domingo, 28 de julio de 2019

Aprosex, OTRAS, AMMAR y el lobby proxeneta mundial


Aprosex, OTRAS, AMMAR y el lobby proxeneta mundial
Anna Prats
Mar 29

Hace unos meses centenares de personalidades (como Elena Poniatowska, Yayo Herrero, Isabel Coixet, Empar Pineda, Amaia Pérez Orozco, Justa Montero, Dolores Juliano y políticas como la diputada de En Marea, Ángela Rodríguez, y varias concejalas de igualdad) firmaron un manifiesto en apoyo al autodenominado Sindicato OTRAS, que entre otros aspectos recogía en sus estatutos «la prostitución por cuenta ajena como actividad sujeta a la legislación laboral», motivo por el cual fue impugnado por la Audiencia Nacional, debido a que eso significaría reconocer como legal una actividad penada como el proxenetismo.

Para hablar del lobby proxeneta, hay que empezar mencionando al Red Umbrella Fund. El Red
Umbrella Fund es, como ellos mismos se describen, «un nuevo mecanismo mundial innovador de concesión de subvenciones para y por los trabajadores sexuales» surgido en el 2012.

En su misma web explican que surgió después de que la Open Society Foundation (OSF), organización del multimillonario George Soros realizara un informe en 2006 con el objetivo de «promover una mejor financiación para este grupo en particular».

Ya en este hilo de Kalinda Marín se explicaba cómo «el multimillonario Soros» pedía «en la web de su mayor fundación (OSF) la total legalización de la prostitución, burdeles y otros negocios y admitía financiar asociaciones de “trabajadoras sexuales”»..

Según explica Julie Bindel, periodista de investigación, «Eugenio Zaffaroni, también fundador y asesor de la OSF, fue acusado de mantener prostíbulos y gerenciar una red de trata de mujeres en seis departamentos que posee en Buenos Aires, Argentina. Desde entonces, ha sido nombrado juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La OSF es un contribuyente significativo de Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (UNAIDS), así como de otros grupos de presión en favor de la prostitución de todo el mundo. Soros es el principal financista del lobby mundial en favor de la legalización de la prostitución y ha financiado informes sobre los cuales Amnistía Internacional basó su postura por la descriminalización total de la prostitución».

Kalinda Marín argumenta que, de esta forma, «se entiende que Amnistía Internacional, financiada por Soros, recomiende la derogación de las leyes que prohíben las actividades asociadas a la prostitución, como la organización general del negocio (es decir, pide que se despenalice el proxenetismo)», y que, de hecho, Amnistía Internacional «establece que el acceso a las mujeres prostituidas es un derecho humano fundamental».

Aprosex y la Network of Sex Work Projects (NSWP)
En el 2008, se organizó un «diálogo para conectar a los donantes con las organizaciónes de trabajadores sexuales» desde la OSF y la Network of Sex Work Projects (NSWP), que funciona a través de membresías y de la que forma parte Aprosex y otras organizaciones españolas como el Colectivo Hetaira o el Centro Alba.

Aprosex es miembro del NSWP
La NSWP, de la que es miembro Aprosex, recibió 60.000 dólares de la Open Society Foundation (OSF) en el año 2008. Actualmente la página donde aparece esta donación ha sido eliminada de la web de la OSF, pero aún es consultable a través de la web Archive.org, que permite consultar el archivo de las páginas web que ya han sido borradas.
 
Autora Alessandra Luna

No es de extrañar que organizaciones multimillonarias como la OSF inviertan en la regulación de la prostitución o en la despenalización del proxenetismo. Según la OIT (y así lo recoge el Documento de Política de la NSWP) el negocio de la prostitución supone entre el 2 y el 14% del PIB en los cuatro países encuestados. En Tailandia, por ejemplo, la industria prostituyente representó en 2015 el 10% del PIB de Tailandia.

Los donantes del Red Umbrella Fund
En 2009, los principales donantes interesados en invertir en el negocio del «trabajo sexual» (OSF, Oak Foundation, Mama Cash, Levi Strauss Foundation o American Jewish World Service) se reunieron para «definir aquellas áreas en el campo de los derechos de las trabajadoras sexuales en las que se necesita la atención de los donantes y elaborar una estrategia clara para su colaboración».

