sábado, 25 de noviembre de 2017

La RedTraSex, el proxenetismo y las ambigüedades del lenguaje

De cómo se oculta un elefante tras una flor… La RedTraSex, el proxenetismo y las ambigüedades del lenguaje
POR · 11/11/2017

Como la sociedad tiene la “sospecha” de que la prostitución no es un trabajo socialmente aceptable, porque atenta contra la lucha de las mujeres por su liberación, a ese personaje, al capitalista, se lo denomina, como corresponde, de modo despectivo: proxeneta, cafisho, fiolo, etc. La RedTraSex y AMMAR llaman trabajo autónomo a la explotación sexual de las mujeres.

Rosana López Rodriguez
Trece Rosas

AMMAR juega constantemente con el secretismo y la ambigüedad del lenguaje al solo efecto de que no se sepa públicamente lo que realmente quiere. “No somos del Estado”, “ni regulacionismo ni abolicionismo”, “respeto a los derechos laborales”, etc., etc. En privado, las “compañeras” no se privan, sin embargo, de decir lo que piensan y de negociar, a espaldas de la sociedad, con los diferentes bloques de diputados y senadores para imponer por ley la regulación del trabajo sexual, proxeneta incluido. Se dicen ajenas al “regulacionismo”, pero reivindican los modelos “uruguayo” y “neocelandés”.1 Su “nuevo” proyecto es mantenido oculto y solo se ofrece a cuentagotas a público seleccionado, es decir, afín. Esa es la estrategia: que nadie sepa de dónde viene el ataque hasta que reciba el golpe en la mandíbula.



Esta estrategia es la recomendada, como vimos, por las agencias internacionales proxenetas. No obstante, tarde o temprano tienen que decir la verdad. Obviamente, otra vez, camuflada en las ambigüedades del lenguaje. La palma, en este sentido, se la lleva un cuadro sinóptico muy ilustrativo que puede encontrarse en la página de la RedTraSex, que queriendo ocultar la realidad, termina mostrándola. En efecto, el nudo de la estrategia de la ambigüedad, creada para no enfrentar de golpe una oposición compacta sino para irla fragmentado y dividiendo, es la expresión “trabajo autónomo”.



Ambas palabritas están orladas por el prestigio de dos tradiciones políticas diferentes, el socialismo y el liberalismo. Por la primera, se perturba al público de izquierda: “¿cómo vas a estar en contra de las trabajadoras?” Por la segunda, atrae el apoyo inmediato de la burguesía liberal: “cada uno tiene derecho a hacer lo que quiere”. De ese cóctel ideológico explosivo, dejamos para el futuro el análisis de la prostitución como “trabajo” y nos concentraremos aquí en la cuestión de la “autonomía”, sin profundizar demasiado en todas las consecuencias filosóficas y las contradicciones que acarrea, para el feminismo y para cualquier política de liberación humana, un uso liviano de un concepto como ése.

El Diccionario de la Real Academia Española define “autonomía” de una manera, no podría ser otra, que da lugar a lecturas divergentes. Enumerando una serie de usos concretos, en la segunda acepción de la palabra, el DRAE la define como “Condición de quien, para ciertas cosas, no  depende de nadie”. Pero cuando habla, más abajo de “autonomía de la voluntad”, señala: “Capacidad de los sujetos de derecho para establecer reglas de conducta para sí mismos y en sus relaciones con los demás dentro de los límites que la ley señala”. Veamos cómo define “autónomo” el “trabajo” de las prostitutas la RedTraSex, es decir, AMMAR:

El trabajo sexual “autónomo” está definido como aquel que afecta a quien está en condiciones de elegir, porque no es menor de edad, ha hecho uso de esa posibilidad, porque no ejerce la prostitución contra su voluntad y no se encuentra en un espacio de trabajo insalubre, no le retienen un porcentaje elevado de sus ingresos ni se la obliga a trabajar demasiadas horas. Nótese que las especificaciones son lo suficientemente vagas como para que cualquier definición de “explotación laboral” sea discutible: ¿qué es “un porcentaje alto de sus ingresos” y a partir de qué patrón de medida se establece?; ¿cuántas son “demasiadas horas”?; ¿qué sería, exactamente “insalubre”? Pero este no es el fondo del problema.

Esta maniobra gira toda en torno de la “autonomía” como ejercicio de la “voluntad”, no como la de quien “para ciertas cosas, no depende de nadie”. En esta última expresión es que se basa la normativa legal sobre “trabajo autónomo”. El “autónomo” es el que no trabaja bajo patrón. En la definición de la RedTraSex, “autónoma” es la prostituta que trabaja para un patrón “bueno”.



