sábado, 9 de mayo de 2020

Posicionamientos importantes sobre la prostitución



Opiniones / Por emujeres
Autoría: v.a

Marcela Lagarde y de los Ríos.  Doctora en Antropología y etnóloga mexicana,  ha sido diputada y presidenta de la Comisión Especial de Seguimiento a los Femicidios en la Cámara de Diputados de México.
Para mis socias de la vida, pág. 80, Edit. horas y HORAS

“Por definición las mujeres que ejercen la prostitución no son autónomas. Por definición son cuerpo objeto para el placer de otros. Su cuerpo subjetivo, su persona está cosificada y no hay un “yo” en el centro.  En esa situación no existe la posibilidad de construir una persona que se autodefine, que se auto limita, que se protege y se desarrolla a sí misma. Aun cuando pueden ser independientes económicamente y hasta mantener hijos, maridos, amantes.

La autonomía es un concepto dinámico del desarrollo personal, de enriquecimiento de la propia persona.  En las mujeres que ejercen prostitución no la hay. Como tampoco hay autonomía en las mamás de diez hijos, pues qué autonomía puede haber ahí. Pueden ser mujeres que hacen muchas cosas, que van y vienen, pero están cosificadas como seres que encuentran su sentido práctico y filosófico en los otros.

En ambos casos, en las mujeres que trabajan en la prostitución y en este tipo de mamás, son ambas profundamente enajenadas.

Para ser autónomas, todas las mujeres, prostitutas, madres, castas, puras, monjas  y célibes, necesitamos redefinir nuestras vida en torno a nosotras mismas y dejar de ser objeto.  La autonomía es muy puntual y pasa por que las mujeres dejemos de ser cosificadas para los otros., Mientras lo seamos,  podemos tener riqueza o pobreza,  pero ninguna somos ni sujetos ni autónomas.”

Victoria Sau Sánchez, Licenciada den Historia Contemporánea, Doctora en Psicología, ha sido profesora de la Sección de Psicología de la facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de Barcelona, investigadora y escritora feminista.
Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, 12 de  julio de 2006.
“Mi opinión desde hace mucho tiempo sobre la prostitución es que es la última esclavitud del mundo occidental, atenta al sentido mismo de democracia.
Es una institución masculino-patriarcal según la cual un número  indeterminado de mujeres  no llega a ser distribuido a hombres concretos por el colectivo de varones a fin de que  queden a merced no de uno solo sino de todos aquellos que deseen tener acceso a ellas…

En los cuadernos de quejas previos a la revolución francesa, las mujeres ya pedían la abolición de la prostitución.

Yo sería partidaria de prohibir a los varones comprar sexo esclavo. El modelo sueco me parece, de momento, dentro de Europa, el más interesante hasta conseguir la abolición absoluta…

Pienso que el voto de las mujeres que ahora ya tenemos todas las europeas, tiene que contribuir a la abolición de la prostitución…”



Somalí Mam, Premio Príncipe de Asturias, Presidenta de la Asociación MAM-AFESIP ESPAÑA. ACCIÓN PARA LAS MUJERES EN SITUACIÓN PRECARIA. Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

Otro resultado  horrible de la normalización de la prostitución es el aumento de la violencia; presenciamos casos donde las jóvenes han sido objeto de prácticas muy violentas por los clientes en la pornografía, y vemos cómo se generalizan conductas como la violación en grupo. En Asia también hay lo que se llama la violación colectiva. La violación colectiva  se produce mucho en Asia y está aumentando mucho. Es un grupo de chicos que piden una prostituta y cuando la prostituta llega, han sido violadas por cuarenta o cincuenta personas… hace tres años, y este año han cambiado el concepto de violencia, han comprado dos mujeres, dos chicas, dos víctimas que han sido violadas y después matan a una y dejan a la otra para que vuelva y hable con otras mujeres.
Y las drogas también, y el sida. Las drogas en este momento, y hablo de Claude Pen, la prostitución en Camboya, el 80 % son adictas a las drogas. Y me gustaría  preguntarles si hay algún trabajo  en el que hay un perfil normal donde estas circunstancias puedan ser admisibles. Si se considera la prostitución como profesión sin analizar los índices de violencia y las consecuencias sobre el cuerpo y la salud física de las mujeres, estamos actuando con hipocresía, incluso de forma absolutamente estúpida”.

Gemma Lienas. Escritora. Comparecencia en el Congreso de los Diputados, 4-6-2006.
Al argumento de: -es preciso legalizar esta actividad para que  las prostitutas puedan realizarla en mejores condiciones-
Si esta es la razón, legalicemos, entonces, la ablación del clítoris para las niñas subsaharianas o asiáticas.

Al argumento de: -Es un trabajo como otro cualquiera-

Algunos datos Entre el 63% y un 80% de las prostitutas han sido víctimas de violaciones. Las prostitutas corren un riesgo 40 veces mayor de ser asesinadas que el resto de la población femenina. Mías del 68% de prostitutas sufren estrés postraumático  ¿Se puede considerar un trabajo una actividad que comporta tanto riesgo para la integridad de las mujeres?

La prostitución es un negocio mundial casi de la misma magnitud que el del tráfico de armas y del tráfico de drogas. Y en España se supone que la cifra de negocio se sitúa sobre los 18.000 millones de euros.

Teniendo en cuenta estos datos no es de extrañar que los llamados empresarios del sexo estén luchando duramente por conseguir la legalización de su negocio.

Alguna frontera habrá que ponerle al mercado, o terminaremos fagocitados por él. Por ejemplo, en Estados Unidos se están planteando ya regular la compra-venta de órganos humanos para atajar –justifican- un mercado negro cada vez más floreciente. Si regulan ese mercado en lugar de perseguirlo, la injusticia del sistema se acentuará porque los ricos comprarán órganos, mientras que los pobres no tendrán otra opción que venderlos y, además, no podrán acceder a los transplantes, que quedarán fuera de sus posibilidades económicas…”

UGT. La prostitución una cuestión de género. Secretaría para la Igualdad. Diciembre 2005.

