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sábado, 12 de agosto de 2017

La pornografía le sucede a las mujeres



La pornografía le sucede a las mujeres
Andrea Dworkin

‘Estoy hablándoles de prostitución per se, sin mas violencia, sin extra-violencia, sin una mujer siendo golpeada, sin una mujer siendo abusada. La prostitución es en si un abuso del cuerpo de la mujer.’
(Andrea Dworkin pronunció este discurso en la conferencia titulada ‘Discurso, igualdad y daño: Perspectivas legales feministas sobre la Pornografia y la propaganda de odio’ en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago, el 6 de marzo de 1993)


Durante veinte años, personas que conocen y personas que no conocen dentro del movimiento de mujeres, con su gran amplitud y fuerza, han estado intentando comunicar algo muy simple: la pornografía sucede. Ocurre. Abogados, llámenlo como quieran – llamenlo discurso, llámenlo acto, llámenlo conducta. Catherine Mackinnon y yo lo llamamos una práctica cuando lo describimos en la Ordenanza antipornografía de derechos civiles que redactamos para la Ciudad de Minneapolis en 1983. Pero el punto es que sucede. Le pasa a las mujeres, en la vida real. Las vidas de las mujeres se hacen bidimensionales y muertas. Estamos aplastadas en la página o en la pantalla. Nuestros labios vaginales están pintados de color púrpura para que el consumidor pueda darse cuenta de dónde enfocar su atención. Nuestros rectos se destacan para que sepa dónde empujar.

Estoy describiendo un proceso de deshumanización, un medio concreto de cambiar a ‘alguien en ‘algo’. No estamos hablando de violencia todavía, no estamos ni cerca de la violencia.

La deshumanización es real. Sucede en la vida real, sucede para estigmatizar personas. Esto nos sucede a nosotras, a las mujeres. Decimos que las mujeres estamos cosificadas. Esperamos que la gente piense que somos muy inteligentes cuando usamos una palabra larga. Pero ser convertido en un objeto es un evento real. Y la cosificación en la pornografía es un tipo particular de cosificación; un objetivo. Te convierten en un objetivo. Y el rojo y el púrpura marcan el lugar en que se supone que él debe hacertelo.

Este objeto lo quiere. Ella es el único objeto que dice ‘lastimame’. Un coche no dice ‘destruyeme’. Pero ella, esta cosa no humana, dice ‘lastimame – y cuanto más me lastimes, más me gustará’.
Cuando la miramos, esa cosa pintada de púrpura, cuando miramos su vagina, cuando miramos su recto, cuando miramos su boca, cuando miramos su garganta, los que la conocemos y los que han estado ahí apenas podemos recordar que es un ser humano.

En la pornografía vemos literalmente a la mujer como el varón quiere que lo experimentemos. Se expresa en escenarios concretos, en la manera en que las mujeres se posicionan y son usadas. Vemos, por ejemplo, que el objeto quiere ser penetrado; esta es la razón de la auto penetración en el porno. Una mujer toma algo y se lo incerta a sí misma. Esta pornografía donde mujeres embarazadas por algún motivo toman mangueras y se las incertan a ellas mismas. Esto no es un ser humano. No se puede mirar esas fotos y decir ‘hay un ser humano, ella tiene derechos, tiene libertad, tiene dignidad, es alguien’. No se puede. Eso es lo que la pornografía hace a las mujeres.

Hablamos del fetichismo en el sexo. Los psicólogos siempre han hecho que signifique, por ejemplo, que un hombre eyacule a un o sobre un zapato. El zapato se puede plantear como si fuera una mesa lejos del varón. Está excitado, se frota contra el zapato, se masturba. Él tiene sexo con el zapato. En la pornografia, eso le sucede al cuerpo de la mujer; se convierte en un fetiche sexual y el amante, el consumidor, eyacula sobre ella. Es una convención en la pornografía que el esperma este ‘en ella’, no ‘sobre ella’. Marca el lugar, como lo posee y donde.  Eyacular sobre ella es una manera de decir que esta contaminada con su suciedad. Ella está sucia. Este es el discurso del pornografo, no el mío. El Marqués de Sade siempre se refiere a la eyaculación como contaminación.

Los pornografos usan cada atributo que tenga una mujer. Lo sexualizan. Encuentran una manera de deshumanizarlo. Esto se hace de maneras concretas, por ejemplo, en la pornografia, la piel de la mujer negra es tomada como un organo sexual. Una hembra, despreciada por supuesto, necesita ser castigada. Su piel misma es el fetiche, el objeto encantado. La piel es donde la violacion se actua – a través del insulto verbal, a través de palabras sucias dirigidas a su piel – y el asalto sexual (golpear, azotar, escupir, cortar, atar, quemar, morder, masturbar y eyacular).

En la pornografía, esta fetichizacion del cuerpo femenino es sexualización para la deshumanización. Es siempre concreta y específica. Nunca es abstracta y conceptual. Esto es por que los debates sobre la pornografía tienen una calidad bizarra. Los que sabemos que la pornografía lastima a las mujeres, hablamos de los insultos y los abusos que realmente les suceden a las mujeres en la vida real – las mujeres en la pornografía y las mujeres que la utilizan. Los que defienden la pornografía, sobre todo por motivos de libertad de expresión, insisten en que es una especie de idea, pensamiento, fantasía, dentro del cerebro, la mente del consumidor.


De hecho, hemos dicho todo el tiempo que la pornografía se trata realmente de ideas. Bueno, el recto no tiene una idea, la vagina no tiene una idea y la boca de las mujeres en pornografia no expresan una idea. Cuando una mujer que tiene un pene empujando hasta el fondo de su garganta, como en la película ‘Garganta profunda’, esa garganta no es parte de un ser humano que está envuelto en ideas. Estoy hablando ahora de pornografía sin violencia visible. Estoy hablando sobre la crueldad de la deshumanización de alguien que tiene derecho a más.

