sábado, 1 de febrero de 2020

Proxenetas y puteros, los grandes aliados de la desigualdad


Proxenetas y puteros, los grandes aliados de la desigualdad

"La prostitución es la consecuencia de la desigualdad entre hombres y mujeres, además de la forma más perversa de violencia de género", afirma Mabel Lozano
"La prostitución no es el resultado de la decisión de las mujeres, sino la imposición del machismo para que los hombres refuercen su masculinidad", señala Miguel Lorente
Feminismo
Nuria Coronado El domingo, 26 de enero de 2020

La prostitución es sinónimo de esclavitud sexual. Y es que, sin importar el lugar en el que se produzca, el destrozo que causa en los cuerpos y las vidas de las menores y las mujeres obligadas a venderse como esclavas sexuales es idéntico. La solución, tal y como destacan multitud de voces expertas, es abolirla y señalar a quienes causan tal destrucción.

Cuando la necesidad aprieta, la desigualdad se abre paso y ahoga a las mujeres, con una soga sostenida por la mano cómplice de la sociedad, a través de la prostitución. “El negocio de la explotación sexual se vale de una materia prima muy dolorosa.  Son las mujeres y las niñas, que son explotadas y exprimidas de manera salvaje hasta optimizar su rendimiento económico. Un negocio en el que la materia prima puede ser utilizada una y otra vez, maximizando el lucro. Y si se agota o no sirve, es desechada sin más trámite”, tal y como siempre explica la cineasta y activista Mabel Lozano.

Un triste ejemplo de esta miseria alimentada por el machismo está en Perú. Allí, con la ironía hasta en el nombre, en el conocido Kilómetro 106, hay una carretera que conduce al infierno en la tierra. Se trata del departamento amazónico de “Madre de Dios”.  Un lugar que, como tantos otros en el mundo, ofrece “una plusvalía de género” -tal y como explica la antropóloga Rita Segato- en la que los puteros campan a sus anchas.




La impunidad más absoluta
Lozano pudo ver esta miseria al grabar una parte de su documental “Chicas Nuevas 24 horas” en el que muestra el negocio que gira en torno a la esclavitud sexual en cinco países. “Al abrigo de un negocio de extracción minera ilegal se asienta un espacio de impunidad para la explotación de mujeres y particularmente de niñas y adolescentes que son previamente captadas en los pueblos y aldeas de la sierra. Y todo con la colaboración, silencio, complicidad o tolerancia, según el caso, de todo actor social imaginable”, contaba en su día la directora.

Una explotación sexual de la que también fue testigo la periodista y escritora Charo Izquierdo, quien acompañó a Lozano en dicho viaje para después poder escribir su novela Puta no soy. “Allí la prostitución se nutre de la desigualdad y de la indefensión de las mujeres y niñas pobres que nacen en situaciones de desventaja y que les hace ser las víctimas perfectas para las mafias que después las convierten en esclavas sexuales”, afirma la autora.

En Madre de Dios el sistema prostitucional se hace fuerte a costa de la debilidad de las menores y de las mujeres que son llevadas a esta zona minera donde los hombres, a pesar de tener salarios de explotados, no escatiman en gastar cuando se trata de pagar sus deseos sexuales. Es el ciclo perfecto de la economía neoliberal. “Es más perverso que esto. En las zonas de extracción minera informal, hombres muy jóvenes son víctimas de trata laboral. Para compensarles, distraerles y que sigan trabajando, el reclamo son las niñas y adolescentes que pueden comprar, dominar y oprimir. Por más pobre que sea un hombre siempre tiene dinero para comprar el cuerpo de una mujer. Por más explotado que esté un hombre, siempre hay una mujer o niña mucho más explotada y humillada que él”, recalca la cineasta.

Una explotación sexual que a la vez es estrategia para evitar la revuelta social. “La prostitución es la consecuencia de la desigualdad entre hombres y mujeres, además de la forma más perversa de violencia de género. La prostitución no tiene nada que ver con la sexualidad, sino con el dominio de los hombres sobre las mujeres. ¡Pobrecitos los hombres a los que hay que compensar con carne humana para que no se revelen! Debemos dejar de poner al hombre siempre como el sujeto político prioritario, el sujeto de poder, o de falta de este, desplazarle del centro del debate político y situar a las mujeres. Hacia donde debemos caminar juntas en este siglo para no ser explotadas, vendidas, mutiladas. En mi caso como activista después de más de 20 años me pregunto hacia donde tengo que migrar, a qué fronteras tengo que ir a caminar para ayudar y rescatar a mujeres explotadas ahora de una forma nueva y desconocida todavía”, añade la autora de El Proxeneta.

Un sistema prostitucional planetario
Pero usar a las mujeres como esclavas sexuales y bonus para los hombres a los que la economía neoliberal precariza en sueldos y de la que ellos se redimen violando a las mujeres previo pago, no es solo propio del Perú. Los avernos del sistema prostitucional están repartidos a la vuelta de cualquier esquina.

Aquí, en esta Europa que se dice del siglo XXI, cada vez son más las empresas que ofrecen prostitutas como parte oculta del salario de los hombres. Están en ferias, en bonus o en vacaciones. “Lejos de haber avanzado en la igualdad se está perpetuando el consumo de prostitución hasta límites que nunca hubiéramos imaginado”, desgrana Charo Izquierdo. “Buscan en los prostíbulos relaciones de poder que perpetúan lo más sucio, desquiciante y perverso de la sociedad. Es puro maltrato a las mujeres”.

Por eso, las expertas que cuartopoder ha consultado para este reportaje coinciden en decir que el único camino para acabar con esta esclavitud sexual es con la abolición de la prostitución. “Estas mujeres no eligen libremente la situación por la que están pasando, es una grave vulneración de los derechos fundamentales y hay que verlo como tal. El hecho de que haya consentimiento por parte de algunas mujeres muchas veces conduce a confusión: el consentimiento es totalmente irrelevante porque hay engaño y coacción, y porque la finalidad principal es la explotación”, señala Rocío Mora, coordinadora de Apramp, la asociación de asistencia integral a las víctimas de explotación sexual y trata de seres humanos.

Y es que como esta reconocida activista dice, en la prostitución los únicos derechos que prevalecen son los de puteros y proxenetas. “La única ley que impera es la del mercado y la de lucrarse a través de un negocio que tiene máximos beneficios y mínimo riesgo. La prostitución no es una relación entre iguales, la demanda masculina de mujeres constituye el factor esencial del desarrollo y expansión de la prostitución, y el tráfico y la industria del sexo. Sin demanda, no habría ni trata ni prostitución. En nuestro país, el 33% de los hombres han consumido prostitución. Está aumentando a un ritmo alarmante el número de consumidores, traficantes y proxenetas, como de mujeres que vienen engañadas o presionadas por situaciones de extrema vulnerabilidad”, recalca Mora.



La dignidad no se negocia
Por eso mismo la responsable de Apramp no pierde la oportunidad para señalar que la legalización y despenalización de la prostitución lleva consigo el aumento de su industria y responde a la ley de mercado. “Sin demanda no hay oferta y si la demanda persiste entonces el producto son las personas, el cuerpo de las mujeres. Los derechos humanos, la dignidad de las personas no son negociables, y no pueden estar a merced del lucro indiscriminado de unos pocos, que comercian con el cuerpo de la mujer. En una sociedad democrática como la nuestra, es necesario velar por el acceso a los derechos de todas las personas, con independencia de sexo, origen, edad, etc.”, subraya.

Y es que sin importar el país en el que se produce la prostitución hay una sucesión de hechos que son comunes. “La mujer, que es la víctima se convierte en una presa fácil para los mercaderes del mundo de la prostitución. Se destruye parte de la sociedad por los intereses económicos de los más poderosos y nadie se siente responsable por ello. El negocio está servido: compran mujeres y niñas, las venden, las usan, las enferman, las asesinan ante la impasibilidad de países y gobiernos”, expresa Rosa Hermoso, psicóloga y directora del Centro de Atención a la Mujer Leonor Dávalos donde acuden mujeres prostituidas. “Los compradores colonizan el cuerpo de las mujeres para sentir que poseen una propiedad a su libre disposición”, añade.

Es más, tal y como bien define Miguel Lorente, médico forense y profesor titular de Medicina Legal en la Universidad de Granada, “la prostitución no es el resultado de la decisión de las mujeres, sino la imposición del machismo para que los hombres refuercen su masculinidad y sensación de poder a través del sexo. Beneficia a los hombres y al machismo y lo hace a costa de las mujeres y la igualdad. El machismo ha creado la idea de que los hombres son los putos amos y les da oportunidades para que se sientan así. Entrenan su machismo con la violencia de género y la prostitución”, finaliza.

