viernes, 25 de enero de 2019

El reglamentarismo, esconde un prohibicionismo selectivo


“EL REGLAMENTARISMO, ESCONDE UN PROHIBICIONISMO SELECTIVO”
11 noviembre, 2018

La perspectiva de los Estados frente a la prostitución, el concepto “prostitución” relacionado  con los derechos humanos y los derechos laborales; el marco legal en Argentina sobre este concepto y del proxenetismo y qué persiguen en realidad los proyectos presentados con el fin de regular la prostitución, son algunos de los temas que abordamos con Silvina Perugino. Es es abogada, Feminista, Especialista en Género y Comunicación Investigadora UNLP, parte del Equipo interdisciplinario de la Secretaría de Género Facultad de Periodismo La Plata.
Por Lenny Cáceres


¿Cuáles son las diferentes perspectivas que asumen los Estados frente a la problemática de la prostitución?

Podemos enmarcar las posiciones en tres: el prohibicionismo, el reglamentarismo o regulacionismo y el abolicionismo. El prohibicionismo, como lo indica su nombre, es una posición que busca la implementación de medidas tendientes a prohibir la prostitución. Esta prohibición se enmarca dentro de la política represiva del Estado y en términos teóricos persigue tanto a los prostituyentes como a las personas prostituidas. En términos prácticos las realmente perseguidas por este tipo de sistemas son las personas en situación de prostitución, y además tiene como consecuencia la clandestinidad de la prostitución. El prohibicionismo aparece así como una máscara, detrás de  la cual se desarrollan los sistemas subterráneos de proxenetismo y trata de personas con fines de explotación sexual, dentro de los comercios ilegales.

Por su parte el reglamentarismo o regulacionismo, se configura como la posición por excelencia  neo-liberal frente a la prostitución. Si bien desde lo discursivo plantea la necesidad de regular o reglamentar la prostitución a fin de las conquistas de derechos por parte de las “trabajadoras sexuales”, en las propuestas concretas se configura una especie de “prohibicionismo selectivo” en tanto las propuestas de regulación plantean que la prostitución sólo podrá “ejercerse” en “lugares habilitados por el Estado a tal fin”, y que para poder ejercerla, se tendrán que cumplir una serie de requisitos como los análisis de salud, la portación de la libreta sanitaria, la asistencia a cursos teóricos, a fin de obtener el carnet habilitante; sin estos requisitos, las personas en situación de prostitución quedarán a expensas de las autoridades de control estatal. Es decir, permite la prostitución en lugares determinados por el Estado, quedando de esta manera prohibida para quienes se encuentren fuera de ese circuito, por ello decimos que es una “prohibición selectiva”. La selectividad está relacionada con el control estatal y comercial de los cuerpos; los cuerpos prostituidos, serán controlados, tanto por el Estado como por quienes administren esos establecimientos, los cuerpos que no entren en ese sistema de control, quedan a expensas de la persecución policial. Además es selectivo, porque sólo queda a expensas de la autoridad de control la persona en situación de prostitución y no el prostituyente. El reglamentarismo busca legalizar el sistema prostituyente y dar un marco legal al proxenetismo, además de presentarse como un freno a los avances que hemos tenido por ejemplo de nuestro país a partir de la promulgación de la Ley Contra la Trata de Personas, por ello parte de sus reivindicaciones están direccionadas a modificar y/o derogar la Ley de Trata.

El abolicionismo, posición a la que adscribo, plantea en primer lugar que la prostitución es una de las tantas violencias ejercidas sobre los cuerpos de las mujeres, travestis, trans, niñas y niños. Existe una base histórica que sustenta este posicionamiento, y se relaciona con el nacimiento mismo de la prostitución, como una institución patriarcal, íntimamente relacionada a la instauración de la familia. Dos instituciones que se complementan: por un lado la familia, garantizando una forma de organización social basada en la propiedad privada y en la reproducción tanto de la fuerza de trabajo como de la especie, y con características claras como la monogamia y la heterosexualidad, y la prostitución siendo, sin más, el sustento material de aquella monogamia y presentada como una válvula de escape, sólo para el varón, claro está. Una institución basada en satisfacer los deseos sexuales de los varones, y en la que existen cuerpos susceptibles de ser usados, abusados, violados y descartados, la cultura prostituyente. También el abolicionismo, genera un análisis atravesado por la clase, el análisis desde lo material, plantea que la mayoría de las personas en situación de prostitución son personas pobres, que más que elegir libremente, se ven obligadas a prostituirse. A partir de este análisis, el abolicionismo exige al Estado la implementación de políticas públicas a fin de dar respuestas a las personas que quieran, deseen, anhelen, sueñen con dejar de prostituirse. De esta manera se busca un rol activo por parte del Estado en cuanto generador de políticas públicas a fin de velar por los Derechos Humanos de las personas y no un rol activo en cuanto perseguir a las personas en situación de prostitución, como lo plantean los dos sistemas anteriores. El abolicionismo, es antirrepresivo, en ese posicionamiento, brega por un Estado garante de derechos en contraposición con un estado de policía. 



-¿Cómo puede abordarse el concepto de “Prostitución” en el marco de los Derechos Humanos, y el Derecho Laboral?

El concepto de Derechos Humanos, nace desde la perspectiva de poner un freno a los poderes despóticos, los primeros pasos de esta teoría se da en el marco de los movimientos revolucionarios enfrentados a los poderes de las monarquías, esos poderes de vida y de muerte sobre los cuerpos de los súbditos, y las súbditas. Luego, y a partir de la creación de los Estados Modernos, y de las guerras de anexión de territorios, esta teoría se fue perfeccionando para culminar como un freno a los poderes del Estado Moderno. Es decir, el planteo es que como seres humanos y humanas tenemos derechos inherentes que nadie puede quitarnos, ni siquiera el poder del Estado. Entre las características de estos derechos se encuentran entre otros: la universalidad, la integralidad, la interdependencia, y la irrenunciabilidad. Específicamente esta última característica plantea que los Derechos Humanos son irrenunciables, es decir: nadie puede renunciar a sus Derechos Humanos. Esta perspectiva jurídica precisamente busca impedir sistemas de legitimación de la violación a los Derechos Humanos so pretexto de la libre elección, por ejemplo un sistema donde puedan existir esclavos, si es que por propia voluntad las personas “deciden” esclavizarse; este tipo de (des) inteligencia, no tiene lugar en la teoría de los Derechos Humanos. Otro aspecto de ello, es el límite que se impone al Estado en cuanto a legitimador de sistemas de esclavitud o violación de los Derechos Humanos, no sólo en términos de acción sino también de omisión. Es decir, desde el feminismo, hace tiempo vemos la inacción estatal en los casos de feminicidios como violación a los Derechos Humanos, no tomar medidas tendientes a terminar con los sistemas de prostitución, también lo sería.

Con respecto a la teoría del Derecho Humano al Trabajo, también desde una perspectiva histórica, nace en resguardo de la dignidad humana. En plena revolución industrial fue necesario enmarcar los derechos económicos, sociales y culturales dentro de los Derechos Humanos, que hasta el momento, sólo contemplaban los derechos civiles y políticos. La teoría del Derecho Laboral se inscribe en un límite impuesto al sistema de producción capitalista, y a la obligación de los Estados en ser garantes de los Derechos Humanos de quienes trabajan, ya que las ansias de producción empezaban a avasallar a la propia dignidad humana. Considerar trabajo a una acción que precisamente consiste en avasallar la dignidad de las personas es un oxímoron. Luego, y más específicamente en términos de Derecho material laboral, la reglamentación de la prostitución mediante leyes laborales son de imposible cumplimiento, pensemos sin más en cómo comprobaríamos un incumplimiento del contrato laboral, pensemos que trabajar en relación de dependencia será legalizar el proxenetismo, sin contar que los “riesgos” de trabajo son más bien certezas de contagios de, por ejemplo, cualquier tipo de enfermedad de transmisión sexual.

