Mostrando entradas con la etiqueta derechos humanos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta derechos humanos. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de mayo de 2020

Ucrania: Bebés almacenados en stock por empresas sin autorización legal de tutela de menores



30/04/2020
AUTORA


Berta O. García
Docente









¿Qué pasará con los bebés que van a nacer de vientre de alquiler en Ucrania durante este periodo de confinamiento y cierre de fronteras debido al Covid-19? Esta era la pregunta que me rondaba la cabeza. Los medios se hacían eco de la situación que vivían algunas familias «atrapadas» en Kiev, pero ¿y los bebés que nacerían solos?, ¿tendría el Estado ucraniano previstas medidas de protección y tutela hacia los bebés nacidos en Ucrania por vientre de alquiler de ciudadanas ucranianas? No se sabía nada de ellos.

Lo cierto es que el Estado ucraniano se ha desentendido de esos bebés. Nos enteramos en qué situación viven por las redes sociales y la web de la empresa de vientres de alquiler Biotexcom, que sigue operativa en Ucrania a pesar del escándalo en el que se vio envuelta en 2018 por tráfico de personas, falsedad documental y evasión de impuestos, entre otros delitos.

Es la propia empresa la que muestra a esos bebés en sus cunas en un gran salón del hotel Venecia en Kiev –hotel a disposición de los clientes que contratan el paquete de alquiler de vientre VIP–, a cargo de cuidadoras en un régimen laboral cuando menos abusivo, ya que Biotexcom se jacta de tenerlas allí confinadas con los bebés por periodos de 30 días, sin poder ver a sus seres queridos más que por videoconferencia.

Así pues, el Estado ucraniano discrimina a esos bebés simplemente por el procedimiento por el que han venido al mundo, a pesar de –insisto– haber nacido en Ucrania de madres ucranianas. Una vulneración flagrante de derechos y garantías por parte del Estado de Ucrania hacia recién nacidos por encargo y contrato en su territorio, almacenados en stock por una o varias empresas que no cuentan con autorización legal de tutela, guarda y custodia de menores.



Imagen de BioTexCom de sus instalaciones. Es la principal empresa en Ucrania de alquiler de mujeres con fines reproductivos

Esta dejación de funciones por parte de Ucrania y lo que ello revela de desprotección hacia la parte más débil, el bebé, que es el objeto de contrato de la mal llamada «gestación subrogada», viene a sumarse a todo lo que venimos denunciando sobre la práctica de los vientres de alquiler. Mientras tanto, la empresa Biotexcom continúa su actividad a todo ritmo, ofreciendo incluso contratos online de vientres de alquiler.

Biotexcom sigue operativa en Ucrania a pesar del escándalo en el que se vio envuelta en 2018 por tráfico de personas, falsedad documental y evasión de impuestos,

Estos días atrás saltó a los medios el desmantelamiento de una red de tráfico de menores que operaba en Ucrania. Se detuvo a varias personas que regentaban una clínica de vientres de alquiler y se dedicaban a vender recién nacidos a ciudadanos chinos «solteros de una cierta orientación» (así aparecían descritos y entrecomillados en los medios), involucrados también en matrimonios ficticios con ucranianas. El viceministro de Interior de Ucrania Anton Gerashchenko emitió un comunicado en el que calificaba a la clínica como «supermercado para la venta de bebés», lo que me lleva ineludiblemente a preguntarme si acaso las clínicas que operan según la legalidad ucraniana no lo son también. Es curioso cómo en unos contextos se utilizan los términos «compra» y «venta» y en otros no, cuando el objeto de la transacción comercial –sea ésta legal o no– es siempre un bebé y es siempre a cambio de dinero.

Lo más sorprendente es que Gerashchenko añadió que el alquiler de vientres no está regulado en Ucrania, aunque tampoco prohibido por ley, y afirmó que Ucrania no debería ser «un campo de juego semilegal para la trata de bebés». Ojalá esta reflexión lleve a buen puerto y Ucrania prohíba de una vez por todas la explotación reproductiva de sus mujeres y la compraventa de recién nacidos. No obstante, hay una tarea pendiente y urgente aún a resolver por parte del Estado: la protección y tutela inmediata de esos bebés que siguen en manos de las empresas que se dedican a venderlos.

Fuente


Nota: imágenes y negritas están en la nota original






Fui gestante subrogada altruista y ahora estoy en contra de TODA subrogación



04/02/2020
AUTORA
Redacción Tribuna
La revista de información que te cuenta lo que otros no creen importante
Escrito por NMN
Traducido por Berta O. García @Omnia_Somnia

Fui gestante altruista para una amiga y un amigo que eran pareja; gesté y di a luz a gemelos. Fue una experiencia increíblemente traumática y tuve que recibir tratamiento por el trastorno de estrés postraumático (TEPT) que me provocó. Nunca hablo con nadie sobre mi experiencia, ya que todavía la encuentro completamente devastadora.
Únicamente oímos hablar de experiencias positivas en los medios, impulsadas por las organizaciones que promueven la subrogación. Es importante que la gente sepa también que la subrogación puede salir muy mal, así como el impacto que deja para toda la vida en las mujeres que ofrecen sus cuerpos para que otros los usen.
Me convertí en gestante para una pareja de amigos. Creía ingenuamente que, dado que los partos de mis propios hijos habían ido bien, sería igual de fácil en un embarazo subrogado. Pensé que había investigado mucho y hablé con otras gestantes sustitutas antes de embarcarme en ello.

Únicamente oímos hablar de experiencias positivas en los medios, impulsadas por las organizaciones que promueven la subrogación.

Sin embargo, acepté hacerlo antes de saber lo suficiente sobre los procedimientos médicos extremadamente intrusivos y dañinos a los que tendría que someterme. Creía ingenuamente que simplemente me serían implantados los embriones atendiendo a mi propio ciclo menstrual. No sabía que mi ciclo natural tendría que detenerse químicamente, ni la cantidad de hormonas dañinas y sintéticas que tendría que tomar para crear un ciclo artificial que estuviera coordinado con el de la donante de óvulos.
Una vez que descubrí la cantidad de hormonas que tendría que tomar, sentí que no podía dar marcha atrás sin destrozar a mis amigos. Seguí adelante muy a pesar mío y de las advertencias de mi propio instinto, porque no quería que se ofendieran ni que se disgustaran.
Con el fin de aumentar las posibilidades de éxito, también me convencieron de que me dejara implantar dos embriones. Ahora sé que yo no tenía pleno conocimiento de que gestar y dar a luz gemelos suponía mayores riesgos para mí.
Echando la vista atrás, veo que sacrifiqué mi propia salud y seguridad para dar prioridad a los deseos de los padres intencionales. Me doy cuenta también de que, cuando tomé aquellas decisiones, mi estado psicológico revela que sufría complejo de mártir y que era demasiado abnegada. Pasé completamente por alto mis prioridades personales. Todo era debido a mi falta de autoestima y de asertividad, y porque sólo me valoraba a mí misma por lo útil que era para los demás. Tenía un sentido hipertrofiado de la «entrega».




Con el fin de aumentar las posibilidades de éxito, también me convencieron de que me dejara implantar dos embriones. Ahora sé que yo no tenía pleno conocimiento de que gestar y dar a luz gemelos suponía mayores riesgos para mí.


Esto es algo muy común en las mujeres, ya que la socialización femenina fomenta y entrena a las mujeres y a las niñas a colocarse en segunda posición, a dar prioridad a los demás y a ser «amables». Esta socialización y psicología femeninas deben ser objeto de investigación y estudio y ser tenidas muy en cuenta en el contexto de las gestantes altruistas.

A lo largo del embarazo, experimenté celos y enfados repentinos por parte de la madre intencional, molesta porque yo podía quedar embarazada tan fácilmente. Ambos, tanto ella como él, me presionaban sobre cómo y dónde tenía que dar a luz. Tenía que ser muy asertiva para dejar claro que se trataba de mi cuerpo y que el proceso fisiológico del parto funciona mejor cuando la madre se siente completamente segura y da a luz de la manera en que se siente más cómoda. Tuve que dejar muy claro que esas decisiones me concernían sólo a mí.
Sentí que se creían –hasta cierto punto– «dueños» de mi útero y de mí, y que «merecían» dirigir el parto porque veían a los bebés como «suyos».
El parto resultó ser traumático en extremo, con uno de los bebés ingresado en la unidad de cuidados intensivos neonatales y yo con desgarro perineal de segundo grado.

A partir de ahí, comenzó una horrible pesadilla que duró dos años, ya que las matronas se movieron rápidamente para culparme a mí y acusarme falsamente de haberles impedido ayudar en el parto. Esta culpabilización es una experiencia ya familiar entre las mujeres que sufren partos traumáticos; vivimos en una cultura en la que ya sabemos que la sanidad pública hará todo lo posible para evitar la responsabilidad en las demandas por negligencia médica. Hubo cuatro investigaciones distintas por parte del colegio oficial independiente de matronas que concluyó que todas las matronas que intervinieron en el parto fueron culpables de no intervenir en un caso de emergencia y de no controlar la salud fetal durante el parto. El trauma del parto se agravó posteriormente por el trauma de ser culpabilizada y de tener que soportar durante dos años un montón de investigaciones que finalmente me exoneraron de culpa. En lugar de seguir adelante con mi vida después de la subrogación, tuve que revivir el trauma una y otra vez durante todo el tiempo que duraron las investigaciones.

