a estos últimos ver las imágenes de las ecografías sin ver a la madre. Responsables de esta empresa afirman sin tapujos que “este proceso puede quebrar a una mujer si es demasiado emocional”, y que “no importa cuán fuertes sean, las madres sustitutas siempre están en un estado delicado justo después de dar a luz. Así que es mejor tener esa distancia entre la pareja y la mujer”[13].

 

La explotación reproductiva busca desde el inicio desvincular a la madre y a la criatura desde un punto de vista legal, emocional, físico y simbólico e implica una “fractura de los sistemas de apego” para los que tanto la mujer, como su futuro hijo han sido biológicamente preparados.

 

Riesgos para la salud de la mujer derivados de la explotación reproductiva

Los partidarios de esta práctica pasan por alto el hecho de que todo embarazo puede derivar en complicaciones como embolias, anemia, hemorragias, diabetes gestacional, hipertensión arterial, preeclampsia, eclampsia e incluso muerte[14]. Además, gestar una criatura que genéticamente no es propia supone un mayor riesgo de complicaciones graves como la preeclampsia[15].

 

La investigación realizada por la Dra. Woo y su equipo en 2018 aporta evidencia sobre los problemas de salud derivados de la explotación reproductiva. Este tipo de embarazos mostraron un mayor número de complicaciones obstétricas para las mujeres, como diabetes gestacional, hipertensión, mayor número de amniocentesis, más placentas previas, así como un mayor número de cesáreas; en comparación con los embarazos espontáneos de estas mismas mujeres. Los embarazos subrogados tuvieron tiempos de gestación más cortos y dieron lugar a un porcentaje mayor de bebés prematuros y un porcentaje mayor de bebés con bajo peso en comparación con los embarazos naturales[16].

 

Desde la perspectiva de la salud mental, el trabajo de Lamba publicado en 2018 sobre el bienestar psicológico y el vínculo prenatal de madres de alquiler muestra que las madres de alquiler tenían niveles más altos de depresión durante el embarazo y el posparto. El bajo apoyo social durante el embarazo, el ocultar la subrogación y las críticas del entorno familiar y social eran factores predictivos de mayor depresión en las madres de alquiler después del parto. Con respecto al vínculo prenatal, las madres sustitutas interactuaron menos con el feto y pensaron menos en él, en comparación con el grupo de control de madres, pero adoptaron mejores hábitos alimenticios y tenían más probabilidades de evitar prácticas poco saludables durante el embarazo[17].

 

El sitio web Surrogate.com describe los 8 pasos del proceso médico de la subrogación[18], los medicamentos que deberá tomar la mujer[19] así como algunos de los riesgos asociados a esta práctica, aunque enfatiza que la satisfacción que supone hacer realidad los sueños de una pareja que desea un bebé, supera con creces las molestias y riesgos que entraña la práctica[20].

 

Esta minusvaloración de los riesgos que entraña la práctica de la subrogación es común en el discurso publicitario de la industria independientemente de si se trata de países ricos o empobrecidos. En países como India a menudo se les dice a las mujeres que el embarazo subrogado será igual que el resto de sus embarazos y las madres de alquiler reciben escasa o nula información sobre las diversas pruebas realizadas, los procedimientos, la tecnología, etc. El proceso de consentimiento informado es inexistente o una mera representación en el que la mujer se limita a asentir y a mostrar acuerdo con la poca información que le ofrecen sobre el procedimiento médico y las condiciones del acuerdo de subrogación[21].

 

La investigación realizada por Sarojini Nadimpally en el contexto indio recoge los testimonios de madres de alquiler expresando su incomodidad al tener que seguir un tratamiento médico agresivo con medicación e inyecciones, que encontraron muy doloroso y cuyo procedimiento desconocían. Todas las decisiones sobre el embarazo son acordadas por los compradores, los médicos y los agentes, excluyendo a las madres de alquiler de la toma de decisiones sobre su embarazo. Las madres de alquiler expresaron su malestar ante este hecho y se sentían intimidadas en el ambiente hospitalario, lo que les hacía más difícil pedir información médica o negociar los términos del contrato.[22] También informaron que padecieron de náuseas, falta de apetito, hinchazón en las piernas, debilidad, movilidad reducida, aumento de peso después del parto o dolor persistente relacionado con la operación de cesárea, teniendo que adaptar su vida dentro y fuera de la casa a esta circunstancia[23].

 

Para lograr que el embarazo se produzca la mujer tendrá que someterse a una hiperestimulación hormonal inyectándose hormonas en el vientre durante semanas, tomar antibióticos y medicamentos inmunodepresores para lograr el embarazo[24]; lo cual en estos tiempos de pandemia del Covid-19 las pone en serio peligro de contagiarse del virus. La hiperestimulación hormonal produce dolor, que a veces exige hospitalización, fallo renal, posible infertilidad futura e incluso la muerte[25].