-¿Cuál es el marco legal en Argentina en materia de prostitución y proxenetismo?

En Argentina, la prostitución no está prohibida, lo que está prohibido es el proxenetismo. Es decir, el Código Penal, persigue a la figura del proxeneta, del que vive de la prostitución ajena, y de quien promueve la prostitución, pero no de quien se encuentra en situación de prostitución. Por otro lado nuestro país ha asumido la posición abolicionista, es decir, el Estado Argentino, tiene el deber de implementar políticas públicas a fin de garantizar los derechos de las personas en situación de prostitución y que deseen dejar esa situación. Eso en términos de políticas nacionales, luego cada provincia posee un Código Contravencional, donde se tipifican conductas como “contravenciones” es decir, están en una escala por debajo de los delitos. Y si bien quedan algunas contravenciones susceptibles de días de detención, -ya es sabido y muy debatido la inconstitucionalidad de esa penalidad para las contravenciones-, esos códigos sólo podrían contener multas. En dichos códigos, como por ejemplo en el de la Provincia de Buenos Aires, figuraba como contravención “generar escándalo en la vía pública”, esto hacía que las fuerzas de seguridad policiales, a partir de la aplicación de dicha sanción persiguieran a las personas en situación de prostitución. Quiero aclarar que en el caso de la Provincia de Buenos la derogación del mencionado artículo pudo ser realidad gracias a la lucha abolicionista. Diana Sacayan impulsó dicha derogación desde el año 2003, y finalmente y gracias al trabajo de Graciela Collantes, el proyecto se convirtió en ley, este año.



-En ese sentido y a la luz de los proyectos presentados con el fin de regular la prostitución: ¿Cuáles son? ¿Qué persiguen en realidad?

Hasta el momento, pude relevar siete proyectos presentados desde los años 2013 al 2016. Fueron presentados a nivel nacional, en la Ciudad de Buenos Aires, y en las provincias de Mendoza, Neuquén, Santiago del Estero, Entre Ríos y Catamarca. Más allá de algunos aspectos que señale en la primer respuesta al referirme sobre el reglamentarismo, voy a mencionar algunos otros aspectos aquí. En primer lugar, en los proyectos presentados en CABA y Catamarca plantean la regulación de los establecimientos donde se ejerza el trabajo sexual, los otros proyectos hablan de regir el trabajo sexual, es importante tomar nota del objeto de los proyecto en cuanto regular establecimientos, es decir, más en un sentido comercial que de resguardo de derechos. Los artículos que se refieren a derechos, tienen la característica de ser meramente declarativos, es decir: para las finalidades de una ley nacional, no basta re-declarar derechos, uso el término de re-declarar, porque configura una mera repetición de derechos contenidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, en la ley nacional es necesario efectivizar mecanismos de ejercicio material de dichos derechos, salvo que la ley declame nuevos derechos no previstos en los tratados o en la constitución. No es el caso que estamos analizando, los derechos que se declaman son los ya existentes, y es ausente de las letras de los proyectos las formas de ejercicio de esos derechos. Sin embargo en todos los proyecto están presentes los mecanismo de control. Así, todos los proyectos presentados presentan mecanismos de control sobre los cuerpos a fin de determinar de cuáles pueden posee enfermedades de transmisión sexual, y que dicho extremo quede consignado en el carnet de habilitación para el ejercicio de la prostitución. También se plantea la realización de cursos varios para el otorgamiento del carnet, como la portación de una libreta sanitaria donde deben consignarse los exámenes médicos realizables cada 6 meses. En todos los proyectos se especifica que dicha libreta y dicho carnet, deberán estar a disposición de la autoridad competente en todo momento. El proyecto de Catamarca es el que más avanza en requerimientos, para el mismo, los lugares habilitados deberán contar con fajas de desinfección en todas las habitaciones, expendedoras de preservativos, salas de estar, cada habitación contar con inodoro, bidet y ducha, agua fría y caliente, nos llama la atención los requerimientos de tipo hotelero, y nos llama la atención ya que debemos reflexionar acerca de las (no) posibilidades materiales de muchas mujeres travestis y trans de generar esa infraestructura. Es decir la prostitución callejera será perseguida ya que solo se podrá ejercer en lugares habilitados para tales fines, sin embargo  esos lugares deben cumplir con ciertos requisitos que no los cumplirán los domicilio de las personas, deberán ir entonces a lugares habilitados para tal fin, y someterse a la administración del proxenetismo legal.

Fuente
http://diariofemenino.com.ar/v2/index.php/2018/11/11/el-reglamentarismo-esconde-un-prohibicionismo-selectivo/?fbclid=IwAR3vTOzzA0OUFYJ6r83D87k9VD5zxgaCQjtmuvDOw4EJrX7-smzWTgmbasE





Porno: el nuevo aliado de la democracia


Porno: el nuevo aliado de la democracia
Diana López Varela
Periodista
23/11/2018

La industria pornográfica está encantada de haberse conocido. Era previsible que una horda furibunda se me echase encima por escribir un artículo llamado Prohibir el porno” en el que abogaba por regular el acceso de menores a la pornografía de internet. Pero la crítica más divertida, desde luego, no es esa en la que me tildan de moralista, represora, ultracatólica y, la que nunca falla, malfollada.

La mejor, sin duda, es la que grita ¡fascismo! ante cualquier opinión encaminaba a ponerle coto a la pornografía. Porque el porno es el pensamiento libre. El porno es la democracia, ha democratizado el deseo masculino hegemónico. Pero tengo una buena noticia: nadie va a prohibir el porno, porque para hacerlo habría que prohibir el capitalismo entero. El porno es una de las actividades más lucrativas que existen, pata indispensable de la explotación neoliberal de las mujeres. A pesar del oscurantismo del negocio, solo en Estados Unidos las compañías pornográficas facturan veinte mil millones de dólares al año tal y como señala este artículo y la mayor parte de los sitios más importantes de internet están controlados por una única empresa, MindGeek un conglomerado canadiense propietario de plataformas y productoras como PornHub, RedTube, YouPorn, Tube8, Xtube, Brazzers, Reality King, Digital Playground o Brazzers. Este monopolio que se oculta bajo la forma de una empresa tecnológica opera en Luxemburgo, un paraíso fiscal en el que se blanquea mucho dinero de origen fraudulento. Según el estudio El poder de las culturas del porno, la sociedad de capital privado AdultVest lleva años impulsando los llamado “fondos de inversión del pecado” vinculando a empresas pornográficas con grandes grupos empresariales que dominan el mercado y las bolsas como las cadenas de hoteles Hilton o Marriot, grandes tabacaleras como Phillip Morris, cerveceras como Calsberg, compañías automovilísticas como General Motors y gigantes armamentísticas como Lockheed Martin y Raytheon. Esta última es la mayor productora mundial de misiles guiados y fabricantes de las mismas bombas que España ha vendido a Arabia Saudí entre gran conmoción, imagino, de muchos de los que me leen.

