sábado, 26 de noviembre de 2016

Apuntes para discutir el abolicionismo: La relación entre capitalismo, patriarcado y prostitución.



Apuntes para discutir el abolicionismo: La relación entre capitalismo, patriarcado y prostitución.
Por rcnacional -

20 noviembre, 2016

El debate sobre la prostitución está abierto, y no sólo entre las filas del feminismo sino que atraviesa la sociedad en su conjunto. Una fuerte campaña nacional e internacional para considerar la prostitución como trabajo, cruza la realidad social en la que vivimos, los lobbies en favor de la reglamentación son cada vez más fuertes. Proponemos, a través de una serie de artículos, pensar la teoría abolicionista a la luz de los argumentos del reglamentarismo, intentando desmenuzar sus implicancias sociales y políticas.

Por Silvina Perugino, Abogada, Especialista en Género y Comunicación (En etapa de Tesis) e integrante de la Secretaria de Género- Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP

En el artículo anterior, propusimos un breve recorrido por las tres posiciones fundamentales a la hora de discutir la prostitución, y nos centramos en generar un paralelismo entre ésta y la esclavitud, a propósito que el concepto de libertad individual, que se usaba en épocas de esclavitud para justificarla, es el mismo que se usa en la actualidad para fundamentar la reglamentación de la prostitución. Por último, planteamos una línea de reflexión que nos llevó a confrontar la idea de libertad desde la concepción liberal. En este sentido proponemos ahora analizar la relación entre patriarcado y capitalismo y la institución o “contrato” de prostitución desde estas perspectivas.


La idea de un sistema de ordenamiento social/sexual que asigne una jerarquización a las personas en razón de su género y/o sexo, sin dudas se sintetiza en el concepto de patriarcado. El mismo no es nuevo para las ciencias sociales, Max Weber desarrolla en su texto “Economía y sociedad”, la idea de “autoridad patriarcal” en cuanto orden doméstico y social, referido a la preponderancia del varón en esos ámbitos; y Federico Engels lo desarrolla en su texto “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”, ligando indefectiblemente, las tres instituciones sociales. El estado como una herramienta de dominación de clase, en pos, claro, de la clase que deberá poner especial hincapié en proteger su propiedad privada. Un estado que se irá perfeccionando junto al modo de producción teniendo como uno de sus momentos culmines la Revolución Industrial, y el surgimiento de los Estados modernos.
Engels deja sentadas las bases de esa relación intrínseca entre patriarcado -cuya unidad social por excelencia es la familia-, la acumulación de la riqueza -propiedad privada –, y el estado como garante de esas premisas sociales. Sin embargo no profundiza sobre el concepto de patriarcado; la cuestión de género/sexo si bien está presente, no es desarrollada como sí lo es la cuestión de la clase. 

Fue un trabajo ya sí, de las teóricas feministas, desarrollar la íntima relación entre patriarcado y capitalismo, en cuanto dos sistemas que se complementan y se necesitan para permanecer.
La base social, conformada en la familia (monogámica y heteronormativa), da origen en primer lugar a la existencia del binomio público-privado, esa separación de las esferas que en momentos de la vida del ser humano en tribus, no existía. Se produce así, la primer separación, y con ella la asignación de cada uno de los espacios, a cada uno de los sexos/géneros (reconocidos socialmente). Esa división asigna al varón la vida pública, y a la mujer la vida privada, esta es la sujeción inaugural, que nos deja –a las mujeres y al resto de los géneros- por fuera de toda construcción pública, social y por lo tanto política. El espacio público ocupado por las mujeres, lo será, sí y sólo sí se transita en pos del goce sexual masculino, y nunca desde la posibilidad de construcción social y política.

A partir de allí, la construcción del estado, va a ser desde la mirada masculina, en palabras de Katherine McKinnon, “El estado ve y trata a las mujeres como los hombres ven y tratan a las mujeres”, “El estado es masculino en términos feministas”, el hacedor del estado es el varón, no en sentido individual, sino como sujeto social y político. El sistema patriarcal, como sistema -como estructura- asigna al varón la conformación del estado, y el varón asigna al estado características que se asignará asimismo, como la objetividad, la justicia y la imparcialidad. Esta construcción estatal, sienta sus bases sobre la sujeción primera, la sujeción del género, a través del sistema patriarcal. Sobre estas bases se desarrollarán los sistemas económicos y políticos, de dominación: el capitalismo y el liberalismo.
Desde su nacimiento el capitalismo, necesitó ese primer sistema de sujeción del género, sin él, posiblemente su desarrollo no hubiera sido posible.