En la pornografía, todo significa algo. Les hable de la piel de las mujeres negras. La piel de las mujeres blancas tiene un significado en la pornografía. Es una sociedad de Supremacia Blanca, la piel de una mujer blanca significa privilegio. Ser blanca es lo mejor posible. Entonces, ¿qué significa que el porno este lleno de mujeres blancas? significa que cuando uno toma a una mujer que está en la cina de la jerarquía en términos raciales y le pregunta ‘¿qué deseas?’ ella, que se supone tiene algo de libertad y de opciones, dice ‘quiero ser usada’. Ella dice ‘usame, lastimame, explotame, eso es lo que quiero’. La sociedad nos dice que ella es el estándar, el estándar de belleza, el estándar de ‘mujeridad’ y femeneidad’. Pero de hecho, ella es el estándar de la complacencia. Es el estándar de la sumisión. Es el estándar para la opresión. Es un emblema, lo encarna, ella modela la opresión. Hay que decir que ella hace lo que necesita para mantenerse viva, la configuración de su conformidad es predeterminda por varones que gustan de eyacular en su piel blanca. Ella está a la venta. Entonces, ¿de que vale su piel blanca? hace que su precio solo sea un poco mas alto.

Cuando hablamos sobre pornografía que cosifica mujeres, estamos hablando de la sexualizacion como un insulto, de humillación. Insisto en que estamos hablando de la sexualización de la crueldad. Y esto es lo que quiero decirles, no es necesario una violencia manifiesta para que haya crueldad.

Cosas son hechas a mujeres todos los días que podrían ser consideradas violentas si fueran hechas en otro contexto, no sexualizado, hacía un varón. Las mujeres son empujadas, sentadas, calladas por nombres insultantes, son bloquedas del paso en la calle o en la oficina. Las mujeres simplemente se mueven. Violación sadica, violación en grupo, asesinato en serie de no-prostitutas. Los golpes, los empujones, los bloqueos. Estas mismas invaciones serían comprendidas como ataques hechas a los hombres. Hechas a mujeres, la gente piensa que está mal, pero está bien. Está mal, pero está todo bien. Está mal, pero así son las cosas. No hagas un caso federal de esto. Se me ocurre que debemos tratar con el corazon del doble estandar, con la percepción de lo que el odio es y lo que no es.

Los varones usan el sexo para lastimarnos. Se puede argumentar que ellos tienen que hacernos daño, disminuirnos, para poder tener relaciones sexuales con nosotras, romper las barreras de nuestros cuerpos, agredirnos, invadirnos, empujarnos un poco, expresar verbalmente o físicamente hostilidad. Se puede argumentar que para que los varones tengan placer sexual con las mujeres, tenemos que ser inferiores y deshumanizadas, lo que significa, controladas, lo que significa, menos autónomas, menos libres, menos reales.

Estoy impactada en cómo el discurso de odio, de odio racista, se vuelve mas explícito en cuanto se convierte en mas agresivo – su significado se hace más sexualizado, como si el sexo fuera usado para la hostilidad. En la historia del antisemitismo, cuando llega la asunción de Hitler al poder de la República de Weimar, se observa un discurso de odio antisemita indistinguible de la pornografía, y no sólo se publica y se distribuye, se muestra abiertamente. ¿Qué hace el orgasmo? Lo que el orgasmo dice es ‘soy real y la criatura inferior, esa cosa, no lo es. Y si la aniquilación de esa cosa me trae placer, así es como debe ser la vida’. La jerarquía racista se carga sexualmente. Hay una sensación de inevitabilidad biológica que proviene de una respuesta sexual derivada del desprecio. Hay urgencia biológica, excitación, ira, irritación, una tensión que se satisface humillando y menospreciando al inferior en actos y en palabras.

Me pregunto, con una tendenciosa ignorancia, cómo es que la gente le cree a los bizarros y falsamente transparentes filósofos de la superioridad biológica. Una respuesta es que cuando la ideología racista se sexualiza, se convierten en escenarios concretos de dominación y sumisión que dan a la gente placer sexual, los sentimientos sexuales en sí mismos hacen que parezcan biológicamente inevitables. Los sentimientos parecen reales. Ningún argumento cambia los sentimientos. Y las ideologías parecen estar basadas en la naturaleza. La gente defiende los sentimientos sexuales defendiendo las ideologías. Dicen ‘mis sentimientos son naturales, entonces, si tengo un orgasmo lastimandote o me siento excitado de solo pensarlo, eres mi compañera en esos sentimientos naturales – tu rol natural es es lo que sea que intensifique mi excitación. No eres nada, pero eres mi nada, usarte es mi derecho porque ser alguien significa que tengo el poder – el poder social, económico, la soberanía imperial – para hacerte lo que quiera.

Este fenómeno de sentirse superior a través de un racismo sexualmente reificado es siempre sádico: su propósito es siempre herir. El sadismo es una dinámica en cada expresión de discurso de odio, para intimidar, para humillar; ahí hay una dimensión subyacente de rebajar a alguien, subordinarlo, minimizarlo. Cuando ese discurso de odio se sexualiza totalmente – por ejemplo, en la realidad sistemática de la pornografia – una clase entera de personas existe para proveer de placer sexual y un sinónimo de sentido de superioridad a otro grupo, en este caso, varones. No toleramos que eso sea llamado libertad.

El problema para las mujeres es que ser lastimadas es ordinario. Sucede cada día, todo el tiempo, en algún lado a alguien, en cada vecindario, en cada calle, en intimidad, en la multitud: las mujeres son lastimadas. Nos consideramos afortunadas cuando alguien solamente nos insulta y nos humilla. Quienes han sido golpeadas en el matrimonio (un eufemismo de tortura) también tienen una idea de la suerte que es. Somos siempre felices cuando algo menos malo de lo que pensábamos posible sucede y nos decimos que si nos nos conformamos con lo menos malo, hay algo mal en nosotras. Es hora de parar eso.

Cuando una piensa en las vidas ordinarias de las mujeres y de los niños, especialmente de las niñas, es muy difícil no pensar en que estamos buscando una atrocidad, si tenemos los ojos abiertos. Tenemos que aceptar que estamos buscando una vida ordinaria: las heridas no son excepciones, más bien, son sistemáticas y reales. Nuestra cultura lo acepta, defiende, nos castiga por resistirnos a eso. El lastimar, el rebajar, la crueldad sexualizada, es a propósito, no son accidentes o errores.

La pornografia juega un gran papel en normalizar las maneras en las que somos degradadas y atacadas, en como humillarnos e insultarnos parece natural e inevitable.