Pero no crean que una llega a estas conclusiones desde la moral católica, sino desde la propia reflexión y la autocrítica como consumidora de pornografía. Se llega preocupada por saber quién está detrás de la pantalla y cómo funciona esta industria que tantas alegrías nos da. Así que vamos a explicarlo con todo lujo de detalles y referencias, no vaya a ser que algunos sigan dudando de la veracidad de mis argumentos. En este mismo estudio, de Karen Gabriel (directora del Centro de Procesos de Género, Culturales y Sociales de St Stephen’s College, y profesora adjunta de inglés de St. Stephen’s College, Universidad de Delhi) se afirma que muchas de las actrices porno son inmigrantes, directamente vinculadas con la prostitución ilegal. Porque porno y prostitución son “industrias hermanas” que se abastecen de carne fresca mutuamente, tal como lleva años denunciando el feminismo. La pornografía es la puerta de acceso a la prostitución, no solo por los comportamientos aprendidos en la pantalla, sino porque las webs están llenas de contactos de prostitución.



Aunque a mucha gente le encanta trivializar con esto diciendo que si los chavales se lo creyesen todo mañana cogerían un fusil después de ver una película bélica o se pondrían a cortar cabezas tras disfrutar de Kill Bill, lo cierto es que en los países occidentales la guerra no es una realidad, como tampoco lo son los tiroteos, ni la resolución de conflictos a machetazos. Sin embargo, el sexo es una actividad cotidiana y real. Todos follamos (o lo intentamos). Y todos nos masturbamos. Y no solo eso, cuando vemos películas violentas sabemos que los actores no están siendo atropellados, tiroteados o masacrados de verdad. Sin embargo, el porno es real. Las actrices y los actores son reales. Los escupitajos, bofetadas, penetraciones múltiples, asfixias, quemaduras y demás aberraciones son absolutamente reales. Y por eso, no nos engañemos, es cada vez más popular la búsqueda de pornografía amateur y la  compra de espectáculos en directo para dirigir a la “actriz” a la carta. Chats en donde se rompe la barrera entre lo ficticio y lo real. El porno, desgraciadamente, no tiene nada de ficción.

Otra de las grandes virtudes de las webs pornográficas es esa habilidad que tienen para blanquear las estadísticas tiñéndolas de feminismo y liberación para la mujer cuando solo uno de cada cuatro consumidores es mujer y nuestro consumo, aunque en aumento, es esporádico. El Estudio de la nueva pornografía y relación sexual en Jóvenes de centrado en jóvenes de entre 16 y 29 años, deja claro que los hombres siguen siendo los grandes consumidores, y además de ser los que más minutos consumen, son los que más presionan para incorporar las prácticas pornográficas a su realidad. Señalan los autores que el porno afecta –negativamente- a la sexualidad de los chicos, que asumen pautas de dominación hombre-mujer, experimentan “incapacitación” en las relaciones de seducción y perpetúan la discriminación de género. “El “habitus” sexual aprendido del porno influye en las relaciones sexuales y las “legitima”. Las legitima tanto, que, para no tener nada que ver con la realidad, el video más buscado el año pasado por los menores de edad españoles en las webs pornográficas fue cómo no, la violación de La Manada.

El porno fomenta la misoginia desde el minuto uno. Cuando una persona escribe la palabra “porno” en cualquier buscador de internet los primeros resultados te dirigen a páginas llamadas “guarras del porno” y “muy cerdas”. La degradación de la mujer es la marca de la pornografía. Las descripciones de los videos enaltecen además del machismo, el clasismo y el racismo, varios delitos como violaciones, incestos y pedofilia.  Estos son los títulos reales que aparecen en la página de inicio de estas dos webs: “El padre de su marido la viola”, “Madrastra muy puta”, “Secuestran a una jovencita y la violan”, “Mujeres musulmanas contratan a un profesional para chuparle la polla”, “Polvo con la guarra de su madre y sus dos hermanas”, “se aprovechan de su amiga borracha”, “le come el coño a su novia negrita, “tiene un calentón al ver a su hermana durmiendo” (y la viola, claro). A pesar de que la zoofilia es un delito tipificado en el código penal español acceder a videos de mujeres manteniendo relaciones sexuales con animales es muy sencillo. A no ser que muchos piensen que los perros, los caballos y los cerdos también son unos estupendos actores.

Aquí también hay #metoo aunque las actrices no encuentren el mismo respaldo de los ciudadanos y la Justiciaa actriz Nikki Benz denunció en el año 2016 una violación anal que acabó “salpicando de sangre las paredes blancas”. La respuesta de los productores fue denunciarla a ella por difamación. En el porno, impera la ley del silencio y las actrices que lo denuncian son perseguidas por la industria. Los propios actores declaran que “el porno se ha vuelto mucho más duro y lleno de experimentos e invenciones perjudiciales para los actores. El no uso del preservativo es la norma. Y ante tanta oferta, los sueldos que se pagan por ello son cada vez más bajos y no suelen estas regulados”.

Y no, adulto que me lee, usted no ha consumido tanto porno en su adolescencia como ahora porque, aunque quisiera, era imposible. La multiplicación de webs porno en la última década ha alcanzado dimensiones bíblicas y el acceso libre nunca había sido tan sencillo. La cantidad de porno subido el año pasado, 2017, a un solo sitio, PornHub, era de casi 600.000 horas. Necesitaría 68 años de su vida solo para ver lo que ofrece ese portal.

Seguramente muchas de estas personas que llevan días descalificándome entrarían en razón y pondrían el grito en el cielo si publico un artículo en el que aseguro que las redes sociales están controlando la vida y la intimidad de nuestros chavales y dirigiéndolos a conductas peligrosas para su intimidad. Y seguro que les parecerá hasta lógico que grandes ejecutivos de Facebook hayan prohibido a sus propios hijos el acceso a las redes sociales. Déjenme aventurar, esta vez sin estudios que lo avalen, que los grandes capos de este negocio harán lo que sea para prohibir a sus hijos e hijas consumir la basura alienante, violenta y misógina que destila el porno maisntream. Mientras, a este lado del muro, los progres bendecimos con pajas al nuevo aliado de la democracia.

Fuente
https://blogs.publico.es/otrasmiradas/16819/porno-el-nuevo-aliado-de-la-democracia/




Prostitutas y poderosos: un éxito del patriarcado


Prostitutas y poderosos: un éxito del patriarcado
POR · 06/08/2018
Malena Zabalegui
Comunicadora Social y Escritora
mzabalegui@fibertel.com.ar

Introducción
Es innegable que el discurso prostituyente viene ganando fuerza en sectores mediáticos, académicos y juveniles. Amparada en la dignidad de la expresión “trabajo sexual”, la prostitución se reinventa en el siglo XXI para colonizar nuevas voluntades y territorios. Una oratoria redundante en palabras como libertad y autonomía es el canto de sirena que atrae a navegantes bien y mal intencionados por igual. Pero ese es el relato construido pour la galerie, con el fin político de ser instalado en agendas públicas y privadas.

Con el objetivo de encontrar un discurso más auténtico y cercano a la realidad del consumo de prostitución, nos propusimos recolectar muestras de los notables “papelitos” con que se promociona la actividad en las calles de Buenos Aires. A tal fin, recorrimos los barrios porteños de Barracas, Boedo, Monserrat, Almagro, Caballito, Villa Crespo, Colegiales y Palermo, y reunimos 500 ejemplares distintos de tales avisos promotores de la actividad.

El método utilizado consistió en tomar como cierta la idea de que cada uno de esos “papelitos” responde a una mujer que se prostituye de manera voluntaria y autónoma, sin terceros involucrados que se beneficien con tal actividad. Así, examinamos cada folleto como si efectivamente fuera una tarjeta de presentación de una trabajadora profesional.