Aunque muchas veces desde estas organizaciones se alega que su objetivo es «promover la salud y los derechos humanos de los trabajadores sexuales», la realidad es bien distinta, pues desde el Red Umbrella Fund no se financian organizaciones que «provean exclusivamente servicios sociales o médicos ni tampoco las que busquen «la abolición» de la prostitución.

De hecho, uno de sus puntos clave y que pusieron como el primero en la lista para las reuniones del año 2008 entre donantes y “activistas” es «cambiar la percepción del púbico (de “víctimas” a “agentes activos”)».

TAMPEP, también financiada por el Red Umbrella Fund
A nivel europeo, la organización TAMPEP (The European Network for the Promotion of Rights and Health among Migrant Sex Workers) es una de las organizaciones que reciben financiación del Red Umbrella Fund. Aunque no se sabe la cantidad exacta, la cifra máxima que puede concederse es hasta 80.000 euros pagados en dos años, según la web del Red Umbrella Fund.

TAMPEP recibió en el 2017 la concesión de financiación por parte del Red Umbrella Fund.
¿Y por qué tiene relevancia a nivel español que TAMPEP reciba financiación por parte del lobby regulacionista mundial? Porque en el apartado de “Miembros y aliados” de la web de TAMPEP, encontramos que Aprosex, OTRAS y otras organizaciones españolas como Genera, Colectivo Hetaira, CATS o el Centro Alba son miembros y/o aliados de TAMPEP.

AMMAR, Aprosex y las formaciones políticas “del cambio”
Otra de las patas del lobby regulacionista es AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina), muy ligada a las organizaciones de Aprosex y a OTRAS, y que de hecho fue uno de los colectivos firmantes en apoyo del pseudosindicato OTRAS. AMMAR, así como RedTraSex (organización y red de colectivos regulacionistas a nivel latinoamericano) de la que forma parte AMMAR, están ambas financiadas por el Red Umbrella Fund.

Representantes de AMMAR han sido relacionadas con casos de trata de mujeres en Argentina. En 2018, la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata, en Argentina, confirmó el procesamiento de María “Malú” López, referente de AMMAR, por explotar sexualmente a tres víctimas. Según el periódico La Capital, la encausada «regenteaba el lugar; administraba los ingresos, gastos y aplicaba “sanciones” a las víctimas si faltaban sin aviso previo; y se encargaba de conseguir viviendas para alquilar, aunque no figuraba en ningún contrato. Asimismo, también aleccionaba a las víctimas respecto a cómo actuar y qué decir en caso de un allanamiento: no debían nombrarla y sí les preguntaban, eran amigas o alquilaban juntas el lugar. Otro de los aspectos más turbios del accionar de López, según la Justicia, es que ofrecía un abogado para que las representase si se unían a la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), de la que formaba parte con gran incidencia».



Hace unos años, Aprosex publicó un manifiesto en su web con el título “Abolicionismo VS Feminismo” al cual está también adherido AMMAR (a parte de personajes públicos como Antonio Baños, ex cabeza de lista de las CUP o “feministas” como Desirée Bela); y su secretaria general, Georgina Orellano, ha sido invitada en diversas ocasiones a charlas organizadas por Aprosex en Barcelona.

Charla de Georgina Orellano organizada en Barcelona por Aprosex
Además, Georgina Orellano también fue invitada en 2015 a las Jornadas Feministas de Trabajo Sexual en Barcelona, organizadas por la Asociación Genera, la Asamblea Pro-Derechos Trabajo Sexual de Cataluña, la campaña Putas Indignadas, Aprosex, Lloc de la Dona y Calala Fondo de Mujeres (que está subvencionada por el Ayuntamiento de Barcelona y también es firmante del manifiesto en favor de OTRAS).

Según la web de AMMAR, las jornadas contaron “con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona” de Ada Colau y con la participación de Paula Ezkerra, Consejera del Distrito de Ciutat Vella por la CUP en Barcelona.

Como ya escribí en El Plural, Aprosex ha recibido más de 25.000 euros en subvenciones desde el año 2016 hasta el 2018, ambos incluidos, tanto desde el Ayuntamiento de Barcelona como desde la Diputación de Barcelona, según los datos extraídos del Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona.