Quisiera que piensen especialmente sobre estas cosas. Numero uno: los pornografos usan nuestros cuerpos como su lenguaje. Todo lo que dicen, lo dicen usandonos. Ellos no tienen derecho a eso. No deberían tener derecho a eso. Número dos: proteger constitucionalmente como si fuera libertad de expresion significa que hay una nueva forma en la que somos propiedad legal. Si la Constitución protege la pornografia como discurso, nuestros cuerpos les corresponden a los proxenetas que necesitan usarnos para decir algo. Ellos, los humanos, tienen el derecho humano de libertad de discurso y la proteccion constitucional, nosotras, la propiedad, propiedad mueble, somos sus cifras, sus símbolos sistemáticos, las piezas que organizan en orden para comunicar. Somos reconocidas solo como el discurso de un proxeneta. La Constitución está del lado que siempre estuvo: del propietario de bienes, incluso cuando su propiedad es una persona definida como persona a causa de la confabulación entre la ley y el dinero, la ley y el poder.  La Constitución no es nuestra a menos que trabaje para nosotras, especialmente proveyendo de refugio a los explotadores. Número tres: la pornografia usa a las que quedaron fuera de la Constitución. La pornografia usa a mujeres blancas, que eran como muebles. La pornografia usa mujeres afroamericanas, que eran esclavas. La pornografia usa hombres estigmatizados, por ejemplo, hombres afroamericanos, que eran esclavos, a menudo son sexualizados por los pornografos contemporáneos como si fueran violadores-animales. La pornografia no está conformada por hombres blancos. No lo está. Ellos están haciendo esto con nosotras o protegiendo a quienes nos hacen esto. Se benefician de ello. Y hay que detenerlos.


Piensen en como el matrimonio controlo a las mujeres, como las mujeres eran propiedades bajo la ley, esto no empezó a cambiar hasta principios del siglo XX. Piensen en el control que la Iglesia tuvo sobre las mujeres. Piensen en que la resistencia se movilizó, y trayendoles problemas a todos esos hombres que pensaban que daban por sentado que esto les pertenecia. Piensen en la pornografía como una nueva institución de control social, un uso democratico del terrorismo contra las mujeres, una manera de decir públicamente que cada mujer que camina por la calle ‘baja la mirada, mira hacia abajo, perra, porque cuando mires hacia arriba vas a ver una imagen de ti misma colgada, vas a ver tus piernas abiertas. Eso es lo que vas a ver’.

La pornografía nos dice que el deber de la mujer es ser usada. Y solo quiero decirles que la Ordenanza anti-pornografia que Catherine MacKinnon y yo hemos desarrollado en Minneapolis dice que el deber de las mujeres no es ser usadas. La Ordenanza repudia las premisas de la pornografía y su uso eventual demostrará que las mujeres desean la igualdad.

Noten que la Ordenanza fue desarrollada en Minneapolis, y su ciudad gemela, St. Paul, aprobó una Ordenanza muy fuerte contra los crimenes de odio. Los tribunales anularon ambos. Quiero que entiendan que hay algunos pornografos y algunos racistas serios y también hay ciudadanos serios que quieren en ambas ciudades que se detenga la pornografía y el racismo. La Ordenanza que Catherinne y yo redactamos surge de esa cultura política, una cultura de base y participativa que no tolera ningún tipo de crueldad hacia las personas.

En otoño de 1983, un grupo de vecinos activistas nos pidio a Catherinne y a mi testificar en una reunión del comité local. El grupo representaba un área de Minneapolis que era principalemente afroamericana, con una pequeña poblacion de blancos pobres. El ayundamiento mantuvo la parcela en zonas de la pornografia.

En su vecindario, durante siete años habian estado luchando contra una serie de leyes contra la zonificacion (division por zonas) que permitian a la pornografia destruir la calidad de vida. La ciudad podria borrar a su poblacion porque en su mayoria no eran blancos y eran mayormente pobres. La pornografia era puesta a proposito en esos lugares y mantenida fuera de los barios ricos y blancos.

Estos activistas vinieron a nosotras y nos dijeron: conocemos de ese tema del odio hacia las mujeres. Esto es prácticamente una cita literal: sabemos que el tema aquí es el odio hacia las mujeres y queremos hacer algo al respecto, ¿qué podemos hacer?

Ellas sabían qué hacer.  MacKinnon y yo organizadas, por supuesto. Organizaron a la ciudad de Minneapolis. Toda la ciudad estaba organizada a nivel popular para oponerse al odio contra la mujer, odiando a la pornografía. Ese fue nuestro mandato cuando redactamos la ley de derechos civiles anti-pornografia. Y las circunscripciones de la gente pobre, la gente de color, fueron organizadas en nombre de las mujeres de esas ciudades. Una ciudad en los Estados Unidos fue organizada por una ola feminista cada vez mayor, trajeron mujeres de clase obrera, prostitutas y ex prostitutas, académicas, lesbianas, estudiantes, y entre otras cosas, un pequeño ejército de víctimas de abuso sexua, para exigir la aprobación de una enmienda a la ley municipal de los derechos civiles que reconoce a la pornografía como una discriminación sexual, como una violación de los derechos de las mujeres. Esta enmienda, que luego redactamos como un estatuto autónomo, se llama comúnmente ‘la Ordenanza’.

La Ordenanza obtuvo el apoyo masivo, comprometido y entusiasmado. Lo hizo porque era justa, era honesta y estaba del lado de aquellas privadas de derechos y oprimidas. La gente se moviliza – no de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba – para apoyar la Ordenanza porque está directamente conectada con el odio hacia las mujeres, la hostilidad, la agresión, aquellos que explotan y apuntan a las mujeres. Esto se hace cambiando las percepciones de la voluntad de las mujeres. Esto destruye la autoridad de los pornografos sobre el tema poniéndoles una ley, dignidad, poder real, ciudadanía, en las manos de las mujeres que ellos lastiman. No importa cuando es despreciada ella por los pornografos y sus clientes, ella es respetada en esta ley. Usando la Ordenanza, las mujeres pueden decirle a los proxenetas y a los prostituyentes ‘no somos tu colonia, no nos poseen como si fuéramos su territorio. No lo quiero, no me gusta, me duele, el dolor duele, la coerción no es sexy, me resisto a este discurso que es de otra persona, rechazo la subordinación. Yo hablo por mi misma ahora, voy a ir a hablar a la corte, contra ustedes y ustedes nos escucharan’.

Queremos una ley que repudie lo que le pasa a las mujeres cuando la pornografía le sucede a las mujeres. En general, el sistema legal misógino limita a los pornografos: abstractamente le podemos llamar sesgo de genero, pero el sistema legal incorpora un odio casi visceral a los cuerpos de las mujeres, como si existieramos para provocar abusos, y como ellos, mienten. Tengo un personaje en ‘Mercy’, llamado ‘Andrea’, que dice que uno debe estar limpio antes de ir ante la ley. Ahora ninguna mujer está limpia o lo suficiente. Eso es lo que descubrimos cada vez que intentamos procesar una violacion: no estamos limpias. Pero ciertamente las mujeres que están en la pornografia no están limpias, y las mujeres que se venden en las esquinas no están limpias, las mujeres que estpan siendo maltratadas en sus casas y siendo pornografiadas no están limpias. Cuando una mujer usa esta Ordenanza, no necesitara estar ‘limpia’ para decir con dignidad y autoridad, ‘soy alguien y por lo tanto, me resisto’.




