miércoles, 25 de marzo de 2020

¡OFERTA! Derechos Humanos a 50€



¡OFERTA! Derechos Humanos a 50€
 06/05/2019 Nueva Revolución
El Regulacionismo, (Modelo alemán), que se caracteriza por “vender la moto” de querer revestir de “derechos” a las prostitutas y que se ha autoproclamado como el “Movimiento pro-derechos” dentro de un pseudo feminismo posmoderno.

Se caracteriza por querer hacer pasar la prostitución como “trabajo” (sexual), a las mujeres prostituidas como “trabajadoras” (sexuales) que como tales necesitan y deben tener unos derechos laborales reconocidos como cualquier otra persona que trabaja en una empresa, actividad, gremio, etc. y que en aras de esa supuesta libertad de mujeres libres, valga la redundancia, necesitan ver legalizada su actividad con el fin de ser respetadas social y laboralmente. Esto es lo que se podría llamar “Vivir en los mundos de Yupi”. Tratar de blanquear la prostitución y hacerla pasar como una profesión más, es la banalización total de lo que en realidad es: explotación sexual y esclavitud de mujeres.

Estamos de acuerdo que las prostitutas necesitan una ley que las proteja, pero desde luego ésta no pasaría por la legalización de la prostitución, ni bajo el Paraguas Rojo símbolo del “Regulacionismo” de países como Alemania o Nueva Zelanda; y de aquellos y aquellas que ven en El Barrio Rojo de Ámsterdam un Rodeo Drive, un Harrods o un Corte Inglés plagado de escaparates con las ofertas de la temporada y las nuevas colecciones que comprar.

ES FALSO que el Regulacionismo sea “PRO-DERECHOS” de las mujeres prostituidas.

El discurso regulacionista es el discurso del Lobby proxeneta, de chulos y puteros. El único movimiento PRO-DERECHOS de verdad es el que persigue la abolición de la prostitución.

El Feminismo hace muchas décadas que advirtió que este momento llegaría; que el Lobby Proxeneta se instalaría en el Feminismo para utilizarlo para “vender” su discurso de la “puta libre y feliz”. Y así ha sido.

El auge de las políticas capitalistas y neoliberales, ha creado “la tormenta perfecta” para que el discurso proxeneta regulacionista de la legalización de la prostitución se instale en la sociedad, infiltrándose en el movimiento feminista queriéndolo hacer pasar por una falsa preocupación por las mujeres “libres” y las condiciones “de trabajo” en las que ejercen la prostitución.

Pero nada más lejos de la realidad, si de verdad se quisiera lo mejor para las prostitutas se perseguiría a los prostituidores, se querría erradicar esta esclavitud sexual del cuerpo de las mujeres, y se procuraría trabajar hacia la idea de volcar los esfuerzos en exigir a los Estados que hicieran políticas activas, sociales y eficaces que evitaran que las mujeres vieran en la prostitución una salida, y así ser realmente libres; ofreciéndoles ayudas en la búsqueda de empleo, ayudas a la formación y ayudas sociales que evitaran que el interior de sus cuerpos fuera vendido para ser usado para echar polvos a 5 euros. Nunca la libertad, y ser libre han sido tan perversos como en este siglo XXI, fanático del concepto que de ello tiene el Neoliberalismo imperante, donde la ética ha sido totalmente borrada.

En el año 2002 Alemania aprobó la ley que convirtió a las mujeres prostituidas en “trabajadoras sexuales” bajo las premisas de: evitar la estigmatización de estas mujeres, considerar la prostitución como un trabajo digno y dotar de derechos a las prostitutas para así ser trabajadoras de pleno derecho como cualquier otra persona que es autónoma o es contratada por una empresa. También se dijo que no era lógico legislar sobre la libertad de las prácticas sexuales entre adultos para prohibirlas o sancionarlas judicialmente ya que las personas son libres para mantener relaciones sexuales; y se permitió la publicidad de los negocios del sexo, eliminando cualquier restricción a la promoción de la prostitución.