Georgina Orellano, la Secretaria General de AMMAR, en su “gira” por Europa el pasado octubre, visitó Sevilla, Cádiz y Barcelona, y dio una conferencia junto a Conxa Borrell, de Aprosex y OTRAS, “De puta a puta! El sindicalismo es el camino”.

También se vio en 2017 a Íñigo Errejón, (ex) miembro y uno de los fundadores de Podemos apoyando a AMMAR, mientras que actualmente podemos ver cómo el Ayuntamiento de Madrid de Manuela Carmena organiza una charla en la que se invita a Georgina Orellano y a “Linda Porn” a hablar de las “maternidades subversivas de las trabajadoras sexuales”.

Según la ONU, el 39% de los varones españoles ha pagado en alguna ocasión para “tener sexo”, y genera cinco millones de euros diarios. Esto convierte a España el primer estado de Europa y el tercero del mundo en demanda de prostitución y, por este motivo, no extraña que el lobby pro-proxenetismo tenga intereses económicos puestos en la despenalización de los burdeles o en la legalización de la prostitución en España.

Fuente





Alquilar vientres y regular la prostitución: neoliberalismo 100%


Alquilar vientres y regular la prostitución: neoliberalismo 100%
Ana Bernal-Triviño
Periodista

Los paralelismos que existen entre la prostitución y la subrogación se me hicieron evidentes de inmediato. Dos industrias se benefician de los cuerpos femeninos: una de su sexo y otra de su útero. Dos industrias comercializan funciones humanas básicas: la sexualidad y la reproducción. Y estas constituyen la base de la opresión histórica de la mujer y de su división permanente en ‘putas y santas’”.
Kajsa Ekis Ekman

Cada vez que me preguntan por qué no apoyo ni los vientres de alquiler ni la prostitución siempre respondo que todas las violencias machistas tienen un punto en común: la deshumanización.

La violación existe porque nos deshumanizan.

Los asesinatos machistas existen porque nos deshumanizan.

Los malos tratos (físicos y psicológicos) existen porque nos deshumanizan.

Y sí, los vientres de alquiler y la prostitución existen porque nos deshumanizan.

Eliminan cualquier connotación como persona para ser consideradas como un objeto más, una propiedad sobre la que decidir, que machacar o que violentar. Obviamente, este proceso no se lograría sin una desigualdad previa que nos considera inferiores

¿Cómo se convierte una mujer en objeto? Con dinero. Si algunos hombres han justificado, solo por hecho del casamiento o formalización de la pareja, que ella es parte de su “propiedad”, imaginen hasta qué grado se fortalece esa idea cuando hay dinero. Para convertir a una mujer en cosa, de la manera más rápida, extrema y eficaz posible, nada como el intercambio de dinero, como quien compra una muñeca hinchable.

¿Cómo normalizar y convertir la explotación en un acto comercial más? Con la perversión del lenguaje.

¿Cómo aplastar derechos de la mujer y convertirlos en mercancía? Con tres puntos en común que se pueden trasladar tanto a la prostitución como los vientres de alquiler.



“Es su libre consentimiento”. Nos dicen que la madre gestante es porque quiere, y que la prostituta es porque quiere. No nos dicen que la madre gestante vive en un país pobre y que no tiene alternativa. No nos dicen (o lo pasan por alto) que la prostituta puede ser una mujer sometida, pobre, o víctima de trata.
Para callar bocas ponen a la prostituta en un programa de televisión declarando que lo hace por libre elección, cuando algunos proxenetas (ver el libro de Mabel Lozano) admiten que llevan a esas mujeres por platós bajo amenazas de matar a sus familias en sus países de origen.
Luego añaden que “quién eres tú para decirle a ella qué hacer con su cuerpo”, cuando son los primeros en decir a esa mujer que someta su cuerpo a explotación y lo normalice. Mensajes como “déjala ser prostituta, que ella lo hace porque le gusta” o “déjala, que se queda embarazada para otros porque le gusta” validaría otras situaciones violentas como “déjala y no te metas en la relación, que hay mujeres a las que les gusta ser maltratadas” o “déjala y no le digas que es víctima, que ser violada puede ser su fantasía”. Eso, que hoy a una buena parte nos parece auténticas burradas, quedaría legitimado bajo ese libre consentimiento que anula cualquier ley o delito, y deja todo en manos de una ley del salvaje oeste.
“Es su trabajo”. Tanto en la prostitución como en los vientres de alquiler desaparece el concepto de explotación, y ponen de frente el derecho al trabajo o a la sindicación mientras ocultan los derechos humanos que van por encima. Porque no todo es trabajo y mucho menos es trabajo cuando se manipulan conceptos como producto, fuerza de trabajo o medio de producción.
Lo sorprendente es que gente de izquierdas se trague el cuento del “trabajo” teniendo una formación marxista en muchos casos. Lo sorprendente es que no se vea que en ninguna profesión su “oficina” o “lugar de trabajo” sea su propio cuerpo. Lo sorprendente es que considere trabajo una “profesión” con altísimos riesgos laborales, que lo anularía como tal. Lo sorprendente es que siempre que se habla de este tema surge la frase de “pues peor es trabajar en un McDonalds”. Y como siempre nos dicen que escuchemos a las prostitutas, pues eso, leed a Evelina Giobbe cuando responde: “‘Bueno, al menos cuando trabajas en McDonald’s no eres la carne’”.