 

Una vez está preparado el cuerpo de la mujer se procede a la transferencia de embriones[26]. El deseo de los clientes de asegurarse la obtención de un bebé, junto al propio interés de la clínica en tener éxito[27], lleva a que a las mujeres se les implante a menudo múltiples embriones[28], lo cual está desaconsejado desde el punto de vista médico[29]. Los embarazos múltiples son embarazos de riesgo y se asocian a mayor riesgo de hipertensión, preeclampsia, diabetes gestacional y hemorragia postparto[30]. Además se incrementa la posibilidad de someter a la mujer a reducciones fetales que no dejan de ser intervenciones traumáticas[31], para deshacerse de los embriones sobrantes, cuando los compradores solo quieren un bebé, por ejemplo de un sexo concreto, o quieren gemelos pero no triples[32].

 


Desde el punto de vista de los bebés, los embarazos múltiples pueden derivar en nacimientos prematuros o pretérmino, con pesos de nacimiento inferiores al promedio. Los nacimientos prematuros implican una serie de riesgos como parálisis cerebral, dificultades de aprendizaje, desarrollo lento del lenguaje, dificultades de conducta, enfermedad pulmonar crónica y retrasos en el desarrollo[33].

 

Durante la gestación se realizan pruebas de amniocentesis u otras pruebas genéticas invasivas, que tienen riesgos y son dolorosas, para garantizar la integridad genética del gestado[34] y descartar el riesgo de malformaciones o determinadas anomalías genéticas. En caso de detectarse algún problema, se somete a la mujer a un aborto.

 

En un altísimo porcentaje de casos el parto es inducido y por cesárea para facilitar la organización del trabajo de la clínica, maximizar el número de nacimientos por día, facilitar que los compradores puedan asistir al nacimiento de la criatura que han comprado y para evitar cualquier riesgo para el bebé durante el parto[35].

 

La cesárea, que es una cirugía abdominal para extraer al bebé del útero de su madre, se realiza no por indicación médica, sino por imperativo del negocio. Las cesáreas conllevan riesgos bien documentados, incluyendo cortes quirúrgicos erróneos a la mujer y al bebé, infección, hemorragias, histerectomía, dolor severo y dolor a largo plazo en la zona de la pelvis, o en la cicatriz de la cesárea, e incluso muertes maternas relacionadas con la anestesia o con el mismo procedimiento. Los riesgos de las cesáreas para los bebés pueden incluir problemas respiratorios y reducir la bajada de sangre de la placenta al bebé al nacer; y a largo plazo, riesgos relacionados con diabetes infantil, asma, sensibilidades alimenticias y alergias[36].

 

 

El libro de Renate Klein, Surrogacy: A Human Rights Violation recoge múltiples testimonios de madres de alquiler indias como el que sigue: “Hubo muchos problemas con el parto, me pusieron de 15 a 20 botellas IV en sólo dos días. Al final me hicieron una cesárea. Estaba inconsciente cuando la pareja vino y se llevó al bebé. Ni siquiera se lo mostraron a mi marido. El bebé habría cumplido ahora tres años. Pero ni siquiera sé cómo es. Solía pensar que nos invitarían a América. Solía pensar en la madre como una hermana, pero todo se echó a perder. Olvidaron dejarnos una invitación, ni siquiera llamaron para ver si estaba viva o muerta. Ellos terminaron con lo que venían a hacer, recogieron al bebé y se fueron.”[37]

 

 

A las madres de alquiler se les suele administrar medicación para evitar la subida de la leche y por lo general, no se les permite amamantar para evitar la creación de un vínculo entre ella y el recién nacido[38]. En otras ocasiones, el acuerdo de subrogación puede incluir que la madre de alquiler se extraiga leche para alimentar al bebé recién nacido. Algunas agencias anuncian este servicio en sus sitios webs informando de los beneficios de la lactancia materna para la madre de alquiler como una recuperación posparto más rápida, una mayor satisfacción personal por ser aún más generosa; una pérdida de peso más rápida y unos 250 dólares semanales extra. Entre las desventajas señalan el tiempo y el esfuerzo extra dedicados a bombear y lavar las piezas del sacaleches, el esfuerzo adicional para enviar la leche o coordinar la recogida y entrega, y las molestias físicas que pueden surgir con la lactancia[39].

 

Finalmente nos encontramos con la ausencia de seguimiento y atención postparto. Por lo general, ni las agencias, ni las clínicas, ni los compradores asumen ninguna responsabilidad sobre la salud de la mujer después del parto. Las mujeres no reciben atención ni médica, ni psicológica durante la fase de recuperación postparto la cual suele ser lenta y complicada[40]. A nivel físico, las madres deberán recuperarse de la cesárea, pero no van a contar con asistencia sanitaria, ni ayuda de algún tipo, regresando a sus comunidades donde ejercen de cabeza de familia, acarrean con la mayor parte de las responsabilidades y se enfrentan al estigma social por haber realizado esta práctica.[41]

 


[1] Al Adib, Miriam. (2018) Gestación subrogada desde una perspectiva biomédica: lo que el debate científico puede añadir a la discusión ética. Dilemata. Revista Internacional de Éticas Aplicadas. https://www.dilemata.net/revista/index.php/dilemata/article/view/412000244. p.: 17

[2] Ekman, Kajsa Ekis. (2017).Op.cit. p.: 213.