Tras el parto, la madre y el padre intencionales me abandonaron más o menos por completo, dejaron que me las arreglara por mi cuenta para hacer frente a las mentiras de las matronas y la revictimización de la que fui objeto. No me apoyaron ni me defendieron y me quedé sola para sobrellevar las diversas investigaciones.
Me dolió muchísimo que no me invitaran al bautizo de los gemelos. Me utilizaron por mi útero y luego me desecharon cuando ya no me necesitaban. Fue la experiencia más degradante y horrible. Mi salud mental colapsó y, dos años después de aquel parto traumático, me diagnosticaron trastorno de estrés postraumático (TEPT), por lo que tuve que ponerme en tratamiento.
Nunca le cuento a nadie lo que pasó, ni siquiera a mis parientes más cercanos, no quiero revivirlo. Sólo me decidí a hacerlo a raíz de la Law Commissioners’ consultation. [1]

Me quedaron secuelas del parto, incontinencia y diástasis de rectos (separación de los músculos abdominales) que me provocan problemas a diario. No sé cuáles serán los efectos para mi salud a largo plazo de las grandes cantidades de hormonas sintéticas que tuve que tomar, ni el posible aumento del riesgo de cáncer de mama, ya que no amamanté a los bebés.
Ahora estoy absolutamente en contra de TODAS las subrogaciones, tanto de las comerciales (que en mi opinión son completamente inmorales) como de las no remuneradas o altruistas. El riesgo de abuso es demasiado grande. No se debe alentar a las mujeres a poner en peligro su salud y seguridad emocional y física por la «necesidad» de otras personas de tener bebés. Las mujeres importan. No se debe alentar a las mujeres a ponerse en segundo lugar ni a arriesgar nuestras vidas por otras personas.
Recomiendo ilegalizar TODAS las subrogaciones como lo han hecho otros países. La ley no debe modificarse para facilitar la explotación de las mujeres, tanto de las mujeres que son vulnerables por su pobreza como de las que simplemente tienen buenas intenciones y están mal informadas como yo.

También pienso a menudo en la pobre y joven estudiante de Europa del Este que tuvo que soportar la extracción de óvulos –y sus consecuencias para toda la vida– para pagar sus estudios. Hay muy poco de «ético» en la subrogación.

Comparte tu historia
Creemos que hay muchas mujeres que sufren en silencio una experiencia infeliz, dañina o traumática después de «donar» sus óvulos o de haber sido «gestante sustituta» en beneficio de otras personas. Si desea compartir su historia de forma anónima, nos encantaría saber de usted. https://nordicmodelnow.org/share-your-surrogacy-or-eggsploitation-story/

[1] En Gran Bretaña, período de consulta abierto del 6 de junio al 11 de octubre de 2019 con el fin de reformar la actual ley de subrogación.

Artículo publicado en https://nordicmodelnow.org/2020/01/29/i-was-an-altruistic-surrogate-and-am-now-against-all-surrogacy/


Fuente:

Nota: las negritas están en el original



lunes, 30 de marzo de 2020

ABOLICIONISMO Y DERECHOS HUMANOS

ABOLICIONISMO Y DERECHOS HUMANOS


Este texto es una réplica de AMADH a una nota publicada en El Cohete
POR EL COHETE A LA LUNA MAR 29, 2020

Se publica a continuación la carta enviada por AMADH en respuesta a la nota Putas, al borde del allanamiento firmada por Leonora Jáuregui y Agustina Frontera. Hemos omitido algunos de los nombres de personas y organizaciones que menciona, porque consideramos que no son necesarios para el debate público sobre el tema y que implican una violación de la intimidad, que contraría las mejores prácticas en la materia.

———————————————————————————————————–

Escribimos esta respuesta con mucha tristeza y preocupación por cómo se ha abordado el tema de la prostitución y la trata en el artículo “Putas, al borde del allanamiento” publicado en este medio. Como organización abolicionista con más de 25 años de experiencia en el trabajo territorial con personas en prostitución, no podemos quedarnos calladas ante la desinformación y la liviandad con que se ha tratado un tema grave y que nos atraviesa en primera persona, como es la trata para explotación sexual. La Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH) fue fundada y es sostenida por mujeres, travestis y trans en prostitución, así como compañeras que han logrado salir del sistema prostituyente y muchas habiendo en algún punto atravesado situaciones de trata y explotación sexual. Conocemos muy bien de qué se trata, contrario a lo que se nos acusa, e irónicamente se habla de nosotras desde falacias, desconocimiento y la negación de nuestro trabajo y militancia.

Las abolicionistas sabemos de qué se trata (porque lo vivimos)
Nuestra historia comienza en los años ’90, cuando mujeres y travestis en prostitución nos organizamos contra la violencia policial y para salir del sistema prostituyente en la ciudad de Buenos Aires. Muchas de nosotras venimos de otras provincias, expulsadas por la pobreza y el desempleo, o engañadas con promesas de un futuro mejor. Nuestros primeros encuentros fueron dentro de los calabozos y comisarías, donde ya comenzaba a perfilarse el liderazgo de la entrañable Lohana Berkins junto a Graciela Collantes. Entre esquinas y patrulleros comenzamos a organizar nuestra resistencia, contra las fuerzas represivas pero también contra los fiolos y proxenetas que operaban y aún operan en la mayor impunidad y a la vista de todo el mundo.

Así empezamos a llamar la atención de los medios, y de algunas organizaciones territoriales y de derechos humanos. Empezamos a sabernos sujetas de derecho, ¡porque hasta entonces no lo sabíamos! La policía no nos prestaba atención al principio, pero tras la visibilidad y un feroz motín en la comisaría 50 que hasta puso en riesgo nuestras vidas, tuvieron que empezar a ceder. Así llegamos a la Central de Trabajadores Argentinos, y nos conformamos como AMMAR, Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina, nombre que la propia Lohana ayudó a conformar. Los compañeros de la CTA fueron los primeros en nombrarnos “trabajadoras sexuales”. En ese momento nos deslumbró el término, el pensarnos trabajadoras en lugar de explotadas y perseguidas, pero eso no surgió de nosotras, y pronto nos dimos cuenta de que era una trampa.

Cuando la CTA quiso formalizar AMMAR como “sindicato de putas” mediante un acuerdo con el Ministerio de Trabajo, en ese entonces a cargo de Patricia Bullrich, comenzaron las discusiones entre nosotras. Teníamos un estatuto redactado para nosotras, pero sin nosotras. La mayoría nos opusimos, no considerábamos que la prostitución fuera un trabajo, ni queríamos que ninguna otra se tuviera que parar en nuestro lugar en las esquinas. ¡Hasta a compañeras que apoyaban la idea del sindicato, las hemos visto llorar porque no querían volver a pararse en una esquina! Se convocaron las asambleas más masivas que tuvo nuestra organización en ese entonces, en las que quedó claro que la gran mayoría no apoyaba el sindicato. De 120 mujeres y travestis, más de 100 apoyaron el continuar organizadas, pero no como sindicato. La CTA formó el sindicato igual, con las dos únicas referentas que habían aceptado el estatuto. Así comenzó AMMAR a llamarse sindicato, y así se conformó AMADH con todas las que veníamos organizadas, aunque durante un tiempo mantuvimos el nombre de AMMAR Capital.




Nuestra lucha, nuestro trabajo
Desde ese entonces nos dedicamos a formar promotoras territoriales en derechos humanos, que trabajan haciendo recorridas en las zonas de prostitución, colaborando con el acceso a la salud, la educación y el trabajo de mujeres y travestis. Fundamos en nuestra sede el Centro Educativo Nivel Primario N° 58 para que nuestras compañeras puedan estudiar, y para muchas es su primer ingreso al sistema educativo. Luchamos por la derogación de los artículos de códigos contravencionales que penalizan la prostitución, de forma ilegal e inconstitucional, siendo el último logro el art. 68 de Buenos Aires, una lucha que empezó Diana Sacayán en el año 2003 y recién se pudo concretar en 2018. Estos artículos son utilizados históricamente por la policía para castigarnos y perseguirnos, generando a su vez un sistema de corrupción y coimas.

Trabajamos constantemente para incidir en políticas públicas, participando de la generación de oportunidades de empleo destinadas a personas con alto grado de vulnerabilidad. Así conseguimos, por ejemplo, realizar cursos de formación profesional mediante un convenio con la UOCRA. En 2016 nos incluyeron por primera vez como beneficiarias del programa Hacemos Futuro, orientado a víctimas de violencia de género. Hasta ese momento la prostitución no era considerada una forma de violencia de género. Fue un trabajo de nuestra parte concientizar para que les funcionaries del Estado escucharan a las personas afectadas en los territorios. Gracias a nuestra insistencia, golpeando todas las puertas posibles, pudimos acceder a oportunidades laborales reales e iniciar o retomar nuestros estudios primarios y secundarios. También accedimos al monotributo social, con la posibilidad de facturar como autónomas y tener una obra social. Beneficios que supuestamente quieren lograr con una ley, y que sin embargo ya están a nuestro alcance gracias a la militancia abolicionista.