“Hay trabajadoras, empresarios y clientes”. Como buen neoliberalismo, no hay producto sin empresarios y sin clientes. Empresarios en lugar de proxenetas o traficantes de bebés a la carta. Clientes en lugar de puteros o compradores de mujeres como vasijas para bebés. Cada vez que se dice “trabajadora sexual” se deja de nombrar a las víctimas de trata. Cada vez que se dice “empresario sexual” se deja de nombrar los delitos que representan. Cada vez que se dice cliente, se deja de nombrar a quien crea una relación económica de explotación o tráfico de personas.
Es la perversión de llamar servicio a una explotación, de llamar trabajo sexual a una esclavitud sexual, de llamar empresarios a proxenetas y a traficantes de bebés, de llamar cliente a proxenetas, puteros, y compradores de bebés…

No es casualidad que esta estrategia que anula los derechos de la mujer, que anula toda la tradición del feminismo contra la explotación de nuestra libertad sexual y reproductiva, surja en el nacimiento del capitalismo y se fortalezca en pleno neoliberalismo. No es casualidad que, por eso, nos vendan como un objeto del que hacer negocio, porque nos siguen viendo inferiores y porque la misoginia tiene muchas caras.

Fuente
https://blogs.publico.es/otrasmiradas/15271/alquilar-vientres-y-regular-la-prostitucion-neoliberalismo-100/






5 Razones para preocuparse por la Política sobre Prostitución de Amnistía Internacional


5 Razones para preocuparse por la Política sobre Prostitución de Amnistía Internacional
6/6/2016


Apuesta que podría incrementar la trata de personas con fines de explotación sexual y reducir la calidad de vida de las personas en situación de prostitución.
Por Darren Geist

Traducción: Liliana M. Forero Montoya

Texto original: Read more: http://www.rollingstone.com/politics/news/6-reasons-to-be-wary-of-amnestys-prostitution-policy-20160601#ixzz4Achr1kfM
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El 26 de mayo, Amnistía Internacional lanzó su política de promoción de la despenalización de la prostitución adulta. En su informe, Amnistía enmarca la prostitución como "trabajo sexual", proxenetas como "legítimos empresarios del sexo" y a los prostituyentes como "clientes". Este abordaje de la prostitución es irresponsable y ha contado con la oposición de más de 600 organizaciones y lideresas defensoras de los derechos de las mujeres, derechos humanos y que combaten la trata de personas. En este artículo encuentra 5 razones por las cuales la política de Amnistía Internacional debería preocuparle:

1. Incrementará la trata de personas con fines de explotación sexual

Bajo el enfoque de Amnistía la prostitución no será legal (o legalizada y entonces regulada). En su lugar será despenalizada, con una limitada regulación o supervisión por parte del Estado. La prostitución ha sido despenalizada o legalizada en varios países, y los resultados han sido claros: la trata sexual y las actividades criminales se han incrementado o, en el mejor de los casos, permanecen constantes. Inclusive  Ámsterdam ha tenido que imponer mayores restricciones en su “industria de la prostitución” para lidiar con el creciente crimen organizado. Dinamarca, donde la prostitución fue despenalizada en 1999, tiene cuatro veces más Trata de personas que su vecina Suecia, aunque Suecia tiene una población 40 veces mayor.