Resultados
Lo primero que despertó nuestra curiosidad fue la poca información laboral que suministran los folletos analizados. El servicio ofrecido jamás se menciona y, en general, tampoco se indica el domicilio donde se concretaría la prestación, algo que cualquier dentista o peluquera seguramente incluiría si quisiera atraer clientela. De manera excepcional, se alude a la zona donde estaría la casa de citas (“Tribunales” o “Congreso”, por ejemplo) y sólo en un caso encontramos una referencia más concreta -aunque elusiva- de la ubicación (“Sarmiento y Callao”). La información que sí se brinda en todos los casos es, previsiblemente, el teléfono de contacto. Sin embargo, llamó nuestra atención que algunos avisos incluyeran varias líneas telefónicas -tanto fijas como móviles- para un mismo sitio.
Como bien dijimos, la palabra prostituta nunca figura en los abundantes “papelitos”. En su lugar, aparece una serie de creativos eufemismos que encierran todo un mundo de sentido. Entre los apelativos más habituales, se destacan “nuevitas”, “paraguayitas” y “diablitas”, todos diminutivos que -lejos de presentar a las prostitutas como mujeres profesionales- parecen infantilizarlas y des-empoderarlas sin ninguna necesidad. En un caso, inclusive, se promete “la mejor boquita de Once” como si una cavidad bucal estrecha indicara algún plus en el servicio, y no una desventaja práctica como en verdad representaría.

Si bien las mujeres no son cosas sino personas, se las publicita como “nuevas”, tal como se hace con cualquier producto novedoso en el mercado. Este adjetivo “nueva” puede interpretarse al menos de tres maneras: a) como que la mujer en cuestión es una recién llegada al negocio de la prostitución; b) como que dicha prostituta es “nueva en la zona” (tal como a menudo se explicita); y c) como que ciertos orificios corporales de ella son vírgenes, están todavía sin uso. Veamos si estas son formas convenientes para ofrecer un servicio profesional: a) si la mujer es una recién llegada al negocio, este dato sería una manera velada de aludir a la inexperiencia de ella pero, ¿qué trabajadora en su sano juicio haría alarde de su falta de experiencia a la hora de buscar clientela? Declararse inexperta, ¿no alimenta la fantasía de que el varón es el experto, el que sabe? ¿Acaso esta no es una manera de bajar el propio valor y naturalizar una estereotipada inequidad?; b) si la prostituta es siempre “nueva en la zona”, esto fomentaría el alejamiento constante de la mujer de su ámbito laboral conocido y le impediría acumular una cartera de clientes fieles, algo que cualquier trabajadora busca y, además, necesita. ¿Cómo pensar que la alta rotación -típica de este oficio- puede encuadrar en los parámetros de un marco laboral respetable?; y c) si se da a entender que ciertos orificios corporales de la prostituta son “nuevos” (o sea, están inexplorados), ¿no se estará fomentando la idea de que la mujer ofrecida es menor de edad? En definitiva, ¿qué clase de trabajadora elegiría voluntariamente promocionarse como “nueva”, o sea como inexperta, desarraigada y minorizada?



No por casualidad, la idea de destierro permanente que mencionamos nos lleva a pensar en el siguiente asunto: el mote de “paraguayas”. ¿Qué ventaja competitiva representaría una empleada guaraní por sobre una porteña, por ejemplo? ¿Acaso es necesario aclarar el lugar de origen de una trabajadora? Si la nacionalidad paraguaya fue históricamente explotada en nuestro país a través del empleo doméstico no registrado, ¿qué atributo diferencial implicaría el insólito gentilicio? Rita Segato asegura que el origen migratorio de una población supone una ruptura con el régimen de comunidad y con las normas tradicionales reguladoras del estatus dentro del contrato social. Entonces, si las personas migrantes son blanco fácil de explotación por encontrarse fuera de su ambiente familiar/cultural y por haber perdido la noción de comunidad, ¿qué se estaría ofreciendo al promocionar mujeres sin arraigo? Exiliar a las prostitutas de su territorio-tierra, ¿no será una forma de exiliarlas de su territorio-cuerpo?

En cuanto al apodo “diablita”, resulta llamativa la asociación de una trabajadora con un satanás, personaje que en nuestra formación representa todo lo malo e incita a cometer pecados. Como dice Silvia Federici, el sello característico de lo diabólico es un deseo sexual anormal (o sea, fuera de las normas), de modo que al presentarse las prostitutas como demonios estarían prometiendo un apetito sexual tan desmedido como mentiroso que sólo serviría para atraer prácticas sexuales anormales (o sea, fuera de lo permitido). Esta parece ser una manera endiabladamente perversa de acusar a las prostitutas de “tentadoras” y eximir así a los hombres de su responsabilidad en caso de que hagan algo incorrecto. Pero, si se trata de trabajadoras autónomas, ¿cómo es posible que ellas mismas se promuevan como responsables del potencial mal comportamiento ajeno? Construir identidad laboral a través del apelativo “diablita”, ¿no es acaso la mejor manera de abrir las puertas del infierno y quemarse vivas?

Con relación a las imágenes que se utilizan para ofrecer prostitución, hay tres líneas ilustrativas principales: a) fotos de mujeres, b) siluetas de personajes, y c) dibujos de símbolos. En el primer caso (fotos), los folletos exhiben cuerpos femeninos idealizados, pero -además- la cara de la mujer ofrecida suele no entrar en el cuadro y si lo hace es sólo una porción mínima lo que se muestra: las prostitutas se ofertan fragmentadas, con exagerado énfasis en pechos y glúteos, destacados como si fueran productos Premium. Según Rita Segato, la mirada fija masculina en determinada parte del cuerpo femenino “captura y encierra a su blanco, forzándolo a ubicarse en un lugar que se convierte en destino” (2010, p. 41). Podríamos preguntarnos, entonces, cuál será el destino de una prostituta que ni siquiera puede ser leída como una corporalidad completa, como un ser humano integral. En un único “papelito” encontramos una cara entera, aunque se la muestra pixelada (tal como se hace en los medios de comunicación con niñas y niños para proteger su identidad) y esto sólo contribuye a afianzar la sospecha de que no se trataría de mujeres adultas, lo cual -sin lugar a debate- constituiría delito y no podría considerarse un trabajo a reglamentar. En el segundo caso (siluetas), los personajes retratados son invariablemente la hiper-sexuada Betty Boop (según Wikipedia, “alguien con más corazón que inteligencia”) o la pasiva muñeca Barbie (una rubia tonta, sin profesión ni personalidad), de modo que para los consumidores de prostitución la expectativa estaría entre elegir una mujer “buena y tonta” o una “linda y tonta”, curiosa manera de ofrecer trabajadoras profesionales. En el tercer caso (dibujos), se destacan dos diseños: 1) las manzanas mordidas que aluden al pecado original y ubica a las Evas nuevamente en el rol de “tentadoras”, de únicas responsables de la contratación del servicio, y 2) los corazones que proponen “amor sin límites”, expresión que parece indicar que la prostituta está dispuesta a hacer cualquier cosa que el hombre le pida (“sin límites”), algo bastante alejado de cualquier noción de “amor”.

Algunas prostitutas se presentan en los folletitos como “VIP” o “nivel ejecutivo”, aunque estas etiquetas no aclaran si el supuesto alto nivel correspondería a la prostituta o al varón contratante. En cualquier caso, si estamos ante Very Important Executive People, ¿cómo se justificaría la existencia de domicilios clandestinos impublicables y teléfonos efímeros no rastreables? Si una profesión es innombrable y ejercida por trabajadoras minorizadas, cuya inexperiencia y desarraigo se enfatiza, ¿dónde residirían el empoderamiento y la emancipación? Si se las promociona cual pecadoras dignas de castigo divino, ¿cómo no suponer que se está fogoneando una violencia de género contra tales “trabajadoras”?