“La prostitución, para UGT, es una manifestación de violencia  de género, y como tal debería tratarse  e integrarse en nuestro ordenamiento jurídico, en las políticas, en nuestra educación y en nuestra cultura social.

El origen  de la prostitución se encuentra en el antiguo esclavismo y en la trata de mujeres.
Según Peter Szil, psicoterapeuta especializado en educación sexual y con larga experiencia en la materia, pone de relieve en sus trabajos que, a parte de los perfiles individuales de los hombres que compran sexo, hay una visión compartida por el resto de la población masculina que hace posible la práctica de la prostitución.

Dicha visión, según este experto, está basada en la certeza de que su sexo les otorga derecho a disponer de su entorno, del espacio y del tiempo de otros y, en primer lugar, de otras. Este derecho se extiende también al cuerpo  y a la sexualidad de las mujeres. Tratándose de un derecho, es legítimo conseguirlo y preservarlo, aunque sea con violencia.

Los estudios de este psicoterapeuta ponen de manifiesto que la pornografía y la prostitución enseñan y reafirman el rol masculino.”



Rosa María Hermoso Martínez (Jefa del Servicio del Área de Igualdad del Ayuntamiento de Sevilla) Centro Municipal de Atención a Mujeres Prostituidas “Leonor Dávalos” Comparecencia ante en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

“El ejercicio de la prostitución en sí mismo es un atentado contra los derechos humanos.

No hacemos una distinción entre prostitución libre y forzada. Para nosotras la prostitución es un fenómeno en sí, en diferentes condiciones, pero es un fenómeno único y exclusivo.

Andrea Dworkin dice que el incesto es el campo del cargador para la prostitución, según la experiencia que ellas han tenido con mujeres en prostitución. Este dato, que nosotras también hemos ido observando a lo largo de nuestro trabajo, lo hemos tenido nosotras mismas silenciado, el hecho en sí que también es silenciado por las víctimas, nosotras también lo teníamos silenciado porque no nos atrevíamos, desde nuestra humildad de atención en nuestro Centro, a darlos. Pero posteriormente, con la constatación clara y con la investigación con datos, sobre todo, de Melissa Farley hemos podido comprobar que es cierto.”

Rosa Cobo Bedia, Doctora en Ciencias Políticas y Sociología, profesora de Sociología de la Universidad de la Coruña. Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

“Uno de los grandes mitos que está alimentando el reglamentarismo es la idea de la libertad sexual. La libertad sexual es uno de los conceptos que se oponen de una manera más radical a la prostitución. La prostitución es una forma onerosa y una forma extraordinariamente dura de ganarse la vida.  Y fíjense ustedes que allá donde aumentan los niveles de bienestar de una sociedad y donde disminuye la desigualdad, de una manera inmediata las personas de esa sociedad, las mujeres de esa sociedad dejan de ser ese grandísimo contingente, que cuando había más pobreza eran de la prostitución. De hecho, como ustedes sabrán, más del 90 por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución en España son inmigrantes, de modo que es imprescindible para poder entender el fenómeno social de la prostitución entender que hay una relación de necesidad entre prostitución y desigualdad, entre prostitución y pobreza. Y ese es el único motivo por el cual la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución son mujeres inmigrantes…..  El contrato tiene que tener límites, y las sociedades en las que vivimos ponen límites al contrato, pese a que el liberalismo haga una exaltación de que el contrato no tiene que tener límites. Existe el límite en la propia esclavitud, existe límite, por ejemplo, al trabajo infantil, existen límites a contratar que tú puedas vender tus propios órganos; la libertad de contrato ha de ser limitada.

La libertad sexual está vinculada al deseo y al placer, y en las mujeres prostituidas no hay libertad sexual ni placer, sólo hay una forma de ganarse la vida, y esto es ya suficiente para que las feministas mostremos toda nuestra solidaridad con estas mujeres…

El neoliberalismo tiene un deseo ilimitado, que es el de que todo lo que existe forme parte del mercado, que todo se pueda vender y todo se pueda comprar, incluidos los cuerpos de las mujeres.”



Vivas Larrui, Presidenta de la Comisión de Igualdad de Jueces para la Democracia, magistrada de la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Ponencia presentada en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, julio de 2006.

“Cabría preguntarse cómo vamos a armonizar que en una cadena de producción de una empresa con convenio colectivo en la que se regulan las buenas prácticas y en la que hay prevención de riesgo decir –abro comillas de una sentencia-: “me gustas más cuando no llevas las bragas debajo de la bata” –cierro comillas-. Es una humillación y se sanciona a quien lo haga, al trabajador, acosador y a la propia empresa si no ataja esa conducta.

El Instituto de la Mujer y el Consejo Audiovisual tienen apartados para denunciar los anuncios sexistas que den una visión de subordinación de la mujer y al mismo tiempo las páginas de los diarios de más tirada contengan bajo el epígrafe “contactos“ la mayor escenificación de la subordinación, la desigualdad y el insulto anunciando la venta de sexo con frases como las siguientes que extraigo del apartado de contactos 56, apartado relax, del mismo periódico que leí anteriormente ese dato del 20 de junio, en el que se dice, por ejemplo, nuevo local, preciosas esclavas; amas severas, sumisas, complacientes; bueno, bonito, barato; nuevas señoritas, noche y día, experiencia de 25 años nos avala; furcia obscena sin espera; sumisa vocacional; joven atractiva y erótica para amos exigentes; 25 euros, preciosas barbies rusas y brasileñas; minifalda y sandalias, 18 años, francés sin, aniñada y desnuda.

