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sábado, 1 de febrero de 2020

Anatomía de un lobby pro-prostitución – Estudio de un caso: el STRASS, en Francia.



Anatomía de un lobby pro-prostitución – Estudio de un caso: el STRASS, en Francia.
4/18/2016
Autor: Comite Abolicionista Francófono
​​26 de marzo de 2013
Traducción: Maura Lopez
Texto original: https://sousleparapluierouge.wordpress.com/

Nota 1: Si los links no funcionan, es porque fueron registrados en formato PDF por captura de pantalla y están disponibles a demanda.
Nota 2: Agradecemos infinitamente a la militante abolicionista que se tomó el trabajo de seguir y hacer capturas de pantalla durante ocho meses en Twitter de la secretaria general de STRASS. Levantó mas de 600 tweets que seleccionó, clasificó y publicó en https://sousleparapluierouge.wordpress.com.
Le agradecemos también por haberlo compartido con nosotras. Este estudio hubiera sido imposible sin su trabajo.


Somos militantes, docentes e investigadoras de Bélgica, Suiza, Francia y Quebec, desde hace varios años formamos un grupo de trabajo informal sobre la prostitución. En esta primera publicación militante, queremos compartir con el gran público nuestro análisis de un actor significativo de la francofonía, el STRASS, http://site.strass-syndicat.org, « sindicato » de “trabajo sexual" en Francia. Esperamos demostrar que consideramos que el STRASS es más un lobby que defiende sus intereses comerciales que un sindicato.

Nos hemos ocupado de este caso particular – el modo de funcionamiento de un lobby – en un marco que nos ha parecido interesante en dos aspectos: 1. Francia ha anunciado medidas legislativas abolicionistas, es decir en teoría radicalmente opuestas a sus objetivos ; 2. En dicho país la palabra « lobby » es casi tabú y no es reconocida (contrariamente a Bruselas y Canadá por ejemplo).




¿Como opera entonces un lobby que no puede decir su nombre?

En los años noventa cuando se discutía, votaba y reglamentaba la ley de legalización de prostíbulos en los Países Bajos (en particular el Barrio Rojo de Amsterdam) , feministas holandesas ya nos habían comunicado a algunas de nosotras sus inquietudes relativas a que el lobby proxeneta local pudiera manipular el voto del personal político. (1).

En 1998 existía en Bruselas una oficina de « lobby oficial de la industria pornográfica » sin que pareciera sorprender a nadie. Ni siquiera a Francia donde la expresión de « lobby » tiene mala prensa en general.

Sin embargo pudimos confirmar mediante presidentes y/o directoras de asociaciones abolicionistas internacionales y/u ONG & organizaciones internacionales (en particular la historiadora Malka Marcovitch de la CATW, Madame Wassyla Tamzali de la UNESCO, Madame Françoise Gaspard, mucho tiempo delegada representante de Francia ante la ONU) que, desde fines de los años 90, en numerosas conferencias organizadas por ONG, o por organizaciones internacionales (ONU, PNUD, OIT, etc.), tenían la impresión de que existía un frente común de lobbies obstruyendo los derechos de las mujeres y reuniendo extraños compañeros de ruta: por ejemplo, el Vaticano, los representantes de Arabia Saudita y los grupos reglamentaristas de la prostitución (2).

La primera organización internacional a la que apuntaron los lobbies reglamentaristas es evidentemente la Organización Internacional del Trabajo (OIT): es, en efecto, prioritario para ellos que se defina la prostitución como « trabajo sexual » en los textos internacionales (que superan jurídicamente a los textos nacionales), así como imponer una distinción entre « prostitución elegida » versus « prostitución forzada ». Con estos argumentos se procedió en 2002 a la legalización reglamentarista de los prostíbulos en Alemania, donde podemos constatar que la policía es impotente porque para demostrar la coerción, es la mujer la que debe presentar la denuncia y ninguna puede hacerlo porque están bajo el control de los proxenetas mafiosos que prosperan (3).

Genealogía de un lobby

Volvamos al caso en cuestión. Desde fines de los años cuarenta Francia es un país oficialmente abolicionista. Bajo la presión de una multitud de asociaciones abolicionistas reunidas en una coalición dinámica « Abolition 2012 », anunció su voluntad de comprometerse cada vez más en este camino, a partir de la elección del socialista François Hollande en mayo de 2012. Además, la particularidad de este país consiste en que ninguna asociación ni grupo en general se atreve verdaderamente a reivindicar la palabra "lobby". A pesar de la existencia de lobbies en Francia, un « lobbying » como el que hay en Canadá, por ejemplo, no es históricamente una tradición francesa. Constatamos que dicha expresión está casi ausente del léxico político.

Hay dos explicaciones fundamentales para este fenómeno: la primera es el terrible recuerdo que dejó el término de « lobby judío » como herramienta de propaganda antisemita durante los años treinta.

La segunda es que esta palabra forma parte de una pequeña colección bien francesa de casos de « americanizacion» deshonrosa, el sentido común (periodístico en particular) aborrece ciertas « americanizaciones » de la vida francesa, Por ejemplo, toda sanción del ejercicio del poder sexista y toda sanción del acoso sexual en el trabajo, juzgada siempre "excesiva" y calificada de método « a la americana ». Todo transcurre como si en esta bella Francia los sexos vivieran en perfecta armonía… (Encontramos este tópico en una multitud de discursos políticos tanto de derecha como de izquierda durante todo el siglo XX ).

STRASS ha nacido e intentado hacer lobby de forma solapada. Examinaremos como, según nuestras observaciones, ha logrado ocupar un terreno político y mediático y convertirse en un verdadero lobby que no dice su nombre.





Como el STRASS se convirtió en lobby :

El grupo actual fue creado en 2006 con el nombre « Les Putes ». En ese momento estaba formado casi exclusivamente por hombres, gays, trans, travestis, en su mayoría provenientes de la prostitución ocasional parisina gay y SM. Ellos publicaban sus fotos profesionales en un sitio Internet relativamente de alta gama para la época. Una de sus primera víctimas fue la socióloga investigadora en el CNRS, Marie-Victoire Louis, una de las investigadoras especializadas más reconocidas del proyecto abolicionista: recibió de « Putes » cataratas de insultos públicos mediante mails que se difundieron masivamente (4).

Luego se posicionaron como defensores de las libertades civiles dentro del grupo activista anti-SIDA Act-Up (5), de acuerdo a una estrategia observada también en Canadá. Al multiplicar actividades públicas espectaculares, o "happenings", estos activistas comenzaron a reivindicarse como una minoría sexual en el seno de la nebulosa LGBT : parias, « malos objetos » sociales oprimidos por la sociedad burguesa.

Al hacer lobby en el terreno de la prevención del HIV, implícitamente endosaban a las prostituidas la responsabilidad de la prevención con los clientes que se negaban a usar preservativos... (Extraña repetición del higienismo sifilítico del siglo XIX que llevó a la instalación de prostíbulos).

La institucionalización de este discurso se hizo en la comisión « sex work » de la organización Act-Up vía la cuestión SIDA&prevención (que le permitió unirse al medio LGBT.) Recordemos que el millonario Pierre Bergé es – entre otros donantes – uno de los grandes esponsors de Act-Up, que tiene medios para pagarse uno o varios empleados a tiempo completo.
Es en este contexto que en marzo 2009 se creó el STRASS (« Sindicato » de Trabajo Sexual) en forma de asociación « ley 1901 » (estructura muy común y flexible en Francia). « Les Putes » agregaron algunas mujeres a su grupo inicial y las pusieron como fachada y voceras para no ser criticados por las feministas francesas por ser un grupo de hombres que no se expresaba con legitimidad sobre el tema.

Vemos entonces que adoptando el nombre de « sindicato » y la figura de « representación » (¿de quien? ¿en base a que representatividad de una comunidad que cuenta decenas de miles de prostitutas en Francia?) que este lobby pudo evadir esta etiqueta vergonzosa. Hecho que al mismo tiempo que se ponía mujeres como fachada les permitió atribuirse una retórica "feminista" preparada expresamente, es decir, orientada únicamente a la muy liberal autodeterminación adjudicada a las prostitutas, sin tener en cuenta eventuales pruebas de lo contrario y sin referencia a la problemática histórica más amplia del feminismo: la estructura patriarcal donde la prostitución representa un instrumento fundamental de la esclavitud de las mujeres.

Maquillados de esta manera con un discurso de temas de debate bien engrasado, muchas veces copiado directamente del lobby multimillonario de la industria del sexo en USA, en Australia y en Países Bajos, su penetración mediática comenzó con fuerza. Nuestros informantes documentaron su posicionamiento en los medios franceses a medida que sumaban a sus planteamientos a algunas personalidades conocidas como Hélène Hazera (ex-prostituta, travesti) que tiene un programa en la radio pública France Culture… (6) y al cineasta Jean-Michel Carré, documentalista ex-abolicionista (7).

En el ambiente parisino LGBT, sus argumentos esencialmente derrotistas sumaron gradualmente numerosos intelectuales universitarios o periodistas (Bourcier, Borillo, Iacub, Ogien, Lestrade, Zaoui, Dorlin, Badinter, Sastre, Giard, Girard, Millet, Fassin, Tissot et Tévanian del grupo Les Mots Sont Importants, Revue Minorités, Revue Vacarme). Y obviamente sin sorpresas, la prensa « liberal libertaria » francesa: Libération, Les Inrockuptibles, Technikart (8).
 La retórica de la minoría sexual oprimida, del paria, del objeto social malo que necesita rehabilitación, de la palabra legitima de las mujeres libres privadas de sus derechos, "tomó" como mayonesa en ciertas élites intelectuales y mediáticas del Hexágono, que no pierden la oportunidad de ignorar toda crítica feminista de la relación hombre-mujer y su explotación mercantil. Últimamente hemos podido constatar una alianza de victimización con « Les Indigènes de la République » sobre la cuestión del velo islámico,en particular durante la agresión de Mme Caroline Fourest en la fiesta de l’Humanité, el 15 de septiembre de 2012.