A medida que el discurso prostituyente fue penetrando en la agenda mediática y académica, algunos de estos avisos empezaron a incluir ciertas leyendas que intentan convencer al público de la auto-determinación y libertad de que gozarían las meretrices. Frases como “somos mayores y sabemos lo que hacemos” o “trabajadoras sexuales independientes” aparecen ahora en los tradicionales “papelitos”, casi como un mensaje desesperado al mundo abolicionista para que no interfiera en el redituable negocio. Pero, si realmente se trata de mujeres adultas ejerciendo de manera autónoma sus libertades, ¿cómo se explica que tanto los textos como las imágenes que analizamos estén plagados de alusiones que contradicen de manera evidente tales supuestas madureces y libertades?

Conclusión
Pese a que la prostitución por cuenta propia no es punible en nuestro país, el discurso prostituyente analizado sugiere que la actividad se moldea en una matriz de clandestinidad que naturaliza el poder de los varones a la vez que destaca la vulnerabilidad de ciertas mujeres. Si los folletos hacen alusión a los Tribunales o al Congreso de la Nación (y no al nombre del barrio, propiamente dicho) es porque se invita a los varones a ejercer una supremacía como en el Poder Judicial o el Poder Legislativo. Y si se publicitan “trabajadorcitas” es para alimentar la fantasía “hombre poderoso/mujer sometida”. Tal como refiere Sheila Jeffreys, los servicios sexuales proporcionan a los hombres una compensación por la disminución de poder que ellos experimentan en la medida que sus esposas, parejas y compañeras de trabajo cuestionan la subordinación, comienzan a competir con ellos y exigen igualdad.

Los miles de “papelitos” con que nos cruzamos a diario en la ciudad de Buenos Aires refutan al convincente discurso pseudo-libertario de la cultura prostituyente. En base a nuestro análisis, pagar por sexo no es consumir un servicio como cualquier otro: es comprar el sometimiento de un ser humano al cual de antemano se considera inferior; es alquilar orificios corporales femeninos o feminizados en los cuales descargar la violencia de género acumulada; y es aferrarse a un modelo vincular inequitativo que atenta contra las libertades de todas las mujeres, lesbianas, trans y travestis, en especial contra aquellas que se encuentran en estado de mayor vulnerabilidad social, como las pobres, las afrodescendientes y las migrantes.

Un simple examen de los folletos prostituyentes reunidos para este trabajo necesariamente nos exhorta a desaprobar la naturalización de una práctica que establece jerarquías humanas y además lo hace en función del sistema sexo/género que dice querer combatir. Por lo tanto, debemos concluir lo siguiente:

– La prostitución no es un trabajo ejercido por mujeres soberanas.

– La prostitución no es un trabajo que se deba regularizar.

– La prostitución no es un trabajo.

Bibliografía

Federici, Silvia (2015). Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Buenos Aires: Tinta Limón.

Jeffreys, Sheila (2011). La industria de la vagina. La economía política de la comercialización global del sexo. Buenos Aires: Paidós.

Segato, Rita (2010). Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Prometeo Libros.

Fuente
 http://razonyrevolucion.org/prostitutas-y-poderosos-un-exito-del-patriarcado/





sábado, 20 de octubre de 2018

De mayor quiero ser putero


De mayor quiero ser putero
13 de agosto de 2018
Por Beatriz Ranea

Imagina una sociedad en la que los niños coleccionan publicidad de prostitución y la intercambian como cromos en el colegio. Imagina los chistes que hacen a las niñas: que si se parecen a las mujeres de las fotos; que si ellas también son unas putas o podrán serlo cuando crezcan; les preguntarán a sus propias compañeras de cole cuánto cobran… Ahora imagina que esos mismos niños a los 14, 15 o 16 años con el dinero de la paga, reúnen 20-30 euros entre varios y se “invitan” a casas de prostitución para tener la que será quizá su primera experiencia sexual (más allá de la masturbación).

Sigue imaginando a ese niño que transita hacia el mundo adulto cuando cumpla la mayoría de edad y pueda entrar en clubs de alterne a celebrar o acabar noches de fiesta. Imagina esas noches en las que sale con sus amigos a tomar unas cervezas y uno pregunta: ‘¿nos vamos de putas?!’Como si de una opción de ocio se tratase. Imagina que estos chicos, ya hombres, siguen acudiendo a la prostitución en las fiestas universitarias; o en el descanso del trabajo en el polígono; cualquier tarde llamando a un piso de los muchos que existen; o por la noche desplazándose a cualquier burdel.
 



Este breve ejercicio de imaginación no requiere mucho esfuerzo porque es una realidad con la que convivimos: niños que crecen en una sociedad que normaliza y banaliza la prostitución. Niños que aprenden que la experiencia sexual puede verse reducida a pagar por follarse a una mujer que no les desea. Niños que reproducen un modelo de sexualidad donde el deseo sexual de las mujeres no es importante y el consentimiento se convierte en un producto que se compra por un precio determinado. Niños que se convierten en hombres adultos con una visión de las mujeres fuertemente deshumanizada y cosificada.

Por esto, cuando pensamos en la prostitución una de las preguntas que habríamos de plantearnos tiene que ver con el modelo de sociedad hacia el que queremos avanzar: no es posible educar en igualdad a niños y niñas si se normaliza la prostitución porque el modelo de masculinidad que se aprende y se reproduce en los espacios de prostitución es claramente incompatible con la igualdad de género. Una sociedad en la que hay tantos elementos que facilitan que los niños puedan convertirse en puteros plantea serias contradicciones: ¿cómo podemos señalar la violencia sexual fuera de los espacios de prostitución, pero permitir que esos hombres que identificaríamos como babosos, acosadores y/o agresores, sin embargo, dentro del burdel se conviertan en “clientes” sin más? ¿Cómo podemos plantear nuevos modelos de masculinidad más justos y más igualitarios si el prostíbulo va a estar ahí para que la masculinidad machista y patriarcal siga teniendo un refugio?

Afortunadamente no todo está perdido: frente a los nuevos puteros, nos encontramos a chicos jóvenes que construyen modelos de masculinidad que tratan de desactivar estos mandatos patriarcales. Pero si regulamos la prostitución, si la prostitución se reconoce como “trabajo sexual” no sólo todas las mujeres nos convertimos en objetos prostituibles; sino que los hombres se convierten en puteros potenciales y la industria de la prostitución incrementará la publicidad para conseguir generar más demanda buscando aumentar sus beneficios a costa de la explotación sexual de mujeres y niñas. Estamos a tiempo de frenarlo si generamos conciencia crítica que identifique la prostitución como una barrera infranqueable en el camino hacia sociedades más justas y más igualitarias.

Beatriz Ranea Triviño es investigadora feminista especializada en el estudio la prostitución y las desigualdades sociales.

https://blogs.20minutos.es/mas-de-la-mitad/2018/08/13/de-mayor-quiero-ser-putero/



Suecia: penalizar al cliente disminuyó el negocio


Suecia: penalizar al cliente disminuyó el negocio
El país escandinavo ha logrado erradicar el mercado sexual más evidente.
 Los críticos denuncian que
se ha desplazado de los clubes de alterne a los suburbios
Belén Domínguez Cebrián
8 sep 2018 -

En las calles de Estocolmo hay 14 prostitutas. Contadas. El Gobierno sueco empezó en los años noventa a implementar unas políticas a largo plazo contra la trata de seres humanos que se centró principalmente en la protección de la mujer. Hace casi 20 años, en 1999, todos los partidos en el Riskdag (Parlamento sueco), sin ningún atisbo de división, aprobaron prohibir la compra de servicios sexuales y se centraron en el cliente. Hoy en día el consenso entre las fuerzas políticas continúa y Suecia, como en otras materias, es ejemplo para otros países del mundo en cuanto a políticas abolicionistas del sexo por dinero.