¿Es que vamos a tener trabajadoras a las que se pueda humillar, maltratar, acosar, porque forma parte de un contrato? ¿ Les vamos a aplicar una ley diferente? ¿Señalaremos cuántos coitos pueden hacer en una jornada de ocho horas? ¿Felaciones? ¿Si han de dejarse atar o insultar? ¿Regularemos el periodo de descanso cuando estén menstruando? ¿No es eso estigmatizar? ¿Diremos cuáles son los tiempos mínimos de permanencia en cada prostíbulo? ¿Aceptaremos que el cuerpo es una “cosa” y que no sirven las mujeres de cierta edad o de cierta complexión? ¿Dónde queda la dignidad y el respeto a la imagen de esas mujeres y de todas las mujeres  y de todos los hombres? ¿Dónde ponemos el valor de las personas, de la igualdad? ¿Cómo cumplimos el mandato constitucional de remover los obstáculos que impidan lograrla?

Elaborar un estatus de trabajo no suprime la estigmatización y suprimir la estigmatización de las mujeres prostituidas no pasa por dar normalidad al hecho de vender sexo por dinero.

La prostitución, en conclusión, es una discriminación y es atentatoria a la igualdad entre los hombres y las mujeres.”

Hace pocos años nadie hubiera apostado por que la violencia intrafamiliar se examinara más allá de los tribunales penales. Hoy, no lo consideramos privado; hoy entendemos que una agresión no es tolerable, incluso se la mujer quiere dejarse pegar o no lo denuncia.  No es tolerable para nosotros vender ovocitos o riñones, podemos donarlos, pero no sería tolerable regular el trabajo infantil solo porque hay muchos niños trabajando o admitir, parafraseando a Gemma Lienas que las empresas de pasarela pueden contratar a anoréxicas de la talla 34 porque hay que salvaguardar el derecho de las anoréxicas. Se puede y se debe respetar el derecho individual, pero que una o varias personas se prostituyan, vendan sus órganos o de dejen morir en la extrema delgadez no implica que el Estado sea neutral y a su demanda lo regule.”

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viernes, 8 de mayo de 2020

Los foros de puteros se frotan las manos con la extrema situación por el coronavirus de las mujeres prostituidas



A sabiendas de que se han cerrado prostíbulos, los prostituidores buscan en Internet información para conocer dónde seguir explotando mujeres o recomendarse a las esclavas sexuales a las que, por la situación de desesperación que viven, regatean y obligan a aceptar precios más ajustados, así como a prácticas más violentas.

MADRID
NURIA CORONADO SOPEÑA

"Aquí solo van a quedar las africanas más desesperadas y que no le temen ni al ébola. Pasarán muchos años hasta que nos volvamos a follar a una lumi"; "Yo lo que no sé es cómo permiten el cierre de puticlubs. ¿Pero, señores, acaso no es un establecimiento donde se busca y encuentra la medicina para el alma y el cuerpo? ¡Animo muchachos, dentro de muy poco volveremos a nuestra rutina de diversiones!".

Estos son solo dos de los miles de mensajes que se pueden encontrar en los foros de puteros durante la covid. Comentarios más que ofensivos y degradantes y que el Colectivo Hiparquía -la organización abolicionista radicada en Elche que ofrece apoyo emocional y comida a las mujeres prostituidas-, ha querido estudiar para mostrar los niveles de misoginia de quienes los dicen.
Según María Arenas, representante de dicho colectivo, todos tienen en común una cosa: "Los prostituidores saben que se han estado aprovechando -y siguen pensando hacerlo- de mujeres en situación de vulnerabilidad a las que, en circunstancias normales y con las necesidades básicas cubiertas, no podrían prostituir". Un modus operandi que es reflejo de que a los puteros "no les gustan las relaciones sexuales, sino la esclavitud sexual".

Y es que, a golpe de clic, quienes alimentan al sistema patriarcal se están frotando las manos con la situación de vulnerabilidad de las mujeres prostituidas. "Están convencidos que la industria prostitucional se va a ver fortalecida [por la crisis y gracias al porno]. Por un lado, van a tener más variedad de mujeres entre las que escoger (más españolas, y en general, más mujeres que caerán en el sistema prostitucional al perder sus trabajos y no encontrar opciones de subsistencia). Por otro lado, saben que, a mayor vulnerabilidad entre las mujeres actualmente en situación de prostitución (sobre todo si no tienen las necesidades básicas cubiertas), menos billetes van a necesitar para prostituirlas cuando todo haya acabado", subraya Arenas.


Putero, el rol del macho por antonomasia
Una opinión que refrenda Zúa Méndez, la actriz, activista abolicionista y cofundadora de Towanda Rebels. "El que los puteros se salten el confinamiento para esto es sinónimo de no respetar los límites, y, en general, de no respetar a las personas. Son profundamente narcisistas, solo hay que leerles para darse cuenta de que más allá del yoísmo no hay nada. Dentro de este rol de macho, no respetar las normas y realizar prácticas de riesgo es lo más usual. Se jactan de ello y se animan los unos a los otros".
A este rol de macho alfa, la actriz y también cofundadora de Towanda Rebels Teresa Lozano añade cómo estos foros les sirven a los puteros para saber quiénes son los más cracks. "Para comprender la prostitución tenemos que tener claro que la masculinidad es un carnet que te lo dan tus pares, los otros hombres. Para conseguir ese carnet de macho debes demostrar una y otra vez que eres un hombre de verdad, y, para ellos, tener sexo con muchas mujeres, cuantas más mejor, da puntos. Su masculinidad la construyen colocándose por encima de las mujeres, a través de la dominación. Por eso la prostitución no va de sexo, como nos quieren hacer ver, sino de poder. De seguir perpetuando la jerarquía y el orden patriarcal. La única diferencia entre una violación y la prostitución es un sucio billete". 
La clasificación misógina
Los mensajes de los foros que el Colectivo Hiparquía ha rastreado muestran a cinco tipos de prostituyentes. Los primeros son los simpáticos. "Se ríen entre sí comentando que lo están pasando putas e imaginándose a las mujeres que conocen sin poder subsistir, y recurriendo a pedir ayudas sociales". En segundo lugar, están los colonialistas, que lamentan que mientras dure la crisis sanitaria sólo van a poder comprar a "africanas desesperadas" porque tendrán que verse obligados a esperar a que la industria les haga disponible "mejores mujeres", añade María Arenas.
Los más paranoicos argumentan que el coronavirus y el confinamiento "son una trama del feminismo y el gobierno, al que consideran feminista", para impedirles seguir prostituyendo a las mujeres. Uno de los mensajes de un putero así lo refleja: "De todas formas no quiero pensar que esto del bicho se ha montado con el objetivo de impedir que puedas irte de putas por causa de una trama de intereses ocultos. Pues claro que se ha montado por eso joder, o es que no se nota. ¡Qué casualidad, justo después del 8M!".
En este ranking también están "los que se sienten negados del derecho a prostituir que creen que tienen y merecen por culpa de la crisis sanitaria y del confinamiento, y proyectan esa misma culpa -y su frustración- sobre la mujer en situación de prostitución, afirmando que debe perseguirlas la policía por ser la fuente de contagio; es decir, el estigma del coronavirus para ellas", añade Arenas.



