domingo, 22 de marzo de 2020

Las criadas del sistema capitalista


Las criadas del sistema capitalista
 28/06/2019
Teresa Domínguez

Primero se congelan los óvulos, luego los embriones. Y más tarde, cuando se decide la maternidad o paternidad, se contrata, paga e implanta a una tercera (madre de alquiler) el embrión (propio o comprado) para que lo “incube”. La factura ha de terminar de pagarse con antelación, el contrato especifica todos los detalles a los que está sometida, en especial la madre de alquiler. Que durante todo el periodo dejará de ser una mujer libre, dejará de poder tomar decisiones respecto a su propio cuerpo, salud y vida.


Selección por catálogo de donantes de óvulos.



Precio de óvulos y embriones por lotes



Catálogo de madres de alquiler

Solo después de que la madre subrogada se ponga de parto, hablamos de un año aproximadamente desde la selección de “paridoras” y/o donantes de óvulo, por catálogo, preparación y posterior implantación, los clientes irán al hospital a que se haga efectiva la entrega, de “su” criatura, o “sus” si son más de una. Se harán el vídeo y fotos correspondientes en la mesa de quirófano junto a la madre de alquiler, con un bebé recién arrancado (literal y por cesárea la mayor de las veces) de las entrañas de su madre, en un puro éxtasis de felicidad mientras, la madre sufre las consecuencias físicas, emocionales y psicológicas de un embarazo, parto y post-parto, a veces múltiple y la pérdida de un hijo o hija.




La maternidad subrogada no es nueva, los primeros arreglos legales del alquiler de vientres comenzaron en Estados Unidos en la década de los 80, en aquel momento, incluso después, eran poco comunes los casos y estigmatizados. Según el Centro para el Control de Enfermedades en EEUU, en 2015, los vientres de alquiler representaban solo el 3% de los bebés concebidos en Norte América a través de fecundación in vitro (FIV).

Ahora hay una “aparentemente repentina explosión de demanda”. Y el sector del software no se queda atrás. Según datos de ciertas empresas tecnológicas, en Sillicon Valley han aumentado un 500% (año tras año) la congelación de óvulos. Y la solicitud para maternidad subrogada ahora representan el 20% de todas las consultas que recibe  las empresas para las que trabajan.

Las empresas tecnológicas han comenzado a subsidiar los servicios de vientres de alquiler, como hacían con la congelación de óvulos. Facebook y Google ofrecen generosos incentivos por contratar la maternidad subrogada, por ejemplo, reembolsa a los empleados hasta 20,000$ de gastos, del total de la factura, que puede alcanzar más de los 200.000$, para las “compensaciones” a madres de alquiler, facturas de hospitales y otros gastos. Algunas empresas incluso ofrecen ventajosas líneas de crédito.

En un esfuerzo por “atraer y retener talento”, Young Smith ha pedido a los 98,000 empleados de Apple que averigüen qué tipo de beneficios les interesan más. Todos estos esfuerzos son parte de una tendencia creciente a ofrecer opciones favorables para los empleados en las compañías de Silicon Valley, por un lado para reclutar nuevo personal femenino, y por otro para fidelizarlo, y para ello crea incentivos tanto para la congelación de óvulos como para el contrato de “servicios” de vientres de alquiler. Lo que no limitaría las carreras de dichas empleadas, y por ende de otros interesados. Porque, según fuentes de estas tecnológicas, existe una escasez de mujeres senior en Silicon Valley, por lo que los beneficios ofrecidos por Apple y Facebook podrían verse como un intento de “rectificar el desequilibrio”. Eso sí, lo que no se comenta es que con ello se genera una suerte de subclase de mujeres paridoras, que generalmente pertenecen a estratos sociales inferiores.

Apple dijo en su informe de diversidad este año que su fuerza laboral era 70% masculina, mientras que Facebook informó que su fuerza laboral era 69% masculina. Las empresas más jóvenes, como Uber, Lyft y Pinterest, también ofrecen incentivos para esta práctica bajo la premisa de que ayudan a la “lealtad” de los empleados en el competitivo mercado laboral de Silicon Valley.