[3] Bayonas, Amalia. (2017) Aspectos psicológicos. Gestante subrogada. Efectos, consecuencias y riesgos de la maternidad subrogada https://babygest.com/es/efectos-y-consecuencias-de-la-maternidad-subrogada/

[4] Ekman, Kajsa Ekis. (2017).Op.cit. p.:207

[5] Patel, A., Kumar, P., & Sharma, P. (2020). pp.: 10 y 11

[6] Ekman, Kajsa Ekis. (2017). Op.cit. p.:226

[7] Blanco, Silvia. (2018) El ‘salvaje este’ de los vientres de alquiler. El País. https://elpais.com/sociedad/2018/09/22/actualidad/1537636094_278287.html

[8] Ekman, Kajsa Ekis. (2017). Op.cit. p.:230

[9] Ekman, Kajsa Ekis. (2017). Op.cit. p.:213

[10] Véase, Comienza el vínculo. El Parto es Nuestro. https://www.elpartoesnuestro.es/informacion/embarazo/comienza-el-vinculo

[11] Pande, A (2014) Op. cit., p.: 619.

[12] Blanco, Silvia. (2018). Op.cit.

[13] Bobyn, Christopher. (2018). Op.cit.

[14] Stanford Children’s Health. (s/f). “Complicaciones del embarazo”. https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=complicationsofpregnancy-85-P04296

[15] Ferrando, N. (2010). Riesgos en embarazo por ovodonación. Reproducción Asistida ORG: https://www.reproduccionasistida.org/riesgos-embarazo-ovodonacion/

[16] Woo, I., Hindoyan, R., Landay, M., Ho, J., Ingles, S. A., McGinnis, L. K., … Chung, K. (2017). Perinatal outcomes after natural conception versus in vitro fertilization (IVF) in gestational surrogates: a model to evaluate IVF treatment versus maternal effects. Fertility and Sterility, 108(6), 993–998. https://www.fertstert.org/article/S0015-0282(17)31941-6/fulltext

[17]  Lamba, N., Jadva, V., Kadam, K., & Golombok, S. (2018). The psychological well-being and prenatal bonding of gestational surrogates. Human Reproduction (Oxford, England), 33(4), 646–653. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5989605/

[18] Véase, American Surrogacy (2020). 8 Steps of the Surrogate Medical Process. Surrogate.com. https://surrogate.com/surrogates/pregnancy-and-health/medical-process-for-a-surrogate/

[19] American Surrogacy (2020) List of Medications Involved in Surrogacy. Surrogate.com.. https://surrogate.com/surrogates/pregnancy-and-health/list-of-medications-involved-in-surrogacy/

[20] Idem.

[21] La agencia International Fertility Centre muestra en este vídeo un ejemplo del proceso por el que tiene lugar el supuesto “consentimiento informado” de una mujer india que se va a prestar a alquilar su vientre. https://stopvientresdealquiler.wordpress.com/2018/02/05/consentimiento-informado-no-explotacion-reproductiva/

[22] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 22

[23] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 24

[24] Surrogate.com (2020). 8 Steps of the Surrogate…Op.cit.

[25] Sociedad Española de Fertilidad. (s/f) Síndrome de hiperestimulación ovárica. https://www.sefertilidad.net/docs/biblioteca/recomendaciones/sindromeHiperestimulacipor cientoC3por cientoB3n.pdf

[26] Bilbao, A. D., Faura, À. G., Gómez, M. B., Tomás, P. R., de Segura, D. R. G., & Salgado, S. (2020). La transferencia de embriones: cuándo y cómo se hace. Reproduccionasistida.org website: https://www.reproduccionasistida.org/transferencia-de-embriones/

[27] Nadimpally, Sarojini. (2015). op. cit. párr.: 24

[28] Lahl, Jennifer (s/f). Telling the Truth about Surrogacy in the United States. http://cbc-network.org/pdfs/CBC-Lahl_Telling_the_Truth_about_Surrogacy_in_the_United_States.pdf

[29] Bilbao, A. D., Ziarrusta, G. B., de Miguel, D. L. G., Fernández-Sánchez, M., Trolice, M. P., & Reus, R. (2018). Transferencia embrionaria: ¿Cuántos embriones hay que transferir? Reproduccionasistida.org: https://www.reproduccionasistida.org/numero-de-embriones-a-transferir/

[30]  Rodrigo, A., Caballero, M. A., & Salvador, Z. (2018). Riesgos del embarazo múltiple para la madre y los bebés. Reproduccionasistida.org: https://www.reproduccionasistida.org/riesgos-del-embarazo-multiple/

[31] de la Fuente Vaquero, D. P., & Salvador, Z. (2018, julio 19). Reducción de embriones o fetos en el embarazo múltiple. Reproduccionasistida.org: https://www.reproduccionasistida.org/reduccion-de-embriones/

[32] Nadimpally, Sarojini. (2015). op. cit. párr.: 24

[33] Asociación de Padres de Niños Prematuros. APREM (2009). Datos niños y niñas prematuros… http://aprem-e.org/wp-content/uploads/2019/05/APREM-DatosNinosPrematuros.pdf