Fuente





Neoliberalismo, Teoría Queer y Prostitución


Neoliberalismo, Teoría Queer y Prostitución
5/18/2018
 Por: Anna Djinn
Publicación original: “Neoliberalism, Queer Theory and Prostitution”, 8/11/2014
Traducción: Olga Baselga
Colaboración: Maite Sorolla

Desde hace unos 40 años, la pornografía y la prostitución se han convertido en mainstream y la pornografía se ha vuelto más misógina, sádica y pedófila. En muchos países, la prostitución se ha incorporado a la economía como un sector más, y ya computa en el PIB. La pornografía se ha extendido cada vez más y la prostitución ha prosperado y se acepta más que nunca, mientras que las condiciones para las mujeres y las niñas involucradas siguen siendo alarmantes.
Pese a los avances logrados por el movimiento feminista desde los años 60, los hombres todavía controlan los grandes bloques de poder: el gobierno, las fuerzas armadas y la policía, las finanzas y la banca, las grandes empresas y los medios de comunicación. La ‘industria del sexo’ está abrumadoramente destinada a los hombres, y las feministas han encontrado una ardua resistencia a sus críticas. En este artículo intento reunir algunas explicaciones a esta resistencia, en aras de un enfoque diferente.

“Quizás lo más sorprendente es la dificultad que hemos tenido para encontrar aliados en este esfuerzo. Aunque existe un consenso bastante amplio entre las personas progresistas o liberales sobre el valor de la paz, la justicia económica y los derechos humanos, y sobre los valores negativos de la corrupción y el secretismo en el gobierno, la excesiva concentración de riqueza en manos de pequeñas élites, etcétera, hay una notable falta de consenso sobre el poder entre géneros y la explotación sexual. Los hombres ‘progresistas’ que enarbolan las banderas de la paz y la justicia siguen reclamando privilegios sexuales bajo las reglas del patriarcado” (D.A Clarke, 2004).






El auge constante del neoliberalismo
A partir de los años 70, las grandes empresas norteamericanas y británicas emprendieron una lucha contra los avances sociales introducidos después de la Segunda Guerra Mundial y se redefinieron como cumbre de la civilización y fin supremo de la evolución humana. El capitalismo financiero desplazó al capitalismo industrial; la desregulación permitió al capitalismo apropiarse de los recursos del mundo y destruir las condiciones de los trabajadores y el medio ambiente; la brecha entre ricos y pobres aumentó drásticamente y los empleos bien remunerados desaparecieron progresivamente. En todas partes, las mujeres han sido las más perjudicadas por esa estrategia que combinó los recortes del bienestar social, la erosión del empleo y las condiciones laborales con la destrucción de la agricultura tradicional de subsistencia.

Tradicionalmente, el comercio y la especulación llevaban una tensa convivencia con las fuerzas sociales, como la religión y las organizaciones culturales y laborales en defensa de los valores ajenos al mercado, como la conciencia social y la responsabilidad mutua. Pero la balanza se inclinó hacia la exaltación y alarde de la riqueza y el poder empresarial, el culto al negocio por sí mismo.

Simultáneamente, se produjo un proceso de comercialización de la cultura de masas: los medios de comunicación, que en gran parte son propiedad de grandes empresas o dependientes de ellas para los ingresos publicitarios, se concentraron en cada vez menos manos. La consecuencia de ello es que ahora el control recae en unos grupos empresariales cuyo propósito principal ya no es proporcionar noticias y análisis, sino vender la audiencia a los anunciantes. La pornografía se difundió cada vez más abiertamente, de forma que gran parte de la cultura actual se habría considerado pornográfica hace 30 o 40 años. Esto no es sólo una comercialización de nuestra sexualidad –yo diría que de lo que representa el ser humano en sí mismo—, sino también la propaganda de un mundo donde todo, incluida nuestra propia condición humana, puede reducirse a un intercambio comercial y donde el ‘derecho’ de ver satisfechos todos nuestros caprichos y deseos es sacrosanto, siempre que podamos pagarlo, por supuesto. Y vaya si pagamos. De una forma u otra.

“La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la línea adoptada por los CEOs corporativos y sus defensores con respecto a la mano de obra barata en el extranjero. Si las mujeres en Filipinas o México, dicen, están dispuestas a trabajar en las fábricas de una zona de libre comercio por 60 centavos (americanos) al día, entonces esas mujeres son agentes libres que firman contratos individuales con su empleador. Han elegido el mejor acuerdo posible, como todos los actores racionales en un mercado libre, y cualquiera que cuestione los términos de ese acuerdo está impugnando su personalidad y su racionalidad. Cualquiera que intente que las multinacionales paguen más a las trabajadoras de sus maquiladoras, o que mejoren las brutales condiciones bajo las que trabajan, está actuando directamente contra las mujeres a las que intenta ayudar, porque las empresas sencillamente cerrarán si sus costes aumentan excesivamente, lo cual dejará a las mujeres nuevamente sin trabajo.

El lenguaje de los ‘feministas’ y gente de izquierdas que defienden la prostitución tiene unas similitudes inquietantes con el de los grandes empresarios y sus valedores. Nos dicen que las prostitutas eligen su línea de trabajo en un mercado libre, que son agentes racionales. Criticar la industria que las explota, o incluso decir que son explotadas, equivale a negar su libre albedrío. Intentar regularlo o restringirlo no es otra cosa que negarles ‘oportunidades’ y ‘opciones’. La similitud entre esos lenguajes no es casual, por supuesto: hace décadas que la irrupción de los valores y creencias comerciales en el mundo académico y la cultura popular viene cobrando fuerza. Cada vez es más difícil –y cada vez más marginal o mal visto— sostener una postura que no se ajuste al Mercado.

La cultura popular refleja el Zeitgeist de manera precisa y poco halagüeña en los esperpentos mediáticos de los ‘reality shows’ [...], en los que los ‘contendientes’ se enfrentan de forma no muy diferente de los gladiadores romanos en una cruenta lucha por la riqueza. Algunos ‘programas de radio’ ofrecen ahora dinero o ‘fama’ a los ‘invitados’ como incentivo para someterse a diversas humillaciones públicas. En un notorio incidente, Howard Stern convenció a una mujer para que se desnudara en el estudio y comiera comida para perros de un plato en el suelo, a cambio de emitir la música grabada por un amigo suyo. La ideología pseudo-smithiana de la ‘elección’ y el resto de la palabrería populista del mercado, por supuesto, exaltarían la ‘elección’ de esta mujer para soportar tal escena en lugar de poner en tela de juicio la ética de Stern, a la emisora de radio o sus anunciantes y oyentes. La escena en sí es paradigmática de la prostitución: un hombre ofrece algo que una mujer quiere o necesita para inducirla a hacer cosas que a ella la humillan y a él le divierten.

En una era dominada por la ideología neoliberal, obviamente es difícil organizar una campaña eficaz contra la explotación sexual de mujeres y niños. En todos los frentes, las feministas se topan con un muro.

En primer lugar, el culto al Mercado preponderante se burla y devalúa cualquier invitación al altruismo; Si las mujeres que han tenido la suerte de escapar de la explotación sexual en sus propias vidas se revelan preocupadas y por las mujeres prostituidas y su cuidado, se las tacha de ingenuas, idealistas poco realistas y (por supuesto) ‘ideólogas’. La ideología pseudo-progresista de la ‘liberación sexual’ se encarga de que las mujeres que se oponen a la explotación, especulación, coacción y otras prácticas habituales en la industria del sexo queden como ‘cripto-conservadoras’, ‘neo-victorianas’, ‘antisexuales’, etcétera. Y si cualquiera de estos obstáculos no desalienta a la crítica social feminista, el dogma neoliberal se apresura en demostrar que, por ejemplo, la mujer que come comida para perros en el suelo del estudio de Stern está exactamente donde quiere estar. Cualquier mujer que exprese asco hacia los hombres que propiciaron y disfrutaron este ritual de humillación es en realidad antifeminista: está negando el libre albedrío y elección de esta mujer ‘liberada’, lo ‘buena chica’ que es al ‘aceptarlo con valentía’. Porque no le hacen falta la compasión o intervención de unas niñeras bienpensantes. Exactamente igual que, por supuesto, los pobres, capaces de valerse por sus propios medios sin la insultante ayuda de las asfixiantes manos de Papá Estado.” (D.A Clarke, 2004)

Al tiempo que las grandes empresas luchaban contra las medidas sociales y económicas progresistas introducidas después de la Segunda Guerra Mundial, el neoliberalismo se convertía en la nueva ortodoxia en economía académica, el postmodernismo (o deconstruccionismo) se convertía en la nueva ortodoxia en los departamentos de literatura y humanidades, y la teoría queer tomaba el lugar de los movimientos feministas y del colectivo gay.





Movimiento feminista y movimiento gay
Los movimientos feminista y gay de los años 60 y 70 fueron movimientos de cambio personal y social en los que era fundamental el rechazo de los estereotipos y jerarquías de género. Las pensadoras feministas se basaron en el análisis marxista por el que todas las sociedades son sistemas de clases estratificados como una jerarquía de grupos sociales con diversas relaciones con los medios de producción, y demostraron que las sociedades también son sistemas en los que hombres y mujeres son dos grupos socialmente distintos y con una relación jerárquica por sus diferentes papeles biológicos en la reproducción humana. La explotación y la opresión de las mujeres no son fenómenos meramente accidentales, sino partes intrínsecas de un sistema (conocido como patriarcado) que existe desde hace miles de años. Las feministas han demostrado que la explotación y subordinación patriarcal es efectivamente necesaria para el sistema económico capitalista, basado en la máxima acumulación (Mies, 1998).

