lunes, 31 de mayo de 2021

LOS RIESGOS PARA LA SALUD DE LA MADRE EN LA EXPLOTACIÓN REPRODUCTIVA

LOS RIESGOS PARA LA SALUD DE LA MADRE EN LA EXPLOTACIÓN REPRODUCTIVA

28 mayo, 2021

Ana Trejo Pulido

Por Ana Trejo Pulido, creadora de Stop Vientres de Alquiler

 

En la imagen la famosa Dra Nayana Patel (derecha), asistida por el Dr Harsha Vhadarka, están realizando una transferencia embrionaria a una mujer de la India, de la que no sabemos su nombre.

 

Este post incluye parte del capítulo 7 y el capítulo 8 del libro “En el nombre del padre: Explotación de mujeres con fines reproductivos y venta de bebés recién nacidos. Diez puntos básicos para conocer toda la verdad sobre el alquiler de vientres”. Autora: Ana Trejo Pulido.

 

Puedes descargarlo gratuitamente y leerlo completo  aquí.

 

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Los contratos de subrogación representan un ataque brutal a la soberanía sexual y reproductiva de las mujeres, a la soberanía sobre el propio deseo materno, así como una vulneración de derechos humanos fundamentales: derecho de filiación, derecho a la salud materna y reproductiva, derecho a la autodeterminación sobre el propio cuerpo, derecho al libre desarrollo de la personalidad, derecho a la intimidad, a la confidencialidad médica, derecho a la dignidad, a la integridad física y moral; y derecho a no ser vendida, traficada, ni explotada sexualmente. En este post abordo los riesgos de esta práctica desde el punto de vista de la salud mental, física y social de las mujeres que se ven abocadas a actuar como madres de alquiler.

 

La maternidad disociada en la explotación reproductiva

Los embarazos subrogados, por su propia naturaleza de embarazo altamente medicalizado, tecnificado, controlado y enajenado, es un proceso muy agresivo para la salud física y emocional de la mujer y entraña riesgos para el bebé recién nacido. Todos los riesgos para la salud física y mental de las madres de alquiler y sus criaturas se derivan de las condiciones de concepción, gestación y parto impuestas en los contratos de subrogación.

 

La Dra. Miriam Al Adib, ginecóloga y obstetra, señala que en el caso de la subrogación, como en cualquier otro embarazo, no se puede obviar la evidencia científica existente sobre la importancia de garantizar el vínculo madre-criatura para promover una buena salud física y mental de ambos: “respetar al máximo la fisiología del embarazo y el nacimiento, en un entorno que no sea hostil, evitar el estrés psicosocial de la gestante, que el tándem madre-bebé puedan tener las mejores condiciones para apegarse e influirse mutuamente” es crucial para garantizar la salud de la mujer y su bebé[1]. Ninguno de estos principios se cumple en el caso de la explotación reproductiva.

 

En la subrogación, todo el vínculo y reconocimiento materno-infantil, todo el proceso neuro-hormonal que conlleva la gestación y cuya función es generar el enamoramiento entre la madre y el bebé es truncado violentamente, es intencional y planificadamente interrumpido desde el inicio del embarazo cuando se pide a la madre que se desvincule emocionalmente del bebé que está gestando para otros; y culmina cuando el recién nacido, literalmente, es extraído del vientre de su madre y entregado a los compradores, a menudo momentos después del nacimiento; degradando aún más a la mujer y a la criatura.

 

Ekis Ekman afirma que todas las madres de alquiler, independientemente de si perciben la subrogación como una experiencia positiva o negativa, utilizan técnicas de desconexión de sus emociones para establecer una distancia mental con respecto a la experiencia que están viviendo. Es decir, viven sus embarazos disociadas, repitiéndose constantemente que la criatura que están gestando y sienten crecer en su interior pertenece a otra persona, tratando de negar el vínculo que de manera natural se va desarrollando a lo largo del embarazo[2].