Esa sujeción primaria de la mujer, esa, en palabras de Engels “la derrota histórica del sexo femenino”, fue una derrota socio-política, que se desplegó principalmente en el terreno sexual. Desde allí, tuvo su punto de partida material. Dentro de la sujeción inaugural, la apropiación de los cuerpos de las mujeres desde la esfera sexual fue, sin dudas, la fundamental; Carole Pateman define esta sujeción como “la ley de libre acceso de los varones a los cuerpos de las mujeres”. Esa sujeción, planteó la necesidad de confinamiento de las mujeres al espacio privado, y a la reproducción, esa reproducción fuertemente ligada al “uso” sexual del cuerpo y la creación de la ficción jurídica de la “paternidad” terminó de delinear los aspectos legales de esa dominación, el contrato matrimonial, -el único contrato donde se le reconoce capacidad jurídica a las mujeres para contratar- es el que cristaliza la sujeción. Ese contrato matrimonial va a sentar las bases de las familias: la monogamia y la heterosexualidad, convertidas en las leyes sociales de ordenamiento familiar por excelencia. Este tipo de familia es indispensable para el desarrollo del capitalismo, un tipo de familia reproductora de la fuerza de trabajo del trabajador “jefe de familia” y de la “prole” los niños y niñas futuros proletarios o futuras reproductoras de la fuerzas de trabajo. Juliet Michell, teórica feminista marxista pondrá especial hincapié en este aspecto.

La incorporación de las mujeres en el terreno laboral no varió su rol en la estructura familiar, es más: la misma incorporación fue en términos de consolidar la división subjetiva social del sistema sexo/genero, en cuanto a la forma que la mujer entra en el terrero del trabajo asalariado, este concepto lo desarrolla Heidi Hartmann.

Esta familia, unidad indispensable para el capitalismo, como dijimos es necesariamente heteronormativa y monogámica, hecha para la procreación, no para el placer sexual. Sin embargo, la anulación de la sexualidad como espacio de placer lo fue, sólo para la mujer, que en el sistema capitalista-patriarcal (patriarco-capitalista) tenía un rol específico, el rol podríamos decir “primario” como lo es el cuidado de su familia y la reproducción de la fuerza de trabajo. Para el varón, el placer sexual no fue vedado, el varón, al dar formas a las leyes sociales y leyes del estado dejó en claro su lugar de goce, su derecho al goce, su derecho al uso del cuerpo de la mujer para el goce. Esto a pesar de ser una definición política, se fundamentó en cuestiones biologisistas y psicológicas, como lo incontenible de su instinto sexual. En este sentido, fueron creadas instituciones que garantizarían el goce de ese derecho, una de esas es sin duda, la prostitución. Aquí a las mujeres se les asigna también un rol, para nada secundario, con respecto al rol de madre y esposa, el rol de ser objeto de goce para el varón. Aquí la mujer sí puede ocupar el espacio público. Pateman habla de contrato de prostitución, este contrato al decir de la autora es complementario al contrato de matrimonio, ambos son necesarios en este sistema patriarco-capitalista. El contrato de matrimonio para la reproducción de la fuerza de trabajo, el de prostitución como garantía del ejercicio por parte del varón de su derecho al goce y para el despliegue del sistema de dominación sexo/género. La prostitución para garantizar ese lugar de poder y sometimiento que el varón debe ejercer en un sistema patriarcal. Es así como las leyes de la monogamia, se aplican sólo a las mujeres, la prostitución viene a dar la posibilidad al varón de alejarse de dicha norma.

Por otro lado se refuerzan los estereotipos femeninos, madre y puta las dos caras de la misma moneda: las dos caras de la mujer vista desde la óptica patriarcal – capitalista. La madre como reproductora de la fuerza de trabajo, a partir no sólo de la procreación sino de su propio trabajo invisibilizado y no remunerado en el hogar. La puta como objeto de goce. Nos preguntamos entonces: ¿Cómo llegar a la conclusión que una mujer se libera del patriarcado al ser explotada sexualmente?