Mientras que en EEUU las «trabajadoras y trabajadores del sexo» luchan políticamente contra el lobby de productores de films pornográficos que quieren negarles la protección con preservativos en los escenarios de filmación (ver la proposición B del referéndum de noviembre 2012 en California), en Francia el « sindicato » (STRASS) parece también tener vínculos con la industria pornográfica aunque mucho más consensuales. Su « porno star » Katsuni publica en una sección de Les Inrockuptibles y Thierry Schaffauser, uno de los fundadores de « Putes » y de STRASS, además de ser « escort » en Londres, también es actor porno en Gran Bretaña. El STRASS cuenta con el apoyo incondicional de la prensa francesa sobre « sexo »: « Sexactu » para GQ magazine y « Rue 69« .

Es difícil verificar la representación de personas prostituidas en Francia, pero podemos observar cotidianamente el activismo político y el « trabajo de opinión » organizados por el STRASS. Podemos constatar en la Web (9) que su secretaria general, la llamada « Morgane Merteuil », se expone en las redes sociales FB y Twitter, donde nos informa permanentemente que va a tomar aviones o trenes para ir a representar al STRASS en congresos internacionales como el AWID en Estambul, escribir un libro, promocionarse de ciudad en ciudad, dar entrevistas (10), etc. Mme Merteuil manifiesta solo recibir algunos clientes por semana (sería entonces una simple« ocasional »). Como vive en el elegante barrio Montreuil (un suburbio periférico hipster de París), en nuestra opinión, no podría llevar dicho tren de vida a menos de estar remunerada (esperemos que asalariada) por le STRASS, lo que es absolutamente legal en Francia porque es una asociación. El STRASS no esconde los medios de los que dispone: tiene adherentes, recibe ayuda (al menos material) de Act-Up y acepta donaciones (es legal y normal en Francia que una asociación reciba estos donativos).

Nuevamente nos preguntamos sobre dichos medios económicos cuando vemos, por ejemplo, que uno de los fundadores de la organización, Thierry Schaffauser, hijo de familia adinerada (de un reconocido psicoanalista de Paris), es « escort » de lujo en Londres, que probablemente tenga dos viviendas, una en París y otra en Londres, que se paga estudios en Reino Unido (que no tiene sistema público y gratuito de enseñanza como en Francia), y es responsable y vocero de varias organizaciones internacionales de « putes » (cosa que no esconde de acuerdo a sus publicaciones en el muro de FB público y su blog )

El mismo gran tren de vida para la portavoz llamada « Gilda Carrington-Ewing (Maîtresse Gilda) », un hombre travesti que se jacta en las entrevistas en Les Inrockuptibles y en TV Canal Plus, de hacer solamente « SM, domina » por 500€ (¿declarados?) por hora. (11).

Hemos intentado avanzar con la investigación hasta saber si el fisco se había interesado en las cuentas y el dinero de STRASS: sin éxito. Esto puede tener tres explicaciones: les autoridades fiscales francesas no se dieron cuenta; investigaron y no encontraron nada; están investigando pero prefieren no publicarlo. Nos es imposible adelantar una opinión.





Posicionamiento político

Una vez que STRASS se posicionó en Act-Up, sus « putes » han logrado introducirse en la comisión LGBT de EELV (Europe Écologie Les Verts, partido ecologista françes), en París, a través de parlamentarias y ex-parlamentarias: Anne Souyris et Malika Amaouche (12), Pascale Ourbih, la senadora Alima Boumediene-Thiery y la actualmente senadora Esther Benbassa que les otorga fondos públicos (13).

Estas entradas en las altas esferas políticas sin duda explican que los « Tribunales de la prostitución» organizados por el STRASS hayan tenido lugar varios años seguidos en el Senado, prestigiosa institución de la República Francesa, La militante abolicionista, parlamentaria y mujer política de izquierda Mme Henriette Zoughebi demostró su desaprobación en un texto por el cual el STRASS logró que la condenaran por difamación(14).

Tras varios años de investigación en esta red, hemos descubierto que la persona clave de estas conexiones era Cécile Lhuillier, que es a la vez vice-presidenta asalariada de Act-Up y contacto de prensa del STRASS (15).

En estos últimos años el STRASS también viene intentando posicionarse dentro del colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans) de París así como en el Inter-LGBT. No lo han logrado: han chocado con la resistencia sistemática de Christine Le Doaré, presidenta del CLGBT (hasta junio 2012), lesbiana feminista muy politizada, entretanto convertida en militante abolicionista y que ha tenido que vivir todo ese tiempo bajo protección policial, especialmente debido a las amenazas del bando reglamentarista. Explica esta situación en su sitio web donde documenta todos los insultos, violencias, amenazas y acosos de los que es víctima (16).

Según Madame Le Doaré, estamos frente a un grupo de presión que quiere a toda costa sumarse a la nebulosa LGBT para constituirse como minoría sexual reconocida. No podemos dejar de sorprendernos del vigor con el que STRASS responde a toda persona (especialmente LGBT) que no comparte su posición (STRASS creó el insulto intimidatorio « putofobia », calcado de la acusación de homofobia). El STRASS llega hasta intentar atribuir al abolicionismo la responsabilidad de la muerte de prostitutas y de la epidemia de SIDA (17), camino que también han tomado los lobbyistas reglamentaristas más extremos de Quebec. Nada nuevo…

Después de la comunidad LGBT, la próxima etapa en la lógica política francesa es la de intentar posicionarse en el Partido Socialista Francés. Dicha tarea resulta más difícil debido a la movida de la coalición « Abolition 2012 » y al peso en el PS de la parlamentaria Danièle Bousquet, coautora de un informe realizado por una misión parlamentaria de información sobre la prostitución en Francia presentado el 13 de abril de 2011. Esta misión hizo un enorme trabajo entrevistando a más de 200 personas y los parlamentarios elaboraron treinta propuestas (18). Otro obstáculo al intento lograr la aceptación en el PSF es una larga tradición abolicionista heredada de Victor Hugo y Jean Jaurès.

A pesar de todo, los miembros de STRASS siguen intentando con la misma estrategia a través de la red LGBT. Primero mediante Kévin Gagneul (19), colocatario de Morgane Merteuil, militante socialista en París y durante un tiempo responsable del tema « sida » en una organización cercana al PSF, Homosexualidad y Socialismo (HES), alineada con la agenda reglamentarista. Luego con el (ahora ex) presidente de dicha organización, Gilles Bon-Maury, que milita ademas por la legalización de la maternidad de substitución (« Grossesse Pour Autrui » o GPA), tema candente en France. Kévin Gagneul también fue mucho tiempo colaborador en la alcaldía del 3er barrio de París de un funcionario de la Ciudad.

Hecho aún más interesante, el Sr Bon-Maury fue nombrado en otoño 2012 en el gabinete de la muy abolicionista Ministra de los Derechos de la Mujer, Mme Najat Vallaud-Belkacem. Es « Funcionario a cargo del acceso a los derechos y la lucha contra la violencia de género ». La portavoz de STRASS se refirió a esto sin vergüenza hablando de "equilibrio": Este nombramiento tal vez permita al presidente de Homosexualité et Socialisme (HES) hacer escuchar un punto de vista más abierto sobre el trabajo sexual que el del ministerio (20). »

El equipo del HES se renueva entonces especialmente para que M. Bon-Maury pueda renunciar y entrar en el gabinete del ministerio y M. Gagneul se retira. El nombramiento de M. Bon-Maury provocó indignación en el ámbito de las asociaciones feministas francesas de lucha contra las violencias. Mientras que el PSF cuenta con muchas mujeres feministas sobre-calificadas para este puesto por su experiencia en el terreno en el tema de la violencia y sus diplomas, se pone en el puesto a un hombre pro-prostitución, pro-GPA, cuya única experiencia ha sido presidir una asociación que lucho abiertamente contra las féministas françesas preocupadas por el rumbo prostitucional al que asocian a la GPA.

Para nosotras, todo indica entonces que STRASS tiene una dinámica que no es la de un sindicato sino la de un lobby, que dispone de medios, de redes y sobre todo una estrategia coherente a largo plazo aunque también tenga desbordes sorprendentes. Nuestros informantes nos han señalado diversas acciones intimidatorias por parte de miembros de STRASS.

Dirigidas a las asociaciones abolicionistas:

-Finales 2011: cartas de amenaza de un miembro de STRASS recibidas por 37 asociaciones de la agrupación « Abolition 2012 ».
-Disturbios en la comitiva abolicionista el 8 marzo de 2012
-13/04/2012: altercados provocados por miembros de STRASS en la conferencia de prensa de »Abolition 2012″ en Divan du Monde en París; les miembros de la red de hombres profeministas Zéro Macho tuvieron que intervenir para mantenerlos fuera de la sala.
-16/09/2012: Fiesta de la Humanité (tradicionalmente organizada por el Partido comunista francés) : ataque al stand de la asociación abolicionista OLF (« Osez Le Féminisme »), miembro d' »Abolition 2012″, por personas que llevaban las siglas d’Act-Up y de STRASS.