Algunos de los mensajes que se pueden leer en los foros de los puteros recopilados por Hiparquía.

Por último, destacan los puteros "solidarios", que son los que aconsejan a sus compañeros "aprovechar el momento de necesidad y presentarse en el domicilio de las mujeres llevando comida para prostituirlas y a la vez poder justificar a la policía que vienen de comprar. También abren camino a sus compañeros prostituidores ofreciéndose para aconsejarles cómo saltarse el confinamiento para prostituir tras intentarlo ellos mismos", recalca la portavoz del Colectivo Hiparquía.
Según Zúa Méndez, esta categorización en realidad viene a resumirse en una sola: la de quien no tiene sexo en igualdad. "Sabemos por los múltiples estudios que se han llevado a cabo a partir de cientos de foros y de entrevistas con ellos, y especialmente por el testimonio de las supervivientes del sistema prostitucional, que nos encontramos puteros de todas las clases sociales, de todas las etnias, de todas las edades; lo único que tienen en común es el hecho de que son hombres (el 99% de los que pagan por sexo). Es un reflejo de los hombres que existen en nuestra sociedad. Nos sorprenderíamos si supiéramos cuántos de los hombres que nos rodean han acudido o acuden al puticlub, al piso de prostitución o a la rotonda. Es imposible que esos hombres nos vean como iguales, cuando creen que pueden acceder al cuerpo de las mujeres cuando quieran porque su dinero se lo permite".
Ni traumatizados ni enfermos
Así las cosas, para Teresa Lozano "el hombre no nace putero, al putero lo hacemos". La explicación la da mencionando a la filósofa feminista Ana de Miguel, según la cual los puteros crecen con una doble verdad: "Por una parte, se les ha dicho que sus compañeras tenían los mismos derechos que ellos, mientras que por otra las mal llamadas industrias del sexo, sobre todo la pornografía, les han enseñado que las mujeres somos objetos y que pueden hacer lo que quieran con nosotras, o al menos con algunas. Claro que están enfermos, pero su enfermedad se llama machismo y se cura con educación porque no existe el gen putero".
Por ello, Méndez añade que estos foros, haya covid o no, son el lugar perfecto para comprobar para qué sirve la prostitución. "Creo que es imposible leer un foro de puteros y seguir manteniendo la postura de que la prostitución es un trabajo como cualquier otro y que los puteros no son violadores, sino respetables clientes. Es imposible seguir diciendo que son personas que se preocupan por las mujeres prostituidas y que actuarían en cuanto vieran algún síntoma de que esa mujer es víctima de trata. Lo que nos dicen estos foros es que saben que las mujeres no están ahí por gusto, sino por necesidad, y se aprovechan. No tienen problemas en estigmatizarlas, en sacar toda su misoginia, su clasismo y su racismo cuando hablan de ellas. Cuentan cómo a peores condiciones de vida de esas mujeres, mejor para ellos para extorsionarlas y obligarles a hacer prácticas de mayor riesgo y de violencia por menos dinero", añade.
Acabar con esta situación de violencia de género extremo solo pasa, según coinciden todas las expertas consultadas, por una cosa: abolir la prostitución. "Mientras haya una mujer prostituida todas somos susceptibles de serlo", dice Lozano. "Hasta que no consigamos la abolición de la prostitución todas las mujeres somos putificables. Me llaman la atención los comentarios en los que se jactan de que la crisis económica derivada de la covid-19 va a permitirles acceder al cuerpo de mujeres a los que, en circunstancias normales, no accederían. Con esto lo que queda claro es que los puteros saben perfectamente que las mujeres en prostitución lo están por necesidad económica y que eso les da exactamente igual o, peor aún, les gusta. Ven esta crisis (o cualquier otra) como una oportunidad para tener sexo con las inalcanzables o para conseguir un menú más variado. Saben perfectamente que las crisis nos afectan más a las mujeres - ya de por sí empobrecidas respecto a ellos - y esperan, cual buitres, una nueva hornada", agrega. 
Por eso también coinciden en destacar que el discurso del trabajo sexual es un discurso de puteros. "Ellos tienen claro que, de regularse la prostitución, lo van a tener todavía más fácil para acceder a nuestros cuerpos. Esto también pone de manifiesto que no exageramos cuando decimos que si legalizamos la prostitución nos podrían ofrecer un puesto como trabajadora sexual en el INEM e incluso nos podrían privar de la prestación por desempleo en el caso de no aceptarlo. Ellos están deseando que la sociedad les legitime y nos toca al conjunto de la sociedad decidir si las mujeres estamos en venta y si el Estado debe convertirse - legalmente- en un Estado proxeneta. Con una crisis sin precedentes sobre nuestras cabezas, es urgente tomar medidas que nos protejan frente a estos depredadores deseosos de convertirse en clientes", finaliza Zúa Méndez.
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Ver porno infantiliza el cerebro



 December 17, 2019
Author
Rachel Anne Barr
PhD Student, Neuroscience, Université Laval

Hasta donde alcanzan nuestros conocimientos en historia, la pornografía siempre ha existido y se ha transformado con la evolución de los medios de expresión.
En las ruinas de la ciudad romana de Pompeya, sepultada tras la erupción del Vesubio, se encontraron cientos de frescos y esculturas sexualmente explícitas.