En una familia patriarcal, las niñas y niños aprenden cuál es su lugar en la jerarquía de clases sexuales y a través de ello aprenden a desenvolverse por la jerarquía de clases en sentido amplio. A los hombres se les puede machacar en el sistema de clases, pero tienen poder más o menos absoluto sobre sus mujeres y los menores. La cooperación de las mujeres a menudo se basa en su esperanza de que, si lo aceptan, sus hijas e hijos tendrán al menos la oportunidad de una vida mejor, o bien asumen que el poder y el bienestar material bajo la tutela de los hombres es mejor que nada en absoluto. De todas formas, la mayoría de las veces no tienen opción. Una vez que este sistema opresivo se interioriza, se convierte en el modelo para todas las demás opresiones y las niñas y niños crecen hasta convertirse en soldados rasos para el capitalismo y el colonialismo. O al menos así es como funcionaba tradicionalmente. Uno de los grandes éxitos del movimiento feminista es que las mujeres ya no están tan dispuestas a soportar un matrimonio opresivo.

Un amplio sector del feminismo entiende la explosión del porno en las últimas décadas como parte de una reacción contra éste y otros logros del movimiento feminista. Pero también puede verse como una continuación o repuesto de la familia patriarcal ahora que está en declive. Si nuestra incorporación al sistema de género es incompleta en la familia (porque, por ejemplo, gracias al movimiento feminista, las mujeres ahora pueden vivir con sus hijos sin un hombre), entonces la exposición de preadolescentes y adolescentes al tipo de pornografía violenta a la que sólo los hombres más pervertidos tenían acceso en el pasado los pone rápidamente al día.

Las feministas veían el género como una serie de roles socialmente construidos para garantizar el sistema de dominación masculina –donde la masculinidad es el comportamiento de la dominación masculina y la feminidad el de sumisión a esa dominación— y rechazaban el sistema de géneros como parte del sistema de supremacía masculina. Planteaban que sin el sistema de dominación masculina no habría necesidad de géneros, que podríamos relacionarnos como simples seres humanos, y que por lo tanto negarse a ajustarse a los roles de género estereotipados era en sí mismo un acto de rebeldía contra el sistema patriarcal.

El movimiento de liberación gay adoptó un análisis de la opresión de amplitud similar, tomando el modelo de la lucha de los pueblos colonizados contra el imperialismo, y entendiendo que la opresión de los hombres homosexuales proviene de la opresión de las mujeres y la imposición de roles sexuales (el género), entendidos igualmente como constructos políticos. También consideraban que la homosexualidad y la heterosexualidad se construyen socialmente.

Posmodernismo y teoría queer
El postmodernismo (o deconstruccionismo) afirma que no existe una realidad objetiva, que todo es sólo una entre un número ilimitado de narraciones posibles, que ningún sistema político u obra de arte es superior a ningún otro. Las palabras sólo adquieren su significado a través de sus relaciones con otras palabras y no hay un significado unívoco. Lo único que podemos hacer es ‘deconstruir’ el texto. Desde este punto de vista, la literatura (como Matar un ruiseñor, Las uvas de la ira o La habitación de las mujeres) que pone de manifiesto la desigualdad social y estructural no es mejor que la literatura (como Cincuenta sombras de Grey) que erotiza y legitima dicha desigualdad. El postmodernismo es una doctrina profundamente conservadora que ofusca la realidad política y social. Surgió en un momento particularmente conservador de la historia, cuando el neoliberalismo estaba en auge y las críticas sociales radicales habían pasado de moda.

Fue en este contexto donde surgió la teoría queer, que entiende el género como una actuación, que hay muchos géneros posibles e idealiza los desajustes entre género y sexo (que denomina ‘transgresión’). Así pues, una lesbiana butch, una drag queen, un gay dominante masculino y una mujer prostituida pueden considerarse géneros diferentes y ‘transgresores’. De esta manera, el género se desvincula de las diferencias materiales entre sexos, y por ende la supremacía masculina y la opresión de las mujeres se difuminan. En lugar de desafiar roles y comportamientos dominantes y sumisos, la teoría queer acaba defendiéndolos y perpetuándolos.
Entender que la prostitución es así de ‘transgresora’ equivale a idealizarla e invisibilizar su realidad, la que para la mayoría de las mujeres no es una elección entre varias opciones viables, y por su propia naturaleza es abusiva y destructiva (tal y como demuestro en Choice in an Unequal World y Prostitution is Unlike Other Work). Pero cuando las feministas critican los sistemas de prostitución, los teóricos queer lo tachan de ataque a la ‘agencia’ de las mujeres prostituidas, en consonancia con el contraataque neoliberal hacia quienes osan pedir a las multinacionales que mejoren los salarios y condiciones de las trabajadoras en sus maquilas de Bangladesh, por ejemplo.

En buena lid, el término ‘queer’ debería englobar a lesbianas y gays, pero debido al mayor poder socioeconómico de los hombres, las lesbianas se fueron haciendo menos visibles y la liberación homosexual fue reemplazada por un movimiento por los derechos de los gays, muchos de los cuales pueden verse como hombres reclamando su parte de privilegios masculinos, de tal manera que se ha ido desarrollando una enorme industria sexual comercial al servicio de los gays. Estas demandas de hombres gays por su privilegio masculino se puede ver en su reivindicación del ‘derecho’ al sexo público, un derecho que pocas lesbianas o mujeres sienten necesidad o deseo de reclamar y que puede verse como otro aspecto más del derecho sexual masculino. Al encontrar poco apoyo para este llamado ‘derecho’ entre sus compañeras lesbianas, los hombres homosexuales solicitaron el apoyo de las defensoras de la industria del sexo heterosexual (Jeffreys, 2003), por lo que existe la percepción de que cualquier desafío a la prostitución es también un desafío a la ‘libertad’ de los hombres gays. No es por tanto sorprendente que cualquier crítica a esta ‘libertad’ se refute tan brutalmente como cualquier crítica al ‘derecho’ masculino a la prostitución.

El postmodernismo está disminuyendo su popularidad en la misma medida que la crítica al neoliberalismo se normaliza. Sin embargo, la teoría queer sigue tan popular como siempre, y debido a que el postmodernismo domina el mundo académico desde hace décadas, varias generaciones de estudiantes han sido educadas en este paradigma. Por tanto, no deberíamos subestimar la longevidad de su legado.

La izquierda tradicional
“Nuestra experiencia demostró, una vez más, que las personas a menudo se aferran deliberadamente a su ignorancia de la realidad social cuando esa ignorancia les permite mantener y justificar sus privilegios. Es mucho más fácil que desafiar el statu quo.” (Wu, 2004)

Es frecuente que las feministas en lucha contra el sistema prostitucional se indignen al descubrir que muchas personas de la izquierda tradicional las ataquen con las consabidas críticas: que son puritanas, antisexuales, que socavan la ‘agencia’ de la mujer prostituida, etc., al tiempo que despliegan una sofisticada censura contra el neoliberalismo, el capitalismo desenfrenado, la extensión del mercado a todas las esferas de la vida, la apropiación de formas de vida, etc., argumentando coherentemente que es incorrecto mercantilizar algunas cosas. Entonces, ¿cómo pueden ser incapaces de admitir el argumento feminista de que los cuerpos de mujeres y niños no deberían estar en venta? ¿Y que la prostitución no es una solución humana al empobrecimiento y la falta de oportunidades para mujeres y niñas en todo el mundo?

Para entender la prostitución como sistema de explotación y opresión es necesario apreciar su conexión con el sistema patriarcal que explota y oprime a las mujeres y privilegia a los hombres. Si permitimos que esta comprensión entre en nuestra conciencia, tenemos que admitir nuestra propia complicidad en este sistema, es decir, que somos cómplices de alguna forma. Como hombres, nuestros privilegios se basan directamente en el sistema, pero como mujeres también estamos atrapadas en él: nuestros privilegios suelen depender de los privilegios de los hombres que nos rodean. Si estamos dispuestos a tomar plena conciencia de este hecho, veremos que si queremos llegar a una relación humana verdaderamente libre, tenemos que renunciar a nuestra complicidad. ¿Tan aterrador es eso? Claro… Es mucho más fácil dirigir nuestra ira contra esas feministas puritanas, sin sentido del humor y anti-sexo.

“Se evita que el neoliberal perciba aspectos negativos del boom de la prostitución precisamente porque es un boom: un aumento en la actividad monetarista, un aumento en el número de transacciones de mercado. Es un buen negocio. Para mí, como feminista, la ideología de centro- derecha de los neoliberales huele a algo desagradablemente conocido: huele más o menos como la misma lógica (o ilógica) que se viene aplicando sistemáticamente a las mujeres prostituidas desde el doble rasero de la izquierda norteamericana (e internacional).