“Lo primero que hay que dejar bien claro es que la mujer es la víctima”, explica Petra Tammert Seidefors, de la Agencia Sueca de Equidad de Género. Las expertas consultadas coinciden en que lo esencial es atacar donde está el problema, donde está el control y, sobre todo, donde está el negocio: los chulos y los clientes.

Después de que Suecia se convirtiera en el primer país del mundo en perseguir legalmente el negocio de la prostitución —que mueve “incalculables cifras de dinero”, según Tammert— otros países vecinos hicieron lo mismo. Canadá, Islandia, Irlanda, Francia y Noruega. Este último, además, fue más allá criminalizando la práctica de sexo por dinero de sus propios ciudadanos también en el extranjero, punto al que Suecia, a pesar de haber abierto un largo camino, aún no ha llegado. El Parlamento tumbó esa propuesta en 2014. “Noruega puede juzgar a ciudadanos noruegos que hayan ido al extranjero en viaje de negocios o de turismo y hayan pagado por sexo”, relata la experta en feminismo en Suecia Clara Berglund, quien añade a su lista Grecia y Sudáfrica como países en cuyas agendas está la persecución del cliente.

Suecia levanta la cabeza y presume de moral. “Noruega implantó la ley porque las mujeres montaban mucho jaleo en la calle. Eran muy violentas y había problemas”, narra Tammert. Fue, por tanto, un freno al desorden. Sin embargo en Suecia, continúa, “la ley de 1999 se fraguó y nació de la importancia que le da nuestra sociedad al respeto a la igualdad de género, el respeto a la mujer”. De hecho, “la actitud en la sociedad ha cambiado en estos últimos 20 años. Muchos hombres y chicos ya no piensan o piensan menos en que estas prácticas sean aceptables”, dice Berglund.

Aunque gracias a las políticas suecas —el Gobierno invierte anualmente 6,5 millones de coronas suecas [620.000 euros] en la agencia de equidad de género— se haya conseguido prácticamente erradicar la prostitución más evidente como los clubes de alterne o las chicas de las esquinas en los suburbios, en el país escandinavo ha surgido desde los años 2000 un nuevo enemigo para frenar la prostitución: Internet. Una de las críticas de los detractores del abolicionismo señala que desplaza a las mujeres fuera de la vista, de zonas seguras.

Muchos clientes acceden a conocer prostitutas —la mayoría de Rumanía y de Nigeria— a través de páginas webs. Después de establecer contacto, quedan en los suburbios de las ciudades para ir, muy discretamente, a un hotel o a un apartamento alquilado. “Colaboramos mucho con Airbnb porque ellos no quieren que se practique la prostitución en sus apartamentos”, explica Kajsa Wahlber, relatora nacional sueca de tráfico de seres humanos. Wahlber calcula que en Suecia hay 1.000 prostitutas de las cuales unas 300 son de nacionalidad sueca y el resto extranjeras: Rumanía, Nigeria Polonia, Lituania, Sudámerica (Brasil) y Tailandia. De hecho, las autoridades están poniendo ahora la lupa en los locales de masajes thai. “Son sitios sospechosos”, indica.

Desde que entró en vigor la ley hace dos décadas, más de 7.600 hombres han sido procesados y multados por pagar por tener sexo con una mujer

Además, el Gobierno está trabajando con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para asistir a las víctimas de trata en su retorno a su país de origen, donde “se les sigue apoyando”, dice Petra.
 


En los suburbios trabaja Simon Häggström. Es inspector de policía en la unidad de Operaciones y se ha especializado en crímenes sexuales. Su departamento se dedica a ir a la caza del cliente de prostitución dos noches por semana, además de analizar información e identificar posibles amenazas. La Policía es otra parte importante para desmantelar el entramado de la prostitución. Desde 1999, el Gobierno sueco ha destinado aproximadamente 75 millones de coronas suecas para combatir el crimen y el tráfico de seres humanos (dentro del cual la mujer está en una clara posición de vulnerabilidad, según matizan siempre las expertas).

Desde que entró en vigor la ley hace dos décadas, más de 7.600 hombres han sido procesados y multados por pagar por tener sexo con una mujer, según datos oficiales. Las multas, matiza, son “severas” y dependen de los ingresos de cada persona para que sea un castigo proporcional. “No son como una multa de tráfico”. Los casos más graves, reconoce, sí han terminado en prisión para el cliente.

Fuente
https://elpais.com/sociedad/2018/09/07/actualidad/1536341388_199027.html





Trata de blancas: Condiciones psíquicas favorables para la trata de personas vía el enamoramiento


Trata de blancas: Condiciones psíquicas favorables para la trata de personas vía el enamoramiento
Por Dra. Alexis Schreck -  octubre 15, 2018


Les dejo este resumen (resumen que hice yo y que no le hace justicia al trabajo original) de un análisis interesantísimo de mi amiga y colega la psicoanalista Ivonne Guzmán Bargagli (ivonnegzry@yahoo.com) sobre la trata de mujeres. No se lo pierdan.

De acuerdo con los datos que aparecieron en el Diagnóstico sobre la Situación de la Trata de Personas en México que elaboró la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, México fue considerado el primer proveedor de víctimas de trata de personas en el mundo desde el 2013.  Se considera el tercer negocio ilícito más lucrativo del mundo, sólo superado por el tráfico de drogas y de armas.

Miles de personas son víctimas de este delito, particularmente mujeres, niños y niñas quienes son captados, trasladados, vendidos y comprados con fines de explotación.[1] Esta incluye la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.

Hablamos de personas violentadas convertidas en cuerpos mercancía.

En la cadena mercantilista de la trata de personas se involucran varios sujetos:

la víctima,
George Grosz

un tratante quien cobra por captar, trasladar y entregar a una persona con fines de explotación,
un tratante-explotador quien recibe y explota a la víctima, y
un consumidor-explotador quién pagará por el uso de la víctima-mercancía.
Cualquier persona es víctima potencial de este delito.

Las condiciones de desigualdad, pobreza y deterioro social en México lo favorecen. La proclividad humana al ejercicio de la violencia y el funcionamiento psíquico que estas acciones de dominio, poder, transgresión y posesión requieren han suscitado un enorme número de trabajos académicos. ¿Por qué la violencia?, ¿Por qué la desubjetivación de las víctimas y su trato como objeto de uso o mercancías?

Los documentos de diagnóstico sobre la situación de trata de personas en México señalan que la mayor proporción de los casos tienen como fin la explotación sexual.  Los tratantes con frecuencia logran la captación y recepción de las víctimas estableciendo relaciones de confianza con ellas.

Una de las campañas de la CNDH dice así:

“La mayoría de las víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual fueron ENAMORADAS por sus tratantes.”

En algunos estados de la República el 80% de los casos el enganche se logró a través del enamoramiento. La estrategia de enamoramiento puede consistir en una breve relación de noviazgo y en algunos casos hasta matrimonio o concubinato. En cualquiera de éstos subsiste el fin de la explotación.