Burdel. fuente diariocronica.com.ar
Estas conclusiones están respaldadas por tres recientes estudios de bases de datos globales. Los tres estudios — a World Development paper, University of Gothenburg study and NYU School of Law report — han encontrado que despenalizar la prostitución incrementa drásticamente la demanda de prostitución, al reducir el costo y el estigma asociado a la compra de sexo. Por ejemplo en Dinamarca, la demanda de prostitución aumentó en un 40% en un período de 7 años después de que se cambió la ley para despenalizar la prostitución. Sin embargo, la cantidad de “prostitutas voluntarias” no equipara el rápido crecimiento de los “consumidores”. En consecuencia, los proxenetas recurren a la trata de personas para mantener a sus “clientes abastecidos con sexo sin restricciones”.

2. Reducirá la calidad de vida para las personas en situación de prostitución, y obstaculizará los esfuerzos por brindarles protección y mejorar su atención en salud.

Amnistía argumenta que despenalizar la prostitución reducirá el estigma de la “industria”, mejorando así el acceso a la asistencia sanitaria y permitiendo que las prostitutas firmen contratos de trabajo y formen sindicatos de “trabajadoras”. Pero las afirmaciones de Amnistía no son compatibles con el peso de la evidencia.

La despenalización de la prostitución tiene típicamente el efecto que en economía y estándares laborales se llama “race-to-the-bottom”, donde las personas en situación de prostitución son presionadas a ofrecer más por menos. En Alemania, por ejemplo, a menudo las prostitutas deben permanecer 18 horas al día en los cuartos donde “trabajan”— difícilmente un “ambiente laboral sano”. De igual forma, deben ofrecer un rango más amplio de “servicios arriesgados”, incluyendo sexo sin condón, sexo anal, grupal,  BDSM y realizar las fantasías de tortura o violación de sus “clientes”.

En Nueva Zelanda las mujeres en los burdeles han reportado que "los hombres ahora demandan más que nunca por menos que nunca. Debido a que el comercio está socialmente aceptado, no existe ningún incentivo para que el gobierno brinde estrategias de escape y atención para las mujeres que desean salir de esto. Estas mujeres están atrapadas." Intentos para conformar sindicatos de “trabajadoras” han fallado en Holanda y de acuerdo con un estudio del gobierno Alemán, muy pocas “trabajadoras sexuales” tienen contratos  de trabajo. Todo esto resulta en el incremento de la explotación y el abuso de las personas en situación de prostitución.

Amnistía también argumenta que la despenalización mejorará el acceso de las “trabajadoras sexuales” a la atención en salud. Sin embargo, estudios de los gobiernos de Alemania (Germany) y Nueva Zelanda (New Zealand) revelan que ese mejoramiento no se presenta, de hecho, debido al incremento en la trata de personas y el empeoramiento de las condiciones de “trabajo”, la salud de las personas en situación de prostitución está en un mayor riesgo.

3. Ignora aspectos complicados sobre el consentimiento en la prostitución, la mayoría de personas en situación de prostitución son víctimas de explotación sexual.

En los últimos años el consentimiento sexual ha sido un tema álgido de debate — pero Amnistía ampliamente ha ignorado estas complejidades. Determinar qué se considera “prostitución voluntaria” es un tema bastante controversial. Sabemos que las personas en situación de prostitución provienen predominantemente de comunidades vulnerables. Sabemos que la “entrada a la prostitución” es a menudo precedida por un prolongado y sistemático trauma o vulneración, donde el abuso o la violación fueron las primeras experiencias sexuales de muchas de las mujeres en prostitución, y que la mayoría de ellas fueron víctimas de abuso y explotación sexual en su infancia y adolescencia. Sabemos que los explotadores sexuales seducen a sus víctimas, que sostienen relaciones “románticas” con ellas, antes de  aprovechar ese apego para explotarlas sexual y comercialmente. También sabemos que las mujeres “entran en la prostitución” a edades muy cortas. Si bien establecer las cifras exactas es imposible, varios estudios controversiales han puesto la edad media de entrada de entre 12 y 14; otros han encontrado que la mayoría entró antes de los 18, y un estudio internacional encontró que el 47 % entró antes de los 18. Bajo la ley de protección a víctimas de trata de Estados Unidos (Under the U.S. Trafficking Victims Protection Act), cualquier persona menor de 18 años en prostitución es considerada una víctima de trata sexual. Sin embargo, el enfoque de Amnistía invisibiliza la historia de explotación sexual o la edad de entrada al “trabajo sexual”, considerando que la prostitución es “consensual” a partir del día en que la víctima cumple 18 años.