Más grave, dirigidas a personas:

Difamaciones continuas nominativas y públicas de militantes (21).

Hemos tenido acceso a un conjunto de denuncias de las que surge que, además de Mme Le Doaré, puesta bajo protección policial durante su mandato en la presidencia del CLGDT especialmente debido a STRASS , hubo en 2012 otras agresiones de militantes abolicionistas (entre ellas una agresión sexual, varios hackeos informáticos, una tentativa de incendio delante de un domicilio privado y acosos que conllevaron medidas de vigilancia policial de dichas personas).

Sin embargo, seremos muy prudentes y reservadas con respecto a esta información: hay en curso una investigación de la policía francesa y por el momento, no se ha incluido ni excluido a STRASS. Hay que tener en mente que varios grupos de intereses pueden coexistir. Nuestra sensación es que Strass emprende un lobbying mediático y político (donde la credibilidad es estratégica). Dado que la industria del sexo es floreciente tanto en Francia como en otras partes estas agresiones pueden haber sido ser cometidas por redes mafiosas con las cuales no se han podido establecer nexos con Strass. Hasta el momento.

Nos sorprendería que STRASS estuviese implicado dado que parece conocer muy bien los vericuetos jurídicos del derecho francés para desestabilizar a sus adversarios. Recordemos que lograron condenar por difamación a Mme Henriette Zoughebi (22), esto constituye un « trofeo » del que se jactan en las redes sociales (23).

Aquí nos volvemos a preguntar sobre el tema de los recursos financieros de los que dispone STRASS para intentar tales acciones. Según un abogado francés al que hemos consultado, el costo de los gastos judiciales para este tipo de proceso (llamado en Francia « 1ra instancia y apelación ») se ubica entre los 10 y 15 000 euros (aproximadamente 20 000 USD).

Desde afuera nos sorprende la poca reacción de las asociaciones abolicionistas francesas ante estos ataques. Siempre según el mismo abogado, se hubiese podido presentar numerosas denuncias por injurias públicas, difamación, daños, pero no pasó nada. Esta inercia se debe a la falta de recursos del movimiento abolicionista francés o a su división (apenas 52 asociaciones pudieron agruparse en el movimiento « Abolition 2012 »)? La pregunta sigue pendiente...

Lo que es aún más sorprendente es que STRASS logró convencer al Planning Familiar Francés, una de las asociaciones feministas más importantes del país, tradicionalmente abolicionista, que se posiciona hoy contra la penalización de los clientes (24).

También vemos que STRASS parece haber comprendido, integrado y dominado perfectamente la herramienta de « viralizacion » de los medios y las redes sociales que se imponen en la opinión pública.

Además de su trabajo que podemos calificar de « infiltración », el STRASS cuenta con una extraordinaria « community manager » (formadora de opinión) su secretaria general « Morgane Merteuil », que pasa mucho tiempo en las redes sociales (FB, Scoop-it y sobre todo Twitter) apuntándose a las cuentas de los periodistas más influyentes. Hemos constatado que las cuentas francesas más fuertes de Twitter, las que cuentan con miles de seguidores, están en contacto abiertamente con STRASS y lo promocionan activamente (25).

Por ejemplo, notamos una nutrida interacción de la vocera de STRASS con (25) :
. Camille_69 co-fundadora de Rue 69, ahora en el semanario l’Express: + de 11.000 suscriptores.
. La periodista Diane Saint Réquier: más de 9 980 suscriptores.
. Marie-Gaëlle Zimmerman, ex periodista del Nouvel Observateur, que dirige el sitio acontrario.net: plus de 8.377 suscriptores.
. « Crêpe Georgette Valérie CG » blog feminista muy activo: más de 2.200 suscriptores.
. « Daria Marx » bloguera influyente (en cuestiones de sexo, entre otras cosas) : más de 4.175 suscriptores, muy popular entre los "jóvenes". Ella identifica a las « putas » con un grupo discriminado como los obesos.
. Sexactu Maïa Mazaurette pour GQ Magazine : más de 9.316 suscriptores.
. Katsuni, actriz porno que bloguea en el sitio de Zinrocks: más de 82.800 suscriptores.





Sumando todo, el STRASS logra promover, convencer y defender sus ideas inundando los usuarios y usuarias de la red Twitter (sin contar las otras redes sociales) a nivel de 100.000 personas (bajo reserva de eventuales dobles en esta audiencia). Lo hace a través de otros personajes, mujeres « periodistas de sexo », cosa sumamente astuta …y una clásica técnica de lobbying.

En frente ninguna cuenta abolicionista del mismo tipo, solo una cantidad de pequeñas cuentas de personas o asociaciones, que no tienen ninguna estrategia común o coherente …o la cuenta Twitter de Abolición 2012 que cuenta con 255 seguidores (de lástima vamos a sumar la página de FB que tiene 500 « me gusta » sabiendo que son en general los mismos que en Twitter…) Pero sobre todo hasta ahora Abolicion 2012 no fue capaz de hacer lo que Strass viene haciendo con tanta habilidad desde hace un año, elaborar un sistema eficaz de redes de personalidades influyentes y bien elegidas.

Nos preguntamos sobre la posibilidad de que el movimiento abolicionista francés perciba y reaccione ante una guerra de usura que amenaza llevarse una victoria que éste parece dar por adquirida. Sería oportuno estudiar qué rol han jugado estrategias parecidas en el progreso de la industria del sexo en otros territorios como Nueva Zelanda, Países Bajos, Alemania y Canadá.

Estamos tanto más preocupadas cuanto que los dispositivos abolicionistas tan prometidos pero siempre aplazados desde 2012 por la ministra de los Derechos de la Mujer Mme Najat Vallaud-Belkacem acaban de ser postergados sine die: « Ya que el texto futuro de la ley sobre la prostitución, que será también una iniciativa parlamentaria, sin duda no será examinado antes de un año. Se han formado grupos de trabajo a fines de 2012 en el Senado y la Camara de Diputados. Sus informes « van a ser puestos en comun a finales de año », indica Najat Vallaud-Belkacem en la revista Causette. (fuente : Les Nouvelles News, 27.02.2013)

En lenguaje político francés, nada significa más el entierro, la disolución y el aplazo in eternum de un proyecto que el término « grupo de trabajo »…

El STRASS ha logrado con éxito debilitar el proyecto abolicionista francés. Sin embargo, Abolición 2012 ciertamente perdió una batalla pero no necesariamente la guerra, dado que en Francia no se juega todo en el plano mediático. Afortunadamente hay parlamentarios motivados que pueden todavía cambiar el curso de la historia.

Nos parece también reconocer que interviene una antigua figura de sociología política relativa a las organizaciones («ligero» versus «pesado»).


Para nosotras el fracaso (momentáneo) de Abolición 2012 se debe a dos causas:

1– precisamente como el lobbying es tabú en Francia, no hay formaciones universitarias de lobbyismo como en EEUU por ejemplo, « Abolición 2012 » no tiene portavoz identificable, ni estrategia visible, ni comunicación clara y ofensiva, simplemente porque todavía no encontraron verdaderos buenos consejos en lobbyismo…

2– hay una gran diferencia de estructura entre el STRASS y « Abolición 2012 ». El primero es un pequeño grupo que puede tomar decisiones rápidamente, que puede maniobrar en la urgencia sumamente rápido (exactamente como Act-Up a sus comienzos). Son móviles, alertas y reactivos. Frente a una organización de más de 40 asociaciones (de ahí también su gran superioridad en términos de legitimidad política), donde un protocolo democrático y debates internos deben ser respetados. Hay que poder reunir a todos sus miembros al mismo tiempo, por lo tanto hay un retraso frente a la actualidad, la toma de decisiones es inevitablemente más lenta y menos efectiva. Por lo contrario, los miembros de STRASS solo se representan a sí mismos y no deben ocuparse de poner de acuerdo a unas 40 asociaciones.


Conclusión

Todas estas acciones e indicadores nos demuestran que con STRASS en Francia estamos frente a un lobby, que se hace llamar "sindicato" para guardar las apariencias. Pero el problema de fondo es que tal sindicato no puede existir dado que la prostitución en Francia no es un trabajo, no está hecho en relación a un empleador, no reúne nunca una comunidad capaz de elegir sus representantes, entre otros criterios que permiten calificar a una asociación de « sindical » (26).

Como recordábamos al principio, también hay que atribuir esta distorsión al hecho que en Francia no existe la tradición de « lobbying« , la palabra « lobby » es casi un insulto mientras que en muchos países los grupos de presión no se esconden. Los lobbies se nombran, se enfrentan y rinden cuentas a la sociedad con cierta transparencia. En Francia, estos personajes se presentan siempre en el campo ideológico, argumentando «la defensa de», «el derecho a» (podríamos hacer un paralelo con las asociaciones masculinistas francesas, difíciles de reconocer por sus nombres, sus declaraciones de intención inofensivas, etc.) El STRASS declara luchar por el derecho común de las personas prostituidas mientras que concretamente pide la normalización/reglamentación de la « profesión » (27).