Chicas 24 horas: Nuevas, jóvenes y baratas


Ese titular que puede parecer “fuerte”, es en lo que ha convertido la legalización de la prostitución en Alemania, a las mujeres prostituidas. La prostitución es desde hace 17 años una industria más del país germano que campa por sus respetos libre e impunemente. Para muestra de ello, aquí unos datos que ponen los pelos de punta. Esto es lo que ha hecho “de bien” por las mujeres, la legalización y la industrialización del sexo en Alemania desde el periodo 2002 al 2017 la legalización de la prostitución ha propiciado (datos extraídos de este artículo que todo el mundo que defiende el discurso regulacionista debería leer: https://somoslamitad.wordpress.com/2016/11/14/el-modelo-aleman-esta-creando-el-infierno-en-la-tierra/)

14.6 BILLONES de euros de beneficios extraídos directamente de los cuerpos penetrados de las mujeres.
3500 burdeles registrados (lo que significa que hay muchos más no recogidos en los registros oficiales).
Proliferación de “mega-burdeles” para que cientos de puteros puedan consumir mujeres a la vez sin esperas, ni colas.
Aumento de un 30% de la demanda según fuentes policiales alemanas (hace 17 años el número de mujeres prostituidas era de 400.000, ahora mejor ni imaginarlo). De las cuales, según datos de 2017, sólo 44 prostitutas “libres y felices” estaban dadas de alta como autónomas; por lo tanto, el resto de prostitutas sigue sin seguridad social, sin derechos sociales o laborales, ni nada que se le parezca.
Aumento del turismo sexual que ya no viaja a países asiáticos, del Caribe o América Latina en busca de “chicas jóvenes y baratas”, ahora las tienen en el macro burdel o sala de fiestas de al lado de casa.
“Putódromos” con “tarifa plana” en los que por 50€ los puteros tienen bebida, comida y mujeres; por lo que es habitual encontrarse con centenares de hombres haciendo cola para entrar, donde las mujeres son prostituidas hasta la hora de cierre con las consecuencias físicas que ello supone para su salud.
El precio medio por polvo en un burdel es de unos 30€, de los cuales ellas pagan al chulo/proxeneta 25€ de impuestos + el coste del arrendamiento de la habitación donde trabajan y viven. Sí, en la misma habitación donde despachan a una media de 20-30 hombres al día allí ellas duermen, comen y viven. Las que ejercen en las calles venden sus vaginas, anos y bocas por unos 5€ de nada.
La prostitución se publicita en guías turísticas del país ofreciendo promociones en los burdeles y macro burdeles de las ciudades; como quien compra un billete para ir a un musical, a un museo, etc. dentro de la oferta cultural de la ciudad incluyendo tours guiados por los burdeles de moda.
Los proxenetas han pasado de ser delincuentes a ser empresarios hoteleros que “alquilan habitaciones”.
200.000 hombres compran mujeres en Alemania, el 18% son puteros habituales y un 80% ha pisado un burdel al menos una vez.
En cuanto a la trata, se ha pasado de 151 personas condenadas por tráfico de mujeres en el año 2000, a 32 condenados según datos registrados por la policía en 2011. No porque se redujera la trata, sino porque ya no se denuncia debido a la impunidad que la legalización de la prostitución ahora procura a las mafias de tratantes.
Ese mismo año (2000), según la policía 636 mujeres fueron traficadas, 13 eran menores de 14 años y 77 menores de 18.
Otro dato importante:

El 95% de las mujeres prostituidas no son alemanas, sino que proceden de otros países (Europa del Este, Caribe, América Latina, África, y China principalmente); de las que el 30% son chicas menores de 21 años.
Lo que evidencia que hay una clara correlación entre ser mujer, ser pobre e inmigrante. Mujeres en su mayoría captadas en el país de origen a través de la táctica del “Lover boy”.