Transcribo el testimonio de alguno de estos tratantes que explica la importancia del enamoramiento como estrategia para lograr el reclutamiento de la mujer para el trabajo sexual, dice:

Lo que tienes que hacer es buscar una chava, que pienses que está buena para el negocio, tienes que luchar por ella, tienes que ir enamorándola, tienes que utilizar el verbo y ser bien detallista para que caigan enamoradas.

Después que la chava acepta irse a vivir contigo, la tienes que empezar a “trabajar”. La tienes que convencer de que su futuro está en otro lado; así, la sacas de los lugares que conoce. Como las chavas tienen 15 o 16 años, todavía están cerradas de ojos, entonces llegan a un lugar que ni co­noce en el que no se sabe mover, la empiezas a hacer que dependa de ti para todo […] [2] Luego empiezas a decirle que tienes problemas de dinero, que no hay dinero, que buscas una forma de cómo salir de la pobreza, luego le dices que encontraste un cuate que se dedica a prostituir mujeres y que los puede ayudar; tienes que ser bien verbo para convencer a la chava, decirle que juntos van a echarle ganas, que sólo van a trabajar un año para juntar dinero y luego se retiran del negocio. Una vez que convences a la chava, una puta de tu cuate padrote lleva a tu mujer al lugar donde trabaja y le enseña cómo debe trabajar. Una vez que la chava cayó, los padrotes las obligan a trabajar y entregarles una cuota diaria. Después de colocar a tu chava lo que tienes que hacer es seguir buscando otras más.

Este porcentaje tan alto de enamoradas/víctimas nos interpela. De mujer deseada,  o mujer elegida deviene objeto de transacción mercantil. Parece entonces que la condición de objeto de deseo, una vez lograda para la mujer, favorece su transformación en objeto de uso y explotación.

¿Cuáles pueden ser las condiciones psíquicas de la mujer enamorada para que tome su lugar como participante en el acto violento?

Lo primero que sabemos es que estas víctimas de trata con fines de explotación sexual fueron enamoradas por sus tratantes. Utilizando “el verbo” y siendo bien detallista, como dijo el tratante, consiguen enamorarlas.

Veamos: mediante palabras, halagos, seducción, el tratante va exaltando el narcisismo de la joven. La joven se reconoce objeto sexual admirado y deseado por excelencia.  La ilusión narcisista aparece cumplida. El placer es enorme. Ha sido reconocida toda ella revestida de valor.

Una vez sobrecogida por este placer narcisista aparece el deseo de encontrar una y otra vez a aquel que le hace sentir eso, es decir, aquella figura que al mirarla y desearla le devuelve, en reflejo especular, su brillo.  Querrá asegurar la permanencia de esta persona para garantizar el placer sexual y narcisista y más aún, la ilusión de una identidad sostenida su aptitud para procurar y ofrecerle el placer a él.

Cada vez el halagador se torna más y más deseable hasta volverse necesario. La joven halagada/engañada/enamorada queda así atrapada, igual que Narciso, frente a un puro reflejo idealizado, e igual que Narciso, está condenada a la parálisis para preservar el espejismo.

El problema es que en el caso del tratante que enamora, su deseo, su necesidad, y su enamoramiento son pura ficción. En realidad, ahora es dueño de una mercancía. La pulsión de apoderamiento encuentra satisfacción y procura mayor placer al victimario, en la medida en que se intensifica ya sea vía la adquisición de un nuevo objeto (una nueva jovencita enamorada), ya sea vía la descarga mas libre y sin miramientos que el objeto sometido está dispuesto a tolerarle.
El enamoramiento como la principal forma de enganche para la trata de personas con propósito de explotación sexual se vale de la vulnerabilidad y dependencia que la víctima desarrolla frente a su enamorador/tratante porque éste le ofrece la ilusión de una aspiración narcisista cumplida.

Es él, y sólo él, el tratante, quien le suministra el estado placentero, quien canta sus alabanzas y favorece así una dependencia desproporcional como objeto causa de su sensación de grandor.  Aliméntame, sostenme, mírame.
 


¿Estaríamos diciendo que toda mujer enamorada corre el mismo riesgo?

Si bien no es la condición de enamorada la clave, sí es muy frecuente que sea la mujer la que en estos vínculos ofrece su yo adherido, suplicante y sojuzgado a un partenaire masculino. Esta dominancia de género obliga a pensar el papel que pueden estar jugando en estos vínculos el desarrollo de la sexualidad femenina y, como mujer, la intervención que los estatutos culturales tienen en la estructuración de su subjetividad.

Como decía el tratante en el testimonio que leímos:  una vez que se va a vivir contigo, la tienes que “trabajar”.  Este es el trabajo necesario.  Ha cedido su vida a favor de que sostengan su existencia.  Su necesidad y obligatoriedad al tratante como exclusivo requiere que ella se adhiera y se amolde a su vez a las necesidades del hombre.  Para su Yo, de eso depende su subsistencia.

Recordemos lo que dice el tratante: empiezas a decirle que tienes problemas de dinero, que no hay dinero, que buscas una forma de cómo salir de la pobreza, luego le dices que encontraste un cuate que se dedica a prostituir mujeres y que los puede ayudar.  Los puede ayudar recibiendo-la con el puro cuerpo.  La sigue engañando como si la considerara amada, la entrampa diciéndole que ella es su amada, su cuerpo mera mercancía pero valioso en tanto tal porque su cuate les puede ayudar recibiéndole, y la engaña además haciéndole creer que ella puede sacarlos así de la pobreza.

Ahora sí, atrapada, adherida y alienada está preparada para ingresar al campo del comercio sexual.  Pero apenas comienza: los estragos de la violencia no cesan. Una vez que ha ingresado al comercio sexual todo aquello que sostenía en el eje imaginario su particular condición subjetiva sufre nuevos reveses.

Como explica el tratante: Después de colocar a tu chava lo que tienes que hacer es seguir buscando otras más.  La ilusión narcisista que sostenía el deseo de la joven desaparece y con ella, también la pérdida de goce. La aparición deseante desfallece y comienza un proceso de deslibidinización del cuerpo, de la realidad, y de la vida que se manifiesta en estados depresivos crónicos y melancolía.

Para la trata de personas el dolor no tiene fin.

[1] Diagnóstico sobre la situación de la trata de personas en México, CNDH, México 2013

[2] Óscar Montiel Torres, Trata de personas: padrotes, iniciación y modus operandi. México, Instituto Nacio­nal de las Mujeres, 2009.
https://fernandafamiliar.soy/colaboradores/alexis-schreck/trata-de-blancas-condiciones-psiquicas-favorables-para-la-trata-de-personas-via-el-enamoramiento/





Rosa Cobo: “El capitalismo ha declarado la guerra a las mujeres”


Rosa Cobo: “El capitalismo ha declarado la guerra a las mujeres”