Para concluir, creemos que el STRASS no tiene nada de anodino ni de sindical. Su terreno es la prostitución de las personas, y su objetivo es la reglamentación, sin tener en cuenta los daños documentados de dicha actividad contras los cuales Francia se comprometio a actuar. Como nos recuerda uno de los últimos artículos de una abolicionista francesa que señala la distancia abismal entre el discurso de STRASS y sus acciones: « No nos dejemos deslumbrar por espejitos… » (28)

C.A.F. (Comité Abolicionista Francófono)
Marzo 2013

Próximo artículo : los lobbies de la industria del sexo en Canadá

Enlaces a las notas
1. Ver estudios de Marie-Victoire Louis, socióloga francesa investigadora en el CNRS, sobre la legislación neerlandesa: http://www.marievictoirelouis.net/index.php?id=336 notamment http://www.marievictoirelouis.net/document.php?id=498...
 2. Ver más análisis de Marie-Victoire Louis + un articulo reciente en Le Point: http://www.marievictoirelouis.net/document.php?id=503...
http://www.lepoint.fr/.../violences-faites-aux-femmes...

3. Explicaciones y testimonio de responsable de la policía alemana : http://www.scribd.com/.../Prostitution-The-Pimps-Are...
Lo mismo sucede en Países Bajos, a tal punto que las autoridades municipales de Amsterdam dan marcha atrás : http://www.lemonde.fr/.../pays-bas-flop-de-la... y consideran el modelo sueco : http://www.upi.com/.../Dutch-could.../UPI-41141361202054/

4. Se puede consultar en el sitio internet de Madame Louis : http://www.marievictoirelouis.net/document.php?id=528...

5. Commission Sex Work : http://www.actupparis.org/spip.php?page=secteur...

6. Ver trayectoria de Hélène Hazéra http://www.minorites.org/index.php/membre/4-auteurs/profil-h%E3%A9l%E3%A8ne+hazera-3192.html

7. Ver las constataciones de Mouvement du Nid, asociación abolicionista francesa: http://www.mouvementdunid.org/Pour-le-Mouvement-du-Nid...

8. Un ejemplo entre otros : http://www.liberation.fr/.../01012375851-elle-travaille..., où sont aussi évoqués les liens avec et Cécile Lhuilier, dont nous parlerons plus loin.

9. Gracias nuevamente por reunir tweets : ver https://sousleparapluierouge.wordpress.com/.../les-ami-e.../

10. Se puede verificar todo esto aquí : https://sousleparapluierouge.wordpress.com/.../la-vie-de.../

11. Relativo a Thierry Schaffauser leer : http://en.wikipedia.org/wiki/Thierry_Schaffauser, http://thierryschaffauser.wordpress.com, et http://www.minorites.org/.../profil-thierry+schaffauser... http://radicalprofeminist.blogspot.be/.../listen-to-white...
http://www.2h27.fr/.../nuit-maitresse-gilda-travesti.../

12. Malika Amaouche también es contacto de prensa de STRASS, information que l’on peut vérifier ici :http://site.strass-syndicat.org/.../marisol-touraine...’ump/

13. Información verificable aquí: http://estherbenbassa.eelv.fr/journee-mondiale-de-lutte.../
http://estherbenbassa.eelv.fr/reserve-parlementaire-2013.../

14. Todos los detalles del asunto : http://stopauxviolences.blogspot.fr/.../appel-soutien-et...

Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos

Fuente:
https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/anatomia-de-un-lobby-pro-prostitucion-estudio-de-un-caso-el-strass-en-francia1





viernes, 11 de agosto de 2017

¿Qué quiere AMMAr? [i] Un esbozo de análisis del programa y la estrategia de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina



17/07/2017
¿Qué quiere AMMAr? [i] Un esbozo de análisis del programa y la estrategia de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina[1]

Este confusionismo no es expresión de ignorancia o contradicción inconsciente. Es la forma necesaria que asume una estrategia que no puede mostrar abiertamente sus objetivos, que no puede decir lo que realmente quiere. Es, por lo tanto, la expresión de una estafa política. El problema no es de ellas. Esta confusión les suma. El problema que deben plantearse las/los abolicionistas es si están preparadas/os para responder a la altura de las circunstancias.
Rosana López Rodriguez
Grupo de Investigación sobre Género-CEICS

Toda organización política que se precie de seriedad a la hora de sentar posiciones sobre problemas concretos, se toma su tiempo para examinar con el mayor detalle posible las cuestiones en disputa. En este caso, la prostitución, un tema que genera amplias controversias en un campo ya de por sí controversial, como el del género. Buscando organizar un programa para intervenir en el campo, nos propusimos, antes que nada, conocerlo.

Aprovechando recursos a mano y tratando que nuestro ejercicio de reflexión sirviera a otros interesados en el asunto, durante el primer cuatrimestre,en el marco de la materia Historia Argentina III B que se dicta en la FFyL (UBA), llevamos adelante una experiencia que resultó extremadamente positiva: el Taller Abierto de Historia de Género. Los objetivos más importantes del Taller eran, por un lado, brindar al público asistente, que excedió con mucho la cursada de la materia, herramientas para el debate crítico a partir de la presentación de distintas posturas. Por otro, que nosotros, en tanto organización y a través de las militantes que participamos de esa doble adscripción académica y política, pudiéramos ir construyendo un mapeo del campo y una posición al respecto. Entre los resultados inmediatos se encuentra el “debate” que sostuvimos con la organización AMMAr. El uso de las comillas se debe a la peculiaridad que asumió el mismo y las conclusiones que de él sacamos. Veamos primero los hechos.

Con el antedicho propósito en mente, desde fines de febrero comencé a contactar a las participantes del Taller, con el criterio de presentar al público asistente las distintas posiciones y perspectivas que hoy por hoy se plantean como un debate, tanto académico, como político y social. Los ejes elegidos fueron Trata y Prostitución. El ejercicio de la prostitución divide aguas en el movimiento de mujeres. Por un lado, las regulacionistas entienden que la prostitución es un trabajo y que, por lo tanto, las condiciones de ese desempeño laboral debieran estar reguladas por el Estado, como cualquier otro. La otra posición es la del abolicionismo, que considera la prostitución como una actividad socialmente inaceptable, no feminista, una de las violencias más extendidas que ejerce el patriarcado, en especial, sobre las mujeres, trans y travestis pobres. Hay muchos matices y otras posturas que no desarrollaremos aquí.



Cuando uno observa el campo de disputa en el cual se ha tomado partido por una u otra posición, se entiende rápidamente que el regulacionismo tiene una sola organización que lo motoriza, AMMAr (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina). Esta “soledad” le otorga, sin embargo, una cohesión estratégica que su contraparte no tiene. En efecto, el campo del abolicionismo tiene distintas organizaciones que lo representan, no siempre llevando adelante una lucha unificada, producto de programas distintos, resultados a su vez de diversas formas de encarar los temas y no menos diversos anclajes de clase. Así tenemosRATT (Red Alto al Tráfico y a la Trata), AMADH (Asociación Mujeres Argentinas por los DDHH), Madres víctimas de Trata oFuria Trava, por mencionar solamente algunas de las más conocidas y sin incluir allí a las organizaciones ligadas a partidos (como Las Rojas, Pan y Rosas o Plenario de Trabajadoras).

Las mesas de las exposiciones quedaron conformadas según esa variedad disponible. El pequeño gran detalle que, solo al comienzo nos asombró, visto el grado de belicosidad que se despliega en el campo, fue que las adversarias no se enfrentan en discusiones públicas. Consecuentemente, el debate no sería inmediato. Una mesa para AMMAr, una para el abolicionismo, otra para trata y dos obras de teatro. En la mesa de abolicionismo participaron Florencia Guimaraes García (militante de Furia Trava y del PC) y el licenciado Edgardo Calandra (en representación de RATT). Por su parte, en la mesa de lucha contra la trata estuvieron Margarita Meira (de Madres Víctimas de Trata) y las integrantes del equipo de ACCT (Acciones Coordinadas Contra la Trata) mostrándonos los resultados de las investigaciones con su equipo de antropología y arqueología forense. Cabe señalar que, en esta última mesa, así como Meira expresa una declarada postura abolicionista, las compañeras de ACCT no se pronuncian en ningún sentido.

El primer contacto con Georgina Orellano, para organizar la mesa sobre prostitución, data al menos del 5 de marzo. Así fue cómo, después de haberle ofrecido todas las fechas posibles, la secretaria general de AMMAr optó por el 12 de mayo. Hasta aquí todo bien. Los problemas empezaron después. Poco antes del 12, tuvimos conocimiento de que ese día habría paro de docentes universitarios; dado que el Taller era una actividad abierta a todo el público, buscamos un espacio en el cual pudiéramos mantener el compromiso. Conseguimos la Biblioteca Nacional. Cuando me comuniqué con Orellano para informarle este cambio, me dijo que no podía venir porque tenía que viajar y cuestionó la organización “no equitativa”, “no democrática” del Taller, dado que, según ella, como las mesas que continuaban a la suya tenían una “bajada de línea abolicionista”, eso significaba que, “por más que intentáramos ser plurales, es muy desigual que abramos nosotras y todas las clases que siguen tengan perspectiva abolicionista”. Aclaramos que nosotros, hasta ese momento no teníamos ninguna posición tomada y que la existencia de mesas separadas obedecía a que nadie quería sentarse con nadie. Obviamente que, si nuestro ánimo hubiera sido ese, simplemente podríamos haber suspendido la actividad con la excusa del paro, o directamente no ofrecer lugar alguno a AMMAr ni a nadie que expresara su postura. Por el contrario, conseguimos para ellas nada más ni nada menos que el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional (hecho que fue resaltado positivamente por una de las militantes de AMMAr que formó parte de la mesa).