‘Frischfleisch” (carne fresca)

En las prácticas sexuales de los puteros se observa un crecimiento en el nivel de perversión y con ello el aumento de la peligrosidad para las mujeres prostituidas que son objeto de violencia impunemente. El estudio Zumbek, (Alemania 2001) reveló que el 70% de las prostitutas habían sufrido agresiones físicas por parte de los puteros, pero es que otro estudio realizado por el Ministerio Alemán de la Familia en 2004 con la ley regulacionista ya en vigor, reveló que un 82% de prostitutas había confesado sufrir violencia psicológica y un 92% dijo haber sido violadas.
Hablando de las prácticas sexuales, el artículo citado menciona “un menú” que se oferta desde los burdeles alemanes, en el que se recogen los siguientes “platos”:

AF: anal con la lengua
AFF: penetración anal con puño
AO: todo sin preservativo
Braun-weiß: jugar con heces y esperma
DP: penetración doble o sexo con dos mujeres
EL: lamer los testículos
FFT: penetración completa con puño
FT: sexo oral sin preservativo y tragando el esperma
GB: sexo en grupo (varios hombres) con eyaculación en la cara de la prostituta
GS: sexo en grupo
KVP: defecar sobre la prostituta
SW: una mujer entre dos hombres
TBL: sin tabúes, todo está permitido
ZA: lamer el ano

Y hablando de perversión, uno de las novedades es el sexo con mujeres prostituidas embarazas. El ginecólogo W. Heide denuncia el incremento en la demanda de mujeres gestantes lo que hace que se busque y se capte para ejercer la prostitución a embarazadas con necesidades económicas. Estas mujeres son obligadas a tener sexo con entre 15- 40 hombres/día hasta el momento del parto; volviendo en pocos días “al trabajo” sin respetar el periodo de cuarentena que es necesario para poder tener relaciones sexuales con penetración sin dolor.

“Le abrí las nalgas, le clavé la polla y se quejó en silencio. Cuando estaba a punto de terminar, empotrándola más y más violentamente, quiso que parara y la follara por el coño. Pero yo no quería. ¡Lo siento, Vanessa! Después de varias embestidas más fuertes disparé mi munición y se la volví a clavar profundamente.”


(Opinión de un putero en el foro www.freiersblick.de Actualmente cerrado.

Pero podéis consultar este espacio web (en inglés) https://the-invisible-men.tumblr.com/ que trata del mundo de los foros de puteros)

No hay Ley de Prevención de Riesgos Laborales en el mundo libre que pueda admitir ninguna de estas prácticas como admisible para las condiciones de trabajo de cualquier ser humano. Ni “sindicato obrero” que realmente vele por el bienestar de sus trabajadoras representadas que recomiende, acepte e inste a sus representadas a aceptar este tipo de condiciones ni prácticas laborales ya que son inasumibles para el respeto de la dignidad de las mujeres. Simplemente, el AO (todo sin preservativo) es un riesgo para la salud que conlleva causas fatales, algo que por cierto antes de la ley regulacionista de 2002 estaba prohibido.

Por eso decir que el Regulacionismo, con el falso “sindicato” OTRAS como abanderadas es la lucha “pro derechos” de las prostitutas en España es MENTIRA. No es el discurso de las prostituidas, no es la defensa de los Derechos Humanos, la dignidad y la no estigmatización de las prostitutas. Lo que sí es cierto es que no es más que el discurso proxeneta que promueve e incentiva una actividad que vulnera y viola los derechos humanos de las mujeres, y que solo reporta el enriquecimiento de quien vive de la venta del cuerpo femenino y de quienes han hecho de la captación de mujeres su modo de vida.

El ginecólogo W. Heide que trabaja en la atención a mujeres víctimas de la prostitución calificó como catastrófica la salud de las prostitutas en su informe de 2017. A los daños físicos se le suman los psicológicos acompañados en muchos casos de adicciones a drogas y alcohol para poder soportar las condiciones en las que se ven sometidas a trabajar y en cuyo caso muchas son enganchadas a las drogas duras por los propios proxenetas y puteros para que se hagan “dóciles.

