sábado, 27 de julio de 2019

La falacia del porno ético y feminista.


La falacia del porno ético y feminista.
25/06/2019
Autora
Nerea Sanchís Rodríguez
Analista y activista feminista. Psicóloga Social. En el Partido Feminista de España.

La aceptación de la pornografía significa el declive de la ética feminista y el abandono de la política feminista; la aceptación de la pornografía significa que las feministas abandonan a las mujeres (Andrea Dworkin 1946-2005)

Hace algunos días leí una entrevista a una actriz porno española afincada en Berlín, que publicaba El País en su sección de belleza y moda, dicha entrevista cuanto menos me resulto muy inquietante. (https://smoda.elpais.com/belleza/porno-etico-berlin/)

El titulo decía así: El porno del futuro se llama porno ético y viene de Berlín, su autora lejos de platear una postura desde la crítica feminista, aplaude dicha propuesta berlinesa, con entusiasmo y furor, como si de una revolución se tratara.
Y esta actitud de algunas mujeres, también me inquieta y me entristece por la falta de conciencia que aún existe en relación a la cultura de la violación, promovida por la pornografía, toda la pornografía.
La pornografía no puede ser buena, ni ética, ni feminista, porque al igual que la prostitución es una institución patriarcal y un negocio. Uno de los pilares más importantes de la industria del sexo (IS), que comparte mucho con la prostitución, empezando por la mercantilización de los cuerpos, donde de nuevo las más perjudicadas son las mujeres y niñas que alimentan esta industria todopoderosa.

Nada más leer el título de la entrevista ya no me cabía la menor duda de por dónde irían los tiros. Un ensalzamiento del porno como vía para la liberación sexual, como la herramienta que nos hará ser felices y sexualmente completas. Como botón de muestra al principio de dicho artículo se puede leer lo siguiente: el creciente éxito de la pornografía alternativa es una consecuencia más de la capacidad de reinvención y del espíritu de libertad que siguen rompiendo muros en una ciudad cosmopolita y abierta.

Comienza el despliegue neoliberal, considerar un avance la explotación sexual de millones de mujeres y niñas/os, bajo el paraguas del todo vale cuando colocamos detrás la etiqueta de alternativa, diversa, inclusiva, ética o incluso feminista. Por supuesto, el feminismo aquí pierde todo su valor contracultural y se convierte en una etiqueta pervertida, que sirve a la IS de colchón para lavar las conciencias y adormecer a la gente.

Me pregunto si muchos de los defensores/as del porno ético, se han parado a realizar conexiones, se han detenido a preguntarse sobre el macabro plan de la IS, que no es otro que seguir legitimando la violación y la mercantilización de los cuerpos de las mujeres. Me temo que no, porque al igual que ocurre con la prostitución hay muchos intereses en juego, entre ellos manipular y engañar para mantener intacto el sistema patriarcal y capitalista. Valga decir que este intento de ocultar y embellecer las prácticas que oprimen a las mujeres, pasa con la prostitución cuando se la denomina trabajo sexual o con los vientres de alquiler cuando se habla de gestación/maternidad subrogada, eufemismos muy peligrosos para mantener intacto el negocio.



En la pornografía, el lobby de la industria del sexo opera de la misma forma que en la prostitución y los vientres de alquiler, utilizan a mujeres para defender sus dominios, bajo el manto de la libre elección, el empoderamiento, el glamour, el éxito, el altruismo, la solidaridad etc.
Mujeres bien posicionadas en la industria que dicen ser feministas y éticas, como algunas conocidas actrices o directoras porno feministas. Hablan como si ellas fueran las inventoras de sus narrativas en la escena, cuando se adhieren a la perfección a la misoginia que construye la pornografía.
Así, algunas representan (y promueven como algo natural y deseable) la fantasía del pedofilo/pederasta en sus filmes, caracterizándose de adolescentes. También el deseo de dominación extrema de los machos, cuando nos cuentan en sus vídeos como iniciarse en la práctica BDSM como si nada, todo, eso sí, bajo el consentimiento y la ética…
La misma actriz a la que se entrevista en este artículo del País, habla con total naturalidad de como ella misma se convierte en un objeto sexual: En la peli yo me convierto en un objeto e interviene también Parker Max, hacemos BDSM, body marking y masturbacion (decir que muchas de estas prácticas como las que engloba el BDSM, son productos directos de la relación de poder que establece el patriarcado entre hombres y mujeres)

Me preocupa mucho que esta actriz, pueda llegar a convertirse en educadora sexual como ella misma se autodefine y que todo este falso movimiento de liberación, placer y respeto se extienda, puesto que en Berlín ya han producido una serie que se llama Sex School, diseñada con fines educativos, que cuenta con relatos de diferentes personas implicadas en la industria del sexo. Y lo más preocupante de todo, es que todas estas propuestas están empezando a tener apoyo del mismo gobierno del SPD (Partido Socialista Demócrata de Alemania) encabezado por el alcalde de Berlín Michael Müller, el cual incluye en su agenda política una medida para destinar parte del presupuesto dedicado al cine, a apoyar el porno ético e incluirlo en la parrilla televisiva.