[34] Bayonas, D. A., Rodrigo, A., & Mestre, C. (2016, noviembre 16). Pruebas médicas a la gestante antes y durante el embarazo. Babygest.com: https://babygest.com/es/control-medico-de-la-gestante/#pruebas-geneticas-invasivas-y-no-invasivas

[35] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 23

[36] Coalición para mejorar los servicios de maternidad CMSM. (s/f). Los Riesgos del Nacimiento Por Cesárea Para La Madre y El Bebe. https://www.elpartoesnuestro.es/sites/default/files/public/documentos/parto/cesarea/3.-por ciento20Lospor ciento20Riesgospor ciento20delpor ciento20Nacimientopor ciento20Porpor ciento20Cespor cientoC3por cientoA1reapor ciento20Parapor ciento20Lapor ciento20Madrepor ciento20ypor ciento20Elpor ciento20Bebe_CIMS.pdf

[37] Renate, Klein (2017). Op.cit. p.: 402

[38] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 23

[39] The Egg Donor, & Surrogacy Program. (s/f). Breastmilk for surrogacy: To pump or not to pump. Hatch.us: https://www.hatch.us/blog/breastfeeding-after-surrogacy

[40] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 25

[41] Lamba, N., Jadva, V., Kadam, K., & Golombok, S. (2018). Op.cit. pp.: 647-648

Fuente

https://stopvientresdealquiler.wordpress.com/2021/05/28/los-riesgos-para-la-salud-de-la-madre-en-la-explotacion-reproductiva/

domingo, 23 de mayo de 2021

El daño físico en la prostitución: informe de un ginecólogo del trabajo de calle

 El daño físico en la prostitución: informe de un ginecólogo del trabajo de calle

Liane Bissinger

2019

Publicado el 9 de abril de 2020 por PRE

Contribución de Liane Bissinger, ginecóloga, Munich 2019

 

Texto en alemán: http://abolition2014.blogspot.com/2019/11/korperliche-schaden-der-prostitution.html

[Nota del traductor: cualquier error relacionado con los términos médicos es mío, por completo].

 

Soy un ginecólogo con mi propia práctica en Munich. De 1996 a 2000 trabajé en Hamburgo en la "Zentrale Beratungsstelle für Sexuell Übertragbare Erkrankungen", llamada "ZB" para abreviar, en la traducción: "Oficina central de asesoramiento para infecciones de transmisión sexual". Esto fue antes de la Ley de prostitución (2002) y antes de la Ley de protección de prostitutas (2017), y la ciudad de Hamburgo adoptó un modelo comparativamente progresista para asesorar y examinar a las personas, en su mayoría mujeres, en la prostitución. La oferta fue gratuita, voluntaria y anónima.

 

Mi informe aquí se basa en mi trabajo y mi experiencia allá, donde trabajé en el trabajo de calle y como ginecólogo en la “ZB”. En mi opinión, ni los años ni las dos leyes han cambiado nada sobre el daño a la salud y el daño físico que han estado sufriendo las mujeres, entonces y ahora.

 

Los efectos en su psique, los traumatizantes, suelen ser incluso más profundos, duraderos y más difíciles de tratar en comparación con el daño físico.

 

El daño más final, el asesinato de mujeres en la prostitución, es algo que deseo mencionar aquí explícitamente; Entre 2002 y el 17 de octubre de 2019, mientras escribo esto, se han documentado en Alemania 91 asesinatos “descubiertos” de mujeres en la prostitución. (-> la industria del sexo mata: https://www.sexindustry-kills.de/doku.php )

 

Con toda la "progresividad" y el fin de las pruebas obligatorias para quienes se prostituyen, el enfoque de nuestro trabajo en el centro fue la protección de los hombres / prostitutas de las ITS. “Sin caucho” era la demanda entonces como lo es ahora. Por lo tanto, el enfoque principal de nuestro trabajo fue en las ITS y las pruebas se realizaron mediante los exámenes ginecológicos habituales y los análisis de sangre.

 

Se diagnosticaron regularmente gonorrea, clamidia, tricomonas y verrugas genitales. Lamentablemente, esto también se aplica a la sífilis, la hepatitis y el VIH. Es superfluo señalar que estos diagnósticos fueron más frecuentes en comparación con el resto de la población. Junto a estos exámenes, sin embargo, vimos muchos otros fenómenos en y en el abdomen de las mujeres, la parte inferior del cuerpo: niveles de ph vaginal destruidos y fluidos vaginales destruidos a través de innumerables enjuagues de la vagina, a veces con sustancias nocivas, lo que significa una vagina desprovista de cualquier acción defensiva. como zona de entrada de infecciones e inflamaciones, y como sabemos hoy, con especial riesgo de carcinoma cervical; desgarros, lesiones, fisuras por sobreextensión o lesiones infligidas deliberadamente. Desgarro especialmente del ano y dentro del recto.

 

La cistitis frecuente era una ocurrencia casi diaria, y algunas mujeres tomaban antibióticos como profilaxis (si podían pagarlos).

 

Degradación pélvica o debilidad del suelo pélvico. Hubo algunos casos de mujeres muy jóvenes que ya tenían dificultades para retener la orina o las heces. Este es normalmente un fenómeno que asociamos con los nacimientos. Pero el suelo pélvico es un sistema de múltiples capas de tejidos y nervios, y la sobreextensión repetida y también las situaciones de violación a veces provocan daños irreversibles en esta zona.