Cuando el Ayuntamiento de Minneapolis aprobó esta ordenanza dijeron ‘las mujeres son alguien, las mujeres importan, las mujeres quieren luchar, les daremos lo que quieran’. El Ayuntamiento de Minneapolis tenía una idea de la voluntad de las mujeres que contradecía lo que decían los pornografos: la obtuvieron por las mujeres que fueron a testificar para la Ordenanza. La claridad y la autoridad de la Ordenanza se derivan de las experiencias de carne y hueso de aquellas mujeres que quieran usarla: mujeres cuyas vidas han sido violadas en la pornografía. La Ordenanza expresa su deseo de resistir, y su enorme fuerza, traducida en un derecho legal, en su capacidad de soportar, para sobrevivir.

Las mujeres usando la Ordenanza estarán diciendo ‘soy alguien que ha soportado, he sobrevivo, Importa, lo sé demasiado y sé lo que importa. Y voy a hacer que importa aquí en la Corte. Proxeneta, usaré lo que sé contra usted. Señor consumidor, sé mucho sobre usted, y lo usaré aunque seas mi padre, aunque seas mi profesor, aunque seas mi abogado, mi doctor, mi cura. Usaré lo que sé’.

No estuve sorprendida con Catherine y conmigo misma cuando, después de la Ordenanza, los periódicos decían ‘¡Es un logro de la Derecha fundamentalista!’. Nos estaban diciendo ‘no son nadie, no pueden existir, no puede ser idea suya’. No nos sorprendió cuando la gente lo creyó. No nos gusto, pero tampoco nos sorprendió.

El Tribunal dijo que las mujeres victimizadas que querían usar la Ordenanza no eran nadie. El proxeneta si es alguien, él importa, vamos a protegerlo. No fue una sorpresa. Y cuando la Corte dijo que el consumidor si era alguien, y ustedes, mujeres, no son nadie, no importa cuando las hayan lastimado, él es alguien y estamos aqui por él. No fue una sorpresa. Y no fue una sorpresa cuando el Tribunal dijo que cuando las mujeres afirman su derecho a la igualdad sólo están expresando un punto de vista, una opinion, que deberiamos debatir esas ideas, no legislarlas. Cuando afirman que han sido lesionadas – esa violación, esa paliza, ese secuestro – tienes solo un punto de vista al respecto, pero en si mismo la lesión no significa nada. No fue una sorpresa que la Corte diga que habia una relación entre la pornografía y las lesiones de las mujeres, pero que esa relacion no importa, porque el tribunal tiene otro punto de vista, que pasa a ser el mismo de los pornografos: las mujeres no valen nada excepto lo que pagamos por ellas, en ese famoso libre mercado donde tomamos su realidad corporal para hacerla una idea.

Nada de esto fue una sorpresa. Cada cosita fue un atropello.

Escribimos la Ordenanza para mujeres que han sido violadas y golpeadas y prostituidas por la pornografía. Ellas quieren usarla para decir que son alguien, que van a ganar. Somos parte de ellas, vivimos la vida como mujeres, no somos exentas ni ajenas a esto. Escribimos la Ordenanza a favor de nuestras vidas también.

Quiero pedirles que se aseguren que las mujeres tendrán derecho y la oportunidad de acudir a un tribunal y decir esto: esto es lo que me hicieron los pornografos y proxenetas, esto es lo que me quitaron y lo estoy tomando de nuevo. Soy alguien, resisto, estoy en esta Corte porque resisto, rechazo su poder, su arrogancia, su maldad a sangre fría, y voy a ganarles.

Tienen que hacer esto posible. Han pasado diez años. Cuenten el número de mujeres que han sido heridas en estos diez años. Cuántas de nosotras hemos tenido la suerte de haber sido solamente insultadas y humilladas. Cuenten. No podemos esperar otros diez años. Las necesitamos, las necesitamos ahora, por favor, organícense.

Fuente:
https://nottthefunkind.wordpress.com/2017/08/09/la-pornografia-le-sucede-a-las-mujeres/





sábado, 15 de julio de 2017

Discurso pronunciado por Andrea Dworkin



Traducción no oficial del discurso pronunciado por Andrea Dworkin en 1992, en la Universidad de Leyes de Míchigan.


Estoy muy honrada de estar aquí, con mis amigas y compañeras, mis hermanas en este movimiento.
También siento un terrible conflicto de estar aquí, porque es muy difícil pensar en hablar sobre prostitución en un establecimiento académico. Es realmente difícil.
La suposición de la Academia puede apenas imaginar la realidad de la vida de las mujeres en la prostitución. La vida académica es precedida por la noción de que hay un mañana y un próximo día y próximo día; o que alguien puede entrar del frío para estudiar; o que hay una clase de discurso de ideas o que hay un año de libertad en donde puedes tener desacuerdos que no te costaran la vida. Hay premisas que los estudiantes aquí o quien enseña aquí actúan cada día. Ellos son antitéticos a la vida de la mujer quien está en prostitución o quien lo ha estado.

Si estás en la prostitución, no tienes un mañana en mente, porque mañana está muy lejos. No puedes asumir que vivimos minuto a minuto. No puedes y no lo haces. Si lo haces, eres estúpida, y ser estúpida en el mundo de la prostitución es ser herida, es estar muerta. Ninguna mujer en la prostitución puede afrontar ser estúpida, como si creyera realmente que vendrá un mañana.

No puedo reconciliar estas diferentes premisas. Solo puedo decir que las premisas de las mujeres prostituidas son mis premisas. Ellas son de las cuales parto. Son en lo que mi trabajo se ha basado en todos estos años. No puedo aceptar porque no puedo creer las premisas que salen de la academia: el feminismo que dice que escuchemos a todos los lados, año tras año, y entonces, algún día, en el futuro, por algún proceso que aún no hemos encontrado, vamos a decidir qué es correcto y qué es verdadero. Eso no tiene sentido para mi. Entiendo que eso no tiene sentido para muchos de ustedes. Estoy hablando a través de la división cultural más grande de mi vida. He estado intentando hablar a través de eso por veinte años con lo que considero un éxito marginal.