Lo cierto es que, hasta ese momento (incluso hasta después de la segunda mesa, del 19/5), ni desde el Taller, ni desde la cátedra, ni desde RyR habíamos manifestado posturas abolicionistas, porque aún no teníamos resuelta esa discusión (de hecho, todavía tiene que ser votada en el próximo plenario). Simplemente, le ofrecimos un espacio a gente que aceptó voluntariamente intervenir. Incluso, como cátedra, que es la institución convocante, no existe ninguna preceptiva al respecto, más allá de ofrecer a los alumnos y al público en general, todas las perspectivas posibles de los debates que motorizamos desde hace años, en los que cuidamos siempre de invitar a todos los involucrados.

Orellano me preguntó si podía asistir María Riot en su lugar. Por supuesto, aceptamos. Dado que nosotros grabamos las charlas que hacemos y las subimos a la web, en particular porque mucha gente del interior del país sigue nuestras actividades, habíamos consultado por escrito a dos de las participantes (Melisa de Oro y Cherry Vecchio) respecto de la posibilidad de filmarla mesa. A Riot y Sofía les pregunté ese mismo día. Riot, Melisa de Oro, Sofía Compañía y Cherry Vecchio (todas afiliadas a AMMAr), expusieron delante de la cámara a la vista de todo el mundo, durante larga hora y media, con algunas preguntas del público, que las trató siempre respetuosamente. En mi carácter de coordinadora de la mesa, escuché muy atentamente y, sin dudas, aprendí mucho.

La semana del 19, en la charla de abolicionismo, los asistentes plantearon críticas a algunas de las posiciones que se habían vertido el viernes anterior. Guimaraes no solo discutió esas posiciones, sino que en su cuenta de Facebook contó lo que le habían dicho. Apenas Guimaraes hizo público esto, María Riot me increpó por mensaje privado, diciéndome que tenía que desmentir, dada mi condición de organizadora, los dichos de Guimaraes, porque ellas no habían manifestado semejantes cosas. Mi respuesta fue que estando todo filmado, esto podría ser desmentido cuando se subiera la charla. En ese momento, Riot se mostró apurada para que la charla del 12 se hiciera pública, además de que pretendía que yo tomara partido, negando públicamente algo que ellas habían expresado, claro que en otros términos.[2]

Poco tiempo después, habiendo hecho un balance, en términos personales aun, realicé una intervención en el muro de Alika Kinan, donde cuestionaba dos caballitos de batalla del regulacionismo. Uno, el de la sororidad; el otro, el del “feministómetro”. Más adelante veremos cuáles son esos argumentos. Orellano y sus compañeras me respondieron de manera violenta con acusaciones ad mulierem. Recibí una catarata de amenazas públicas (cartas documento) y privadas (denuncias en el ámbito laboral). Según interpretó la secretaria general, las había acusado de ser “busca maridos”, de hacer peligrar matrimonios, haciendo una lectura literal de expresiones que son del orden de lo político general. Ni qué decir que las otras participantes de la mesa se despacharon con insultos del mismo tenor, incluso peores.

Esta lamentablemente larga excursión sobre hechos en apariencia banales, sirve para poner al lector en el contexto de lo que aquí se va a examinar. Porque lo primero que me causó impresión fue la violencia innecesaria para con quien no tuvo otra cosa que un trato amable y respetuoso, como se puede ver en las reacciones de las involucradas luego de la mesa y antes de que estallara el escandalete. Lo que me llevó a reflexionar sobre el asunto: ¿al servicio de qué programa estaba semejante actitud? ¿Por qué no puede debatirse en términos relativamente civilizados en este campo? Entendiendo que “el método hace al programa”, me pregunté, en este caso concreto, ¿qué esconde AMMAr detrás de esta metodología política?


¿Sororidad con quién?
El texto que desató la furia de las militantes de AMMAr es un post bastante modesto en el que reaccionaba contra la ideología de la “sororidad”, a mi juicio, una trampa ideológica que impide la clarificación programática y la acción política coherente. Diluye, además, en un falso “nosotras” contradicciones centrales a la vida social, que organizan, no solo la subordinación de la mujer, sino también la ilusión del supuesto “colectivo”. En ese texto breve y sin muchas pretensiones, manifesté que la sororidad es una trampa porque obliga a aceptar un programa que se opone al propio y a establecer una alianza en la cual las que se nos oponen son las que dirigen. La “sororidad” urbi et orbi exige no discutir las posiciones y aceptarlas, incluso cuando van contra nuestros intereses. Por ejemplo, el patriarcado sostiene la fórmula de la “mujer buena” y la “mujer mala” (la que es esposa y madre y la que sirve al placer). Las feministas batallamos para que esa división se termine y reivindicamos el ejercicio de la sexualidad en el marco del deseo, de la elección, no mediada por el dinero y otras formas de poder opresor. Las mujeres seremos tan libres como los hombres cuando podamos decir “no” y sea “no” y cuando logremos expresar abierta y sencillamente nuestros “sí”. Sin embargo, cuando una fracción de mujeres reclama para sí ese desdoblamiento patriarcal, cuando se nos dice que “ya que la sociedad es así, nosotras podemos sacar partido de ello”, lo que encontramos es que una parte del “colectivo” destruye todas las luchas por la liberación sexual de las otras y a la vez, solidifica el patriarcado. Estas “sororas” quieren que nosotras les aceptemos su programa, que comprendamos que tienen que “trabajar”, sin reparar en que lo que ellas hacen destruye todo lo que hacemos nosotras. Obviamente, la sororidad se convierte en una mentira cuando no es recíproca: nosotras debemos ejercerla con ellas, pero ellas no lo hacen con nosotras.

Obviamente, para las feministas, los que defienden la prostitución no forman parte de ese colectivo, simplemente por lo que acabamos de decir. Eso lleva a Orellano y las suyas a acusarme de poseer el “feministómetro”. Esa acusación, que consiste básicamente en pretender monopolizar lo que es de todas (el feminismo), funciona, en realidad, como una chicana para que nadie pueda evaluar ni cuestionar las acciones políticas que otros realizan. Es decir, es una forma de censura política. En nombre de una supuesta “democracia” de género, tenemos que aceptar que cualquiera que se diga feminista lo es. Lo cual, además de ser una estupidez conceptual, impide delimitar cuál es el terreno/programa en el que vamos a luchar. Por lo tanto, el punto de partida de cualquier política feminista es rechazar esta “democracia” y reivindicar que no cualquiera que se diga feminista lo es. Consecuentemente, ni toda mujer ni todo feminismo es mi aliado, mi “sorora”. Esta conclusión sirve para avanzar en la pregunta: ¿el programa de AMMAr debe ser defendido por el feminismo, en particular, el que yo defiendo, el feminismo socialista? ¿Son Orellano, Riot, De Oro, mis “sororas”?

El liberalismo prostituyente
Los argumentos de AMMAr para justificar la prostitución son muchos. Pero el fondo filosófico del asunto es la reivindicación de la “autodeterminación”. Cuando AMMAr reivindica tal cosa, entra claramente en el feminismo liberal, es decir, burgués, es decir, patriarcal. La idea básica de este “feminismo” que reivindica que con nuestros deseos y nuestros cuerpos tenemos derecho a hacer lo que queramos, es la negación del carácter social de la vida. Es el individualismo burgués en estado puro. Esta “autodeterminación” es imposible, porque NADIE puede hacer CUALQUIER COSA. Obviamente, es una ideología que calza perfecto con quienes pueden hacer muchas cosas más que el común de los mortales, los burgueses. En este campo, las burguesas. Es la ideología propia de los dueños de la propiedad.

En ese sentido, la reivindicación “es mi cuerpo, con él hago lo que quiero” es falsa y anti-social. Nadie puede hacer lo que se le dé la gana, ni vivir de CUALQUIER ACTIVIDAD, porque vivimos en sociedad y los individuos no pueden exceder las necesidades sociales. El robo existe, los ladrones por decisión propia también, así como la necesidad de sobrevivir y la dificultad para obtener los medios materiales. Entonces, ¿tendría la sociedad que regular el “trabajo” de los ladrones? Podríamos dar una enorme cantidad de ejemplos en el mismo sentido (los sicarios, los violadores, etc.) y nos encontraríamos con el mismo resultado: los deseos del individuo no pueden convertirse en el derecho soberano. Entre otras cosas porque no habría forma de decidir entre derechos contradictorios: el cuerpo de la mujer violada es suyo, no quiere que la violen; el cuerpo del violador es suyo, quiere usarlo. Para quien crea que estos son argumentos extremos, pensemos en el anti-abortismo que se ampara en derechos “de conciencia” y que permite que jueces, médicos, etc., interpongan su ideología al derecho de la víctima de la violación. El que crea que esto sigue siendo abstracto, ojo que Macri está preparando un proyecto en este sentido, que va a llenar los hospitales públicos de anti-abortistas y va a aislar a los solidarios. En vistas de que no cualquier voluntad debe ser aceptada socialmente, es que digo que el feminismo liberal miente y que es una afirmación del statu quo. Miente cuando dice que somos individuos libres y que tenemos derecho a reclamar lo que nos venga en gana. El feminismo liberal no es realmente feminista, solo lo es para algunas mujeres. Y eso no es feminismo.