 

Algunas agencias informan en sus sitios webs que: “aunque la gestante tiene claro que el bebé que gesta durante 9 meses no es su hijo (y así lo declara en el contrato de gestación subrogada), existe el conocido vínculo materno-fetal, pues el bebé se alimenta y crece gracias a las aportaciones de la mujer que lo gesta. Por esta razón, es inevitable que exista un pequeño sentimiento de pena o impotencia al entregar al bebé”. Afirman que “el coste emocional es grande y no todas las mujeres están capacitadas para ser gestantes en un proceso de subrogación de útero”[3]. Argumentan que esta sería una de las razones por las que las candidatas a ser madres sustitutas tienen que pasar por numerosas pruebas médicas y psicológicas, con el objetivo de evitar posibles consecuencias a nivel emocional. En realidad, los exámenes psicológicos están orientados a determinar si se podrá contar con la docilidad de la madre de alquiler a la hora de entregar al niño.[4]

 

En el contexto indio, la revisión de la literatura realizada por Patel y su equipo informa que los médicos que atendían a las madres de alquiler esperan que estas mujeres fueran tímidas, sacrificadas y complacientes y con control racional absoluto sobre sus emociones en todo momento. Encontraron que el personal médico trivializaba los problemas psicológicos y emocionales que enfrentan estas mujeres ya que consideraban que el dinero que reciben es una motivación suficiente para garantizar que los sentimientos hacia el bebé no se desarrollen. La crueldad del equipo médico también se destacó en algunas de las declaraciones de las mujeres que afirmaban que las enfermeras solían reprender a las mujeres si lloraban durante o después de la entrega del bebé[5].

 


Dadas las circunstancias en que tienen lugar estos embarazos, no resulta difícil anticipar que las madres desarrollarán emociones complejas por el bebé que gestan durante nueve meses. Kajsa Ekis Ekman explica que muchas madres sustitutas, tras entregar al recién nacido, describen una mezcla de aflicción, nostalgia, vacío y culpa, lo que lleva a un 30 por ciento de estas mujeres a someterse de nuevo a todo el proceso con el objetivo de redimir su culpa tratando de hacer feliz a otra nueva familia.[6]

 

Responsables del Ministerio de Justicia en Kiev llevan años viendo situaciones dramáticas, su director, Stanislav Kutsenko, cuenta que en los últimos dos años, unas 50 mujeres han solicitado quedarse con el bebé después de dar a luz[7]. Un informe del departamento de salud británico estima que del 4 al 5 por ciento de las madres sustitutas cambia de parecer y se niegan a entregar al niño[8].

 

A fin de evitar estas situaciones, algunas clínicas de subrogación proporcionan a las mujeres terapia psicológica y grupos de apoyo con el objetivo de que la mujer suprima o bloquee toda clase de vínculo hacia su futuro hijo o hija[9], ignorando el impacto que esta desconexión emocional del embarazo podría tener tanto en la salud de la madre, como del bebé. Por otro lado, el hecho de que la madre logre desvincularse emocionalmente y poner distancia con respecto a futuro bebé que está gestando en su interior, no va a impedir que el futuro bebé a medida que va creciendo se vincule y apegue a su madre[10].

 

En Ucrania, tal y como pasaba en la India[11], las madres sustitutas no suelen tener contacto con los compradores. La empresa Biotexcom, que controla dos tercios del negocio ucraniano[12], mantiene a las madres separadas de las parejas. Incluso en el diseño de las instalaciones médicas se refleja esta política, manteniendo aisladas a las mujeres de los compradores en todo momento. Por ejemplo, en la sala de ecografías, las madres son separadas de las parejas compradoras mediante mamparas que permiten a estos últimos ver las imágenes de las ecografías sin ver a la madre. Responsables de esta empresa afirman sin tapujos que “este proceso puede quebrar a una mujer si es demasiado emocional”, y que “no importa cuán fuertes sean, las madres sustitutas siempre están en un estado delicado justo después de dar a luz. Así que es mejor tener esa distancia entre la pareja y la mujer”[13].

 

La explotación reproductiva busca desde el inicio desvincular a la madre y a la criatura desde un punto de vista legal, emocional, físico y simbólico e implica una “fractura de los sistemas de apego” para los que tanto la mujer, como su futuro hijo han sido biológicamente preparados.