Amnistía se basa en un informe problemático realizado por una comisión global de PNUD (UNDP report), este informe es tan radical que inclusive el “vender sexo” por una adicción a las drogas no genera ninguna alarma: "El trabajo sexual no es siempre un acto desesperado o irracional, es una elección realista vender sexo para mantener a la familia, pagar la educación o una adicción a las drogas”.  Aunque no todos los casos son trata sexual, es irresponsable considerar legitimar y despenalizar un tema tan plagado de explotación y abuso. Inclusive la “prostitución consensual” debe ser vista desde el contexto de la historia de explotación sexual de las personas en situación de prostitución y teniendo en cuenta que se trata de una industria predadora de las inseguridades y vulnerabilidades de principalmente niñas y adolescentes.



4. Alimenta la Cultura de la Violación.

El apoyo de Amnistía al comercio sexual alimenta la Cultura de la violación (rape culture) trivializando el sexo, debilitando la equidad de género (gender equality) y tratando el sexo como cosa (treating sex as something) que se puede comprar y vender (bought and sold).  Sin embargo el sexo es — y debería ser — tratado diferente de otras actividades. Es un acto exclusivamente personal y privado. La violación es categóricamente peor que otras formas de violencia, precisamente porque es una vulneración más íntima. Los derechos humanos han promovido leyes contra la violencia sexual partiendo del principio de que la actividad sexual merece una protección especial.

Despenalizar la prostitución lleva a unos extraños (y moralmente problemáticos) problemas legales. Si “cliente” y  “trabajadora sexual” llegan a un acuerdo sobre los “servicios” y el “cliente” va más allá de lo acordado, se trataría como un incumplimiento de contrato, robo o violación?  (theft of services or rape?).  Si la policía está investigando el incidente, ellos deberían en primera instancia atender el caso como una disputa contractual o un asalto sexual? Estos problemas son creados por el enfoque de Amnistía, en el cual el sexo es tratado como cualquier  producto o “mercancía”.

5. Promueve una forma de libertarismo económico, típico anatema de  derechos humanos.

En discusiones con Amnistía, ellos frecuentemente critican las restricciones a la prostitución como paternalistas, en tanto regulan la conducta privada de mujeres principalmente. Sin embargo, es la propuesta de Amnistía la que cambia la sexualidad del ámbito de lo privado a lo público. Una cosa es interferir en el ámbito privado, de las acciones individuales de la persona, y otra distinta que el gobierno regule la venta pública de productos y servicios.

El gobierno prohíbe un amplio rango de actividades económicas, y grupos como Amnistía usualmente abogan por regulaciones más robustas debido a sus preocupaciones por las violaciones a derechos laborales, condiciones de trabajo y abuso de trabajadores. Pero en este caso, la propuesta de Amnistía es despenalizar una industria conocida por ser altamente peligrosa, plagada de corrupción y violencia, frecuentemente, si no por definición explotadora sexual y con un alto riesgo de trata sexual. En su lugar, Amnistía debería adoptar el modelo Sueco o Nórdico (Swedish or Nordic), el cual ha tenido un gran éxito en reducir la trata y explotación sexual en la prostitución (sex trafficking and prostitution), al tiempo que amplía los servicios para las víctimas de explotación sexual .

La propuesta de Amnistía pervierte los principios de derechos humanos y derechos de la mujer. Sacrifica las preocupaciones y bienestar de la gran mayoría de personas en situación de prostitución, atrapadas en una brutal industria explotadora. Como resultado, Amnistía ha manifestado una posición que será de gran ayuda para proxenetas, tratantes y explotadores sexuales, y hará un gran daño a los derechos humanos de los hombres, mujeres y niñxs atrapados en la “industria del sexo”.

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