Una distopía, la pornografía convertida oficialmente en una herramienta para la educación afectivo-sexual. ¿Esa es la educación de calidad y feminista que queremos instaurar? ¿una educación promovida por la industria del sexo, donde el bondage, los juegos de sumisión-dominación, el sadomasoquismo y el sufrimiento son erotizados y amparados en el todo vale si hay consentimiento?.
Desde luego no voy a aceptar como revolucionario, positivo y feminista que la erotización de la violencia sea un instrumento educativo. Y que la mercantilización de los cuerpos de las mujeres sea visto como algo natural, ético y liberador porque ellas así lo eligen, como en la prostitución.
No quiero pasar por alto el mantra del consentimiento, al que tanto aluden los y las defensoras del porno ético, las feministas han trabajado durante décadas y siguen trabajando para deconstruir esta categoría patriarcal del consentimiento. En nombre del mismo toda agresión, violación y brutalidad que se cometa contra nosotras, puede borrarse de un plumazo. Toda la responsabilidad recae en nosotras, dejando impunes y limpios a los hombres que perpetran la violencia. Lo mismo ocurre en la prostitución y como no, en la pornografía. Esta es una escuela de poder y este poder también lo vemos reflejado en la justicia, cuando hay jueces y abogados que hablan de fiesta y jolgorio, de sexo pornográfico, y no de violación.

¿No estaremos alimentando exactamente lo contrario de lo que tratamos de erradicar, con esto del porno ético, alternativo, consentido? Es decir, la cultura de la violación.
¿No nos recuerda esto al discurso de la libre elección en la prostitución? siempre y cuando ella lo decida, lo quiera y lo acepte es bueno, siempre y cuando ella lo soporte todo vale. Sin pensar en las condiciones sociales, económicas y culturales de las mujeres, como si el porno saliera de la nada. ¿Quienes son las mujeres en la pornografía? me atrevo a decir sin mirar cifras o consultar estudios, que ocurre lo mismo que en la prostitución, chicas jóvenes, muchas de ellas menores de edad, muchas captadas por las mafias colindantes a la IS, muchas en situación de prostitución, muchas pobres y migrantes…
Todo esto debería alejarnos y mucho de pensar en un paraíso pornofeminista, también a las propias mujeres que nos hemos educado con el boom de la IS desde los 80´ y que aprendimos a erotizar la violencia, la sumisión y que aunque mucho menos que los hombres, también vimos porno y aprendimos a excitarnos con estas imágenes como si fueran algo inocuo, sin reparar en el daño que esto supone para nuestra psique y nuestra sexualidad.
El porno ético o como quiera que lo llamen es otra trampa más de la implacable IS, para naturalizar la violación y para seguir enriqueciéndose de la misma, generando cantidades ingentes y escandalosamente altas, beneficios de los que los estados se aprovechan. No es casualidad que los gobiernos llamados demócratas promuevan tales prácticas. Sabemos que el negocio de la pornografía es uno de los más rentables del mundo, generando la friolera cantidad de cien mil millones de dólares al año.



No quiero tampoco pasar por alto, donde se está fraguando esta propuesta, Berlín-Alemania, paraíso europeo del turismo sexual junto con España. Alemania, donde la prostitución se regulo en el año 2002, como promesa de protección y liberación para las mujeres y ha ocurrido todo lo contrario. Alemania se ha llenado de campos de concentración de mujeres y niñas migradas, muchas raptadas por lovers boys, provenientes en su gran mayoría de los países pobres de Europa del Este, gran parte de ellas menores de edad y con historias de abusos sexuales y violaciones a sus espaldas. Verdaderas prisiones, que nada tienen que ver con el placer, la libre elección o el éxito, si no con la brutalidad de los hombres machistas que antes de ir de putas se educaron en la pornografía.
Berlín , que cuenta con uno de los megaburdeles más grandes de Europa, el Artemis, donde llegan los aviones repletos de turistas para violar mujeres. Alemania, el país de la tarifa plana, cerveza, salchicha y acceso ilimitado a mujeres. No me extraña que desde Berlín este tomando fuerza esta propuesta falaz de liberación, donde la IS y el proxenetismo gozan de tan buena salud. Donde cada año se celebra uno de los más influyentes festivales de porno, que marcan tendencia en toda Europa, el Porn Film Festival. Donde ahora pintan un futuro con escuelas enseñando porno ético y con alcaldes socialdemocratas promoviendo la cultura de la violación en el cine y las artes.

La pornografía ha sido, es y siempre será un instrumento más de dominación y una escuela para la violencia más atroz que se comete contra las mujeres.
La sexualidad no está representada en la pornografía, sino la misoginia y el dolor histórico que el patriarcado ha impreso en nuestros cuerpos.

Una educación afectivo sexual es muy urgente, una educación donde no se escenifique la violación, una educación libre de mandatos, de estereotipos, donde de verdad el placer y no el dolor se ponga en el centro. Es fundamental comenzar desde la infancia, dar herramientas a las niñas y niños para cuidarse, amarse a sí mismas/os y entre ellas/os, respetarse, autodescubrirse y descubrirse mutuamente bajo un modelo de relación igualitario, alejado de los roles sexistas y del patriarcado.
Es urgente enseñar a las niñas a quererse y aceptarse y a los niños a no invadir, ni intimidar. Es decir, romper con las leyes del agrado y del domino, y erradicar la cultura falocentrica y heteronormativa que nos imponen prácticamente desde que nacemos.
Dejémonos de falacias. Los muros del patriarcado solo se derrumbaran cuando acabemos con la cultura de la violación y la agresión sexual y eso solo ocurrirá cuando la prostitución y la pornografía queden abolidas.

Artículos consultados:
https://smoda.elpais.com/belleza/porno-etico-berlin/

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