En efecto, esta maniobra ha transformado la categoría “explotación”, que es una categoría técnica de la economía, que explica el funcionamiento del proceso de producción capitalista, en una categoría moral burguesa. En lugar de decir “trabajo producido en relaciones capitalistas, es decir, que consiste en la apropiación de plusvalía, valor enajenado al productor directo como consecuencia de la relación de dependencia de este último a raíz de la carencia de medios de producción y de vida”, la RedTraSex define la explotación a la manera burguesa, como simple “abuso”. Con esta maniobra, la central proxeneta ha hecho desaparecer al capitalista, dividiéndolo en dos personificaciones distintas: el que somete a sus prostitutas a un trabajo insalubre, largas jornadas y por poca plata, desde ahora “el malo”, y el que hace lo contrario, es decir, “el bueno”.

No hay capitalistas buenos y malos. Hay capitalistas. En el mundo de la prostitución, el trabajo asalariado, subordinado, en buenas o malas condiciones, supone la presencia de un patrón, un capitalista. Como la sociedad tiene la “sospecha” de que la prostitución no es un trabajo socialmente aceptable, porque atenta contra la lucha de las mujeres por su liberación, a ese personaje, al capitalista, se lo denomina, como corresponde, de modo despectivo: proxeneta, cafisho, fiolo, etc. La RedTraSex y AMMAR llaman trabajo autónomo a la explotación sexual de las mujeres.

Es cierto que las normas legales se han estirado para hacer aparecer como autónomo a personal “en relación de dependencia”, por la vía de la ficción del “contrato”. El “contratado” es obligado a “renovar” su precaria situación año a año, forma en la que su patrón se saca de encima todas las obligaciones que devienen de tener personal asalariado. Con el asunto de la “autonomía de la voluntad”, la RedTraSex, no solo defiende al proxeneta “bueno”, sino que va a hacerle más fácil todavía la vida al “malo”, escondiéndolo detrás de los “terceros involucrados”. El proyecto de AMMAR defiende a todos aquellos involucrados en el hecho de la prostitución como “terceras” partes que no están ligadas al acto en sí: la que recibe las llamadas, la que limpia y lava las sábanas, el dueño del hotel alojamiento, etc. Obviamente, un prostíbulo entero manejado “a contrato”, con mujeres “sujetos de derecho” que optan “voluntariamente” por prostituirse y que simplemente “alquilan” cuartos o comparten “telefonista”, ni siquiera entra dentro de la definición de trabajo autónomo “bueno”, porque, al no tener patrón, ellas eligen, finalmente, si quieren o no las condiciones en las que libremente entraron. Más perverso, imposible. Finalmente, era cierto: se puede esconder un elefante tras una flor.

NOTAS

1LatFem: “Ni regulacionismo ni abolicionismo: reconocimiento de derechos laborales”, 1º de noviembre de 2017, en latfem.org.

Fuente

http://razonyrevolucion.org/de-como-se-oculta-un-elefante-tras-una-flor-la-redtrasex-el-proxenetismo-y-las-ambiguedades-del-lenguaje/


Pornografía: la propaganda del patriarcado

PORNOGRAFÍA: LA PROPAGANDA DEL PATRIARCADO
3/29/2017
Por MICKEY Z.

​Texto original: http://worldnewstrust.com/pornography-the-propaganda-of-patriarchy-mickey-z
Traducción: Olga Baselga



“Radical significa simplemente 'agarrar las cosas desde la raíz'”. (Angela Davis)

Cada rama del activismo parece convencida de que “su” cuestión es la más urgente de todas, pero ninguno –con alguna excepción– de estos activistas parece dispuesto o preparado para comprender la raíz de todos los problemas de la justicia social.

Desde la cultura corporativa hasta la cultura de la violación, pasando por la violencia doméstica y la ambiental, podemos encontrarnos con que todos los sistemas de opresión y explotación derivan de la Supremacía Masculina.

Llámenlo patriarcado, misoginia, sexismo, privilegio masculino, o pónganle cualquier otro nombre: en todos los casos se trata de violencia machista, omnipresente e implacable violencia masculina a micro- y macro-escala.

[Video: https://youtu.be/3exzMPT4nGI]



Las cifras son tan impactantes como reales. La violencia, que crece casi sin control desde los cimientos de la supremacía masculina, ha extendido sus tentáculos igual que la supremacía blanca y la de clase, y ahora nos lleva al borde del desastre.