Estos subsidios o ayudas también vienen favorecidos por supuestas organizaciones sin ánimo de lucro, que tienen detrás el aval de la industria y lobbys, clínicas, intermediarios, bufetes de abogados eminentes y grandes farmacéuticas: EMD Serono”, negocio farmacéutico de Merck KGaA, la farmacéutica clínica de Mandell, la farmacéutica Integrity RX, etc. (Si te lo puedes permitir económicamente, que nada te impida tener un hijo), donde se explica el entramado de las grandes ferias internacionales para hombres gays en exclusiva. De hecho, este programa de asistencia, anualmente facilita más de un millón de dólares en apoyo financiero a sus clientes, a través de más de 50 proveedores, en dos formas según la necesidad: Servicios gratuitos y con descuentos donados por proveedores líderes en reproducción asistida: 75% de descuento en el precio de ciertos medicamentos para las mujeres sometidas a tratamiento de hiperestimulación ovárica y otros para su uso no solo en las donantes de óvulos, sino para la medicación que necesitan las madres gestantes para que les quede bien implantado el embrión comprado por catálogo. Y subvenciones en efectivo y línea de crédito, a “futuros padres” que se financian principalmente a través de las conferencias y donaciones de amigos del sistema.

Las parejas de hombres homosexuales fueron los primeros en dar el paso para “romper el estigma” de los vientres de alquiler. Según empresas del ramo, los gays suponen en EEUU un tercio de la demanda, 10% hombres solos, y son 60% parejas heterosexuales. Los vientres de alquiler crecen también por una legislación cada vez más permisiva, aunque se siguen produciendo fuertes reacciones, por eso la mayoría lo lleva casi en secreto. De hecho, algunas mujeres simulan incluso su propio embarazo.

Los vientres de alquiler son una práctica extremadamente costosa, y la gente de la comunidad tecnológica puede permitírselo sin tener que faltar al trabajo, ni poner en juego su carrera o su salud.



Pero volviendo a Silicon Valley, Suich califica al “Área de la Bahía” como una incubadora para el futuro de la fertilidad en EEUU. Los vientres de alquiler son una práctica extremadamente costosa, y la gente de la comunidad tecnológica puede permitírselo sin tener que faltar al trabajo, ni poner en juego su carrera o su salud. La publicidad nos bombardea con la generosidad de las madres paridoras, convenciendo de la bondad de unas mujeres que en su mayoría no tiene otra salida. Jennifer Lahl, Presidenta de CBC Network, afirma que estas mujeres son principalmente de clase media-baja, y en su mayoría, mujeres de militares que buscan ingresos extras ya sea, por necesidad, para invertir o para pagar las carreras de sus hijos. Numerosos estudios han demostrado que “las mujeres de militares constituyen un porcentaje desproporcionado de la población de gestantes en los Estados Unidos”. Estas mujeres, consideradas como “sustitutas ideales”, han sido el objetivo del marketing de la industria de los vientres de alquiler. (Estudio del profesor Ziff: ‘The Mommy Deployment”: Military Spouses and Surrogacy in the United States”. Socological Forum, Vol. 32 No. 2)”. Mujeres que son parte de un mundo altamente masculino, de las que usan su mentalidad militar para guiarlas a través del sacrificio de la subrogación.

El sacrificio, la llamada al deber.






Además se procura centrar la práctica como solución a los casos de infertilidad, nada más lejos de la realidad. Hoy por hoy, los vientres de alquiler se han convertido completamente en una “commodity”, una mercancía más, un lujo al que acceden los que pueden pagar, tengan o no, problemas de fertilidad, un lujo que permite acceder a la paternidad/maternidad sin poner en peligro el trabajo, ni el cuerpo, ni la salud propia. Que permite mantener “la agenda”. Porque son gente con vidas “ocupadas”, organizadas, con buen poder adquisitivo, que lo encargan y planifican casi todo.