Desde la aparición de internet, el consumo pornográfico se ha disparado hasta niveles asombrosos. Pornhub, la web de porno gratuito más grande de la red, recibió más de 33.500 millones de visitas solo en 2018.



Si bien la ciencia está dando aún sus primeros pasos en la investigación de las consecuencias neurológicas del consumo de porno, está claro que la salud mental y la actividad sexual de su amplia audiencia están experimentando efectos sumamente negativos, entre los que se pueden identificar la depresión y la disfunción eréctil.

En mi propio laboratorio nos dedicamos a estudiar las conexiones neuronales que subyacen bajo los procesos memorísticos y de aprendizaje. Las características de los vídeos pornográficos disparan la plasticidad, que es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse tras una experiencia determinada. Esta, combinada con la accesibilidad y el anonimato proporcionado por el consumo de porno online, nos convierte en sujetos extremadamente vulnerables a sus efectos hiperestimulantes.

Secuelas del consumo de porno
A largo plazo, el porno parece provocar disfunciones sexuales, especialmente en forma de incapacidad para conseguir erecciones o para alcanzar el orgasmo al mantener relaciones con otra persona. De la misma manera, el grado de satisfacción con la relación y el compromiso con la pareja también pueden verse afectados.
Con el fin de tratar de dar explicación a estos efectos, algunos científicos han establecido paralelismos entre el consumo de pornografía y el abuso de sustancias. El diseño evolutivo hace posible que el cerebro responda a la estimulación sexual liberando dopamina, un neurotransmisor asociado principalmente a la anticipación de recompensa que actúa también en la programación de recuerdos e información en el cerebro. Esto significa que cuando el cuerpo quiere, por ejemplo, comida o sexo, el cerebro recuerda lo que debe hacer para obtener el mismo placer que en ocasiones anteriores.

En lugar de dirigirse a su pareja para lograr una realización o gratificación sexual, los consumidores habituales de porno recurren a su teléfono u ordenador cuando el deseo llama a su puerta. Además, las explosiones de placer y recompensa, cuando son antinaturales, generan potentes niveles también antinaturales de habituación en el cerebro. El psiquiatra Norman Doidge lo explica así:
“La pornografía satisface cada uno de los requisitos previos para el cambio neuroplástico. Cuando los pornógrafos se jactan de que están yendo un paso más allá al introducir temáticas nuevas y más fuertes, obvian que deben hacerlo porque sus clientes están desarrollando una tolerancia al contenido habitual”.

Las escenas que se pueden ver en el porno, como ocurre con las sustancias adictivas, son desencadenantes hiperestimulantes que producen una secreción antinatural de altos niveles de dopamina, lo cual puede deteriorar el sistema de recompensa de la dopamina e inutilizarlo de cara a fuentes de placer naturales. Este es el motivo por el cual los consumidores de pornografía experimentan dificultades para excitarse en compañía de su pareja.

Más allá de disfunciones
La desensibilización de nuestro circuito de recompensa sienta las bases para el desarrollo de disfunciones sexuales, pero las repercusiones van más allá. Los estudios elaborados demuestran que las alteraciones en la transmisión de dopamina pueden facilitar la depresión y la ansiedad. Los resultados obtenidos indican que los consumidores de pornografía manifiestan más síntomas depresivos, una menor calidad de vida y una salud mental más pobre que aquellos que no ven porno.

Otro de los hallazgos concluyentes del estudio es la necesidad de un consumo cada vez mayor en los usuarios compulsivos, incluso aunque no disfruten de lo que ven. Esta desconexión entre lo que desean y lo que les gusta es una de las características distintivas de la desregulación del circuito de recompensa.
Siguiendo una línea de investigación similar, expertos del Instituto Max Planck de Berlín descubrieron que al elevar el consumo de porno en un sujeto la activación cerebral era menos intensa al exponerlo a imágenes pornográficas convencionales, lo cual explica por qué los usuarios tienden a explorar gradualmente tipos de pornografía cada vez más alejados de lo habitual.

Los datos recabados por Pornhub revelan que el sexo convencional cada vez interesa menos a los consumidores, que lo sustituyen por temáticas como el incesto o la violencia.

La perpetuación de la violencia sexual es especialmente preocupante, ya que podría influir directamente en las estadísticas de episodios violentos en la vida real. Algunos científicos atribuyen esta relación a la actividad de las neuronas espejo, cuyo nombre no podría ser más acertado: se trata de unas células cerebrales que se activan cuando el individuo lleva a cabo una acción, pero también cuando observa esa misma acción elaborada por otra persona.



Las áreas del cerebro que se activan cuando alguien ve porno son las mismas que cuando practica sexo. Marco Iacoboni, profesor de Psiquiatría en la Universidad de California en Los Ángeles, conjetura con la probabilidad de que estos sistemas posean el potencial de estimular el comportamiento violento: “El mecanismo imitador del cerebro indica que nos vemos influenciados automáticamente por todo aquello que percibimos, por lo que cabe la posibilidad de que exista un mecanismo neurobiológico que contagie la conducta violenta”.