Siempre que se habla de la prostitución se centra la mirada en las prostitutas y no en los proxenetas y puteros. ¡YA BASTA! Los datos y cifras dejan bien claro dónde está el foco del problema: en Inglaterra un 7% de hombres compran sexo habitualmente. En España son el 39%; 37% en Japón y un 73% en Tailandia son ejemplos de algunos países.

La regularización no es la solución. Necesitamos implementar el Modelo Sueco (Abolicionista) en todo el mundo. El único modelo que se ha demostrado realmente eficaz en la lucha contra la prostitución y la trata; ambas caras del mismo problema. Porque no es cierto eso de que son cosas diferentes. La prostitución se nutre de la trata; del tráfico de mujeres, de su compra/venta, de su explotación sexual forzada, porque no niego que existan prostitutas libres y felices, como esas 44 que he mencionado antes; lo que sí afirmo categóricamente es que ninguna mujer nace para puta. Ninguna niña sueña con ser puta, ni ninguna adolescente frente a su examen de ingreso a la Universidad imagina matriculándose en la “Facultad de las putas felices y empoderadas”.

Fuente







No lo llames asistencia sexual, llámalo prostitución
octubre 30, 2019
Sandra Díez Guerrero
Asamblea Abolicionista de Madrid

Este sábado 26, el Instituto Sexológico Murciano ha celebrado el curso sobre asistencia sexual que anunciaron hace unas semanas. El propósito de la entidad, según ellos mismos, era la formación de personas interesadas en “actuar” como asistentas sexuales. La cuestión de la “asistencia sexual” ha surgido hace pocos años atrás, como una actividad destinada a cubrir las “necesidades” sexuales de las personas con discapacidad. Sus defensores han recalcado que no se trata de prostitución y que cumple una función “social” porque estas personas requieren a alguien que les “ayude” a vivir su sexualidad.  Puede ser una caricia, un beso o una masturbación, todo después de un intercambio económico. ¿En qué se diferencia entonces de la prostitución?  

Este es solo uno de otros tantos intentos de hacer pasar por algo distinto lo que es prostitución (sugar daddy, chicas de “compañía”). Diferentes formas de nombrar la misma cosa, adaptadas a diferentes públicos, pero cuyo resultado es la explotación de mujeres y la reproducción de la idea que convierte los deseos de los hombres en “necesidades” que las mujeres deben satisfacer. En este caso concreto se intenta pasar por un derecho de las personas con discapacidad algo que no lo es y que la mayoría no demanda. Por ello, muchas asociaciones y personas con discapacidad se han posicionado en contra, como la Unidad Progresista de Apoyo a la Discapacidad y la Dependencia. Quienes padecen una discapacidad tienen derecho a vivir una sexualidad libre, pero con personas que deseen mantener relaciones con ellas. Convertir los deseos en derechos es uno de los mecanismos más empleados por la ideología neoliberal, y que ataca específicamente a las mujeres en cuestiones como la explotación sexual y reproductiva.



Los defensores de esta práctica reivindican los derechos sexuales de las personas con discapacidad. Los derechos sexuales y reproductivos son parte de los derechos humanos, y otorgan a las personas el derecho a vivir su sexualidad de manera libre y saludable. Este reconocimiento no significa que deba existir en la sociedad un grupo de mujeres destinadas a satisfacer la sexualidad de los hombres. El derecho de las mujeres a vivir su sexualidad libremente y sin violencia, ni ningún tipo de coacción de cualquier índole, parece que no es relevante, porque lo que las mujeres deseen o con quien deseen estar no es tan importante como satisfacer lo que quieran los hombres. Este paradigma no es nuevo, sino que constituye uno de los principales privilegios masculinos en la sociedad patriarcal.
Lo preocupante es que ahora se intente presentar como “transgresor” lo que es la forma de explotación más brutal que sufren las mujeres. Se apela al chantaje emocional y se instrumentaliza a quienes padecen una discapacidad para presentar la existencia de la “asistencia sexual” como algo inevitable y básico para que estas personas desarrollen su vida. El discurso de sus defensores es malicioso y manipula en varios sentidos. Llegan a afirmar que si la motivación es solo económica se descarta a la persona. Pero una afirmación como esa es pura fachada. La “asistencia sexual” establece un intercambio económico y ofrece un “servicio”, luego no es una relación deseada por las dos partes.

