Somos La Mitad Exigimos Igualdad
La oscura razón por la que las estrellas porno siguen muriendo
Este post es la traducción libre
de ESTE artículo de Neelam Taylor. Por desgracia la fuente es la que es y como
no nos gusta cómo se menciona a la Doctora Gail Dines lo hemos corregido.
También hemos eliminado todas las imágenes innecesarias de mujeres
hipersexualizadas que ilustran el artículo y que a nuestro parecer suavizan la
denuncia que se está haciendo.
¿Quién va a creer a una estrella del porno que afirma haber sido
violada?
Esta pregunta pone de manifiesto
el silencio que sufren estas mujeres, que conduce inevitablemente a que su
salud mental caiga empicado.
Cuatro jóvenes actrices porno han
fallecido desde noviembre de 2017. La última ha sido Olivia Nova, de 20 años, a
la que encontraron muerta en su casa de las Vegas, sin que se haya confirmado
todavía la causa de su muerte.
El sitio web de pornografía
Brazzers le dedica un tuit a una de ellas: Estamos devastados por la muerte de
Yurizan Beltran. Nuestras condolencias a su familia y amigos. DEP.
Nova acababa de empezar su
carrera en el mundo del entretenimiento para adultos en Marzo de 2017, pero el
currículum de la actriz ya incluía películas con Brazzers, Naughty America, FTV
Girls, New Sensations and Digital Sin.
La canadiense Syla Stylez murió
súbitamente mientras dormía a los 35 años, el pasado noviembre.
August Ames, de 23 años, murió el
5 de diciembre. Ames, cuyo nombre real era Mercedes Grabowski, murió por causas
desconocidas, aunque una amiga cercana declaró a Hollywood Life que la estrella
se había suicidado tras luchar contra una depresión.
Yuri Beltran murió a los 31 años,
menos de dos semanas después de Ames, el 14 de diciembre. La encontraron
muerta, al parecer debido a una sobredosis.
Los problemas de salud mental
siempre han sido un gran problema en el mundo del porno, pero el reciente
aluvión de muertes de actrices porno tan jóvenes, plantea cuestiones muy serias
acerca de cómo se trata a las mujeres en la industria.
Steve McKeown, psicoanalista
fundador de MindFixers y dueño de la clínica McKeown Clinic, afirma:
“Casi el 90% de las mujeres en la
industria del sexo dicen que quieren escapar pero que no tienen otra manera de
sobrevivir. Además se ha comprobado que sufren trastorno de estrés
postraumático similar al de los veteranos que han combatido en la guerra en
casi en un 70% de casos.”
Hablamos también con la Doctora
Gail Dines, autora de Pornland: Cómo el porno se ha apropiado de nuestra
sexualidad, y de Pornografía: La producción y el consumo de desigualdad. Le
preguntamos por qué está pasando esto y cómo podemos pararlo.
Aquí tenéis una charla TED de
Gail dines sobre el crecer en una sociedad ‘pornificada’ (en inglés):
Dicho rápidamente, la actual
campaña #MeToo, aunque está demostrando ser muy positiva para mujeres de
cualquier otra la industria, está silenciando a las mujeres de la industria del
sexo más que nunca.
Dines nos respondió:
“Imagina que todo el mundo está
contando sus experiencias de acoso, agresión y violación y que la gente las
está escuchando, y que tú sabes perfectamente que si das el paso y cuentas las
tuyas, te responderán con un ‘pero qué esperabas, puta’.”
Vivimos en un mundo en el que el
consentimiento de una mujer, para lo que a menudo es tortura sexual, se
mantiene indefinidamente en el tiempo desde que firmó un contrato cuando tenía
18 años.
Como en cualquier otra industria,
hay diferentes caras para la misma moneda. Las estrellas porno independientes
en Europa, como Harriet Sugarcookie, son dueñas de sus propios negocios y
controlan cada aspecto de su interpretación y de su carrera.
Sin embargo, la mayoría del porno
mainstream que se ve en webs como Pornhub o Brazzers se rueda en estudios
controlados por directores varones, donde las mujeres son a menudo arrastradas
desde todas partes del mundo y explotadas por ‘proxenetas de maletín’.
Dines nos revela un dato
desgarrador recogido por ella misma a partir de las entrevistas que ha hecho a
actrices porno, y es que una de las primeras cosas que hacen los directores
cuando tienen una actriz nueva es contravenir alguna de las normas que se
recogen en su contrato, como método para descomponerla.