La ideología liberal ha hecho su entrada al feminismo de la mano de equiparar la liberación en términos sexuales a la prostitución. ¿Cómo el contrato de prostitución existente desde la primera sujeción de la mujer, puede significar liberación, sin poner en cuestionamiento las bases mismas del patriarcado y del capitalismo? ¿Cómo puede un lugar de objeto de goce, significar liberación, si fue el sitio “público” por excelencia dado a la mujer? Parte del planteo reglamentarista va encaminado a cuestionar por qué presuponer que una persona en situación de prostitución no puede sentir placer en prostituirse; es que la mirada patriacal prostituyente no concibe que una mujer pueda sentirse humillada al ser objetivizada por la mirada masculina. Para el patriarcado la prostitución es parte del destino de los cuerpos femeninos o feminizados, al decir de Rita Segato.



Las bases mismas estatales, las bases mismas de las sociedades han sido generadas bajo el patriarcado, creador de estigmas en las mujeres que no desaparecen aún en mujeres que entran al mundo laboral, quienes ganan menos a igual tarea, quienes nunca acceden a puestos dirigenciales.

El capitalismo, también propone a las economías en crisis o del tercer mundo incluir las “ganancias producidas” por la prostitución como parte del producto bruto interno, a fin de subir la escala económica, este tema es desarrollado por la feminista española Lidia Falcón.
El feminismo, debe poner este dato sobre la mesa y ponerlo en cuestión, el sistema económico capitalista, basado en la explotación del ser humano, cristaliza la mercantilización de los cuerpos femeninos/feminizados.

Lejos de profesar una falsa moral, nos preguntamos ¿Cómo, el privilegio más antiguo del varón sobre el cuerpos femeninos y feminizados puede significar liberación para estos? ¿Cómo puede ser liberador ese cuerpo puesto al servicio del goce de otro, profanado una y otra vez, a cambio de dinero? ¿Cómo puede ser liberador afirmar y reafirmarnos en un lugar impuesto por excelencia para las mujeres sin buscar interpelarlo y ponerlo en tensión como debería hacer el feminismo, en cuanto teoría liberadora y revolucionaria?

Fuente:
http://radiocadenanacional.com.ar/2016/11/20/apuntes-para-discutir-el-abolicionismo-la-relacion-entre-capitalismo-patriarcado-y-prostitucion/



El triunfo de los pornógrafos



El triunfo de los pornógrafos

“Dedicado especialmente a las personas de izquierda”

JULIO 2016 POR LIERRE KEITH, TRADUCCIÓN DE ANA G. AGUILAR


 LOS ANGELES, CA – ENERO 16: Hugh Hefner (C) posa con las conejitas  Playboy (Foto de Rachel Murray/Getty Images para Playboy)


El triunfo de los pornógrafos es una victoria del poder sobre la justicia, de la crueldad sobre la empatía, de los beneficios sobre los derechos humanos.

Podría hacer declaraciones contra Walmart o McDonalds y los progresistas estarían ansiosamente de acuerdo. Todos entendemos que Walmart destroza las economías locales, y que ha provocado un empobrecimiento implacable de las comunidades a lo largo de los EEUU, ya casi completado. Y que esto, también depende de las condiciones de semi esclavitud de los trabajadores en China para producir las montañas de basura barata que vende Walmart, y, finalmente, del crecimiento sin fin del modelo capitalista que está destruyendo el mundo.

Nadie en la izquierda afirmaría que la basura barata que produce es sinónimo de igualdad o libertad. Nadie defiende a Walmart diciendo que los trabajadores chinos o americanos, quieren trabajar allí. Los izquierdistas entienden que la gente hace lo que tiene que hacer por una cuestión de supervivencia, que cualquier trabajo es mejor que ningún trabajo, y que el salario mínimo y la ausencia de beneficios son causa de revolución, no hacen una defensa de dichas condiciones.

Lo mismo con McDonalds. Nadie defiende lo que McDonalds hace a los animales, a la tierra, a los trabajadores, a la salud humana, y a nuestras comunidades, señalando que la gente delante de la grasa hirviendo consiente en sudar todo el día, o que los granjeros de cerdos firman “voluntariamente” contratos que casi no les da para vivir. El asunto no está en el consentimiento, sino en el impacto social de la injusticia y en la jerarquía, en cómo las corporaciones son, esencialmente, armas de destrucción masiva. Enfocarse en el momento de la elección individual no nos llevará a ningún lado.

El problema son las condiciones materiales que hacen que llevar a una persona a quedarse ciega en una factoría de micro chips en Taiwán, sea la mejor opción para algunas personas.“Esas personas son seres vivos”, reivindican los izquierdistas apelando a los derechos humanos como argumento base y como estrella guía: nosotros sabemos que las mujeres taiwanesas no son diferentes de nosotros en ningún aspecto realmente importante, y si cegarse por unos céntimos sin descanso ni para ir al baño fuera nuestra mejor opción, estaríamos ante una difícil situación.