Aunque sepamos, culturalmente, por experiencia o por osmosis, que mujeres y niñas son prostituidas frecuentemente mediante la violencia, la pobreza, la privación o la traición, el liberalismo occidental lleva proclamando desde hace décadas que el aumento de la prostitución y la pornografía implican mayor libertad, apertura y […] democracia. El hecho de que la democracia real desempeñe un papel muy pequeño en la vida diaria de la prostituta tipo no se recoge en ningún sitio. El fanatismo ideológico con el que el teórico neoliberal ignora todos los efectos negativos de la ‘liberalización’ de los mercados no difiere del deliberado esfuerzo con el que el teórico liberal tradicional del sexo viene ignorando los efectos negativos de la llamada ‘revolución sexual’.

Las estadísticas incómodas, los atroces hechos como la expectativa de vida de las prostitutas, la edad promedio de inducción a la prostitución, los ingresos medios de las prostitutas, etc. (es decir, demografía pura y dura), nunca han incomodado a quienes definieron el negocio sexual como una fuerza liberadora. Que esa 'libertad' sea principalmente la libertad de los hombres para acceder a los cuerpos de mujeres y niñas –o de las naciones del G7 para acceder a los mercados y materias primas del Tercer Mundo— es un hecho que se soslaya a la hora de redefinir la depredación como progreso”. (DA Clarke, 2004)




Deseo y demanda
“El consumismo es la droga por la cual las mujeres y los hombres aceptan condiciones de vida inhumanas, y cada vez más destructivas. Las nuevas 'necesidades' creadas por la industria en su esfuerzo desesperado por mantener el modelo de crecimiento en marcha son todas de tipo adictivo. La satisfacción de estas adicciones ya no contribuye a una mayor felicidad y realización humana, sino a una mayor destrucción de la esencia humana”. (Mies, 1998)

Cualquier madre nos dirá que uno de los retos de la crianza de los hijos es establecer y aplicar límites al deseo de sus hijos: que no, que no puede cenar chucherías en lugar de comida, que debe ponerse el cinturón de seguridad en el automóvil, que no puede coger algo que no es suyo… esas cosas. De alguna manera, como adulto tienes que convencer al niño de que moderar sus deseos es por su propio bien, que por ejemplo renunciar al derecho de tomar las posesiones de otras personas contribuye a un mundo donde podemos confiar en que otros no se apropiarán de las nuestras. Y el valor de la confianza mutua vale más que robar el nuevo juguete de tu amigo. Moderar el deseo es parte del ser humano.

Sin embargo, está claro que moderar el deseo no es bueno para los negocios, y entender el precio que se paga por el deseo ilimitado es aún peor. Así que las grandes empresas hacen todo lo posible para garantizar que no comprendamos el precio de nuestros deseos, que no podamos ver la explotación de las mujeres que cosen la ropa que adquirimos en nuestras compras desenfrenadas del sábado, por ejemplo. O el perjuicio medioambiental por el uso del riego y los pesticidas en el cultivo del algodón, o el coste para la salud y la educación de los niños que se ven obligados a recogerlo, o el coste de transportarlo por mar en un barco de mercancías, o de la destrucción de vida marina cuando un contenedor cae al mar y se abre, etcétera. El mundo es finito, la vida humana es finita y un mundo donde el deseo es ilimitado es despiadado e insostenible.

Pero Margaret Thatcher estaba equivocada: existe una alternativa y debemos concebirla. Quizás esa alternativa signifique que necesitamos moderar nuestros deseos, usar nuestra ropa hasta gastarla. Tenemos que renunciar a algo para conseguir algo de mayor importancia.

Me atrevo a decir que el precio de la prostitución es demasiado alto: no sólo para las mujeres, las niñas, las personas transgénero y los hombres, sino para la sociedad en general, incluso para los puteros ese precio es demasiado alto. Al igual que con el consumismo, ese precio se oculta. Pero al final todos pagamos. Los socialistas, las feministas, los antirracistas y aquéllos que luchan por un mundo más justo deben tener claro que nadie, ni una sola persona, debe ser chantajeada u obligada a hacer cosas que van contra la dignidad humana a cambio de su subsistencia o supervivencia. Y a nadie se le debe permitir construir su ego e identidad sobre la explotación y subordinación de los demás. La prostitución es incompatible con estos principios. Esto significa que los hombres deben renunciar a su antiguo derecho sexual patriarcal. Es una condición previa necesaria para una sociedad más igualitaria.

“Quiero sugerirles que comprometerse con los hombres a ser sexualmente iguales, es decir, a un carácter uniforme como un movimiento o superficie, equivale a comprometerse a adquirir riqueza en lugar de pobreza, a ser violadoras en lugar de violadas, asesinas en lugar de asesinadas Quiero pedirles que adopten un compromiso diferente: un compromiso con la abolición de la pobreza, la violación y el asesinato; es decir, un compromiso para acabar con el sistema de opresión llamado patriarcado; para acabar con el modelo sexual masculino en sí mismo”. (Dworkin, 1976)

Por tanto, recomiendo apoyar el modelo nórdico. Despenaliza a todas las mujeres, niños, hombres y personas transgénero que participan en la prostitución, reconociendo la explotación que implica y las condiciones de explotación que originaron su introducción en ella, supone una fuerte inversión en servicios de reducción de daños para las implicadas y estrategias de salida para aquéllas que quieren dejarla, y criminaliza a proxenetas y puteros, para dejar claro que la prostitución es incompatible con los derechos humanos, y así reducir la demanda que la alimenta.

“La pornografía es propaganda de odio, y la prostitución es explotación. Si queremos un mundo basado en la justicia –justicia de género, justicia racial, justicia de clase, justicia entre personas de diversas orientaciones sexuales— entonces la pornografía y la prostitución deben ser eliminadas. Para eliminar la pornografía y la prostitución es imprescindible que los hombres participen, no sólo porque sean la mitad de la población, sino por algo aún más importante: los hombres son los principales productores, distribuidores y consumidores de mujeres y hombres en la pornografía y la prostitución. La ética de la justicia es nuestra ética, y no puede convivir con la pornografía y la prostitución”. (Funk, 2004)

Para una traducción al francés de este artículo, ver “Néolibéralisme, théorie queer et prostitution”.

Referencias:

Clarke, D.A. 2004. ‘Prostitution for Everyone: feminism, globalisation, and the “sex” industry’ in Not for Sale Feminists Resisting Prostitution and Pornography. Spinifex, Melbourne.
Dworkin, andrea 1976. Our blood: Prophecies and Discourses on Sexual Politics. Pedigree Books, New York.
Funk, Rus Ervin 2004. ‘What does pornography say about me(n)?: How I became an anti-pornography activist’ in Not for Sale Feminists Resisting Prostitution and Pornography. Spinifex, Melbourne.
Jeffreys, Sheila 2003. Unpacking Queer Politics, Polity Press, Cambridge.
Mies, Maria, 1998. Patriarchy and Accumulation on a World Scale: Women in the International Division of Labour. Zed Books, London.
Pollitt, Katha, 2014. Why Do So Many Leftists Want Sex Work to Be the New Normal?
Wu, Joyce, 2004. ‘Left Labor in bed with the sex industry’ in Not for Sale Feminists Resisting Prostitution and Pornography. Spinifex, Melbourne.

Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos

 Fuente
https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/neoliberalismo-teoria-queer-y-prostitucion






Gestación subrogada: la legalización del modelo liberal de la trata de seres humanos


Gestación subrogada: la legalización del modelo liberal de la trata de seres humanos
Los vientres de alquiler son un ejemplo más de la mercantilización del cuerpo de la mujer, al mismo nivel que la prostitución o la trata de blancas
Por José Antonio Gómez -  08/03/2019

El concepto de la gestación subrogada es  antitético con los principios fundamentales de  la izquierda,
del feminismo, de la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres y del respeto a los derechos humanos. El cuerpo de un ser humano no puede monetizarse porque nos encontramos ante un caso flagrante de trata de personas o una tipología encubierta de esclavitud.

No se trata de criminalizar a quienes acuden a este método de concepción, sino el propio concepto. Pagar por utilizar el cuerpo de una mujer es un nuevo tipo de prostitución. Tan aberrante es ésta como aquélla. El cuerpo de la mujer no tiene precio, sea para lo que sea, sea para conseguir favores sexuales, sea para concebir a un hijo.



Desde sectores favorables a la legalización se intenta confundir a la sociedad con argumentos adulterados y fuera de la realidad. Por ejemplo, se habla del derecho a ser padres. No, no existe tal derecho. Se tiene derecho a la vida, se tiene derecho a la salud, pero tener progenie no es un derecho, es un deseo personal. Mercantilizar el cuerpo de la mujer por satisfacer un deseo es algo bastardo y, sobre todo, se trata de un nuevo tipo de violencia que se quiere vender envuelto con el caramelo de la bondad.

Por otro lado, algunos de los que defienden la maternidad subrogada afirman que lo hacen por «respeto a la libertad de la mujer», cosa que es imposible porque alquilar el cuerpo femenino no es, precisamente, un modo de respetar esa libertad, más bien se trata de atacarla. Con ese mismo argumento estaríamos defendiendo la prostitución o la trata de mujeres.

El propio concepto de gestación subrogada es un modo de limitar la libertad a decidir sobre su propio embarazo. Hay un contrato que está obligada a cumplir, independientemente de las secuelas que le pueda producir. Si se defiende el derecho de la mujer a decidir sobre un embarazo no se la puede obligar a cumplir con un contrato que limita dicha libertad.