Muchas incluso pudimos acceder, a través de este programa, a estudios terciarios y a la universidad. ¡Algo que jamás imaginamos cuando empezamos a juntarnos en los calabozos! Hoy estamos esperando que se garantice la continuidad de estas políticas públicas y la inclusión de más compañeras, que lo necesitan urgentemente. Una posible reglamentación de la prostitución como trabajo podría dar por tierra con estas políticas de restitución de derechos: ¿por qué el Estado destinaría recursos para la inclusión laboral por una actividad que se considera trabajo?

Además de políticas públicas impulsamos legislación: junto con otras organizaciones logramos que se sancione la Ley 26.842 contra la trata de personas, y seguimos trabajando en redes para prevenir este delito y exigir la implementación de la ley que se encuentra sin presupuesto para la prevención y asistencia de las víctimas. Colaboramos de cerca con la Procuraduría de Trata y Explotación (PROTEX) velando por los derechos de las víctimas y personas en riesgo. Por último, también trabajamos desde la comunicación popular, editando nuestra propia revista Con Voz Propia y realizando producciones audiovisuales junto a Cine en Movimiento. El año pasado publicamos nuestro primer libro: “Nuestros Cuerpos No se Reglamentan: relatos de organización y lucha desde la prostitución”. Ahí consta nuestra historia, nuestras voces, nuestra lucha. Tuvimos que hacerlo porque muchas feministas hacen como que no existimos.

Después de todo esto, ¿quién nos va a venir a decir que hablamos de lo que no sabemos? ¿No será, por el contrario, que muchas hablan de nosotras sin saber? Por suerte se han sumado muchas jóvenes al movimiento abolicionista, pero está lejos de ser un movimiento de adolescentes. Muchas venimos peleando toda la vida, ¡baste nombrar a nuestra compañera Mimí, que no sólo sobrevivió al sistema prostituyente sino a la dictadura militar! Nosotras no somos cool, muchas ya no somos jóvenes y no nos llamamos “putas” como está de moda. Elegimos la denominación política de “desocupadas en situación de prostitución”. Lo elegimos para nosotras, no se lo imponemos a nadie. Algunas quieren borrar nuestra identidad diciendo que es estigmatizante, pero nosotras sabemos bien que describe nuestra realidad. O peor, algunos medios en sus noticias empiezan a hablar de “trabajadoras sexuales” cuando describen casos de trata y de explotación sexual. ¿Y nos dicen que somos nosotras las que confundimos?

Es terrible que nos digan que queremos presas a las putas, ¡si nosotras fuimos las presas y las que luchamos contra toda represión! El abolicionismo tiene muy claro que las políticas penales no son la forma de abordar un problema de desigualdad y exclusión social, contrario a lo que nos acusan en una clara forma de difamación. No somos tontas. ¡Nosotras lo vivimos! ¡Nosotras construimos recursos para salir del sistema prostituyente cuando no existía nada! Las chicas en las calles no nos dicen “queremos derechos laborales”, dicen “¡no aguanto más esto, necesito un trabajo!” Y no es que son abolicionistas, esa palabra no significa nada para ellas. Lo sienten en su cuerpo, como lo sentimos todas nosotras: que la prostitución te rompe por dentro. Todas nosotras llevamos secuelas de por vida del sistema prostituyente.

Otra cosa tremenda es como hablan de la trata de personas, con mucho desconocimiento y afirmaciones sin sustento alguno. De ninguna manera se “deciden” los roles en una causa por trata según quién abre la puerta del “privado”. ¡Qué disparate! Tampoco se hacen allanamientos ni se intervienen teléfonos porque sí. Invitamos a mirar las causas de trata, donde se hacen extensas investigaciones y jamás se procesa a alguien sin pruebas fehacientes. ¿Cómo no va haber “nada de distancia” entre “facilitación de la prostitución” y «trata de personas” como dicen en la nota? El sistema judicial es patriarcal, por supuesto, pero también hay personas y equipos dentro del Poder Judicial preparados y comprometidos con esta temática porque escuchan a las víctimas. Hay causas que cuesta que avancen justamente por la falta de pruebas o por la dificultad de recolectarlas. ¡Nos cuesta perseguir a los tratantes de verdad, mirá si vamos a gastar energías en perseguir causas falsas!

Nuestro principal objetivo como abolicionistas es desnaturalizar el sistema prostituyente. Es esa naturalización la que alimenta el mercado de la trata, y permite que hombres de todas las clases sociales consuman sin culpa a víctimas de explotación sexual. Trabajamos sobre la prevención, para evitar que niñas, niños, adolescentes, mujeres y travestis en situaciones vulnerables sean captadas por este sistema perverso. Cuando se aplica la ley de trata, cuando se rescatan víctimas, es porque el Estado llegó tarde y ya ocurrieron múltiples violaciones de derechos humanos sobre las personas afectadas.

Encima nos inventan una “industria del rescate”. Si eso existiera estaríamos llenas de plata, y nos sucede todo lo contrario. Peleamos constantemente para que se asignen recursos a las víctimas, ya que muchas se ven obligadas a volver a la prostitución para sobrevivir, si es que salen en algún momento. De forma totalmente cínica, algunas académicas pretenden usar esto como prueba de que “lo eligen libremente”.





Las causas por trata contra dirigentes
Pero claro, tienen que sostener ese discurso porque A. ya lleva tres dirigentas procesadas en causas penales por trata de personas. La primera fue la causa de C.B, que usaba al sindicato para encubrir al proxenetismo al punto de que se encontraron en prostíbulos carnets en blanco. ¡Eso es gravísimo!. Hay otras 18 personas procesadas, entre ellas el jefe de la comisaría de San Miguel y otros dos policías, que advertían sobre la inminencia de allanamientos a los regentes de los prostíbulos y por ese “servicio” cobraban coimas. Además, las víctimas creían que el sindicato las estaba protegiendo. La causa fue a juicio oral en 2015.

La segunda fue contra T.S., junto a un cómplice “de ocupación militar”, en la modalidad de traslado y acogimiento mediante abuso de situación de vulnerabilidad. En 2015 le otorgaron la suspensión del juicio a prueba (probation) porque su víctima no se presentó cuando la convocaron al juzgado. Le impusieron multas y donaciones a una escuela. Está demostrado que se quedaba con más del 50% de cada pase, pero tanto ella como el sindicato afirman que la procesaron “porque su nombre figuraba en el contrato de alquiler”. Hoy tiene una nueva causa por facilitación de la prostitución, en la que se comprobó que estaba como encargada, se hacía cargo de la organización, el control y el acceso, y por la cual se le impuso prisión preventiva por riesgo de fuga. Según las condiciones del juicio a prueba, debería reanudarse también la causa por trata.

La última causa es la de M.L.V, procesada por trata de personas con fines de explotación sexual bajo la modalidad de captación y acogimiento, agravado por el engaño y abuso de la situación de vulnerabilidad de tres jóvenes. Logró un juicio abreviado tras intensa presión del municipio marplatense por cerrar la causa y amenazas contra sus víctimas, en especial la que se constituyó en querellante. Se declaró culpable de “facilitación de la prostitución” con una condena a cuatro años de prisión, evitando así que continúe la investigación, que debió haber incluido también la ruta del dinero. Su denunciante declaró que captaba jovencitas en situación de vulnerabilidad a través de la organización barrial “Descamisados”. Se quedaba con más del 50% de cada “pase” además de cobrarles alquiler y gastos y las mantenía en prostitución bajo amenaza. La hija de la víctima realizó un extenso relato de los padecimientos sufridos por su familia por parte de M., incluyendo que mandara a un matón a violar a su mamá con un arma en el prostíbulo.

No estamos hablando de “causas armadas”. Estamos hablando de pruebas fehacientes de trata de personas. El sindicato dice: “Trabajo sexual no es trata”, pero parece que son ellas mismas las que no saben (o no les interesa) diferenciarlo. Es obvio que apuntan a un público desinformado, que no conoce el funcionamiento de las causas por trata para explotación sexual y que aprovechan la credibilidad que les dan los medios para decir cualquier cosa. ¿Les parece que estas causas que describimos tienen que ver con un pánico moral, con un apoyo a la violencia institucional? ¡En todos estos casos fueron las propias víctimas las que denunciaron! M.L.V es madre de cinco hijes y no queremos que esas niñeces queden desprotegidas ¡en absoluto! Por supuesto que queremos para ella y sus hijes todas las garantías y protecciones que les correspondan. Nosotras no obligamos a su madre a delinquir y tampoco podemos tolerar que explote compañeras impunemente. Si todas estamos contra la trata y a favor de los derechos, no debería haber división entre nosotras en este aspecto… sin embargo, la hay.

Sexualidad, prostitución y víctimas
La nota describe un supuesto “imaginario militante abolicionista” y “retóricas anti-trata”, cuando lejos de ser un prejuicio o mero discurso es conocimiento que surge de estudios profundos sobre estos crímenes. No somos sólo las organizaciones abolicionistas las que los producimos, sino entidades reconocidas en su trabajo, como la Organización Internacional de Migraciones, la ex Unidad de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE), la Procuraduría contra la Trata y Explotación Sexual (PROTEX), El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) entre otros. Hablar de un “imaginario” es otra forma de desmerecer e invisibilizar nuestro trabajo, junto al de tantas otras organizaciones de justicia y derechos humanos.