¿Y las mujeres soportando dos penes empujando en su ano? No es ninguna exageración, ni “ponerse en lo peor”, algo de lo que son acusadas muchas feministas. El “doble-anal es de lo más normal en el “gonzo”, el porno hecho realidad gracias a Internet, el porno que no necesita un argumento, el porno que, arrolladoramente, prefiere la mayoría de hombres. Esa mujer, justo como la mujer que ensambla computadoras, sufrirá daños físicos permanentes con una alta probabilidad. De hecho, la media de lo que aguantan las mujeres en el porno gonzo son tres meses, antes de que su cuerpo diga “hasta aquí”. Así de castigadores son los actos sexuales requeridos. Cualquiera con conciencia, en lugar de una erección, puede entenderlo con sólo verlo. Si pasas unos minutos viéndolo –no masturbándote con él, sino viéndolo de verdad – podrías estar de acuerdo con el profesor Robert Jensen en que “la pornografía es lo más parecido al fin del mundo”:

“Con eso no me refiero a que la pornografía vaya a traernos el fin del mundo, no tengo visiones apocalípticas. Ni quiero decir que de todos los problemas sociales con los que lidiamos la pornografía sea el más amenazante. En su lugar, lo que quiero sugerir es que si tenemos el coraje de mirar honestamente a la pornografía actual, captaremos un guiño – de una forma muy poderosa y visceral – de las consecuencias de los sistemas opresores en los que vivimos. La pornografía es a lo que se parecerá el fin si no revertimos el curso patológico por el que vamos en esta sociedad patriarcal, de supremacía blanca, y de corporaciones depredadoras y capitalistas.

Imagina un mundo en el que la empatía, la compasión y la solidaridad – las cosas que hacen posible una sociedad humana decente – están final y completamente aplastadas por una sociedad individualista, y emocionalmente separada por la búsqueda del placer inmediato. Imagina esos valores acabados en una sociedad estructurada por múltiples jerarquías en las cuales las dinámicas de dominación/subordinación dan forma a las relaciones y a nuestra interacción…

Cada año mi sensación de desesperación se acentúa al ver el camino por el que la pornografía y nuestra cultura pornográfica nos lleva. Esa desesperación está enraizada, no en el hecho de que un montón de gente pueda ser cruel, o en que un número de ellos, aún a sabiendas obtengan placer de esa crueldad – los humanos siempre han tenido que lidiar con ese aspecto de nuestra psicología-, sino en ¿qué pasa cuando la gente ya no puede ver la crueldad, cuando el placer en la crueldad ha sido tan normalizado que ha quedado invisibilizado para muchos? ¿Y qué pasa cuando para una parte considerable de la población masculina de nuestra sociedad esa crueldad se vuelve una parte rutinaria de la sexualidad, definiendo las partes más íntimas de nuestras vidas?”

Lo que todos los izquierdistas necesitan hacer es atar cabos de la misma manera que hacen con cada una de las demás formas de opresión. Las condiciones materiales que los hombres crean como clase (la palabra es patriarcado) se traducen en que en EEUU la violencia machista es el delito violento más comúnmente cometido: hombres maltratando mujeres. Los hombres violan a una de cada 3 mujeres, y abusan sexualmente a una de cada 4 niñas antes de los 14 años. El número uno de perpretadores de abusos sexuales a niños se llama“Papá”.

Andrea Dworkin, una de las mujeres más valientes de todos los tiempos, entendió que esto era sistemático, no personal. Ella vio que las violaciones, el maltrato, el incesto, la prostitución y la explotación reproductiva trabajan todas juntas para crear una barricada de “terrorismo sexual”en el que todas las mujeres son forzadas a vivir. Nuestro trabajo como feministas que forman parte de una cultura de resistencia, no es aprender a erotizar esos actos; nuestra tarea es tirar ese muro abajo.

De hecho, los hombres de la derecha y la izquierda se alían para hacer un cómodo mundo para sí mismos que sepulta a las mujeres bajo condiciones de subordinación y violencia. Criticar la supremacía masculina trae acusaciones de censura, conservadurismo, puritanismo, y de ser aguafiestas, pero si eres capaz de ponerte en el lugar de las mujeres, verás que la derecha y la izquierda se alían para crear la misma hegemonía sin fisuras.