Andrea Dworkin
Quiero regresar a las bases. Prostitución: ¿qué es? Es el uso del cuerpo de una mujer para el sexo por parte de un varón. Él paga dinero, él hace lo que quiere. En el minuto que te mueves de lo que es la realidad, te mueves de la prostitución al mundo de las ideas. Te sentirás mejor, la pasaras mejor, es más divertido. Hay mucho que discutir, pero estarás discutiendo ideas, no prostitución. La prostitución no es una idea. Es la boca, la vagina, el recto, penetrado usualmente por penes, algunas veces por manos, objetos, por un varón, y luego otro, y otro, y otro y otro.  Eso es lo que es.
Les pido que piensen sobre nuestros cuerpos, si pueden hacerlo fuera de lo que los pornógrafos han creado en sus mentes, las monótonas y muertas bocas y vaginas y anos de mujer. Les pido que piensen concretamente en sus propios cuerpos usados de esa manera. ¿Cuán sexy es? ¿Es divertido? La gente que defiende la prostitución y la pornografía quiere que sientan una pequeña emoción cada vez que piensen en algo clavado en una mujer. Yo quiero que sientan los tejidos delicados de su cuerpo que están siendo abusados. Yo quiero que sientas lo que se siente cuando pasa una y otra y otra y otra y otra y otra vez. Porque eso es lo que es la prostitución.

Por eso es que -desde la perspectiva de una mujer en prostitución o una mujer que ha estado en la prostitución- las distinciones que otras personas hacen entre sí sucedió en el Hotel Plaza o en algún lugar menos elegante no son distinciones que importen. Estas son percepciones irreconciliables, con premisas irreconciliables. Claro que las circunstancias importan, dicen. No, no importan, porque estamos hablando del uso de la boca, la vagina y el recto. Las circunstancias no mitigan o modifican lo que es la prostitución.

Y entonces, muchos de nosotros estamos diciendo que la prostitución es intrínsecamente abusiva. Déjenme ser más clara. Estoy hablándoles de la prostitución per se, sin más violencia, sin extra-violencia, sin una mujer siendo golpeada, sin una mujer siendo empujada. La prostitución es en sí un abuso del cuerpo de la mujer. Las que decimos esto somos acusadas de ser simples. Pero la prostitución es muy simple. Si no eres simple, nunca la entenderás. Cuando más complejos sean, más alejado de la realidad estarán. Cuando más seguros estén, más felices serán, más diversión tendrán discutiendo la cuestión de la prostitución. En la prostitución, ninguna mujer se mantiene entera. Es imposible usar un cuerpo humano de la manera en que el cuerpo de las mujeres es usado en prostitución y tener un ser humano entero en el final de eso, o en el medio, o cerca del principio. Es imposible. Y ninguna mujer se completa otra vez luego. Las mujeres en prostitución tienen algunas elecciones que hacer.  Han visto a mujeres muy valientes aquí hacer elecciones muy valientes: usar lo que lo que saben, tratar de comunicarles lo que saben.  Pero ninguna se completa, porque mucho es llevado cuando la invasión está dentro tuyo, cuando al brutalidad está dentro de la piel. Nosotras tratamos duramente de comunicar, una a otras, el dolor. Alegamos, usamos metáforas. La única metáfora que puedo pensar sobre la prostitución es que es más como una violación en grupo que como cualquier otra cosa.

La violación en grupo es totalmente diferente, dicen. Una mujer inocente está caminando en la calle y es tomada por sorpresa. Cada mujer es la misma mujer inocente. Cada mujer es tomada por sorpresa. En la vida de la prostituta, es tomada por sorpresa una y otra y otra vez. La violación en grupo es diferenciada por un intercambio de dinero. Eso es todo.  Esa es la única diferencia.  Pero el dinero tiene una cualidad mágica ¿no?. Le das una mujer dinero y cualquier cosa que le hiciste, lo merece. Ahora, entendemos el trabajo masculino. Entendemos que los varones hacen cosas que no les gustan para ganar un salario. Cuando los varones hacen trabajo alienante en una fábrica, nosotros no decimos que el dinero transforma la experiencia y entonces lo aman, la pasan bien, y de hecho, no aspiran a nada más. Miramos el aburrimiento, el punto muerto; pensamos que, seguramente la calidad de la vida de los varones debería ser mejor a esto.

La función mágica del dinero tiene género; esto es decir, las mujeres no suponen tener dinero, pero cuando una mujer tiene dinero, presuntamente las mujeres pueden hacer elecciones, y una de esas elecciones que las mujeres pueden hacer es no estar con un varón. Y si una mujer decide no estar con un varón, los varones serán negados del sexo que sienten el derecho de tener.  Y si se requiere que una clase entera de personas sea tratada con crueldad y indignidad y humillación, puestas bajo una condición de servidumbre, para que los varones puedan tener el sexo que piensan que tienen que tener, entonces eso pasara. Esta es la esencia y el significado de la dominación masculina. Dominación masculina es un sistema político.

Es siempre extraordinario, cuando mirando el intercambio de dinero, entendemos que en la mayoría de las mentes de las personas el dinero vale más que lo que vale una mujer. Los diez dólares, los veinte dólares, los cincuenta dólares, valen mucho más que toda su vida. El dinero es real, mucho más que ella. Con el dinero él puede comprar una vida humana y borrar cada aspecto de conciencia civil y social, de protección de la ley, de cada derecho de ciudadanía, de cada concepto de dignidad humana y soberanía. Por cincuenta malditos dólares cualquier varón puede hacer eso. Si iban a pensar una manera de castigar a una mujer por ser mujer, la pobreza sería suficiente. La pobreza es dura, duele. Las putas se arrepentirían de ser mujeres. Es duro tener hambre. Es duro no tener un buen lugar para vivir. Sientes desesperación real. La pobreza es agotadora. Pero la pobreza no es suficiente, porque la pobreza sola no provee una piscina de mujeres a hombres para coger bajo demanda. La pobreza es insuficiente para crear esa piscina de mujeres, no importa lo hambrienta que una mujer este.