A la vez que afirman que las personas con discapacidad son deseables, cuestión que no se pone en duda, exigen que se les provenga de un servicio de sexo por dinero. ¿Si son deseables por qué necesitan pagar por “sexo”? Son ellos mismos quienes estigmatizan a las personas con discapacidad si promueven la idea de que no pueden tener relaciones sexuales sin pagar por ellas. Su lucha debería tener como objetivo, si realmente están preocupados por la sexualidad de estas personas y no en poner en marcha un negocio, derribar falsos mitos y combatir el estigma.  

Pero el objetivo vuelve a ser normalizar la idea de que los hombres tienen unas necesidades sexuales que deben ser aliviadas a toda costa, o, mejor dicho, a costa de los derechos de las mujeres. Tandem Team (asociación nacida en 2014 para defender esta cuestión) concedió en 2015 una ponencia sobre la “asistencia sexual”. En ella participaron el fundador y presidente de la asociación y la gerente de esta (puestos que ocupaban en ese momento, pero no en la actualidad).  Él cuenta (minuto 11:30)  que su propia madre se alegró de que fueran a poner en marcha este proyecto porque en una ocasión una mujer le había contado que tuvo que masturbar a su hijo con discapacidad. Con esta “anécdota” se pretende plantear un conflicto moral injusto y ficticio que haga ver la “asistencia sexual” como algo inevitable.  O una “asistenta sexual” o su madre.



Se trata de un intento vil por mantener esa falsa creencia de que la sexualidad de los hombres debe ser satisfecha de cualquier forma, aunque sea la propia madre la que se vea obligada a hacerlo. En el debate de la prostitución es ya inexcusable no poner el foco en la responsabilidad de los hombres que consienten en mantener cualquier relación de carácter sexual con mujeres que sin la presencia de dinero no accederían a ello (por mucho que los defensores lleguen a afirmar que hay un “deseo mutuo”). La relación de poder que existe entre hombres y mujeres se manifiesta aquí de manera clara. Si se normaliza que todos los deseos sexuales de los hombres deben encontrar una mujer dispuesta a cumplirlos, aunque sea la propia madre, entonces se acepta que debe existir un grupo de mujeres disponibles, cosificadas, explotadas y por tanto privadas de todos sus derechos para mantener los privilegios masculinos de la prostitución. Él mismo explica (minuto 20:00) que están recibiendo llamadas de personas sin discapacidad que buscan este “servicio”, y que ellos hacen una “apuesta” para que este servicio no sea solo para la diversidad funcional, sino que “esta figura se exporte a la población en general” (Minuto 19:50).

La agenda abolicionista del feminismo afronta varios intentos por parte de los defensores de la prostitución de presentar la explotación de las mujeres como prácticas específicas que nada tienen que ver con mercantilizar la sexualidad y a las mujeres. Son nuevos términos dirigidos a diferentes públicos con discursos bien definidos pero todos ellos con el objetivo de legitimar la prostitución. Por ello, el feminismo no debe bajar la guardia y caer en la trampa de creer que la “asistencia sexual” es algo diferente. Es otra más de las formas de legitimar que la sexualidad de los hombres es incontrolable y que las mujeres deben complacerla. Es violencia machista contra todas.