Pero antes de que me inunden con Male Tears™, antes de que los gritos de “no todos los hombres” retumben de punta a punta de los mares, me gustaría presentar el eje central de este artículo: la pornografía. Es la nueva Educación Sexual y es donde el patriarcado nos alcanza más insidiosa y eficazmente.

Permítanme decirlo claro: este artículo no versa sobre las trabajadoras sexuales, la pornografía “ética” o el feminismo liberal. Este artículo se centra en que la supremacía masculina es la piedra angular de la cultura dominante y, por tanto, la fuente primaria de toda violencia y opresión. Se centra en las palabras de Sheila Jeffreys: “La pornografía educa al público masculino”.

“La pornografía es una maestra poderosa, tanto en materia de creencias como de conductas, y de hecho proporciona las condiciones ideales para el aprendizaje”, explica la Dra. Mary Anne Layden, Directora del Programa de Trauma Sexual y Psicopatología del Centro de Terapia Cognitiva. “Puede enseñar no sólo comportamientos sexuales específicos, sino actitudes generales hacia las mujeres y los niños, cómo son las relaciones y la naturaleza de la sexualidad”.

Layden continúa: “Aprendemos mejor cuando estamos excitad@s. Si algo activa nuestro sistema nervioso simpático, estamos mejor preparad@s para recordar la información recibida en ese momento. La excitación puede proceder de la emoción, la alegría, el miedo, el asco o la tensión sexual. Tendemos a recordar cualquier experiencia que tengamos en esos estados de excitación. Y el aprendizaje es mejor si se refuerza. El comportamiento recompensado es probable que se repita, mientras que si se castiga es menos probable que se repita. La excitación sexual y el orgasmo son experiencias muy gratificantes”.

Si se preguntan cómo podrían manifestarse estas “recompensas”, tenga en cuenta este estudio, donde se demuestra que la pornografía parece “inducir a sus espectadores a trivializar la violación”.

Permítame también decirlo claramente: no estoy aquí para descubrir la pólvora o hacer mansplaining. Para contextualizar más a fondo, lean a aquellos que han estudiado este problema pinchando en los múltiples hipervínculos de este artículo.



Y ya que están en ello, por favor, consideren también lo que dijeron feministas como:

·         Andrea Dworkin: “Cualquier violación del cuerpo de una mujer puede convertirse en sexo para los hombres; ésa es la verdad esencial de la pornografía”.

·         Sheila Jeffreys: “La pornografía como propaganda, según el análisis feminista, representa a las mujeres como objetos que adoran sufrir abusos, y enseña a los hombres cómo han de llevar a cabo la degradación y el abuso sobre las mujeres”.

·         Gail Dines: “La industria del porno ha secuestrado la sexualidad de toda una cultura y está echando a perder a toda una generación de niños. Y si destrozas a una generación de chicos, destrozarás a una generación de chicas”.

Tal vez la única posibilidad que tengamos de atajar ese daño y generar el cambio social drástico que necesitamos sea reconocer y abordar la fuente: La Supremacía Masculina. Un paso trascendental en esa dirección sería abordar una de sus ramas más maliciosas: la pornografía.

¿Qué podemos hacer cada un@ de nosotr@s, además de cambios a nivel personal? Como Gail Dines explica en el siguiente video, la respuesta puede estar en lo que podríamos llamar contra-reclutamiento, es decir, educación anti-porno, enfocándola como cuestión de salud pública.

[Video: https://youtu.be/_YpHNImNsx8]

Una vez más, les ruego que por favor se tomen el tiempo de abrir los enlaces incluidos en este artículo (más arriba y más abajo) antes de sacar conclusiones.

Otros recursos (http://gaildines.com/resources/)

Más recursos (http://stoppornculture.org/resources-2/organizations/)

Documentales relacionados (http://www.antipornography.org/documentaries.html)

Denunciar la pornografía infantil (https://report.cybertip.org/index.htm)


Mickey Z. es autor de 12 libros, el más reciente: Occupy this Book: Mickey Z. on Activism. Hasta que cambien las leyes o se quede sin fuerzas, se le puede encontrar en la Web aquí y aquí. Cualquier persona que desee apoyar su labor activista puede hacer una donación aquí.


 Texto original: “Pornography: The Propaganda of Patriarchy” by Mickey Z.

Fuente
 http://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/