La gestación subrogada supone un control sexual de la mujer, al mismo nivel que los matrimonios concertados o la compra por dote. Eso no es libertad, más bien es esclavizar durante 9 meses por cumplir un contrato que está obligada a respetar. Ese mismo control sexual se aplica en las sociedades occidentales en los países en los que está prohibido el aborto o el uso de anticonceptivos, además de que el propio concepto se asemeja al de la prostitución.

Los defensores de los vientres de alquiler afirman que se trata de una técnica de reproducción, cosa que es falsa ya que el cuerpo de la mujer no se puede catalogar como un tubo de ensayo en un laboratorio. Hablamos de seres humanos a los que se confiere la categoría de producto por el mero hecho de que haya personas que tengan el deseo de tener progenie.

Aquellos que defienden la existencia y la legalización de la gestación subrogada siempre ponen por delante el altruismo de las mujeres que se ofrecen para concebir a un hijo que será de otros. Ya es una contradicción en sí misma puesto que recibir una compensación económica elimina ese concepto. Por otro lado, también argumentan que esas mujeres se presentan voluntarias, que nadie las fuerza. Eso se da en pocos casos. Mercantilizar el cuerpo de la mujer lleva a que unas pocas excepciones de voluntariedad se transformen en redes de tráfico de úteros similares a las de órganos, las de drogas o las de personas.

Rivera y Ciudadanos: defensores de la mercantilización femenina

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha declaró que «Hay algunos que quieren ser padres, no abuelos, y no pueden esperar más de 10 años para adoptar». Unas palabras por las que defendía la regularización legal de la maternidad subrogada en España.  Ciudadanos es un partido de ideología liberal, es decir, que defiende el libre mercado, lo que implica que cualquier cosa es susceptible de convertirse en negocio. Incluso la vida humana.

El proyecto sobre vientres de alquiler del partido de Rivera permitirá la solicitud para ser padres los ciudadanos españoles o extranjeros residentes en España. Las mujeres gestantes tendrán que ser mayores de 25 años y no recibirán ningún tipo de remuneración.

Hay que ser claros en este asunto, no hay que quedarse en medias palabras o interpretaciones sesgadas. O se está a favor del respeto a los derechos de la mujer y a los derechos humanos o se está a favor de la mercantilización del cuerpo de las mujeres y de la compra de seres humanos. Albert Rivera y muchos otros están a favor de regular una actividad similar a la esclavitud que fue abolida en España en el año 1870, porque, por mucho que se quiera asegurar que las mujeres gestantes no recibirán remuneración alguna, el hecho de utilizar el cuerpo de una mujer para concebir un hijo destinado a otra pareja es, además de cruel, un modo de esclavitud.

Las propuestas de Rivera y de los dirigentes de su partido en referencia a esta problemática son un manifiesto de quienes defienden que se pueda contratar a una mujer para quedarse embarazada y tener un hijo que luego no será suyo porque ya ha habido alguien que ha redactado un contrato que se lo impide. No se puede ser más cruel: pagar por separar a una madre de su hijo. Los argumentos de los defensores de la maternidad subrogada dicen que es el único medio por el que las parejas o matrimonios españoles pueden acceder a la progenie porque los canales de adopción están prácticamente vedados debido a la ruptura de acuerdos internacionales o a las trabas que ponen ciertos países a, por ejemplo, permitir la adopción para las parejas gays.



Hay un concepto fundamental que inhabilita este argumento. Ser padres no es un derecho recogido por ninguna convención internacional ni por ninguna Constitución democrática. La paternidad/maternidad es una elección, un deseo. Es cierto que las elecciones personales pueden convertirse en derechos, tal y como ocurre con el derecho de la mujer a elegir sobre su maternidad. Pero esta elección se circunscribe al ámbito de la persona, no incluye a terceros ni, por supuesto, lleva consigo un acuerdo comercial.

Los defensores de los vientres de alquiler como Rivera enseguida ponen encima de la mesa un nombre: California. La realidad, sin embargo, demuestra que la gestación subrogada está creando redes de tráfico de vientres que no son tan idílicas. Hay países donde se han abierto centros, granjas, donde las mujeres son recluidas para quedarse embarazadas, una vez, y otra, y otra, y otra… mujeres que no tienen la libertad de elegir si quieren o no quieren ser madres, mujeres que son tratadas como verdaderas esclavas. La India es el mejor ejemplo de ello. De las mujeres que están recluidas ahí, mueren un 2% durante el embarazo o en el parto. Si esto ocurre, los padres que han comprado el cuerpo de un ser humano tienen derecho a elegir otro vientre. Una especie de indemnización. En estas granjas nos encontramos con que muchas de esas mujeres están casadas y que sus maridos dejan de trabajar porque tienen el negocio en el útero de su esposa. Esto es lo que defienden Rivera y todos aquellos que son favorables a la gestación subrogada.

Fuente
https://diario16.com/gestacion-subrogada-la-legalizacion-del-modelo-liberal-de-la-trata-de-seres-humanos/






Anatomía de un lobby pro-prostitución – Estudio de un caso: el STRASS, en Francia.



Anatomía de un lobby pro-prostitución – Estudio de un caso: el STRASS, en Francia.
4/18/2016
Autor: Comite Abolicionista Francófono
​​26 de marzo de 2013
Traducción: Maura Lopez
Texto original: https://sousleparapluierouge.wordpress.com/

Nota 1: Si los links no funcionan, es porque fueron registrados en formato PDF por captura de pantalla y están disponibles a demanda.
Nota 2: Agradecemos infinitamente a la militante abolicionista que se tomó el trabajo de seguir y hacer capturas de pantalla durante ocho meses en Twitter de la secretaria general de STRASS. Levantó mas de 600 tweets que seleccionó, clasificó y publicó en https://sousleparapluierouge.wordpress.com.
Le agradecemos también por haberlo compartido con nosotras. Este estudio hubiera sido imposible sin su trabajo.


Somos militantes, docentes e investigadoras de Bélgica, Suiza, Francia y Quebec, desde hace varios años formamos un grupo de trabajo informal sobre la prostitución. En esta primera publicación militante, queremos compartir con el gran público nuestro análisis de un actor significativo de la francofonía, el STRASS, http://site.strass-syndicat.org, « sindicato » de “trabajo sexual" en Francia. Esperamos demostrar que consideramos que el STRASS es más un lobby que defiende sus intereses comerciales que un sindicato.

Nos hemos ocupado de este caso particular – el modo de funcionamiento de un lobby – en un marco que nos ha parecido interesante en dos aspectos: 1. Francia ha anunciado medidas legislativas abolicionistas, es decir en teoría radicalmente opuestas a sus objetivos ; 2. En dicho país la palabra « lobby » es casi tabú y no es reconocida (contrariamente a Bruselas y Canadá por ejemplo).




¿Como opera entonces un lobby que no puede decir su nombre?

En los años noventa cuando se discutía, votaba y reglamentaba la ley de legalización de prostíbulos en los Países Bajos (en particular el Barrio Rojo de Amsterdam) , feministas holandesas ya nos habían comunicado a algunas de nosotras sus inquietudes relativas a que el lobby proxeneta local pudiera manipular el voto del personal político. (1).

En 1998 existía en Bruselas una oficina de « lobby oficial de la industria pornográfica » sin que pareciera sorprender a nadie. Ni siquiera a Francia donde la expresión de « lobby » tiene mala prensa en general.

Sin embargo pudimos confirmar mediante presidentes y/o directoras de asociaciones abolicionistas internacionales y/u ONG & organizaciones internacionales (en particular la historiadora Malka Marcovitch de la CATW, Madame Wassyla Tamzali de la UNESCO, Madame Françoise Gaspard, mucho tiempo delegada representante de Francia ante la ONU) que, desde fines de los años 90, en numerosas conferencias organizadas por ONG, o por organizaciones internacionales (ONU, PNUD, OIT, etc.), tenían la impresión de que existía un frente común de lobbies obstruyendo los derechos de las mujeres y reuniendo extraños compañeros de ruta: por ejemplo, el Vaticano, los representantes de Arabia Saudita y los grupos reglamentaristas de la prostitución (2).

La primera organización internacional a la que apuntaron los lobbies reglamentaristas es evidentemente la Organización Internacional del Trabajo (OIT): es, en efecto, prioritario para ellos que se defina la prostitución como « trabajo sexual » en los textos internacionales (que superan jurídicamente a los textos nacionales), así como imponer una distinción entre « prostitución elegida » versus « prostitución forzada ». Con estos argumentos se procedió en 2002 a la legalización reglamentarista de los prostíbulos en Alemania, donde podemos constatar que la policía es impotente porque para demostrar la coerción, es la mujer la que debe presentar la denuncia y ninguna puede hacerlo porque están bajo el control de los proxenetas mafiosos que prosperan (3).