“Los niños no son bienes o servicios que el Estado puede garantizar o proporcionar. Son seres humanos con derechos.” Maud de Boer-Buquicchio.

“No hay derecho a tener un hijo en virtud del Derecho Internacional”, dijo Maud de Boer-Buquicchio, Relatora Especial sobre la venta y la explotación sexual de niños, incluida la prostitución infantil, la utilización de niños en la pornografía y demás material que muestre abusos sexuales de niños, quien presentó, en marzo de 2018, un informe al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra. Afirmando que: “Los niños no son bienes o servicios que el Estado puede garantizar o proporcionar. Son seres humanos con derechos.” Indicando que la maternidad subrogada, es una industria en crecimiento impulsada por la demanda internacional, especialmente de estados ricos que involucran a madres de alquiler en estados en desarrollo. Y confirmando que la subrogación, tal y como se practica actualmente en algunos países, Estados Unidos incluido, generalmente equivale a la venta de niños.

Cientos de asociaciones del mundo hemos firmado el Manifiesto desde CIAMS “International Coalition for the Abolitionof Surrogate Motherhood“, para la abolición universal de la gestación por sustitución. Estamos de acuerdo en que “El interés superior del niño debe estar en el centro de cualquier decisión tomada con respecto a la paternidad y las decisiones de responsabilidad parental”, como afirma la relatora, pero pensamos que para evitar la paradoja de las vulneraciones de derechos de los bebés, hay que focalizar el problema inicial, la explotación reproductiva de las madres.

No basta con mencionar la palabra “altruismo”, los casos verdaderamente altruistas son marginales, el profesor Miklos Lukacs de la Universidad de San Martín de Porres,  Perú,(ciencia y tecnología / Filosofía Política / Epistemología / Ética Aplicada), lo califica de hipocresía terminológica, (vídeo) ya que la mayor parte de los ingresos siguen quedando en manos de los intermediarios, y jamás podrían satisfacer la demanda generada. La idea de que eliminando el pago a las madres se reduce la explotación, es tan estúpida como los argumentos de algunos medios e intermediarios, no sorprende entonces, añade, como países como La India, Camboya, Nigeria, México, etc… todos ellos con legislaciones más laxas, y altos niveles de pobreza, hayan absorbido esta demanda.

Además, países como Reino Unido, Canadá, y estados norteamericanos tradicionalmente “altruistas”, como Nueva York, ya debaten o legislan, nuevos proyectos de ley que permitirían una versión abiertamente comercial de la maternidad subrogada por la falta de mujeres voluntarias y las complicaciones legales de otros países.

Desde colectivos nacionales e internacionales, vamos más allá, y sí consideramos que debe regularse, pero para su completa prohibición, incluyendo el mercadeo transfronterizo. De hecho ya se está trabajando en el desarrollo, de un convenio Internacional para la abolición de los vientres de alquiler inspirado en el trabajo realizado para la abolición de la esclavitud, en el marco de la Organización de las Naciones Unidas.


Teresa Domínguez

“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”

17 de diciembre de 2015: El Parlamento Europeo aprobó por Resolución el informe anual sobre Derechos Humanos y Democracia en el mundo 2014 y las políticas de la Unión Europea sobre esta materia. En el capítulo dedicado a los derechos de las mujeres y las niñas, el punto 115 expresa:

“El Parlamento Europeo “condena la práctica de la subrogación, que socava la dignidad humana de la mujer dado que su cuerpo y sus funciones reproductivas son usadas como un “commodity”; considera que la práctica de la subrogación gestacional que involucra la explotación reproductiva y el uso del cuerpo humano para ganancias financieras o de otro orden, en particular en el caso de las mujeres vulnerables en los países en desarrollo, debe ser prohibida y tratada como un asunto de urgencia en los instrumentos internacionales de derechos humanos.”

Título inspirado en la columna del columnista del NYTimes Ross Douthat. Statistics

Fuente


Nota: las imágenes y negritas están en el original









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