Irónicamente, la nota habla por un lado de la criminalización de las trabajadoras, pero también de una “visión dicotómica entre explotadores varones e inocentes mujeres”, que se parece más bien a las caracterizaciones machistas sobre el feminismo. Como feministas comprendemos que hay una desigualdad de raíz entre varones y mujeres. Las causas de la prostitución podemos encontrarlas en la división sexual del trabajo, donde los varones acaparan mayoritariamente el trabajo bien remunerado y los espacios de toma de decisiones, dejando a las mujeres los trabajos precarios y no remunerados, incluyendo la crianza y los cuidados a personas de todas las edades. Esta diferencia explica el excedente de tiempo y de plata con que los varones —principales y casi exclusivos consumidores de prostitución— financian la explotación sexual, y la presencia mayoritaria y casi exclusiva de mujeres, travestis y niñas como producto de consumo. No nos imaginamos nada de esto: son realidades que vivimos y comprendemos todas las feministas. Pero algunas deciden ejercer un negacionismo selectivo sobre estos temas cuando se trata de la prostitución.

Nos dicen que “jerarquizamos la sexualidad” o que nos manejamos con moralismo al respecto. Sin embargo, es el patriarcado el que jerarquiza las sexualidades, en particular la de los varones, de lo cual resulta la extensión de la violencia sexual en nuestra sociedad. La anulación del deseo de las mujeres y travestis es un mandato patriarcal, no abolicionista. Por otra parte, es ridículo pretender que la sexualidad es igual que cualquier área de la vida, ¿o acaso te da lo mismo que te agarren de un hombro a que te agarren de una teta o de la concha? No es moralismo, es el derecho a nuestra intimidad e integridad sexual. Cualquier acto sexual —o para el caso, contacto no sexual— realizado sin deseo deja marcas en nuestro cuerpo y en nuestra psiquis. No hace falta estar secuestrada en un prostíbulo para sentir cada “pase” como una violación. No nos parece menos grave consentir al sexo sin deseo, “por interés” en el matrimonio que en la prostitución. Y no vamos a prohibir el matrimonio como no buscamos prohibir la prostitución, así como tampoco consideramos al matrimonio un trabajo que se pueda regular.

En este sentido, una de las entrevistadas afirma: “Cuántas veces hicimos favores a cambio de algo, eso también es trabajo sexual. Coger con un amigo para que te lleve a algún lugar, para que te dé ciertas drogas, te das cuenta de que lo hiciste siempre”. Estamos de acuerdo en que todas podemos encontrar en nuestra vida ocasiones en que tuvimos sexo sin deseo, sea o no a cambio de algo. Una de las primeras cosas que hablamos entre nosotras cuando empezamos a organizarnos fue que cuando llegábamos a nuestra casa después de un día de “pases”, nuestros maridos nos obligaban a tener relaciones sexuales. ¡Y hasta ese entonces, no lo comprendíamos como una violación! Pero lo es, y nadie debe sufrirla. Por eso decimos que el sistema prostituyente es más que la prostitución. Es la cultura de la violación en la que siempre se espera que cedamos, que consintamos, y si obtenemos algo a cambio tenemos que estar agradecidas. Incluso muchos abusadores de niñes “sobornan” a sus víctimas a cambio de violentarlas sexualmente. Desde niñas nos enseñan a prostituirnos, en el sentido figurado y en el literal ¡Eso es un problema que hay que afrontar! ¿O lo vamos a relativizar porque “a todas nos pasó”?

Detrás de esos discursos hay un negacionismo de la violencia sexual y sus efectos en nuestras vidas. Toda vez que accedemos al contacto sexual sin desearlo se produce una disociación: nuestra cabeza “se desconecta” del cuerpo para soportarlo. Es un mecanismo de supervivencia frente al estrés extremo, común en las víctimas de tortura y de violencia sexual. A veces lleva toda la vida poder volver a conectarnos con nuestro cuerpo y nuestras emociones. ¿Cómo va a ser eso una herramienta de trabajo? La comparación con la tortura no es traída de los pelos. La doctora Ingeborg Kraus es psicoterapeuta especialista en trauma, que antes de trabajar con víctimas de prostitución trabajó con víctimas de violación como arma de guerra. Ella expuso que las sobrevivientes de prostitución sufren de síndrome de estrés postraumático similar al de ex combatientes de guerra y sobrevivientes de tortura. Acá no hablamos de suposiciones ni prejuicios, sino de investigaciones por profesionales de la salud que siguen el método científico.

El artículo al que respondemos también cita una entrevista a Zaida Gatti, donde “admite” que de 7.000 mujeres rescatadas, sólo el 2% se reconoce como víctima. Sin embargo, no profundiza en las condiciones objetivas en las que se encuentran dichas víctimas. Nosotras sabemos cuánto cuesta reconocerse víctima, tanto en la prostitución como en todo tipo de violencia de género. ¡Especialmente después de habernos construido como “trabajadoras sexuales”! Dejar esa identidad fue doloroso, porque significó confrontar nuestras heridas y toda la violencia que habíamos sufrido. Pudimos hacerlo porque estábamos juntas, apoyándonos. Una mujer o travesti sola, que nunca experimentó su sexualidad libremente, consumida por la prostitución, sin haber sabido nunca que tiene derechos humanos ¿qué herramientas tiene para reconocerse víctima? Es muy común que tarden un tiempo de reconstrucción de su psiquis antes de poder confrontar sus experiencias, y es imposible realizar ese proceso estando en la prostitución. En las causas por trata, muchas víctimas son aleccionadas por sus proxenetas y tratantes para decir que son “trabajadoras sexuales”, pero luego de salir del sistema prostituyente cambian sus testimonios. Eso es porque pueden verse desde una nueva perspectiva, pero primero necesitaron salir del entorno de violencia.

No negamos que pueda haber algunas personas que no experimentan (o al menos, no de inmediato) los síntomas físicos y psíquicos de someter el cuerpo a la prostitución. En especial las que tienen el privilegio de hacerlo de vez en cuando. No queremos prohibirle a nadie que lo haga si le parece que eso está bien, que le hace bien, que le sirve para su vida. Pero de ahí a reglamentarlo como un trabajo hay un largo trecho. Curiosamente, ninguno de los proyectos presentados en la Argentina en relación al “trabajo sexual” incluye ninguna regulación explícita para los clientes. ¡Hasta el reglamento de Buenos Aires de 1875 exigía que los clientes no porten armas ni estén borrachos! Para entrar a una pileta municipal hay que revisarse, para mostrar que no tenemos caries, piojos ni hongos, y requiere una ducha previa. ¿Pero para penetrar el cuerpo de otra persona no? Ahí se ve la intención real de esos proyectos: garantizar la provisión de cuerpos y la impunidad para los prostituyentes.





El abolicionismo no es prohibicionismo: historia de la ley
El principal eje falso de la nota es la homologación entre abolicionismo y prohibicionismo, que puede ser habitual en el sentido común. En varios pasajes, tanto en las preguntas de la periodista como en las respuestas de las entrevistadas, se evidencia esta equiparación absolutamente errónea. La confusión entre prohibicionismo y abolicionismo en el imaginario colectivo no interiorizado en esta temática, es habitual y esperable. Pero resulta inadmisible en medios que se pretenden sólidos y confiables.

Vale entonces aclarar qué es el abolicionismo y qué es el prohibicionismo. Si bien hay abundante material disponible sobre el tema, podemos apuntar brevemente que el abolicionismo propone una visión de conjunto sobre la prostitución y la trata para explotación sexual como instituciones donde se articulan el patriarcado y el capitalismo. Estos fenómenos expresan como ningún otro la opresión y la violencia de género a través de la cosificación, mercantilización y enajenación de los cuerpos de las mujeres y cuerpos feminizados, dispuestos mayoritariamente para consumo de varones cis. Donde la sexualidad femenina y disidente no tiene cabida, porque queda anulada por el privilegio patriarcal del placer del varón cis.

El abolicionismo es feminismo, lucha por los derechos de las mujeres, y por lo tanto no persigue a las mujeres, trans o travestis en situación de prostitución. Muy por el contrario, el abolicionismo —y particularmente en la Argentina—  ha luchado por erradicar la persecución hacia nosotres. Ya mencionamos la derogación del artículo 68 del Código de Faltas de la provincia de Buenos Aires, que permitía arrestar a personas en situación de prostitución. Fuimos AMADH y la Campaña Abolicionista quienes presentamos el proyecto de derogación, y no las organizaciones pro-sindicalización del llamado “trabajo sexual”.