 

Riesgos para la salud de la mujer derivados de la explotación reproductiva

Los partidarios de esta práctica pasan por alto el hecho de que todo embarazo puede derivar en complicaciones como embolias, anemia, hemorragias, diabetes gestacional, hipertensión arterial, preeclampsia, eclampsia e incluso muerte[14]. Además, gestar una criatura que genéticamente no es propia supone un mayor riesgo de complicaciones graves como la preeclampsia[15].

 

La investigación realizada por la Dra. Woo y su equipo en 2018 aporta evidencia sobre los problemas de salud derivados de la explotación reproductiva. Este tipo de embarazos mostraron un mayor número de complicaciones obstétricas para las mujeres, como diabetes gestacional, hipertensión, mayor número de amniocentesis, más placentas previas, así como un mayor número de cesáreas; en comparación con los embarazos espontáneos de estas mismas mujeres. Los embarazos subrogados tuvieron tiempos de gestación más cortos y dieron lugar a un porcentaje mayor de bebés prematuros y un porcentaje mayor de bebés con bajo peso en comparación con los embarazos naturales[16].

 

Desde la perspectiva de la salud mental, el trabajo de Lamba publicado en 2018 sobre el bienestar psicológico y el vínculo prenatal de madres de alquiler muestra que las madres de alquiler tenían niveles más altos de depresión durante el embarazo y el posparto. El bajo apoyo social durante el embarazo, el ocultar la subrogación y las críticas del entorno familiar y social eran factores predictivos de mayor depresión en las madres de alquiler después del parto. Con respecto al vínculo prenatal, las madres sustitutas interactuaron menos con el feto y pensaron menos en él, en comparación con el grupo de control de madres, pero adoptaron mejores hábitos alimenticios y tenían más probabilidades de evitar prácticas poco saludables durante el embarazo[17].

 

El sitio web Surrogate.com describe los 8 pasos del proceso médico de la subrogación[18], los medicamentos que deberá tomar la mujer[19] así como algunos de los riesgos asociados a esta práctica, aunque enfatiza que la satisfacción que supone hacer realidad los sueños de una pareja que desea un bebé, supera con creces las molestias y riesgos que entraña la práctica[20].

 

Esta minusvaloración de los riesgos que entraña la práctica de la subrogación es común en el discurso publicitario de la industria independientemente de si se trata de países ricos o empobrecidos. En países como India a menudo se les dice a las mujeres que el embarazo subrogado será igual que el resto de sus embarazos y las madres de alquiler reciben escasa o nula información sobre las diversas pruebas realizadas, los procedimientos, la tecnología, etc. El proceso de consentimiento informado es inexistente o una mera representación en el que la mujer se limita a asentir y a mostrar acuerdo con la poca información que le ofrecen sobre el procedimiento médico y las condiciones del acuerdo de subrogación[21].

 

La investigación realizada por Sarojini Nadimpally en el contexto indio recoge los testimonios de madres de alquiler expresando su incomodidad al tener que seguir un tratamiento médico agresivo con medicación e inyecciones, que encontraron muy doloroso y cuyo procedimiento desconocían. Todas las decisiones sobre el embarazo son acordadas por los compradores, los médicos y los agentes, excluyendo a las madres de alquiler de la toma de decisiones sobre su embarazo. Las madres de alquiler expresaron su malestar ante este hecho y se sentían intimidadas en el ambiente hospitalario, lo que les hacía más difícil pedir información médica o negociar los términos del contrato.[22] También informaron que padecieron de náuseas, falta de apetito, hinchazón en las piernas, debilidad, movilidad reducida, aumento de peso después del parto o dolor persistente relacionado con la operación de cesárea, teniendo que adaptar su vida dentro y fuera de la casa a esta circunstancia[23].

 

Para lograr que el embarazo se produzca la mujer tendrá que someterse a una hiperestimulación hormonal inyectándose hormonas en el vientre durante semanas, tomar antibióticos y medicamentos inmunodepresores para lograr el embarazo[24]; lo cual en estos tiempos de pandemia del Covid-19 las pone en serio peligro de contagiarse del virus. La hiperestimulación hormonal produce dolor, que a veces exige hospitalización, fallo renal, posible infertilidad futura e incluso la muerte[25].