Aunque no es más que una mera especulación, esta hipotética asociación entre el porno, las neuronas espejo y el aumento de las cifras de violencia sexual puede hacer que se enciendan todas las alarmas. Aunque el consumo elevado de porno no tiene por qué hacer que los usuarios lleguen a extremos inquietantes, todo apunta a que puede modificar el comportamiento de otras maneras.

Desarrollo moral
Se ha relacionado el consumo pornográfico con el desgaste de la corteza prefrontal, la parte del cerebro encargada de la función ejecutiva, que comprende la moralidad, la fuerza de voluntad y el control de los impulsos.

Para comprender de forma precisa el papel de la función ejecutiva en el comportamiento, es importante saber que se encuentra subdesarrollada durante la infancia, razón por la cual a los niños les cuesta tanto regular sus emociones e impulsos. El daño de la corteza prefrontal en la edad adulta, que predispone al individuo a exhibir una conducta compulsiva y a tomar malas decisiones, se denomina hipofrontalidad.
No deja de ser paradójico que el entretenimiento para adultos pueda devolver a nuestras conexiones cerebrales a una etapa temprana. Sin embargo, lo que resulta realmente irónico es que el porno se deshaga en promesas de satisfacción y gratificación sexual pero proporcione todo lo contrario.

Fuente





Ucrania: Bebés almacenados en stock por empresas sin autorización legal de tutela de menores



30/04/2020
AUTORA


Berta O. García
Docente









¿Qué pasará con los bebés que van a nacer de vientre de alquiler en Ucrania durante este periodo de confinamiento y cierre de fronteras debido al Covid-19? Esta era la pregunta que me rondaba la cabeza. Los medios se hacían eco de la situación que vivían algunas familias «atrapadas» en Kiev, pero ¿y los bebés que nacerían solos?, ¿tendría el Estado ucraniano previstas medidas de protección y tutela hacia los bebés nacidos en Ucrania por vientre de alquiler de ciudadanas ucranianas? No se sabía nada de ellos.

Lo cierto es que el Estado ucraniano se ha desentendido de esos bebés. Nos enteramos en qué situación viven por las redes sociales y la web de la empresa de vientres de alquiler Biotexcom, que sigue operativa en Ucrania a pesar del escándalo en el que se vio envuelta en 2018 por tráfico de personas, falsedad documental y evasión de impuestos, entre otros delitos.

Es la propia empresa la que muestra a esos bebés en sus cunas en un gran salón del hotel Venecia en Kiev –hotel a disposición de los clientes que contratan el paquete de alquiler de vientre VIP–, a cargo de cuidadoras en un régimen laboral cuando menos abusivo, ya que Biotexcom se jacta de tenerlas allí confinadas con los bebés por periodos de 30 días, sin poder ver a sus seres queridos más que por videoconferencia.

Así pues, el Estado ucraniano discrimina a esos bebés simplemente por el procedimiento por el que han venido al mundo, a pesar de –insisto– haber nacido en Ucrania de madres ucranianas. Una vulneración flagrante de derechos y garantías por parte del Estado de Ucrania hacia recién nacidos por encargo y contrato en su territorio, almacenados en stock por una o varias empresas que no cuentan con autorización legal de tutela, guarda y custodia de menores.



Imagen de BioTexCom de sus instalaciones. Es la principal empresa en Ucrania de alquiler de mujeres con fines reproductivos

Esta dejación de funciones por parte de Ucrania y lo que ello revela de desprotección hacia la parte más débil, el bebé, que es el objeto de contrato de la mal llamada «gestación subrogada», viene a sumarse a todo lo que venimos denunciando sobre la práctica de los vientres de alquiler. Mientras tanto, la empresa Biotexcom continúa su actividad a todo ritmo, ofreciendo incluso contratos online de vientres de alquiler.

Biotexcom sigue operativa en Ucrania a pesar del escándalo en el que se vio envuelta en 2018 por tráfico de personas, falsedad documental y evasión de impuestos,

Estos días atrás saltó a los medios el desmantelamiento de una red de tráfico de menores que operaba en Ucrania. Se detuvo a varias personas que regentaban una clínica de vientres de alquiler y se dedicaban a vender recién nacidos a ciudadanos chinos «solteros de una cierta orientación» (así aparecían descritos y entrecomillados en los medios), involucrados también en matrimonios ficticios con ucranianas. El viceministro de Interior de Ucrania Anton Gerashchenko emitió un comunicado en el que calificaba a la clínica como «supermercado para la venta de bebés», lo que me lleva ineludiblemente a preguntarme si acaso las clínicas que operan según la legalidad ucraniana no lo son también. Es curioso cómo en unos contextos se utilizan los términos «compra» y «venta» y en otros no, cuando el objeto de la transacción comercial –sea ésta legal o no– es siempre un bebé y es siempre a cambio de dinero.

Lo más sorprendente es que Gerashchenko añadió que el alquiler de vientres no está regulado en Ucrania, aunque tampoco prohibido por ley, y afirmó que Ucrania no debería ser «un campo de juego semilegal para la trata de bebés». Ojalá esta reflexión lleve a buen puerto y Ucrania prohíba de una vez por todas la explotación reproductiva de sus mujeres y la compraventa de recién nacidos. No obstante, hay una tarea pendiente y urgente aún a resolver por parte del Estado: la protección y tutela inmediata de esos bebés que siguen en manos de las empresas que se dedican a venderlos.