Sandra Díez Guerrero, Asamblea Abolicionista de Madrid
Contrainformacion.es
https://contrainformacion.es
Periodismo incómodo

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No existiría la trata si no existiera la prostitución; hay una conexión inseparable


"No existiría la trata si no existiera la prostitución; hay una conexión inseparable"

Taina Bien-Aimé, directora de la Coalición contra la Trata de Mujeres (CATW), ha visitado España para participar en un congreso contra este tipo de "esclavitud moderna" que, según la ONU, es la más frecuente
"La trata con fines de explotación sexual ocurre en todas partes y a nuestro alrededor. Es un crimen que está escondido, pero a plena vista. Está delante de nuestros ojos, pero no la reconocemos", explica
La experta apuesta por el modelo abolicionista de la prostitución y las multas a clientes. "No puedes ser feminista y estar en contra de la violencia de género, pero no de la prostitución", asegura sobre el debate a este respecto en el feminismo
Marta Borraz 
10/02/2019 -
Taina Bien-Aimé, directora de la Coalición contra la Trata de Mujeres (CATW) FERNANDO SÁNCHEZ

Apenas encuentra un hueco para atender a los medios. Va de un sitio a otro y no se quiere perder ninguna de las mesas redondas que forman parte del congresoAvances y retos de futuro en la lucha contra la trata y la explotación sexual de mujeres y niñas, celebrado en Madrid el pasado lunes y martes. Charlamos con Taina Bien-Aimé, directora de la Coalición contra la Trata de Mujeres (CATW), mientras se relaja un rato para comer algo en una cafetería de la capital.

Ha venido desde Nueva York, donde forma parte de la Comisión para la Igualdad del Ayuntamiento de la ciudad, para compartir espacio junto a decenas de activistas de todo el mundo para abordar la trata con fines de explotación sexual, el tipo de "esclavitud moderna" más frecuente, según la ONU. La jornada, organizada por la misma CATW y por la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres ha estado marcada por una férrea defensa de la abolición de la prostitución.

¿Cuál es la situación de la trata con fines de explotación sexual a nivel global?


No hay ningún país en el mundo en el que no haya mujeres que son víctimas de trata con fines de explotación sexual. Si miras el mapa global, hay mujeres en situación de trata en todos los países, muchas víctimas en su propio territorio porque la trata no es solo un fenómeno internacional, sino que también es un fenómeno doméstico, nacional. La definición según el Protocolo de Palermo, el instrumento internacional más importante en este sentido, no requiere el movimiento de las personas, así que cualquiera puede ser tratada en su propia ciudad y en su propio barrio.

¿Hay cifras fiables?

Todo el mundo quiere saber cuántas personas son víctimas de trata y hay una necesidad de tener números encima de la mesa, sin embargo, tenemos muchos retos por delante en este sentido. Algunos gobiernos publican cifras y reportan a las agencias de la ONU, pero estos números dependen de las víctimas que fueron identificadas y ahí hay muchas limitaciones. No es fácil, pero los Estados deben hacer un esfuerzo todavía muchísimo mayor.

¿Es una prioridad para los gobiernos?

Los gobiernos no hacen prácticamente nada contra la trata. Fallan muchas cosas en la persecución de esta vulneración de los derechos humanos y hay un gran déficit de leyes y muy pocos protocolos y poco efectivos para la mejor identificación de las víctimas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Además, los tribunales apenas han emitido sentencias, hay una falta de jurisprudencia. La trata con fines de explotación sexual ocurre en todas partes y a nuestro alrededor: en internet, en burdeles y clubs, en la calle, en una habitación de hotel...Es un crimen que está escondido, pero a plena vista. Está frente a nosotros y delante de nuestros ojos, pero no la reconocemos.

¿Qué medidas son urgentes para luchar contra la trata con fines de explotación sexual?

Es necesario implementar el modelo abolicionista de la prostitución. Hay que despenalizar a las mujeres prostituidas, dejar de perseguirlas, penalizar a los hombres que compran prostitución y proveer de ayudas y opciones laborales a las mujeres.

El Gobierno español ha asegurado que está preparando una ley integral contra la trata. Entre otras cosas, se han barajado medidas que tienen que ver, precisamente, con las multas a los clientes de prostitución.

Si los gobiernos quieren abordar la trata con fines de explotación sexual, una de las mejores herramientas para hacerlo son esas estrategias que intervienen en la demanda de prostitución, que combaten y erradican la demanda. La prostitución es un negocio, es la ley de la oferta y la demanda: si acabas con la demanda, el negocio se cae.