 

Una vez está preparado el cuerpo de la mujer se procede a la transferencia de embriones[26]. El deseo de los clientes de asegurarse la obtención de un bebé, junto al propio interés de la clínica en tener éxito[27], lleva a que a las mujeres se les implante a menudo múltiples embriones[28], lo cual está desaconsejado desde el punto de vista médico[29]. Los embarazos múltiples son embarazos de riesgo y se asocian a mayor riesgo de hipertensión, preeclampsia, diabetes gestacional y hemorragia postparto[30]. Además se incrementa la posibilidad de someter a la mujer a reducciones fetales que no dejan de ser intervenciones traumáticas[31], para deshacerse de los embriones sobrantes, cuando los compradores solo quieren un bebé, por ejemplo de un sexo concreto, o quieren gemelos pero no triples[32].

 


Desde el punto de vista de los bebés, los embarazos múltiples pueden derivar en nacimientos prematuros o pretérmino, con pesos de nacimiento inferiores al promedio. Los nacimientos prematuros implican una serie de riesgos como parálisis cerebral, dificultades de aprendizaje, desarrollo lento del lenguaje, dificultades de conducta, enfermedad pulmonar crónica y retrasos en el desarrollo[33].

 

Durante la gestación se realizan pruebas de amniocentesis u otras pruebas genéticas invasivas, que tienen riesgos y son dolorosas, para garantizar la integridad genética del gestado[34] y descartar el riesgo de malformaciones o determinadas anomalías genéticas. En caso de detectarse algún problema, se somete a la mujer a un aborto.

 

En un altísimo porcentaje de casos el parto es inducido y por cesárea para facilitar la organización del trabajo de la clínica, maximizar el número de nacimientos por día, facilitar que los compradores puedan asistir al nacimiento de la criatura que han comprado y para evitar cualquier riesgo para el bebé durante el parto[35].

 

La cesárea, que es una cirugía abdominal para extraer al bebé del útero de su madre, se realiza no por indicación médica, sino por imperativo del negocio. Las cesáreas conllevan riesgos bien documentados, incluyendo cortes quirúrgicos erróneos a la mujer y al bebé, infección, hemorragias, histerectomía, dolor severo y dolor a largo plazo en la zona de la pelvis, o en la cicatriz de la cesárea, e incluso muertes maternas relacionadas con la anestesia o con el mismo procedimiento. Los riesgos de las cesáreas para los bebés pueden incluir problemas respiratorios y reducir la bajada de sangre de la placenta al bebé al nacer; y a largo plazo, riesgos relacionados con diabetes infantil, asma, sensibilidades alimenticias y alergias[36].

 

 

El libro de Renate Klein, Surrogacy: A Human Rights Violation recoge múltiples testimonios de madres de alquiler indias como el que sigue: “Hubo muchos problemas con el parto, me pusieron de 15 a 20 botellas IV en sólo dos días. Al final me hicieron una cesárea. Estaba inconsciente cuando la pareja vino y se llevó al bebé. Ni siquiera se lo mostraron a mi marido. El bebé habría cumplido ahora tres años. Pero ni siquiera sé cómo es. Solía pensar que nos invitarían a América. Solía pensar en la madre como una hermana, pero todo se echó a perder. Olvidaron dejarnos una invitación, ni siquiera llamaron para ver si estaba viva o muerta. Ellos terminaron con lo que venían a hacer, recogieron al bebé y se fueron.”[37]

 

 

A las madres de alquiler se les suele administrar medicación para evitar la subida de la leche y por lo general, no se les permite amamantar para evitar la creación de un vínculo entre ella y el recién nacido[38]. En otras ocasiones, el acuerdo de subrogación puede incluir que la madre de alquiler se extraiga leche para alimentar al bebé recién nacido. Algunas agencias anuncian este servicio en sus sitios webs informando de los beneficios de la lactancia materna para la madre de alquiler como una recuperación posparto más rápida, una mayor satisfacción personal por ser aún más generosa; una pérdida de peso más rápida y unos 250 dólares semanales extra. Entre las desventajas señalan el tiempo y el esfuerzo extra dedicados a bombear y lavar las piezas del sacaleches, el esfuerzo adicional para enviar la leche o coordinar la recogida y entrega, y las molestias físicas que pueden surgir con la lactancia[39].