Rosa Cobo es una de esas mujeres que llevo leyendo y oyendo toda mi vida feminista. Teórica imprescindible, esta profesora de Sociología, cuya tesis dirigió Celia Amorós, ha desarrollado su trayectoria profesional no solo en el campo teórico, sino también en el práctico, como asesora en el desaparecido Ministerio de Igualdad y como directora del Centro de estudios de Género y Feministas de la Universidad de A Coruña.
Rosa Cobo es una mujer que habla con claridad, expone sus pensamientos de forma ordenada y concisa, se le nota que maneja bien tanto la teoría como la práctica. Autora de varios libros sobre el patriarcado y el feminismo, fue pionera en definir el patriarcado moderno. Su última obra, La prostitución en el corazón del capitalismo ha calado con fuerza mediática.
Vino a Sevilla en el marco del XII Congreso Andaluz de Filosofía, dedicado este año a la Filosofía, Mujeres y Naturaleza. Su intervención trató sobre “Feminidad y maternidad de Jean Jacques Rousseau”. Justo antes de marcharse, pudimos charlar unos minutos sobre feminismo, algo que deseaba hacer desde hacía mucho, mucho tiempo.
–¿Cómo definirías el feminismo?
–El feminismo es un compromiso que adquirimos para que desaparezca cualquier forma de desigualdad y opresión hacia las mujeres. El objetivo sería que las mujeres lleguemos a tener los mismos niveles de libertad y de igualdad que tienen los varones. Eso, por una parte. Por otra parte, el feminismo es un movimiento social con una tradición intelectual de tres siglos de historia que ha luchado, históricamente, articulado en torno al principio ético y político de igualdad.
–¿Es compatible el feminismo con el capitalismo?
–No, no es compatible. Hay un problema de fondo. El feminismo es un movimiento social interclasista, porque todas las mujeres, de todas las sociedades, de todas las clases sociales, con diferentes formaciones culturales o cualificaciones profesionales, estamos permanentemente expuestas a ser objetivo de formas distintas de violencia patriarcal. Independientemente de cualquier consideración. Mujeres de clase alta y mujeres de clase baja. Eso es un elemento que es imposible no tener en cuenta y que, en muy buena medida, condiciona la actividad política y la actividad intelectual del feminismo. Dicho esto, el capitalismo se ha convertido en una de las fuentes primordiales de desigualdad y de explotación de las mujeres. El capitalismo, históricamente, ha hecho una alianza con el patriarcado. De ahí la frase: “Patriarcado y capital, alianza criminal”. Las mujeres somos mayoría en los trabajos a tiempo parcial, en el trabajo sumergido, en los salarios de pobreza, en los trabajos donde no hay contrato. Las tareas menos cualificadas son las más feminizadas. El capitalismo ha declarado, indudablemente, la guerra a las mujeres y lo ha hecho junto al patriarcado. Por lo tanto, no es un posible un feminismo transformador  y emancipador que no tenga una vena fuertemente anticapitalista.
–Las áreas que ocupan mayoritariamente los hombres están mejor dotadas económicamente, como la ciencia. ¿Es porque las ocupan los hombres o las ocupan los hombres porque es donde está el dinero?
–Creo que es muy difícil saber exactamente cuál de las dos razones es la primera. Lo que sí parece es que hay una razón, y es la que tiene que ver con la socialización. Las niñas son socializadas desde pequeñas para no ocupar el centro del escenario simbólico y el centro del escenario material. Somos socializadas para aceptar que son los varones los que van a ocupar esos lugares de relevancia y esos lugares de poder y decisión. Este elemento que tiene que ver con la socialización y la permanencia de los estereotipos sexistas puede explicar el lugar donde nos ubicamos las mujeres.
Pero, además de la socialización, existen mecanismos que nos van colocando en “lugares secundarios de la vida social”, como diría Simone de Beauvoir. Por ejemplo, cuando los varones tienen que elegir a colaboradores, que probablemente van a sucederles en sus puestos de poder, seleccionan en mayor medida a otros hombres en vez de a mujeres. Hay una serie de lógicas de funcionamiento de la vida social, de larga tradición, que hace que las mujeres seamos, permanentemente, expulsadas de los lugares donde hay recursos y donde hay poder.
“El feminismo es un movimiento social interclasista”
–¿Puede el feminismo apoyar la explotación de las mujeres, tanto la prostitución como los vientres de alquiler, apelando a “la libre elección”?
–Este es un tema que requiere una profunda reflexión. Es muy importante decir que la mayor parte del movimiento feminista tiene una posición abolicionista sobre la prostitución, y una posición crítica acerca de la explotación reproductiva, los vientres de alquiler. Y es importante porque se está diciendo que existe un debate muy fuerte dentro del feminismo, pero que en realidad se trata de un debate entre una amplia mayoría y una pequeñísima minoría, que son quienes defienden que la prostitución es una forma de vida, como otra cualquiera.
También hay que puntualizarlo porque, si no, daría la impresión de que el movimiento feminista está escindido por la mitad, y no es cierto. En la historia del feminismo hay una larguísima tradición, desde Mary Wollstonecraft, que manifestó que la prostitución era una forma extrema de explotación sexual contra las mujeres. Forma parte del ADN del feminismo. Por lo tanto, no hay que desembocar en el estereotipo que dice que unas feministas pensamos una cosa y otras otra.
Tampoco podemos olvidar que hay una poderosa coalición de intereses capitalistas y patriarcales para que siga existiendo la prostitución y los vientres de alquiler. Porque la prostitución se ha convertido en una de las economías criminales e ilícitas que proporcionan más beneficios, que converge en una estrategia de desarrollo para algunos países y algunas zonas del mundo que no han tenido un aparato productivo que les haya permitido engancharse a la economía global. Se alienta la existencia de circuitos semiinstitucionalizados por los que transitan las mafias, a través de los cuales son exportadas las mujeres, desde los países pobres hacia los que tienen más recursos, para ser explotadas sexualmente.
“La prostitución se ha convertido en una de las economías criminales e ilícitas que proporcionan más beneficios”
Los grandes argumentos que utiliza esta alianza criminal para mandarnos el mensaje de que la prostitución es un trabajo como otro cualquiera son los mismos que utiliza para enmascarar la explotación económica: la libertad individual. Ese es el gran mantra. La idea de la que trata de convencernos los sistemas de dominio patriarcal es que si los individuos que están explotados afirman que esa explotación no existe, con su propia palabra sería suficiente para desactivar esa explotación.
Sin embargo, si algo sabemos, es que una cosa son los individuos que están explotados y la opinión subjetiva que tengan acerca de la situación en la que viven, y otra muy distinta es una realidad social, una institución que puede, o no, tener un carácter represivo de explotación. La prostitución lo tiene, independientemente de la opinión de los que obtienen beneficios, como es el lobby del sexo.
–¿Qué ha significado el 8M para el movimiento feminista en España?
–Creo que lo que ha ocurrido en España este último 8 de marzo no es algo que se haya improvisado. Desde el año 2014 hemos tenido episodios clarísimos de que el feminismo español se estaba convirtiendo en un movimiento de masas. La característica de este 2018 es que se ha convertido en movimiento de masas a nivel internacional. El caso del #MeToo ha puesto de manifiesto con claridad que se ha producido un clima ideológico y político que ha hecho posible que se produzca un grito colectivo de rabia, en el que hay una advertencia al patriarcado: ¡Ya basta, no lo vamos a tolerar! No vamos a tolerar lo que creo que se ha convertido en el corazón de esta cuarta ola feminista, la lucha contra la violencia sexual.
A pesar de que la sociedad española, y otras sociedades, se han desarrollado y aumentado sus niveles de bienestar, la violencia contra las mujeres y la violencia sexual persiste como si no hubiéramos evolucionado. Esto nos tiene que servir para comprender el momento histórico que estamos viviendo.
Sin duda hay un antes y un después del 8M, y vamos a ver con nuestros propios ojos durante los próximos años cómo avanzamos en derechos, vamos a conquistar espacios de igualdad y libertad, con la suficiente lucidez para saber que todos los movimientos históricos de avance son muy efímeros y que siempre tratarán las fuerzas reactivas de articular una poderosa reacción ideológica y material.

Fuente: La giganta digital
http://lagigantadigital.es/el-capitalismo-ha-declarado-la-guerra-a-las-mujeres/?fbclid=IwAR3dRul09ioR_ZVvyYI7X20K0N-uSM3kcRTBEBeKWJetDKL_CqNu7zEOo74