Hay organizaciones que aseguran que la vía de multar al cliente precariza a las mujeres y las traslada a espacios más hostiles en los que es más difícil que ejerzan sus derechos.

Es necesario mirar la realidad de la prostitución en el contexto de la violencia basada en el género. Si empleamos este mismo argumento para el caso de la violencia doméstica [en inglés se utiliza el término violencia doméstica para referirse a la violencia que se da en la pareja], podríamos decir que si apartas al marido agresor de la situación y del hogar, también estás arrebatando a la familia la persona, por ejemplo, que lleva el dinero a casa, el sustento económico o el padre de los hijos.

Por eso, junto a la medida de las multas, hay que encontrar soluciones que incluyan dar oportunidades económicas y de trabajo a las víctimas y a las supervivientes. Nuestra meta y nuestro objetivo es que todas las personas puedan alcanzar su potencial máximo y que no sean compradas y vendidas como mercancía en un mercado de cuerpos de mujeres.

Organizaciones como Amnistía Internacional han incidido en la necesidad de separar trata y prostitución, pero usted mezcla ambos conceptos. ¿Por qué?

La trata es un vehículo que el tratante usa para llevar a la víctima hacia la prostitución. Es un medio. En el caso de la trata con fines de explotación sexual, es el vehículo que usan para llevar a las víctimas a los clubs, a los prostíbulos y burdeles. El destino último es la prostitución. Hay una conexión que es inseparable. No existiría la trata si no existiera la prostitución.



Este debate se ha trasladado al feminismo, en el que hay un fuerte debate entre feministas que abogan por la abolición de la prostitución y feministas que creen en la regulación. ¿No hay un posible punto común? ¿Cómo está afectando al movimiento feminista?

Lo que tenemos en común es que los dos lados creemos que las mujeres no pueden ser penalizadas y criminalizadas de ninguna forma. Las razones son un poco diferentes y también lo es la forma en qué abordamos esta realidad, pero ahí sí coincidimos. El regulacionismo en la práctica provoca despenalizar la industria y el comercio del sexo entero, al final acaban despenalizados también los proxenetas. Nuestra posición es que no podemos defender los derechos de las personas explotadas si despenalizamos a los explotadores.

Son feministas patriarcales que sostienen los derechos del hombre y su acceso a los cuerpos de las mujeres. La prostitución es como cualquier otro tipo de violencia contra la mujer y basada en el género (mutilación genital, violación, matrimonio forzoso...), que lo que tienen en común todas es que el fin es dar acceso a los hombres a los cuerpos de las mujeres. Es la conexión entre todos esos tipos de violencia. Así que no puedes ser feminista y estar a favor de los derechos de las mujeres y contra la violencia basada en el género y no estar contra la prostitución y que no haya ningún problema con la prostitución. La prostitución no es una excepción de la violencia porque, en este sentido, el dinero está comprando el consentimiento. Y eso no es consentimiento.

Este debate se ha intensificado en los últimos meses en España tras la creación del sindicato de prostitutas OTRAS, que fue inscrito en el Ministerio de Trabajo el pasado agosto y cuyos estatutos fueron anulados por la Audiencia Nacional.

Sí, hemos oído sobre ello. En prostitución, cuando dicen "mi cuerpo, mis derechos" lo que están diciendo es "mi cuerpo, los derechos del hombre". Yo creo que es interesante ver qué tipo de conexiones tienen estos sindicatos con la industria del sexo y el proxenetismo. No son las mujeres prostituidas en el comercio sexual las que se están organizando, sino el lobby proxeneta. La mayoría de mujeres quieren salir de la industria sexual, no quieren quedarse ahí. El hombre que compra sexo, que por otro lado, al menos en Estados Unidos, no son una mayoría, ejerce poder y control sobre las mujeres prostituidas.


Fuente
https://www.eldiario.es/sociedad/Entrevista-Taina_0_865813868.html