Entonces, en diferentes culturas, las sociedades se han organizado diferentemente para conseguir el mismo resultado: no solo son mujeres pobres, el único objeto de valor en una mujer es su llamada sexualidad, la cual, en su cuerpo, ha sido convertido en una mercancía vendible. Su llamada sexualidad se convierte en la única cosa que importa: su cuerpo se convierte en la única cosa que alguien quiere comprar. Una suposición entonces puede hacerse: si ella es pobre y necesita dinero, estará vendiendo sexo. La suposición quizás este mal. La suposición no crea la piscina de mujeres quienes son prostituidas. Eso toma mas que esto. En nuestra sociedad, por ejemplo, en la población de mujeres que son prostituidas ahora, tenemos mujeres que son pobres, que vienen de familias pobres; también son victimas de abuso infantil, especialmente incesto, y se convierten en personas sin hogar.


El incesto es un campo de entrenamiento. El incesto es donde envían a la niña para aprender cómo se hace. Y no, obviamente, tienen que mandarla a ningún lado, ella ya está ahí y no tiene donde ir. Ella está entrenada. Y el entrenamiento es específico y esto es importante; no tener ningún tipo de límite para su cuerpo, para saber que solo es valiosa para el sexo; para aprender lo que el varón, el ofensor sexual, le está enseñando. Pero incluso esto no es suficiente, porque ella entonces huye y esta fuera las calles y sin hogar. Para muchas mujeres, alguna versión de todas estas clases de destitución debe ocurrir.

He estado pensando mucho los últimos años sobre el significado de no tener hogar para las mujeres. Pienso que eso es en sí, en un sentido literal, una precondición, junto al incesto y la pobreza en los Estados Unidos, para crear una población de mujeres que pueden ser prostituidas. Pero es un significado amplio, también.  Piensa en donde cualquier mujer realmente tenga una casa. Ninguna niña está a salvo en una sociedad donde una de cada tres chicas será abusada sexualmente después de los dieciocho. Ninguna esposa está a salvo en una sociedad en donde recientes figuras aparecen para decir que una de cada dos mujeres casadas ha sido golpeada. Somos las amas de casa, hacemos esas casas pero no tenemos derecho a ellas. Pienso que hemos estado mal al decir que la prostitución es una metáfora para lo que le pasa a todas las mujeres. Pienso que no tener hogar es realmente la metáfora. Pienso que las mujeres están desposeídas de un lugar para vivir que sea seguro, que le pertenezca a la mujer misma, un lugar donde no solo tenga soberanía sobre su cuerpo, sino soberanía sobre su vida social, si es una vida entre una familia o entre amigos. En la prostitución, una mujer permanece sin hogar.

Pero hay algo muy específico sobre la condición de la prostitución que me gustaría tratar de hablar con ustedes.
Quiero enfatizar eso en esas conversaciones, esos discursos sobre prostitución, todos estamos buscando lenguaje. Estamos tratando de encontrar maneras de decir lo que sabemos y también para descubrir lo que no sabemos, Hay una suposición de clase media que supone que se sabe todo lo que vale la pena saber. Es la presunción de la mayoría de las mujeres prostituidas, que no saben nada que valga la pena saber.  De hecho, nada es verdad. Lo que importa aquí es tratar de aprender que es lo que la mujer prostituida sabe, porque es de un inmenso valor. Es verdad y ha sido escondido. Ha sido escondido por una razón política; saberlo es acercarse a saber como se deshace el sistema dominación masculina que está sobre todos nosotros.

Pienso que las prostitutas experimentan una inferioridad específica. La mujer es general es considerada sucia. La mayoría experimentamos esto como una metáfora, y si, cuando las cosas empeoran, cuando pasan cosas terribles, cuando una mujer es violada, cuando una mujer es golpeada, si, entonces reconoces que debajo de tu vida de clase-media hay una suposición de que porque eres una mujer, eres sucia. Pero la prostituta vive la realidad literal de ser una mujer sucia. Esto no es una metáfora. Es una mujer cubierta por suciedad, es decir, que cada hombre que a estado encima de ella ha dejado un pedazo de él mismo detrás; y ella es también la mujer que tiene una función puramente sexual bajo la dominación masculina, en medida que la gente cree que el sexo es sucio, la gente cree que las mujeres prostituidas son la suciedad.

La mujer prostituida es, de cualquier forma, no estática en su suciedad. Es contagiosa. Es contagiosa porque varón tras varón tras varón van sobre ella y se van. Por ejemplo, en discusiones de la AIDS, la mujer prostituida es vista como una fuente de infección. Este es un ejemplo específico. En general, la mujer prostituida es vista como la generadora de la fuente de todo lo malo e incorrecto y podrido con el sexo, con el varón, con la mujer. Ella es vista como alguien que merece el castigo, no solo por lo que ella ‘hace’ – y lo pongo entre comillas, ya que la mayoría le es hecho a ella- sino también por lo que ella es.

Ella es, por supuesto, la última anónima. Los varones aman eso. Mientras ella está en su vigésimo cuarto nombre falso – Dolly, Baby, Cutie, Cherry Tart, cualquiera de lo que los pornógrafos están cocinando esta semana como dispositivo de marketing – su falta de nombre le dice al varón; ella no es nadie real. No tengo que tratar con ella, no tiene apellido después de todo, no tengo que recordar quien es, no es nadie especifico para mi, es una encarnación genérica de una mujer. Es percibida como, tratada como – y quiero que recuerden esto, esto es real – una barro vaginal. Es sucia, un montón de varones estuvieron ahí. Un montón de semen, un montón de lubricante vaginal. Esto es visceral, esto es real, esto es lo que pasa. Su ano es a menudo desgarrado en la relación sexual, sangra. Su boca es un recipiente para el semen, así es percibida y así es tratada. Todas las mujeres son consideradas sucias por la sangre menstrual, pero ella sangra en otros momentos, en otros lugares. Sangra porque ha sido lastimada, sangra y tiene moretones en ella. Cuando los varones usan una mujer en prostitución, están expresando un puro odio al cuerpo femenino. Es puro como nada en la Tierra lo es y lo ha sido. Es un desprecio muy profundo, tan profundo, que una vida entera humana es reducida a un par de orificio sexuales, y el puede hacer cualquier cosa que desee. Otras mujeres en esta conferencia han dicho eso ya. Quiero que lo entiendan, que les crean. Es verdad. El puede hacer lo que desee. Ella no tiene donde ir. No hay policía para quejarse; quizás el policía sea el chico que hace esto. El abogado al que ella va querrá un pago especial. Cuando necesite atención médica; resulta que es tan solo otro prostituyente. ¿Entienden? Ella es literalmente nada. Ahora, muchas de nosotras tenemos experiencias en donde nos sentimos como si fuéramos nada o sabemos que alguien nos considera nada o menos que nada, sin valor, pero para las mujeres en la prostitución esta es la experiencia de vida de cada día.