Fuente


Nota: imágenes y negritas están en la nota original






Fui gestante subrogada altruista y ahora estoy en contra de TODA subrogación



04/02/2020
AUTORA
Redacción Tribuna
La revista de información que te cuenta lo que otros no creen importante
Escrito por NMN
Traducido por Berta O. García @Omnia_Somnia

Fui gestante altruista para una amiga y un amigo que eran pareja; gesté y di a luz a gemelos. Fue una experiencia increíblemente traumática y tuve que recibir tratamiento por el trastorno de estrés postraumático (TEPT) que me provocó. Nunca hablo con nadie sobre mi experiencia, ya que todavía la encuentro completamente devastadora.
Únicamente oímos hablar de experiencias positivas en los medios, impulsadas por las organizaciones que promueven la subrogación. Es importante que la gente sepa también que la subrogación puede salir muy mal, así como el impacto que deja para toda la vida en las mujeres que ofrecen sus cuerpos para que otros los usen.
Me convertí en gestante para una pareja de amigos. Creía ingenuamente que, dado que los partos de mis propios hijos habían ido bien, sería igual de fácil en un embarazo subrogado. Pensé que había investigado mucho y hablé con otras gestantes sustitutas antes de embarcarme en ello.

Únicamente oímos hablar de experiencias positivas en los medios, impulsadas por las organizaciones que promueven la subrogación.

Sin embargo, acepté hacerlo antes de saber lo suficiente sobre los procedimientos médicos extremadamente intrusivos y dañinos a los que tendría que someterme. Creía ingenuamente que simplemente me serían implantados los embriones atendiendo a mi propio ciclo menstrual. No sabía que mi ciclo natural tendría que detenerse químicamente, ni la cantidad de hormonas dañinas y sintéticas que tendría que tomar para crear un ciclo artificial que estuviera coordinado con el de la donante de óvulos.
Una vez que descubrí la cantidad de hormonas que tendría que tomar, sentí que no podía dar marcha atrás sin destrozar a mis amigos. Seguí adelante muy a pesar mío y de las advertencias de mi propio instinto, porque no quería que se ofendieran ni que se disgustaran.
Con el fin de aumentar las posibilidades de éxito, también me convencieron de que me dejara implantar dos embriones. Ahora sé que yo no tenía pleno conocimiento de que gestar y dar a luz gemelos suponía mayores riesgos para mí.
Echando la vista atrás, veo que sacrifiqué mi propia salud y seguridad para dar prioridad a los deseos de los padres intencionales. Me doy cuenta también de que, cuando tomé aquellas decisiones, mi estado psicológico revela que sufría complejo de mártir y que era demasiado abnegada. Pasé completamente por alto mis prioridades personales. Todo era debido a mi falta de autoestima y de asertividad, y porque sólo me valoraba a mí misma por lo útil que era para los demás. Tenía un sentido hipertrofiado de la «entrega».




Con el fin de aumentar las posibilidades de éxito, también me convencieron de que me dejara implantar dos embriones. Ahora sé que yo no tenía pleno conocimiento de que gestar y dar a luz gemelos suponía mayores riesgos para mí.


Esto es algo muy común en las mujeres, ya que la socialización femenina fomenta y entrena a las mujeres y a las niñas a colocarse en segunda posición, a dar prioridad a los demás y a ser «amables». Esta socialización y psicología femeninas deben ser objeto de investigación y estudio y ser tenidas muy en cuenta en el contexto de las gestantes altruistas.

A lo largo del embarazo, experimenté celos y enfados repentinos por parte de la madre intencional, molesta porque yo podía quedar embarazada tan fácilmente. Ambos, tanto ella como él, me presionaban sobre cómo y dónde tenía que dar a luz. Tenía que ser muy asertiva para dejar claro que se trataba de mi cuerpo y que el proceso fisiológico del parto funciona mejor cuando la madre se siente completamente segura y da a luz de la manera en que se siente más cómoda. Tuve que dejar muy claro que esas decisiones me concernían sólo a mí.
Sentí que se creían –hasta cierto punto– «dueños» de mi útero y de mí, y que «merecían» dirigir el parto porque veían a los bebés como «suyos».
El parto resultó ser traumático en extremo, con uno de los bebés ingresado en la unidad de cuidados intensivos neonatales y yo con desgarro perineal de segundo grado.

A partir de ahí, comenzó una horrible pesadilla que duró dos años, ya que las matronas se movieron rápidamente para culparme a mí y acusarme falsamente de haberles impedido ayudar en el parto. Esta culpabilización es una experiencia ya familiar entre las mujeres que sufren partos traumáticos; vivimos en una cultura en la que ya sabemos que la sanidad pública hará todo lo posible para evitar la responsabilidad en las demandas por negligencia médica. Hubo cuatro investigaciones distintas por parte del colegio oficial independiente de matronas que concluyó que todas las matronas que intervinieron en el parto fueron culpables de no intervenir en un caso de emergencia y de no controlar la salud fetal durante el parto. El trauma del parto se agravó posteriormente por el trauma de ser culpabilizada y de tener que soportar durante dos años un montón de investigaciones que finalmente me exoneraron de culpa. En lugar de seguir adelante con mi vida después de la subrogación, tuve que revivir el trauma una y otra vez durante todo el tiempo que duraron las investigaciones.

Tras el parto, la madre y el padre intencionales me abandonaron más o menos por completo, dejaron que me las arreglara por mi cuenta para hacer frente a las mentiras de las matronas y la revictimización de la que fui objeto. No me apoyaron ni me defendieron y me quedé sola para sobrellevar las diversas investigaciones.
Me dolió muchísimo que no me invitaran al bautizo de los gemelos. Me utilizaron por mi útero y luego me desecharon cuando ya no me necesitaban. Fue la experiencia más degradante y horrible. Mi salud mental colapsó y, dos años después de aquel parto traumático, me diagnosticaron trastorno de estrés postraumático (TEPT), por lo que tuve que ponerme en tratamiento.
Nunca le cuento a nadie lo que pasó, ni siquiera a mis parientes más cercanos, no quiero revivirlo. Sólo me decidí a hacerlo a raíz de la Law Commissioners’ consultation. [1]