Genealogía de un lobby

Volvamos al caso en cuestión. Desde fines de los años cuarenta Francia es un país oficialmente abolicionista. Bajo la presión de una multitud de asociaciones abolicionistas reunidas en una coalición dinámica « Abolition 2012 », anunció su voluntad de comprometerse cada vez más en este camino, a partir de la elección del socialista François Hollande en mayo de 2012. Además, la particularidad de este país consiste en que ninguna asociación ni grupo en general se atreve verdaderamente a reivindicar la palabra "lobby". A pesar de la existencia de lobbies en Francia, un « lobbying » como el que hay en Canadá, por ejemplo, no es históricamente una tradición francesa. Constatamos que dicha expresión está casi ausente del léxico político.

Hay dos explicaciones fundamentales para este fenómeno: la primera es el terrible recuerdo que dejó el término de « lobby judío » como herramienta de propaganda antisemita durante los años treinta.

La segunda es que esta palabra forma parte de una pequeña colección bien francesa de casos de « americanizacion» deshonrosa, el sentido común (periodístico en particular) aborrece ciertas « americanizaciones » de la vida francesa, Por ejemplo, toda sanción del ejercicio del poder sexista y toda sanción del acoso sexual en el trabajo, juzgada siempre "excesiva" y calificada de método « a la americana ». Todo transcurre como si en esta bella Francia los sexos vivieran en perfecta armonía… (Encontramos este tópico en una multitud de discursos políticos tanto de derecha como de izquierda durante todo el siglo XX ).

STRASS ha nacido e intentado hacer lobby de forma solapada. Examinaremos como, según nuestras observaciones, ha logrado ocupar un terreno político y mediático y convertirse en un verdadero lobby que no dice su nombre.





Como el STRASS se convirtió en lobby :

El grupo actual fue creado en 2006 con el nombre « Les Putes ». En ese momento estaba formado casi exclusivamente por hombres, gays, trans, travestis, en su mayoría provenientes de la prostitución ocasional parisina gay y SM. Ellos publicaban sus fotos profesionales en un sitio Internet relativamente de alta gama para la época. Una de sus primera víctimas fue la socióloga investigadora en el CNRS, Marie-Victoire Louis, una de las investigadoras especializadas más reconocidas del proyecto abolicionista: recibió de « Putes » cataratas de insultos públicos mediante mails que se difundieron masivamente (4).

Luego se posicionaron como defensores de las libertades civiles dentro del grupo activista anti-SIDA Act-Up (5), de acuerdo a una estrategia observada también en Canadá. Al multiplicar actividades públicas espectaculares, o "happenings", estos activistas comenzaron a reivindicarse como una minoría sexual en el seno de la nebulosa LGBT : parias, « malos objetos » sociales oprimidos por la sociedad burguesa.

Al hacer lobby en el terreno de la prevención del HIV, implícitamente endosaban a las prostituidas la responsabilidad de la prevención con los clientes que se negaban a usar preservativos... (Extraña repetición del higienismo sifilítico del siglo XIX que llevó a la instalación de prostíbulos).

La institucionalización de este discurso se hizo en la comisión « sex work » de la organización Act-Up vía la cuestión SIDA&prevención (que le permitió unirse al medio LGBT.) Recordemos que el millonario Pierre Bergé es – entre otros donantes – uno de los grandes esponsors de Act-Up, que tiene medios para pagarse uno o varios empleados a tiempo completo.
Es en este contexto que en marzo 2009 se creó el STRASS (« Sindicato » de Trabajo Sexual) en forma de asociación « ley 1901 » (estructura muy común y flexible en Francia). « Les Putes » agregaron algunas mujeres a su grupo inicial y las pusieron como fachada y voceras para no ser criticados por las feministas francesas por ser un grupo de hombres que no se expresaba con legitimidad sobre el tema.

Vemos entonces que adoptando el nombre de « sindicato » y la figura de « representación » (¿de quien? ¿en base a que representatividad de una comunidad que cuenta decenas de miles de prostitutas en Francia?) que este lobby pudo evadir esta etiqueta vergonzosa. Hecho que al mismo tiempo que se ponía mujeres como fachada les permitió atribuirse una retórica "feminista" preparada expresamente, es decir, orientada únicamente a la muy liberal autodeterminación adjudicada a las prostitutas, sin tener en cuenta eventuales pruebas de lo contrario y sin referencia a la problemática histórica más amplia del feminismo: la estructura patriarcal donde la prostitución representa un instrumento fundamental de la esclavitud de las mujeres.

Maquillados de esta manera con un discurso de temas de debate bien engrasado, muchas veces copiado directamente del lobby multimillonario de la industria del sexo en USA, en Australia y en Países Bajos, su penetración mediática comenzó con fuerza. Nuestros informantes documentaron su posicionamiento en los medios franceses a medida que sumaban a sus planteamientos a algunas personalidades conocidas como Hélène Hazera (ex-prostituta, travesti) que tiene un programa en la radio pública France Culture… (6) y al cineasta Jean-Michel Carré, documentalista ex-abolicionista (7).

En el ambiente parisino LGBT, sus argumentos esencialmente derrotistas sumaron gradualmente numerosos intelectuales universitarios o periodistas (Bourcier, Borillo, Iacub, Ogien, Lestrade, Zaoui, Dorlin, Badinter, Sastre, Giard, Girard, Millet, Fassin, Tissot et Tévanian del grupo Les Mots Sont Importants, Revue Minorités, Revue Vacarme). Y obviamente sin sorpresas, la prensa « liberal libertaria » francesa: Libération, Les Inrockuptibles, Technikart (8).
 La retórica de la minoría sexual oprimida, del paria, del objeto social malo que necesita rehabilitación, de la palabra legitima de las mujeres libres privadas de sus derechos, "tomó" como mayonesa en ciertas élites intelectuales y mediáticas del Hexágono, que no pierden la oportunidad de ignorar toda crítica feminista de la relación hombre-mujer y su explotación mercantil. Últimamente hemos podido constatar una alianza de victimización con « Les Indigènes de la République » sobre la cuestión del velo islámico,en particular durante la agresión de Mme Caroline Fourest en la fiesta de l’Humanité, el 15 de septiembre de 2012.

Mientras que en EEUU las «trabajadoras y trabajadores del sexo» luchan políticamente contra el lobby de productores de films pornográficos que quieren negarles la protección con preservativos en los escenarios de filmación (ver la proposición B del referéndum de noviembre 2012 en California), en Francia el « sindicato » (STRASS) parece también tener vínculos con la industria pornográfica aunque mucho más consensuales. Su « porno star » Katsuni publica en una sección de Les Inrockuptibles y Thierry Schaffauser, uno de los fundadores de « Putes » y de STRASS, además de ser « escort » en Londres, también es actor porno en Gran Bretaña. El STRASS cuenta con el apoyo incondicional de la prensa francesa sobre « sexo »: « Sexactu » para GQ magazine y « Rue 69« .

Es difícil verificar la representación de personas prostituidas en Francia, pero podemos observar cotidianamente el activismo político y el « trabajo de opinión » organizados por el STRASS. Podemos constatar en la Web (9) que su secretaria general, la llamada « Morgane Merteuil », se expone en las redes sociales FB y Twitter, donde nos informa permanentemente que va a tomar aviones o trenes para ir a representar al STRASS en congresos internacionales como el AWID en Estambul, escribir un libro, promocionarse de ciudad en ciudad, dar entrevistas (10), etc. Mme Merteuil manifiesta solo recibir algunos clientes por semana (sería entonces una simple« ocasional »). Como vive en el elegante barrio Montreuil (un suburbio periférico hipster de París), en nuestra opinión, no podría llevar dicho tren de vida a menos de estar remunerada (esperemos que asalariada) por le STRASS, lo que es absolutamente legal en Francia porque es una asociación. El STRASS no esconde los medios de los que dispone: tiene adherentes, recibe ayuda (al menos material) de Act-Up y acepta donaciones (es legal y normal en Francia que una asociación reciba estos donativos).

Nuevamente nos preguntamos sobre dichos medios económicos cuando vemos, por ejemplo, que uno de los fundadores de la organización, Thierry Schaffauser, hijo de familia adinerada (de un reconocido psicoanalista de Paris), es « escort » de lujo en Londres, que probablemente tenga dos viviendas, una en París y otra en Londres, que se paga estudios en Reino Unido (que no tiene sistema público y gratuito de enseñanza como en Francia), y es responsable y vocero de varias organizaciones internacionales de « putes » (cosa que no esconde de acuerdo a sus publicaciones en el muro de FB público y su blog )

El mismo gran tren de vida para la portavoz llamada « Gilda Carrington-Ewing (Maîtresse Gilda) », un hombre travesti que se jacta en las entrevistas en Les Inrockuptibles y en TV Canal Plus, de hacer solamente « SM, domina » por 500€ (¿declarados?) por hora. (11).

Hemos intentado avanzar con la investigación hasta saber si el fisco se había interesado en las cuentas y el dinero de STRASS: sin éxito. Esto puede tener tres explicaciones: les autoridades fiscales francesas no se dieron cuenta; investigaron y no encontraron nada; están investigando pero prefieren no publicarlo. Nos es imposible adelantar una opinión.