El prohibicionismo criminaliza la totalidad del sistema, es decir, persigue a las personas en situación de prostitución y a quienes demandan sus servicios. Nuestro país es abolicionista, desde que en 1936 se sancionó la Ley 12.331 que prohíbe el establecimiento de prostíbulos a nivel nacional, no así el ejercicio individual de la prostitución. Lo que significa que no es delito ejercer la prostitución pero sí beneficiarse de quienes están en esa situación. Esto sucede justamente en los prostíbulos y whiskerías, donde las mujeres y travestis no “trabajan” en forma independiente sino para otros. De ningún modo el abolicionismo creó legislación para criminalizar a las personas que ejercen la prostitución ni a quienes la demandan.

En 2008 se promulgó la Ley 26.364 para la Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas, en coherencia con el Convenio de la ONU para la Represión de la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena. Nuestra ley antitrata, si bien puede ser perfectible, no es de ningún modo una “mierda antitrata”, como se expresa en la nota. Esta expresión es insultante para las víctimas de trata y sus familias, quienes militaron junto a nosotras la modificación de 2012 a través de la ley 26.842. La trata de personas es un delito grave, y uno de los tres negocios ilegales más rentables del mundo junto al tráfico de armas y de drogas. Resulta en el secuestro y la desaparición de personas, la muerte de muchas de ellas, la extorsión, la captación engañosa, además de secuelas irreparables para las víctimas y sus familias.

El regulacionismo en nuestro país, lejos de combatir la trata y el proxenetismo, lejos de involucrarse en la derogación de las rémoras legales que persiguen a las prostitutas, se pronuncia por la derogación de la Ley de Trata. Recordemos que más allá de los escasos artículos que modifican el Código Penal, la ley estipula los derechos de las víctimas, que aún luchamos para que se cumplan en la práctica, además de mecanismos institucionales para la prevención y erradicación del delito, que resulta en múltiples violaciones de derechos humanos de mujeres, travestis, niñas, niños y adolescentes.

 La regulación: más poder a la policía y mayor clandestinidad
La idea de regularizar la prostitución como un trabajo, para que las mujeres y travestis (y excepcionalmente, otras identidades) puedan acceder a obra social y jubilación suena bien en la teoría. Pero llevada a la práctica, sus efectos han sido ampliamente contrarios a los objetivos declarados. Para empezar, toda regulación o reglamentación implica requisitos a cumplir, por lo tanto la contracara de toda normativización de la prostitución es la clandestinidad.

Los proyectos de ley presentados hasta ahora para legalizar la prostitución incluyen enumeraciones de derechos de las “trabajadoras sexuales”, derechos ya consagrados en la Constitución y los tratados de Derechos Humanos, pero no crean mecanismos que garanticen el ejercicio de esos derechos. Por el contrario, los mecanismos de control y las obligaciones son expresas y concretas. Como ya dijimos antes, no se establece ningún control ni requisito sobre los consumidores.

Entre las obligaciones que imponen los proyectos de ley, se encuentran cursos obligatorios para obtener la credencial habilitante, también obligatoria y puede ser requerida en cualquier momento por las autoridades policiales. Es decir, cualquier persona en prostitución que no pueda habilitarse o no sepa que debe hacerlo, quedará expuesta a la arbitrariedad de la policía. También establecen la libreta sanitaria, controles médicos obligatorios y un registro también obligatorio, todas medidas de protección para los consumidores. Desde el punto de vista de las trabajadoras, no establece ninguna medida de protección a su salud. Se las sigue considerando el foco de infección, cuando es claramente el prostituyente quien constituye el factor de riesgo para ellas. Tampoco se hace mención al peligro que significa para las personas en prostitución el contacto físico y la exposición a fluidos de forma constante.

Queda claro entonces que las personas en prostitución que no puedan cumplir los requisitos obligatorios, o que “trabajen” fuera de las zonas establecidas (“zonas rojas”) o locales habilitados, quedarán en una clandestinidad que hoy no padecen. Así lo alerta también Sabrinna Valisce, una de las impulsoras de la legalización en Nueva Zelanda (modelo elogiado por A.), que hoy denuncia que dicha ley empeoró las condiciones de las personas prostituídas. Al igual que sucedió en Alemania, donde todo el “comercio sexual” es legal, las tarifas fueron a la baja, y las exigencias y violencia de los prostituyentes fueron en alza. También las ganancias y el poder de los “empresarios del sexo”. Contra el sentido común que afirma que legalizar la prostitución haría más fácil perseguir la trata, el resultado en la práctica fue completamente opuesto.

Todos los derechos para todas
Por todas estas razones, vemos con preocupación el avance de un discurso que se presenta como una perspectiva de derechos, mientras alimenta la reproducción de un sistema de opresión y violencia hacia las mujeres y disidencias. Nos encontramos en un contexto en que la violencia hacia las mujeres y disidencias no cesa y se cobra víctimas cada día, dónde derechos básicos relacionados con nuestra salud y nuestra libertad de decidir —como el aborto legal—, aún no están garantizados, donde la desocupación y la precarización laboral nos perjudican especialmente. Resulta alarmante la banalización del impacto de la prostitución en nuestros cuerpos y mentes, ya que puede animar a personas en situaciones de vulnerabilidad a ingresar al sistema prostituyente, empeorando sus condiciones de vida y exponiéndolas a las redes de trata y explotación sexual.

Desde AMADH y otras organizaciones abolicionistas tenemos propuestas concretas hacia el colectivo de personas en prostitución, para erradicar su criminalización, para perseguir la trata, para ofrecer alternativas reales a la falta de trabajo. No son teorías ni suposiciones, son resultado del trabajo continuado y comprometido durante 25 años de quienes conocemos desde adentro el sistema prostituyente. No queremos rescatar víctimas, queremos prevenir que sean tratadas y explotadas en primer lugar. En especial las niñas, niños y adolescentes, que son las principales víctimas y las más cotizadas en el mercado de los cuerpos. Tenemos mucho por hacer y necesitamos de la colaboración de todes quienes levanten la bandera de los derechos humanos: nuestra bandera, la bandera de nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, las que nos enseñaron a luchar y nos abrieron sus puertas cuando a nadie le importaban los derechos de las putas.

Fuente:








domingo, 22 de marzo de 2020

Las incesantes fábricas del odio, del miedo y la mentira


Este interesante artículo, que vale la pena leer con tranquilidad,  expone y deja en claro algo que nos están haciendo en este momento: la imposición del odio, el miedo y la mentira. Estas son las nuevas herramientas de dominación en este período.
El sistema de Derechos Humanos obviamente es capitalista, muy limitado, y de difícil aplicación, no obstante ello es una herramienta, de las escasas, que se tienen para poner un límite a los gobiernos y poder reclamar nuestros derechos.  Vale un ejemplo: el Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, de Naciones Unidas dado en 1949,  el que ya en ese entonces unió prostitución y trata de personas, entre otras,  y se constituyó en pieza invaluable del abolicionismo.  El avance que estamos viendo en el mundo también viene a borrar estos, aunque imperfectos, logros.
En el movimiento abolicionista estamos viendo el accionar de estas herramientas, está queriendo ser silenciado por la imposición del odio el miedo y la mentira. Hoy no son manejadas desde los gobiernos sino desde oscuros centros cuyas terminales de acción son algunas organizaciones o “sindicatos”  y personas fácilmente identificables escudadas detrás de una supuesta diferencia de “ideas” o “interpretación de derechos”.

El odio implica el rechazo a discutir con los enemigos. A los enemigos se los elimina.”
“El objetivo de la fábrica del miedo es erradicar la esperanza”

“ en la fábrica de la mentira se producen los hechos y las ideas alternativas a todo lo que pasó por verdad o búsqueda de verdad,”

“La sofisticación tecnológica está orientada a colapsar la distancia con la proximidad (tuits y soundbites), la institucionalidad con lo subliminal (mediante la producción en masa de máxima personalización), la verdad con la mentira o la media verdad (hipersimplificaciones, banalización del horror, transmisión selectiva de conflictos sociales).”


Las incesantes fábricas del odio, del miedo y la mentira
Feb 19 2019
Por Boaventura de Sousa Santos*

Cuando el respetado Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, renunció al cargo en 2018, la opinión pública mundial fue manipulada para no prestar atención al hecho y mucho menos evaluar su verdadero significado. Su nombramiento para el cargo en 2014 fue un hito en las relaciones internacionales. Era el primer asiático, árabe y musulmán que ocupaba el cargo y lo desempeñó de manera brillante hasta el momento en que decidió dar un portazo por no querer ceder a las presiones que desfiguraban su cargo, desviándolo de su misión de defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos para volverlo cómplice de tales violaciones perpetradas por Estados con peso en el sistema mundial.

En su discurso y entrevistas de despedida se mostraba indignado con el modo en que los derechos humanos se venían transformando en parias de las relaciones internacionales, obstaculizados por las estrategias autoritarias y unilaterales de dominio geoestratégico. Reconocía que el ejercicio de su cargo le obligaba a oponerse a la mayoría de los países que habían aprobado su nombramiento bajo pena de traicionar su misión. También llamaba la atención sobre el hecho de que el perfil de la ONU reflejaba fielmente el tipo dominante de relaciones internacionales y que, por ello, tanto podía ser una organización brillante como una organización patética, dando a entender que este último perfil era el que empezaba a regir. Era un grito de alerta sobre los peligros que el mundo corría con el avance de populismos nacionalistas de derecha y de extrema derecha que hace mucho venía señalando. Al denunciar la creciente vulnerabilidad de una buena parte de la población mundial sujeta a graves violaciones de derechos humanos, él mismo se volvió vulnerable y tuvo que abandonar el cargo. El grito de alerta cayó en el silencio de la diplomacia, de los alineamientos y de las conveniencias típicas del internacionalismo patético que había denunciado.