Me quedaron secuelas del parto, incontinencia y diástasis de rectos (separación de los músculos abdominales) que me provocan problemas a diario. No sé cuáles serán los efectos para mi salud a largo plazo de las grandes cantidades de hormonas sintéticas que tuve que tomar, ni el posible aumento del riesgo de cáncer de mama, ya que no amamanté a los bebés.
Ahora estoy absolutamente en contra de TODAS las subrogaciones, tanto de las comerciales (que en mi opinión son completamente inmorales) como de las no remuneradas o altruistas. El riesgo de abuso es demasiado grande. No se debe alentar a las mujeres a poner en peligro su salud y seguridad emocional y física por la «necesidad» de otras personas de tener bebés. Las mujeres importan. No se debe alentar a las mujeres a ponerse en segundo lugar ni a arriesgar nuestras vidas por otras personas.
Recomiendo ilegalizar TODAS las subrogaciones como lo han hecho otros países. La ley no debe modificarse para facilitar la explotación de las mujeres, tanto de las mujeres que son vulnerables por su pobreza como de las que simplemente tienen buenas intenciones y están mal informadas como yo.

También pienso a menudo en la pobre y joven estudiante de Europa del Este que tuvo que soportar la extracción de óvulos –y sus consecuencias para toda la vida– para pagar sus estudios. Hay muy poco de «ético» en la subrogación.

Comparte tu historia
Creemos que hay muchas mujeres que sufren en silencio una experiencia infeliz, dañina o traumática después de «donar» sus óvulos o de haber sido «gestante sustituta» en beneficio de otras personas. Si desea compartir su historia de forma anónima, nos encantaría saber de usted. https://nordicmodelnow.org/share-your-surrogacy-or-eggsploitation-story/

[1] En Gran Bretaña, período de consulta abierto del 6 de junio al 11 de octubre de 2019 con el fin de reformar la actual ley de subrogación.

Artículo publicado en https://nordicmodelnow.org/2020/01/29/i-was-an-altruistic-surrogate-and-am-now-against-all-surrogacy/


Fuente:

Nota: las negritas están en el original



Vientres de alquiler: Mercado negro para bebés «sobrantes»



mayo 4, 2020
Por Teresa Domínguez








¿Puede sorprendernos algo más en cuestión de violación de derechos humanos de las mujeres en La India? Rita Banerji llamó mi atención hace unos días sobre un hecho muy preocupante, que la llenaba de estupor y repugnancia: el mercado negro para bebés «sobrantes» por fecundación in vitro y vientres de alquiler de parejas blancas. Una realidad que se vislumbraba en algunos casos, pero que ha tomado cuerpo de manera prominente y floreciente, en el mercado negro de un país que se supone ha puesto límites al negocio de la maternidad subrogada, precisamente por los abusos a los que se someten tanto a las mujeres como a los bebés.

Para aumentar las posibilidades de concepción y garantizar a los clientes el producto en los nueve meses, las clínicas de subrogación indias pueden jugar a dos bandas para asegurar sus ganancias través de la transferencia simultánea de embriones en dos madres gestantes para los mismos clientes y estos pagan a unas u otras en función de los «resultados» y/o pueden implantar cinco o seis embriones a la misma mujer. Mujeres que en el 90% de los casos ni siquiera saben leer ni escribir, ni se les proporciona el contrato al que son sometidas. Una vez embarazadas, se supone que se las somete a abortos selectivos, para llevar a término uno o dos embriones, en función de lo acordado con los clientes. (Esto en sí mismo ya es de por sí, bastante poco ético y muy peligroso para ellas).
Sin embargo, ahora parece que todo se recicla y sería una lástima no poder sacar beneficio de tan lucrativo negocio. Los embriones «extras» fertilizados y/o implantados no se descartan necesariamente. Y dado que la mayoría de los clientes de la India son personas occidentales blancas, las clínicas reconocen que tienen un excedente de gametos: óvulos «blancos», esperma y embriones que pueden venderse como material suelto o convertirse ya en bebés blancos en vientres «subrogados» y luego venderse a parejas sin que lo sepan (o sí) ni los propietarios del material genético, ni por supuesto los clientes.
Recientemente una pareja de Australia contrató un vientre de alquiler en India e hizo pruebas de ADN al bebé que creían «suyo». Las pruebas mostraron que no tenían relación genética alguna con el recién nacido. ¿Entonces de quien era el bebé?.


La clínica dijo que no podían darles esa información, no podían decirles de quién era. Claramente porque el propietario del material genético ya había recibido «su bebé». Y no es el único caso. El año pasado, una pareja India acudió al Tribunal Superior de Justicia de Bombay alegando que creían que el bebé que la clínica les entregó no era suyo y exigieron una prueba de ADN.

Según cuenta Rita Banerji, el Gran Poder Judicial de la India «siempre a la vanguardia» de los sistemas que violan y abusan de los derechos humanos y civiles, informó a la pareja que no permitirían una prueba de ADN a menos que «acordaran una declaración jurada para quedarse con el menor incluso si la prueba fuera negativa«. Y nos preguntamos cuántas personas que han ido a La India a contratar un vientre de alquiler, les han hecho la prueba de ADN a los bebés que compraron, para establecer que eran «suyos» genéticamente. 



Se preguntaba la escritora e investigadora si las clínicas en ese país tienen bebés de piel marrón y otros de piel blanca, de repuesto, para entregar a los compradores, para completar el lucrativo acuerdo financiero. Y se preguntaba, además, si los occidentales blancos que van la India a buscar úteros de alquiler BARATOS, alguna vez pensaron que sus gametos, o sus embriones adicionales, los «restos», los que se supone destruyen o hacen abortar selectivamente a «sus gestantes», a sus órdenes, poniendo en peligro la vida de las madres. Ellos.. sí, ¿Pensaron alguna vez que sus «genes» podrían estar creciendo en otros vientres de alquiler y ser vendidos a otros postores, usando mujeres más pobres, úteros de segunda y comerciados en el mercado negro?



Teresa Domínguez
“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”

Fuente

Nota: las imágenes y negritas están en el original