Gail Dines escribe, “Cuando critico a McDonalds, nadie me llama anti-comida.” La gente entiende que lo que esta siendo criticado es una serie de relaciones sociales injustas – con componentes ideológicos económicos y políticos – que crean más de lo mismo. McDonalds no produce comida normal. Manufactura industrialmente un producto para obtener beneficios capitalistas. No hay diferencia con los pornógrafos. Los pornógrafos han construido una industria de $100 billones anuales, vendiendo, no sólo sexo como una mercancía, que sería ya lo suficientemente horrible para nuestra humanidad colectiva, sino crueldad sexual. Ese es el corazón profundo del patriarcado, el lugar que los izquierdistas temen tocar: la supremacía masculina coge actos de opresión y los convierte en sexo. ¿Acaso puede haber un premio más poderoso que el orgasmo?

Y como se siente tan visceralmente, tales prácticas son defendidas (en el extraño caso de que una feminista sea capaz de exigir una defensa) como “natural.” Incluso cuando es envuelto con racismo, muchos en la izquierda se niegan a ver opresión en la pornografía. “Putitas latinas”, o “Trafica a mi adolescente negra” no les provoca indignación alguna, excepto placer sexual al consumir dicho material. Una sexualidad basada en la erotización de la deshumanización, en la dominación, en la jerarquía, atrae otras jerarquías y encuentra riqueza en la explotación del racismo. Lo que nunca hará, es construir una sociedad igualitaria de cuidados y respeto, el mundo que los izquierdistas dicen perseguir.

A escala global, el cuerpo desnudo de las mujeres – demasiado joven y demasiado delgado como para soportarlo – está en venta en todos lados, definiendo la edad y la imagen correcta de las mismas, y como una realidad brutal: las mujeres y las niñas son ahora el producto número uno en ventas en el mercado negro global. De hecho, hay países cuyos presupuestos se sustentan completamente en la venta de mujeres. ¿Es la esclavitud un entretenimiento sexual o un abuso de los derechos humanos? ¿De qué sirve un movimiento de cambio social que no es capaz de ver eso?

Necesitamos exponer nuestras reivindicaciones como personas que apuestan por la libertad, no la libertad de abusar, explotar y deshumanizar, sino la libertad de no ser degradadas en una cultura que celebra la violación.

Esta es la bancarrota moral de una cultura construida sobre la violación y sus subyacentes privilegios. Una ligera variante del Romanticismo, sustituyendo la emoción por el deseo sexual inmediato y un “estado natural”de privilegios. Su versión sexual es una herencia directa del “movimiento bohemio”, quienes comenzaron a exhibir en público representaciones de“transgresoras y desmesuradas atrocidades sexuales”. Gran parte de esta filosofía, inspirada en el ejemplo del Marqués de Sade, torturador de mujeres y niños. Aún así, fue tildado de ser la base e inspiración de escritores como “Baudelaire, Flaubert, Swinburne, Lautréamont, Dostoevski, Cocteau, y Apollinaire” así como de Camus y Barthes. Camus escribió, “Hace dos siglos… Sade exaltó las sociedades totalitarias en nombre del la libertad desenfrenada. Sade también presentó una teoría cercana a la Voluntad de poder de Nietzsche. En última instancia, su ética defiende“las raíces eróticas del fascismo”.

Una vez más, es hora de elegir. Las advertencias están ahí y es hora de escucharlas. Los estudiantes universitarios de hoy tienen un 40% menos de empatía que los de hace veinte años. Si la izquierda quiere articular una verdadera resistencia, una resistencia contra el poder, que rompe huesos y corazones, ríos y especies, tendrá que escuchar – y conocer finalmente – esta valiente frase de la poetisa Adrienne Rich: “Sin ternura, estamos condenados.”

Este ensayo ha sido extraído del capítulo 4 “Cultura de resistencia” , Deep Green Resistance (La profunda resistencia verde) de Lierre Keith.

 Fuente:
https://plataformaantipatriarcado.wordpress.com/2016/08/07/el-triunfo-de-los-pornografos/ 
Nota: la fotografía es del original


Plataforma Anti Patriarcado. Comunicado



Plataforma Anti Patriarcado
COMUNICADO SOBRE NUESTRA POSTURA EN MATERIA DE PROSTITUCIÓN
Publicado el 1 junio, 2016 por ADMINISTRADORES

Comunicado a les seguidores de Plataforma Anti Patriarcado y personas interesadas en entender un poco más el mundo de la prostitución y el abolicionismo.