 

Inflamaciones del abdomen, a veces de las trompas ováricas con los peores dolores hacían necesaria la hospitalización (teníamos formularios de seguros oficiales especiales para ello). Además, esto muy a menudo conduce a la infertilidad.

 

Embarazos no deseados. En mi experiencia, la mayoría de las mujeres en ese momento estaban tomando la píldora o tenían inyecciones de 3 meses. A pesar de esto, hubo varios embarazos. En un caso recuerdo que el embarazo estaba tan avanzado (¡y negado!) Que los dolores que sintió la mujer la llevaron directamente a la sala de partos del hospital. Es inconcebible que tuviera que exponerse a los apostadores hasta ese momento. No pude seguir con su vida. Otras mujeres con embarazos más tempranos (y notados) tuvieron las mayores dificultades, entonces sin estatus legal ni seguro médico, para acceder a interrupciones médicamente aceptables.

 


Anticoncepción. A menudo, hubo un problema con la regularidad o confiabilidad. Los problemas digestivos, por ejemplo, conducen a una reducción de la eficacia de la píldora. Considero que los riesgos de trombosis aumentan absolutamente en el contexto de la vida diaria de las mujeres prostituidas. Tabaquismo, falta de ejercicio, otros factores de riesgo no registrados… Durante mi trabajo en la ZB vi un caso de trombosis con embolia pulmonar.

 

El ambiente intestinal destruido (y por lo tanto un sistema inmunológico disminuido) tuvo muchas causas: enemas frecuentes para controlar el movimiento intestinal (para prácticas anales), un sistema digestivo completamente inflamado desde el estómago hasta los intestinos debido a vómitos frecuentes debido a la repulsión, prácticas orales , nutrición deficiente, desnutrición, trastornos alimentarios, trastornos nerviosos.

 

Enfermedades bucales que afectan a dientes, boca, mandíbula. Debido a la falta de seguro médico, a la anestesia autoadministrada, la falta de autocuidado o lesiones, el tratamiento de las inflamaciones de esta zona se retrasó regularmente. Esto implicaba el peligro de abscesos, pus, que de nuevo ejercían más presión sobre todo el cuerpo.

 

Eczema cutáneo. Falta de higiene por parte de los apostadores, de los locales, y también repulsión psicológica que busca su expresión en el eccema.

 


Dolor. Básicamente siempre y en todas partes. Dolores de cabeza A través de los golpes, la tensión, especialmente los calambres en los hombros y la mandíbula a través de prácticas orales repetidas sin cesar ("mamadas"). Dolor de garganta. Dolores de "pies a cabeza". A menudo, las mujeres se quejaban de dolores en las articulaciones de la cadera (horas de mucho peso de los apostadores y sus violentas embestidas).

 

“Dolores abdominales poco claros”, poco claros, porque el dolor no puede localizarse en ningún órgano o desencadenante específico, pero es lo suficientemente insoportable como para considerar la cirugía. Psicosomático es como se llama entonces.

 

Trastornos del sueño. No hay horarios regulares para dormir por tener que estar disponible en cualquier momento. Dormir en la misma cama donde antes ha tenido lugar el encuentro con el apostador, falta de ritmo día / noche con falta de luz, siempre luz artificial, ruido. A cambio: pastillas para dormir.

 

Abuso de sustancias. Nicotina, alcohol, drogas, medicación. No hay forma de pasar los días de otra manera.

 

Resumiendo esto, quiero dejar en claro que lo anterior comprende mis experiencias laborales como ginecólogo en este centro de asesoramiento en Hamburgo y no pretende tener importancia estadística.

 

Sin embargo, estoy seguro de que los problemas descritos aquí no han cambiado de ninguna manera en las diversas áreas de la prostitución ni siguiendo las dos nuevas leyes en los años posteriores. ¿Como pudireon? El sistema de prostitución desprecia a las mujeres y a la humanidad, se basa en la explotación y la crueldad, y se trata principalmente del ejercicio del poder por parte de los hombres y de un máximo de ganancias.

 

¡Solo la abolición de este sistema puede ser la solución!

 

Liane Bissinger, ginecóloga.

 Fuente

https://prostitutionresearch.com/the-physical-damage-in-prostitution-report-by-a-gynaecologist-from-street-work/

Las imágenes fueron sacadas de internet





viernes, 7 de agosto de 2020

La otra tortura

La otra tortura

Más allá de toda fantasía sobre la prostitución, la investigación de una psicóloga sobre casos concretos indica que “estas personas, cuyos cuerpos son invadidos permanentemente, a través de los años sufren consecuencias de tal gravedad que sólo son comparables a las de quienes han sufrido tortura física y psicológica”.

Por Magdalena Gonzalez *

 

Cuando era estudiante visité, en el hospicio de mujeres de Lomas de Zamora, el pabellón de mujeres que habían estado en situación de prostitución. Me llamó la atención que fueran tantas. Cuando le pregunté al director, me contestó: “Son muchas por las cosas que les hicieron y que les hicieron hacer”.