Todo esto ocurrió en el año en que se celebraban los setenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el que muchos, incluido yo mismo, defendían la necesidad de una nueva declaración, más sólida y más verdaderamente universal. Esta necesidad se mantiene, pero en este momento lo más importante es identificar las fuerzas y los procesos que están bloqueando la declaración actual y la convierten en un documento tan desechable como las poblaciones vulnerables sometidas a las violaciones de los derechos humanos que la declaración pretendía defender. Cabe recordar que esta declaración pretendía mostrar la superioridad moral del capitalismo frente al comunismo. El capitalismo prometía, al igual que el comunismo, el creciente bienestar de poblaciones cada vez mayores, pero lo hacía con respeto a los principios de la Revolución francesa: igualdad, libertad y fraternidad. Era el único sistema compatible con la democracia y los derechos humanos.




Sin embargo, la ola conservadora y reaccionaria que asola al mundo es totalmente opuesta a la filosofía que presidió la elaboración de la Declaración Universal y constituye una seria amenaza para la democracia. Se basa en la exigencia de una doble disciplina autoritaria y radical que no se puede imponer por procesos democráticos dignos del nombre. Se trata de la disciplina económica y de la disciplina ideológica. La disciplina económica consiste en la imposición de un capitalismo autorregulado, movido exclusivamente por su lógica de incesante acumulación y concentración de la riqueza, libre de restricciones políticas o éticas; en síntesis, el capitalismo que suele designarse como capitalismo salvaje. La disciplina ideológica consiste en la inculcación de una percepción o mentalidad colectiva dominada por la existencia de peligros inminentes e imprevisibles que alcanzan a todos por igual y particularmente a los colectivos más cercanos, ya sean la familia, la comunidad o la nación. Tales peligros crean un miedo inquebrantable del extraño y del futuro, una inseguridad total ante un desconocido avasallador. En tales condiciones, no resta más seguridad que la de regresar al pasado glorioso, el refugio en la abundancia de lo que supuestamente fuimos y tuvimos.

Ambas disciplinas son tan autoritarias que configuran dos guerras no declaradas contra la gran mayoría de la población mundial, las clases populares miserabilizadas y las clases medias empobrecidas. Esta doble guerra exige un vastísimo complejo ideológico-mental propagado por todo el mundo, incluyendo nuestros barrios, nuestras casas y nuestra intimidad. Son tres las fábricas principales de este complejo: la fábrica del odio, la fábrica del miedo y la fábrica de la mentira.

En la fábrica del odio se produce la necesidad de crear enemigos y de producir las armas que los eliminen eficazmente. Los enemigos no son aquellos poderes que el pensamiento crítico izquierdista satanizó: el capitalismo, el colonialismo y el heteropatriarcado. Los verdaderos enemigos son aquellos que hasta ahora se disfrazaron de amigos, todos aquellos que inventaron la idea de opresión y movilizaron a los ingenuos (por desgracia, una buena parte de la población mundial) para la lucha contra esa opresión. Se disfrazaron de demócratas, de defensores de los derechos humanos, del Estado de derecho, de acceso al derecho, de diversidad cultural, de igualdad racial y sexual. Por eso son tan peligrosos. El odio implica el rechazo a discutir con los enemigos. A los enemigos se los elimina.

En la fábrica del miedo se produce la inseguridad y los artefactos ideológico-mentales que producen seguridad, la cual, para ser infalible, necesita de vigilancia permanente y de constante renovación de las tecnologías de la seguridad. El objetivo de la fábrica del miedo es erradicar la esperanza. Busca convertir el actual estado de cosas en el único posible y legítimo, contra el cual solo por locura o utopía disparatada se puede luchar. No se trata de validar todo lo que existe. Se trata de limpiar, de lo que existe, todo lo que impidió la perpetuación del pasado glorioso.

Por su parte, en la fábrica de la mentira se producen los hechos y las ideas alternativas a todo lo que pasó por verdad o búsqueda de verdad, como las ideas de igualdad, de libertad negativa (libertad de coerciones) y positiva (libertad para realizar objetivos propios, no impuestos ni teledirigidos), de Estado social de derecho, de violencia como negación de la democracia, de diálogo y reconocimiento del otro como alternativa a la guerra, de los bienes comunes como el agua, la educación, la salud, el medio ambiente saludable. Esta fábrica es la más estratégica de todas, porque es aquella en la cual los artefactos ideológico-mentales tienen que empaquetarse y disfrazarse de no ideológicos. Su mayor eficacia reside en no decir la verdad respecto a sí misma.



La proliferación de estas tres fábricas es el motor de la ola reaccionaria que vivimos. La proliferación tiene que ser la mayor posible para que nosotros mismos nos volvamos emprendedores del odio, del miedo y de la mentira; para que deje de haber diferencia entre producción, distribución y consumo en la propagación de esta vasta disciplina ideológica. Los medios de comunicación hegemónicos, la “comentariología”, las redes sociales y sus algoritmos, y las iglesias seguidoras de la teología de la prosperidad, son poderosas líneas de montaje. Pero esto no significa que las piezas que circulan en las líneas de montaje se produzcan de manera anárquica en todo el mundo. Hay centros de innovación y renovación tecnológica para la producción masiva de artefactos ideológico-mentales cada vez más sofisticados. Esos centros son los silicon valleys del odio, del miedo y la mentira. Las tecnologías se desarrollaron originalmente para servir a dos grandes clientes: los militares y sus guerras, y el consumo de masas; pero hoy los clientes son mucho más diversificados e incluyen la manipulación sicológica, la opinión pública, el marketing político, el disciplinamiento moral y religioso. La sofisticación tecnológica está orientada a colapsar la distancia con la proximidad (tuits y soundbites), la institucionalidad con lo subliminal (mediante la producción en masa de máxima personalización), la verdad con la mentira o la media verdad (hipersimplificaciones, banalización del horror, transmisión selectiva de conflictos sociales).
En un momento en que se dice que estamos en vísperas de una nueva revolución tecnológica dominada por la inteligencia artificial, la automatización y la robótica, queda la idea de que las incesantes fábricas del odio, del miedo y la mentira están queriendo orientar la revolución tecnológica en el sentido de la mayor concentración posible del poder económico, social, político y cultural y, por tanto, en el sentido de crear una sociedad de tal manera injusta que la justicia se transforme en una monstruosidad repugnante. Es como si antes de la llegada masiva de la inteligencia artificial, la inteligencia natural se fuese artificializando y automatizando para coincidir y confundirse con ella.

————-

*Académico portugués. Doctor en sociología, catedrático de la Facultad de Economía y Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU) y de diversos establecimientos académicos del mundo. Es uno de los científicos sociales e investigadores más importantes del mundo en el área de la sociología jurídica y es uno de los principales dinamizadores del Foro Social Mundial. Artículo enviado a Other News por el autor. Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

Fuente
http://www.other-news.info/noticias/2019/02/las-incesantes-fabricas-del-odio-del-miedo-y-la-mentira/








viernes, 25 de enero de 2019

El reglamentarismo, esconde un prohibicionismo selectivo


“EL REGLAMENTARISMO, ESCONDE UN PROHIBICIONISMO SELECTIVO”
11 noviembre, 2018

La perspectiva de los Estados frente a la prostitución, el concepto “prostitución” relacionado  con los derechos humanos y los derechos laborales; el marco legal en Argentina sobre este concepto y del proxenetismo y qué persiguen en realidad los proyectos presentados con el fin de regular la prostitución, son algunos de los temas que abordamos con Silvina Perugino. Es es abogada, Feminista, Especialista en Género y Comunicación Investigadora UNLP, parte del Equipo interdisciplinario de la Secretaría de Género Facultad de Periodismo La Plata.
Por Lenny Cáceres


¿Cuáles son las diferentes perspectivas que asumen los Estados frente a la problemática de la prostitución?

Podemos enmarcar las posiciones en tres: el prohibicionismo, el reglamentarismo o regulacionismo y el abolicionismo. El prohibicionismo, como lo indica su nombre, es una posición que busca la implementación de medidas tendientes a prohibir la prostitución. Esta prohibición se enmarca dentro de la política represiva del Estado y en términos teóricos persigue tanto a los prostituyentes como a las personas prostituidas. En términos prácticos las realmente perseguidas por este tipo de sistemas son las personas en situación de prostitución, y además tiene como consecuencia la clandestinidad de la prostitución. El prohibicionismo aparece así como una máscara, detrás de  la cual se desarrollan los sistemas subterráneos de proxenetismo y trata de personas con fines de explotación sexual, dentro de los comercios ilegales.