“Cuando se habla sobre prostitución es imprescindible hablar –si se quiere entender este fenómeno social en toda su magnitud- de patriarcado, de neoliberalismo, de igualdad de género, de pobreza –y más concretamente de feminización de la pobreza-, de trata y el tráfico sexual de mujeres y niñas/os, de relaciones de poder entre los géneros, de migraciones en un mundo global, de construcción de las sexualidades y de identidades –sobre todo la masculina-, de demanda masculina, de creencias y mitos sociales respecto a las sexualidad masculina y femenina, de neurosexismo, de la cosificación de la mujer, y un largo etc. Así que desde esta plataforma les rogamos que SE ABSTENGAN de hacer afirmaciones tales como: “Si ellas quieren, ¡qué problema hay!” o “Lo que necesitan son derechos y el abolicionismo las persigue”.

¡Mentira, mentira, mentira, mentira y otra vez MENTIRA!




ninguna-mujer-nace-puta

¿Qué pretende el abolicionismo? El abolicionismo cree que un mundo sin prostitución es posible, es decir, un mundo donde la prostitución sea un fenómeno residual y no tan normalizado como lo es hoy en día.
El abolicionismo se centra no sólo en lo micro (relación prostituta con putero), sino TAMBIÉN en lo macro (estructuras de poder, patriarcado y capitalismo neoliberal). La parte macro es la que la mayor parte de la gente que habla sobre prostitución OLVIDA, pero es crucial para entender este fenómeno y poder combatirlo. Además mucha gente también se olvida de analizar la genealogía de la prostitución. Cuando se analiza ésta, nos damos cuenta que la prostitución siempre ha sido consecuencia de una doble moral sexual imperante siglo tras siglo, donde los hombres podían no llegar vírgenes al matrimonio o ser adúlteros, pero las mujeres no. Nuestra sexualidad siempre ha estado controlada a lo largo de la historia desde el nacimiento de las sociedades patriarcales. ¡Siempre!. El patriarcado nos quiere putas, y al patriarcado le da igual que cobremos o no por ello, por lo tanto hablar de prostitución libre como una forma de transgresión es un absurdo. Es más, la prostitución ha estado regulada toda la historia desde que apareciera. TODA LA HISTORIA, y ¿qué hemos conseguido? NADA. Y saben, ¿por qué? Porque NO HEMOS ROTO CON ESTA DOBLE MORAL, porque seguimos dejando a los hombres ejercer SU PRIVILEGIO.

La prostitución se entiende muchas veces como una serie de elecciones personales o individuales. Esto es un error ya que una institución cumple una función social, no individual. En las últimas décadas la sociedad española ha entendido que la violencia de género es un problema estructural, no individual. Al principio se consideraba un problema de pareja en el que no nos debíamos meter, sin embargo en la actualidad la percepción social ya no es la misma, ahora entendemos que es un problema social que debemos erradicar. Entonces, ¿por qué es tan difícil comprender que la prostitución es un problema social y que requiere soluciones serias por parte de los Estados? Repito, no son decisiones individuales y reducir este problema social al consentimiento es no querer ahondar en las desigualdades de género.

La existencia de la prostitución poco tiene que ver con que haya un número bastante reducido de mujeres que quieran prostituirse (si no lo tienen claro, volver a leer la introducción), esto es justamente lo que el patriarcado en su fase neoliberal quiere que pienses. JUSTO EXACTAMENTE ESO. Y la gente se lo cree, y ¿saben por qué?, pues porque así podemos vivir más tranquilas/os pensando que el único problema es la trata sexual y no la prostitución. Y es que si nos diéramos verdaderamente cuenta de que es la prostitución, y no la trata sexual, el problema, nos sentiríamos tremendamente abrumadas/os. Sentimos decirles que el problema es la normalización de la prostitución, no solo la trata sexual de mujeres y niñas/os.

¡Piensen, por favor, piensen!. Ustedes que creen que cuando un putero paga por “sexo” le pregunta a la mujer que ejerce: “Perdona, ¿tú eres de las que está aquí de forma voluntaria o forzada?”. ¡Es absurdo!.
El problema es la demanda masculina. De hecho, en un estudio hecho por Sonaids se constató que un 90% de los hombres que acuden a prostitución no distinguen la prostitución forzada de aquélla que no lo es. Entonces les preguntamos, ¿cómo combatimos la trata sexual?. EL problema no solo son las mafias, EL MAYOR PROBLEMA ES LA DEMANDA MASCULINA Y SI NO DESALENTAMOS LA DEMANDA LA PROSTITUCIÓN Y LA TRATA SEXUAL SEGUIRÁN EXISTIENDO.