AMMAr no tiene un programa feminista y no solamente porque sus representantes son liberales, sino también porque, con su reivindicación del trabajo sexual (de eso se trata cuando se dice que tienen derecho a hacer lo que quieran con sus cuerpos) subordinan su deseo y el nuestro al yugo del poder social que detenta el patriarcado. AMMAr afirma que la prostituta lo es por elección y que ella “pone las condiciones en su trabajo”. Al mismo tiempo, señala que el trabajo sexual es un trabajo como cualquier otro: “hay clientes buenos, otros violentos, aburridos, etc, etc, etc y es lo mismo que una vendedora que atiende bien sin mirar a quién”. Qué feliz sería la vida de la clase obrera si pudiéramos apropiarnos del lema “Yo si quiero trabajo y si no, no.” Es más, no existiría la explotación si esa frase representara nuestras vidas. La prostituta no está allí siguiendo su “deseo”, sino la necesidad material. Se trata de un intercambio en el cual el deseo de la prostituta no tiene ninguna importancia, ni para ella ni para el cliente. Lo único que cuenta es el deseo del “cliente”, del propietario de esa mercancía llamada dinero. De esa manera, el mandato patriarcal según el cual el deseo de la mujer no tiene importancia, se cumple, justifica y refuerza con la prostitución.

Este liberalismo es el que lleva a las representantes de AMMAr a acusar a todas las que las critican con el mote de “moralista” o “anti-sexo”. Nadie les ha dicho que el sexo es sucio, indigno, ni ninguna otra de las peroratas religiosas, simplemente hemos dicho que la sexualidad no debe mercantilizarse. Cuando entran en juego el dinero y la necesidad, el deseo y la voluntad se esfuman del panorama. Sexualidad oprimida y explotada por el imperio de (la inmensa mayoría) de los varones, no. El putero siempre es machista, porque ejercita su poder sometiendo la sexualidad de otros/as y esto lo diferencia de los compradores en una tienda, en la cual no se pone en juego un intercambio jerárquico.


El sindicalismo patronal encubierto
Esta eliminación de todo criterio de clase en relación al fenómeno de la prostitución, da como resultado un sindicalismo patronal que se encubre detrás de un discurso “progre”. Lo de “se encubre” es literal. Mi primera actitud con relación a AMMAr fue clásicamente abolicionista: dado el tipo de actividad del que hablamos, todo intento de prohibirla, al menos en la sociedad capitalista, lleva a consecuencias peores. De allí que no soy “prohibicionista”. Esta distinción decanta en una actitud tolerante hacia el trabajo autónomo, pero en un rechazo del proxenetismo. Por eso, el “proyecto de AMMAr”, tal cual figura en su página web, de claro corte “autonomista” me pareció interesante, hasta que descubrí que ese no era su proyecto, según la propia Orellano me confesó… Le pedí que me facilitara el texto del nuevo proyecto y no recibí respuesta alguna.

Cuando una tarea, trabajo o actividad se ordena por medio de leyes, decretos, estatutos y otras formas legales, se dice que esa actividad está reglamentada o regulada. Pues bien, aun cuando a todas luces los proyectos de AMMAr son regulacionistas o reglamentaristas, ellas niegan sistemáticamente ser tal cosa. En la charla de la Biblioteca Nacional, ante mi requerimiento de aclaración respecto de este punto, María Riot dijo que “la regulación y la reglamentación son modelos del Estado, nosotras no somos ni reglamentaristas ni regulacionistas, somos trabajadoras sexuales”. Esta es una afirmación que suelen expresar recurrentemente, pero que se contradice con su práctica efectiva. Mientras niegan ser regulacionistas, se reúnen con legisladores y políticos por todo el país presentando proyectos de ley que son, en sí mismos, no solo un reconocimiento del Estado sino una exigencia de regulación estatal. En su página, por ejemplo, publican lo siguiente:
“Desde AMMAR nuestra tarea se encuentra enmarcada en la lucha por la defensa de los derechos de las Mujeres Trabajadoras Sexuales y a pesar de tener posturas encontradas jamás militaremos en contra de aquellas mujeres que han ejercido el Trabajo sexual y que hoy le exigen al estado reinserción laboral y acceso a políticas públicas, creemos que una política pública no invalida a la otra. Así como ellas quieren empleo formal nosotras queremos que el estado le dé un marco legal a nuestra actividad. (…) Cuando nosotras como Trabajadoras Sexuales decidimos en una asamblea exigirle al Estado la regulación de nuestro Trabajo, sabíamos que nos íbamos a encontrar con piedras en el camino…”

La primera inquietud que permanece irresuelta es ¿por qué AMMAr niega por un lado lo que sostiene en otro? Veremos cómo el oscurantismo, la ambigüedad y la confusión también forman parte de la estrategia.

Las leyes argentinas son abolicionistas, no prohíben el ejercicio autónomo de la prostitución, no penalizan a la prostituta ni al cliente. Lo que sí está penalizado es el proxenetismo, vale decir, la prostitución no puede ejercerse con patrón. Cuando AMMAr pretende que se regule el trabajo autónomo, se queja de que las “cooperativas” de prostitutas están prohibidas (por ser consideradas asociaciones empresarias) y de que los abusos policiales no son combatidos, una puede, legítimamente entender que están criticando el abolicionismo puramente formal del Estado argentino. Y que su lucha consiste en superar ese formalismo en la vida real. Con esta postura, veía yo un camino de cierta coincidencia y posible colaboración con AMMAr: si lo que quieren es que el Estado regule el trabajo autónomo y combata el proxenetismo, al mismo tiempo que se eliminan los abusos policiales, las razzias, la violencia contra las compañeras que ejercen la prostitución, los allanamientos, etc., aunque no estemos de acuerdo con el fondo del asunto (si o no a la prostitución como tal) se abre un campo de colaboración en la práctica. Ninguna organización seria puede condenar a una compañera que se ve arrastrada a prostituirse, ni puede avalar la violencia policial y para-policial, ni puede negarle auxilio a toda una capa de la clase obrera obligada a tal explotación y opresión. Pero, como quedó claro en la charla y puede verificarse después en innumerables intervenciones, el “proyecto” de AMMAr no es la prostitución autónoma. Volvamos a la historia.

Recordemos que le había pedido a Orellano el texto del nuevo proyecto, infructuosamente. Aproveché la charla para volver sobre el punto. Recibí la siguiente respuesta por parte de Melisa de Oro:
“Ese proyecto de ley fue presentado como una emergencia para neutralizar una movida muy fuerte de las corrientes abolicionistas que querían imponer en ese momento la penalización al cliente (…). Fue un emergente, no fue muy discutido. Salió por una necesidad estratégica. (…) Hoy por hoy (…) estamos buscando una ley más consensuada, que respete las distintas modalidades de trabajo (…) porque está el trabajo en la calle, está el trabajo en departamentos privados, en lugares de alterne (…). Estamos buscando un proyecto que sea lo menos reglamentarista posible que contemple todas las modalidades de trabajo, que respete la diversidad (…)”

 Como se ve, todo muy vago, frente a una pregunta concreta. En este ocultamiento hay un tufillo a maniobra. Aunque no se entra en detalles, Melisa de Oro reconoce que esta nueva ley es más “amplia” que las anteriores. Amplia quiere decir que pretende regular también el proxenetismo. Puede parecer a simple vista una extrapolación indebida o una exageración interpretativa. Pero, entre los reclamos de AMMAr, uno de los caballitos de batalla actual es la defensa de los derechos laborales de las trabajadoras sexuales, el acceso a la jubilación y a la obra social. Considerando que se puede ser monotributista y obtener una jubilación sin necesidad de esta ley, los indicios hacia la reglamentación del trabajo con patrón se acumulan. Para eso, basta con dejarlas hablar:
“Muchas chicas prefieren trabajar en privados (…) porque en el privado, con patrón, de alguna manera, tiene seguridad, siempre alguien que cuida, no tiene que hacerse cargo de los gastos del departamento, tiene la clientela fija. Sí, suele haber, como pasa en muchos otros trabajos, como las docentes que trabajan para academias, o las peluqueras, un porcentaje que se lleva, digamos el… socio capitalista, para decirlo de alguna manera, que se lleva un porcentaje del trabajo, que, bueno, puede rondar entre el 30 y el 50% en promedio. Pero, mi amor, si a mí me consiguen diez clientes por día a 500 pesos, me llevo 5 lucas ese día.”

Melisa de Oro dixit. En una entrevista con Leonor Silvestri, Melisa, ahora con el nombre de Stella d’Vita, lo dijo aún más claramente:
“Yo estoy a favor del trabajo bajo patrón. (…) Puede ser que en un departamento privado atiendas más, pero lo cobrás muy bien. (…) El dueño del lugar se lleva un porcentaje (…) El problema no está en el porcentaje, el problema es cuánto gano. (Si hubiera un sindicato y con una ley y paritarias) podríamos fijar en un máximo de 30 el porcentaje, por ejemplo.”[3]

Queda aquí explícita la asunción de la explotación social como normal y deseable, bien que confundiendo “porcentaje” con “plusvalía”, al más puro estilo liberal. Por su parte, María Riot reforzó las explicaciones dadas en la charla:
“Si ustedes trabajan, seguramente tienen jefes, empleadores; esos empleadores y jefes en nuestros trabajos son llamados proxenetas y fiolos. Para las abolicionistas, esos nombres tienen una carga negativa y peyorativa que solo en nuestro trabajo el trabajar para alguien es un delito. (…) El trabajo sexual es el único trabajo en que estás obligada a ser independiente porque si vos decidís trabajar para alguien vas presa o sos una víctima que debe ser rescatada.”