Él, mientras tanto, el campeón, el héroe, el hombre, está ocupado relacionándose con otros hombres a través del uso de su cuerpo. Una de las razones de que él esté ahí es porque un hombre ha estado ahí antes y algún hombre estará ahí después. Esto no es una teoría. Cuando lo vives, ves que es verdad. Los varones usan el cuerpo de las mujeres en la prostitución y en la violación para comunicarse entre sí, para expresar lo que tienen en común. Y lo que tienen en común es que no son ella. Entonces ella se convierte en el vehículo de su masculinidad y su homoerotismo, y el usa palabras para decírselo a ella. El comparte la sexualidad de las palabras, así como en actos, dirigidos a ella, con otros varones. Todas esas palabras insultantes y sucias son sólo las palabras que él usa para decirle a ella lo que es. Es reemplazable. Gracioso, no tiene nombre. Es una boca, una vagina y un ano, ¿quién la necesita en particular cuando hay muchas otras?. Cuando muere ¿Quién la extraña? ¿quien la llora?. Si está perdida, ¿alguien la busca?. Quiero decir, ¿quien es? Ella es nadie. No metafóricamente nadie. Literalmente nadie.

 

Ahora, en la historia del genocidio, por ejemplo, los Nazis se referían
 a los judíos como un llano y decían ‘vamos a exterminarlos’. En la historia del esclavismo de personas indígenas en las Américas, quienes hacen política decían ‘son un llano, mátenlos’. Catherine MacKinnon habló recientemente sobre la limpieza de género: asesinato de prostitutas. Ella está acertada. Las mujeres prostituidas son mujeres que están ahí, disponibles para el ginocidio. Y mujer prostituidas son asesinadas todos los días y no pensamos que estamos enfrentando algo parecido a una emergencia ¿Por qué deberíamos? No son nadie. Cuando un hombre mata a una prostituta, se siente en lo correcto. Es una muerte con derecho. Solamente se acaba de deshacer de un pedazo de suciedad y la sociedad le dirá que está bien.

Hay una especial forma de deshumanización en la experiencia de un mujer que ha sido prostituida. Si, todas las mujeres experimentan ser objetos, ser tratadas como objetos. Pero las mujeres prostituidas son tratadas como cierto tipo de objeto, lo que es decir, como un objetivo. Un objetivo no es cualquier objeto viejo. Debes cuidar muy bien algunos objetos que tienes en la casa. Pero a un objetivo lo persigues. Pones el dardo en el agujero. Eso es para lo que es una prostituta. Lo que debería decirles es cuánta agresión entra en lo que hace un hombre cuando busca, encuentra y usa a una mujer prostituida.

Uno de los conflictos que siento sobre hablar aquí, estando aquí, es que tengo miedo de que cualquier cosa que diga sea un poco abstracta y mover inmediatamente la mente de todos del tema fundamental. Y la cuestión fundamental es que lo que se le hace a una mujer prostituida, es exactamente lo que es la prostitución. Pero tengo que arriesgarlo porque quiero decirles que no pueden pensar en la prostitución si no están dispuestos a pensar en el hombre que necesita coger una prostituta. ¿Quién es él? ¿Qué está haciendo? ¿Qué quiere? ¿Qué necesita?

Él es todos. Quiero que se tomes una hora, el lunes. Quiero que caminen a su escuela y miren a cualquier hombre. Quiero que le saquen la ropa con sus ojos. Quiero que lo vean con un piquete. Quiero que lo pongan en su mente sobre una mujer con dinero en la mesa al lado. Todos. El decano de esta escuela de Derecho. Los profesores, los estudiantes varones, todos. Si van a la sala de emergencias, quiero que lo hagan. Si tienen un ataque al corazón, quiero que lo hagan con el interno que los está atendiendo. Porque este es el mundo en donde una mujer prostituida vive. Es un mundo en donde no importa lo que te pase, hay un varón que quiere una parte de ti. Y si necesitas algo de él, tienes que darle esa parte.

Los varones que usan prostitutas piensan que son grandes y realmente valientes. Están orgullosos de ellos mismos, se jactan un montón. Escriben novelas, escriben canciones, escriben leyes – producen cultura – y tienen la sensación de que son muy aventureros y heroicos y ¿por qué piensan esto? porque son predadores que salen y cazan mujeres – se frotan contra una mujer sucia y viven para contarlo -. Dios mío, viven para contarlo. Desafortunadamente. Virtualmente todo el tiempo, no importa lo que digan que han hecho, no importa cuando daño le han hecho, ellos viven para contarlo, para cantarlo, para escribirlo, para hacer programas de televisión sobre eso, hacer películas sobre eso. Me gustaría decirles que esos varones son cobardes, que esos varones son salvajes, que esos varones son tontos y estos hombres son capaces de hacer lo que hacen porque tiene el poder de los hombres detrás de ellos, lo consiguen porque usan la fuerza contra la mujer. Si quieren una definición de lo que es un cobarde, es la necesidad de empujar a toda una clase de personas que poder caminar sobre ellas. Las sociedades están organizadas y los hombres tiene el poder que necesitan para usar a la mujer que es prostituida.  Por ejemplo, en los Estados Unidos, las mujeres son pobres, las mujeres son las mayores víctimas de incesto, las mujeres no tienen hogar. En partes de Asia, son vendidas a la edad de seis meses porque son hembras. Así es como lo hacen allí. No tiene que hacerse de la misma forma en cada lugar para que sea lo mismo.

La dominación masculina significa que la sociedad crea una piscina de prostitutas por cualquier medio que se necesario para que los varones tengan lo que los varones necesitan para mantenerse arriba, para sentirse grandes, literalmente, metafóricamente, en cada sentido. Y sin embargo, el varón es nuestro estándar de ser humano. Decimos que queremos ser humanas. Decimos que queremos que nos traten como seres humanas. En una sociedad de dominación masculina, los varones son los seres humanos. Quiero señalarles el uso de la palabra humano metafóricamente. No estamos hablando de cómo actúan los hombres. Estamos hablando sobre una idea, un sueño, una visión que tenemos de lo que es ser un ser humano. Estamos diciendo que no queremos que pasen sobre nosotras; también decimos explícitamente que ellos no son lo suficientemente buenos estándares de ser un ser humano porque miren lo que nos hacen a nosotras. No podemos querer ser como ellos porque ser como ellos significa usar a las personas de la manera que ellos usan a las personas – para establecer su propia importancia o su propia identidad. Estoy diciendo que en parte los varones son figuras mitológicas para nosotras cuando hablamos de ellos como seres humanos. No estamos hablando sobre cómo los varones realmente se comportan. Estamos hablando sobre  la mitología del hombre como árbitro de la civilización. Este movimiento político involucra entender que las cualidades humanas que queremos en la vida con los otros no son las cualidades que caracterizan la manera en que los varones se comportan.