Las estructuras de poder como el patriarcado cambian cuando cuestionamos a los hombres para que dejen de ejercer sus privilegios, NUNCA cambian si no hacemos absolutamente nada. Reglamentar o legalizar la prostitución es legitimar esta práctica social, y a través de la legitimación nunca cambiará esta práctica social que privilegia a los hombres. Muy al contrario, así solo la reforzaríamos. Y no solo eso, los dos estudios más amplios que se han hecho hasta el momento CONSTATAN que en los países donde se ha legalizado se ha producido un efecto escala, es decir, la trata sexual de mujeres y niñas/os ha aumentado:
http://www.diw.de/…/…/diw_01.c.405653.de/diw_econsec0071.pdf y https://gupea.ub.gu.se/…/2077/22825/4/gupea_2077_22825_4.pdf.

El ABOLICIONISMO, además, no prohíbe o impide que aquellas mujeres que deseen realmente prostituirse (que son una ínfima minoría del grosso de mujeres que se dedican a la prostitución), lo hagan. El abolicionismo no persigue, ni criminaliza a estas mujeres, ¡faltaría más!. ¿Cómo se les ocurre pensar eso?. Si piensan de esta manera están confundiendo ABOLICIONISMO CON PROHIBICIONISMO, y no son lo mismo. ¡Investiguen y dejen de creer que Batman existe por favor!
¡Estamos ya hasta la coronilla que se nos acuse de lo que no somos!
 
Plataforma Anti Patriarcado
¡ESTAMOS HARTAS/OS!

El abolicionismo cuestiona al hombre que paga por “sexo” (y lo ponemos entrecomillado ya que utilizan el sexo para ejercer dominio o poder, el sexo es solo uno de los motivos conscientes en el discurso de los puteros, pero hay que analizar ese discurso. Un discurso que pueden analizar en foros como el de putalocura. Investiguen por favor para que vean qué igualitarios y respetuosos son los puteros (ironía). ¡Abran ya de unas vez los ojos!).
El abolicionismo cuestiona el derecho que los hombres, como grupo social, creen tener. Los puteros creen que tienen el derecho a follar con quién les salga del pito –nunca mejor dicho- sin empatizar con la mujer que tienen delante, que casi siempre se prostituye para sobrevivir, no porque esté super contenta de ejercer y porque su sueño siempre fue ser puta. ¿A quién quieren engañar?

Centrándonos siempre en ellas (en la minoría que sí quiere ejercer), nos olvidamos como siempre pasa DE ELLOS, ELLOS, ELLOS, ELLOS, ELLOS, ELLOS. ¿Lo seguimos repitiendo? ¿O ya va quedando claro?
Y además que nos quieran colar que la prostitución es sexualidad y que las que la ejercen lo hacen porque están liberadas sexualmente es ya el colmo del colmo del colmo del colmo. Es bien sabido, ya que así muchos estudios lo señalan, que la mayor parte de las mujeres que la ejercen NO QUIEREN EJERCERLA. ¿Capisci o no capisci? ¡Esperamos que capisci! ¿Y saben por qué quieren salir? Pues investiguen, pongan en google el nombre de Sonia Sánchez, Tanja Rahm, Huschke Mau, Rachel Moran, Rebecca Mott, Simone Andrea, Rosen Hicher, Chelsea Geddes, Alika Kinan y tantas otras mujeres que han salido de la prostitución y que luchan porque se abola. El discurso de ellas, es el discurso de ese 90% de mujeres que desean salir. ¿Por qué nadie las escucha? Pues porque no interesa, porque si las escucháramos nos daría vergüenza de vivir en una sociedad como ésta que permite todos estos atropellos a los derechos humanos de muchas mujeres que se prostituyen, a los derechos humanos de todas las mujeres por no ser vistas como personas sino como PUTAS EN POTENCIA, TODAS Y CADA UNA DE NOSOTRAS ya que el patriarcado eso es lo que quiere, dándole igual si cobras o no.
Échenle un vistazo al documental Miss Escaparate, vean vídeos musicales y analicen de qué forma se representa a la mujer en muchos de ellos, así como en los anuncios publicitarios en los que es habitual que se cosifique a la mujer, la pornografía, y muchos otros ejemplos que podemos encontrar en nuestra cultura.
El sueño actual del patriarcado es cosificarnos a todas, ¿por qué se preguntarán?. Y yo me pregunto, ¿no resulta sospechoso que ahora que hemos alcanzado una igualdad formal (leyes), la cultura occidental haya sido la primera en comenzar a cosificar a las mujeres, a deshumanizarlas reduciéndolas a simples objetos de placer?, ¿esto no levanta absolutamente ninguna sospecha?. Y no solo eso, es peor aún, nosotras somos las que lo hacemos por decisión propia, ¡nosotras mismas nos autocosificamos!. Deshumanizar a un ser humano es el primer paso que se debe dar para ejercer violencia sobre él. Esto lo sabe cualquier criminóloga/o. ¿Soy muy mal pensada al percibir una estrecha relación entre los avances de la mujer y su fuerte cosificación o realmente este fenómeno es simplemente fruto del azar?. Yo, lo dudo mucho.