Casi no hace falta aclarar nada más. Aunque por si a algún desavisado no le resultare suficiente, Melisa de Oro sigue:
“A mí no me interesa bajo ningún punto de vista ser empresaria del sexo (…) pero es la única profesión, la única rama del comercio donde cuando vos adquirís la experiencia y el dominio del área y la especialidad, el knowhow, el expertisse, ya estás vieja, tenés que jubilarte y morirte de hambre, en lugar de poder aprovechar ese recurso que sí se aprovechaba en años anteriores, en siglos anteriores, donde existía la regenta o la madama. No estoy justificando las modalidades antiguas, estoy explicando un fenómeno en el cual la puta vieja tenía una continuidad laboral y un prestigio social. Ahora a la puta vieja la tiramos a la basura, la tiramos a ser empleada doméstica por dos pesos.”

“No aclares que oscurece”, podríamos decir. La intención de AMMAr, cuando pretende reglamentar un “trabajo como cualquier otro”, es clara: legalizar el proxenetismo. El asunto toma forma escrita incipiente en los proyectos impulsados por la organización en diferentes provincias y a nivel nacional. En 2013, Osvaldo López, de Nuevo Encuentro, senador nacional por Tierra del Fuego, presentó en el Congreso Nacional “un proyecto elaborado por AMMAr para regular el trabajo sexual autónomo, para darle un marco legal”. Este es el proyecto del que hablamos más arriba y que perdió estado parlamentario. AMMAr volvió a la carga en otras dos ocasiones, aunque la estrategia ahora se concentraba en las provincias. El segundo intento fue en Mendoza en el 2014, presentado de la mano de la diputada Lorena Saponara, del FpV. También en el 2014, el diputado Rodolfo Canini (del Bloque Encuentro Frente Grande-Nuevo Encuentro) de Neuquén, presentó en su provincia el mismo proyecto que Saponara. Estos proyectos provinciales hablan de trabajo “autónomo”, pero consagran como autoridad de aplicación al Ministerio de Trabajo, entidad cuya presencia es innecesaria si no hay una relación laboral de por medio. Si se tratara de trabajo autónomo, el responsable debiera ser la autoridad que regula las relaciones comerciales, no las laborales. Esta presencia del Ministerio de Trabajo insinúa ya la reglamentación de otras relaciones. Su presencia en forma tan vaga es coherente con la estrategia que veremos más abajo.

Las representantes de AMMAr se enojan cuando se las trata de “fiolas” y consideran esa expresión como insultante. Concedamos que ellas mismas, como dice Melisa de Oro, no quieran ni estén interesadas en ser proxenetas o “empresarias del sexo”. Es cierto que decirles “fiolas” podría representar, en ese caso, un insulto. Sin embargo, eso no borra el hecho de que ellas defienden al proxeneta como un patrón igual a cualquier otro. Dicho de otra manera, AMMAr es regulacionista y quiere legalizar al burgués “del sexo”. Concedamos que las militantes de AMMAr solo pretenden legalizar una situación en la que sus afiliadas puedan actuar de modo abierto, salir de la clandestinidad. Concedamos también que eso, desde su punto de vista solo interesado en sus afiliadas, pueda requerir el “blanqueo” del cafisho. Bien. Díganlo así: queremos la reglamentación, somos reglamentaristas, queremos blanquear al proxeneta, porque el trabajo sexual es un trabajo como cualquier otro. Si así lo dijeran, podríamos estar o no de acuerdo, pero al menos tendríamos un campo de disputa claro en el cual debatir sin necesidad de andar escondiendo el verdadero objeto de controversia. La pregunta es ¿por qué AMMAr prefiere embarrar la cancha? ¿Por qué no dice abiertamente lo que quiere?



 La estrategia de AMMAr
AMMAr está dando una batalla política que abarca todos los terrenos de la vida social. Las abolicionistas han subestimado la unidad, la inteligencia y la fuerza de esta intervención. Las reglamentaristas saben muy bien que defender abiertamente la regulación, es decir, el blanqueo del proxenetismo, resulta igual que llevarse las paredes por delante. En particular, desde el despliegue del discurso de la “trata”, del cual nos ocuparemos en otro momento. Consecuentemente, AMMAr ha diseñado una estrategia que consiste en la “victimización”, el desarrollo de un discurso “progresista”, un enfoque gradualista y una aproximación lateral.

El tono general de las intervenciones de AMMAr es la “victimización”. AMMAr se presenta como defensora de “víctimas”: las prostitutas son trabajadoras superexplotadas como consecuencia de la clandestinidad a la que están sometidas por los prejuicios sociales, la policía y la Iglesia. De allí que sus militantes intenten siempre colocar a sus oponentes en el campo de la “yuta” y el “clero”. Subsidiaria con esta posición en el campo del debate, es la adopción de un discurso “progresista” que va desde el simple liberalismo (“tengo derecho a usar mi cuerpo como quiera”, “tengo derecho a hablar y ser escuchada”) al posmodernismo reaccionario (“todo es relativo”, “nadie tiene la verdad”), pasando por un populismo seudo-izquierdista anti-clerical (“las que nos critican son monjas frígidas”) y una reivindicación del feminismo muy sui generis. La función de este discurso “progre” es atacar al abolicionismo en su propio campo y quitarle las banderas que históricamente lo nutrieron. En un clima ambiente corrido hacia la izquierda, como el que vive la Argentina desde el 2001, una reivindicación “menemista” del proxenetismo hubiera sido, sencillamente, un suicidio. El discurso de AMMAr, entonces, es inexplicable sin los dispositivos ideológicos desarrollados por el kirchnerismo, en particular, por los intelectuales que le dieron ese tono “rojizo” al final de su gestión. El derecho a la “identidad”, la reivindicación de los derechos humanos y hasta de los animales, la lucha contra la discriminación, todo eso está detrás del discurso que examinamos. Un discurso que puede volverse rápidamente cínico y posmoderno, como de hecho sucede cuando AMMAr habla directamente por boca de sus mentoras ideológicas, como Marta Lamas, Mabel Bellucci o Virginie Despentes.

Precisamente, porque reconocer al proxeneta como buen burgués es difícil de tragar para el consenso espontáneamente abolicionista que reina en la Argentina, la estrategia de AMMAr es gradualista. Es decir, el asunto no se plantea directamente, los proyectos no dicen “liberen al proxeneta”. Primero, se trata de cambiar las ideas dominantes en la sociedad sobre la prostitución. En este punto, el primer paso es la constitución de AMMAr como sindicato en el marco de la CTA. La vinculación con el movimiento obrero les da ya esa pátina de “causa popular”, que se hace más fuerte cuando se incorporan al movimiento feminista y al kirchnerismo. De allí la importancia de captar personajes públicos provenientes de ese espacio, desde Malena Pichot hasta Florencia Kirchner, pasando por Víctor Hugo Morales, o incluso maniobras de propaganda espurias (como en el caso de Nora Cortiñas) y que no excluyen el amedrentamiento de opositores.[4]Ello va de la mano de una exposición mediática creciente, desde la concurrencia a cuanto programa de radio y televisión las invite hasta su propio espacio radial semanal de dos horas (“Servicio completo”). También forma parte de esta línea estratégica, la inserción internacional, ya sea en instituciones reglamentaristas (RedTraSex) o en las Naciones Unidas y la OEA. Todo está al servicio de cambiar la imagen pública de la prostitución, preparando a la población para aceptarla.

Este gradualismo en el planteo, obliga a AMMAr a esconder su verdadero proyecto, que solo va apareciendo de manera lateral, oblicua, tratando de seguir la línea de menor resistencia. Así, la reglamentación del trabajo “autónomo” se plantea de modo tan laxo que entran allí todas las formas sociales posibles de la prostitución. Como sus militantes lo admiten, el “autonomismo” es solo una pantalla. Una pantalla necesaria porque la verdad no puede ser dicha porque generaría una enorme resistencia. Aquí, la forma de aproximación es por la vía del embellecimiento del trabajo sexual: se elige, se gana bien, se tienen los mismos problemas que en cualquier otro trabajo, es la liberación del deseo de la mujer, se brinda un servicio “social”, se elimina la trata, etc. Cuando se les pregunta por experiencias concretas en las que no parece constatarse lo que afirman, siempre eluden la respuesta. La intervención de las militantes de AMMAr se vuelve, entonces, sumamente contradictoria: se reivindican feministas mientras tratan de tontas a las que no cobran; se reconoce la miseria de la prostituta callejera y se afirma que se gana aquí más que en cualquier otra alternativa laboral; se reclaman derechos laborales propios de trabajadores asalariados mientras se reivindica la cooperativa empresarial.

Este confusionismo no es expresión de ignorancia o contradicción inconsciente. Es la forma necesaria que asume una estrategia que no puede mostrar abiertamente sus objetivos, que no puede decir lo que realmente quiere. Es, por lo tanto, la expresión de una estafa política. El problema no es de ellas. Esta confusión les suma. Atrae a mucha gente “progre” ignorante políticamente hablando y reaccionariamente posmoderna. Gracias a esto, AMMAr va copando, lenta pero sin pausa, todos los espacios tradicionalmente abolicionistas y expulsando de ellos a sus opositoras.[5] El problema que deben plantearse las/los abolicionistas es si están preparadas/os para responder a la altura de las circunstancias.