Ya como psicóloga, a partir de relatos de pacientes, hombres y mujeres, en el consultorio y en el hospital, pude conocer, entre otras inequidades de género en nuestra cultura, la apropiación masculina del cuerpo de la mujer.

Es sabido que una ideología instalada valora como masculinas ciertas actitudes de coraje, decisión, iniciativa y poder sobre el otro/a. Por este motivo, los sentimientos de temor, incertidumbre, humillación que puedan tener los varones son reprimidos o inhibidos o, si llegan a hacérseles conscientes, les producen vergüenza. Estas vicisitudes se traducen frecuentemente en violencia, y una forma habitual de descarga es la relación sexual como actuación de mandatos inconscientes o creencias conscientes. La violencia padecida por el varón, cuando se la inflige otra persona o él está en circunstancias de impotencia, deriva hacia el sexo violento. Esta necesidad sexual masculina a la que se le atribuye el carácter de apremiante, inaplazable, es, en el imaginario social, uno de los motivos que justifica el prostituir a las mujeres.

Por parte de la mujer, en no pocos casos existe una falta de apropiación de su cuerpo y de su sexualidad. Esto impide un buen proceso de autonomía, dando lugar a un yo frágil e indefenso, con el permanente temor a la pérdida del afecto del otro y a la pérdida de la relación.

De la Asamblea Raquel Liberman tomé el concepto de “mujer en situación de prostitución” –que ubica esta actividad como algo de lo que se puede salir– y el criterio de llamar “prostituyente” al cliente, ya que de su solicitud depende la situación. El cumplimiento de los deseos del prostituyente produce, en algunas mujeres, el orgullo de ser “una verdadera puta”. En las mujeres más que en los hombres es frecuente la actitud de anticiparse a la realización del deseo del otro, y en algunos casos llega a producirse una desapropiación del propio deseo: su deseo consiste en la realización absoluta del deseo del otro. Por su parte, el prostituyente, el cliente, valora narcisísticamente esta anticipación, esta particular servidumbre sexual, y la refuerza. El prostituyente disocia a la persona y la ve como si fuera un objeto, la des-humaniza y disocia sus propios sentimientos de su sexualidad. En la mayoría de los casos de prostituyentes, uno de los móviles es el abuso de poder, la voluntad de someter.

Del mismo modo, el cafishio –llamado en el ambiente “marido”– lleva al extremo el poder sobre la mujer, entre amenazas y ofrecimiento de protección, en una relación de dominación a veces absoluta: “No sos nada”, le dice. Ella misma está negada como persona –“A quién le importo”, “Una puta no es nada”– y sólo le resta el ser utilizable por el dinero que proporciona. Pero a la vez se le hace sentir que ella no tiene valor. Incluso hay mujeres que jamás tocaron dinero, no pasa por ellas.


También es paradojal la situación que se da cuando los propios padres de la mujer, para ser mantenidos, retienen como rehén a un hijo de ella con la excusa de estar “cuidándole el chico”. Estas y otras situaciones paradojales van socavando en estas mujeres la posibilidad de pensamiento necesaria para desarrollar sus propias vidas de modo autónomo.

Ya el hecho de tener obligadamente múltiples relaciones sexuales durante cada jornada constituye vejación. Esto queda claro cuando algunas prefieren realizar la práctica en la calle, donde por lo menos pueden elegir a los clientes. Por otra parte, cada cliente solicita o exige la realización en acto de sus fantasías en el cuerpo de la mujer o exige que ella presencie actos sumamente perturbadores. En uno u otro caso habrá sufrimiento corporal y psicológico y deterioro de la relación con el mundo externo. Teniendo en cuenta que el Yo es ante todo corporal, el daño al cuerpo es un daño a la totalidad de la persona y será necesario el cese de la práctica o la asistencia, para que pueda producirse una reflexión. Sin estas condiciones es imposible la elaboración de semejantes hechos traumáticos y también es difícil que puedan elaborarse las fantasías depositadas en sus cuerpos por ellas mismas y por los otros de la sociedad.

Pude observar que, independientemente de las diferencias individuales, estas mujeres, además de padecer una disociación entre su racionalidad y su afectividad, tienen una enorme dificultad para dirigir sus impulsos, y una tendencia a veces extrema a refugiarse en la fantasía. En muchas aparece una tensión intrapsíquica que llega a impedir casi totalmente su capacidad de reflexión. Padecen enorme temor a las relaciones interpersonales, sobre todo donde se juegue la afectividad. Paradójicamente tienen marcada dependencia afectiva, y también un gran rechazo a su propia sexualidad: no ponen en juego su sexualidad en la práctica, o sea, no incluyen su cuerpo erótico sino el cuerpo físico –éste, incluso, disociado de su mente– y por lo tanto no hay deseo sexual, en la mayoría de los casos ni siquiera con el hombre al que quieren.

Sufren repetidas angustias por baja tolerancia a la frustración y sentimientos de culpa que, en algunos casos, se relacionan con que, habiendo sido abusadas cuando niñas, se hicieron cargo de esa culpa que no les correspondía. Y se sienten culpables por realizar una actividad que, aunque es tan inducida por la sociedad, está tan censurada por ella.