Por su parte el reglamentarismo o regulacionismo, se configura como la posición por excelencia  neo-liberal frente a la prostitución. Si bien desde lo discursivo plantea la necesidad de regular o reglamentar la prostitución a fin de las conquistas de derechos por parte de las “trabajadoras sexuales”, en las propuestas concretas se configura una especie de “prohibicionismo selectivo” en tanto las propuestas de regulación plantean que la prostitución sólo podrá “ejercerse” en “lugares habilitados por el Estado a tal fin”, y que para poder ejercerla, se tendrán que cumplir una serie de requisitos como los análisis de salud, la portación de la libreta sanitaria, la asistencia a cursos teóricos, a fin de obtener el carnet habilitante; sin estos requisitos, las personas en situación de prostitución quedarán a expensas de las autoridades de control estatal. Es decir, permite la prostitución en lugares determinados por el Estado, quedando de esta manera prohibida para quienes se encuentren fuera de ese circuito, por ello decimos que es una “prohibición selectiva”. La selectividad está relacionada con el control estatal y comercial de los cuerpos; los cuerpos prostituidos, serán controlados, tanto por el Estado como por quienes administren esos establecimientos, los cuerpos que no entren en ese sistema de control, quedan a expensas de la persecución policial. Además es selectivo, porque sólo queda a expensas de la autoridad de control la persona en situación de prostitución y no el prostituyente. El reglamentarismo busca legalizar el sistema prostituyente y dar un marco legal al proxenetismo, además de presentarse como un freno a los avances que hemos tenido por ejemplo de nuestro país a partir de la promulgación de la Ley Contra la Trata de Personas, por ello parte de sus reivindicaciones están direccionadas a modificar y/o derogar la Ley de Trata.

El abolicionismo, posición a la que adscribo, plantea en primer lugar que la prostitución es una de las tantas violencias ejercidas sobre los cuerpos de las mujeres, travestis, trans, niñas y niños. Existe una base histórica que sustenta este posicionamiento, y se relaciona con el nacimiento mismo de la prostitución, como una institución patriarcal, íntimamente relacionada a la instauración de la familia. Dos instituciones que se complementan: por un lado la familia, garantizando una forma de organización social basada en la propiedad privada y en la reproducción tanto de la fuerza de trabajo como de la especie, y con características claras como la monogamia y la heterosexualidad, y la prostitución siendo, sin más, el sustento material de aquella monogamia y presentada como una válvula de escape, sólo para el varón, claro está. Una institución basada en satisfacer los deseos sexuales de los varones, y en la que existen cuerpos susceptibles de ser usados, abusados, violados y descartados, la cultura prostituyente. También el abolicionismo, genera un análisis atravesado por la clase, el análisis desde lo material, plantea que la mayoría de las personas en situación de prostitución son personas pobres, que más que elegir libremente, se ven obligadas a prostituirse. A partir de este análisis, el abolicionismo exige al Estado la implementación de políticas públicas a fin de dar respuestas a las personas que quieran, deseen, anhelen, sueñen con dejar de prostituirse. De esta manera se busca un rol activo por parte del Estado en cuanto generador de políticas públicas a fin de velar por los Derechos Humanos de las personas y no un rol activo en cuanto perseguir a las personas en situación de prostitución, como lo plantean los dos sistemas anteriores. El abolicionismo, es antirrepresivo, en ese posicionamiento, brega por un Estado garante de derechos en contraposición con un estado de policía. 



-¿Cómo puede abordarse el concepto de “Prostitución” en el marco de los Derechos Humanos, y el Derecho Laboral?

El concepto de Derechos Humanos, nace desde la perspectiva de poner un freno a los poderes despóticos, los primeros pasos de esta teoría se da en el marco de los movimientos revolucionarios enfrentados a los poderes de las monarquías, esos poderes de vida y de muerte sobre los cuerpos de los súbditos, y las súbditas. Luego, y a partir de la creación de los Estados Modernos, y de las guerras de anexión de territorios, esta teoría se fue perfeccionando para culminar como un freno a los poderes del Estado Moderno. Es decir, el planteo es que como seres humanos y humanas tenemos derechos inherentes que nadie puede quitarnos, ni siquiera el poder del Estado. Entre las características de estos derechos se encuentran entre otros: la universalidad, la integralidad, la interdependencia, y la irrenunciabilidad. Específicamente esta última característica plantea que los Derechos Humanos son irrenunciables, es decir: nadie puede renunciar a sus Derechos Humanos. Esta perspectiva jurídica precisamente busca impedir sistemas de legitimación de la violación a los Derechos Humanos so pretexto de la libre elección, por ejemplo un sistema donde puedan existir esclavos, si es que por propia voluntad las personas “deciden” esclavizarse; este tipo de (des) inteligencia, no tiene lugar en la teoría de los Derechos Humanos. Otro aspecto de ello, es el límite que se impone al Estado en cuanto a legitimador de sistemas de esclavitud o violación de los Derechos Humanos, no sólo en términos de acción sino también de omisión. Es decir, desde el feminismo, hace tiempo vemos la inacción estatal en los casos de feminicidios como violación a los Derechos Humanos, no tomar medidas tendientes a terminar con los sistemas de prostitución, también lo sería.

Con respecto a la teoría del Derecho Humano al Trabajo, también desde una perspectiva histórica, nace en resguardo de la dignidad humana. En plena revolución industrial fue necesario enmarcar los derechos económicos, sociales y culturales dentro de los Derechos Humanos, que hasta el momento, sólo contemplaban los derechos civiles y políticos. La teoría del Derecho Laboral se inscribe en un límite impuesto al sistema de producción capitalista, y a la obligación de los Estados en ser garantes de los Derechos Humanos de quienes trabajan, ya que las ansias de producción empezaban a avasallar a la propia dignidad humana. Considerar trabajo a una acción que precisamente consiste en avasallar la dignidad de las personas es un oxímoron. Luego, y más específicamente en términos de Derecho material laboral, la reglamentación de la prostitución mediante leyes laborales son de imposible cumplimiento, pensemos sin más en cómo comprobaríamos un incumplimiento del contrato laboral, pensemos que trabajar en relación de dependencia será legalizar el proxenetismo, sin contar que los “riesgos” de trabajo son más bien certezas de contagios de, por ejemplo, cualquier tipo de enfermedad de transmisión sexual.

-¿Cuál es el marco legal en Argentina en materia de prostitución y proxenetismo?

En Argentina, la prostitución no está prohibida, lo que está prohibido es el proxenetismo. Es decir, el Código Penal, persigue a la figura del proxeneta, del que vive de la prostitución ajena, y de quien promueve la prostitución, pero no de quien se encuentra en situación de prostitución. Por otro lado nuestro país ha asumido la posición abolicionista, es decir, el Estado Argentino, tiene el deber de implementar políticas públicas a fin de garantizar los derechos de las personas en situación de prostitución y que deseen dejar esa situación. Eso en términos de políticas nacionales, luego cada provincia posee un Código Contravencional, donde se tipifican conductas como “contravenciones” es decir, están en una escala por debajo de los delitos. Y si bien quedan algunas contravenciones susceptibles de días de detención, -ya es sabido y muy debatido la inconstitucionalidad de esa penalidad para las contravenciones-, esos códigos sólo podrían contener multas. En dichos códigos, como por ejemplo en el de la Provincia de Buenos Aires, figuraba como contravención “generar escándalo en la vía pública”, esto hacía que las fuerzas de seguridad policiales, a partir de la aplicación de dicha sanción persiguieran a las personas en situación de prostitución. Quiero aclarar que en el caso de la Provincia de Buenos la derogación del mencionado artículo pudo ser realidad gracias a la lucha abolicionista. Diana Sacayan impulsó dicha derogación desde el año 2003, y finalmente y gracias al trabajo de Graciela Collantes, el proyecto se convirtió en ley, este año.



-En ese sentido y a la luz de los proyectos presentados con el fin de regular la prostitución: ¿Cuáles son? ¿Qué persiguen en realidad?

Hasta el momento, pude relevar siete proyectos presentados desde los años 2013 al 2016. Fueron presentados a nivel nacional, en la Ciudad de Buenos Aires, y en las provincias de Mendoza, Neuquén, Santiago del Estero, Entre Ríos y Catamarca. Más allá de algunos aspectos que señale en la primer respuesta al referirme sobre el reglamentarismo, voy a mencionar algunos otros aspectos aquí. En primer lugar, en los proyectos presentados en CABA y Catamarca plantean la regulación de los establecimientos donde se ejerza el trabajo sexual, los otros proyectos hablan de regir el trabajo sexual, es importante tomar nota del objeto de los proyecto en cuanto regular establecimientos, es decir, más en un sentido comercial que de resguardo de derechos. Los artículos que se refieren a derechos, tienen la característica de ser meramente declarativos, es decir: para las finalidades de una ley nacional, no basta re-declarar derechos, uso el término de re-declarar, porque configura una mera repetición de derechos contenidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, en la ley nacional es necesario efectivizar mecanismos de ejercicio material de dichos derechos, salvo que la ley declame nuevos derechos no previstos en los tratados o en la constitución. No es el caso que estamos analizando, los derechos que se declaman son los ya existentes, y es ausente de las letras de los proyectos las formas de ejercicio de esos derechos. Sin embargo en todos los proyecto están presentes los mecanismo de control. Así, todos los proyectos presentados presentan mecanismos de control sobre los cuerpos a fin de determinar de cuáles pueden posee enfermedades de transmisión sexual, y que dicho extremo quede consignado en el carnet de habilitación para el ejercicio de la prostitución. También se plantea la realización de cursos varios para el otorgamiento del carnet, como la portación de una libreta sanitaria donde deben consignarse los exámenes médicos realizables cada 6 meses. En todos los proyectos se especifica que dicha libreta y dicho carnet, deberán estar a disposición de la autoridad competente en todo momento. El proyecto de Catamarca es el que más avanza en requerimientos, para el mismo, los lugares habilitados deberán contar con fajas de desinfección en todas las habitaciones, expendedoras de preservativos, salas de estar, cada habitación contar con inodoro, bidet y ducha, agua fría y caliente, nos llama la atención los requerimientos de tipo hotelero, y nos llama la atención ya que debemos reflexionar acerca de las (no) posibilidades materiales de muchas mujeres travestis y trans de generar esa infraestructura. Es decir la prostitución callejera será perseguida ya que solo se podrá ejercer en lugares habilitados para tales fines, sin embargo  esos lugares deben cumplir con ciertos requisitos que no los cumplirán los domicilio de las personas, deberán ir entonces a lugares habilitados para tal fin, y someterse a la administración del proxenetismo legal.