Posicionamiento político

Una vez que STRASS se posicionó en Act-Up, sus « putes » han logrado introducirse en la comisión LGBT de EELV (Europe Écologie Les Verts, partido ecologista françes), en París, a través de parlamentarias y ex-parlamentarias: Anne Souyris et Malika Amaouche (12), Pascale Ourbih, la senadora Alima Boumediene-Thiery y la actualmente senadora Esther Benbassa que les otorga fondos públicos (13).

Estas entradas en las altas esferas políticas sin duda explican que los « Tribunales de la prostitución» organizados por el STRASS hayan tenido lugar varios años seguidos en el Senado, prestigiosa institución de la República Francesa, La militante abolicionista, parlamentaria y mujer política de izquierda Mme Henriette Zoughebi demostró su desaprobación en un texto por el cual el STRASS logró que la condenaran por difamación(14).

Tras varios años de investigación en esta red, hemos descubierto que la persona clave de estas conexiones era Cécile Lhuillier, que es a la vez vice-presidenta asalariada de Act-Up y contacto de prensa del STRASS (15).

En estos últimos años el STRASS también viene intentando posicionarse dentro del colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans) de París así como en el Inter-LGBT. No lo han logrado: han chocado con la resistencia sistemática de Christine Le Doaré, presidenta del CLGBT (hasta junio 2012), lesbiana feminista muy politizada, entretanto convertida en militante abolicionista y que ha tenido que vivir todo ese tiempo bajo protección policial, especialmente debido a las amenazas del bando reglamentarista. Explica esta situación en su sitio web donde documenta todos los insultos, violencias, amenazas y acosos de los que es víctima (16).

Según Madame Le Doaré, estamos frente a un grupo de presión que quiere a toda costa sumarse a la nebulosa LGBT para constituirse como minoría sexual reconocida. No podemos dejar de sorprendernos del vigor con el que STRASS responde a toda persona (especialmente LGBT) que no comparte su posición (STRASS creó el insulto intimidatorio « putofobia », calcado de la acusación de homofobia). El STRASS llega hasta intentar atribuir al abolicionismo la responsabilidad de la muerte de prostitutas y de la epidemia de SIDA (17), camino que también han tomado los lobbyistas reglamentaristas más extremos de Quebec. Nada nuevo…

Después de la comunidad LGBT, la próxima etapa en la lógica política francesa es la de intentar posicionarse en el Partido Socialista Francés. Dicha tarea resulta más difícil debido a la movida de la coalición « Abolition 2012 » y al peso en el PS de la parlamentaria Danièle Bousquet, coautora de un informe realizado por una misión parlamentaria de información sobre la prostitución en Francia presentado el 13 de abril de 2011. Esta misión hizo un enorme trabajo entrevistando a más de 200 personas y los parlamentarios elaboraron treinta propuestas (18). Otro obstáculo al intento lograr la aceptación en el PSF es una larga tradición abolicionista heredada de Victor Hugo y Jean Jaurès.

A pesar de todo, los miembros de STRASS siguen intentando con la misma estrategia a través de la red LGBT. Primero mediante Kévin Gagneul (19), colocatario de Morgane Merteuil, militante socialista en París y durante un tiempo responsable del tema « sida » en una organización cercana al PSF, Homosexualidad y Socialismo (HES), alineada con la agenda reglamentarista. Luego con el (ahora ex) presidente de dicha organización, Gilles Bon-Maury, que milita ademas por la legalización de la maternidad de substitución (« Grossesse Pour Autrui » o GPA), tema candente en France. Kévin Gagneul también fue mucho tiempo colaborador en la alcaldía del 3er barrio de París de un funcionario de la Ciudad.

Hecho aún más interesante, el Sr Bon-Maury fue nombrado en otoño 2012 en el gabinete de la muy abolicionista Ministra de los Derechos de la Mujer, Mme Najat Vallaud-Belkacem. Es « Funcionario a cargo del acceso a los derechos y la lucha contra la violencia de género ». La portavoz de STRASS se refirió a esto sin vergüenza hablando de "equilibrio": Este nombramiento tal vez permita al presidente de Homosexualité et Socialisme (HES) hacer escuchar un punto de vista más abierto sobre el trabajo sexual que el del ministerio (20). »

El equipo del HES se renueva entonces especialmente para que M. Bon-Maury pueda renunciar y entrar en el gabinete del ministerio y M. Gagneul se retira. El nombramiento de M. Bon-Maury provocó indignación en el ámbito de las asociaciones feministas francesas de lucha contra las violencias. Mientras que el PSF cuenta con muchas mujeres feministas sobre-calificadas para este puesto por su experiencia en el terreno en el tema de la violencia y sus diplomas, se pone en el puesto a un hombre pro-prostitución, pro-GPA, cuya única experiencia ha sido presidir una asociación que lucho abiertamente contra las féministas françesas preocupadas por el rumbo prostitucional al que asocian a la GPA.

Para nosotras, todo indica entonces que STRASS tiene una dinámica que no es la de un sindicato sino la de un lobby, que dispone de medios, de redes y sobre todo una estrategia coherente a largo plazo aunque también tenga desbordes sorprendentes. Nuestros informantes nos han señalado diversas acciones intimidatorias por parte de miembros de STRASS.

Dirigidas a las asociaciones abolicionistas:

-Finales 2011: cartas de amenaza de un miembro de STRASS recibidas por 37 asociaciones de la agrupación « Abolition 2012 ».
-Disturbios en la comitiva abolicionista el 8 marzo de 2012
-13/04/2012: altercados provocados por miembros de STRASS en la conferencia de prensa de »Abolition 2012″ en Divan du Monde en París; les miembros de la red de hombres profeministas Zéro Macho tuvieron que intervenir para mantenerlos fuera de la sala.
-16/09/2012: Fiesta de la Humanité (tradicionalmente organizada por el Partido comunista francés) : ataque al stand de la asociación abolicionista OLF (« Osez Le Féminisme »), miembro d' »Abolition 2012″, por personas que llevaban las siglas d’Act-Up y de STRASS.

Más grave, dirigidas a personas:

Difamaciones continuas nominativas y públicas de militantes (21).

Hemos tenido acceso a un conjunto de denuncias de las que surge que, además de Mme Le Doaré, puesta bajo protección policial durante su mandato en la presidencia del CLGDT especialmente debido a STRASS , hubo en 2012 otras agresiones de militantes abolicionistas (entre ellas una agresión sexual, varios hackeos informáticos, una tentativa de incendio delante de un domicilio privado y acosos que conllevaron medidas de vigilancia policial de dichas personas).

Sin embargo, seremos muy prudentes y reservadas con respecto a esta información: hay en curso una investigación de la policía francesa y por el momento, no se ha incluido ni excluido a STRASS. Hay que tener en mente que varios grupos de intereses pueden coexistir. Nuestra sensación es que Strass emprende un lobbying mediático y político (donde la credibilidad es estratégica). Dado que la industria del sexo es floreciente tanto en Francia como en otras partes estas agresiones pueden haber sido ser cometidas por redes mafiosas con las cuales no se han podido establecer nexos con Strass. Hasta el momento.

Nos sorprendería que STRASS estuviese implicado dado que parece conocer muy bien los vericuetos jurídicos del derecho francés para desestabilizar a sus adversarios. Recordemos que lograron condenar por difamación a Mme Henriette Zoughebi (22), esto constituye un « trofeo » del que se jactan en las redes sociales (23).

Aquí nos volvemos a preguntar sobre el tema de los recursos financieros de los que dispone STRASS para intentar tales acciones. Según un abogado francés al que hemos consultado, el costo de los gastos judiciales para este tipo de proceso (llamado en Francia « 1ra instancia y apelación ») se ubica entre los 10 y 15 000 euros (aproximadamente 20 000 USD).

Desde afuera nos sorprende la poca reacción de las asociaciones abolicionistas francesas ante estos ataques. Siempre según el mismo abogado, se hubiese podido presentar numerosas denuncias por injurias públicas, difamación, daños, pero no pasó nada. Esta inercia se debe a la falta de recursos del movimiento abolicionista francés o a su división (apenas 52 asociaciones pudieron agruparse en el movimiento « Abolition 2012 »)? La pregunta sigue pendiente...

Lo que es aún más sorprendente es que STRASS logró convencer al Planning Familiar Francés, una de las asociaciones feministas más importantes del país, tradicionalmente abolicionista, que se posiciona hoy contra la penalización de los clientes (24).

También vemos que STRASS parece haber comprendido, integrado y dominado perfectamente la herramienta de « viralizacion » de los medios y las redes sociales que se imponen en la opinión pública.

Además de su trabajo que podemos calificar de « infiltración », el STRASS cuenta con una extraordinaria « community manager » (formadora de opinión) su secretaria general « Morgane Merteuil », que pasa mucho tiempo en las redes sociales (FB, Scoop-it y sobre todo Twitter) apuntándose a las cuentas de los periodistas más influyentes. Hemos constatado que las cuentas francesas más fuertes de Twitter, las que cuentan con miles de seguidores, están en contacto abiertamente con STRASS y lo promocionan activamente (25).