Aparecen también tendencias a negar la realidad, por la falta de recursos para poder operar sobre ella. Por el mismo motivo aparecen tendencias agresivas que reprimen y que, a veces, son actuadas contra sí mismas produciendo síntomas orgánicos.

En la mayoría de los casos se observa que sienten temor a la desestructuración y fragmentación; sufren ansiedad referida a la sexualidad masculina; tienen tendencia a la fabulación y vivencia de hostilidad con inclinación al aislamiento como mecanismo de defensa. Se genera una depositación de sus deseos de realización en sus hijos, como intento de reparar a través de ellos sus propias historias. Esto puede presentarse bajo la forma ambivalente amor-odio.

En lo corporal sufren frecuentes jaquecas, hemorragias menstruales y, por el contacto, dolores crónicos de todo el cuerpo –sobre todo mamas y genitales–, desgarros múltiples de vagina y recto, VIH y sida. También he recibido permanentes comentarios sobre suicidios de compañeras.

Al estar dificultada la mediación del pensamiento, se generan conductas compulsivas que no les permiten elegir adecuadamente. Por lo tanto, tienen obstaculizada la elaboración de duelos y, más aún, la salida de la prostitución. La sintomatología sigue agudizándose por la acumulación de situaciones graves sin elaboración.

 

Tan espantoso

En algunos casos, no se trata para el hombre de tener una aproximación sexual sino de poder relatarle cosas que los desbordan, pero esto no se basa en la confianza sino que es una circunstancia más del ejercicio de control y dominio sobre ella, ya que la coloca en la obligación de tolerar todo tipo de relatos, a veces muy angustiantes y perturbadores, por haber cobrado su hora. El varón daña a estas mujeres al descargar sobre ellas sus sentimientos displacenteros valiéndose del anonimato.

Por otra parte, estas mujeres muestran una falsa fortaleza yoica, con actitudes de desparpajo que ocultan su extrema indefensión. Necesitan rea-lizar un simulacro ante los prostituyentes y su disociación se incrementa aún más, ya que para resultar atractivas fingen ser fuertes. He comprobado de distintas maneras que estas personas, cuyos cuerpos son invadidos permanentemente con esas prácticas, a través de los años sufren consecuencias de tal gravedad que sólo son comparables a las de personas que han sufrido tortura física y psicológica.

Para realizar una elaboración mínima, sería necesario que pudieran reflexionar y hacer un relato sobre las actividades a las que están sometidas, pero esto generalmente se ve impedido porque no les es posible tolerar la angustia. Un ejemplo es este comentario que hizo Adriana: “Una vez, un grupo que estábamos reunidas a la madrugada porque no había clientes, quisimos imaginar con cuántos hombres se había acostado cada una. Fuimos imaginando micros llenos de hombres, para poder tener una idea, pero nos sentimos muy mal y algunas se descompusieron. Fue tan espantoso que nunca más tocamos el tema”.

El retiro de esa actividad siempre es difícil, aunque siempre deseado. Para poder retirarse, deberían liberarse de los proxenetas, cuestión que a muchas se les plantea como inimaginable porque viven en un sistema de cautiverio que coadyuva a que se produzca un deterioro a veces total de su relación con el mundo externo. Tras retirarse, en algunos casos las mujeres sufrieron durante años graves depresiones y fobias. En otros casos, después de breves períodos de interrupción, volvían compulsivamente a la práctica ya que, sin ningún tipo de asistencia, la intensidad de la angustia por el proceso de elaboración se les volvía insostenible.

 

* Extractado de un trabajo que será publicado en Topía revista. Psicoanálisis, sociedad y cultura.

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-52127-2005-06-09.html?fbclid=IwAR1SxvL9GJ2D2UCgeqQFMxtEIk4tFdv5qcLzoWqCRYX6CKfPxeL9br7h_x0






miércoles, 1 de abril de 2020

Prostitución y la invisibilización del daño -3

Tercera entrega consecutiva del artículo de Melissa Farley.

Prostitución y la invisibilización del daño – Melissa Farley [Traducción]
25 MARZO, 2019
Traducción no oficial: Anna Prats | Texto original: Prostitution and the Invisibility of Harm (2003)


Conclusión
Las mujeres en la prostitución informan constantemente que lo más doloroso es la invisibilidad del daño que se les hace. Cuando los puteros las tratan de forma inhumana, o cuando los transeúntes las ignoran con desprecio, su sufrimiento mental es abrumador. Para poner fin a los abusos de la prostitución contra los derechos humanos, es necesario hacer visible: la desigualdad letal de género; incesto y otras agresiones sexuales infantiles; pobreza y falta de vivienda; las formas en que el racismo y el colonialismo están inextricablemente conectadas con el sexismo en la prostitución; violencia doméstica, incluida la violación; trastorno por estrés postraumático, depresión, estado de ánimo y trastornos disociativos como consecuencias de la prostitución; adicción a las drogas y al alcohol; el hecho de que la prostitución es un negocio global que involucra el tráfico interestatal e internacional según sea necesario para su operación rentable; las formas en que los programas de desarrollo económico erosionan las formas tradicionales de vida y crean vulnerabilidad a la prostitución; la necesidad de un tratamiento culturalmente relevante; y las formas en que diversas culturas normalizan y promueven la prostitución.