¿Sexualidad empoderante la prostitución? Y aquí no hablamos de lo que pueda sentir una persona en concreto, aquí hablamos de la prostitución como institución. Repetimos, ¿sexualidad empoderante? Si los hombres que acuden a ella pagan para conseguir una chica atractiva que si no fuera pagando no la conseguirían (dándole igual si la mujer se siente atraída por él o no), pagan por realizar determinadas prácticas (dándole igual si la mujer lo desea o no, él paga es un servicio, ¿no?), pagan por millones de razones más y lo peor es que CREEN ESTAR EN SU DERECHO. ¿Y para la mujer que se prostituye esto es tener una sexualidad empoderante? ¡Pero si no es sexo para ellas, su deseo sexual está ausente! ¿Ausencia de deseo y empoderamiento sexual van juntos? Es que tenemos que escuchar una estupidez tras otra…
¡El sexo no es un derecho! Las abolicionistas no somos unas reprimidas, puritanas, mojigatas, etc., creemos en una sexualidad empoderante, una sexualidad donde se reconozca a la otra persona, donde el deseo, placer y respeto sean mutuos, no unidireccionales.

Y, por último, el abolicionismo se centra en cuestionar los privilegios masculinos. De hecho son ya 6 países los que han adoptado el modelo nórdico o abolicionista que se centra en penalizar al putero y en no criminalizar a las mujeres que ejercen la prostitución. Y es que es la única forma de romper YA DE UNA VEZ POR TODAS LA DOBLE MORAL SEXUAL IMPERANTE EN ESTA SOCIEDAD. Además estos países han invertido mucho dinero en asistir a las mujeres que desean dejarlo para que puedan encontrar otro trabajo y salir de la prostitución. Los puteros en muchos casos deben asistir a un curso de sensibilización en igualdad de género para que comiencen a ver a las mujeres como a sus iguales y no como a simples objetos de placer. De esta forma, quién se quiera seguir prostituyendo que lo haga, nadie se lo impide. De hecho en España las mujeres que deseen darse de alta como autónomas pueden hacerlo y pueden gozar de los derechos como cualquier otra persona en el Estado español. Investiguen por favor, póngalo en google para que vean que no mentimos. Entonces, ¿de qué derechos hablan? Que no las penalicen, estamos de acuerdo…que las policía no las persiga…estamos de acuerdo…que quieren que la prostitución aparezca como una salida profesional como cualquier otra para las mujeres. ¡NOS OPONEMOS Y NOS OPONDREMOS SIEMPRE!. Tú con tu cuerpo haz lo que quieras pero no pretendas que el Estado legalice el acceso por parte de los hombres a los cuerpos de mujeres porque así nunca acabaremos con este privilegio masculino. ¡NO SE PUEDE REGULAR NI REGLAMENTAR LA DESIGUALDAD DE GÉNERO SI DESEAMOS VIVIR EN UN MUNDO IGUALITARIO!. El patriarcado nos quiere putas y nosotras/os luchamos contra el patriarcado.

¡Espero que a partir de ahora antes de criticar el abolicionismo o antes de decir “qué problema hay si ellas quieren”, reflexionen un poco por favor!

¡MUCHAS GRACIAS!”

Fuente
https://plataformaantipatriarcado.wordpress.com/2016/06/01/comunicado-sobre-nuestra-postura-en-materia-de-prostitucion/