Por ejemplo, notamos una nutrida interacción de la vocera de STRASS con (25) :
. Camille_69 co-fundadora de Rue 69, ahora en el semanario l’Express: + de 11.000 suscriptores.
. La periodista Diane Saint Réquier: más de 9 980 suscriptores.
. Marie-Gaëlle Zimmerman, ex periodista del Nouvel Observateur, que dirige el sitio acontrario.net: plus de 8.377 suscriptores.
. « Crêpe Georgette Valérie CG » blog feminista muy activo: más de 2.200 suscriptores.
. « Daria Marx » bloguera influyente (en cuestiones de sexo, entre otras cosas) : más de 4.175 suscriptores, muy popular entre los "jóvenes". Ella identifica a las « putas » con un grupo discriminado como los obesos.
. Sexactu Maïa Mazaurette pour GQ Magazine : más de 9.316 suscriptores.
. Katsuni, actriz porno que bloguea en el sitio de Zinrocks: más de 82.800 suscriptores.





Sumando todo, el STRASS logra promover, convencer y defender sus ideas inundando los usuarios y usuarias de la red Twitter (sin contar las otras redes sociales) a nivel de 100.000 personas (bajo reserva de eventuales dobles en esta audiencia). Lo hace a través de otros personajes, mujeres « periodistas de sexo », cosa sumamente astuta …y una clásica técnica de lobbying.

En frente ninguna cuenta abolicionista del mismo tipo, solo una cantidad de pequeñas cuentas de personas o asociaciones, que no tienen ninguna estrategia común o coherente …o la cuenta Twitter de Abolición 2012 que cuenta con 255 seguidores (de lástima vamos a sumar la página de FB que tiene 500 « me gusta » sabiendo que son en general los mismos que en Twitter…) Pero sobre todo hasta ahora Abolicion 2012 no fue capaz de hacer lo que Strass viene haciendo con tanta habilidad desde hace un año, elaborar un sistema eficaz de redes de personalidades influyentes y bien elegidas.

Nos preguntamos sobre la posibilidad de que el movimiento abolicionista francés perciba y reaccione ante una guerra de usura que amenaza llevarse una victoria que éste parece dar por adquirida. Sería oportuno estudiar qué rol han jugado estrategias parecidas en el progreso de la industria del sexo en otros territorios como Nueva Zelanda, Países Bajos, Alemania y Canadá.

Estamos tanto más preocupadas cuanto que los dispositivos abolicionistas tan prometidos pero siempre aplazados desde 2012 por la ministra de los Derechos de la Mujer Mme Najat Vallaud-Belkacem acaban de ser postergados sine die: « Ya que el texto futuro de la ley sobre la prostitución, que será también una iniciativa parlamentaria, sin duda no será examinado antes de un año. Se han formado grupos de trabajo a fines de 2012 en el Senado y la Camara de Diputados. Sus informes « van a ser puestos en comun a finales de año », indica Najat Vallaud-Belkacem en la revista Causette. (fuente : Les Nouvelles News, 27.02.2013)

En lenguaje político francés, nada significa más el entierro, la disolución y el aplazo in eternum de un proyecto que el término « grupo de trabajo »…

El STRASS ha logrado con éxito debilitar el proyecto abolicionista francés. Sin embargo, Abolición 2012 ciertamente perdió una batalla pero no necesariamente la guerra, dado que en Francia no se juega todo en el plano mediático. Afortunadamente hay parlamentarios motivados que pueden todavía cambiar el curso de la historia.

Nos parece también reconocer que interviene una antigua figura de sociología política relativa a las organizaciones («ligero» versus «pesado»).


Para nosotras el fracaso (momentáneo) de Abolición 2012 se debe a dos causas:

1– precisamente como el lobbying es tabú en Francia, no hay formaciones universitarias de lobbyismo como en EEUU por ejemplo, « Abolición 2012 » no tiene portavoz identificable, ni estrategia visible, ni comunicación clara y ofensiva, simplemente porque todavía no encontraron verdaderos buenos consejos en lobbyismo…

2– hay una gran diferencia de estructura entre el STRASS y « Abolición 2012 ». El primero es un pequeño grupo que puede tomar decisiones rápidamente, que puede maniobrar en la urgencia sumamente rápido (exactamente como Act-Up a sus comienzos). Son móviles, alertas y reactivos. Frente a una organización de más de 40 asociaciones (de ahí también su gran superioridad en términos de legitimidad política), donde un protocolo democrático y debates internos deben ser respetados. Hay que poder reunir a todos sus miembros al mismo tiempo, por lo tanto hay un retraso frente a la actualidad, la toma de decisiones es inevitablemente más lenta y menos efectiva. Por lo contrario, los miembros de STRASS solo se representan a sí mismos y no deben ocuparse de poner de acuerdo a unas 40 asociaciones.


Conclusión

Todas estas acciones e indicadores nos demuestran que con STRASS en Francia estamos frente a un lobby, que se hace llamar "sindicato" para guardar las apariencias. Pero el problema de fondo es que tal sindicato no puede existir dado que la prostitución en Francia no es un trabajo, no está hecho en relación a un empleador, no reúne nunca una comunidad capaz de elegir sus representantes, entre otros criterios que permiten calificar a una asociación de « sindical » (26).

Como recordábamos al principio, también hay que atribuir esta distorsión al hecho que en Francia no existe la tradición de « lobbying« , la palabra « lobby » es casi un insulto mientras que en muchos países los grupos de presión no se esconden. Los lobbies se nombran, se enfrentan y rinden cuentas a la sociedad con cierta transparencia. En Francia, estos personajes se presentan siempre en el campo ideológico, argumentando «la defensa de», «el derecho a» (podríamos hacer un paralelo con las asociaciones masculinistas francesas, difíciles de reconocer por sus nombres, sus declaraciones de intención inofensivas, etc.) El STRASS declara luchar por el derecho común de las personas prostituidas mientras que concretamente pide la normalización/reglamentación de la « profesión » (27).

Para concluir, creemos que el STRASS no tiene nada de anodino ni de sindical. Su terreno es la prostitución de las personas, y su objetivo es la reglamentación, sin tener en cuenta los daños documentados de dicha actividad contras los cuales Francia se comprometio a actuar. Como nos recuerda uno de los últimos artículos de una abolicionista francesa que señala la distancia abismal entre el discurso de STRASS y sus acciones: « No nos dejemos deslumbrar por espejitos… » (28)

C.A.F. (Comité Abolicionista Francófono)
Marzo 2013

Próximo artículo : los lobbies de la industria del sexo en Canadá

Enlaces a las notas
1. Ver estudios de Marie-Victoire Louis, socióloga francesa investigadora en el CNRS, sobre la legislación neerlandesa: http://www.marievictoirelouis.net/index.php?id=336 notamment http://www.marievictoirelouis.net/document.php?id=498...
 2. Ver más análisis de Marie-Victoire Louis + un articulo reciente en Le Point: http://www.marievictoirelouis.net/document.php?id=503...
http://www.lepoint.fr/.../violences-faites-aux-femmes...

3. Explicaciones y testimonio de responsable de la policía alemana : http://www.scribd.com/.../Prostitution-The-Pimps-Are...
Lo mismo sucede en Países Bajos, a tal punto que las autoridades municipales de Amsterdam dan marcha atrás : http://www.lemonde.fr/.../pays-bas-flop-de-la... y consideran el modelo sueco : http://www.upi.com/.../Dutch-could.../UPI-41141361202054/

4. Se puede consultar en el sitio internet de Madame Louis : http://www.marievictoirelouis.net/document.php?id=528...

5. Commission Sex Work : http://www.actupparis.org/spip.php?page=secteur...

6. Ver trayectoria de Hélène Hazéra http://www.minorites.org/index.php/membre/4-auteurs/profil-h%E3%A9l%E3%A8ne+hazera-3192.html

7. Ver las constataciones de Mouvement du Nid, asociación abolicionista francesa: http://www.mouvementdunid.org/Pour-le-Mouvement-du-Nid...

8. Un ejemplo entre otros : http://www.liberation.fr/.../01012375851-elle-travaille..., où sont aussi évoqués les liens avec et Cécile Lhuilier, dont nous parlerons plus loin.

9. Gracias nuevamente por reunir tweets : ver https://sousleparapluierouge.wordpress.com/.../les-ami-e.../

10. Se puede verificar todo esto aquí : https://sousleparapluierouge.wordpress.com/.../la-vie-de.../

11. Relativo a Thierry Schaffauser leer : http://en.wikipedia.org/wiki/Thierry_Schaffauser, http://thierryschaffauser.wordpress.com, et http://www.minorites.org/.../profil-thierry+schaffauser... http://radicalprofeminist.blogspot.be/.../listen-to-white...
http://www.2h27.fr/.../nuit-maitresse-gilda-travesti.../

12. Malika Amaouche también es contacto de prensa de STRASS, information que l’on peut vérifier ici :http://site.strass-syndicat.org/.../marisol-touraine...’ump/

13. Información verificable aquí: http://estherbenbassa.eelv.fr/journee-mondiale-de-lutte.../
http://estherbenbassa.eelv.fr/reserve-parlementaire-2013.../

14. Todos los detalles del asunto : http://stopauxviolences.blogspot.fr/.../appel-soutien-et...

Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos

Fuente:
https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/anatomia-de-un-lobby-pro-prostitucion-estudio-de-un-caso-el-strass-en-francia1