Stripping, bailes exóticos, bailes desnudos, baile de mesa, sexo telefónico, pornografía infantil y de adultos, prostitución en línea y proxenetismo en internet de mujeres y niñas (Hughes, 1999), baile por turno, burdeles de masajes y espectáculos populares son diferentes tipos de prostitución, pero prostitución, al fin y al cabo. La perspectiva política de cada uno determinará si la prostitución se considera principalmente como un problema de salud pública, como un problema de zonificación y valores de propiedad (¿en qué vecindarios se zonificarán los clubes y las tiendas de pornografía?), como una elección vocacional, como liberación sexual, como libertad de discurso (¿tiene el administrador de una web el derecho de vender fotografías en Internet de mujeres prostituidas que son violadas?), como delitos menores, como violencia doméstica o como violación de los derechos humanos.

En los Estados Unidos hay una falta de preocupación por las mujeres que ingresan a la prostitución debido a la negligencia educativa, el abuso y la negligencia infantil o la falta de alternativas económicas. Algunas mujeres en la prostitución no parecen haber sido “forzadas”. Las distinciones que ofrecen asistencia legal, financiera y social solo a aquellas que pueden probar la coacción violenta, o que tienen menos de dieciocho años o que cruzaron las fronteras internacionales, no abordan el núcleo de la violencia presente en todo tipo de prostitución. Las respuestas legales a la prostitución son inadecuadas si no incluyen a puteros como perpetradores, además de proxenetas y traficantes.

La falta de atención a las experiencias de violencia y abuso sexual ha resultado en fallas repetidas del sistema de atención médica para todas las mujeres (Dean-Patterson, 1999). Asthana y Oostvogels (1996) predijeron que los programas para ayudar a las personas que ejercen la prostitución seguirían fracasando a menos que se hicieran cambios significativos en los sistemas sociales y culturales que mantienen a las mujeres en una posición de subordinación.

La demanda crea la oferta en la prostitución. Debido a que los hombres quieren comprar sexo, se supone que la prostitución es inevitable, por lo tanto, “normal”. La ambivalencia de los hombres sobre la compra de mujeres se refleja en la escasez de entrevistas de investigación con puteros, su deseo de permanecer ocultos y creencias contradictorias sobre la prostitución. Plumridge, Chetwynd, Reed y Gifford (1997), en entrevistas realizadas por mujeres que ejercen la prostitución en salones de masajes, señalaron que, por un lado, los puteros creían que el sexo comercial era un intercambio mutuamente placentero, y, por otro lado, afirmaron que el pago del dinero les eximía de obligaciones sociales y éticas.

White & Koss (1993) observaron que los comportamientos violentos contra las mujeres se han asociado con actitudes que promueven las creencias de los hombres de que tienen derecho al acceso sexual a las mujeres, que son superiores a las mujeres y que tienen licencia para la agresión sexual. Los mitos de la prostitución son un componente de las actitudes que normalizan la violencia sexual. Monto (1999) encontró que la aceptación de la sexualidad mercantilizada por parte de puteros estaba fuertemente asociada con su aceptación de los mitos de la violación, el sexo violento y el uso menos frecuente de condones con mujeres en la prostitución. Cotton (1999) ha descrito la relación entre las actitudes hacia la prostitución y la aceptación del mito de la violación. Schmidt, Cotton & Farley (2000) describieron la correlación positiva entre las actitudes hacia la prostitución y la violencia sexual autorreportada. Una aceptación de lo que se ha descrito como sexualidad no relacional puede ser un factor que contribuya a la normalización de la prostitución. La confusión sobre el sexo que es coercitivo/ explotador y el sexo que es una experiencia humana positiva dio lugar a lo que Barry (1995) ha llamado la prostitución de la sexualidad.

Hasta que no se reconozca que la prostitución perjudica a las mujeres, la aplicación de la ley apropiada será imposible. Una vez que se produce el reconocimiento, como por ejemplo en Suecia, los gobiernos pueden atacar la expansión de las empresas comerciales del sexo. La ley sueca (en vigencia desde 1999) criminaliza a los proxenetas y puteros, pero no a las mujeres en la prostitución. En cambio, a las mujeres se les ofrecen servicios sociales como vivienda, tratamiento médico, psicoterapia y capacitación laboral.

En última instancia, el cambio social importante es necesario para acabar con la prostitución. La desigualdad de género, la discriminación racial y la pobreza deben ser eliminadas. Pero el cambio social ocurre en incrementos, con un pequeño cambio de actitud a la vez. Un profesor de secundaria de Alabama se contactó con el sitio web de Prostitution Research & Education [http://www.prostitutionresearch.com] y describió una tradición escolar anual, el proxeneta y el día de skank. El maestro estaba gravemente preocupado por el efecto que tuvo en sus alumnos este ritual que engrandeció la prostitución. Descargó información del sitio web y dirigió una discusión en clase sobre la prostitución. Los estudiantes rechazaron la tradición y, dos años más tarde, dejó de realizarse.





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