La Doctora Gail Dines, fundadora
y presidenta de Culture Reframed, nos contó:
“Lo que sé, porque he estado
haciendo este trabajo durante muchos años y porque he trabajado con muchísimas
mujeres que están en la industria del porno y otras que han podido salir; es
que dada la violencia que se ejerce sobre sus cuerpos y las enfermedades que
contraen, acaban sufriendo trastorno de estrés postraumático porque las violan
regularmente en el set de rodaje.
Que hayan firmado un contrato no
quiere decir que estén consintiendo lo que sucede en el set porno. Muchas de
ellas no están preparadas para lo que les van a hacer. Muchas de ellas son
jóvenes, piensan que van a ser una ‘pornstar’ como lo fue Jenna Jameson. No
están preparadas para la violencia.”
Dines recalcó que la mayoría de
las actrices no deberían recibir el nombre de ‘estrellas del porno’ sino
simplemente ‘actrices porno’, puesto que la mayoría de ellas nunca llegan al
nivel de estrella y simplemente se las fuerza a ‘actuar’, antes de acabar
sumidas en la pobreza y con la ‘suerte’ de dejar la industria con la ropa
puesta.
La potente máquina de relaciones
públicas de la industria de la pornografía nos dibuja un escenario en el que la
mayoría de las mujeres que ‘trabajan’ en ella están ‘empoderadas’ y disfrutan
grabando porno. Y puede que algunas de ellas lo hagan, pero Dines asegura que
‘todas las actrices porno dicen lo mismo mientras siguen involucradas en la
industria’.
Gail Dines, profesora emérita en
el Wheelock College de Boston explica:
“Estás con tres hombres, uno con
su pene en tu boca por un lado, otro con el pene en tu vagina, otro con el pene
en tu ano, y tus dos manos masturbando a otros dos hombres, así que tienes a
cinco hombres rodeándote, estás siendo embestida por sus penes fortalecidos por
la viagra, que luego eyaculan sobre tu cara. ¿Cómo consigues siquiera
levantarte del suelo después de eso? Piensa lo que debe costar.
Te levantas, estás cubierta del
semen de cinco hombres, todos y cada uno de tus orificios están inflamados,
irritados y en carne viva, y al día siguiente tienes que levantarte y hacer lo
mismo otra vez, y tienes que hacer como que te gusta, y sabes que hay muchos
hombres haciéndose pajas con esa imagen tuya. Es una experiencia emocional
insoportable.
Si entrevistas a cualquier mujer
que está ahora mismo trabajando en la industria de la pornografía, siempre dirá
que le encanta.”
La doctora Gail Dines nos explicó
que hay que hablar con las mujeres que ya están fuera de la
industria, porque
cuando están dentro nunca te lo cuentan, “para empezar porque las despedirían,
y porque emocionalmente, ¿cómo van a admitir lo que está pasando si tienen que
levantarse mañana para ir a otra grabación?”
Dines continúa explicándonos:
“Muchas de las mujeres con las que he hablado me dijeron ‘sabes que si me
hubieras preguntado hace unos años, te habría contado la mejor historia que has
escuchado nunca sobre lo maravilloso que es y lo empoderada que me sentía’. Es
todo mentira. Es una manera de protegerte a ti misma psicológicamente de la
violencia que están ejerciendo sobre ti.
“Creo que la industria del porno necesita
prestar atención internamente a estos suicidios/muertes y crear algún tipo de
red de apoyo entre compañeras o algún programa terapéutico. – La estrella porno
Olivia Nova hallada muerta en las vegas a la edad de 20 años.”
Muchas actrices le han contado a
Dines que tras la primera grabación porno que hacen ‘algo cambia en ellas’ —una
respuesta que ella traduce en que ‘se convierten en víctimas de violación’.
Estas mujeres están experimentando
constantemente este trauma físico y emocional derivado de las agresiones
sexuales a las que son sometidas, pero son ‘silenciadas para siempre en virtud
de una decisión que tomaron a los 18 años que las llevó a entrar en la
industria del sexo sin comprender sus ramificaciones’.
Dines ha creado una especie de
impreso de consentimiento informado, resaltando la falta de transparencia en
los contratos que actualmente se les da a las mujeres que empiezan en la
industria de la pornografía.