 

Finalmente nos encontramos con la ausencia de seguimiento y atención postparto. Por lo general, ni las agencias, ni las clínicas, ni los compradores asumen ninguna responsabilidad sobre la salud de la mujer después del parto. Las mujeres no reciben atención ni médica, ni psicológica durante la fase de recuperación postparto la cual suele ser lenta y complicada[40]. A nivel físico, las madres deberán recuperarse de la cesárea, pero no van a contar con asistencia sanitaria, ni ayuda de algún tipo, regresando a sus comunidades donde ejercen de cabeza de familia, acarrean con la mayor parte de las responsabilidades y se enfrentan al estigma social por haber realizado esta práctica.[41]

 


[1] Al Adib, Miriam. (2018) Gestación subrogada desde una perspectiva biomédica: lo que el debate científico puede añadir a la discusión ética. Dilemata. Revista Internacional de Éticas Aplicadas. https://www.dilemata.net/revista/index.php/dilemata/article/view/412000244. p.: 17

[2] Ekman, Kajsa Ekis. (2017).Op.cit. p.: 213.

[3] Bayonas, Amalia. (2017) Aspectos psicológicos. Gestante subrogada. Efectos, consecuencias y riesgos de la maternidad subrogada https://babygest.com/es/efectos-y-consecuencias-de-la-maternidad-subrogada/

[4] Ekman, Kajsa Ekis. (2017).Op.cit. p.:207

[5] Patel, A., Kumar, P., & Sharma, P. (2020). pp.: 10 y 11

[6] Ekman, Kajsa Ekis. (2017). Op.cit. p.:226

[7] Blanco, Silvia. (2018) El ‘salvaje este’ de los vientres de alquiler. El País. https://elpais.com/sociedad/2018/09/22/actualidad/1537636094_278287.html

[8] Ekman, Kajsa Ekis. (2017). Op.cit. p.:230

[9] Ekman, Kajsa Ekis. (2017). Op.cit. p.:213

[10] Véase, Comienza el vínculo. El Parto es Nuestro. https://www.elpartoesnuestro.es/informacion/embarazo/comienza-el-vinculo

[11] Pande, A (2014) Op. cit., p.: 619.

[12] Blanco, Silvia. (2018). Op.cit.

[13] Bobyn, Christopher. (2018). Op.cit.

[14] Stanford Children’s Health. (s/f). “Complicaciones del embarazo”. https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=complicationsofpregnancy-85-P04296

[15] Ferrando, N. (2010). Riesgos en embarazo por ovodonación. Reproducción Asistida ORG: https://www.reproduccionasistida.org/riesgos-embarazo-ovodonacion/

[16] Woo, I., Hindoyan, R., Landay, M., Ho, J., Ingles, S. A., McGinnis, L. K., … Chung, K. (2017). Perinatal outcomes after natural conception versus in vitro fertilization (IVF) in gestational surrogates: a model to evaluate IVF treatment versus maternal effects. Fertility and Sterility, 108(6), 993–998. https://www.fertstert.org/article/S0015-0282(17)31941-6/fulltext

[17]  Lamba, N., Jadva, V., Kadam, K., & Golombok, S. (2018). The psychological well-being and prenatal bonding of gestational surrogates. Human Reproduction (Oxford, England), 33(4), 646–653. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5989605/

[18] Véase, American Surrogacy (2020). 8 Steps of the Surrogate Medical Process. Surrogate.com. https://surrogate.com/surrogates/pregnancy-and-health/medical-process-for-a-surrogate/

[19] American Surrogacy (2020) List of Medications Involved in Surrogacy. Surrogate.com.. https://surrogate.com/surrogates/pregnancy-and-health/list-of-medications-involved-in-surrogacy/

[20] Idem.