Lo que la prostitución hace en una sociedad de dominación masculina es establecer un tope social bajo el cual no hay fondo. Ese es el fondo. Las mujeres prostituidas están en el fondo. Y los varones están por encima. Puede que no estén muy por encima, pero inclusive los varones que son prostituidos están sobre este fondo que se establece para las mujeres y las niñas en prostitución. Cada hombre en esta sociedad se beneficia del acto de que una mujer sea prostituida, use o no a una mujer en prostitución. No debería decirlo pero tengo que decirlo: la prostitución viene de la dominación masculina, no de la naturaleza femenina. Es una realidad política que existe porque cierto grupo de personas tiene y mantiene poder sobre otro grupo de personas. Lo subrayo porque quiero decirles que la dominación masculina es cruel. Quiero decirles que la dominación masculina debe ser destruida. La dominación masculina debe terminar, no simplemente reformada, no hacerla un poquito mejor, no hacerla un poquito mejor para ciertas mujeres. Necesitamos mirar que rol del varón – mírenlo, estúdienlo, entiéndalo – es mantener a la mujer pobre, mantener a las mujeres sin hogar, mantener a las niñas violadas, lo que es decir, crear prostitutas, una población de mujeres para usarlas en la prostitución.

Necesitamos hablar del rol en la romantización de la prostitución, al costo de hacer a la mujer culturalmente invisible, en usar el poder de esta sociedad, el poder económico, el poder cultural, el poder social, para crear silencio, para crear silencio entre las que han sido lastimadas, el silencio de las mujeres que han sido usadas.
Necesitamos hablar sobre el rol del varón creando odio a la mujer, creando el prejuicio contra la mujer, usando la cultura para apoyar, promover, abogar y celebrar las agresiones contra mujeres. Necesitamos mirar el rol del varón creando la idea política de libertad que solamente ellos pueden tener. ¿No es gracioso? ¿Qué es la libertad? Dos mil años de discurso y de algún modo logra dejarnos fuera. Es un monólogo increíblemente egoísta el que tuvo lugar. Tenemos que mirar el papel del varón en la creación de sistemas políticos que subordinan a las mujeres, y eso significa mirar el rol del varón en la creación de la prostitución, en la protección de la prostitución – como la ley lo refuerza, como lo hacen los periodistas, como lo hacen el abogados. Necesitamos saber porque todos esos varones usan prostitución y destruyen la dignidad de las mujeres.
La cura del problema es política. Eso significa quitarles el poder a los varones. Esto es una cosa real, es una cosa seria. Tienen demasiado. No lo usan bien. Son matones. No tiene derecho de lo que tienen; y eso significa que hay que sacárselo. Tenemos que sacarles el poder que tienen. Tenemos que sacarles el poder que tienen para lastimarnos. Tenemos que sacarles el dinero. Tienen demasiado. Cualquier hombre con suficiente dinero para gastar degradando la vida de una mujer en prostitución, tiene demasiado dinero. Él no necesita lo que tiene en el bolsillo. Pero hay una mujer que si.

Necesitamos sacarles su dominación social sobre nosotras. Vivimos en una tiranía de mentirosos, hipócritas y sádicos.



Ahora, esto costará luchar contra ellos. Tienen que serles quitadas todas las mujeres, ¿me entienden? Necesitan ser levantados y apagados. Lo que es intratable de la prostitución es la dominación masculina. Y es la dominación masculina la que tiene que ser terminada para que las mujeres no sean prostituidas.
Ustedes, ustedes, ustedes tienen que debilitar y destruir cada institución que es parte de cómo los varones mandan sobre las mujeres. Y no pregunten si deben. La pregunta es ‘cómo’, no ‘sí’. ¿Cómo? Háganlo, en vez de pasar sus vidas debatiendo si deben hacer esto o hacer eso y que si lo hacen realmente es merecido o es justo. ¿Justo? Queridos, podríamos sacar las ametralladoras esta misma noche. ¿Justo? Se rompen nuestros corazones con esta pregunta. ¿Es justo? no respeten sus leyes. No, no respeten sus leyes. Las mujeres necesitan hacer las leyes. Espero que Catherine MacKinnon y yo hayamos hecho el ejemplo. Lo hemos tratado. No hay ninguna razón para que ninguna mujer en el mundo esté haciendo una felación en el sistema legal actual. Pero sobre todo, esto es lo que una escuela de Derecho debe enseñar a hacer.

Lo que espero es sacar esto de aquí: que cualquier vestigio de la jerarquía sexual, cualquiera, significa que algunas mujeres en algún lugar están siendo prostituidas. Si miran a su alrededor y ves supremacía masculina, sabes que en algún lugar donde no puedas ver, una mujer está siendo prostituida, porque toda jerarquía necesita un fondo y la prostitución es el fondo de la supremacía masculina. Así que cuando te acomodas, te comprometes, cuando haces la vista gorda, estás colaborando. Si, sé que tu vida también está en juego, pero estás colaborando, y ambas cosas son verdaderas, para la destrucción de la vida de otra mujer.
Les pido que sean enemigos de la supremacía masculina, porque tiene que ser destruida para que termine el crimen de la prostitución – el crimen contra las mujeres, contra los derechos humanos. Y todo lo demás que esté detrás de este punto es una mentira, una excusa, una disculpa, una justificación, y todas las palabras abstractas son mentiras. ‘Justicia’, ‘verdad’, ‘igualdad’, son mentiras. Mientras las mujeres se prostituyen, son mentiras. Pueden decir una mentira y esta Institución les enseñara cómo decirla. O pueden usar sus vidas para desmantelar el sistema que crea y protege este abuso. Ustedes, personas bien formadas, puede elegir entre el abusador o el rebelde, la resistencia, el revolucionario. Pueden estar con la hermana a la que él se lo están haciendo. Y si son muy valientes pueden tratar de estar en el medio para que él tenga que pasar por ustedes para llegar a ella. Que, por cierto, es el significado de la elección de palabras que a menudo es mal utilizada. Estas son las opciones. Les pido que hagan una elección.

Fuente
Nota: en negrita en el original