Actualmente están firmando un
contrato que da consentimiento para lo siguiente:
Perder para siempre el control de
la parte más íntima de tu vida, mientras vivas e incluso después de muerta
(porque las imágenes permanecerán durante mucho tiempo después de tu muerte).
Exponer tu cuerpo ante quién sabe cuántos millones de consumidores de
pornografía que te verán como una ‘puta’ o una ‘zorra’.
Nunca podrás recuperar el control
sobre estas imágenes y serán propiedad de y distribuidas por la industria del
porno. En caso de que decidieras que no quieres que tus imágenes pornográficas
sigan circulando por las diferentes plataformas, tendrás recursos legales
limitados (si es que tienes alguno) para prevenirlo, y lo más probable es que
no vayas a recibir dinero por dichas imágenes ni por su distribución más allá
del pago inicial.
La posibilidad de que sucedan
estas cosas en el set de grabación: Violación anal/vaginal/oral; Rasgados
vaginales o anales; Prolapso rectal (condición en la cual el recto pierde los
anclajes normales que lo mantienen fijo en el interior del cuerpo, lo que
permite que se deslice al exterior a través del orificio anal); Aborto
espontáneo en caso de estar embarazada; Ser forzada a llevar a cabo actos
sexuales que claramente estableciste en tu contrato que no harías; Daños a
implantes mamarios que pueden suponer una rotura que obligue a retirarlos;
Desarrollar trastorno de estrés postraumático debido al abuso al que someterán
tu cuerpo y tu alma.
Contraer numerosas ETS, muchas de
las cuales son resistentes a los antibióticos.
Ser atacada en las redes sociales
por los pornógrafos a los que denuncies para prevenir que se sigan
distribuyendo tus imágenes. Hay muchas posibilidades de que te lancen a sus
abogados, que investiguen cada detalle de tu vida pasada y presente, que te
difamen en las redes sociales presentándote como mentalmente inestable, como
una puta, una criminal etc.
Si les dieran este tipo de
contrato a las jóvenes, ¿crees que lo firmarían?
A la sociedad le cuesta digerir
el concepto de que el hecho de que una mujer esté formando parte de un vídeo
pornográfico, no quiere decir que esté consintiendo. Y de hecho lo más probable
es que no lo esté haciendo.
Gail Dines reta a los hombres a
ver estos vídeos después de eyacular y cuando no están excitados. Nos reta a
verlo con detenimiento y observar a la chica, a plantearnos si ella realmente
quiere estar ahí y a pensar en el dolor que está sufriendo.
La distinción que se hace entre
las mujeres que están en la industria y las que no, contribuye a su aislamiento
y a su silencio.
Dines nos cuenta:
“Todas las mujeres son
potencialmente vulnerables y susceptibles de ser arrastradas a la industria del
sexo. Todas estamos a un proxeneta de distancia de la industria del sexo. Como
sociedad preferimos pensar que hay un grupo de mujeres que simplemente son
diferentes al resto de nosotras.
Son mujeres que quieren ser ser
folladas analmente, vaginalmente, oralmente, quieren que eyaculen sobre ellas,
que las ahoguen con una polla, que se les pongan los ojos en blanco. Son sólo
una panda de zorras, putas y rametas, no son como tú. Y esto es una gran
mentira.
Nunca ha habido una mujer en el
mundo que deba ser separada de esa manera del resto de nosotras para recibir
toda la repulsión y la violencia sexual que estos hombres perpetran.
“Dato reconfortante sobre la gente que
gobierna nuestro país: ha habido 24.473 intentos de acceder a contenidos
pornográficos desde los ordenadores y dispositivos conectados a las Casas del
Parlamento Británico desde las elecciones generales. Eso son 160 veces al día.”
Cuando ves porno, estás
favoreciendo una industria basada en el maltrato y la tortura sexual de miles
de mujeres.
La industria actual tal y como
está establecida, tal y como funciona a día de hoy, está conduciendo a un preocupante
deterioro de la salud mental de las mujeres involucradas en ella, porque son
completamente silenciadas.
Necesitamos una campaña como
#MeToo para las mujeres de la industria del sexo que actualmente no tienen a
nadie que dé testimonio de su dolor.
https://somoslamitad.wordpress.com/2018/01/17/la-oscura-razon-por-la-que-las-estrellas-porno-siguen-muriendo/
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