[21] La agencia International Fertility Centre muestra en este vídeo un ejemplo del proceso por el que tiene lugar el supuesto “consentimiento informado” de una mujer india que se va a prestar a alquilar su vientre. https://stopvientresdealquiler.wordpress.com/2018/02/05/consentimiento-informado-no-explotacion-reproductiva/

[22] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 22

[23] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 24

[24] Surrogate.com (2020). 8 Steps of the Surrogate…Op.cit.

[25] Sociedad Española de Fertilidad. (s/f) Síndrome de hiperestimulación ovárica. https://www.sefertilidad.net/docs/biblioteca/recomendaciones/sindromeHiperestimulacipor cientoC3por cientoB3n.pdf

[26] Bilbao, A. D., Faura, À. G., Gómez, M. B., Tomás, P. R., de Segura, D. R. G., & Salgado, S. (2020). La transferencia de embriones: cuándo y cómo se hace. Reproduccionasistida.org website: https://www.reproduccionasistida.org/transferencia-de-embriones/

[27] Nadimpally, Sarojini. (2015). op. cit. párr.: 24

[28] Lahl, Jennifer (s/f). Telling the Truth about Surrogacy in the United States. http://cbc-network.org/pdfs/CBC-Lahl_Telling_the_Truth_about_Surrogacy_in_the_United_States.pdf

[29] Bilbao, A. D., Ziarrusta, G. B., de Miguel, D. L. G., Fernández-Sánchez, M., Trolice, M. P., & Reus, R. (2018). Transferencia embrionaria: ¿Cuántos embriones hay que transferir? Reproduccionasistida.org: https://www.reproduccionasistida.org/numero-de-embriones-a-transferir/

[30]  Rodrigo, A., Caballero, M. A., & Salvador, Z. (2018). Riesgos del embarazo múltiple para la madre y los bebés. Reproduccionasistida.org: https://www.reproduccionasistida.org/riesgos-del-embarazo-multiple/

[31] de la Fuente Vaquero, D. P., & Salvador, Z. (2018, julio 19). Reducción de embriones o fetos en el embarazo múltiple. Reproduccionasistida.org: https://www.reproduccionasistida.org/reduccion-de-embriones/

[32] Nadimpally, Sarojini. (2015). op. cit. párr.: 24

[33] Asociación de Padres de Niños Prematuros. APREM (2009). Datos niños y niñas prematuros… http://aprem-e.org/wp-content/uploads/2019/05/APREM-DatosNinosPrematuros.pdf

[34] Bayonas, D. A., Rodrigo, A., & Mestre, C. (2016, noviembre 16). Pruebas médicas a la gestante antes y durante el embarazo. Babygest.com: https://babygest.com/es/control-medico-de-la-gestante/#pruebas-geneticas-invasivas-y-no-invasivas

[35] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 23

[36] Coalición para mejorar los servicios de maternidad CMSM. (s/f). Los Riesgos del Nacimiento Por Cesárea Para La Madre y El Bebe. https://www.elpartoesnuestro.es/sites/default/files/public/documentos/parto/cesarea/3.-por ciento20Lospor ciento20Riesgospor ciento20delpor ciento20Nacimientopor ciento20Porpor ciento20Cespor cientoC3por cientoA1reapor ciento20Parapor ciento20Lapor ciento20Madrepor ciento20ypor ciento20Elpor ciento20Bebe_CIMS.pdf

[37] Renate, Klein (2017). Op.cit. p.: 402

[38] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 23

[39] The Egg Donor, & Surrogacy Program. (s/f). Breastmilk for surrogacy: To pump or not to pump. Hatch.us: https://www.hatch.us/blog/breastfeeding-after-surrogacy

[40] Nadimpally, Sarojini. (2015). Op.cit. párr.: 25

[41] Lamba, N., Jadva, V., Kadam, K., & Golombok, S. (2018). Op.cit. pp.: 647-648

Fuente

https://stopvientresdealquiler.wordpress.com/2021/05/28/los-riesgos-para-la-salud-de-la-madre-en-la-explotacion-reproductiva/

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