Fuente
http://diariofemenino.com.ar/v2/index.php/2018/11/11/el-reglamentarismo-esconde-un-prohibicionismo-selectivo/?fbclid=IwAR3vTOzzA0OUFYJ6r83D87k9VD5zxgaCQjtmuvDOw4EJrX7-smzWTgmbasE





sábado, 16 de junio de 2018

“Prostitución es siempre explotación” declaración de Suecia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas


“Prostitución es siempre explotación” declaración de Suecia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
3/20/2017
​Texto original: http://www.womenlobby.org/Prostitution-is-always-exploitation-statement-of-Sweden-at-the-UN-Security?lang=en
Traducción: Liliana M Forero Montoya



[New York, 15 Marzo 2017] La reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del 15 de marzo fue dedicada al tema de la trata de seres humanos. Suecia, representada por Asa Regner, Ministra para la niñez, la vejez y la Equidad de Género, realizó una fuerte declaración (puede leerla abajo) promoviendo el Modelo Nórdico para el abordaje de la prostitución, y la necesidad de contar en todas las políticas con un enfoque sistemático sensible al género. El (EWL) la felicita por su compromiso y su coraje político para introducir las causas fundamentales de la trata de mujeres y niñas en la mesa internacional.

Aquí se encuentra el resumen de la página de Naciones Unidas que cubrió el evento : ÅSA REGNÉR, Ministra para la niñez, la vejez y la Equidad de Género de Suecia, asociada ella misma con la Unión Europea, dice que su país está comprometido con la erradicación de la trata de personas, un abuso que ha florecido gracias al conflicto y el desplazamiento masivo de civiles. La manera más efectiva de acabar con la trata de personas en apuntando a la demanda. Ella afirma que "Si no hubiera hombres comprando ´servicios sexuales’, no habría trata de personas con fines de explotación sexual”, enfatizando también la importancia de prevenir el conflicto y el desplazamiento y de invertir en el desarrollo sostenible. El Consejo tiene un importante rol en la prevención a través de la agenda para la sostenibilidad, dijo también.

Teniendo en cuenta que los efectos de la trata con fines de explotación sexual difieren del daño causado por la trata con otros fines, todas las acciones contra este tipo de abuso deben tener un enfoque de género específico, enfatizó, advirtiendo sobre el problema de la creación de mercados legales para los traficantes de seres humanos. La prostitución nunca puede considerarse como un trabajo, subrayó, instando a los Estados partes a considerar en su legislación la penalización de la demanda (de quien paga por sexo)

Declaración de Suecia:

Señor presidente, Excelencias, distinguidas participantes, damas y caballeros,

Suecia se suma a la declaración de la Unión Europea y a la de Noruega de parte de los países Nórdicos. Combatir la brutal violación de derechos humanos que es la trata de personas debe ser una prioridad para todos los países, es nuestra responsabilidad común. Suecia sigue firmemente decidida a erradicar todas las formas de trata de personas. Por lo tanto, queremos felicitar al Reino Unido por organizar este debate público ministerial.

El debate de hoy es importante por muchas razones. En primer lugar, debemos velar por que esta cuestión siga figurando en la agenda mundial. La discusión de hoy se basa en el impulso creado durante la Presidencia española del Consejo. En segundo lugar, necesitamos avanzar con acciones en consonancia con la Resolución 2331 (2016). Por último, la trata de personas es una amenaza transnacional, que requiere una respuesta transnacional. La ONU proporciona un foro único para el logro de este objetivo.


Señor presidente,

La trata de personas y varias formas de esclavitud están floreciendo. Esto está ocurriendo debido a los conflictos y el desplazamiento masivo de población civil, como en el caso de la región de Lake Chad Basin, que el Concejo visitó hace dos semanas. Ha florecido porque existen aquellos que están listos para explotar cruelmente otras personas en situaciones vulnerables.

La vía más efectiva para acabar con la trata de personas es atacando sus raíces. La causa fundamental es la demanda: Si los hombres no compraran “servicios sexuales”, la trata con fines de explotación sexual dejaría de existir. Prevenir el conflicto y el desplazamiento antes de que ocurran e invertir en el desarrollo equitativo sostenible para todas las personas, son también importantes medidas para combatir la trata de personas. Existen obligaciones internacionales en relación a la trata de personas y al trabajo forzado que también deben ser plenamente implementadas.

Este Consejo tiene un importante role que jugar en la prevención, incluido a través de la agenda para la Paz Sostenible. Adicionalmente, las operaciones de paz mandadas por este concejo deben visibilizar el rol que los grupos de crimen organizado, así como los grupos terroristas, juegan en la perpetuación de conflictos y situaciones inestables que llevan a la trata de personas, y al interior de la trata de personas. Trabajar sobre el terreno para crear instituciones responsables y eficaces en el sector de la seguridad puede mejorar la capacidad de los Estados Miembros para abordar estos grupos

Señor Presidente,

Así como lo ha reportado previamente el Secretario General, existe una conexión clara entre la violencia sexual relacionada con el conflicto y el postconflicto y la trata de personas como explotación sexual, trabajo forzado, tráfico de órganos, y la lista es larga.

Me enfocaré en la explotación sexual que tiene como víctimas predominantes a las mujeres, niñas y niños.

Los impactos de la trata de personas con fines de explotación sexual son diferentes del daño causado por otras formas de explotación. Su gravedad está relacionada con la forma específica en la que los cuerpos de las mujeres y niñas víctimas de trata son abusados.

Reconociendo que la trata de personas tiene una clara dimensión de género es por lo tanto esencial que todas las acciones contra la trata tengan un enfoque específico de género.

Suecia quiere subrayar la importancia de no crear un mercado legal para los tratantes de personas. Existe un debate en curso, dentro de la ONU y en otros lugares, acerca de si la prostitución debe ser vista como una profesión o no; - el término “trabajadora sexual” se utiliza a menudo en estas discusiones. La política sueca en esta cuestión es clara. La prostitución nunca puede considerarse un trabajo; La prostitución es siempre explotación.

Suecia exhorta a más países para que consideren una legislación que apunte a la persona que paga por sexo y que ofrezca apoyo a la persona que está siendo explotada, desplazando así el foco criminal y la culpabilidad de la persona explotada al explotador. El conocimiento sobre los propios derechos, incluidos los relativos a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, es crucial.

Otro elemento esencial es la responsabilidad y rendición de cuentas en los entornos de conflicto y post-conflicto. Suecia apoya firmemente la implementación de la política de cero tolerancia con el abuso y la explotación sexual de Naciones Unidas.

En su calidad de presidenta del grupo de trabajo sobre niñez y conflicto armado en el Concejo de Seguridad también nos gustaría subrayar la particular situación de vulnerabilidad de la niñez en esta situación y también resaltar que el reclutamiento de personas menores de edad para ser usadas en el conflicto armado como una de las peores formas de trabajo infantil. La meta 8.7 de los ODS nos exige eliminar esto y necesitamos una fuerte concentración para lograr esta meta. También necesitamos enfocarnos en el Objetivo 5 sobre equidad de género y otras metas relevantes de la Agenda para el Desarrollo Sostenible.

Suecia está orgullosa de ser un país pionero de la Alianza Global para acabar con la violencia contra la niñez, esta es una iniciativa crucial y Suecia exhorta a que más países se unan a esta alianza.

Finalmente, Señor Presidente, necesitamos permitir a las mujeres y niñas decidir sobre sus propios cuerpos, vidas y futuros, en todos los contextos.

Debemos involucrar a más mujeres tanto en actividades de construcción de paz como en acciones contra la trata. Mediante la aplicación de la agenda de la mujer, la paz y la seguridad, podemos garantizar que las voces, las experiencias y las soluciones de las mujeres se pongan a la mesa. La equidad de género es un asunto de derechos humanos.

Gracias.



Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos

Fuente:
https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/prostitucion-es-siempre-explotacion-declaracion-de-suecia-ante-el-consejo-de-seguridad-de-naciones-unidas