[1]Este texto es la primera parte de una serie de artículos dedicados al tema que serán publicados en sucesivos números de El Aromo.
[2]Después de estallado el escándalo, Riot me amenazó con una carta documento si subía el video de la charla.
[3]Véase “Trabajo sexual en primera persona: Stella d’Vita”, en https://www.youtube.com/wacht?v=75OLM1GrX04&t=1490s
[4]Margarita Meira, la responsable de Madres Víctimas de Trata, siempre cuenta cuántas cartas documento ha recibido de parte de AMMAr en sus fútiles intentos para evitar que las cuestionara y las nombrara públicamente. La última vez en que una representante del sindicato “apuró” a Meira fue durante el último 3J cuando pretendió que Margarita, que estaba parada al lado de Cortiñas en el palco, se sacara la pechera de su organización.
[5]Véase los casos de la expulsión de abolicionistas de la red social RIMA o Transfeministas Trabajando y Transfeministas Cooperando. Sin embargo, los casos más importantes de expansión de la presencia de AMMAr en el campo abolicionista son los del espacio Ni una menos y el del Encuentro Nacional de la Mujer.
COMENTARIO
Pablo  20/07/2017 a las 18:30
Se equivocan grueso al comparar la decisión de una mujer de prostituirse con la decisión de cualquier otra persona de cometer un delito (asesinato, violación, robo, etc). En un caso la mujer que decide prostituirse no provoca un daño a nadie (en todo caso a nadie más que a ella misma). Es lo mismo que lo que hace quien decide empezar a drogarse o quien decide empezar a fumar o quien decide empezar a tomar alcohol.
Es lo contrario del que comete un delito y que provoca un daño a un tercero. No existe un derecho, una autodeterminación de dañar a otros porque, precisamente, lo que ocurre en estos casos es que se vulnera la voluntad del otro.
La decisión de prostituirse, cuando existe realmente y no es por coerción, entra en el terreno de la autonomía personal. Esa autonomía personal está limitada en el capitalismo por la necesidad material y en ese caso la prostituta decide tan libremente como decide el que “elige” ir a trabajar a la zafra o a una obra en construcción o a la cosecha de maíz. No tiene ni más ni menos autonomía.
Por lo tanto lo que habría que explicar entonces cuál es el fundamento por el cual el sexo no puede ser objeto de intercambio mercantil.
Existen relaciones de intercambio en las que se involucra la sentimentalidad, el cariño, y nadie plantea que exista algo repudiable en el intercambio mercantil. Por ejemplo, quien gusta de cuidar personas, niños, discapacitados, que siente cariño e igualmente cobran por su trabajo. Incluso se valora monetariamente si quien se dedica a cuidar personas es además de responsable, cariñoso, empático, simpático, etc. Es decir, eso tiene un precio.
¿Cuál es el fundamento entonces para repudiar que una mujer quiera exigir una paga a cambio de tener sexo? No me queda claro el fundamento de tal postura. Es como si existiera algo sagrado en lo sexual que impide toda consideración mercantil al respecto.
Por otra parte, el principio de autonomía personal es una conquista de las revoluciones burguesas que tiene que ser defendido y no menospreciado como se hace en la nota.

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Lucía Sangiorgio  23/07/2017 a las 22:06
“En un caso la mujer que decide prostituirse no provoca un daño a nadie (en todo caso a nadie más que a ella misma)”

Es interesante que admitas aunque sea marginalmente el daño que puede causar en la persona, para luego dejar bien claro que ese posible daño no entra en tu análisis.

“La decisión de prostituirse, cuando existe realmente y no es por coerción, entra en el terreno de la autonomía personal. ”

El terrorismo machista es literalmente un sistema institucionalizado de coerción y represión orientado a explotar la sexualidad de las mujeres. Pensá en eso un rato y luego preguntate qué entendés por “autonomía personal”.

” la prostituta decide tan libremente como decide el que “elige” ir a trabajar a la zafra o a una obra en construcción o a la cosecha de maíz. No tiene ni más ni menos autonomía.”

Cínico y negacionista. Mala combinación.

“Por lo tanto lo que habría que explicar entonces cuál es el fundamento por el cual el sexo no puede ser objeto de intercambio mercantil.”

No, a negadores crónicos, culos acomodados que no corren el riesgo de venderse en el mercado de los violadores y femicidas, hay que ignorarlos y combatirlos.

No querés una explicación querés repetir una fantasía que se cae a pedazos y muestra quién sos en realidad.

” Incluso se valora monetariamente si quien se dedica a cuidar personas es además de responsable, cariñoso, empático, simpático, etc. Es decir, eso tiene un precio.”

Pero no tiene un precio solamente en plata, por eso las personas sin alma no lo entienden. Que a todo lo que se le pone precio en esa platita que tanto te gusta y tan bien entendés, todo tiene un correlato en un precio que SIEMPRE se paga, pero los varoncitos negacionistas nunca se interesan en cuál es ese precio ni quién lo paga porque saben lo único que les importan: que no van a ser ellos.

“¿Cuál es el fundamento entonces para repudiar que una mujer quiera exigir una paga a cambio de tener sexo? ”

Ni siquiera leiste, ¿no?

Se repudia que LOS VARONES se aprovechen de una diferencia de poder para reafirmar y perpetuar el rol sexual de las mujeres en la sociedad.

“Es como si existiera algo sagrado en lo sexual que impide toda consideración mercantil al respecto.”

Te referís a cosas sagradas como:
– La violencia sexual es la más común y más extendida contra las mujeres.
– La violencia sexual es el problema n°1 de las mujeres trabajadoras en su espacio de trabajo.
– La violencia sexual contra niñas y niños totalmente impune en la familia, la iglesia y el poder político.
– La violencia sexual institucional por parte de todas las expresiones del Estado y la enorme mayoría de instituciones de la sociedad
– La explotación sexual siendo el 3 negocio ilegal más rentable del planeta después del tráfico de armas, y de drogas
– Las secuelas físicas y emocionales de por vida que deja la prostitución incluyendo las formas más graves de estrés postraumático

¿Ya te parece lo bastante sagrado o seguimos?

“Por otra parte, el principio de autonomía personal es una conquista de las revoluciones burguesas que tiene que ser defendido y no menospreciado como se hace en la nota.”

Contame, señor autónomo, cuántas veces entregaste tu culo a cambio de algo.

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Nadie  24/07/2017 a las 03:23
“Véase los casos de la expulsión de abolicionistas de la red social RIMA o Transfeministas Trabajando y Transfeministas Cooperando”.
Es claro que en el segundo grupo podían coexistir las abolicionistas siempre y cuando no cuestionen el trabajo de quienes publicaban (que realmente trabajaban por su cuenta) planteando los servicios en un contexto exclusionista hacía los cisvarones ya que esa es la tematica del grupo. Cuando no se daba el caso eran expulsadas, similar era el caso de T. Cooperando.
http://razonyrevolucion.org/que-quiere-ammar-un-esbozo-de-analisis-del-programa-y-la-estrategia-de-la-asociacion-de-mujeres-meretrices-de-la-argentina-rosana-lopez-rodriguez/


[i]  [i] ¿Qué es Ammar? Según se define en su página, http://www.ammar.org.ar/-Quienes-somos-.html, tienen como: ““Nuestra Visión
Lograr que el Estado garantice los derechos humanos y laborales de las Trabajadoras Sexuales en la Argentina.
Nuestra Misión
Defender los derechos humanos y laborales de las Trabajadoras Sexuales de la Argentina.
Por qué luchamos...
El Proyecto Ammar se fundamenta en la auto-organización de un sector de mujeres que hemos sido excluidas, discriminadas, marginadas y sometidas históricamente a todo tipo de maltratos.
Buscamos fortalecernos mediante la defensa de la libertad laboral a través de conocer y ejercer nuestros derechos humanos y de generar estrategias para el cuidado de nuestra salud integral.
Las trabajadoras sexuales de Ammar somos mujeres adultas, que ejercemos este trabajo por consentimiento propio y de manera autónoma.
Las Trabajadoras Sexuales somos triplemente marginadas: por ser mujeres, por ser pobres y por ser trabajadoras sexuales.
Podemos hablar de “trabajo sexual” y no de “prostitución” como resultado de una larga batalla ideológica y política en el marco de la concepción de los derechos humanos y el respeto por la libre determinación de las mujeres. Y creemos que es necesario conseguir las condiciones dignas para realizar nuestro trabajo y así salir de la clandestinidad a la que nos exponen constantemente. Por esa razón nos organizamos como sindicato.”
Es necesario precisar algunas inexactitudes. En primer lugar el llamado “trabajo sexual” no está reconocido en la Argentina. La Argentina es un país abolicionista desde su misma Constitución Nacional, en ese sentido no se persigue ni castiga a las personas en prostitución sino a quienes lucran con su explotación sexual, incluidos los tratantes de personas, los prostíbulos están prohibidos por ley nacional.
Se llaman “sindicato” pero no está reconocida como tal esta organización, no solamente porque no es aceptada esta actividad como “trabajo” sino porque quien sería la contraparte empresarial son los proxenetas-tratantes, quienes son considerados delincuentes.
En realidad Ammar responde a un amplio y generoso financiamiento que exige se denominen del modo que lo hacen y se dediquen casi exclusivamente al lobby a efectos de obtener una ley que reglamente-regule la actividad y de ese modo abrir el camino al reconocimiento del proxenetismo, trata de personas, como una actividad también legal.
Existen organizaciones de personas en prostitución que no se reconocen como trabajadoras y solicitan del Estado medios para dejar la actividad. Estas organizaciones no tienen apoyo económico ni político por lo que su actividad la desarrollan por sus propios medios y sin la trascendencia pública que tienen la del lobby proxeneta-tratante.
Alberto B Ilieff